Plan B: regresión; la antidemocracia.

Escrito por: Redacción INE
Tema: Posicionamiento;

(Disertación a cargo de: Dagoberto Santos Trigo, Vocal Ejecutivo en Morelos. Auditorio: jurisconsultos del estado).

Iniciaré con una postura indiscutible: quienes laboramos en el Instituto Nacional Electoral coincidimos en que una reforma en la materia debe ser FACILITADORA de la organización de las diversas etapas del proceso electoral, garantizando unos COMICIOS SANOS.

Unas ELECCIONES SANAS se deben caracterizar por los siguientes elementos:

  • Cumplir a cabalidad con la legislación en materia electoral.
  • Actuar sin miedo, ni filias ni fobias. La autoridad debe conducirse siempre con IMPARCIALIDAD, CERTEZA, LEGALIDAD, INDEPENDENCIA, OBJETIVIDAD, MÁXIMA PUBLICIDAD Y PARIDAD DE GÉNERO.
  • Dejar en claro que nosotros no estamos en un trabajo más. Al contrario, nos distingue la causa final; es decir: 1. SALVAGUARDAR EL VOTO. 2. Que los RESULTADOS ELECTORALES SEAN ACEPTADOS POR TODAS Y TODOS LOS CONTENDIENTES.
  • Actuar con responsabilidad en la organización de las etapas de la elección,

En contraste, unas ELECCIONES ENFERMAS SON CUANDO NO SE RESPETA EL PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD, violándose la legislación electoral, con el afán de obtener el poder. Por tanto, una reforma electoral tiene que conllevar dos elementos sustanciales:

  • Que fortalezca nuestro Sistema Electoral, para garantizar (como lo hemos hecho por más de tres décadas) la salvaguarda del sufragio, que debe ser LIBRE, DIRECTO, INTRANSFERIBLE, UNIVERSAL Y SECRETO.
  • Que el contenido de la misma sea el resultado de una consulta amplia, consensual, metódica y de AVANCE DEMOCRÁTICO.

El plan B no apuesta por una PROGRESIVIDAD REPUBLICANA. Al contrario, deja en incertidumbre el devenir de la democracia en México. Asimismo, pone en riesgo distintos procesos dentro de la organización de las elecciones; sobremanera, ATENTA contra lo que hemos llamado la CADENA DE CONFIANZA.

Cabe exponer que el perfeccionamiento de los procesos electorales nos ha conducido a tres elementos indispensables:

  1. Corregir errores y anticiparse a contingencias (es decir, situaciones extraordinarias, que suelen presentarse sobre la marcha: actos anticipados de pre y campaña, que no existan las condiciones de seguridad para capacitar a quienes serán los funcionarios de casilla, entre otros), para tomar las mejores decisiones, que no pongan en riesgo los resultados electorales.
  • Blindar cada etapa del proceso electoral, con la finalidad de garantizar las reglas del juego democrático para las y los contendientes.
  • Aplicar la ley, a fin de que las violaciones sean sancionadas. Somos una autoridad sin miedo.
  • Aplicar una austeridad razonada en áreas decisivas, sin afectar el desarrollo inercial de la elección. Permítanme poner el ejemplo de la INSACULACIÓN, que es uno de los procesos más barrocos en el mundo. Es un procedimiento aleatorio e imparcial de selección de los ciudadanos que desempeñarán los cargos de funcionarios de casilla durante la jornada electoral. Dichos ciudadanos recibirán capacitación y tendrán a su cargo la recepción y cómputo de los votos el día de la jornada electoral.

Es pertinente aclarar que esos procesos, como la INSACULACIÓN, que son complejos y barrocos, han surgido por la desconfianza que existe entre la clase política y la ciudadanía. Tenemos que avanzar como una auténtica SOCIEDAD DEMOCRÁTICA, para que los costos electorales sean cada vez menores y paulatinamente perfectos.

La perfección actual es a consecuencia de:

  1. Al profesionalismo y ética de los integrantes del Servicio Profesional Electoral Nacional.
  • A la experiencia probada por la rama administrativa, que es el sostén de los trabajos institucionales.

CIUDADANIZACIÓN DE LOS COMICIOS.

Hablar de elecciones en México es sinónimo de CIUDADANÍA. Quienes realmente juegan un papel determinante en las elecciones son las y los ciudadanos. Son ellos quienes reciben el voto de sus vecinos el día de la jornada electoral. Hacen el primer conteo de sufragios, una vez que la casilla fue cerrada, conforme lo dispone la ley. Esto, necesariamente, “nutre” al Programa de Resultados Electorales Preliminares. En seguida, los paquetes electorales (debidamente sellados y protegidos) son traslados a las sedes de los consejos distritales.

Ahora bien, como lo expresé antes, EL PLAN B ES UNA ESPECIE DE MUNICIÓN EXPANSIVA CUYO BLANCO ES LA SOLIDEZ ESTRUCTURAL DEL INE. Déjenme explicarles -grosso modo- por qué asumo esta aseveración:

Como bien sabemos, las elecciones se hacen prácticamente en el terreno de los 300 distritos electorales uninominales (en que se divide el país). En esas zonas es donde se concentra el mayor NÚMERO de labores. En contraposición, el plan B busca desaparecer estos órganos, lo cual acentúa la peligrosidad de la organización de la elección.

Además, el plan B busca reducir los tiempos electorales, debilita el sentido de colaboración y, por ende, pone en entredicho la eficacia laboral. ¡Un solo vocal operativo no se puede dar abasto para tantas responsabilidades! Dónde queda la máxima que dice: ¿EL TODO ES MÁS QUE LA SUMA DE LAS PARTES? No habría las condiciones cronológicas ni logísticas para: hacer recorridos y equipamiento para casillas, reconocimiento del entorno social y cultural, diligencias, quejas y fiscalización, entrega de paquetes electorales, recorridos geográficos, verificaciones muestrales, insaculación y producción de listados, capacitación a ciudadanas y ciudadanos que integrarán las mesas receptoras del voto….

Concluyo con una frase de Octavio Paz: Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos.