Terminar con la sobrerrepresentación de las mayorías y la subrepresentación de las minorías es posible: Ciro Murayama

Escrito por: INE
Tema: Comunicados

Número: 194

  • Participa en el seminario: Los desafíos de la democracia, a 45 años de la reforma política de 1977

En el marco del Seminario titulado Los desafíos de la democracia, a 45 años de la reforma política de 1977, el Consejero Electoral Ciro Murayama advirtió que la expresión de las minorías y el pluralismo político están en riesgo de sufrir regresiones dados los tiempos que corren.

Recordó que la propuesta de reforma de 1977, impulsada por el entonces Secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, era la de permitir que la inconformidad y la disidencia política pudieran expresarse por cauces institucionales y pacíficos.

Al participar la Mesa 1 del seminario, con el título Minorías, pluralismo y representación, Murayama señaló que a partir de la reforma electoral de 1977 se legitima a la oposición y reconocen los derechos de las minorías políticas.

“Con no pocas adversidades, la expresión y presencias formales de esas minorías fueron ampliándose y, finalmente, la vieja corriente mayoritaria acabó siendo una más de las minorías. Se trató de un camino arduo y complicado pero venturoso. Aunque, también debe advertirse, con insuficiencias en el presente y más aún en riesgo de sufrir regresiones dados los tiempos que corren”.

El Consejero Murayama explicó que actualmente, en el sistema político mexicano existe la posibilidad de sobre y subrepresentación. Esta anormal situación, que la minoría de votos se convierta en mayoría de escaños y que la mayoría de sufragios acabe siendo minoría parlamentaria, se puede corregir con dos medidas legislativas:

“Una: acabar con el 8% de sobrerrepresentación que todavía permite la Carta Magna y procurar mayor equilibrio entre porcentaje de votos y curules por cada partido que conserve el registro. Y dos, permitir las coaliciones, pero asignar el triunfo de la coalición legislativa al partido más votado por la ciudadanía en cada distrito y no al partido que ex-ante se haya puesto en el convenio de coalición”.

En el Senado, añadió el Consejero Murayama, en vez de contar con medidas que busquen premiar a las mayorías o a las primeras minorías, puede ser más pertinente recuperar la esencia de esta Cámara: idéntico peso de las entidades al tiempo que se permita la diversidad política local. “Para ello bastaría que se estableciera el mismo número de senadores en cada estado y que sean asignados por un criterio de proporcionalidad”.

Democracia ha evolucionado de forma dispareja

Al tomar la palabra, Cuauhtémoc Cárdenas, ex candidato presidencial y fundador del Partido de la Revolución Democrática, argumentó que el debate sobre la democracia en el Siglo XX y ya en el XXI se ha centrado en la democracia electoral, en el respeto al voto ciudadano, la equidad para los partidos políticos en su participación en los procesos electorales y en su representación ante la autoridad de electoral.

“La discusión democrática se ha reducido casi exclusivamente a las cuestiones electorales y no se ha extendido a la amplia gama de cuestiones que configuran una democracia que pudiéramos llamar integral. En la que entran, sin duda alguna, la seguridad social, salarios y distribución del egreso, educación, derechos universales al trabajo, a la salud, al agua, etcétera; e, incluso, a una democracia en el terreno internacional sustentada en la equidad de las relaciones”, dijo.

Nuestra democracia, añadió, ha evolucionado en sus distintos componentes de manera dispareja. “En los últimos tiempos han sido mayor estos avances en lo electoral frente a un estancamiento o franco retroceso de lo social, lo económico, la discusión de la riqueza, por ejemplo, y lo político, la dependencia”, enfatizó Cárdenas.

Propuesta de reforma del Presidente sacrifica la pluralidad

La académica Jacqueline Peschard afirmó que a lo largo de la historia democrática de México se ha construido un sistema electoral plural, competitivo, equitativo y confiable, fruto de la negociación entre las distintas fuerzas políticas.

Tenemos autoridades comprometidas con el acatamiento de la ley con un comportamiento imparcial que ofrece garantías de competencia abierta y pacífica.

“La propuesta de reforma electoral del Presidente López Obrador quiere autoridades con vínculos con los poderes públicos y una representación política centrada en una fuerza mayoritaria que sacrifique la pluralidad, es una propuesta inminentemente regresiva”, advirtió.

En democracia la oposición no debe estar cerrada al acuerdo y la negación

Posteriormente, el investigador Miguel Armando López, recordó que el aporte de la reforma electoral de 1977, fue el reconocimiento de la oposición. 

Sin embargo, consideró que “oponerse no implica ser anti, pues ello niega la raíz de la democracia, en especial el respeto a las diferencias, sobre todo cuando se trata de actores antisistema o contrarios al sistema político en general. Oponerse significa estar del otro lado, pensar diferente, tener preferencias distintas que no deben estar cerradas al acuerdo mediante la negociación y deliberación. Ese es el piso mínimo que se esperaría de una oposición en democracia”.

La construcción y el reconocimiento constitucional de la oposición política, añadió López, ha sido parte fundamental de la democracia durante los últimos 45 años y es un legado que no deberíamos obviar ni mucho menos regatear hoy que se pone en disputa el significado de democracia en la vida política del país.

La mesa en la que participaron el Consejero Murayama, Cuauhtémoc Cárdenas, Jacqueline Peschard y Miguel Armando López, fue moderada por la doctora Andrea Samaniego.

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