Versión estenográfica de la Conferencia Magistral, Integridad Electoral y mecanismos para contender la erosión democrática

Escrito por: INE
Tema: Conferencia Magistral

Presentadora: El Instituto Nacional Electoral les da la más cordial bienvenida a la Conferencia Magistral “Integridad Electoral y Mecanismos para Contener la Erosión Democrática”, la cual forma parte del Ciclo de las Conferencias Magistrales Estacionales.

Agradecemos la presencia en este evento del Doctor Uuc-kib Espadas Ancona, Consejero Electoral del Instituto Nacional Electoral.

De la Doctora Laura Gamboa, Conferencista del día de hoy.

Del Doctor Manuel Martínez Justo, Integrante del Comité Editorial del Instituto Nacional Electoral.

De manera especial agradecemos la presencia del alumnado y profesorado de la Universidad de la República Mexicana y de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Gracias también a quienes siguen la transmisión en vivo a través de las redes sociales y página web del Instituto Nacional Electoral.

La moderación de esta Conferencia Magistral correrá a cargo del Doctor Manuel Martínez Justo, Integrante del Comité Editorial del INE, de quien me permitiré leer una síntesis curricular.

Él es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Santiago de Compostela, España; Maestro en Comercio y Financias Internacionales por la Universidad de Barcelona, España; y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, con Mención Honorífica por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Ha desempeñado varios cargos administrativos en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, entre ello, Jefe de la División de Ciencias Socioeconómicas, Coordinador de la Licenciatura de Relaciones Internacionales de Sistema de Universidad Abierta y Educación a distancia, del que fue profeso fundador, y Secretario Técnico del Departamento de Economía de la División de Ciencias Sociales.

En este momento le damos el uso de la voz.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

Para mí es un privilegio estar aquí en estas magníficas instalaciones del Instituto Nacional Electoral y, sobre todo, con la compañía de dos grandes y reconocidos estudiosos de los procesos electorales y de la democracia en este país.

Y, bueno, es un privilegio también para mí el moderar esta Conferencia Magistral de la doctora Laura Gamboa, de la Universidad de Utah, que va a versar sobre el tema La Autocratización e Integridad Electoral en América Latina; dos temas de gran importancia, de gran trascendencia.

El primer concepto debo confesar que le preguntaba a ella que no entendía muy bien cómo traducirlo, pero ya ella nos aclarará el concepto y su significado, la integridad electoral desde luego es un tema de vital importancia porque se refiere a todo aquello que rodea al propio proceso electoral y América Latina en estos momentos yo creo que atrae la atención de todo el mundo por los procesos que estamos viviendo.

Y, bueno, sin mayor preámbulo yo quisiera leerles, para presentarla, una breve síntesis curricular de la conferencista, la doctora Laura Gamboa.

Ella es doctora en Ciencia Política por la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos.

Cursó la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Texas, en Austin y la licenciatura en historia en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá.

Es profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Utah en Salt Lake City, Estados Unidos.

Ha colaborado en las siguientes publicaciones: Comparative PoliticsPolítica Research, Electoral Politics, Journaul of lessons, Politic and Opinion and Parties Terrories, and Politic Violence in Latin American Research Review.

Entre sus líneas de investigación se encuentran el Comportamiento Electoral, Democracia y Política Contemporánea y sin más preámbulo, le vamos a ceder la palabra a la doctora Laura Gamboa.

Adelante, por favor, doctora.

Doctora Laura Gamboa: Muchas gracias por la presentación, por las palabras tan amables, para mí es un honor estar acá en el INE, son mis héroes democráticos. Uno de mis héroes democráticos en América Latina.

Para las personas que no me conocen, mis papás me llevaban de chiquita a votar con ellos, yo metía el dedo en la tinta y para mí, votar es una de las cosas más importantes que hay en mi vida y hay instituciones como el INE que garanticen que eso se puede hacer de forma libre y justa es absolutamente esencial.

Entonces, para mí es un honor estar acá. Agradezco mucho a Rafael, que es el que ha coordinado mi visita, a las personas que están, que han hecho todo esto posible.

Hoy quisiera hablar un poquito, dar como una perspectiva de en qué estamos en América Latina, en términos de democracia y en qué estamos en términos de integridad electoral.

Entonces, voy a decirles un poco, como hay en la presentación para que tengan una guía.

Voy a hablar un poco de qué pienso o cómo defino yo o cómo concibo yo democracia y autoritarismo.

Vamos a discutir un poquito el estado de la democracia en América Latina, a discutir los avances y retrocesos en términos de integridad electoral, y luego discutir un poquito qué se puede hacer para mejorar las cosas en las que se está fallando.

Déjenme empezar por el comienzo.

En la Academia hay una discusión gigantesca sobre qué es y qué no es democracia, y yo no voy a resolver esa discusión acá, mis colegas no la van a resolver en 10 años, en 20 años, esto es un hueco negro y ahí estamos. Pero lo que sí puede hacer es ser transparente con respecto a qué creo yo que es democracia para que ustedes sepan desde dónde parto.

Entonces, para mí, democracia es un sistema en el que las autoridades se eligen vía elecciones libres y justas. Esto significa que una democracia debe tener elecciones competitivas donde haya un partido de gobierno, partidos de oposición.

Sufragio universal. Debe tener autoridades elegidas. Es decir, las personas que elegimos son las personas que gobiernan, no elegimos a unas personas y gobiernan otras, tienen que tener libertades civiles y políticas. Y muy importante, tiene que tener un campo electoral balanceado.

Las dos últimas son esenciales porque son las que garantizan que esas elecciones sean libres y justas.

Por el contrario, un sistema autoritario o una dictadura es un sistema que no tiene elecciones competitivas, libres y justas. Es decir, un sistema en el que o no hay elecciones competitivas, o no hay sufragio universal, o no hay autoridades elegidas, o no hay libertades políticas y civiles, o no hay un campo balanceado para competir.

En general, yo pienso esto de alguna forma como un continuo, ¿cierto? Donde arriba está la democracia y abajo está el autoritarismo.

Y lo que pienso yo es, en términos como del tipo de régimen uno puede dividir este continuo en dos grupos ¿no? Entonces, uno puede tener grupos democráticos, democracias que son más o menos democráticas, como Costa Rica, que es muy democrática o Guatemala que es menos democrática.

Y de la misma forma uno puede tener una serie de regímenes autoritarios, como Cuba que es muy autoritaria o El Salvador que es autoritario.

Con esto, claro, quisiera entonces conversar un poco de cómo pienso yo el estado de la democracia. En los últimos 20 años lo que hemos visto en titulares de periódicos, publicaciones académicas, en reportes de organismos internacionales es que la democracia está en peligro, no. Estamos todos angustiados por los retrocesos autoritarios, por la autocratización que simplemente esté, piénselo como en descenso en esta línea de democracia por la autocratización de regímenes democráticos en América Latina.

Y cuando estaba preparándome para esta presentación una de las cosas que quería hacer era poner esta alarma en perspectiva. Entonces, ¿qué hice?

Hay un índice relativamente famoso, se llama “el índice de Biden”,  no sé si ustedes han oído de ese índice, es un índice preparado con la Universidad de Gutenberg y la Universidad de Notre Dame y varias organizaciones, la Unión Europea y otras organizaciones, en el que se mide que tan democrático es un país.

Y ellos tienen una cosa que se llama un índice de democracia electoral. Entonces, lo que hice fue mirar cómo era ese índice de democracia electoral en América Latina.

Y si ustedes ven esa figura y dicen: “no estamos tan graves”, ¿cierto?, pues sí, como que estamos estancados y como que ha bajado un poquito, pero no tanto.

De hecho, si ustedes hicieran el cálculo del punto más alto de esa curva que va de cero a uno al punto más bajo, la democracia en América Latina en promedio se ha reducido en un 11 por ciento. ¿Cierto?, siete puntos. Entonces, no es tan grave.

Pero esto varía de país a país. Entonces, si ustedes ven estos países necesito poder moverme, esto es terrible. Entonces, si ustedes ven estos países, ¿me oyen bien?, si ustedes ven estos países van a ver que en algunos la democracia se ha mantenido más o menos bien, pero en otros como en Venezuela, Nicaragua la democracia sí ha bajado un montón.

Hay países que nunca se democratizaron del todo, como Haití y Cuba, esos tienden a estar acá en nuestra curva.

Hay países como Argentina, Costa Rica, Panamá, Uruguay o Chile y Brasil con un signo de interrogación, que se han mantenido más o menos como democracias de acta calidad que estarían allá arriba.

Luego hay dos países en particular, Nicaragua y Venezuela, que arrancaron siendo relativamente democráticos y en los últimos 20 años se han convertido en autoritarios, en países muy autoritarios.

Y luego están todos los demás, ¿cierto?, y todos los demás es como un ajiaco, yo o sé cuántos de ustedes han comido ajiaco, pero el ajiaco es una sopa de papa que tiene de todo, entonces es como un sancocho de cosas; hay algunos que son un poquito más democráticos, otros que están ahí como en el límite y otros como el Salvador, que yo consideraría dejaron de ser democráticos hace un par de años ¿no?

Y en general cuando uno piensa en democracia o en dictadura, buscar los extremos es relativamente fácil, decir qué país es democrático y qué país es autoritario es fácil, lo que es difícil es ubicar estos países en la mitad, esos regímenes híbridos.

Entonces, lo que quisiera hacer hoy es investigar, bueno, son híbridos, pero son híbridos cómo, para eso estoy utilizando nuevamente el índice de Biden de democracia electoral, que lo que hacer, Biden lo que hace es decir: “bueno, vamos a dividir lo que es democracia en cinco elementos: elecciones limpias, autoridades elegidas, libertad de asociación, libertad de expresión y sufragio universal. Y vamos a medir cada uno de esos elementos individualmente”.

Y ustedes lo que ven acá es que efectivamente si estamos hablando de sufragio universal y autoridades elegidas, estamos muy bien; la mayoría de los países lograron eso, lo lograron hace ya más de 20 o 30 años, ahí check, con excepción tal vez de Bolivia y Perú que tuvieron sus periodos, pero son periodos cotitos de autogolpes de Estado o Golpes de Estado.

El problema realmente está en las otras tres, o sea lo que realmente es problemático o genera, digamos no le permite a América Latina alcanzar su potencial democrático, son los tres otros elementos: temas de libertad social, libertad de expresión y en particular, fíjense esa línea verde, lo bajitas que son las elecciones limpias o libres y justas.

Esto es una traducción de, mis capacidades de traducción son muy poquitas, en ingles el índice se llama Clean Elections, y ahora que estoy leyendo estoy pensando que la traducción no era elecciones limpias, pero espero que todos me entiendan.

Y si ustedes ven esto se traduce a cada uno de los países, estos países que están como en ese espacio. Si ustedes ven la línea verde en cada uno de esos países lo que van a ver es que con excepción tal vez de Bolivia, Perú y México junto para el INE, en general las elecciones limpias son realmente donde los países tienen puntajes más bajitos y la pregunta es por qué, qué está pasando que no permite o que hace más difícil que haya elecciones libres o justas en América Latina.

Y entonces ahora me voy a otro punto del índice, y cojo las elecciones, ese índice de elecciones libres y lo divido en siete componentes, ¿cierto?, y esto es más confuso, acá no es tan claro ver los patrones, mucho más difícil ver qué está pasando acá; pero un poco para resumir la discusión en temas de capacidad electoral, en temas de intimidación de gobierno y en temas de violencia no estatal, América Latina y/o también electoral, América Latina iba subiendo, se estancó y ahorita va en declive, en temas como compra de votos e irregularidades electorales, América Latina simplemente nunca dispone.

Y entonces estamos acá hablando de dos fenómenos diferentes. Vamos a entender como el retroceso democrático en América Latina toca entender esto como dos fenómenos diferentes.

El primer fenómeno es un fenómeno de erosión democrática, estábamos acá, la democracia estaba acá y empezó a descender.

El otro fenómeno, es un fenómeno de lo que yo estoy llamado acá debilidad estructural, es decir, democracias que nunca logran, o sea, que llegan a un punto y ahí se estancan y son dos problemas diferentes, y si vamos a pensar cómo mantener la integridad electoral, si vamos a pensar cómo discutir temas de erosión democrática toca pensar estos componentes y toca pensarlos por separado.

La erosión democrática es un problema de ejecutivos, claro que en Perú estamos viendo que esto también lo pueden hacer los congresos, que aumentan sus poderes, que cooptan o debilitan instituciones democráticas y que manipulan las reglas de manera tal que, para la oposición es realmente difícil competir.

La debilidad estructural es un tema de incapacidad estatal para resolver problemas críticos en América Latina, problemas de crimen, inequidad, corrupción.

Y también, en esto quiero hacer como un énfasis, un problema de débil representación.

Lo que vemos en América Latina en los últimos 20 años es una transición de partidos que conectaban a la gente con el gobierno.

Hoy, esa conexión se perdió y no existe una receta muy clara de cómo mejorar esa conexión, porque en general, lo que hay, voy a hacer una levantada de manos. ¿Cuántos de acá creen que todos los políticos son corruptos? ¿Sí ven? ¿Sí ven? Lo que hay es una desconfianza generalizada en el sistema de representación política.

Y los partidos nos parece que no hacen lo que tiene que hacer y los políticos nos parece que no hacen lo que tienen que hacer y yo tengo que vivir mi día a día, manejar una hora y media, sufrir el smog y el transporte público que no funciona y la pandilla que me amenaza a mi hijo.

Todo esto lo tengo que vivir y allá no cambia nada. Yo voto cada cuatro años y no cambia nada. ¿Cierto? No existe, ese sistema de representación está roto y es un problema gravísimo. Es un problema gravísimo para cualquier tipo de democracia, pero es un problema diferente o tal vez anterior a este problema de erosión democrática.

Lo otro que podemos ver, cuando miramos como estos elementos individuales de qué constituye una elección limpia es que, varían de país a país.

¿Se acuerdan la gráfica anterior que se veían patrones muy claros y eran más o menos similares en todos los países? Acá son diferentes. No hay un patrón. ¿Cierto?

Para algunos en Ecuador, por ejemplo, el registro de votantes es muy alto, pero si se van a Honduras, el registro de votantes no es tan bueno.

En Perú, por ejemplo, Perú es todo es todo y nada es nada. De hecho, yo me tomé la molestia de medir cuánto habían disminuido causas como la autonomía electoral entre el momento más alto de estos puntajes y el 2023. ¿Cierto? y lo hice con este grupo de países pequeños.

Y ustedes lo que ven es que el decrecimiento más grande en términos de la autonomía de las autoridades electorales es para Salvador y Bolivia.

Pero si nos vamos a ver cambios en la violencia no estatal, pues los países a los que peor les va o los que más han decrecido en esos indicadores son México y Honduras.

Y si nos vamos a cambios en la capacidad estatal, la capacidad, óiganme a mí, si nos vamos a la capacidad, a la violencia, eso no debía ser capacidad, violencia no estatal, a los que peor les va es a Bolivia y a México.

Pero si nos vamos a la intimidación del gobierno, a los que peor les va es a El Salvador y Honduras.

Es decir, todos estos países combinados han visto una reducción en las elecciones limpias, o sea, libres y justas, pero han visto, pero los factores que llevan a estas diferencias son diferentes para cada país.

Lo que me lleva al último punto, ¿qué podemos hacer?

Si yo tuviera que mapear a los países de América Latina en mi gráfica inicial, los mapearía así, y si ven que están esparcidos por toda la…, la buena noticia es que cuando estaba diseñando esta tabla me tocó mover esta barrita hacia abajo porque los países en la parte de arriba de la barrita no me cabían. Es una buena noticia.

Si vamos a discutir cómo mejorar la erosión democrática, cómo proteger la democracia, cómo mejorar la integridad electoral, en países como Venezuela, y Nicaragua, la primera discusión es cómo tener elecciones.

O sea, la discusión en México es cómo cuidar las elecciones, acá es cómo tenemos elecciones, cómo se abre el sistema para elecciones.

Si vamos a tener la discusión en El Salvador y Guatemala, es una situación relativamente similar, la discusión como lo vimos el año pasado con Bernardo Arévalo y Semilla, en donde Bernardo Arévalo compitió en las elecciones pero le costó mucho trabajo que el gobierno respetara los resultados.

Lo que estamos viendo acá es, acá no toca pelear porque haya elecciones, porque las hay, lo que toca pelear es para que el sistema, para que ese campo de juego sea balanceado, para que la oposición tenga una opción real de ganar.

Si estamos hablando de países como de este lado, estas democracias más débiles, por ponerlo así, entonces acá lo que tenemos que hablar es de cómo fortalecemos o cómo evitamos la destrucción de nuestros sistemas de integridad electoral, de las instituciones democráticas, etcétera.

Y si nos vamos acá, es cómo mantenemos a estos países ahí, cómo evitamos que haya problemas de representación, porque si ustedes se van a hablar, o sea, piénsenlo ahorita, las cifras que estoy usando para esta presentación no toman en cuenta Milei, pero el fenómeno de Milei significa que estos problemas de representación están empezando a burbujear, que efectivamente hay un problema que hace que los votantes decidan escoger a una persona que no tiene ninguna experiencia política, que no tiene una afiliación partidista muy clara por encima de otros políticos.

Y si yo les hiciera una pregunta a ustedes, ustedes tienen un doctor, ustedes tienen que ir a ver un doctor, y yo les digo, ¿no se está oyendo?, ah, okey, ustedes tienen que ir a ver un doctor y yo les digo tienen dos opciones, o pueden escoger este doctor que lleva practicando medicina 30 años o pueden escoger este tipo que acaba de entrar a la facultad de medicina.

Ustedes me van a decir: “yo me quiero ir con el de 30 años”, ¿por qué no pensamos igual de los políticos? Algo está pasando ahí que no nos permite reconocer el valor que tiene la representación política.

Entonces, un poco lo que quiero es enfocarme en qué es lo que se ha pensado para estos países, en particular estos acá arriba.

En temas de nación democrática normalmente lo que pensamos es procesos en los que hay, como digo, en Perú hoy en día el Congreso que es relativamente un fenómeno nuevo, pero no son presidentes, lo que yo llamo presidentes con aspiraciones hegemónicas que tienen una serie de agendas radicales y están dispuestos a violar instituciones democráticas o acabar con instituciones democráticas para conseguir esas agendas o esos objetivos.

Estos presidentes normalmente funcionan vía la polarización, entonces nos dividen en los campos del bueno y el malo, que está contra mí o está conmigo.

Y ese tipo de presidentes lo que hacen es de alguna forma politizar, digamos, poner como en el ring político instituciones democráticas que no deberían ser parte del ring político, porque son los árbitros del partido.

Entonces, para oponerse a este tipo de presidentes hay que apoyar y utilizar las instituciones democráticas, independientemente de los resultados políticos que nos den.

Yo pienso mucho en la Corte Suprema Norteamericana, porque está muy politizada, digamos, y el apoyo a la Corte Suprema depende mucho de cuáles son los fallos que esta Corte da, eso no debería de ser así. La Corte debería tener apoyo intrínseco.

Cuando Álvaro Uribe quería pasar su segundo referéndum de reelección en Colombia la organización que se llama “Ciudadanos por la Democracia”. Organizó una manifestación al frente de la Corte Constitucional, pero la manifestación no era pro Uribe o auto Uribe, o digamos a Uribe, amamos a Uribe, nada, no tenía nada que ver con loa política, solamente pusieron velas enfrente de la corte, para iluminar a la Corte a que tomara la decisión correcta.

Hay que apoyar a las instituciones. A nosotros nos meten la historia, el cuento de que las instituciones son inherentemente fuertes o inherentemente débiles. Las instituciones son tan fuertes o tan débiles como las personas que las apoyan, que están detrás de esas instituciones.

Hay que evitar estrategias que pongan en riesgo esas instituciones, hay que evitar el caso que uso yo cuando en mi libro, en donde discuto estas cosas, es que yo hablo un poco de Venezuela y hablo cómo en Venezuela, en el 2002, la oposición tenía una presencia en el Congreso de 48 por ciento, tenía apoyo a las Fuerzas Armadas, controlaba la empresa petrolera PDVSA, tenía relativa influencia sobre cortes y organismos de control, tenía control sobre los medios de comunicación.

Y adicional a eso, tenía la capacidad de movilizar un montón, millones de venezolanos a las calles. Y utilizando cosas como un golpe de estado en el 2002, una huelga indefinida en PDVSA, tratando de empujar a que Chávez renunciara y un boicot electoral en el 2005, perdieron esos recursos, ¿por qué? Porque Chávez utilizó el golpe de estado como la excusa perfecta para purgar las Fuerzas Armadas, porque Chávez utilizó la huelga petrolera como la excusa perfecta para purgar PDVSA.

Y porque cuando no participaron en las elecciones, Chávez ganó un Congreso casi 100 por ciento chavista.

Entonces, hay que evitar estrategias que pongan en riesgo esas instituciones.

Y esto va un poco también para la comunidad internacional, pero también para audiencias domésticas. Hay que generar ambientes que aumenten los costos de atacar o cooptar instituciones democráticas.

Si todos nos lanzamos lanza en ristre en contra de la Corte Constitucional, en contra de la corte suprema, en contra del Consejo Nacional Electoral, lo que ustedes quieran, y decimos que son malos, que están corruptos, que no sé qué, para el Presidente es muy fácil desestimarlos y quitarles recursos, y quitarles poder, y quitarles presencia institucional.

Pero si nosotros salimos en defensa de la democracia, si salimos en defensa de estas instituciones, es mucho más difícil hacer eso.

De igual manera, para el que tenga conexiones con organismos internacionales, si la comunidad internacional penaliza acciones antidemocráticas como ésta, pues el presidente lo va a pensar dos veces o el Congreso lo va a pensar dos veces, porque esas penalizaciones vienen con otro tipo de consecuencias.

El ejemplo de cómo funciona esto es la diferencia entre Guatemala y El Salvador. En el 2020, justo antes de la pandemia, Nayib Bukele entró al Congreso con los militares, en lo que era de facto una amenaza de un alto golpe.

Finalmente el autogolpe no sucedió, pero la respuesta de institución es cada vez para El Salvador como la OEA y los Estados Unidos fue, las políticas de Nayib Bukele nos parecen muy buenas, nosotros defendemos la democracia, felicitamos al Presidente Nayib Bukele por sus logros en sus políticas internas contra el crimen y nosotros defendemos la democracia.

No hubo ninguna sanción o una mención de como esto era antidemocrático, cómo la comunidad internacional no iba apoyar a un presidente que hiciera estas cosas; por el contrario, si nos vamos en el tiempo a 2023 en las elecciones en Guatemala, cuando Bernardo Arévalo denunciaba que estaban tratando de eliminar Semilla que querían, literal, hacer fraude con los votos, que la comunidad internacional salía con apoyos muy claros y expresos por la democracia guatemalteca.

¿Eso qué genera? Esos apoyos son visibles por un lado, pero por el otro lado hay cosas que están pasando detrás de bambalinas, en particular en el caso de Guatemala una gran presión sobre los empresarios y el grupo económico más grande guatemalteco que es la Cacif, y estas élites económicas de alguna forma prefirieron que ganara Arévalo con los riesgos que eso significaba en temas de que persiguiera corrupción, etcétera, a tener que enfrentarse a sanciones económicas, porque a ellos les interesa la plática.

Entonces, esas son como las cosas que se pueden hacer en términos como inmediatos si uno está enfrentando una amenaza.

Y luego están las debilidades estructurales. Lo primero que toca empezar a discutir seriamente es cómo generamos estrategias creativas para combatir desigualdad económica, crimen, corrupción, porque las estrategias que estamos usando no están sirviendo.

En Colombia lo hemos intentado todo, hemos intentado darle duro a los grupos armados, hemos intentado darles pasito, hemos intentado negociar, hemos intentado no negociar, lo hemos intentado todo y por algunas razón esto no está funcionando, toca pensar cosas creativas. ¿Por qué? Porque si al día a día mío es muy malo, yo en últimas voy a votar por el –perdónenme la expresión- loco que me está prometiendo acabar con el crimen sin ningún tipo de lógica, ni ton ni son de cómo lo va a hacer, porque yo desesperada.

Lo mismo sucede con la desigualdad económica. Ese es el caso particular de Colombia. Colombia tuvo un crecimiento impresionante durante los 2000 y la torta del por qué se fue casi todo para un grupo muy pequeño de la población. La desigualdad en Colombia es casi, no, de hecho, se pelea con la de Brasil.

Hay que pensar mecanismos para reducir la desigualdad económica. Eso no puede seguir así, porque en algún momento eso totea.

Hay que fortalecer las instituciones democráticas. En los tiempos de bonanzas, en los tiempos en los que no estamos bajo riesgo, hay que pensar en cómo invertimos, en instituciones, en Consejos Nacionales Electorales, en Tribunales Electorales, en organismos de control.

Y tal vez, la que me parece a mí más importante es: hay que pensar cómo incorporamos sectores excluidos de la arena política, porque yo lo que veo en todos los casos que estudio es que, líderes con aspiraciones hegemónicas, con todo y lo dañinos que pueden ser para la democracia, traen consigo sectores que no existían en la arena política, que no hacían parte de la conversación.

En Venezuela, yo cuento esta historia todo el tiempo, cuando estaba haciendo la investigación de mi libro, hice trabajo en campo en Colombia y se trabajaba en campo en Venezuela.

En Colombia, para entrar al Congreso de mi país, yo soy colombiana, para entrar al Congreso de mi país me tocaba tener cita previa, mensaje firmado del congresista, tarjeta timbrada, llamada del asesor. Mejor dicho: era imposible.

En Venezuela, yo entraba con mi cédula y la gente puede que entrar y hablar con el congresista, a la gente no le es nada tangible, pero le da sentido de pertenencia, de que hacen parte de esa arena política, de que las personas que están arriba están trabajando para ellos y eso es súper importante.

Tenemos que encontrar mecanismos de incluir personas que están excluidas y yo digo esto, independientemente de la ideología de la que estemos hablando.

Claro, estamos, digamos, hay como exclusiones estructurales, como la de los indígenas en Bolivia, que Evo Morales trajo a la arena política después de 500 años de no ser parte de ella. ¿Cierto?

Pero, también hay otras exclusiones que son más nuevas, como las personas que Donald Trump trajo a la arena política gringa, perdón, de los Estados Unidos, que trajo a la arena política de los Estados Unidos, que llevaban sin participar en política, que estaban desencantados, que creían que eso no era para ellos.

Hoy en día son votantes, personas que van y participan y participan de protestas, puede que sean protestas que a uno le gusten, pero participan, hacen parte de la discusión y eso es súper importante.

Entonces, para terminar.

Con respecto a la pregunta de ¿cómo está América latina? Creo que la conclusión es: hay retrocesos democráticos, pero esos retrocesos no han logrado revertir la tercera ola de democracia.

En el año 76, sí 76, América Latina tenía como cuatro o cinco países democráticos. Para el año 2002 tenía 16.

Hoy en día hemos perdido un par de esas democracias, pero la gran mayoría de los países de américa latina siguen siendo relativamente democráticos.

Segundo. Los retrocesos democráticos no son homogéneos con todos los elementos que compone una democracia, y no todos los elementos que componen una democracia han retrocedido de la misma manera.

Creo que cuando hablamos de discusiones de erosión democrática, especialmente digo esto para los académicos, hablamos en términos de promedios y de lo que pasa en América Latina, y creo que a veces tenemos que sentarnos a pensar qué es lo que está pasando en cada uno de los países, porque los problemas que tiene México no son necesariamente los mismos problemas que tiene Colombia, y los problemas que tiene El Salvador no son los mismos que tiene Perú, y creo que toca empezar a pensar un poco como más sobre los países.

Yo creo que la integridad electoral en América Latina tiene dos amenazas importantes. La primera es la erosión democrática, son estos presidentes o estos ejecutivos con aspiraciones hegemónicas, pero creo que la segunda de la que hablamos un poco menos en términos como la urgencia, es la falta de consolidación democrática, es esta idea, esta falta de representaciones, es esta ruptura entre las personas que toman las decisiones y las personas que escogen a los que toman las decisiones.

Y yo creo que si queremos ser serios sobre cómo mejorar la democracia, toca pensar eso.

Y lo último. Yo creo que hay distintas amenazas, y todas tienen distintas soluciones. Creo que tratar de avanzar o tratar de empujar Venezuela a una transición a la democracia es diferente a tratar de prevenir que en Perú se acabe la democracia.

Creo que es diferente tratar de mirar cómo solucionamos el problema de violencia electoral de entidades no estatales versus la violencia electoral de los gobiernos.

En general, creo que si vamos a pensar en cómo proteger elecciones libres y justas en América Latina, estos son como un poco los desafíos que tenemos hacia adelante.

Y con eso. Muchas gracias por la atención.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Muchas gracias a la Doctora Laura Gamboa por esta excelente y muy precisa, muy ordenada exposición en torno a los procesos democráticos en América Latina y cómo se han estado moviendo.

Y a continuación voy a ceder la palabra para que nos comente esta conferencia magistral al Doctor Uuc-kib Espadas Ancona, consejero electoral, a quien he seguido en su trayectoria y desde luego reconozco, admiro y respeto.

Voy a leer antes de cederle la palabra una muy breve síntesis curricular. Diré que el Consejero Uuc-kib Espadas Ancona es Doctor en Comunicación y Cultura por la Universidad de Sevilla, cuenta con una maestría en Ciencias Sociales por la Escuela Normal Superior de Yucatán y la maestría en Antropología Social por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

Es Licenciado en Antropología Social y Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Yucatán, así como Licenciado en Educación Secundaria por la Escuela Normal Superior de Yucatán.

También tiene un diplomado en Estudios Avanzados en Comunicación y Cultura y es profesor investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia desde 1992.

Actualmente está con licencia por desempeñarse como consejero electoral en este Instituto Nacional Electoral.

Consejero, le dejo en el uso de la voz.

Consejero del INE, Uuc-kib Espadas Ancona: Disculpa, pero es que si no apunto algunas ideas que me hacen ebullición en la cabeza, después de oír esta conferencia las perderé.

Estamos ante una exposición que me parece que tiene en principio la virtud de ser sumamente clara, es decir, a ver, estamos en Latinoamérica, qué ha venido pasando con nuestras democracias, y cuando hablo de deterioro, de qué hablo, esos elementos”.

Eso me parece una presentación clarificarte en muchos sentidos, aunque debo decir, muy preocupante también en otros; es decir, el planteamiento general que hay en esta Conferencia Magistral es, las cosas no están yendo especialmente bien con las democracias latinoamericanas.

Y esto es muy preocupante, en términos generales me parece a mí y no solo por la experiencia que hemos vivido en México en los últimos dos años para referirnos al periodo más intenso, sino porque voces desde distintos lugares del mundo nos llaman la atención sobre un proceso global de recesión democrática.

Hay una recesión democrática, tenemos muchos indicios de esto, y si bien esta valoración muy objetiva que hace la Doctora Gamboa, vemos que finalmente las democracias latinoamericanas en términos generales están resistiendo, es decir, no hemos tenido esta ola autoritaria todavía, pero lo cierto también es que las amenazas han crecido y la calidad democrática en distintos países ha sufrido diversos grados de deterioro.

Me parece que la doctora toca un punto crítico cuando señala: “algo está pasando con los políticos”, es decir, que este proceso y lo vincula así explícitamente, tiene que ver con el distanciamiento de los políticos frente a la ciudadanía.

Y aquí es donde yo encuentro un foco personal de gran preocupación, porque me parece que no se trata nada más de un diversidad de políticos que con el paso de un par de décadas, porque no estamos hablando de un periodo mucho más amplio, bueno dos décadas, se van alejando de la ciudadanía y mi preocupación es encontrar una explicación general para este proceso.

Y las explicaciones generales que encuentro me generan preocupaciones más profundas.

Me gustaría poder decir, pues el problema es que en toda Latinoamérica, por nuestra particular historia de descolonización, tenemos una bola de políticos que son todos unos bandidos, unos más que otros, pero todos, y ya está.

No, me parece que esto podría ser una respuesta provisionalmente satisfactoria en términos intelectuales, pero que no nos lleva al fondo del problema.

Y me parece, y aquí expreso una opinión personal, que el problema no son los políticos, el problema es la política. Y esto también tiene que ver con la historia como latinoamericanos.

Vivimos en países que se forjaron en grandes gestas políticas en el Siglo XIX, en donde las condiciones generales del mundo permitían estas independencias, esas transformaciones y en el caso mexicano además después tuvimos una reforma, una revolución, un gobierno nacionalista por varias décadas, de forma tal que los mexicanos, yo creo que los latinoamericanos en general le atribuimos a la política virtudes que si alguna vez tuvo el día de hoy ya no la tiene; y cuando hablo de virtudes hablo de capacidades.

Pienso en el caso mexicano. Un presidente mexicano en estos tiempos, y no hablo de Andrés Manuel, hoy, quiero generalizar la pregunta; un presidente mexicano podría ser algo parecido a la expropiación petrolera, las condiciones políticas y, sobre todo, económicas del mundo permiten eso hoy a los Estados, no al jefe del Estado; los Estados contemporáneos en Latinoamérica pueden transformar las condiciones de vida de las sociedades, de la manera en que nosotros pensamos o hemos venido pensando a lo largo de dos siglos que el Estado puede intervenir en la vida diaria o tenemos un problema esto que Bovero llamaba, creo que era Bovero, la democracia intrascendente, que en síntesis muy simplificadas quiere decir “usted vote por quien quiera”, usted puede llevar a quien quiera al gobierno, sus condiciones de vida se seguirán deteriorando al mismo ritmo que se han venido deteriorando en los años anteriores.

Es decir, la idea de que podemos transformar la materialidad de nuestra vida, nuestras condiciones materiales de sobrevivencia especialmente a través de elegir buenos gobiernos me parece que es la idea central que se ha venido desgastando a lo largo de los últimos 20 años.

Y entonces, mi respuesta es mucho más pesimista que la que nos plantea la doctora. ¿Por qué la gente ya no cree en la democracia? Porque la democracia no ha provisto a la gente de lo que pensaba que podía proveerse.

Y en ese sentido, si bien me parece que buscar soluciones para esto es una tarea imprescindible para los demócratas, desde distintos espacios.

Yo siempre he dicho que el espacio idóneo para la defensa de la democracia y de cualquier programa político son los partidos políticos y la militancia en los partidos políticos.

Que está muy bien ser un buen académico y aportar al debate intelectual; que es extraordinariamente necesario para la sociedad un periodismo que averigüe, que investigue, que ponga a juicio las acciones de los Estados, pero sin lugar a dudas, la transformación o la no transformación la hacen los políticos o si no nos gustan los políticos que tenemos en un momento dado, pues, habrá que reemplazarlos y esa no es una tarea que se puede encomendar a terceros, esa es una tarea que toca hacer a cada ciudadano.

Parte del compromiso democrático de la ciudadanía es asumir que la democracia trae obligaciones y que el gobierno por el pueblo implica que el pueblo se involucre.

Pero bueno, más allá de esto que, insisto, esta última parte son mis opiniones personales, me parece que, en este panorama de democracias con amenazas, que es lo que se nos dibuja, más allá de un pesimismo como el mío, la doctora nos hace propuestas concretas de cómo defender estas democracias, apoyar a las instituciones democráticas. Mi pasión por la militancia, le inscribiría yo ahí.

Las instituciones democráticas por excelencia deberían de ser los partidos políticos, antes que los administradores de las elecciones, que por supuesto tenemos la absoluta obligación de mantener características de imparcialidad y de proveer servicios de elecciones íntegras a la sociedad; y muy particularmente y esto me parece que en el México de hoy es muy importante generar ambientes que eleven el costo del deterioro democrático. Ella ponía ejemplos de esto.

Me parece que aquí en México los hemos vivido.

A ver, hay cosas que coyunturalmente han quedado superadas, pero me parece que las debemos hablar.

¿Por qué la reforma electoral de 2022 no prosperó? Porque el 13 de noviembre salió la ciudadanía a la calle y le mandó el mensaje a los partidos políticos, sí al partido gobernante, pero sobre todo a los partidos opositores que ya se la andaban pensando si aceptaban la reforma constitucional o no, que la sociedad no iba a aceptar una reforma constitucional que demoliera al INE.

Este es un ejemplo muy claro de estas acciones para elevar el costo. El 13 de noviembre del 22 la oposición valoró que les costaba mucho más pactar una reforma constitucional que ir a la confrontación con el gobierno, y decidieron ir a la confrontación con el gobierno.

¿En estos momentos electorales cuál es la actitud de los distintos actores en relación con el Instituto Nacional Electoral o con los órganos locales?

Y esto nos mete, sí, en un terreno delicado porque no podemos interpretar de ninguna manera que las acciones de las autoridades electorales no puedan ser sujeto de legítima crítica, sino cuál estaríamos hablando de otro tipo de autoritarismo y que a veces cojeamos por ese lado, también hay que decirlo.

No. Acá se trata de un entramado institucional que nos ha venido garantizando elecciones íntegras a lo largo de las décadas y de preguntarnos cómo las acciones de distintos actores políticos, partidos, gobiernos, prensa, contribuyen o no a proyectar esa garantía de elecciones íntegras a través de instituciones democráticas para el futuro de la sociedad.

Cierro mi comentario agradeciendo profundamente a la doctora, la seriedad de la conferencia que nos ha presentado hoy. Y, desde luego, la multiplicidad de líneas de análisis que ofrece, e incluso de retos intelectuales para enfrentar este tema desde la autoridad electoral y desde la ciudadanía a futuro.

Doctora, muchas gracias.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Muchas gracias al Consejero Uuc-kib Espadas.

Tenemos aquí muchas preguntas y muy interesantes en torno a esta conferencia magistral y a los comentarios que nos ha vertido el señor consejero.

Una de ellas dice: “en nuestro país el Presidente actual está peleado con las instituciones como el INE, la Suprema Corte, se hicieron marchas para su defensa, pero en su mayoría era gente mayor de 40 años. ¿Cómo motivar a los jóvenes a participar quitándoles la apatía, cómo hacerles ver que sin estas instituciones no habría democracia ni equilibrio entre los poderes?”. Esa es la primera.

Leo alguna otra, porque tienen también parte que ver. Luego José Caballero dice: “¿considera que hay una relación directa entre elementos que debe tener la democracia con los niveles de educación? El índice de desarrollo humano, la violencia, etcétera; o es más bien un tema de corrupción entre los aparatos gubernamentales”.

Creo que tiene que ver fundamentalmente, doctora, con esta relación entre educación y democracia.

Y finalmente, para hacer un bloque de tres preguntas, si me lo permite, doctora. Erik Hernández Trejo dice: “¿qué tanto influye la migración en la participación democrática en América Latina y en qué sentido ésta hace más fuerte a las fuerzas políticas en cada país?”.

Si le parece, doctora y señor consejero, hacemos estas tres preguntas. Le cedo el uso de la voz para que lo responda y luego a continuación hacemos otras tres.

Doctora Laura Gamboa: Muchísimas gracias por las preguntas y por los comentarios.

Creo que quiero hacer dos apuntes importantes con respecto a lo que el doctor Espadas dijo. Una es, creo que nosotros y yo creo que los académicos somos culpables de esto, no hay un entendimiento claro de qué es y qué no es la democracia.

Y por eso es que yo arranco diciendo: esto es lo que yo creo que es la democracia.

Cuando nosotros pensamos en democracia, pensamos en todas las cosas buenas que una democracia debería traer, equidad, igualdad, todas estas cosas que son positivas en nuestra cabeza.

Pero yo creo que eso es muy confuso porque entonces democracia es igual a todas las cosas buenas de la vida, ¿cierto?

Y entonces, en el momento en el que tenemos desacuerdos sobre si eso es bueno o no, y voy a poner un ejemplo, en los Estados Unidos hay gente que dice que no hay democracia porque se acabó la ley que permitía el aborto y hay gente que dice que pues que no, que el aborto es matar niños o lo que sea, y hay unos desacuerdos fundamentales con respecto a eso y son desacuerdos respetables porque hay gente viviendo de su religión, sus creencias, y vienen y otras personas argumentando temas de salud pública, de libertad de escoger, todo este tipo de cosas que son complicadas, son difíciles de buscarle la cuadratura.

Pero si creemos que democracia es como estos resultados, entonces, siempre vamos a estar decepcionados de la democracia, la democracia nunca va a ser… nunca ningún país va a ser democrático.

En cambio, si pensamos la democracia solamente como un espacio en donde cabemos todos y una serie de autoridades, instituciones, árbitros, por ponerles el punto, que garantiza que en ese espacio sigamos cabiendo todos.

Creo que es más fácil pensar, creo que es más fácil enganchar a la gente en el valor de la democracia, no porque la democracia le dé o no le dé a uno lo que uno quiere, sino porque es el espacio donde uno eventualmente puede lograrlo.

Cuando yo enseño estos temas en los Estados Unidos, me preguntan por Singapur, Singapur, país de sociedad avanzada, supremamente igual, salud para todo el mundo, educación para todo el mundo, no, maravilloso; bueno, si uno es inmigrante, la cosa no es tan así, pero bueno, digamos que hay salud y educación para todo el mundo y no sé qué.

Y yo lo que les digo es: claro, y Singapur es un país autoritario, pero por cada Singapur, hay cinco venezuelas.

Entonces, si yo tengo que tirar los dados, ¿voy a tirar los datos por el dictador benévolo o por la oportunidad de escoger mi gobierno cada cuatro años?, si yo tengo que hacer esa apuesta, yo hago mi apuesta por escoger mi gobierno cada cuatro años, o cada seis, o lo que sea.

Y la segunda cosa que quería decir es, hay un tema, yo creo que la representación es algo que no se entiende en general, porque la representación sucede de muchas formas.

Si ustedes contratan un abogado, el abogado representa sus intereses individuales y se va a la Corte, y pelea por sus intereses individuales, pero cuando ustedes eligen un congresista, un Presidente, un Alcalde, pues el Alcalde es el representante de muchas personas con muchos intereses y esos intereses toca negociarlos, no solo entre las personas que apoyan al Alcalde, sino a las personas que no.

Y entonces, lo que sucede ahí adentro es la solución en la que todos estamos de acuerdo y a nadie le gusta, que es lo mejor que hay.

Y yo creo que eso tiene un valor intrínseco y yo me tiro al agua por ese tipo de negociación y por ese resultado.

Y lo último que quisiera decir es, yo estaba siendo muy diplomática y no iba a mencionar el plan B, pero creo que el plan B es un ejemplo maravilloso de cómo se utiliza la calle y las instituciones para proteger una institución democrática y creo que el error a veces es que pensamos que o son solo las instituciones, es decir, solo ponemos demandas en la Corte o solo peleamos desde el Congreso o es solo la calle, y creo que la receta mágica está en la mitad.

Lo que me lleva a la pregunta de los jóvenes: ustedes tienen esa respuesta más fácil que yo, pero yo creo que en general hace falta mucha educación sobre el valor de estas instituciones, creo que nosotros no hablamos lo suficiente de lo importantes que son y creo que en ese sentido yo soy de una generación privilegiada en Colombia porque yo soy la generación, lo que se llama en Colombia, post séptima papeleta, que es la que nos dio la Constitución del 91, y yo crecí en estos 10 años de euforia sobre la constitución. Entonces, para mí la constitución hace parte de mí y si me toca salir a la calle para pelear por mi constitución salgo a la calle para pelear.

Pero creo que si ustedes le preguntan a las generaciones más jóvenes en Colombia eso está más como en el pasado, porque la constitución ya tiene 30 años, no les tocó como tan cerquita, estaba esta pelea, y lo que creo es que hay que recordarle a la gente qué tanto nos costó conseguir esas instituciones porque no son gratis, y hubo sudor y lágrimas.

Creo que entre ustedes también se pueden motivar, si yo me paro como profesora y les digo a mis estudiantes que vayan y se movilicen yo les cuento qué me pasa; pero si ustedes se movilizan los unos a los otros es mucho más fácil.

Guatemala Semilla, por ejemplo, es un partido que emergió de una organización estudiantil, y eran ellos buscando mecanismos de movilizarse y de participar en política.

Con respecto a la realización directa con educación esto se amarró un poco con la discusión de qué es y qué no es democracia, y realmente yo creo que la democracia de alguna forma se beneficia con personas con más educación, con mejor desarrollo humano, con menos violencia, es más fácil ser una democracia en Suecia de lo que es en México, es la realidad del asunto.

Pero creo que también a veces pensamos, repito, que una democracia es automáticamente todas estas cosas positivas y simplemente es, es como un partido de futbol. La democracia es la cancha y las reglas del juego, el futbol. Los resultados dependen de otras cosas.

Y nosotros, todos queremos que mi equipo gane y peleamos duro para que así sea, pero los resultados son, la democracia es el espacio donde se dan estos debates.

Ya no entiendo mis notas. ¿Qué tanto influye la migración? Ah, la educación.

Eh, yo, digamos, les puedo dar la respuesta politológica, la respuesta politológica es: hay muchas tradiciones de teorías democráticas que dicen que la democracia emerge y se mantiene, considerando los mejores educados. Entonces, si uno se va al pasado, se va como a la emergencia de la democracia.

En Inglaterra es el resultado de más gente en zonas, de más gentes en zonas urbanas, con más espacios de conversación y más espacios de educación, de saber, de tener, de aprender por fuera de la iglesia.

Y yo creo que eso en general eso se aplica, pero yo creo que también hay que encontrar mecanismos, o sea, no solamente, la democracia no solamente puede ser para las personas que pueden ir a una universidad, hay otros, debe de haber otros espacios de educación que no sean los espacios de educación formales, porque yo creo que esto, o sea, la persona que va a la universidad, la persona que no va a la universidad tiene que saber cómo los principios básicos de democracia.

Si la democracia funciona como yo quiero, pues eso es algo que se genera, pero como les digo, esto es un problema de estire y afloje.

¿Qué tanto influye la migración en la participación democrática? Esa es una pregunta interesantísima, porque tenemos diferentes resultados. Entonces, el caso más cercano que conozco yo es el caso de los Estados Unidos.

Entonces, lo que uno ve es que, si la migración viene, los migrantes tienen diferentes comportamientos electorales y diferentes niveles de participación política.

Los migrantes en general, si uno está hablando de migrantes cubanos o venezolanos son súper activos y en los Estados Unidos han hecho mella, literal, cambiaron la composición electoral de La Florida ¿sí?

Si uno está hablando de votantes migrantes, como de los de acá de México, de pronto como países como Colombia, o Ecuador, de Centroamérica son votantes que son menos activos en participación electoral; son más activos, son activos en otras esferas, pero son menos activos en participación electoral y en general también es difícil porque entran al arenal electoral tarde, porque llegan, inclusive si llegan legalmente pues uno no se convierte en ciudadano, sino hasta mucho después y no puede votar sino hasta mucho después.

Entonces, yo no creo que los migrantes cambian la composición, lo que sí creo es que cambian el debate, y lo cambian de dos formas.

Uno, como les digo yo, se pueden generar discusiones en relación a políticas internacionales, entonces como en Venezuela se volvió un tema súper caliente en los Estados Unidos.

Pero la otra es tristemente temas de xenofobia, y yo lo veo mucho en Colombia, en donde nunca había habido xenofobia así como muy notoria, y digamos, ha habido un par de elecciones especialmente a nivel local donde el tema de los venezolanos se ha tratado en un tono muy xenofóbico, y se moviliza a votantes en contra de, y por favor los que me están oyendo y no me están viendo, estoy haciendo comillas en el aire, la criminalidad que se desenvuelve de los migrantes venezolanos, etcétera.

Entonces, yo creo que el debate electoral sí cambia mucho, pero yo creo que en términos de participación depende un poco de qué tan fácil se absorbe esa nueva ciudadanía.

Espero que eso conteste la pregunta.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Muy bien. Muchas gracias, doctora.

Tenemos otras dos preguntas más, bueno, hay más preguntas, pero vamos a hacer otras tres.

Héctor Duarte, de aquí del INE, dice: ¿por qué si para la oposición es tan difícil competir en las elecciones en América Latina, una afirmación que él hace, existe una alternancia tan frecuente en esta región Parece que es muy interesante eso.

Y hace una segunda pregunta.

¿En un contexto de erosión de la democracia, en un contexto de erosión de la democracia es suficiente defender a las instituciones desde la oposición? O la oposición debe tener un repertorio más grande para apoyar los esfuerzos frente a estas cuestiones, a estas dinámicas autoritarias del gobierno.

Es decir, por un lado, ¿cómo se explican todas estas alternancias a veces tan radicales? Y por otra, bueno, pues es suficiente, digamos, defender desde la oposición a estas instituciones, o hay que hacer algo más.

Una tercera pregunta es: desde su perspectiva, doctora, ¿cómo consolidamos o fortalecemos a las instituciones electorales en México frente a esta erosión de la que usted nos habla?

A lo mejor habría que hacer un Premio Nobel para los procesos electorales, para poder responder algunas preguntas. Doctora, adelante por favor.

Doctora Laura Gamboa: El tema de la oposición, creo que tocaba el dónde gana la oposición. La oposición ha ganado recientemente en Colombia, ganó en Bolivia, ganó en Argentina, la oposición en los últimos cinco años ha estado ganando en países, en Ecuador, donde hay cierto nivel de elecciones libres y justas.

Claro, hay irregularidades electorales, pero no son lo suficientemente grandes como para generar un desbalance muy significativo contra la oposición, y habría que ver en dónde pierde la oposición.

En El Salvador, bueno, Venezuela y Nicaragua ni hablar.

En países, en Guatemala, por ejemplo, a Bernardo Arévalo le costó sangre poder ganar esas elecciones y es en esos espacios en donde hay un control de la arena electoral tal que es supremamente difícil para la oposición ganar esas elecciones, porque es que cuando el árbitro del partido es de un equipo y pita solamente los fauls del equipo del que no es de él, y adicional a eso llama a penaltis a favor del equipo que le gusta, es que es muy fregado ganar el partido, es muy difícil.

Ahora, eso no significa que toque abandonar esa arena electoral. Va uno de mis puntos, toca usar esas instituciones. Si la arena electoral existe hay que usarla y eso me lleva a la segunda pregunta, al tema de los repertorios.

Una de las cosas que yo veo sistemáticamente, sobre todo en Venezuela que es el país que yo más estudio, es una separación, se entiende la política, o sea, los venezolanos cuando hablan de política de participar o no participar en elecciones es como, o participamos en elecciones o vamos a la calle. Y yo nunca he entendido por qué es que no pueden usar las dos.

Claro que se necesitan repertorios más grandes, se necesita coordinación entre partidos, pero también se necesita coordinación vertical con organizaciones de la sociedad civil, con organizaciones de gente joven, que tenga la capacidad de movilizar votantes, que tenga la capacidad de visibilizar abusos, que tenga la capacidad de salir a la calle si los resultados electorales no se están respetando.

Y eso es esencial y creo que es algo que, lo vimos en Guatemala muy bien, Bernardo Arévalo participó en las elecciones, ganó las elecciones, dio la batalla jurídica, dio la batalla legal, pero al mismo tiempo en algún momento hubo una movilización ciudadana.

Lo único que creo yo de esa movilización ciudadana, es que en el mundo de hoy de las redes sociales donde convocábamos las marchas por Facebook, esas movilizaciones con cierta frecuencia terminan violentas; no porque las personas que lo organizaron pensaran que querían que la protesta fuera violenta, eso no es lo que estoy diciendo, sino porque siempre hay un desubicado que decide tirar una bomba molotov o siempre hay un infiltrado del gobierno que decide tirar una bomba molotov.

Lo que se hizo en Guatemala que se hizo muy bien hecho es, el movimiento indígena tenías las estructuras para generar una organización tal para evitar ese tipo de violencia, de manera que en Guatemala se movilizó la gente y no hubo acciones muy visibles de violencia.

Creo que lo vamos acá también con las protestas que hubo para defender al INE, fueron relativamente pacíficas, no hubo ninguna, porque si hay violencia entonces sale el Presidente y dice: “si ven, son violentos, son unos vándalos” y no hay que dar, como diríamos en Colombia, me perdonan “papaya”.

Entonces creo que se necesitan los dos repertorios pero yo sí creo que la sociedad civil está como en mora de ser un trabajo más serio de organización, de movilizaciones, porque no lo tenemos.

Y las instituciones electorales de México, yo creo que las dos personas de este panel están más equipadas que yo para contestar la pregunta específica de México, yo lo que sí puedo decir es, creo que hay que respetar,  creo que hay que mantener a las instituciones al margen de la polarización política, por lo menos en el debate, o sea no se puede hacer nada contra el debate, contra las personas que quieren polarizar, contra eso no se puede hacer nada, pero como digo yo, para polarizar se necesitan dos.

Si un Presidente sale y grita, pongo el ejemplo de Álvaro Uribe, Álvaro Uribe salía y decía que los magistrados de la Corte Suprema eran todos unos guerrilleros, unos terroristas, idiotas útiles del alfaque, cualquier cosa; si no hay respuesta del otro lado eso cae en el vacío, eso no va a ninguna parte y se mantiene a la institución como institución, tan es así, que al final del gobierno de Álvaro Uribe, la defensa y las marchas contra la reelección de Uribe y como la movilización era pro Constitución del 91, ninguna fue contra Álvaro Uribe, era pro Constitución del 91.

Porque claro, estos presidentes ganan cuando el espacio es: “o estás conmigo o estás contra mí”, si uno les niega ese espacio discursivo, puede jugar de otras formas y puede proteger las instituciones por lo que son, unos árbitros que a veces pitan bien, a veces pitan mal, de pronto necesitan más entrenamiento, de pronto necesitan mejorar cosas; unos árbitros de este debate electoral.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: ¿Quieres comentar algo, consejero?

Muy bien, muchas gracias.

Bueno, tengo aquí dos preguntas más, doctora Gamboa, que tienen que ver una con algo que está muy cercano a los jóvenes. Dice: ¿cómo pueden los sistemas electorales adaptarse a la creciente influencia de las redes sociales y campañas de desinformación para garantizar la transparencia en los procesos electorales preservando así la integridad democrática en la era digital? Digo que está muy cerca de los jóvenes porque yo creo que hoy en día los jóvenes se informan más, participan más en muchas ocasiones a través de las redes sociales que a través de los esquemas tradicionales que teníamos generaciones anteriores.

Y la segunda tiene que ver con las estructuras que favorecen el funcionamiento democrático, preguntan cuáles son estas estructuras que favorecen el funcionamiento de la democracia y cómo podemos fortalecerlas donde existen y desarrollarlas donde no las hay.

Están bien como yo creo que para dos conferencias más magistrales en torno a esto cualquiera de las dos, pero le pido, por favor, que nos dé su opinión en torno a esto.

Adelante.

Doctora Laura Gamboa: Con respecto a los sistemas electorales y cómo adaptarse a estas campañas, la literatura tiene como dos vertientes, una vertiente es toca generar mecanismos desde las plataformas, entonces toca decirle a Facebook que baje contenido falso, toca decirle a Twitter que ponga avisos de que este contenido tiene dudas, pero lo que yo he oído como investigaciones más recientes es que este tipo de mecanismos como propios de las redes sociales son primero difíciles de implementar porque nadie eligió a Mark Zuckerberg para que decida qué es lo que yo puedo ver y lo que no puedo ver; pero segundo, porque también no cubre todos los espacios, en América Latina lo vivimos con WhatsApp, entonces mi mamá me manda el mensaje que le mandaron 300 personas detrás.

Yo creo que hay soluciones más efectivas, pero son de más largo plazo y es la educación en redes sociales.

Yo creo que, tanto los jóvenes, como las personas más adultas no sabemos, no entendemos las redes sociales del todo y yo sé que los jóvenes: “Yo soy el duro de TikTok”, pero, pero, yo he visto y lo digo porque soy profesora, porque he sido profesora de estudiantes de secundaria que existe algún tipo, existe alguna sensación de, o sea, digamos, claro, uno sabe cómo usar TikTok, cómo dar el like, cómo montar el video, cómo modificar el modelo y los corazoncitos y qué sé yo.

Pero, uno no sabe o no hay mucha educación sobre los riesgos de las redes sociales, sobre cómo nos cambia la perspectiva de seguridad que tenemos, porque es que estamos en Facebook desde nuestra casa, pero realmente lo que se está viendo, lo está viendo todo el mundo.

¿Cómo dar discusiones en redes sociales, de una forma que sea no polarizante? Y yo creo que todo es se puede hacer con esfuerzos de educación.

Creo que la educación a otros niveles, también se debe hacer. Entonces, ahí ya estoy hablando de personas como mi mamá, que me mandan la cadena que le mandó Juanita, la amiga, que le mandó la vecina, que le mandó el tío.

Entonces, pero como lo dice Juanita, entonces, yo lo creo porque me lo está diciendo Juanita y Juanita lo recibió quién sabe de quién y creo que no hay mucha educación sobre eso y creo que vale la pena hacer educación sobre eso.

Yo he hecho el esfuerzo con mi casa. Entonces, ahora, mi mamá lo que hace es: me manda los mensajes y me dice “¿Tú qué opinas? ¿Esto es cierto o es falso?”. Y creo que existen, educar a las personas en temas de redes sociales, desde dónde vienen esos mensajes, porque son peligrosos es una cosa suprema, supremamente importante.

Creo también que, para eso los jóvenes son esenciales. Creo que esto se puede hacer a nivel micro. Repito, ustedes lo pueden hacer con sus mamás, con sus papás, con sus abuelos, tíos.

Lo otro que iba a decir es: creo que a veces ponemos mucho énfasis en Twitter y en Facebook, pero yo creo que una culpa similar existe de los medios. Yo puedo publicar 300 tuits en Facebook, que nadie va a parar bolas.

Pero si mi tuit lo repite el tiempo en Bogotá, automáticamente: a) gano credibilidad; b) mi tuit lo va a ver mucha más gente.

Y yo sí creo que toca ponerle atención a cómo los medios de comunicación, como los grandes medios de comunicación, canales de televisión, periódicos utilizan las redes sociales y de alguna forma dan sus avales a mensajes que pueden o no puede ser nocivos para la democracia y yo creo que eso sí se puede regular y esa discusión sí se puede tener a nivel regulatorio de una forma más sencilla.

¿Qué estructuras favorecen el funcionamiento de la democracia? Uy. Me toca pararme allá, hacerles más gráficas, qué sé yo.

En los años ochenta y noventa, cuando América Latina estaba empezando a hacer sus transiciones a la democracia, el objetivo principal era tener elecciones. Y todos pensábamos: si tenemos elecciones, logramos la democracia.

Y de ahí en adelante, como Buzz Lightyear, “To infinity and beyond” ¿no?

Y lo que nos hemos dado cuenta es que las elecciones no son suficientes, que además de las elecciones se necesita una estructura, se necesitan partidos fuertes, y no fuertes en el sentido de que son partidos que llevan 300 años, en Colombia los partidos tienen 150 años de existencia, el liberal y el conservador llevan andando 150 años, pero no tienen mucha representación, necesitamos partidos que sean representativos, que de alguna forma generen conexiones.

Y yo sospecho que eso sucede de forma orgánica de abajo para arriba. Cuando movimientos estudiantiles, movimientos de sociedad civil logran conectarse con esos partidos y funcionar como redes de conexión entre la comunidad y el partido.

Creo que nosotros llevamos muchos años conviviendo de una forma no sé si ingenua con cosas como la compra de votos y el clientelismo, es como hacer parte del paisaje.

Entonces, a mí me dicen: es que las elecciones en Colombia son clientelistas. Y yo: sí, dígame algo nuevo.

Todos los sabemos, todos sabemos que los charros están en Barranquilla, y los no sé qué se compran las elecciones y que ¿no? Y yo creo que toca empezar a tomarse eso en serio, es una lucha de gigantes, pero yo creo que toca empezar a tomárselo en serio, en serio.

O sea, como académicos y como gente joven, y desde las instituciones creo que toca empezar a tomarse este tipo de amenazas más amplias de una forma muy seria.

Creo, yo soy fan número uno de generar organismos electorales que tengan algún tipo de aislamiento de los partidos políticos, que puedan funcionar un poco como jueces de decisiones electorales de una forma efectiva, o sea, venía discutiendo con Rafael que veníamos en el carro, que en Colombia el Consejo Nacional Electoral, que es el que toma, sanciona a candidatos que hayan cometido infracciones de la ley electoral, se demora meses en sancionarlos, para el momento en que los sanciona ya llevan legislando en el Congreso un año.

Creo que toca generar mecanismos de sanción de violaciones electorales que sean más efectivas, toca tomarnos la ley electoral en serio.

Y, por último, yo sí creo que esto es fundamental, yo sí creo que toca entender la democracia. O sea, yo creo que toca defender la democracia por lo que la democracia es, no por lo que la democracia nos pueda dar o no nos pueda dar.

La democracia nos da el espacio para, es la mesa en donde nos podemos sentar todos, la gente que me cae bien, la gente que me cae mal, con la que estoy de acuerdo y con la que estoy en desacuerdo.

Y valorar un poco, o sea, y creo yo que en ese sentido entonces toca generar mecanismos de protección y promoción de las instituciones.

Quince años en los Estados Unidos me han enseñado que los niños y niñas en Estados Unidos les insertan en la cabeza que no hay un país mejor que los Estados Unidos, que no hay una Constitución mejor que la Constitución Norteamericana, que no hay una Corte Suprema de Justicia tan maravillosa como la Corte Suprema de Justicia Norteamericana, y si bien yo estoy en desacuerdo con muchos de esos puntos, en términos generales lo que sí creo que es que eso genera una lealtad hacia la institución que es importante.

En cambio en Colombia cuando yo estaba creciendo y en mi secundaria lo que a mí me enseñaron era como nosotros éramos el país que, literal, hay un libro que se llama “Una Nación a pesar de sí misma”.

Entonces, éramos el grupo de países que nunca había logrado hacer nada bien, que Estados Unidos era pura carambola.

Y a mí nunca me enseñaron que mi Corte Constitucional es una Corte Constitucional que abogados internacionales estudian de todo el mundo y que yo tengo que estar orgullosa de mi Corte Constitucional, y que claro, como el terror hay jueces que no son tan buenos y lo que sea, pero que en general está bien pensada y yo creo que eso toca hacerlo.

Esa labor como de enseñar y de promocionar las instituciones que sí funcionen, porque si no lo hacemos nosotros, pues quién lo va a hacer.

Entonces, yo creo que esto es como las tres cosas que diría yo.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Muchísimas gracias, doctora.

No tengo preguntas del público, pero a mí, si me permite, yo quisiera hacerle una pregunta aprovechando que está aquí. Mi pregunta sería: ¿cuál es el papel que jugaría, permítaseme la licencia de decir, la crisis de los partidos tradicionales en esta erosión de la democracia?

Tenemos partidos que llevan 100, 150 años de existencia, pero que parece no querer evolucionar o no han podido evolucionar y están siendo sustituidos por planteamientos nuevos, por agrupaciones, por grupos nuevos de la sociedad que se habían visto excluidos y que están participando con fuerza.

Y tal vez eso podría hablar de ese proceso de erosión democrática que estamos viviendo hoy en día.

Doctora Laura Gamboa: Hay un montón de literatura sobre los partidos políticos, pero entre más estudio yo los países latinoamericanos más creo yo que tiene que ver con lo que el doctor Espadas decía, que es la crisis de la política.

El problema no es, o sea, que los partidos tradicionales se caigan no es un problema, significa que no hicieron el trabajo de renovarse, siempre y cuando haya otras asociaciones que puedan asumir el rol de los políticos.

Pero si todos creemos que la arena política no sirve, pues no va a haber otras organizaciones que asuman ese espacio.

Entonces yo creo que, claro, los partidos tradicionales se caen y con los partidos tradicionales se generan un vacío, lo que no hay es quién remplace esos partidos tradicionales.

Vuelvo a Guatemala, si ustedes se van y buscan los indicadores de partidos políticos en Guatemala van a ver que los partidos políticos en Guatemala son calificados cómo el peor sistema de partidos, los partidos viene y desaparecen no son estables; si alguien les dice cuáles son de los peores sistemas de partidos en América Latina, es Guatemala.

Y sin embargo, las organizaciones de la sociedad civil se organizan en partidos, porque entienden que para transformar las luchas de la calle toca ir a la política y organizándose como partidos políticos no pierden sus credenciales.

A mí lo que me da la sensación acá es que las organizaciones de la sociedad civil, las personas que quieren participar en el gobierno de su país, tienen miedo de ser políticos, porque piensan que en el minuto que sean políticos, los descalifican, yo lo estoy viendo en las campañas políticas colombianas, entonces sale la Alcaldesa de Bogotá diciendo: “yo no soy política”, claro que es política, falta el de Bogotá durante tres años,  fue Senadora, pues claro que es política.

Y sale el otro vecino, “yo no soy político”, Gustavo Petro que lleva participando en política décadas, nadie quiere ser político y yo lo que creo es que toca rescatar eso.

Repito, yo lo veo e Guatemala, los partidos políticos en Guatemala son un desastre, pero la gente cree en la política como mecanismo de cambio y yo creo que es ahí donde tenemos que buscarle como el “quiero”.

Y creo que rescatar partidos, como el Partido Liberal o el Partido Conservador Colombiano, Acción Democrática en Venezuela, es muy difícil; pero lo que sí creo que es relativamente más fácil es encontrar organizaciones que puedan emerger y ocupar los espacios que estos partidos dejan.

Sobre todo en países como América Latina, yo creo que esto es más difícil en países donde la estructura electoral no permite la emergencia de terceros partidos, pero en países como los latinoamericanos, yo creo que esto es relativamente más sencillo.

Y yo creo que es la invitación que yo haría, a pensar en la política como una arena de cambio, como un espacio en donde se puede pensar el Gobierno del país, a pensar en el político como piensan en el médico, en vez de escoger al que no tiene experiencia, pensar que el que tiene experiencia tiene algo que aportar, porque que es una carrera que es como todo, hay médicos malos, hay médicos buenos y la mayoría están ahí en la mitad; hay políticos malos, hay políticos bueno y la mayoría están ahí en la mitad.

Y lo que quieren generar es cambiar los incentivos para mejorar la forma de hacer política, pero no simplemente dejar de hacer política, porque si no lo que nos vamos a quedar es con un montón de movimientos sociales tratando de empujar cambios, sin tener los cables de conexión que generan esos cambios.

Yo hablo un montón del movimiento de los derechos civiles en los Estados Unidos y una de las cosas que más me gusta de eso es, hay gente que dice que Lyndon B. Johnson, el presidente en su momento no hizo nada; hay otra gente que dice que era un héroe de los derechos civiles y yo lo que digo es en la mitad, si Martin Luther King no se hubiera movilizado y no hubiera empujado y no hubiera organizado boicots, marchas y demás, Lyndon B. Johnson no hubiera hecho nada porque no estaba en su interés político hacer nada, pero si Martin Luther King se hubiera podido movilizar todo lo que quisiera que sin Lyndon B. Johnson en la presidencia esas marchas no hubieran logrado nada tampoco porque no hubiera encontrado el  mecanismo de conexión para transformar lo que es el deseo de la calle en políticas, en cambios estructurales, que es en donde yo creo que entran los políticos.

Y acá termino en mi defensa, los políticos.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Muchas gracias.

Y qué buena reflexión esa porque al final de cuentas parecería que cuando uno pregunta cuáles son las características que debe tener un político, le ponen tantas características que finalmente uno termina diciendo mejor canonícenlo porque con tantas yo creo que nadie va a poder hacer política y ser político.

Consejero Espadas, ¿quiere hacer alguna reflexión en torno a esto, algún complemento de estas opiniones que nos da la doctora Gamboa?

Consejero del INE, Uuc-kib Espadas Ancona: Bueno, no tendría yo mucho más que añadir, ciertamente nuestro auditorio no vino aquí a oírme a mí, solo quisiera yo agradecer este enfoque, me parece que no es frecuente oír perspectivas amplias del desarrollo democrático y sus retos y, en ese sentido, me parece que la exposición de la doctora Gamboa ofrece diversas líneas.

La idea de la necesidad de la política como condición de la democracia me parece crucial y creo que, en efecto, es un terreno en el que instituciones, políticos y ciudadanos tendremos que trabajar mucho si no queremos transitar en definitiva de estas democracias imperfectas a autoritarismos perfectos.

Muchas gracias.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: ¿Quieres comentar algo?

Doctora Laura Gamboa: Solo quería darles las gracias por quedarse hora y media despiertos y por las preguntas.

Gracias por tener acá.

Representante del Comité Editorial del INE, Manuel Martínez Justo: Bueno, yo simplemente quisiera agradecer a la doctora Laura Gamboa por tan brillante exposición y sobre todo por ser tan provocadora, porque al final de cuentas, lo que uno agradece mucho es que nos provoquen, que nos generen esta necesidad de pensar, de pensar, de debatir, de reflexionar y de analizar sobre estos procesos que estamos viviendo, no solamente en América Latina, sino en el mundo, incluso en Estados Unidos, que Estados Unidos también debería pensar y repensar su proceso, su sistema político y sus procesos electorales.

Muchas gracias, doctora por la generosidad de su tiempo y por compartir los conocimientos.

E igual, también con el doctor Espadas. Muchas gracias por compartir estas reflexiones

Yo sé que lo escuchamos frecuentemente, pero siempre es importante que nos ayuden a reflexionar, que nos ayuden a analizar, que nos provoquen para poder hacer cada día un mejor, ser mejores en nuestro conocimiento de la política y de los procedimos electorales.

Y sobre todo, agradecer a estos jóvenes que nos acompañaron hoy aquí. Gracias por la paciencia.

Gracias, como decía la doctora, por permanecer atentos y, sobre todo, por tener este interés, por escucha a grandes conocedores de los procesos electorales y de la democracia.

Muchísimas gracias a todas y todos.

Y voy a ceder el uso de la voz a la maestra de ceremonias.

Adelante.

Presentadora: Muchas gracias, doctor.

A continuación, agradecemos la presencia de la directora de Difusión y Campañas Instituciones de la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica del Instituto Nacional Electoral, maestra Sandra Rabasa León, a quien solicitamos sea tan amable de hacer entrega de los reconocimientos de participación.

En primer lugar, a la doctora Laura Gamboa.

En segundo lugar, al Consejero Uuc-kib Espadas Ancona.

Y en tercer lugar al doctor Manuel Martínez Justo.

Agradecemos una toma de la fotografía de las tres personas participantes y de la maestra, por favor.

Y con la toma de esta fotografía damos por concluidos el evento.

El Instituto Nacional Electoral agradece a quienes participaron y a quienes nos han seguido en la transmisión en vivo, a través de redes sociales y página web del INE.

Que tengan excelente tarde.

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