Versión estenográfica de al Conferencia, Democracia y paridad de género, que impartió la Consejera Norma de La Cruz

Escrito por: INE
Tema: Democracia

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CONFERENCIA “DEMOCRACIA Y PARIDAD DE GÉNERO” QUE IMPARTIÓ LA CONSEJERA DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), NORMA IRENE DE LA CRUZ MAGAÑA, EN EL MARCO DE LA 7ª. SEMANA: DEMOCRACIA, ELECCIONES Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA EN AMÉRICA LATINA

Hola, buenos días.

Bueno, primero quiero empezar para darle, expresar mi agradecimiento al Instituto de Participación Ciudadana de Tabasco, reconocer a su…

Ahora sí ya me ven, bueno.

Gracias, repito.

Primero, muchas gracias, es un gusto enorme estar en esta séptima semana de la democracia, este ejercicio que el Instituto Estatal Electoral de Tabasco está organizando con mucho cariño y que, además, está teniendo un gran impacto, no sólo en el estado, sino tenemos invitados internacionales, invitadas internacionales que nos están compartiendo su experiencia.

Bueno, también es a partir de esta experiencia colectiva que podemos ir mejorando.

También, muchas gracias a la Universidad Juárez, Autónoma de Tabasco que nos abre sus puertas y también a todas y cada una de las universidades que están participando.

También les damos las gracias a las diferentes, a las diferentes autoridades e instituciones que hacen posible que podamos estar hoy platicando sobre democracia y paridad de género.

Tenemos una presentación.

Bueno, cuando empezamos a hablar de democracia, hoy en día nadie duda que la democracia es la mejor forma de organización política que, además, pues nos permite que a un mayor número de personas participen en las decisiones, pero y ésa es la primera premisa, nos permite participar a todos, pero es importante que empecemos con algo muy simple.

La democracia como la concebimos tiene unas bases androcéntricas y tiene que ver, si vemos desde la concepción, cuando, siempre hablamos de la democracia, lo que nos dejaron los griegos, pero esa democracia, ¿no?, el demos, el pueblo, crato, el mandato del pueblo.

O sea, recordemos que esa primera concepción de democracia no era incluyente, era una democracia donde sólo participaban los ciudadanos, varones que tuvieran propiedad, que fueran libres y que hubieran nacido en la polis, en la ciudad, en Atenas.

Las mujeres no pintábamos, ni los esclavos, ni los salvajes, ni las mujeres. Nosotras no estábamos incluidas, entonces, cuando vamos y si vemos cómo se va construyendo todo el sistema de pensamiento político y teoría, al momento de empezar con este carácter de universalidad, de hablar de democracia y de la humanidad, como si nos incluyera a las mujeres.

Y eso, a la larga, fue creando un déficit, un déficit democrático porque excluía a la mitad de la población o más, o sea, si vemos que apenas los movimientos sufragistas, tienen poco menos de ¿150 años, 200 años?, si nos ponemos.

Y aquí hay toda una discusión porque en toda esta construcción del cuerpo teórico y el pensamiento político, se nos hablaba de esta universalidad y a las mujeres también se les iba relegando a lo doméstico.

O sea, una vez más se van creando estos conceptos del espacio público como un espacio masculino de toma de decisión y el espacio de lo privado, lo doméstico, el cuidado se le fue asignando a las mujeres y esta concepción, aún con todos los movimientos revolucionarios y con todos los movimientos de liberación, tampoco excluía a las mujeres y bueno, ahí está la Revolución francesa, ¿no?

Fraternidad, libertad, pero sólo para ellos y aquí es curioso porque había varios pensadores, por ejemplo, estaba François Poullain de La Barre, no sé si lo pronuncio bien, pero él por ejemplo que era uno de estos filósofos y políticos y de los pocos feministas, fue de los primeros en señalar la incongruencia que había en el movimiento al afirmar la igualdad de la naturaleza humana, pero al mismo tiempo, negarles los derechos a las mujeres.

Y aquí retomamos, éste es como el primer, uno de los primeros, yo creo ésta fue una de las grandes aportaciones también, después de la Revolución francesa, Olimpia de Gouges, o sea, ella en 1791, cuando se hace la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, ella se avienta el paquetito de hacer, redactar una declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, no sólo incluyendo como hemos visto en algunos, cuando hablamos que hay que incluir la perspectiva de género, entonces agarran el documento y le echan así “ta, ta, ta” como si fuera sal perspectiva de género y ya lo tienes, no.

Ella sí se aventó a analizar y de qué estaba hablando, o sea no sólo era incluir la palabra mujer y la palabra ciudadanía, ciudadana, sino también está hablando de un ejercicio de visibilización. O sea, ella es la antecedente de decir que sin mujeres no hay democracia y eso lo dijo en 1791. Es 2022 y seguimos discutiendo esto.

Sí tenemos mucho que avanzar porque también aquí tienes toda una, todo un debate de dónde empieza, o sea, aquí ya no podemos hablar de, no podemos negar que a pesar de todos los avances que hemos tenido a nivel mundial sigue existiendo un déficit de ciudadanía de las mujeres en las democracias contemporáneas.

¿Y esto qué tiene que ver? Aquí hay varias teóricas porque nos hablan que éste, la raíz tiene que ver, porque desde la edificación de cómo concebimos la democracia, tiene estas fallas estructurales y son estructurales por todo este sistema de creencias político-sociales que han excluido a las mujeres.

Y aquí hay debates, por ejemplo, Carole Pateman que en 1994 creo, publicó este libro sobre el contrato sexual y después Celia Moros también habla del contrato simbólico entre los sexos y las dos incluyen, llegan a una misma conclusión. La relación del intercambio de mujeres tiene un efecto en cómo se da la organización policía, social y cultural, entonces, aquí también tenemos y eso responde a cómo se ha ido también construyendo una concepción estereotipada de qué es la mujer, así, la mujer.

Donde el hecho de una función biológica se le fue rezagando y además nos han hecho creer que cuando dicen todos, nos incluyen, o sea, desde la exclusión en el lenguaje, entonces, si bien tendríamos y aquí hay todo un debate, porque, primero, desde ir reconociendo los derechos, o sea, ahí la primera declaración que hace Olimpia de Gouges y luego, a partir de eso, los movimientos sufragistas, en Inglaterra, en Estados Unidos y aun así, cuando las mujeres fueron alcanzando la ciudadanía, el derecho a votar, cuando vemos las primeras…

Hace poco estaba leyendo una, es como una anécdota de Virginia Woolf, cuando llega la señora que le asiste en la casa, a decirle: oiga, qué cree, que ya las mujeres pueden votar. Virginia Woolf le contesta: oye, pero ¿tú eres casada? No.

¿Tienes más de 30 años? No. ¿Tienes una propiedad? No. ¿Tienes un ingreso de por lo menos cinco libras al año? No. Tú no puedes votar, le dice a su asistente doméstica.

La otra le contesta y le dice, eso ya lo sé, pero usted sí puede votar, ¿no? Y si algunas mujeres pueden votar eso es suficiente.

Entonces, imagínense cómo hemos ido avanzando, porque además esta idea de cómo se va normalizando el espacio de lo político para excluir a las mujeres y, además, también esto tiene que ver con todos los estereotipos y la concepción del cuerpo de las mujeres, también, como tu espacio de dominio.

Entonces, a ver, oigan, estas expresiones que ahora esperamos ya no escucharlas, pero esta cosa de que a las mujeres habría que tenerlas con la pata rota y atrás de la puerta o cargadas y detrás de la puerta, decían los tantos dichos populares.

Entonces, lo cierto es que ha sido todo un avance poder reconocer, uno, que las mujeres, que los derechos de las mujeres, primero, son reconocidos, tienen que ser ejercidos y también este reconocimiento de ciudadanas que es relativamente nuevo. También recordemos que a pesar de los avances para el acceso al voto y aquí es importante que lo mencionemos, porque si bien, por ejemplo, en Estados Unidos las mujeres empezaron a votar en 1932, pero fueron las mujeres blancas.

Las mujeres negras empezaron a votar en el 71, en Sudáfrica lo mismo, principios del siglo pasado las mujeres empezaron a votar, pero sólo las blancas, las mujeres de descendencia india empezaron a votar en el 79 y es hasta 1994 en esa primera elección donde Mandela sale electo Presidente, que las mujeres negras pueden votar.

Entonces, aquí nos va hablando de que no sólo es tu condición de mujer, sino otras características transversales que tiene un efecto en cómo ejercitas tus derechos.

Ahora, la historia de cómo hemos alcanzado el derecho al voto es sólo un primer paso. O sea, lo primero que tenemos que hacer es que se nos reconociera como seres humanos. Cuando escuchas que hasta el 2005 se reconoce que los derechos de las mujeres son derechos humanos, bueno, eso nos habla de dónde estamos paradas.

Y aquí, una vez más, el derecho de votar primero no fue universal para todas las mujeres. Había características que tenían que cumplir y tampoco le daba un acceso natural a esto, porque todavía hay, hasta la fecha, no sólo había, hay esta concepción de que las mujeres, el espacio público no es para ellas. O, si es para ellas, se tiene, ahorita platicábamos, hay que aventarse la triple jornada.

No es sólo como profesional, como madre y además tienes que ser mujer. Y entonces en estas condiciones en un sistema con bases androcéntricas es donde estamos participando. Entonces, yo creo que es muy, el paso para llegar primero a estar reconocidas y a tener derechos, o sea, por ejemplo, aquí cuando vemos las historias de las sufragistas, en particular, cuando vemos la historia de las sufragistas inglesas, o sea tuvieron, aquí es muy curioso porque cuándo el movimiento sufragista toma una relevancia nacional en el Reino Unido, por ejemplo.

Pues hasta que una de las activistas en una carrera de caballos donde estaba el Rey, se tuvo que aventar para que fueran vistas. Entonces, es a partir de un evento así que el impacto que tiene un movimiento sufragista empieza a tener resultado. O sea, no fue una cosa, una concesión gratuita, no nos lo dieron así de “ay, aquí está tu regalo”, no. O sea, ha sido una lucha constante y esto ha sido en todos los países.

En nuestro país tampoco, no hace tanto que empezamos a votar y ahorita vamos a ir viendo eso. Si le damos a la que sigue. Bueno y aquí vamos hablando un poco en México, cuando hablamos de si en México siempre hemos podido votar, cuando hablamos las mujeres aquí, pues la respuesta es no.

No, no es cierto. No siempre hemos podido votar, aun cuando en el 53 se nos da el derecho al voto, primero para las elecciones municipales y es hasta 1955 que votamos en una elección federal. 1955, entonces, esto y, aun así, no fue tampoco en automático, eh. Yo ahí por ejemplo les podemos dar, si vamos viendo cómo se fue votando a partir de ahí, o sea, tampoco ha sido una inclusión automática, suave, de ninguna manera, al contrario.

Y nada más como un dato, desde 1955 hasta antes de junio del 2021, hasta el 4 de junio porque el 5 cambió la historia, pero hasta el 4 de junio del 2021 en todos esos años sólo fueron electas como gobernadoras siete mujeres, siete. Entonces sí claro, teníamos derecho a votar, pero no derecho a ser votadas. El camino en México para lograr que podamos hablar de paridad ha sido muy largo.

Y eso, o sea, siete, cuando hablábamos, tuvimos que hacer una serie y ahorita les vamos a platicar que tuvimos que hacer una serie de ajustes, pero eso qué nos dice, por qué no eligen mujeres, ¿porque no las nominan? Ésa era una primera respuesta.

Incluso las pocas que llegaron a ser gobernadoras fue muy a pesar de todo el contexto político que se vivía en el lugar. Entonces, claro, las resistencias para que las mujeres accedieran al voto, desde el principio, en nuestro país, fueron muchas y variadas. La que sigue, por favor.

Entonces, bueno aquí, si vamos haciendo. Si vemos, por ejemplo, una breve evolución de cómo se fue dando en nuestro país, o sea, es en el 93 donde, en nuestro Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales se hace una, se sugiere a los partidos, todo era así, si quieren, si nos ayudan, por favor, miren que hay que incluir mujeres y bueno, estaría bien que les dieran el 30 por ciento, el setenta, eran indicativas, no eran obligatorias, si querían, algunos las tomaron otros no.

Ya es en el y bueno y el resultado como eso qué teníamos, pues que no había ni el 15 por ciento de las mujeres, había mujeres en la Cámaras de Diputadas y Diputados.

Ya en el 96 aplicamos las primeras cuotas, digamos las primeas cuotas donde ya se hace obligatorio el 30-70 y aquí lo que habían entendido los partidos es que el 30 por ciento les tocaba a las mujeres, en aquel momento no teníamos orden de prelación, no teníamos, sólo era el 30 por ciento, ¿qué pasó?, ¿qué creen que pasó? Pues bueno, a las mujeres las pusieron al final de las listas, en distritos donde no podían ganar, utilizaron sus nombres de relleno o como suplentes.

Entonces, ese esquema, si bien nos da, nos dio un resultado positivo porque ya en el 97, 1997 teníamos veintitantos por cientos de diputadas, o sea, se da un paso, pero no es suficiente. Entonces, aquí, pues ya, o sea los registros “chocolates”, los nombres de mujeres solo de relleno, en los últimos lugares de las listas plurinominales, o sea, estaban nominadas, pero estaban ahí donde no podían ser electas.

Ya en el 2000, claro, ahí fuimos avanzando, porque tuvimos que seguir ajustando las cuotas, porque, así como estaban no nos estaban dando resultados, les tuvimos que hacer 40-60, cambiar. Avanzamos al 40-60 en nominaciones, esto es en nominaciones y así se fue avanzando, pero también nos fuimos encontrando con otros retos.

Entonces, imagínense que aquí ustedes tienen que nombrar, tienen que hacer candidatas a las compañeras y qué pasó, bueno, pues ahí el famoso caso de “Las Juanitas”, en Chiapas. Nueve diputadas electas, ya todas electas, ya habían ganado, ya eran diputadas, todas renunciaron y sus suplentes ocuparon las diputaciones y todos eran hombres.

Y como resultado de eso pues tuvimos que hacer otro ajuste. No sólo y se fueron tomando medidas para evitar que estas acciones afirmativas que estaban diseñadas para reducir la brecha entre hombres y mujeres dejaran de ser utilizadas o dejaran de, o sólo fueran parte de este juego de simulación y tuvimos que ir regulando tanto que ahora pues tienes que poner una candidata, su suplente es mujer, pones un candidato, el suplente puede ser hombre o mujer.

Incluso, cuando vemos también estas acciones, otro caso que nos habla de cómo, mientras vas avanzando, las resistencias que te encuentras, entonces, por ejemplo, otro caso en Oaxaca de los muxes, había una acción afirmativa para las personas que se identifiquen como muxes y qué pasó, pues bueno, 11 personas se registraron, varones, se registraron como muxes, pero no querían que nadie se enterara. ¡Por favor! O sea, nada más lo pongo aquí para que me den la acción afirmativa, no lo hagan público porque eso va a afectar mi vida personal.

Entonces no eran muxes, o sea, estaban dispuestos a afirmar que eran muxes para llegar a una diputación. O sea, aun con esos avances que tenemos en la ley, se fueron buscando maneras de darles la vuelta. Y así fuimos avanzando hasta que, ya, por ejemplo, ya para el 2002, del 2000, esa legislatura ¡uju!, ya teníamos el 18 por ciento de mujeres.

Entonces, una vez que hicimos estas obligaciones para que ya pusieran sólo mujeres, para que sólo los varones pudieran tener suplentes de un género distinto, bueno, por lo menos eso nos fue dando herramientas más fuertes y claro, fuimos sancionando, se fueron incorporando sanciones para el incumplimiento de las cuotas de género. Tampoco es que cumplían porque fueran bien buena onda, no, no. Tuvimos que sancionar, tuvimos que irlos apretando.

Y entonces, aquí hay toda una cosa porque también empezamos a hablar de que se tenían que nominar en los distritos por mayoría relativa y aquí hay toda una cosa porque hasta tuvimos que diseñar criterios de competitividad porque al principio a las compañeras las nominaban en lugares donde sabían que iban a ir a perder o donde los partidos tenían pocas posibilidades.

Entonces, una vez más se cumplía de manera nominal. “Ahí está, ¿quieres candidatas? Ahí tenemos candidatas y a ver si ganan”. Entonces, ya en el 2007 pues ya teníamos la obligación de postular al menos el 40 por ciento y también les dimos criterios para que en las listas de representación proporcional por lo menos hubiera, vas intercalando, un hombre, una mujer, un hombre, una mujer, para que tuvieran más posibilidades.

También aquí, vimos que esto ya nos había, fueron encontrando maneras de darle la vuelta. Ya en el 2009 les contaba lo de “Las juanitas”, ya en el 2011 y aquí ésa es otra cosa, si bien ha habido una serie de cambios legales, otro elemento que ha ayudado para que avancemos han sido las sentencias y sí ha sido a golpe de sentencias.

Ya en el 2011, la Sala Superior emitió, en un juicio de protección ciudadana, el 12624/11 donde se declara la inaplicación de la excepción de cumplir la cuota de género y ahí ya nos establece que la fórmula tiene que ser del mismo género, por qué, pues porque se nos puede, vimos que les dan la vuelta.

Ahora, en eso se ha dado un gran salto, porque ya para el 2014 se eleva a rango de principio constitucional la paridad de género. Entonces, pues se establece que las candidaturas tienen que ser 50 por ciento, 50-50, pero imagínense el avance desde el 93, como cuotas indicativas, al 2014 ya de paridad en las diputaciones.

Claro, es hasta el 2019 que tenemos la famosa reforma de “paridad en todo”, que aquí ésta es muy novedosa porque tiene un enfoque transversal, donde el principio de paridad pues tiene que ser aplicado en todo, o sea paridad en todo y en todo es todo, todas las instituciones del Estado mexicano, todos los organismos, paridad en todo es paridad en todo.

Y aquí se nos viene toda una cosa, porque con esa reforma de 2019 que fue aprobada también por el Senado, ya para el proceso electoral 2020-2021, donde tuvimos 15 elecciones a gubernaturas, ya aquí es un principio constitucional, la paridad, pues resulta que en la interpretación que nos daban algunos senadores, también nos trataron de convencer que cuando ellos hicieron esa ley no incluía a los puestos unipersonales, entonces eso no aplicaba para las gubernaturas.

Desde el Consejo General se hizo un acuerdo para que los partidos políticos, nominaran, nacionales, por lo menos siete mujeres a gubernaturas y, bueno, pues uno creería que era muy simple, ¿verdad? Pues no, dos partidos políticos impugnaron este acuerdo, el mismo Senado que aprobó la Ley de Paridad Total, impugnó ese acuerdo.

Entonces, por diferentes razones, el Tribunal llegó a la conclusión que sí tenían que nominar los partidos por lo menos a siete mujeres, de las 15, ¿qué sucedió? Bueno, pues el 5 de junio, en una sola Jornada Electoral, cinco mujeres fueron electas como gobernadoras.

Este año que tuvimos elecciones en seis estados, los partidos políticos nacionales tenían que nominar en tres de ellos a mujeres.

¿Y cuál fue el resultado?, pues tenemos dos gobernadoras más, o sea, una vez que ya tome protesta la que falta, estaremos hablando que en México tendremos nueve gobernadoras, son 32 estados, llevamos votando desde 1955 y estamos muy lejos de alcanzar la paridad a nivel de los gobiernos locales.

Ahora, si nos bajamos a nivel municipal, ahí la historia va a ser diferente. Seguimos, por favor.

Entonces, vamos a entrarle. Yo les estoy hablando, vayamos, es ¿qué es la paridad? Bueno, la paridad es una regla de integración de los órganos representativos. Entonces aquí lo que está buscando también y aquí es una diferencia de las cuotas. Las acciones afirmativas y las cuotas son medidas temporales, la paridad en nuestro país ya es un principio constitucional.

O sea, no es una acción afirmativa. La paridad no es una acción afirmativa, es una regla permanente que además lo que pretende garantizar pues es la representación de la pluralidad de la sociedad mexicana, donde todas y todos y “todes” estemos ahí representados. Entonces, también es una, también tenemos que entender que la paridad también es un cambio hasta de paradigma de cómo entendemos la representación política y la democracia representativa.

¿Y por qué? Porque también tiene que ver cómo se nos han, cómo alcanzamos esta integración total en todas las instituciones. O sea, porque aún hoy en día, en el 2022 todavía hay espacios que se creen que no son para las mujeres o que no nos toca hacer, que eso no es lo nuestro.

Y si estamos en el 2022, pues sí, todavía escuchamos a los compañeros con una convicción tal que sí creen que deberíamos estar metidas en la cocina. Entonces, eso sí es importante también entender esa diferencia. La paridad no es una acción afirmativa, no es una cuota, es un principio y que es permanente.

La que sigue por favor. Entonces, tenemos, cuando hablamos de la paridad, pues podemos hablar de la paridad formal, que es lo que nos da la formalidad que nos dan las leyes que garantizan este principio y cómo lo vamos a aplicar y bueno, aquí, por ejemplo, ya nos queda claro que tenemos que nominar 50 por ciento de hombres y 50 por ciento de mujeres.

Ahí ya nos dice claramente qué tenemos que hacer. Ahora, nominar, tener candidaturas no necesariamente significa o no garantiza que se acceda al cargo, pero el que haya el mismo número de hombres y mujeres facilita que sean más mujeres que vayan accediendo a esos puestos de decisión.

Ahora, también tenemos, ustedes seguramente han escuchado hablar de la paridad, cuando decimos “queremos paridad”, pero queremos paridad sustantiva.

¿A qué nos referimos con la paridad sustantiva? Pues estamos hablando de una igualdad y equidad real en el ejercicio de los derechos de las mujeres, pero no sólo y hace rato lo hablábamos aquí, ¿no? Cuando hablamos no sólo es llegar al cargo, sino tener las condiciones para que puedas ejercerlo.

Aquí ya estábamos platicando y no sé, aquí los compañeros, no sé cuántos, tuvieron que buscar quién les cuidara a los niños, ¿verdad? Ése no es un asunto que les ocupe, pero a las compañeras sí. Entonces también no sólo es acceder, sino ir creando las condiciones materiales y estructurales que permitan que las mujeres que están en estos cargos de decisión puedan ejercerlos con esta otra red de apoyo.

O sea, no sólo es la paridad en los puestos, también tenemos que hablar de la paridad en los cuidados, que no es exclusivo de las mujeres, aunque nos lo han hecho creer así.

También aquí cuando hablamos de paridad sustantiva, queremos más que meramente números y aquí les doy un ejemplo, en el proceso de 2021, 2020-2021 que seguramente algunos escucharon que fue el más grande de la historia, hasta el próximo que tendremos en el 2024, pero en éste se disputaron no sólo las 15 gubernaturas, los 500 escaños en la Cámara de Diputados y Diputadas, también se disputaron mil 900 ayuntamientos, gobiernos municipales.

En este nivel, tuvimos el 50 por ciento de candidatas y 50 por ciento de candidatos, ¿saben cuántas mujeres ganaron a nivel municipal?, bueno pues tuvimos un retroceso. Les platico, ahorita no alcanzamos ni el 30 por ciento, tenemos algo así como el 27.9 por ciento de municipios que hoy en el 2022 están gobernados por mujeres.

Entonces, aquí tenemos un ejemplo, porque por un lado teníamos la paridad normativa que dice que hay que nominar 50/50 ya lo hicimos, cuando ves los resultados, menos del 30 por ciento, entonces sí nos habla también que va más allá sólo de los números y aquí hasta nos vuelve a reflexionar en un punto todavía más profundo, porque también lo que estamos viendo es que la representación de las mujeres en los puestos de decisión, el ser mujeres, no necesariamente o automáticamente implica un cambio de políticas.

Lo que sí estamos viendo es que hoy en día tenemos 250 diputadas y 250 diputados, pero no hemos visto ningún cambio o una política o propuestas de reforma legislativa que vayan avanzando la agenda no sólo de las mujeres, sino de los otros grupos también que han sufrido históricamente discriminación.

Entonces, aquí también es cuando hablamos, ¿qué más hay?, aparte de enumerarlas y entonces también aquí lo que necesitamos cuando hablamos de la paridad sustantiva o material, es hasta las condiciones que te permiten competir y alcanzar los puestos, de tal manera que puedas ejercerlos.

Claro también, también la paridad tiene una dimensión vertical y horizontal. Vertical, cuando hablamos y haces la lista, pones una mujer, un hombre, una mujer, lo vas llenando así, haces tú lista ya sea para el cabildo, tu lista para la Representación Proporcional y entonces aquí -si le cambiamos, por favor- la dimensión vertical pues sería así

Luego tenemos la dimensión horizontal, es donde tienen, por ejemplo, en el caso de las presidencias, imagínate, haces tú lista para el Consejo y luego a quiénes pones como candidatos a presidencias, entonces ahí tendrán que buscar que tengas el mismo número de hombres y mujeres en esa posición. Entonces buscas una paridad vertical y horizontal.

Si hiciéramos un eje, es como pones hombre-mujer para garantizar esas dos dimensiones de la paridad se cumplan, hasta en eso hemos ido avanzando.

Y bueno, aquí yo les quería, -la que sigue por ejemplo-, ésa es en eso. También hicimos, les comentaba el caso de las, de los acuerdos que hicimos para paridad. En el 2020-2021 nos los impugnaron, 2021-2022 donde eras tres y tres de las seis candidaturas, ése no lo impugnaron.

Este año hicimos un segundo acuerdo para garantizar que en las elecciones del Estado de México y Coahuila haya candidaturas paritarias. En ese acuerdo, nosotros desde el Consejo General, lo que le decimos a los partidos es: partido, tú decides dónde, pero en uno de esos dos estados tienes que poner a una candidata.

Nosotros no te vamos a decir dónde, pero también tienes que revisar dónde puedes ganar porque no puedes nominar mujeres para mandarlas a perder. Suena muy simple, ¿verdad?

Bueno, varios partidos fueron a impugnar este acuerdo y éste también tiene que ver porque en octubre de 2020, seguramente ustedes las van a platicar aquí, sobre las reformas de Violencias Política contra las Mujeres en Razón de Género del 13 de abril del 2020 que le dio una serie de atribuciones también al Instituto Nacional

Electoral para atender, sancionar, reparar y erradicar la Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.

En octubre de 2020 hicimos unos lineamientos para que los partidos políticos atiendan, sancionen, erradiquen la Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.

En esos lineamientos tenemos muchas novedades, pero una que incluía es que los partidos tenían que revisar sus documentos básicos para incorporar todas estas nuevas legislaciones. O sea, no estamos hablando que, eso fue en octubre, en esos lineamientos venía la “3 de 3”, venía que también los partidos tienen que darle por lo menos el 40 por ciento de sus prerrogativas de campaña a sus candidatas, por lo menos el 40 por ciento de tiempos de radio y televisión para las campañas.

Una serie de medidas para ir allanándole el camino y qué pasó, pues los partidos, no todos, algunos empezaron a revisar sus documentos básicos, pero no hicieron los cambios. Algunos los hicieron parcialmente, unos los están discutiendo, total que es 2022 y no lo han hecho.

En este acuerdo, que tuvimos también se les obliga a los partidos a reformar sus documentos básicos y esto por qué, porque no están con armonía ya con el marco legal. Nuestro marco legal electoral es muy dinámico, ha evolucionado muchísimo.

Toda nuestra normativa en lo que se refiere a Violencia Política contra las Mujeres en razón de Género ha sido, está muy avanzada y los partidos no están adaptando sus documentos a la velocidad que el marco legal. Y eso deja en desventaja a muchas mujeres.

Ahora, entonces y esto también nos lleva a una serie de, tenemos que seguir trabajando. Ustedes ven, aunque digamos que ya es un principio constitucional, tienes que seguir haciendo acuerdos para que a la hora de implementarlo podamos tener estos resultados y bueno, la que sigue, por favor.

También este tiene un efecto de y aquí hablamos también del efecto de transversalidad.

Hace rato les hablaba yo que, bueno, qué mujeres habían adquirido el voto, cuando aquí lo que es importante también es este enfoque de derechos humanos y de interseccionalidad que estamos buscando armonizar este principio de paridad, de inclusión de personas que pertenecen a otros grupos, ya sea porque son minoritarios, o históricamente han sido excluidos o invisibilizados.

Y bueno, aquí en 2021, también en este proceso no sólo aplicamos este principio de paridad para todas las candidaturas, a todos los niveles, sino también hicimos una serie de acciones afirmativas que nos permitían transversalizar este mandato y, para ello, se hicieron una serie de, hicimos acciones afirmativas para personas

indígenas y a nivel de los distritos, por lo menos Mayoría Relativa 21 tendrían que ser de Mayoría Relativa y nueve fórmulas en la lista de Representación Proporcional y, por supuesto, de esas 30 candidaturas indígenas, la mitad tenía que ser para hombres y la mitad para mujeres.

También se hizo una medida de inclusión para personas con discapacidad, donde por lo menos en seis distritos, los partidos decidían dónde, tenían que nominar personas con discapacidad y en ellas la mitad tenían que ser mujeres. También se hizo esta acción afirmativa para personas afromexicanas y aquí hablábamos que es una categoría relativamente nueva, porque es hasta la Encuesta Intercensal del 2015, 2015, que se incluyó la pregunta si alguien se reconocía como afromexicano o afromexicana.

O sea, 2015 antes no teníamos ninguna medida y ya en el Censo del 2020 se incluye la pregunta en el censo y por eso tenemos también datos de cuántas personas se van reconociendo afromexicanas y la acción afirmativa para personas afromexicanas era que tenían que nominar por lo menos cuatro, ya sea de Mayoría Relativa o que ellos dijeran dónde, porque también por la diversidad de nuestro país, a diferencia de otros países, nosotros no tenemos estas concentraciones de población afromexicana como para decir, podemos hacer un distrito.

También hubo una acción afirmativa para las personas de la diversidad sexual, o sea, tuvimos una serie de afirmativas y esto también manteniendo el principio de paridad; todas estas acciones de inclusión, de transversalidad, para incluir el principio de paridad.

Ahora, y todo esto a qué nos ha llevado, bueno, fíjense, todas estas acciones afirmativas han tenido un efecto, si ustedes ven la paridad en la Cámara de Diputados en el 2018 y en el 2021, se acuerdan que nos habían dicho que la del 2018 era la Legislatura de la paridad porque había 248 mujeres y 252 hombres, ahora a ésta la llaman la de la inclusión, tenemos 250 mujeres, 250 hombres y algo que sí les podemos decir que, con las acciones afirmativas para todos estos grupos, el 13 por ciento de la Cámara de Diputados, es decir, cerca de 60 diputadas y diputados, llegaron ahí por medio de una acción afirmativa.

Entonces, esto nos va hablando de cómo estas medidas, de un principio constitucional, lo tienes que ir aplicando, y ahí es donde se ve el resultado.

Entonces, esto lo que nos va ahí hablando también es que tenemos que ir dando pasos muy, tenemos que seguir avanzando, porque aquí, y aquí hay una discusión, hay varias teorías feministas que dicen que hacer todas estas medidas es insuficiente, porque lo primero que tendríamos que cambiar es el imaginario colectivo.

El imaginario de género, de qué son las mujeres, y cómo se concibe a las mujeres en el espacio público; entonces, no es que decir que somos mujeres es suficiente, la cosa es cómo vamos, en las democracias modernas contemporáneas, cómo vamos a vivir esta paridad también.

Porque nos implica una deconstrucción constante de lo que creemos que son las mujeres, que son las relaciones, que son los hombres, qué es lo que nos toca.

Entonces, y si no atendemos también estos fallos estructurales, estas concepciones estructurales, nos vamos a quedar siempre cortos. Uno, la democracia, efectivamente, sin mujeres no va a estar completa, pero sin ustedes compañeros, la paridad no es un asunto sólo de mujeres, esto nos afecta a todos.

Y es con la construcción cotidiana, en lo que hacemos todos los días, en cómo hacemos política, en cómo convivimos, en cómo compartimos, que vamos a tener un cambio estructural de cómo nos relacionamos.

Y podamos entonces sí que nuestros órganos de gobierno, nuestros congresos, nuestros ayuntamientos, sean eso, el reflejo de lo que es nuestra sociedad, que nos incluye a todas, a todos, y a “todes”.

No va a ser, ha sido un camino largo, no va a ser fácil, pero estamos aquí, hemos avanzado mucho, y tenemos a las nuevas generaciones que nos van a ayudar a transformar este país, a seguir transformando este país, y podamos vivir en una democracia incluyente, paritaria, y sin violencia, donde quepamos todas y todos.

Muchísimas gracias.

Segunda intervención

Nada más para terminar, algo que se me olvidó pasarles es, cómo estamos en paridad a nivel global.

O sea, hoy 2022, sólo tenemos 22 mujeres jefas de Estado o presidentas, o sea, nada más las Naciones Unidas reconoce 194 Estados que son integrantes de las Naciones Unidas.

Entonces, a nivel global nos falta muchísimo, si vemos en América Latina, pues ahorita solo Xiomara es la única presidenta, no, ahorita.

Entonces, el estar hablando de paridad, de democracia y paridad, lo que nos muestra es que nos queda un largo camino para estar normalizando que las presidentas, las primeras ministras sean lo normal.

Y, mira, y aquí todavía el ejercicio de las primeras ministras, rápidamente, para hablar, por ejemplo, la Primera Ministra de Finlandia, Sanna Marin, o sea, le sacan un vídeo de la fiesta, de que está en la fiesta, y la primera reacción de la prensa es pedir su renuncia, cuestionarse si estaba en condiciones de gobernar el país, si estaba en condiciones de mantener la seguridad del país, esta Primer Ministra tiene una característica es joven, o sea, 36 años cuando tomó el cargo.

Es la tercera Primera Ministra en Finlandia, bueno, ella fue la que se aventó el tiro de que Finlandia se integrará la OTAN, cuando años, y años, y años, los primeros ministros anteriores no se lo aventaron.

Y a ella sí le cuestionaban si estaba lista para la seguridad, le pedían la renuncia, tuvo que hacer una prueba, un antidoping para mostrar que las acusaciones de que se estaba drogando no eran ciertas.

Y yo nada más los pongo en perspectiva, las fiestas donde estuvo el ex, ahora, ex Primer Ministro Boris Johnson, o sea, este primero dijo no era fiesta, no sabía que era una fiesta, estoy con la copa, en la música, pero no era fiesta, o sea, nadie le cuestionó, sobre todo cuando tenías al país en un confinamiento obligatorio, este señor estaba de fiesta y nadie cuestionó su capacidad, ni de gobierno, ni de mantener la seguridad, ni de mantener la estabilidad, hasta les parecía gracioso.

Entonces, hasta las expectativas de las mujeres que llegan a ocupar estos cargos públicos todavía tienen esta carga de estereotipos, y de lo que se supone que tenemos que hacer.

Entonces, otro ejemplo, este otro señor, el Primer Ministro de Australia, ahora que se ha aventado unas declaraciones buenísimas, pero al señor lo filmaron en el estadio viendo un partido, como todos los humanos, viendo un partido de fútbol, echándose unas cervezas, ¿y al señor le cuestionaron? No.

O sea, al señor le celebraban que era un hombre del pueblo y que estaba con el pueblo echándose unos tragos, como tienen que ser.

¿Usted se imaginan la reacción si la Primer Ministra de Finlandia, en lugar de haber estado en una fiesta se hubiera ido a un estadio? Porque de eso también estamos hablando cuando reflexionamos sobre democracia, sobre paridad, porque eso también lo incluye, en el ejercicio del cargo, cómo es la percepción, lo que se espera.

Porque, además, resulta que si eres mujer, pues tienes que ser súper mujer, no sólo tienes que ser una perfecta profesional, perfecta mamá, tienes que verte bien, te tienes que, pues, estar bien portada, estar bonita y bien portada.

Y hacer lo que se supone, porque si te sales un poco del molde, puedes tener estas reacciones tan violentas, como el caso de la primera ministra en Finlandia, o sea, estás hablando de Finlandia, ahí las mujeres empezaron a votar en 1903, siempre están en todos los rankings de felicidad, de buena vida, su brecha de género es casi cerrada y tienen estas respuestas.

Entonces, sí es un asunto no sólo de llegar, no sólo de participar, sino también de cómo se ejerce el poder y las expectativas que tenemos todas y todas de las mujeres que están en esas posiciones.

Muchas gracias.

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