Intervención de Ciro Murayama, en la Mesa Redonda: Los desafíos rumbo al Proceso Electoral 2017-2018

Escrito por: INE
Tema: Consejeras y Consejeros Electorales

Claro que sí, muchísimas gracias.

Ciro Murayama Rendón, Consejero Electoral.

Muy buenas tardes a todos, es un gusto que el INE sea sede de esta Primera Reunión, que he de decir, en buena medida fue una iniciativa del Fiscal Santiago Nieto que nosotros recibimos con entusiasmo.

Y es muy grato  ver tantas caras conocidas de autoridades electorales locales.

Y voy al tema de la mesa, los desafíos hacia 2017-18, que están ya a la vuelta de la esquina.

Creo que no podemos plantear una identificación de los retos que tienen o que tenemos las autoridades electorales de cara a la organización de un proceso de movilización de tantos millones de ciudadanos compitiendo por puestos de elección popular, definiendo con su sufragio la conformación de los puestos de gobierno y de representación sin estar atentos a los signos políticos de los tiempos.

Vivimos unos días en el mundo en los cuales la democracia empieza a plantearse como un asunto plebiscitario en donde vemos riesgos de involución hacia ciertos, y de involución respecto a ciertos territorios que creíamos civilizatoriamente o civilizadamente conquistados, un rebrote de antivalores democráticos.

Pero en nuestro país estamos, quizá, en el momento de mayor hartazgo colectivo frente a la corrupción. Si hoy se levantar encuestas, el signo de los tiempos, se están levantando, lo que nos dice es basta conversas con amigos, conocidos, para identificar que lo que ha pasado con distintos ex gobernadores ha colmado la paciencia.

Lamentablemente eso ocurrió, yo digo venturosamente la reacción social es como nunca, contraria a esas prácticas que han lesionado a la sociedad mexicana, al Estado mexicano y a sus instituciones.

Pero también tenemos que reconocer que ese hartazgo es una nube negra sobre el conjunto de las instituciones públicas de las que nosotros formamos parte, y que desde ese punto de vista, hay una desazón y una falta de credibilidad, me atrevo a decir muy extendida, no diría unánime, porque en sociedades tan complejas como la nuestra no hay unanimidades, tampoco en los puntos de vista sociales, hay una muy extendida indignación, hay una muy expandida indignación hacia la política, hacia las instituciones públicas, y finalmente, hacia la democracia y sus resultados, como algunos colegas han señalado ya.

Pero al mismo tiempo, yo llamaría la atención a que justo en medio de esta bruma, que por momentos es asfixiante, creo que la ciudadanía quiere encontrar caminos de salida, caminos transitables, porque a nadie en su sano juicio se le ocurre que empeorando las cosas mejoraremos. Hablo quizá del ciudadano común.

Y eso nos da a nosotros una gran oportunidad porque van a ser las elecciones ese evento que concite adhesiones para encontrar una oportunidad para transitar a un nuevo horizonte.

Qué pasaría si no tuviéramos la fecha electoral del primer domingo de julio del año que entra como la oportunidad de renovar nuestros poderes. Pues esta olla de presión quizá no tendría esa válvula para la expresión del descontento.

De tal manera, que me parece que el propio calendario electoral, el que México se haya construido una ruta  electoral muy clara en términos de sus plazos, y que haya, además, hecho coincidir tantos procesos electorales, 30 locales, los federales, hacia la mitad del año que entra, lo que nos dice es que esa es la fecha de llegada de buena parte de este malestar ciudadano. Que no es contra un partido solamente, es contra distintas manifestaciones del ejercicio irresponsable del poder.

Y nosotros, como autoridades electorales, somos los garantes de que esa ruta se transite sin tropiezos, con certezas, y que la gente pueda expresarse.

Y sí, en medio de este desazón hay quien dice con mucha frecuencia, creo que tenemos una pobre deliberación pública y unos medios de comunicación que se han sumado con cierto entusiasmo a esta práctica de la pos verdad, que antes le llamábamos mentiras, señalando que todo está podrido y que todo es exactamente lo mismo, y que no hay ningún asidero.

Bueno, en efecto, hemos perdido asideros, pero creo que frente a la idea de que del Estado es la culpa y que el Estado es una sola cosa, debemos de reivindicar que es a través del Estado, es decir, del gran acuerdo social plasmado en nuestra Constitución, en las leyes y gracias a que existen instituciones como tenemos todavía oportunidad de encontrar alguna salida productiva, porque si no hubiera Estado, si no hubiera elecciones, si no hubiese instituciones públicas quién va a resolver los problemas: el mercado, las empresas, la ley del más fuerte que se impone en cada territorio, el que robe más gasolina, el que pueda cobrar el uso de suelo e imponer su voluntad.

A ver, o es por el Estado o es de manera violenta, y la posibilidad de que sea por el Estado es renovando los poderes políticos, quien toma las decisiones desde el gobierno y quien hace las normas y ejerce el control desde los poderes de representación desde el legislativo como algo podrá tener sentido. Y esa es la misión fundamental, ese es el gran desafío de 2018, tener elecciones auténticas, genuinas.

Insisto, la gente está cansada, pero también se sabe que las elecciones son una oportunidad de renovación, y no sólo son unas siglas por otras, implica cambios muy importantes en acotar el ejercicio del poder, e incluso, cambios muy importantes en términos de la impunidad.

O es gratuito que se haya reactivado el expediente contra el exgobernador de Tamaulipas cuando se dio la alternancia en Tamaulipas, ahí está Veracruz con su alternancia, ahí está la alternancia en Chihuahua, ahí está en Sonora para hablar de otro partido y de otro tipo de alternancia. No es cierto que la alternancia sea anodina para los malos gobernantes.

Y tampoco quiere decir esto que sólo cuando hay alternancia hay elecciones genuinas, nosotros tenemos que comprometer elecciones genuinas.

Pero si uno, el otro día lo explicaba este politólogo español que ha estudiado mucho los sistemas políticos de América Latina, Manuel Alcántara, analizando la situación en Venezuela, dice: a ver, ¿qué tan democrático es un sistema electoral en la lógica gobierno-oposiciones? Bueno, pues hay que remitirse a los datos de si el sistema electoral permite alternancia.

A largo plazo, el sistema electoral más democrático en esta dialéctica gobierno-oposiciones es aquél en donde las posibilidades de triunfo son iguales al .5, al 50 por ciento, gobierno-oposición. Hay las mismas posibilidades.

Bueno, revisemos nuestro sistema electoral, nuevo si quieren, no tan nuevo pero del último tramo el sistema nacional de elecciones desde que nació el INE y nacieron los OPLE.

No me meto, hay que hacer el análisis de los datos porque son muy ricos en las elecciones municipales, simplemente las más visibles, las de gobernador, llevamos 21 elecciones de gobernador del 15 para acá, y 11 alternancias.

Es un sistema electoral que está probando ser altamente democrático, y eso es lo que a nosotros nos debe interesar, que las elecciones funcionen para que lleguen a los puestos de gobierno y de representación quienes los ciudadanos decidan. Y por eso creo que en medio de tanto ruido, nosotros como autoridades electorales, tenemos que volver al ABC, a lo básico, a la piedra de toque, a lo que ya decía, por ejemplo, Gaby, (inaudible).

El Padrón Electoral pasa todas las pruebas que gusten, sólo votan ciudadanos de carne y hueso, no hay rasurados ni muertos votantes. Padrón confiable es condición sine qua non para elección confiable.

Tenemos actores políticos en plural altamente competitivos, partidos políticos nacionales y candidatos independientes, ya quisieran las oposiciones en el mundo entero tener las garantías que se dan en México. Pregunten, digo, nos podemos ir al extremo venezolano, pero vayan a cuantos partidos de oposición tienen tan grandes bolsas de financiamiento para participar, cuántos candidatos en el mundo tienen acceso a la radio y la televisión sin pagar, sin vender su alma al diablo de los poderes fácticos mediáticos. En México lo tenemos.

No hay para los jugadores de la política terreno más parejo que el que se ha construido en México, claro, hay quien puede siempre, lo escribió Eduardo Galeano hace mucho en su libro sobre futbol, a nosotros nos toca ser árbitros y ya sabemos que los jugadores siempre, cuando gana, cuando pierden es por el árbitro, y cuando ganan es a pesar del árbitro.

Pero lo cierto es que hacia la ciudadanía creo que hay comunicar lo más importante, que hay plenas garantías para elecciones auténticas, lo estamos viendo en las tres, cuatro entidades aquí representadas.

Hoy en la noche se da el primer debate en el Estado de México, acaba de ser en Coahuila, en Nayarit; y vean las encuestas, nadie puede darse por ganador de antemano y se está cumpliendo esa máxima de que la única incertidumbre legítima en democracia es el resultado electoral, porque ese lo van a construir los ciudadanos votando.

Entonces, cuál es el desafío grande que tenemos nosotros, el mayor, hacer bien las elecciones. Y cuando las elecciones están bien hechas, cuando el ciudadano tiene garantía de que va a haber una casilla instalada cerca de su domicilio donde van a recibir su voto y le van a entregar la boleta sus vecinos que fueron sorteados y capacitados para ese fin; donde los partidos están simplemente como observadores; donde se puede votar en secreto; donde nadie puede presentarse con su credencial a votar en su casilla o en algún otro lado; donde tenemos delante de la vista de todos y a lo oído de las campañas en radio y televisión, pueden ser cansinas, pueden ser cansadas pero nadie puede decir que ha sido excluido. Ahí tenemos elecciones genuinas.

Y, además, debemos garantizar muy eficiente registro de candidatos, de candidatos independientes, dejar de cometer errores en la actualización del sistema nacional de registro de candidatos, tener los candidatos a tiempo, checar que lo que entregan en disco viene en las cajas para que luego no bajen a los independientes, sancionar muy fuerte cuando encontramos que hubo presidentes municipales que desviaron recursos a un partido político, los actos anticipados de campaña, ejercer nuestra autonomía.

He oído que con frecuencia se dice, es que hay pocos recursos, nunca va a haber recursos suficientes, pero con los que tenemos y con la convicción de ejercer una autoridad, un papel de autoridad autónomo, independiente, imparcial, equidistante, tenemos, y tan tenemos que ahí están los resultados de las últimas elecciones.

No es una serie corta de elecciones genuinas que ocurren una y otra y otra vez, de tal suerte que, si nosotros hacemos lo fundamental bien, estamos contribuyendo a las elecciones genuinas, y por supuesto, habrá tentaciones de juego sucio, pero cuando hay garantía de voto libre, el juego sucio se diluye y el juego sucio no tiene posibilidad de incidir en torcer la voluntad popular.

Entre más alta sea la participación ciudadana, el voto que haya logrado ser condicionado o comprado pierde su peso, por eso, a mayor participación menor posibilidad de incidencia de quienes juegan mal. Y alimentar, fomentar la participación ciudadana es muy, muy importante.

Yo acabo señalando una cosa.

A veces se dice que lo obvio es lo más difícil de ver. Para quien confunde su estado de ánimo con el análisis político, que es muy común ahora que se ha extendido la industria de la comentocracia y entonces se pone uno delante de un micrófono en radio, y pues agarra de payaso las bofetadas a toda la clase política y a las instituciones públicas y demás; pues arrojar lodo, contaminar, llamar incluso a no votar, démosle la espalda a esto, es relativamente fácil, es sexy en las redes sociales. Pero ojo, frente a esos estados de ánimo que no análisis de fondo que ayudan al discurso anti político y que dicen que aquí no estamos ante la posibilidad de ejercicios democráticos, porque todo estará trucado, yo diría volvamos a lo básico, a lo elemental, no hay una sola elección que pueda ser determinada por el juego sucio si hay alta participación de una ciudadanía inquieta y comprometida.

Yo fui a Nayarit cuando nos nombraron consejeros, cuando nació el INE y ya había arrancado un proceso electoral y nos decía la oposición “vean aquí, es una elección de Estado”. En efecto, todas las bardas, o casi todas, eran del partido que estaba en el gobierno en la capital del estado, el logo del presidente municipal se confundía con el logo del candidato a la presidencia municipal; compramos los periódicos locales, todos daban como ganador en encuestas al mismo candidato, me acuerdo, “Roy, Roy va ganando”, y uno decía, pues yo ya viajé a los años 70, no, no tomé un avión, sino una máquina del tiempo, regresé unas cuantas décadas para atrás.

Estaba, y la oposición nos decía, esto es una elección de Estado. Bueno se fue al sufragio, Sergio era Presidente del… todavía no era OPLE ¿no? Y qué paso, pues que perdió Roy, porque la gente votó como quiso y cuando la gente vota como quiere estamos ante una elección democrática.

Entonces, hagamos nuestro trabajo, oigamos menos tertulias  y respetemos más a la ciudadanía. La ciudadanía es más responsable, más independiente y menos manipulable de lo que muchos actores políticos creen.

Si nosotros garantizamos el sufragio libre, el sufragio efectivo, como se decía hace un siglo, habremos cumplido con nuestro trabajo.

Gracias.

Versión Estenográfica,  de la Mesa Redonda: Los desafíos rumbo al Proceso Electoral 2017-201, segundo día de trabajos de la primera reunión nacional de evaluación y coordinación con los institutos y fiscalías Electorales con motivo de los Procesos Electorales 2017-2018, realizado en el auditorio del INE

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