Versión estenográfica del Conversatorio: Hacedoras de la democracia, en el marco del evento de conmemoración de los 70 años del Voto de las Mujeres en México: Forjadoras de la Democracia

Escrito por: INE
Tema: Discursos

Presentadora: Gracias al cuarteto Musas, Ensamble de Arpas.

A continuación, damos el uso de la voz a Rita Bell López Vences, Consejera Electoral y Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del Instituto Nacional Electoral.

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Muchas gracias. 

Muy buenos días a todas y todos. 

De verdad, bueno, a la mayoría creo que ya las saludé, pero les vuelvo a reiterar la emoción y el gusto que me da ver a muchas personas conocidas y aparte que, comprometidas con el ejercicio de los derechos político electorales de las mujeres, y que, pues sé que también les emociona como todo este regreso a la historia que se esmeró mucho la Unidad de Género por poner el día de hoy, de manera visual. 

Y que, bueno, pues el agradecimiento, la emoción, yo estoy así como emocionada, todo me emociona, escuchar a las Musas, mujeres artistas maravillosas, muchísimas gracias. 

Y bueno, también el día de hoy tener a mujeres tan talentosas a las que admiro, creo que fue un regalo de cumpleaños de hace un par de años, pues un día poder hablar con ellas y miren, la vida es generosa y me sentó un día aquí con tres grandes mujeres a las que he leído, a las que he citado, e incluso he dado como algunas actividades, sosteniendo parte de lo que ellas han escrito.

Así que mi agradecimiento, mi admiración y nervios que me da ahorita estar con ustedes, que las admiro mucho, y les reconozco mucho todo lo que han hecho, y creo que aparte es importante dar también un agradecimiento, la gran tarea que han tenido de documentar el trabajo, la vida, las acciones y lo que nos han dejado grandes mujeres como pues, el de las que ustedes han escrito.

Muchísimas gracias por acompañarnos el día de hoy.

Este conversatorio que vamos a dar inicio tiene por objeto pues reflexionar sobre la lucha histórica, por el reconocimiento al derecho a votar y ser votadas de las mujeres mexicanas.

Y bueno, hay aportaciones importantes de muchas sufragistas.

Y también destacar, justo, por dos de las autoras que nos acompañan el trabajo y que realizó Hermila Galindo y Benita Galeana.

Les presento, creo no necesitan presentación, pero claro que las vamos a presentar, tenemos a nosotras a Abia Castillo, ella es escritora y guionista, y autora del libro No me cerrarán los labios. Un fuerte aplauso para ella.

Bienvenida.

También nos acompaña Sofía Mateos Gómez, investigadora, estudiosa de la literatura de mujeres de la Revolución y también le daremos un fuerte aplauso para darle la bienvenida.

Y por supuesto, la maestra Patricia Galeana Herrera, curadora, fundadora y Directora del Museo de la Mujer de la UNAM.

Pues bueno, ahora sí vamos a escucharlas.

Les voy a ceder el uso de la voz, voy a hacer una pregunta pues en general para motivar pues que ustedes nos comenten desde su perspectiva algunas preguntas que formulé, pero bueno, pues siéntanse con la libertad de expresarnos lo que consideren.

Y bueno, pues la primera pregunta sería a 70 años del reconocimiento del sufragio femenino, ¿qué debemos tener presente del sufragismo de Benita, Hermila u otras más?

Entonces, si gustan, empezaría cediéndole el uso de la voz a la maestra Abia, por favor.

Abia Castillo: Bueno, buenos días a todas, a todos.

Quiero agradecer muchísimo al INE por la invitación.

Siempre me conmueve mucho hablar de Hermila Galindo, hoy sobre todo más, estoy muy emocionada, muy contenta de estar en esta celebración de los 70 años del voto femenino en México.

Y bueno, quiero empezar diciendo que yo no soy historiadora, como lo comentaba Rita, yo soy guionista, soy escritora.

Y digamos que mi acercamiento a Hermila, bueno, fue un ejercicio primero de curiosidad, y después de la gran pasión que me fue despertando esta mujer maravillosa y de lo que fue la lucha de las mujeres, digamos, a inicios del siglo XX en México, sobre todo la lucha por el voto, lo que significó para estas mujeres.

Bueno, quienes conocen a Hermila, pues a lo mejor la conocemos por tres cosas, más allá de que su rostro ahora aparece en los billetes de mil pesos, junto a Francisco I. Madero y Carmen Serdán, bueno, Hermila luchó porque el voto femenino se incluyera en la Constitución de 1917.

Fue la primera mujer en lanzarse como candidata a una Diputación Federal. 

Y también tuvo una cercanía con Venustiano Carranza, ella fue constitucionalista y bueno, también se convirtió en su Secretaria particular. 

Me gustaría hablarles un poco de mi experiencia escribiendo la novela y la cosas que yo fui descubriendo, porque para mí, escribir No me cerrarán los labios también fue un viaje hacia un mundo que yo desconocía y, como lo decía, que me fue apasionando, que me fue emocionando. 

Primero entendí lo que era ser mujer a inicios del siglo XX, que Hermila nació en 1886 en pleno porfiriato y que fue ciada por una mujer singular, que fue su tía soltera. 

Digamos, Hermila, su madre muere cuando ella tiene tres días de nacida y a partir de entonces empieza esta gran vida que tuvo, y sobre todo lo que me fue muy revelador fue ponerme en sus zapatos. 

Mi novela fue escrita en primera persona, porque yo también quería sentir cómo era el mundo para Hermila, yo soy una mujer de 2023, 2021, cuando estaba escribiendo la novela y me parecía que yo no comprendía cómo era el mundo para las mujeres en ese entonces. 

Comprendí que era muy difícil que una mujer subsistiera por sí misma, que había pocas opciones en cuanto al acceso a la educación y al trabajo; me sorprendió ver que era como generalmente aceptado que el lugar de las mujeres estaba exclusivamente en el hogar, que ser madres y ser esposas era la mejor de sus opciones. 

También algo que comprendí, bueno fue que las mujeres no éramos ciudadanas, que no podíamos votar, que no teníamos, digamos, derechos a competir por cargos políticos. 

Y algo que me llamó mucho la atención y veo que se repite aun en nuestros días, pues ver que en la vida cotidiana realmente se daban por hecho un montón de ideas que sometían a las mujeres.

Se decía, por ejemplo, que a las mujeres no les interesaba la política, que no tenían capacidad para ejercerla, pues eran ignorantes, conservadores y sugestionables; que tenían una naturaleza apacible, delicada. 

Y había escenarios, me topé con comentario durante mi proceso de investigación, muy peculiares que eran muy catastróficos y apocalípticos, que era: “bueno, es que si las mujeres salen del hogar y se dedican a estudiar y trabajar y se dedican a estudiar y trabajar y si empiezan a votar, va a ser el fin del mundo y de la familia”. 

Y en fin, había estas ideas que yo vi que sí estaban sometiendo a las mujeres. 

Por esa razón, me di cuenta que la lucha por el voto fue hecha por mujeres singulares, que la misma Hermila fue una mujer singular, que también lo fue Elena Torres, Elvia Carrillo Puerto, incluso, su tía Ángela; esta tía soltera de Hermila, que para quien la vida hubiera sido mucho más difícil de lo que imaginamos. 

Y que estas mujeres empezaron a optar, digamos, por una vida distinta que el mundo alrededor les dictaba. 

Como muchas mujeres de esta naciente clase media, a inicio del siglo XX, Hermila acudió a una escuela de señoritas en su natal Durango, Hermila era duranguense, estudió taquigrafía y mecanografía. 

Y sin embargo, ella era una mujer privilegiada porque pudo tener acceso a la educación, pero no tan privilegiada para tener que trabajar en el día a día. 

Hay algo que también estas mujeres, como Hermila, tuvieron un bien que no muchas mujeres tenían, que era un independencia y que fue así como esas mujeres singulares, que me encanta llamarles así, singulares, que eran raras en ese momento, pues tuvieron opciones distintas y estuvieron en posición de luchar por la obtención de derechos.

Algo que también rescato de Hermila y que me enamoró del personaje, y que lo vi como algo que ella hizo a lo largo de su vida, pues fue contar con hermandades. Hermila siempre estuvo apoyada de mujeres, valoraba la colaboración y la amistad con otras mujeres, y de esta manera me parece que la lucha por el voto pues empezó realmente con la unión de muchas mujeres singulares con pequeñas reuniones entre amigas, que luego dieron lugar a conversaciones políticas, y que estas reuniones se convirtieron en conspiraciones y en grupos femeninos, estos llamados clubes que apoyaron, bueno, a Bernardo Reyes, a Francisco I. Madero, y más adelante a distintas acciones revolucionarias, como les decía el caso de Hermila que apoyaba a Venustiano Carranza.

Estas fueron mujeres que tomaron el riesgo de desafiar, de escandalizar, que fueron creando espacios donde no había ninguno, mujeres que salieron de sus encierros y sus silencios y se dieron a la tarea de ocupar el espacio público.

Algo que también comprendí fue, que durante esta, digamos, llamada “Primera Ola del Feminismo”, las mujeres luchaban mucho por el acceso a la educación, al trabajo, pero sobre todo por el voto.

Hermila lo resume de una manera muy bonita porque, bueno, eso, ¿no?, yo estoy acostumbrada, yo desde que nací, pues sé que las mujeres podemos votar, pero yo no comprendía porqué para ella era tan relevante el acceso al voto.

Y Hermila lo dice, ¿para qué necesitan el voto las mujeres? “Las mujeres necesitan el voto por las mismas razones que los hombres, es decir, para defender sus intereses particulares, los de los suyos, de la patria y de la humanidad, que miran a menudo de manera muy distinta el mundo, bueno, que los hombres; que cuestiones que refieran a la humanidad no deben preocupar a la mujer, que es un ser humano; qué leyes puede haber que no la favorezcan o no la perjudiquen a ella o a los suyos y que, por lo tanto, no deban ni puedan interesarle”.

Hermila decía que las mujeres somos más de la mitad del mundo, y creo que a veces se nos sigue olvidando que las mujeres somos más de la mitad del mundo, que pertenecemos a él.

Bueno, ya fincada en la Ciudad de México, Hermila, como les comentaba, se unió a la causa de Venustiano Carranza, se convirtió en su Secretaria Particular, pero Hermila no solo fue eso, también fue periodista, fundó una revista llamada Mujer Moderna, y viajó por México y fuera de México, siempre tejiendo redes con otras mujeres.

Durante las reuniones del Congreso Constituyente, en 1917, Hermila luchó porque el voto femenino se incluyera en la Constitución, porque se modificara el artículo 34, que algo que como sabemos no ocurrió

Yo, cuando escribía la novela, también me di cuenta de cómo la vida de Hermila fue una vida también de muchos descalabros, que ella luchó por el voto femenino, bueno, no logró que este artículo 34 se modificara, se lanzó como candidata a una diputación federal y perdió.

Entonces, de pronto parecía que su vida había tenido muchos desencantos también con el movimiento revolucionario, creo que ella estuvo, pues sí, fue una gran decepción ver también como su aliado, yo creo que hubo una amistad entre ella y Venustiano Carranza, su amigo era asesinado.

Entonces, de pronto me parecía también una vida que yo decía, “bueno, ¿cómo concluir también la novela?

Y algo que me es muy bonito de Hermila, y ella tiene un texto al que ella tituló “Credo” y es en donde después de todos estos descalabros, Hermila siempre dijo que ella tenía fe en las mujeres, que ella tenía, digamos, la convicción de que las mujeres nos merecíamos una vida mejor y una mejor suerte de la que nos habían, pues el mundo, determinado. 

Y Hermila muy profética dice que pues “las mujeres lo lograremos, que lograremos votar, que lograremos seguir juntas, que lograremos luchar unidas”, como siempre Hermila, pues eso, pensando en hermandades, en la unión entre las mujeres y me parece que eso hoy lo celebro, que las mujeres como lo decían ahorita hace unos minutos, que nos sigamos reuniendo porque eso antes no se podía hacer y creo que eso también es una gran lucha del movimiento por el voto. 

Muchas gracias. 

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Muchísimas gracias, maestra Abia. 

Muchas gracias por compartirnos estas partes tan importantes de la vida de Hermila a quien le debemos tanto. 

Bueno, a continuación le cederé entonces el uso de la voz, igual para escuchar sus comentarios, a la doctora Sofía, por favor. 

Sofía Mateos Gómez: Muchas gracias.

Bueno, igual quisiera agradecer ante todo la invitación aquí, es un honor estar con colegas tan talentosas y entre tantas mujeres que trabajan por la participación política de las mexicanas. 

Y bueno, para responder a la pregunta sobre las… un poco lo que podemos traer al presente de la lucha de estas mujeres, bueno, les explico un poco. 

Yo trabajo desde el ámbito de la literatura y la, pues la personaje principal de la que me voy a ocupar es de Benita Galeana. 

Entonces, Benita Galeana nació más o menos a principios de siglo, murió hacia fin de siglo, entonces, le tocó ver todos los eventos políticos de México durante el siglo XX y lo que es extraordinario de ella para mí es que dejó relatos escritos.

Entonces, tiene tres libros: uno es autobiográfico, se publicó en 1940, se llama “Benita”, simplemente; otro es “El Peso Mochopublicado un poco después; y tiene un tercero que se titula “Actos Fallidos, Actos Vividos”, que está en proceso de edición. 

Entonces, a partir de todos éstos podemos conocer pues un poco de su vida, su recorrido, su historia y para mí, bueno, yo diría tres cosas principales que son pertinentes traer al presente para la lucha feminista de su historia. 

La primera es que, gracias a todo este relato podemos conocer los orígenes de Benita y la trayectoria que tuvo tanto personal como profesional y política. 

Entonces, ella nació en Guerrero, en el seno de una familia muy pobre que había perdido toda la riqueza de su padre por circunstancias diversas, vivió abandono, violencia en el seno familiar, después tuvo un proceso migratorio hacia la Ciudad de México y en la ciudad tuvo todo tipo de trabajos diferentes, los que pudo, simplemente por supervivencia. 

Y fue entonces que entró en contacto con el Partido Comunista de México y a partir de ahí pues se desarrolla toda su vida activista.

Entonces, el comunismo pasa también a otras luchas, en específico pues lo que nos interesa más que es la lucha por los derechos de las mujeres.

Ahora, de toda esta trayectoria, yo creo que lo que más deberíamos de considerar o una lección muy importante, es que nuestras luchas por las reivindicaciones de los derechos de las mujeres, tienen que incluir a todas las mujeres de todos los estratos, tienen que incluir a todas las mujeres, independientemente de si tuvieron o no acceso a la educación como Benita no lo tuvo, independientemente de su nivel socioeconómico, independientemente de los orígenes regionales o geográficos del país, es una lucha para todas. 

Y que, dentro de esto, todavía se pueden distinguir las diferencias entre las vivencias que puede tener una persona en un contexto o de otro. 

Para mí la historia de Benita nos permite saber cómo eran las experiencias precisas de una mujer que vivió justo todas estas experiencias, era una mujer trabajadora de clase baja, era una mujer migrante, era una madre soltera, era obrera en la Ciudad de México, entonces, la manera precisa en la que ella vivió su género en esta época en esas circunstancias, nos ayuda a siempre tener en mente la particularidad de cada una.

Luego, otro elemento que me gustaría destacar que tiene que ver con la historia de Benita, ella tuvo una participación muy activa en el frente único proderecho de las mujeres, mientras estuvo activo entre el 35 y el 39.

Y una cosa bien interesante de este frente único es que tenía más de 50 mil mujeres y entre todas ellas había diversas ideologías políticas, entonces muchas eran comunistas pero también había de pronto anarquistas, también hubo socialistas y había muchísimas mujeres que nos pertenecían a ningún partido.

Entonces yo creo que, la idea de este frente único como de poner de base la lucha de las mujeres por encima de estas pequeñas diferencias ideológicas, yo creo que es una lección de la que podemos aprender hoy en día también y caminando hacia el futuro.

Y bueno, un tercer elemento que a mí me gusta mucho de leer, en específico su autobiografía, cuando ella relata la manera en la que desarrolla su activismo, ella dice que es una comunista de a pie, es la frase que ella usa, porque justamente ella no se consideraba como una de estas grandes líderes, los rostros importantes del partido en ese momento, no era como una Frida Kahlo o como una Tina Modotti.

Ella repartía volantes, repartía periódicos, iba y pegaba en las paredes, iba a las fábricas a las mujeres a darles arrendas para convencer, las de luchar por sus derechos.

Entonces todo esto como la lucha de a pie desde su trinchera, a mí me parece importante recordarlo porque no todas tenemos que ser grandes figuras, grandes heroínas no, entonces sí por supuesto este día de las mujeres singulares que mencionabas, es fundamental porque cada vez que recordamos a estas mujeres singulares pues tenemos modelos a seguir, tenemos ejemplos, pero al mismo tiempo, a lo mejor no todas vamos a ser mujeres singulares, a lo mejor cada una de nosotras desde su hogar, desde su trabajo, va a contribuir un poco en la medida en la que puedan, pero eso es mucho porque esta lucha es colectiva, es de generaciones enteras y es insisto, de todos los estratos de todos los medios.

Bueno, hasta ahí diría yo, lo que podemos extraer de Benita.

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Muchísimas gracias.

Claro, no puede uno evitar imaginarse las complicaciones que tenían no, mujeres como Benita, escritora, sufragista, muy adelantada y haciendo un gran trabajo dentro de la lucha sindical, que bueno pues a la fecha todavía actualmente también al hablar de paridad en los partidos políticos también ha sido algo que han estado señalando en la necesidad de trabajar en la paridad, dentro de los sindicatos, pero pues imaginar a Benita en ese entonces ya hablando de esto, bueno pues nos habla, pues de esto que podemos decir que estaban adelantadas a su época.

Entonces bueno, qué maravilla que nos puedan compartir esto y bueno pues ahora sí, cedo el uso de la voz a la maestra Patricia Galeana.

Patricia Galeana Herrera: Muchísimas gracias.

Pues es para mí realmente un gusto estar en esta celebración del 70 aniversario de la ciudadanía plena de las mujeres en México.

Y creo que es muy importante porque en el imaginario colectivo se ha quedado la idea de que no hubo un movimiento sufragista en México, que fueron dádivas del poder primero para el voto municipal por Miguel Alemán, luego para el voto federal por Ruiz Cortines, después de la Convención de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, que destacaba que todas las personas deberían de tener derechos políticos, que no podía haber una democracia si más de la mitad de sus, las personas ya en edad de votar no eran siquiera ciudadanas.

Esto fue en 52, y la reforma se da en 53, así es que ustedes se imaginarán que ya había una presión internacional porque fuimos de los últimos seis países de América Latina en otorgar la ciudadanía plena a las mujeres.

Yo quisiera destacar que la historia de las mujeres ha sido una historia olvidada, fue una historia omitida, no había ni siquiera registros de las mujeres, por ejemplo, en las haciendas. Se decía cuántos bueyes había, cuántos sacos de maíz producían, cuántos peones, pero no se decía cuántas mujeres había en la hacienda.

De ese tamaño es el problema que tenemos las historiadoras que nos dedicamos a recuperar esa historia de las mujeres.

Pero las mujeres han participado en la construcción de México desde la independencia. Ahí no solamente las que recordamos son las mujeres de élite, como Josefa Ortiz, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra, pero no se recuerda a todas las mujeres que alimentaban, curaban, enterraban a los muertos, eran espías, y las que también tomaron las armas para lograr la independencia de nuestro país.

Cuando terminó el proceso de independencia, a las mujeres se les ignoró, solo algunos cronistas recogieron, repito, a las mujeres de élite que he mencionado.

Pero cuando cae el efímero imperio de Iturbide, hay un grupo de 20 zacatecanas que mandan una carta al Congreso, señalando que quieren participar en el rumbo que va a tomar el país.

Después, desde luego, ni siquiera reciben respuesta, nada, o sea, no existían.

En 1856, en el Congreso Constituyente, que da la primera Constitución que suprime al estado confesional y que establece un estado laico, pues también hay una carta, ahí son 81, para algunas personas son 81, para otros 86 firmas, porque están algunas ilegibles, o sea, no se pueden rastrear, lamentablemente, solicitando la participación política.

Solamente hubo dos diputados que las tomaron en cuenta, que fuer Ignacio Ramírez “El Nigromante”, señalando que no podría dejarse de legislar para las mujeres; y Antonio Escudero, que dijo que las mujeres eran una cosa, que se convertían en una cosa cuando se casaban, porque eran el objeto de su marido y que no tenían ningún derecho. 

Una célebre polémica, don Ponciano Arriaga, dijo, que: “Que barbaridad, que eso era terrible, que no era cierto”, pero sí era cierto. 

Esto lo va a repetir Herminia Galindo en su revista y en su ponencia al Primer Congreso Feminista, cuando diga que las mujeres son un objeto de lujo o de placer, textualmente. 

Entonces hubo a la largo del siglo XIX, el siglo de la construcción del estado nacional mexicano, entendido como el estado liberal de derecho; mujeres que alzaron su voz, pero no fueron oídas. 

Y después, cuando participan activamente en la Revolución, formando clubs antirreeleccionistas, participando también como habían participado en la insurgencia, alimentando, curando, enterrando, siendo espías y también motín de guerra de los enemigos siendo violadas y ejecutadas. Y algunas llegaron a tener el grado de Coronelas, sobre todo en el grupo zapatista, que se les desconoció al fin de la Revolución. 

Pero ahí, surge ya la organización de las mujeres y entonces Dolores Jiménez y Muro hace la primera manifestación en el Monumento a Colón, ahora Monumento de las Mujeres que Lucha, denunciando el fraude de Porfirio Díaz, las encarcela la dictadura y hacen una huelga para ser liberadas. 

Y después Dolores Jiménez y Muro escribe un plan revolucionario y va a participar en la elaboración del Plan de Ayala de Emiliano Zapata; cosa que nunca se dice. 

O sea, todo lo que han hecho las mujeres, parece que no existiéramos. 

Vivíamos, vivían las mujeres en el ámbito de lo privado y el mundo del silencio; inclusive, bueno, no me quiero extender porque yo doy clases de historia de las mujeres, entonces se imaginarán que les puedo comentar muchas cosas. 

Por qué el Marianismo Novohispano que subsiste, a veces, todavía nos encontramos hasta hoy ese tipo de prácticas, de decir, las mujeres decentes tienen que estar en su casa, y las mamás y los papás no dejan a la joven ir a hacer un trabajo a casa de sus compañeros, porque eso es indecente. 

Entonces, esta mentalidad fue muy difícil de superar y gracias a mujeres verdaderamente destacadas como las que estamos aquí homenajeando, a Hermila Galindo, a Benita Galeana, por su congruencia y por su perseverancia, 

O sea, Hermila se enfrentó al Primer Congreso Feminista, en donde la tacharon de inmoral por señalar que debería a mujer tener educación sexual, 1916, enero de 1916, que debería de tener también instrucción para su higiene personal que no se le daba porque era abrirle los ojos a las niñas y qué terrible cosa; y desde luego, por demandar todos los derechos para las mujeres como un acto de justicia de la Revolución Mexicana. 

Yo les había traído una presentación, pero ya no se las voy a explicar porque no hay tiempo, tienen que ser tres minutos, no sé si ya me pasé, pero bueno, en el caso de Benita Galeana, bueno, imagínense ustedes la perseverancia de una mujer que es detenida 58 ocasiones, que es lastimada en su columna vertebral, que tiene un bayonetazo en un brazo y sigue en la lucha. 

O sea, son dos mujeres, pero hay muchas más que estamos recuperando y por eso en el Museo de la Mujer hemos abierto una sala especial para las sufragistas mexicanas, y en particular, para el Movimiento del Frente Único Proderechos de la Mujer, que fue ejemplar porque como ya mencionó mi compañera, reunió no solo a las compañeras del Partido Comunista, las Penerristas, sino inclusive, a los sectores católicos, pidiendo el derecho al voto, pero también los derechos civiles, los derechos laborales.

Entonces, fue un movimiento realmente admirable y digno de ser conocida por toda la ciudadanía, para valorar lo que significó esta larga lucha que finalmente concluyó hace 70 años, pero que esto no significa que la revolución de las mujeres ya haya terminado. 

Déjenme decirles que es la revolución más trascendente de la historia de la humanidad y algunas personas dirán “ay, qué exageración”. No, y esto fíjense que ni siquiera lo dije yo, lo dijo un hombre, Herbert Marcuse, lo escribió diciendo que era, porque una revolución es la que cambia estructuras y ésta cambió estructuras políticas, económicas, sociales, y todavía no acabamos de cambiar las culturales, pues somos uno de los países con el mayor índice de feminicidios y de violencia hacia las mujeres. 

Ésta sería mi primera participación. 

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Yo la verdad es que no estoy contando el tiempo porque digo, la verdad tenerlas aquí, escucharlas y digan lo que tengan que decir, es maravilloso. 

Bueno, pues una siguiente y yo creo que ya para ir cerrando segunda ronda, sería preguntarles, a ustedes que estudiaron la vida y obra de las mujeres sufragistas y en este recorrido de 70 años, ¿cuáles serían las claves políticas en que se traduce esta lucha pues ya de 70 años?, ¿no?

Entonces, si gustan empezamos al revés, ¿sí?

Podemos empezar con usted, doctora Patricia, por favor. 

Patricia Galeana Herrera: Claro que sí, cómo no. 

¿Sí se escucha?, sí. 

Bueno, pues yo creo que nos dejan un ejemplo para continuar en la lucha, para participar en la política, para cobrar conciencia de que como ciudadanas tenemos derechos, pero también obligaciones que cumplir.

Y una de las primeras obligaciones es ver que lleguen a los cargos de elección popular personas que tengan respeto por el Estado de derecho, que conozcan los tratados internacionales que nuestro país ha firmado en materia de derechos humanos, en este caso, de las mujeres, porque a veces ni siquiera los conocen, y por lo tanto, son letra muerta; y que también conozcan, desde luego, la legislación nacional, para que no nada más se abran carpetas de investigación que nunca se cierran.

Y esto, pues esta impunidad hace que crezca el número de feminicidios, y que la violencia que se disparó en la pandemia con el confinamiento en todo el mundo un 25 por ciento, pero aquí en México, de acuerdo a la red de refugios, aumentó un 300 por ciento las llamadas de auxilio.

En este escenario, necesitamos personas responsables, éticas y con conocimiento de lo que es un estado de derecho.

Y yo creo que en este sentido, también tenemos que tener conciencia de que las mujeres ahora estamos siendo pues acosadas, y yo creo que esto sería una regresión. Me mandaron las compañeras de Tabasco un SOS el día de hoy, porque con el transgenerismo se están quitando lugares a las mujeres.

Yo tengo un gran respeto por la comunidad LGBTI+, y creo que en este caso debería de darse una cuota también para las personas trans, pero no quitarle esos lugares a las mujeres.

Entonces, tenemos un momento difícil de la historia del mundo con mini guerras mundiales, en las que, prácticamente, todos los países ya van a estar involucrados.

Y necesitamos más que nunca tener a personas competentes en los cargos de elección popular, porque la historia de la humanidad no es una ruta recta hacia el paraíso, como pensaban los providencialistas, sino que es una historia cíclica, que era la idea de Benedetto Croce. Avanzamos y luego hay regresiones.

No regresamos al mismo lugar, es como un espiral, y tenemos la obligación por nuestros hijos, por nuestros nietos, de luchar para que tengan una vida mejor.

Muchas gracias.

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Le cedería el uso de la voz a la doctora Sofía Mateos.

Sofía Mateos Gómez: Muchas gracias.

Bueno, yo, esta pregunta la interpreto siempre como desde lo que yo trabajo y en este caso también mi compañera. Entonces la cuestión de la memoria histórica para mí sería lo esencial en esta intervención.

Yo pienso que la representación por un lado, en el imaginario, en el discurso simbólico y la representación política siempre están de la mano, entonces, la representación política yo pienso que no puede darse de una manera plena, sin lo simbólico en nuestros relatos, nosotras no contamos también en un lugar central y complejo en nuestra gran diversidad, en la pluralidad de formas de experiencia femenina, entonces, todo el trabajo que se haga en la representación, en lo simbólico, en los relatos, yo creo que siempre va a intervenir en la representación política porque están entrelazados.

Después creo que siempre vale la pena recordar nuestra historia como mujeres porque es esencial aprender de las estrategias que funcionaron en el pasado, para las luchas por los derechos de las mujeres, que podemos poner en marcha de nuevo en el presente.

Es esencial reconocer las estrategias que no funcionaron, para saber por dónde no podemos ir ahora o cómo tendríamos qué modificarlas.

Entonces nuestras antecesoras tienen lecciones muy precisas, muy concretas, de modos de acción de enseñarnos, vale la pena recuperarlas.

Y bueno, también creo que es muy fuerte tener una tradición, una vez que hacemos todo este trabajo que ya es colectivo, afortunadamente ya estamos varias generaciones que no estamos trabajando, de hacerlos una historia propia, de tener una tradición propia en las mujeres, adquirimos una fuerza como colectivo que no teníamos antes cuando toda esta historia estaba borrada.

Hay un concepto que a mí siempre me gusta recordar, el de orfandad genérica, que utiliza Marcela Lagarde en varios de sus textos; yo creo que, esta orfandad genérica que podemos entender como una falta de historia nuestra, una falta de referentes, una falta de modelos, la podemos ir paliando poco a poco, recuperando nuestra historia, recuperando estos grandes personajes que nos anteceden y contándola una y otra y otra vez, complejizándola siempre más, llenándola de detalles para que las nuevas chicas que vienen después, se sientan parte de un colectivo que las antecede y que les da una fuerza simbólica que las impulsa hacía adelante.

Así que ahí veo yo, como gran parte de la importancia de hacer este trabajo de memoria, y bueno, por supuesto tenemos que asegurarnos de que, esos huecos en la historia ya nunca más se creen, porque las mujeres siempre estuvimos ahí, estuvimos, como justo mencionó mi colega Patricia, siempre estuvimos ahí las mujeres, en toda la historia política de México, desde siempre, solamente que eso no se relataba y no se relataba completamente a propósito.

Así que si seguimos haciendo esta labor no solamente en la historia sino en el presente, si transmitimos el interés de hacer esta labor a las siguientes generaciones, entonces ya nunca vamos a estar ausentes de la historia del país ni tampoco más en específico de la historia política del país.

Ahí es donde yo veo que podemos, como decía, hacer nuestro pequeño trabajo desde nuestra trinchera.

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Y finalmente, le cedemos el uso de la voz a Abia Castillo.

Abia Castillo: Gracias.

Bueno, como lo comentaba, para mí escribir la novela y estudiar la vida de Hermila, así como la lucha sufragista en México, sí me hizo consiente de que las violencias cotidianas y los estereotipos vinculados al género, se traducen en políticas públicas que determinan la existencia de las mujeres.

Hermila dice en la novela “la vida es un regalo breve, y en mi corazón sé que las mujeres debemos vivirla con dignidad” algo con lo cual estamos luchando hoy en día.

Reflexiono que, si bien es cierto que ahora, bueno, claro, las mujeres podemos votar y somos presidentas y diputadas, maestras y nos podemos congregar, bueno, también es cierto que hay derechos que todavía no se cumplen y se garantizan como lo decía la maestra Patricia Galeana, que es, por ejemplo, el derecho a una vida libre de violencia que ya está otorgado, pero que en la vida cotidiana pues todavía, tristemente, no se garantiza. 

Así también me parece que luego de 70 años, lo que he visto pues es que, claro, antes el feminismo en esta llamada primera ola, luchaba por el voto y había claro, un voto restringido y había muchas diferencias entre las feministas y que ahora, bueno, que los feminismos se han multiplicado, pues claro que las mujeres somos distintas unas de otras, tenemos diferentes maneras de ver y de experimentar el mundo y por eso tenemos distintas agendas y exigencias. 

Debo decir que a mí me costó mucho trabajo titular la novela, tomé esta frase “No me cerrarán los labios” del libro “Sol de Libertad” de la maestra Rosa María Valle Ruiz, quien es la principal biógrafa de Hermila y me parece que esta frase también, bueno, pues no solamente resume la vida y la obra de todas estas mujeres que hubiera sido para ellas, bueno, hubiera sido más cómodo callas, hubiera sido más cómodo agradarle a los demás, hubiera sido más cómodo, bueno, bonita, “calladita, perdón, te ves más bonita”.

Y creo que celebro a estas mujeres que fueron incómodas, que fueron incorrectas y que lo siguen siendo, las mujeres que todavía se les sigue tachando de eso, como decía la maestra Patricia, sí, a Hermila le llamaron de todo, insensata, inmoral, tenía 30 años, le llamaban ex joven, ¿no?, le decían que mejor se fuera a conseguir un novio y eso era… hasta se hicieron éstos, digamos, señalamientos muy públicos hacia ella y yo celebro el valor de Hermila, celebro su determinación, un personaje que ya es tan querido y tan cercano a mí misma. 

Y también, bueno, a todas estas mujeres que siguen luchando, que siguen incomodando, pues por el bienestar y la dignidad, ¿no?, de las mujeres. 

Y hablando del tema de la memoria, yo sí quiero aprovechar que en estas, digamos, a mí me hubiera sido imposible escribir esta novela sin el trabajo de las historiadoras, de todas las investigadoras que se han dado a la tarea de desenterrar y lo puedo entender y lo veo, y fue algo también, uno de mis grandes descubrimientos, cómo se están desenterrando hasta con las uñas, la vida y obra de estas mujeres en la historia de México, a Rosa María Valle Ruiz, Martha Barros Chaiza, Gabriela Cano, Dora Barrancos y tantas más que me ayudaron a mí en mi labor de investigación.

Especial mención al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, que este año también cumple 70 años y a mí me da mucha emoción que está aquí la doctora Patricia Galeana que fue Directora del Instituto, una labor tremenda que hace, bueno, para difundir la obra de las mujeres y, bueno, hay que recordarlas y todo mi cariño para ellas.

Y felicidades a todas por estos 70 años. 

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Pues muchísimas gracias. 

Con eso concluimos esta parte del conversatorio, esto todavía no acaba, entonces, le cedemos el uso de la voz a la maestra de ceremonias, para que nos diga qué continua. 

Muchas gracias.

Muchas gracias a todas. 

Presentadora: Muchas gracias, consejera. 

Bien, para continuar, damos la palabra al Consejero Electoral Uuc-kib Espadas Ancona. 

Adelante, por favor, consejero.

Consejero Electo del INE, Uuc-kib Espadas Ancona: El derecho al voto de las mujeres, es sin más, la más grande ampliación democrática de la historia electoral de nuestro país. Bien que con contratiempos, este derecho llega y se establece de una vez para no retroceder. 

Buenos días. 

Quiero agradecer, como en otras ocasiones, el privilegio de poder participar, de hacer oír mi voz en eventos dedicados a los derechos de las mujeres; esto me satisface de sobremanera y al mismo tiempo me impone la obligación de tratar de decir un par de cosas coherentes. 

Las mujeres que lucharon por la igualdad política y que siguen luchando por la igualdad política y por la igualdad en general, no solo por la igualdad electoral, fueron en estos momentos, en los momentos que se nos retan y aun en décadas anteriores, la vanguardia del liberalismo y de la Revolución Mexicana. 

De manera muy clara, me parece a mí, confrontaron a estas dos grandes corrientes con las consecuencias exigidas de sus postulados, de su movimiento y de las condiciones sociales del país, tanto en el siglo XIX, como en los albores del siglo XX. 

Es decir, podía un liberalismo consecuente, prescindir de más de la mitad de la población para gobernar, para construir el país, porque del siglo XIX era lo que se discutía, ¿qué país construíamos?

Y más adelante, cuando la gran ruptura revolucionaria de 1910 y los años posteriores, podía haber un auténtico cambio revolucionario en este país que dejara atrás los derechos de las mujeres, el fundamental derecho a la igualdad plena en todos los aspectos de la vida.

Y creo que este es un papel crucial que juagaron estas mujeres, que sin duda con el paso de los años cristalizó en el voto, pero que va mucho más allá, que impone una modificación de las relaciones sociales en su conjunto, que replantea desde sus bases el papel de la mujer y la debida relación entre mujeres y hombres en sociedad que se alzaban críticas, que en el caso de la Revolución, además, pretendía abiertamente revisarlo todo, aunque al final muchas cosas hayan quedado sin revisar. 

En este sentido, a mí me parece que hay que entender que hoy celebramos los 70 años de la culminación de una etapa de la lucha nacional por la igualdad, es una etapa que concluye en el 53, no es algo que inicie en el 53. Y es algo que estaba ahí desde 1917, en su último jalón, en su etapa revolucionaria.

Cuando Guanajuato inscribe en su Constitución el derecho al voto de las mujeres, aunque nunca llega a concretarse en el estado, y estaba ahí hace 101 años, cuando este derecho sí se concreta en Yucatán. Y esto cada vez sale el tema, lo menciono no solo porque, como reitero, cada vez que discutimos ciertas cosas, Yucatán es la cuna de la democracia mexicana, sino también porque, sin duda, fue un estado pionero en los derechos políticos de las mujeres, como lo siguió siendo después en diferentes etapas.

Yo quiero recordar que el estado de Yucatán fue el primer estado en tener dos mujeres gobernadoras, y fue también el primer estado en donde una mujer ganó la gubernatura desde la oposición.

Y ya me acabé mis cinco minutos.

Pero bueno, concluyo muy brevemente diciendo que la lucha es parte de una misma lucha que continua, que es la lucha por la igualdad, la igualdad plena.

Es igualdad que sí pasa crucialmente por lo económico.

Y por eso para mí la figura de Benita Galeana es una figura particularmente querida, era una mujer que luchaba por los derechos de las mujeres, pero que luchaba también por los derechos de quienes trabajaban, y que era una militante comunista.

Nada más lejano que cierto feminismo de élite que caracterizó otros movimientos en otras geografías.

Esto da un tono a este sufragismo mexicano, afortunadamente muy distinto del sufragismo inglés y coloca en el centro del debate cosas que aún el día de hoy vale la pena recordar.

Mientras la miseria y la desigualdad sean la principal característica socioeconómica de nuestro país, la libertad, la capacidad, el derecho de las mujeres por acceder a la igualdad en todos los terrenos seguirá cuestionada.

La igualdad, además, y eso es otra cosa que me parece, nos deja como mensaje la vida de Benita Galeana es que la igualdad se conquista con militancia, se conquista en el día a día y se conquista desde abajo.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, Consejero Espadas.

A continuación, damos la palabra a la Consejera Electoral del Instituto Nacional Electoral, Claudia Zavala Pérez.

Consejera del INE, Beatriz Claudia Zavala Pérez: Gracias.

Muy buenos días a todas, a todos.

Me da mucho gusto recibirlos aquí en la casa del INE, su casa, nuestra casa.

A tener la oportunidad de estar con grandes maestras jóvenes, y maestras que nos han enseñado también desde su formación, desde sus letras.

Qué gusto conocerlas, de verdad, ponerles los rostros.

Maestra Patricia, usted es nuestra maestra de hace muchos años reconocida; pero yo no tenía el gusto de haber escuchado a Abia y a Sofía, y de verdad, muchas gracias por compartirnos sus experiencias tan profundas y todo su estudio que han dedicado a las mujeres; por supuesto, a mi colega Rita, que está aquí con nosotros, y a todas y todos ustedes.

Reflexionar sobre este día tan importante para las mujeres, creo que merece esta unión de nosotras las mujeres, esta reunión.

Ya nos han enseñado las sufragistas, y creo que fue muy claro el mensaje que nos dan las autoras de estos libros, de cómo las mujeres nos hemos visto y hemos luchado a través de la historia, más allá de todas las tensiones y la oposición que se ha dado, principalmente por ser mujeres.

Ya tenemos estas redes de construcción que nos han enseñado ellas, ellas nos enseñaron que organizadas más allá de lo político, sobre todo las sufragistas, más allá de lo político podemos lograr muchas cosas juntas.

Y creo que ahora es un momento, en estos 70 años, de un derecho tan importante que nos dio autonomía, esa es una palabra significativa para nosotras las mujeres, autonomía.

La reflexión que hoy puedo compartir con ustedes y, sobre todo, a partir de lo que escuché a quienes participaron en el conversatorio, es que venimos de la nada, de ser concebidas como nada, como una cosa, como un objeto, pero con un talento perverso también, porque siempre a las mujeres no solo nos concebían como un objeto sino que también nos atribuían esa capacidad de incidir negativamente en las voluntades de los hombres; y eso  no solo nos invisibilizó, sino que nos quitó la dignidad humana, y así estuvimos durante muchos años, y seguimos estando en muchos momentos con esta falta de dignidad.

Pero lo que hoy tenemos es, que hay mujeres que a través de la historia, y maestra Patricia, aquí usted nos tiene que dar todo ese conocimiento y esas enseñanzas en un diplomado para que conozcamos la historia de las mujeres, porque cuando no conocemos la historia estamos condenadas a que se repitan los sucesos, se acrecienten y vamos a seguir con esa espiral de retroceso que nos comentaba.

Pero aquí lo relevante es que sí nos concebían como objetos, como objetos con efectos dañinos; y después, en la lucha de los derechos, el patriarcado y los hombres se apoderaron hasta el nombre de los derechos, sí es los derechos del hombre, ¿no?, así se, y las mujeres han reivindicado con las palabras y con el lenguaje el derecho también de las mujeres y los derechos de las mujeres.

Y la relevancia que hoy estemos aquí reunidas en el Instituto Nacional Electoral, es que estamos reconociendo que ha habido mujeres y que sigue habiendo mujeres que luchan por esos derechos.

Y hoy nos enfocamos a los derechos político electorales, porque esos cargos de elección popular, esos donde se toman las decisiones, esos donde se decide qué legislar, con qué enfoque legislar, qué acciones de gobierno implementar, eso tiene que ver con el poder.

Y eso, es lo que hoy tenemos aquí presente, tan importante es que las mujeres lleguen a los cargos de elección popular, porque ahí es donde van a poder incidir para eliminar esa neutralidad del derecho que tanto nos ha afectado, esa neutralidad del derecho que nos concibió en los Códigos Civiles de antaño, como meros objetos, sin derechos, ni siquiera para tener tierras, ni siquiera para tener esas autonomías que necesitamos para caminar en la vida dignamente. 

Y creo que este es el momento para postular entre todas y todos, la reivindicación desde nuestros derechos, también desde los cargos de elección popular. 

A todas las mujeres que los enfoques con perspectiva de género se han realizado desde estas actividades en coordinación con los Tribunales Electorales, les decimos y les recordamos que los derechos de las mujeres, todavía tienen mucho porqué trabajar. 

Que debemos de trabajar no solo en el reconocimiento, sino en la eficacia de los derechos de las mujeres. 

Tenemos muchos derechos reconocidos, entre ellos, el de vivir libres de violencia y ese es uno de los principales retos que tenemos hoy, porque lamentablemente, como hemos tenido un movimiento que incorporan las mujeres en el poder, la violencia se ha crecentado. 

Así que con estas reflexiones, y que yo me quedaría con un pendiente de seguir estudiando y que nos den este conocimiento de la historia de las mujeres, porque con eso y nuestra fortaleza, hoy en estos 70 Aniversario del Reconocimiento del Derecho al Voto de las Mujeres, lo que les invito es que hagamos una sola voz y sigamos caminando, y sigamos librando y sorteando todas esas tenciones que todavía hoy enfrentamos para ejercer todos nuestros derechos en plenitud y en autonomía. 

Muchísimas gracias. 

Me encanta verlas en lo físico y en lo virtual también. 

Buenas tardes. 

Presentadora: Muchas gracias, Consejera Claudia Zavala. 

A continuación, para el mensaje de cierre, damos de nueva cuenta la voz a la Consejera Rita Bell López Vences.

Consejera del INE, Rita Bell López Vences: Muchas gracias. 

Pues miren, en realidad el cierre estaba planteado para que lo hiciera la Presidenta, la licenciada Guadalupe Taddei, quien les deja un saludo. 

Y aparte, bueno, es importante mencionar que ella es la primera Presidenta de este Consejo General, fue así determinado por una sentencia, lo que nos habla todavía que, todavía tenemos que seguir dando este tipo de pasos. Como bien decía la Consejera Norma Irene, ni un paso para atrás. 

Entonces, bueno, ella les deja un saludo, fue parte de la organización de este evento de hacer este recorrido al pasado, que contáramos con grandes mujeres que han tenido esta aportación tan importante que nos dejan ya las mujeres de ahora, pero también a las niñas saber que no van a batallar tanto en encontrar información sobre grandes mujeres, como las que el día de hoy se han mencionado.

Así que doblemente agradecidas, igualmente está con nosotros desde que inició el evento la Secretaria Ejecutiva, Encargada de Despacho actualmente, también mujer.

Y bueno, pues esta sala en su mayoría está, nos están acompañando muchas mujeres consejeras, magistradas, directoras, vocales ejecutivas que también están conectadas de manera virtual.

Entonces, bueno, estamos ya en diferentes lugares, y bueno, pues ya con esta información voy a hacer el cierre de este evento.

Contaba Elvia Carrillo Puerto:

“Tengo un sueño recurrente. Estoy dentro de la casa donde crecí, soy yo, sé que soy ésta, yo adulta, pero mi cuerpo es de niña.

Escucho risas afuera, son mis hermanos y algunos vecinos, todos niños.

Quiero ir a jugar con ellos, pero al abrir la puerta, veo una montaña de tierra que la bloquea. Intento subirla y no puedo, me quedó a la mitad, caigo y ruedo hacia adentro de la casa una y otra vez.

De pronto, alguien baja la montaña y entra a la casa: es mi hermano Felipe. Me mira con esos ojos verdes del color de su canica favorita, que nunca podré tener, porque las canicas se ganan jugando y mamá dice que no puedo salir a jugar porque soy niña.

Felipe me mira como invitándome a subir la montaña. Tiene la ropa llena de lodo, sudor en la frente y la sonrisa ancha.

Entra a la casa, pero solo para agarrar impulso y desaparecer de nuevo. Y yo me quedo ahí, delante de aquella inmensidad de tierra que no soy capaz de subir.

Siempre el mismo sueño, ah, siempre la montaña.

¿Por qué ellos sí pueden estar afuera y yo no?, ¿por qué me enseñaron a leer y no me dijeron que somos iguales ante la ley, no se refería a nosotras?, ¿por qué si gané, no puedo pertenecer?, ¿por qué sigo aquí ante tanto silencio?”.

Elvia escucha todas las voces, la música, las demandas y los reconocimientos el día de hoy, no hay más silencio.

Gracias a ti y a muchas otras feministas podemos celebrar este día.

Gracias por mirar, por incomodarte, por empezar a derribar esas montañas de desigualdad y discriminación de las mexicanas.

Tu lucha, tu vida y el silencio que atravesaste son las piedras angulares de nuestra democracia, que nos compromete a seguir despejando la puerta al espacio público.

Muchas gracias a todas las mujeres que han hecho posible.

Muchas gracias a ustedes.

Presentadora: Muchas gracias, Consejera Rita Bell López Vences.

Y finalmente, escucharemos una vez más al cuarteto Musas Ensamble de Arpas.

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