Artículo escrito por la Consejera Electoral Norma Irene de la Cruz, titulado: «Por qué reconocer el sistema electoral de usos y costumbres», publicado en La Silla Rota

Escrito por: INE
Tema: Home

Hace unos días encontré a Justina, amiga antropóloga, y su papá, Don Pedro, que es abogado, como miles de personas en esta pandemia, teníamos tiempo sin vernos. Así que la oportunidad de conversar con Justina y Don Pedro siempre es un gusto, sobre todo escuchar el trabajo de campo que Justina realiza en varias municipalidades del país, varias de ellas se rigen por sistemas normativos internos. Cuando tocamos el tema electoral de usos y costumbres, dio paso a un diálogo que aquí les comparto: 

—Don Pedro: es absurdo Invocar que existen procesos electorales bajo los usos y costumbres

—Justina: No lo es, las comunidades tienen su cultura, que incluye usos y costumbres, y deben respetarse.

—Don Pedro: Lo que debe respetarse es la ley escrita, que tiene cualidades que generan confianza en la sociedad. La ley escrita es discutida en sesiones públicas, las leyes se publican en el Diario Oficial de la Federación, se les da a conocer a todos los habitantes, así hay certeza jurídica y seguridad jurídica.

—Justina: Ese razonamiento es válido para un entorno social específico, en el que la sociedad solo reconoce la ley escrita como única fuente de derecho.

—Don Pedro: Así debe ser, los usos y costumbres son inasibles, amorfos, se les puede invocar a modo.

—Justina: Podemos decir lo mismo del derecho escrito, la interpretación de la ley frecuentemente es difícil, incluso puede ser ambivalente.

—Don Pedro: Te recuerdo que, existen métodos de interpretación de la ley, además existen legisladores, profesionistas y tribunales que contribuyen a fijar cómo debe interpretarse la ley.

—Justina: Estas describiendo un contexto cultural, en las comunidades con un sistema de usos y costumbres existe también un contexto cultural, la comunidad reconoce los usos y costumbres que aprueba y son obligatorios.

—Don Pedro: Tu argumento lleva a otra circunstancia que debe aceptar, hay culturas atrasadas y sociedades civilizadas.

—Justina: Ese no es argumento, es un prejuicio. Todas las culturas son complejas, cada cultura es una manera de organizar a la sociedad.

—Don Pedro: Insisto hay culturas atrasadas, que tienen costumbres aberrantes; y hay culturas avanzadas, que han desarrollado técnicas, instituciones, y una conciencia ética.

—Justina: Lo que dice referente al desarrollo de técnicas, instituciones, y una conciencia ética es común a todas las culturas.

—Don Pedro: De acuerdo, lo que no es común es lo aberrante de costumbres como el canibalismo, la ninfoplastia, la exclusión de las mujeres de la vida económica, y de la vida política.

—Justina: Todas las culturas tienen prácticas, que a otras culturas parecen, aberrantes, no defiendo las que mencionas, por supuesto, se deben suprimir.

—Don Pedro: Entonces me da la razón, los usos y costumbres son aberrantes.

—Justina: ¡Papá, por favor! estamos analizando la aportación de los usos y costumbres a la cultura del país; los usos y costumbres de las comunidades tienen grandes aportaciones, el impulso a la participación colectiva, la defensa de los recursos naturales, la cohesión social, la conservación de tradiciones y lenguas.

—Don Pedro: Suena bonito, pero la realidad es diferente, la participación desordenada lleva a la justicia por propia mano, considera el elevado número de linchamientos en el medio rural.

—Justina: El origen de los linchamientos es la impunidad, y la impunidad es una deficiencia del sistema legal que defiendes.

—Don Pedro: Lo que llamas cohesión social, es en realidad coerción social, hay muchos ejemplos, como son el matrimonio forzado, o la sumisión a la autoridad paterna.

—Justina: Papá, solo tomas nota de situaciones particulares para denostar a los usos y costumbres. ¿Si sabes que en México se ha elevado la edad para contraer matrimonio?, y a los niños se les considera sujetos privilegiados de derechos, existe un proceso de transculturación respetuoso de los usos y costumbres.

—Don Pedro: Sigues argumentando, desconociendo que el discurso de los usos y costumbres además de aberrante se opone al progreso de la sociedad.

—Justina: Cuando argumentas «la idea del progreso», tu posición está debilitada, ¿a qué progreso te refieres?, ¿al de ciudades contaminadas?, ¿al hacinamiento urbano?, ¿a la minería a cielo abierto?

—Don Pedro: Ahora te vas al extremo, te recuerdo que invocando los usos y costumbres muchas comunidades impiden la inversión, en sectores económicos, hotelería, minería, transportes.

—Justina: La oposición de las comunidades se explica pues, hay una larga historia en la que ni los inversionistas ni las autoridades toman en cuenta a las comunidades existentes en los territorios. Toda propuesta de inversión o desarrollo debe hacerse con la comunidad.

—Don Pedro: Volvamos al principio, los usos y costumbres en materia electoral son aberrantes.

—Justina: ¡Don Abogado! Respete la Constitución, le recuerdo que el Artículo Segundo establece: El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional… (la) Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y la autonomía para elegir de acuerdo con sus normas, procedimientos y prácticas tradicionales, a las autoridades o representantes para el ejercicio de sus formas propias de gobierno interno, garantizando que las mujeres y los hombres indígenas disfrutarán y ejercerán su derecho de votar y ser votados en condiciones de igualdad; así como a acceder y desempeñar los cargos públicos y de elección popular para los que hayan sido electos o designados, las prácticas comunitarias no podrán limitar los derechos político-electorales de los ciudadanos en la elección de sus autoridades municipales.

Consulta el artículo en La Silla Rota.