Número: 115
- Realiza INE la Conferencia Magistral Estacional 2019 «Ciencia y democracia: quo vadis, México?», a cargo del científico de El Colegio Nacional
- Destaca Consejero Presidente, Lorenzo Córdova, la participación de la ciencia en momentos claves de la construcción de los procesos electorales
La ciencia ha coadyuvado a la construcción de la democracia mexicana, afirmó el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, al comentar la Videoconferencia Magistral Estacional 2019 «Ciencia y democracia: quo vadis, México?», que impartió el científico y miembro de El Colegio Nacional, Antonio Lazcano Araujo.
Córdova Vianello enfatizó el vínculo entre la dimensión electoral y la ciencia y señaló que, desde que se convirtió en la palanca del cambio político, el INE ha estado íntimamente vinculado con el mundo de la ciencia a través de los comités técnicos del Padrón Electoral, del Conteo Rápido y del Programa de Resultados Electorales Preliminares, entre otros, que implican un involucramiento directo de la ciencia en la construcción democrática de nuestras elecciones.
“No es casual que momentos ejemplares, fundacionales de los procesos electorales, momentos importantísimos sobre los que se ha fundado la certeza y la confianza de nuestros procesos, pasen por la convocatoria y el auxilio que científicos destacados de centros de enseñanza y de investigación superior, fundamentales en nuestro país, para acompañar el trabajo de construcción de elecciones democráticas”.
La relación ciencia y democracia es intrínseca e indisoluble, dijo, están fundadas en parámetros comunes como el carácter laico y parten de la premisa de que el conocimiento y la interacción política de las personas pasa por la tolerancia y por la negación de verdades dogmáticas.
“Una forma de gobierno que pretende imponer una verdad, un dogma, es una forma de gobierno autoritario; cuando estamos frente a una ciencia que parte de un dogma, estamos inevitablemente frente a una ciencia pre moderna o anti moderna”, señaló el Consejero Presidente.
Lorenzo Córdova enalteció la formación de Antonio Lazcano a quien consideró uno de los científicos más destacados de México, miembro de El Colegio Nacional, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, investigador de prestigiosos institutos y colaborador de revistas científicas y dedicado a la investigación y docencia sobre el origen y evolución temprana de la vida.
La ciencia es participativa
En su intervención, Antonio Lazcano aclaró que la ciencia no es democrática, es participativa, y esa participación exige un proceso de reflexión crítico tanto en el modo de conocimiento o de descripción de los fenómenos naturales como en la manera en que las verdades son examinadas.
“Uno no puede votar si la pandemia de COVID-19 la causa un virus, uno no puede votar si los meteoritos caen del cielo, uno no puede votar si el calor va de un cuerpo que tiene mayor temperatura a uno de menor temperatura, uno trata de mostrar de manera objetiva cuál es la realidad y a veces esa realidad se confunde un poco, pero la ciencia es como la democracia, que tarde o temprano corrige sus errores, y yo espero que, efectivamente, eso ocurra más pronto que tarde en todos los lugares”.
En seguida, Lazcano hizo un recuento del camino que sigue la ciencia a nivel internacional, acompañada del crecimiento de movimientos anticientíficos; la imposición de modas científicas definidas por unos pocos en el poder académico; la reducción de la inversión pública en la investigación, y lo que llamó la demografía del aparato de la investigación científica, acaparado en su mayoría por hombres.
Posteriormente delineó la situación de la ciencia mexicana, donde el aparato científico es reciente y cuyo papel no se puede medir únicamente en términos de la producción, sin tomar en cuenta el desarrollo de la sismología, astronomía, arqueología, lingüística y el conocimiento de la riqueza biológica.
Lazcano Araujo denunció que la ciencia en México enfrenta la ausencia de un modelo de crecimiento, falta de proyectos o políticas transexenales, recortes presupuestales en la materia, poca inversión y centralización.
“Un problema muy terrible que yo encuentro es el debilitamiento del laicismo como un componente esencial del pacto social de la República. Tenemos que exigir la laicidad como un elemento fundamental en el desarrollo histórico de la ciencia”, agregó.
Planteó que “más allá de lo que ocurra en elecciones futuras, la política científica, no volverá a ser la misma en México, ha sufrido un golpe brutal y hay una conciencia mayor de la comunidad de que debe participar en la definición de las políticas de la investigación científica y tecnológica nacional”.
No puede haber democracia sin ciencia
El investigador dejó en claro que “no puede haber democracia sin ciencia”, en el sentido de que los productos de la ciencia deben estar al servicio de un mejoramiento de las condiciones intelectuales, sociales, médicas en que vive la gente.
Una sociedad contemporánea no puede prescindir del conocimiento científico si queremos dejar atrás el dominio de grupos religiosos, de intereses ideológicos, etcétera, enfatizó.
“Tenemos que garantizar un desarrollo de la investigación que evite las visiones ideologizadas y populistas”.
Esto, agregó, exige que una comunidad científica que es cada vez mayor como la mexicana en una sociedad con una enorme cantidad de jóvenes, debe ser tomada en cuenta en cualquier proyección de hacia dónde queremos que vaya el país y “eso exige que la clase política preste atención a la comunidad científica, no sólo en términos de promesas electorales, sino en la implementación de medidas muy concretas”.
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