Intervención de Lorenzo Córdova, durante la inauguración del Foro: Presencia y legado IFE-INE en el México actual

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, DURANTE LA INAUGURACIÓN DEL FORO: PRESENCIA Y LEGADO IFE-INE EN EL MÉXICO ACTUAL. HOMENAJE AL LIC. FERNANDO ZERTUCHE

Muchas gracias.

Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

Saludos con mucho afecto y agradecimiento a Martha y a Sofía Zertuche, por supuesto, a Pepe Woldenberg, por su participación en este acto homenaje que, con don Fernando, sentaron las bases sólidas sobre las que se fue edificando esta institución en una primera etapa, en su primera etapa como órgano plenamente autónomo del poder independiente de los partidos políticos.

Saludo también con mucho afecto y agradecimiento a quienes integraron la Junta General Ejecutiva, encabezada por el maestro Woldenberg y por don Fernando Zertuche en ese primer IFE autónomo: Alberto Alonso y Coria, entonces Titular de la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores; Arturo Sánchez, Titular, entonces de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos.

A nuestra querida MariCarmen Alanis titular de la DECEyEC; a Jaime Rivera, en su doble cachucha, entonces como Titular de la DEOE, de la Dirección de Organización y ahora como Consejero Electoral del INE.

Y, a Manuel Carrillo, como titular de la Coordinación de Asuntos Internacionales.

Por supuesto, agradezco también muchísimo la presencia de mi colega la Consejera Carla Humphrey y de todas y todos ustedes, amigas y amigos de don Fernando y también del IFE y del INE.

Pocos eventos hemos realizado en este auditorio que sean tan emotivos como el de hoy.

Cientos de libros, de conferencias, de mesas de debate, homenajes a figuras públicas y la participación, y las presentaciones de teóricos de la democracia, han tenido lugar en esta histórica sala.

También aquí hemos realizado ceremonias a las compañeras y compañeros que obtienen mejores calificaciones en el Servicio Profesional Electoral y los homenajes para quienes han cumplido mayor antigüedad en la Institución.

Incluso, ante el creciente interés que han adquirido las elecciones para la convivencia en clave democrática, durante los procesos electorales, este auditorio ha servido para que las y los candidatos a la Presidencia de la República den un mensaje cuando solicitan su registro, y para que personas interesadas en el desarrollo de la Jornada Electoral escuchen los debates y posicionamientos que se dan durante las sesiones del Consejo General.

Pero el evento de hoy es diferente. No sólo es emotivo, sino también está impregnado de afecto, de historia y de las convicciones de uno de los principales constructores de esta Institución: don Fernando Zertuche Muñoz.

Fernando Zertuche fue profesor universitario y un apasionado por la historia de México; fue un hombre de letras a quien su gusto por investigar y escribir lo llevó a publicar decenas de libros y artículos sobre personajes de nuestra historia, así como sobre temas jurídicos y políticos; fue un hombre que dedicó su vida al servicio público y que entregó generosamente sus conocimientos, experiencias y sabiduría para la construcción de un país de derechos con instituciones democráticas.

Don Fernando era un hombre pulcro, elegante y culto, un verdadero hombre bueno, que siempre en medio de las pasiones, con parsimonia, templanza, responsabilidad con las que siempre se condujo, pasiones que hervían en el momento en que entró en crisis el sistema del partido hegemónico, en Don Fernando encontró un ancla de estabilidad y de serenidad.

En ese contexto, sus vivencias, experiencia y conocimientos siempre estuvieron al servicio de una autoridad electoral, entonces todavía joven y naciente, que se fortaleció al convertirse en un órgano constitucional autónomo, primero en su rol, ya mencionado aquí de consejero ciudadano, y luego, como Secretario Ejecutivo del Instituto Federal Electoral

A su paso por esta institución, Don Fernando nos dio muestras cotidianas de respeto por el personal que colabora en esta Institución; de templanza ante las presiones políticas; de tolerancia ante a las diferencias y de una excepcional calidad humana, que han sido un ejemplo para todas las personas que tuvimos el honor de conocerlo y de tratarlo.

Un caballero, un funcionario ejemplar, y un estadista, en suma.

La cordialidad con la que se desempeñó como consejero ciudadano y posteriormente como Secretario Ejecutivo del entonces IFE, demostró que, en política, el respecto siempre favorece el diálogo y la construcción de acuerdos y que, por intensas y apasionadas que se vivan las diferencias políticas, lo cortés no vulnera la probidad institucional.

Tan sólo recordemos la intensidad del debate político que predominó la década en la que Don Fernando sirvió a esta institución, entre de 1994 y 2004. El periodo de la primera alternancia y los años de las mayores sanciones impuestas por esta autoridad electoral a los partidos políticos producto de una fiscalización realizada contra viento y marea.

Eran tiempos en los que las tensiones políticas estaban a tope y en los que tenía que construirse una gradual y paulatina confianza social en torno a una institución relativamente nueva y comprometida a ejercer su autonomía, y que, además, siempre se negó a someterse a los poderes constitucionales y fácticos, y menos aún a los partidos políticos.

Un legado de entonces que hoy todavía procuramos honrar en cada decisión que los órganos de esta institución toman.

Ese fue el contexto en que el Fernando Zertuche desempeñó uno de los cargos más complejos de esta Institución, y lo hizo, como decía, con templanza y con mucho diálogo y tolerancia; con apertura y absoluta honestidad.

Cuando escribí este mensaje recordaba las tensiones, afortunadamente encausadas democráticamente de aquellos años, francamente pensaba cómo nos hacen falta hoy funcionarios ejemplares como Don Fernando Zertuche en un México polarizado e intolerante en el que vivimos y, en esta era de posverdad en la que abunda la calumnia y el diálogo se ha sustituido absurdamente por la intolerancia y la confrontación.

Justo por el contexto político en el que estamos hoy como nación y el delicado momento por el que atraviesa nuestra democracia y sus instituciones, es que se vuelve relevante realizar un homenaje a un hombre de Estado, culto y siempre abierto al diálogo con todas las fuerzas políticas, como don Fernando.

Y aquí me voy a salir del guion, porque escuchando a Pepe recodar a Don Fernando, resulta inevitable, inevitable subrayar la importancia que para la fortaleza institucional desde entonces y hoy y siempre, se requiere en esa dupla que mandata la propia Constitución, mandata la propia Ley, pero que no siempre o necesariamente se aterriza entre el Secretario Ejecutivo y el Presidente del Consejo General.

José Woldenberg y Don Fernando Zertuche fueron y han sido y siguen siendo en ese sentido un referente. Esa dupla es clave para el buen funcionamiento de esta institución, es una de las tareas de la estabilidad, de las bases, perdón, de la estabilidad y de la fortaleza institucional. Si funciona esa dupla, el IFE, ahora convertido en INE, se fortalece, sino se debilita.

Todos los presidentes y secretarios ejecutivo, hablo por mí y me atrevo a hablar por también por Edmundo, aspiramos y siempre hemos procurado hacerlo al reproducir esa relación histórica que establecieron Pepe Woldenberg y Fernando Zertuche, y son, en ese sentido, un modelo permanente y estoy seguro que en el futuro también seguirá siendo un punto de referencia.

Este homenaje, ciertamente representa un merecidísimo reconocimiento a un hombre que contribuyó tanto a la construcción de esta autoridad electoral como a la credibilidad social en nuestras elecciones y las instituciones que la organizan.

Y aunque este homenaje Presencia y Legado es un pequeño, muy pequeño homenaje del INE, de su INE, a las aportaciones que durante toda su vida hizo Fernando Zertuche para que el servicio público y especialmente la competencia electoral, imparcial y equitativa, se convirtieran en herramientas de transformación y en la base para la convivencia en clave democrática que ha caracterizado al México de la transición. Se trata pues de un homenaje obligado y convencido.

Concluyo, con este homenaje el Instituto Nacional Electoral hace público su reconocimiento a uno de esos constructores de la democracia mexicana; a uno de esos hombres que, con educación, sensibilidad y caballerosidad, altitud de miras, debo decir, puso una vida de cultura política y de vivencias en el sector público al servicio de la institución emblemática de la democracia mexicana, el entonces Instituto Federal Electoral, hoy Instituto Nacional Electoral.

Siempre estaremos agradecidos y agradecidas con él por ello.

Es claro que la historia de México se puede contar con el parteaguas que significó la creación del IFE: hay una historia antes del IFE y otra después del IFE.

De la misma manera, creo que esta autoridad electoral no habría logrado los niveles de confianza que hoy se tienen, sin esa generación de servidores públicos comprometidos, probos, plurales y dialogantes que abrevaron de la cultura y la sabiduría de Don Fernando Zertuche y que hoy conforman la estructura profesional de esta institución.

Va un abrazo Fernando, en donde quiera que estés.

Te extrañamos y seguiremos tu ejemplo de cordialidad, inclusión, diálogo y responsabilidad de Estado hasta el último día de la responsabilidad que tenemos encomendada al frente de esta entrañable Institución.

Y ahora, si ustedes me lo permiten, cumpliendo o parafraseando la función que la ley me confiere como Consejero Presidente durante las sesiones del Consejo General, permítanme darle el uso de la palabra al licenciado Fernando Zertuche Muñoz, Secretario Ejecutivo del Instituto Federal Electoral.

-o0o-