VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, DURANTE LA VIDEOCONFERENCIA FRAGILIDAD DEMOCRÁTICA, EN EL MARCO DE LA CÁTEDRA EXTRAORDINARIA “ENCCÍVICA” FRÁNCISCO I. MADERO
Y, es que este contexto de crisis sanitaria, como nos enseñan distinto aprendizajes, distintos casos a nivel internacional, puede convertirse en un espacio de reforzamiento de los principios y valores democráticos, pero también puede socavarlos.
Así como hemos visto algunas reacciones en donde la lógica misma de tolerancia sobre la que se fundan los sistemas democráticos, de respeto de los derechos y de actuación de las autoridades para enfrentar la crisis sanitaria y la crisis económica, se han apegado a los parámetros fundamentales de la democracia constitucional, incluso, de esos espacios de excepción en los cuales algunas libertades y derechos, como por ejemplo, el libre tránsito tiene que suspenderse, se han enmarcado dentro de los grandes parámetros, dentro de los grandes postulados de las propias democracias constitucionales.
Las democracias constitucionales no son desafortunadamente inmunes a las situaciones de emergencia, pero las situaciones de emergencia en una democracia constitucional se enfrentan con y a través de las herramientas que la propia democracia constitucional dispone.
Existen mecanismos de eventual suspensión de derechos, pero claro, a la par de los mismos existen mecanismos acentuados de control y de revisión de las actuaciones en común.
Paralelamente a esto, hemos encontrado, hemos visto también en el mundo algunos países que han enfrentado la pandemia, digamos, con una vocación poco democrático, si se quiere, incluso, abiertamente en contrario, en donde esta circunstancia de excepción ha sido un buen pretexto para reforzar, digamos, las expresiones antidemocráticas que lamentablemente de tiempos acá, en virtud de eso que vivamos un fenómeno global que nos ocupa a todos y que es el descontento con los precarios resultados que la democracia, que los gobiernos democráticamente electos han generado, que tiene que ver con la profunda desigualdad que lamentablemente el modelo económico por el que se ha optado en los tiempos recientes ha provocado.
Nunca antes en el mundo había habido tanta riqueza, pero nunca antes había habido tanta desigualdad, una pobreza diletante que resulta ominosa y que ha generado una inconformidad social que constituye, repito, un peligroso caldo de cultivo para la recreación de los valores y de los principios de la convivencia democrática.
En algunas ocasiones esto se ha traducido en la generación de estados de excepción sin los controles que la democracia constitucional genera, se ha traducido en la pretensión de concentración del poder en los ejecutivos sin los controles y contrapesos que la democracia constitucional, que incluso en las ocasiones de emergencia, es más, particularmente en las situaciones de emergencia demanda.
Lo cual, evidentemente constituye un momento muy delicado, porque si bien hoy estamos viviendo una situación todavía generalizada de confinamiento y de excepción decretada por la emergencia sanitaria, en los tiempos que vienen la democracia tendrá que constituirse a plenitud y convivir con los tiempos, con los nuevos tiempos pos coronavirus.
Evidentemente se trata de una situación que no será sencilla de asimilar; la democracia, por venir, no digo que tenga que reinventarse, pero evidentemente tendrá que reforzarse y adaptarse a los nuevos tiempos y coyunturas, sin perder su esencia, porque en muchas ocasiones de la historia, crisis económicas, crisis políticas, crisis sanitarias, incluso, han derivado en crisis democráticas en donde esta forma de gobierno se agota.
En donde, en nombre de la democracia, o de una presunta democracia, las reglas del juego que rigen esta forma de gobierno se trastocan y dan paso a algo que de democracia solamente tiene el cascarón, o el nombre.
Esos son los desafíos en los que estamos y esos son justamente los tiempos, tiempos duros, tiempos recios, parafraseando a Vargas Llosa, que enfrentan las sociedades modernas.
Es cierto que hemos venido construyendo una serie de mecanismos de control, es cierto que en los tiempos recientes, las democracias constitucionales después de la Segunda Guerra Mundial han tenido una serie de mecanismos y salvaguardas que antes resultaban impensables, es cierto que el papel de la sociedad civil hoy es mucho más activo, mucho más intenso, dando espacio o dando pie a esto que autores como John Keane, definen las democracias monitoreadas; es decir, democracias en donde las instancias del poder político no solamente tienen los contrapesos tradicionales, sino además, son revisadas, auditadas, controladas desde la sociedad.
Pues todos estos retos tendrán que replantearse y reformularse de cara a los tiempos que vienen, son tiempos, como reza esta conferencia virtual, de fragilidad democrática, pero también, son tiempos de oportunidad para reivindicar la apuesta que durante décadas, sociedades como la mexicana, han venido haciendo por construir una democracia, muy precaria, en muchos sentidos, deficitaria, en mucho otros, con una gran serie de promesas incumplidas, parafraseando a Norberto Bobbio, pero que al final del día, nos ha llevado a un régimen de libertades infinitamente distinto, superior, me atrevo a decir, de aquel régimen autocrático que en el pasado, parafraseaba a Vargas Llosa con aquellos tiempos recios, el mismo Vargas Llosa definió como “la dictadura perfecta”.
Son tiempos también de reflexionar y de reivindicar los valores, repito, y los principios que nos han permitido convivir en paz en una sociedad tan plural y tan diversa como lo es la mexicana.
Sin más, agradezco de nueva cuenta a la doctora Martha Singer y al doctor Alejandro Monsiváis la oportunidad que nos brindan de escuchar sus reflexiones y de poder tener este espacio de interacción virtual con ellos.
Muchas gracias a nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México, perdón que hable a nombre de la UNAM, son un académico prestado, soy de la UNAM, así que nunca dejaré de reivindicar esa proveniencia y esa pertenencia.
Muchas gracias a nombre del Instituto Nacional Electoral y muchas gracias, por supuesto, a nombre de la Cátedra Francisco I. Madero.
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