Intervención de Lorenzo Córdova, en la conferencia: Las autoridades electorales nacionales y su papel ante la agenda democrática pendiente

Escrito por: INE
Tema: Autoridad electoral

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA CONFERENCIA: LAS AUTORIDADES ELECTORALES NACIONALES Y SU PAPEL ANTE LA AGENDA DEMOCRÁTICA PENDIENTE, EN EL MARCO DEL 1ER. CONGRESO NACIONAL DE IGUALDAD DE GÉNERO E INCLUSIÓN “RETOS DE LA AGENDA DEMOCRÁTICA”

Muchas gracias.

Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Karla, mil gracias por la invitación, gracias a todas las instituciones cuyos esfuerzos han concluido en la realización de este 1er Congreso Nacional de Género y No Discriminación.

Para mí es un verdadero privilegio poder estar en esta última sesión antes de la clausura, agradezco a todas y a todos su presencia.

Señor Secretario de gobierno, mucha gracias por estar aquí, saludos al señor Gobernador.

Y debo de confesar una cosa, Karla generosamente cuando me invitó me dijo “habla de lo que quieras” y eso es un desafío no menor, porque en los tiempos que corren me gustaría hablar de la defensa de la democracia y de los riesgos que la democracia enfrenta a nivel global y México no es tampoco la excepción, México forma parte de un ecosistema de desafíos que hoy tiene el sistema democrático, pero habría sido disonante en un género, en un Congreso dedicado al análisis, al balance, digámoslo así, de la agenda de género y no discriminación.

Así que debo confesar una cosa, lo que voy a hacer es hablar en un primer momento de, digamos, tratando de hacer, y no pretendo de ninguna manera plantear una especie de síntesis de las ricas discusiones que han tenido en estos días, pero sí hablar, hacer en retrospectiva una reconstrucción de cómo llegamos hoy a donde estamos para plantear algunas, digámoslo así, los desafíos que hoy se enfrentan en esta materia, que no son, no están disociados de los desafíos que enfrenta la democracia.

Así que voy a partir a la mitad esta intervención, la mitad voy a hacer la reconstrucción de lo que, insisto, sin pretender hacer una síntesis de las discusiones aquí tenidas, sí me parecer que es importante-insisto- ver hacia atrás, en retrospectiva para aquilatar lo que hemos avanzado, pero, sobre todo, para poder dimensionar dónde están los desafíos adelante.

Y la segunda parte va a ser aquello que tenía ganas de hacer, de todos modos. Es decir, circunscribir esto en los riesgos que están enfrentando los sistemas democráticos en general, pero particularmente en su dimensión electoral en específico.

Parto de la premisa de que, pues bueno, aquí estamos muchos y muchas de los operadores electorales del país, así que creo que no caerá mal tampoco hablar de cómo está el estado de salud y los desafíos que tiene también nuestro propio sistema electoral.

Debo decir una cosa y haré todo para ajustarme al tiempo, tengo una presentación de 56 láminas, así que lo que quedé con Karla es que se las voy a dejar y muchas de estas láminas las voy a ir pasando porque son temas que se han discutido y temas que conocen porque muchos de los temas han implicado decisiones, tanto del Tribunal como de autoridades administrativas, que están aquí sentadas.

Así que, para los detalles lo remito a, si me permites Karla que, a través de la página del evento, en fin, o supongo que hay un catálogo de correo, puedan hacer llegar la presentación para quien quiera detenerse con ella.

Creo que el tema de la agenda de género, que sin lugar a dudas hoy presenta muchísimo desafíos también es probablemente uno de los grandes temas en los que hemos logrado avances significativos y que, en gran medida, hoy hacen del sistema electoral mexicano un sistema referencial. Hasta los-perdón- voy, lo provocador en eventos como este, me parece que, en el sentido de estimular la discusión que vendrá después no se me va a quitar nunca.

El 5 de febrero en Querétaro oí a quien decía que deberíamos apostar al sistema electoral costarricense, a volvernos como el sistema electoral costarricense. Bueno, paradójicamente los costarricenses desde hace 10 años están tratando de modificar sus sistema electoral para copiar el sistema electoral mexicano. Eso habla de que nadie está contento con lo que tiene.

Pero lo que sí quiero señalar y aprovecho esto simple y sencillamente para decir que nuestro sistema electoral es un sistema electoral que sin lugar a dudas es perfectible, siempre lo va a ser, pero es un sistema particularmente robusto y es un sistema que goza del reconocimiento no solamente nacional, pero sobre todo internacional.

Entre otras cosas precisamente por los logros conquistados en términos de la agenda de género y no discriminación. 

México, el sistema electoral mexicano ha generado lo que ONU Mujeres define como el modelo mexicano de construcción de la paridad y que es un punto de referencia a nivel continental, incluso a nivel global, de los logros que hemos alcanzado.

Creo, sin embargo, que es importante valorar a estos logros, no como el producto de una generación espontánea, sino como producto de una larga lucha que comienza en 1953, ya sé, me van a decir antes en algunos estados, Yucatán, las sufragistas, estoy totalmente de acuerdo, pero el punto de inflexión es el reconocimiento en la Constitución federal de los derechos políticos de las mujeres.

Evidentemente, ése es el arranque de una historia que en un primer momento avanzó, pues de manera muy pausada, digámoslo así y aunque el derecho al voto se tradujo de manera inmediata, el derecho al voto pasivo fue poco a poco conquistándose a lo largo de las décadas siguientes.

Este movimiento que arranca, que podríamos decir tiene su fecha de nacimiento constitucional en 1953, empieza realmente a tener una historia cada vez más acelerada y que, vista desde fuera, en apenas 25 años termina siendo una historia de éxito, cuando en 1993 todavía de manera muy tímida y a la par del proceso de transformación.

¿Por qué no tuvimos cambios previamente? Pues porque vivíamos en un régimen autoritario. 

México fue uno de los países que tuvo el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres más tardíamente, 1953 si se ve en un contexto internacional es muy tarde. 

Las luchas, el reconocimiento de los derechos políticos comenzaron en la década, en la segunda década del siglo pasado.

Nosotros legamos 30 años después a esa historia y realmente hubo muy pocos avances en los años, en las décadas posteriores. ¿Por qué? Porque el nuestro era un régimen cerrado, un régimen autoritario, un régimen electoral controlado desde el propio poder.

El proceso de apertura, lo que se conoce como la transición a la democracia y que, y, sobre todo, el proceso de construcción del sistema electoral para generar condiciones de voto, de un voto libre y secreto, de condiciones de equidad en la competencia, pues es una historia que abarca, a lo sumo los últimos 30 años. Y no es casual que sea justo en esta etapa de nuestra historia cuando, digámoslo así, la lucha y los resultados de la misma por potenciar una agenda de género en materia político-electoral empieza a darse y evolucionar de manera muy acelerada.

Creo que hacemos una mirada en retrospectiva, insisto, yo no pretendo de ninguna manera quitar el foco de la discusión que en estos dos días se ha tenido a propósito de los retos que se enfrentan en esta materia hacia adelante, pero creo que, para poder entender los retos, vuelvo a insistir, es importantísimo saber de dónde venimos, la historia es maestra del pasado en el presente, perdónenme eso lo dijo Arnaldo Córdova, y aquí lo evoco.

Y poder encontrar la ruta de dónde caminamos, no pasa solamente por decir qué nos falta, sino también, ver de dónde venimos, reconocer lo que tenemos, pero, sobre todo, valorar que lo que hoy tenemos no llegó de una vez y para siempre, lo podemos perder.

Y eso es, digámoslo así, la gran reflexión con la que quiero al final cerrar pero que anticipo desde ahora.

No me voy a detener reforma por reforma, repito, es una historia que se conocen bien que se ha estudiado mucho, pero lo que quiero aquí es llamar la atención de ustedes, de cómo hace apenas 29 años en las normas electorales no había, salvo la disposición Constitucional, ninguna previsión relativa a la agenda de género o la agenda de empoderamiento, digámoslo así, o de construcción de una sociedad paritaria en el ámbito electoral.

En 1993, y este es el punto de partida real, digámoslo así, de las conquistas que hoy podemos celebrar y que, sobre las que hoy reflexionamos en términos de los desafíos futuros, comenzó con una disposición timorata, diría tibia, y absolutamente insuficiente. 

Cuando en 1993, en la reforma de aquel año se estableció por primera vez una conminación para que los partidos políticos, un llamado a los partidos políticos para que en sus… en su vida interna, en la definición de las candidaturas que hacían y que postulaban a cargos de elección popular, incorporaran a las mujeres, es decir, ahí arrancó hace 29 años esta historia, y creo que es importante tenerlo presente para reconocer hoy, para reconocer los avances que hemos tenido.

No me detengo, insisto, en las estaciones, procuro avanzar de manera rápida.

A partir de esa timorata recomendación, con el tiempo fuimos incorporando cuotas que no resultaban vinculantes, que no tenían ninguna consecuencia legal como paso en 1996, cuotas que tenían ya una vinculatoriedad con la reforma de diciembre de 2002, y que estableció por primera vez algún mecanismo de cómo, digamos, en la representación proporcional para que en cada segmento de cinco se presentaran al menos a dos mujeres, y que poco a poco fueron, insisto, abriendo y acelerando el ritmo de las transformaciones. 

Dato curioso y que dejo como parte de esta historia, y que sigue siendo parte de los desafíos que hoy tenemos, esta es una historia que se puede contar desde distintas perspectivas; desde la perspectiva legal, y esta es una historia de progresividad paulatina, gradual, de manera incremental, es decir, las normas cada vez fueron mejorando e incrementando, digámoslo así, las posibilidades, las garantías normativas para que las mujeres y otros grupos en situación de vulnerabilidad, pudieran ir, digámoslo así, beneficiándose, incluyéndose en la representación nacional, primer plano.

Segundo plano, el plano de la actuación de las autoridades que son los operadores que instrumentan, que aplican estas normas y que, lo menciono porque no es menor, es el plano en el cual las acciones afirmativas comienzan a plantearse como nuevas fronteras que luego son reconocidas en la propia norma; es decir, en este plano las contribuciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de los Tribunales Estatales, del Instituto Federa, luego, Nacional Electoral y de los Organismos Locales, Institutos y luego OPLES, es muy importante de ser tomada en cuanta, porque es una ruta que va poco a poco abriendo, digámoslo así, nuevas conquistas, muchas de las cuales después se incorporan y se petrifican afortunadamente en la ley.

Es decir, la propia ley ha servido también para seguir, digámoslo así, consolidando y que no quede solamente en acciones afirmativas que pueden acabar dependiendo de la integración de distintos órganos, y creo que es parte, por cierto, de los desafíos que hoy tenemos. 

Muchas de las conquistas que hoy tenemos, el Congreso Paritario que tanto presumimos, es producto de acciones afirmativas que con nuevas integraciones de los órganos electorales pueden cambiar mañana ¿eh?, así que la ley, digamos el plano normativo y el plano de la actuación de las autoridades electorales son planos que se van complementando.

Y un tercer plano, problemático, difícil, pero fundamental porque es el plan en donde las dos primeras buscan reflejarse, es el plano de la realidad concreta.

Y, el plano de la realidad concreta es un plano lleno de contradicciones, porque y esto suele ocurrir, son los propios partidos políticos, las fuerzas políticas quienes, en buena medida, alimentan, sin duda el primer plano, bueno las normas es el resultado de los grandes consensos políticos traducidos en leyes, el plano de las acciones afirmativas muchas veces son, digámoslo así, el empuje de algunos partidos o las reticencias de algunos partidos.

Y, el plano de la realidad concreta muchas veces lo que nos implica es, lo voy a decir de manera muy coloquial, el plano de hecha la norma, hecha la trampa, es decir, el plano de las reticencias, el plano de la operatividad no es lo mismo en el Congreso llenarse la boca diciendo ¡vamos adelante y somos una sociedad paritaria, vamos adelante y vamos a poner cuotas!

El plano de la realidad concreta es el plano de las Juanitas, el plano de la realidad concreta es el plano y, por eso me detengo aquí, que una vez colocado esta, entonces, revolucionaria decisión de los segmentos de dos mujeres o de dos personas de un género, de un mismo género, sólo dos, al menos dos en un segmento de cinco, se tradujo en su primera instrumentación de cara a las elecciones de 2003, en que los partidos políticos, casi todos, sin excepción, pusieran en cada segmento de cinco, primero a tres hombres y luego a dos mujeres.

Y esto llevó, por cierto, a la entonces Comisión de Prerrogativas presidida por Jacqueline Peschard en aquel momento, a establecer la lógica de cremallera. Perfecto, son dos en cada segmento de cinco, pero no pueden estar juntas, con lo cual el efecto es justamente el de la alternancia: si pones dos mujeres nada más, por fuerza tiene que ser hombre, mujer, hombre, mujer, hombre, por fuerza.

Pero eso lo dejo como parte de esta historia y no estoy, ni mucho menos, no voy a ser yo el que hable mal del sistema de partidos políticos, no me voy a sumar a esta lógica irresponsable que durante 20 años ha venido alimentando el discurso político de hablar de la partidocracia y hablar mal de los legisladores y hablar mal del Congreso; sin Congreso y sin parlamentos, pues, y sin partidos no hay democracia y ya basta de estar construyendo esta narrativa de que los partidos son malos y el ciudadano es puro.

Los partidos están integrados por ciudadanos, los políticos son ciudadanos y todo ciudadano que interviene en los asuntos públicos hace política en el mejor de los sentidos.

Dicho eso, estos tres planos me importa mantenerlos, me importa más todavía que analizar cada uno de estos puntos, simple y sencillamente distinguir con ustedes estos tres planos de la evolución de esta materia: el plano normativo, vuelvo a insistir, el de los cambios, de las reformas legales, constitucionales y legales, el plano de la actuación de las autoridades electorales, jurisdiccionales, administrativas, en donde se insertaron una serie de acciones afirmativas y; el plano de la realidad concreta, el plano de los partidos que, por un lado llevan las normas a la, ponen la paridad y luego buscan cómo vulnerarla.

El plano de los partidos que te dicen: oye, paridad, sin lugar a dudas, y luego a la hora de la hora, cuando tenemos que instrumentar, Adriana no me dejarás mentir, el principio de reelección, te dicen ¡ay no, pero espérate! ¿eh?, como tengo que respetar el derecho a los legisladores de ser reelectos, ya no te voy a poder cumplir el principio de paridad.

Perdón, el principio de reelección es un derecho de las y los legisladores que son electos, el principio de paridad es una obligación de los partidos y, si por cumplir con el principio de paridad, no respetas el derecho de reelección, eso no es un problema tuyo partido, es un problema del legislador, ni hablar.

La paridad es un principio inflexible, o no lo es o es un principio a como dice. Es decir, quiero, para mí es importante porque todos estos tres planos plantearlos, estos tres planos se retroalimentan recíprocamente.

Y, justamente, las trampas, el poner la ley y luego no respetarla, el decir “chin…, peor es que mira, es que, pero pues que, a ver, sí ganó una mujer, pero luego renunció y el varón es el suplente”, llevaron a las autoridades electorales a activar el segundo plano. Y aquellas sentencias del Tribunal, por ejemplo, diciendo “a ver, espérate, todas las cuotas, las fórmulas que presentes para cumplir con la cuota…”-todavía estábamos en la época de las cuotas- “…tienen que ser de mujer y mujer, propietaria y suplente, para evitar justamente que se genere la trampa”. 

Más todavía que repasar con ustedes esta historia, vuelvo a insistir, que conocen bien, aprovecho esta historia para tratar de construir, digámoslo así, idea de tres planos que siguen, digamos, en los cuales se articuló esta evolución.

No me detengo pues en muchos de los cambios, muchos los conocen.

La reforma 2007-2008 llevó el principio, por ejemplo, de “cremallera” a la legislación, de nueva cuenta, el plano de la decisión, el plano de la trampa provocó que, una acción afirmativa de la autoridad electoral, y esa acción afirmativa de la autoridad electoral después se llevó ala propia norma generándole estabilidad y permanencia en el futuro.

En 2007 se estableció el dos por ciento del financiamiento, que luego en la reforma 2014 se elevó al tres por ciento y, ay, ay ay, Adriana de nueva cuenta, cuando están todas las comisiones relevantes, la veo sonriendo ahora después de la Comisión de Quejas y estoy seguro que se emitió una vez más una medida cautelar para hacer valer la ley y las reglas frente a quienes no las respetan.

Dicho eso, Adriana también es miembro de la Comisión de Fiscalización. Adriana, qué pena tener que imponer sanciones desde la comisión, desde el Consejo General a los partidos políticos porque no se destina el tres por ciento y, en su momento, el dos por ciento.

De nueva cuenta, los tres planos, el plano de la ley, qué bonito se dice ¿no?, dos por ciento, tres por ciento del dinero para el fortalecimiento o fortalecer o empujar en la participación política de las mujeres y cómo cumplirlo.

En fin, y no voy a hablar mal de los partidos políticos, lo que quiero decir es que esta es una historia que se retroalimenta en estos tres planos y, el hecho de que se ocurran estos intentos de vulnerar la norma, de no cumplir la norma, “chin…, es que, qué bonita es la norma, pero en los hechos es muy complicada”, pues justamente lo que ha potenciado de manera exitosa, si se ve en retrospectiva, toda esta historia.

Bueno, perdón, me estoy saltando un pequeño problema no menor, resoluciones del Tribunal Electoral, bueno, la discusión aquella de cara al 2012, qué bueno, hay que promover la democracia interna de los partidos políticos, pero no me vengas a decir partido que, por promover la democracia interna de los partidos políticos pues ni modo, sabes qué, ganaron sólo hombres ¿no?

No, bueno, la democracia interna de los partidos políticos tiene que ajustarse, hay reglas para el funcionamiento de la vida interna de los partidos políticos y esas reglas deben procurar que las cuotas, en su momento y, luego la paridad, efectivamente se cumplan.

Y miren, no me voy a detener porque, insisto, quiero avanzar, esto se los dejo más como recordatorio después, pero, no hay, hay muchísimos ejemplos en esta materia.

El tema, por ejemplo, de los grupos de competitividad, de los bloques de competitividad. Por qué se tuvieron que establecer bloques de competitividad primero, como acción afirmativa por parte de las autoridades electorales y después llevados a la ley. Pues porque los partidos políticos cumplieron con las cuotas, colocando mujeres en distritos o en circunscripciones perdedoras.

Vuelvo a insistir, esa es parte de lo que, creo que más allá de todas las discusiones, podría yo aportar a la discusión de este importante Congreso en tema, más todavía que la reconstrucción de la historia.

De nuevo, la reforma de 2014 es fundamental porque se estableció el principio de paridad, pero una cosa es la paridad en las candidaturas y otra cosa es lo que hoy celebramos, la paridad en la representación.

Una cosa no conlleva a la otra, una cosa potencia la participación política de las mujeres, sin duda, pero sin acciones afirmativas como las muchas que tomó el Instituto Nacional Electoral y luego el Tribunal Electoral, ratificándolas, modificándolas y potenciándolas o incluyendo otras, es lo que explica que hayamos podido pasar de la paridad establecida en la Constitución, paridad en las legislaturas y, por cierto, después vino la reforma de paridad en todo, pero originalmente la paridad era solamente para legislaturas, para los poderes legislativos. El Tribunal Electoral lo llevó al ámbito municipal, hablando a propósito de la paridad horizontal y la paridad vertical. 

De nueva cuenta, los tres planos que se hablan y que se retroalimentan entre sí. 

Bueno, los resultados están a la vista de todos y estamos muy orgullosos, pero lo que hay detrás de eso es, vuelvo a insistir, la interacción de estos tres planos.

Es bellísimo oír los promocionales del Poder Judicial, “la Legislatura de la paridad”. Está bien, pero no nos olvidemos que eso tiene una historia detrás, esfuerzos, intentos de burlar la norma, correcciones en el camino y hasta excesos por parte de las autoridades electorales en las acciones afirmativas que eventualmente hemos tomado.

Y voy a hablar de un asunto y voy a hablar de un absurdo que hoy está presente en esta legislatura a nivel federal, en la Cámara de Diputado. Insisto, esta historia la conocemos, la evolución a lo largo de los años de la integración de la Cámara de Diputados, de la Cámara de Senadores.

No me detengo, las conocen y a veces las han padecido porque muchas de estas medidas afirmativas ustedes en el ámbito local las tienen que instrumentar, ¿no? A partir de las directrices que eventualmente tome el INE o el Tribunal Electoral. Cómo logramos, digamos, a partir de todas estas medidas, vuelvo a insistir, no me detengo, pero las conocen, vaya, que permitieron pasar de la paridad en las candidaturas a la paridad en la representación.

Está la reforma de paridad en todo que hay que reconocer una cosa, muchas de las acciones afirmativas que había tomado el INE y que había avalado el Tribunal, luego se llevaron a la Constitución. Vuelvo a insistir en los tres planos que se retroalimentan entre sí: el normativo, el de las acciones afirmativas, actuación de autoridades y el plano en la realidad concreta.

En fin, aquí están las medidas tomadas para esta última elección que permitieron una paridad absoluta, no sé si de la mejor manera, no en términos de sus resultados que quede claro, pero el Tribunal Electoral tomó una decisión que permitió por primera vez contar con una, bueno, es la parte de violencia, ahora hablaré una parte de violencia, pero déjenme pasar, perdónenme, porque me importa, esto, los resultados.

La dona de la derecha es una dona inédita, una dona ejemplar, 250 legisladoras, 250 legisladores en la Cámara de Diputados. No sé, decía, si conseguir esto que hay que aplaudir y defender se haya conseguido de la mejor manera. Porque hay una resolución que en sus resultados es, sin duda, positiva tomada por el Tribunal Electoral, pero que fue tomada después de que la elección se realizó.

Es decir, ya se habían emitido los votos, los ciudadanos votaron por candidatos, por listas, candidatos y candidatas, por listas y después se ajustó la paridad. Creo que es muy pertinente que haya una Cámara paritaria, pero la reflexión hacia el futuro es: no es la mejor manera de conseguir la paridad que primero se vote y después la paridad se ajuste.

Las normas tienen que establecerse desde antes; los ciudadanos, salir a votar, y las ciudadanas, por su puesto tenemos que saber con qué reglas. Que conste, no estoy criticando, no vino Mónica, pero le voy a decir antes de que nadie “oye, habló mal Lorenzo de ti…” no, no hablé mal de Mónica, no hablé mal de esa sentencia, coincido con el sentido de la sentencia, pero yo creo que nosotros mismos como operadores electorales tenemos que evitar, digamos, cuestionamientos a las decisiones que estemos tomando.

En materia de no discriminación, de combate a la discriminación, ésta última elección también implicó una enorme cantidad -bueno ahí está lo del Senado-, una enorme cantidad de acciones afirmativas de las que hay que sentirnos orgullosos, por ejemplo, cuotas que se potenciaron en la última elección para, reservadas a candidatas y candidatos indígenas, cuotas reservadas por primera vez a personas afro-mexicanas, cuotas reservadas para personas con algún tipo de discapacidad, cuotas reservadas para personas que pertenecen a algunos de los diversos colectivos de la diversidad sexual, y cuotas para migrantes; algo inédito, y ahí están los resultados: 36 miembros de comunidades indígenas, legisladoras y legisladores de comunidades indígenas, 6 afromexicanas, 8 personas con algún tipo de discapacidad, 4 de los colectivos de la diversidad sexual, 11 migrantes.

Inédito, nada más que, van las auto críticas.

Qué bueno que tenemos legisladores migrantes, nada más que los votamos los que no somos migrantes, es decir, como decía un colega, Ciro Murayama, les dimos derecho de voto pasivo a los migrantes, pero no derecho de voto activo porque si bien los migrantes votan, en las elecciones federales solamente votan para las presenciales y para el Senado.

Si en algún lugar tenía sentido que hubiera cuota de migrantes, en todo caso era en el Senado, dado que la Presidencia es unipersonal y por lo tanto no puede haber cuotas, y no en la Cámara de Diputados, digamos, creo que ahora los legisladores tendrán que corregir esto e incluir el voto, yo diría, ojalá y vayamos allá, no que se quite la representación de migrantes, sino que se les dé la posibilidad de votar para sus representantes, ¿sí me explico?

¿Qué les quiero decir con esto?, que, si nosotros vemos en retrospectiva, esta es una historia sin lugar a dudas exitosa; lo que se ha logrado en las Cámaras del Congreso no es un asunto menor.

El hecho de que hayamos superado exitosamente la que, desde mi punto de vista es la primera verdadera prueba de fuego del principio de paridad, y no es la elección de 2015 la primera bajo las reglas de paridad, no es ni siquiera la de 2018 la primera bajo las reglas de paridad, pero potenciadas con una gran cantidad de medidas afirmativas que ustedes conocen; que las listas estén encabezadas por mujeres, que las fórmulas de Senadores tuvieran que ser en cada entidad, una encabezada por mujer, o una de mujeres o una de hombres, etcétera. 

La verdadera prueba de fuego fue en 2021, la verdadera prueba de fuego fue que los logros conseguidos no fueran un accidente en nuestra historia, sino fueran el inicio de una etapa que poco a poco atenderá la consolidación.

Sí, tenemos dos legislaturas paritarias consecutivas, y el desafío es que esto no se revierta, el desafío es que esto continue como parte de conquistas que, si no cuidamos, podemos después perder, y ese es el gran punto que me va a servir para hilar, en vincularme con la siguiente parte de la exposición.

En fin, estos son los resultados a partir de 2018-2021, somos el cuarto país en términos de presencia de mujeres en la Cámara de Diputados, y también somos el cuarto país en presencia de mujeres en el Senado, nada más que ninguno de los tres primeros, en un caso y en el otro, son los mismos, así que si hacemos la suma probablemente podríamos estar ranqueados como el país en donde la paridad es el principio con mayor fortaleza, porque se reproducen ambas cámaras.

Dicho eso, qué bueno, hay que felicitarnos. En el ámbito local hemos visto incluso está lógica de paridad potenciarse, sigue siendo icónico el Congreso de Morelos de la Legislatura previa con un 70 por ciento de legisladoras; el gran punto de referencia, digámoslo así, en esta materia.

Pero mi punto, cuidado, hay que celebrarlo, hay que identificar las nuevas fronteras y no me detuve, pero la menciono, yo creo que la gran frontera que tenemos hoy es preservar lo que se ha alcanzado, que lo de la paridad no sea, insisto, solamente una etapa o un logro de una etapa en nuestra historia, sino que sea un logro permanente, que se vuelva cotidiano, que forme parte de la normalidad democrática de nuestra sociedad.

Pero la gran paradoja que aquí se ha señalado es que, a mayor participación de las mujeres, a mayor presencia de las mujeres en los espacios de toma de decisiones públicas, mayor también la violencia en contra de ellas.

El tema de la violencia es un tema ominoso, ha sido objeto de discusiones, no voy a abundar mucho en esto, se han tomado medidas, pero ése sigue siendo todavía un enorme pendiente, es más si se me plantea, es el gran pendiente que tenemos en términos de la agenda de la igualdad que es, por definición, la agenda democrática.

Cuidado con perder lo que tenemos, pero esta reflexión abarca no sólo la agenda de género, porque la agenda de género es uno de los pilares de la agenda de democratización de nuestro país; uno de los pilares centrales, fundamentales, sin lo cual no se sostiene todo lo demás, pero no es lo único.

Y quiero aquí, provocatoriamente en un congreso dedicado a esta agenda a no olvidar que ése es un parte de un todo, no puede hablarse de éxitos en la agenda de género, si vivimos un proceso de regresión en el ecosistema democrático, porque este es uno de los pilares de dicho ecosistema.

No es el ecosistema democrático en sí, es un pilar sin el cual el ecosistema democrático no se entiende y no se explica, pero no lo hago ahora. 

De nada sirve tener congresos paritarios, incluso una paridad absoluta en el ámbito municipal, donde todavía tenemos una agenda pendiente, grave, ¡ojo, eh!, celebramos 2021, la elección federal de 2021 implicó una regresión en presencia de mujeres alcaldesas. Pasamos de 29 por ciento a 27 por ciento, hubo un regreso. La mejor prueba de que aquí no hay conquistas archivadas de una vez y para siempre, pero no perdamos de vista que no vale la pena tener eso, que hay que defender y valorar y potenciar si perdemos las garantías del voto libre, si perdemos las garantías de ese mísero expediente técnico del que nos hablaba don José Ortega y Gasset que es el procedimiento electoral y que es el procedimiento en el que se funda, aunque no agota toda la democracia.

Sin elecciones libres, transparentes, equitativas, ciertas y administradas por órganos autónomos, del poder y de los intereses políticos, ningún logro en materia de paridad y de la agenda de género podrá compensar esto otro.

Son mismas agendas, tienen que ser parte de la misma agenda.

Si perdemos el sistema nacional de elecciones que hoy tenemos y que es la garantí que, entre otras cosas está agenda haya enfrentado, arrojado los resultados que hoy tenemos, no vale la pena esta agenda.

Ser una autocracia paritaria no es lo mismo que ser una democracia paritaria. Y las conquistas que en materia de género hemos tenido las hemos alcanzado por la vía democrática, por eso hay que defenderlas, por eso hay que procurarlas.

Pero no nos olvidemos de lo demás, y perdón que lo diga, peor no son buenos tiempos para la democracia, incluida la agenda de género.

Hoy en día la democracia no goza de su mejor momento, hoy en día la democracia enfrenta problemas que estaban ahí, incluso antes de la pandemia, y que hoy se agravan con problemas de mucho más coyuntura, si se quiere, peor que son igualmente graves.

Nadie puede obviar que este es un mal momento para la vida de las democracias, probablemente uno de los perores en la historia, en virtud del descontento, de la desafección social que está generando la incapacidad de nuestros gobierno democráticamente electos para resolver los grandes problemas de pobreza que se sigue incrementando; de desigualdad oceánica que sigue lacerando la convivencia social; de corrupción; de impunidad y de violencia.

Y no estoy hablando sólo de México, estoy hablando de la democracia en el mundo, también en México.

Segundo, el problema de desinstitucionalización del que ya hablaba, la perdida de credibilidad en los dos pilares institucionales fundamentales de todo sistema democrático: los partidos y los parlamentos. Sin parlamentos, sin partidos políticos no hay democracia.

Estamos frente, en el mejor de los casos, a una autocracia efectiva.

Cuarto, la potencialidad disruptiva que tienen las noticias falsas, la desinformación, el ecosistema comunicacional en los tiempos que hoy corren, el hecho de que hoy se esté diciendo, por ejemplo, falsamente, que el INE no quiere poner casillas, que el INE está escondiendo las casillas. 

Acabo de venir de una junta del INE, ahí están pegadas afuera las listas de las casillas y, a partir de mañana se inaugura, se abre por primera vez, con tanta anticipación en un proceso electoral, el sistema de “Ubica tu Casilla”, y se dice que las estamos escondiendo, que el INE no quiere poner más casillas que 57 mil 516, que son las únicas que pudimos poner por responsabilidad de otros poderes, justo los que hoy acusan al INE.

Que el INE está censurando.

Adriana es la gran censora como Presidenta de la Comisión de Quejas, pue son, qué está censurando, está aplicando la ley que los mismos actores que hoy se quejan pusieron.

Déjenme decírselos así, paréntesis, es absurdo, desde mi punto de vista, que en un ejercicio de Revocación de mandato también en este sentido somos únicos en el mundo, tristemente únicos, diría yo. Somos el único país que adoptó la figura de la Revocación de Mandato y en donde los partidos de oposición que, se supone que son los que piden esta figura, que se active esta figura, no pueden hablar. Y que el Presidente, que es el que se va a ver afectado, si prospera esta figura, no puede hablar. 

Eso está mal. Sí, sin duda, pero no es culpa del INE que ocurra lo contrario, es culpa de los legisladores que lo llevaron a la Constitución en 2019 y en septiembre del año pasado lo reiteraron en la legislación. Luego no les gustó y quieren cambiar las reglas a medio camino.

Ya lo dijo el Tribunal, ya lo dijo el INE, eso no vale ahorita y las reglas son las que son, hay que cambiar, ojalá y sí, pero hay tiempos para hacerlo, no cuando, no a medio partido.

La potencialidad disruptiva de las noticias falsas no es un asunto menor.

Y finalmente, la polarización política que vivimos, no porque la polarización sea ajena a las democracia. Las campañas electorales son los espacios en donde las posturas distintas se contraponen, se exacerban y se enfrentan entre sí en pos del voto ciudadano. Pero las campañas son los causes institucionales para que esa polarización se procese democráticamente.

Lo que hoy estamos viendo en México y en el mundo es una polarización aderezada con el antivalor democrático por excelencia: la intolerancia. Y cuando polarización e intolerancia se juntan, al de enfrente no se le ve como un adversario legitimado, que piensa distinto a nosotros, sin duda, pero que tiene el derecho a hacerlo y a competir en igualdad de condiciones por los cargos públicos.

Se le ve como un enemigo al que se le combate, al que se le desacredita y, eventualmente, se le elimina. No lo digo yo, lo dijo Carl Schmitt, uno de los grandes teóricos del nazismo. 

Eso es lo que está viviéndose en el mundo y a todo esto, un componente nuevo, grave, sin el cual toda la agenda de género en clave democrática no tendría sentido, que es la integridad de los sistemas electorales, que es la autonomía de los órganos electorales.

Hoy los órganos electorales en México y en el mundo, ustedes, nosotros y también en otras partes del mundo estamos sometidas a un hostigamiento y ataques inéditos, nunca antes vistos que se articulan desde mi punto de vista en cuatro grandes ejes.

Primero, las descalificaciones verbales públicas, que siempre han existido, pero que normalmente venían de los partidos de oposición que perdían elecciones y que ahora paradójicamente vienen de los circuitos gubernamentales.

Dos, las amenazas y eventuales agresiones físicas a la integridad personal de los operadores electorales.

Tres, la vulneración a la autonomía presupuestal.

Y, cuatro, los intentos de reformas electorales no para fortalecer y robustecer los sistemas democráticos que tenemos, sino para mermarlos y para vulnerarlos sobre todo en tres grandes ejes: la equidad de las contiendas, la equidad en las condiciones de la competencia electoral; dos, la calidad democrática de la representación política y tres, la autonomía de los órganos electorales,

Permítanme, para que esto no quede como un mero dicho y esto se convierta como en una especie de charla, de magistral no tiene nada, pero charla entre autoridades electorales, en un mitin. La diferencia es hablar con datos ciertos, con evidencia. Permítanme hacerlo.

El primer gran eje. Hace un año, el Presidente del partido en el poder dijo que el INE debería exterminarse. Exterminarlo, porque no era un órgano imparcial. Estaba enojado el Presidente del partido porque el INE acababa de negarle el registro a algunos de sus candidatos, a varios candidatos, algunos de su partido, que incumplieron las normas en materia de fiscalización y que aplicaron la sanción que establece la Ley: la cancelación de registro.

Por cierto, la misma conducta, la misma decisión que seis meses antes había aplicado el INE a un partido político, a una organización que aspiraba a convertirse en partido político y que también violó las normas de fiscalización, misma vara para todos, pero allá se habla de exterminio.

Un gran empresario muy vinculado a los circuitos gubernamentales que hace un año dijo que el INE debe morir. 

O incluso el Presidente de la República que quiero decirlo aquí, merece todo el respeto de la autoridad electoral y no es de ninguna manera como se busca vender, adversario de la autoridad electoral.

El INE no es adversario de nadie, el INE no se confronta con nadie. El INE aplica la Ley a todos por igual y si alguien viola la ley, lo dice. 

De la misma manera en que en el gobierno de Calderón, el IFE dijo que había violado la Constitución, de la misma manera en que durante el gobierno de Peña Nieto se dijo que el titular del Ejecutivo había violado la Constitución. Actuar de otra manera sería actuar facciosamente. 

El Presidente de la República lamentablemente hace un año dijo, y lo acaba de reiterar hace algunos días, que lo Magistrados del Tribunal y los Consejeros del INE conspiramos contra la democracia, no más ni menos.

Amenazas contra las autoridades electorales, a la integridad física; bueno, se los digo en primera persona, no es bonito que te digan que te van a ir a visitar con una turba a tu domicilio, o que te presenten denuncias penales por toma de decisiones que pueden no compartirse, y de hecho fueron decisiones divididas en el Consejo General, como muchas, pocas más bien, como algunas. 

Pero por primera vez en 30 años no se siguieron los causes institucionales para controvertir decisiones, y miren que en 30 años ha habido decisiones polémicas, acuérdense Pemexgate, de Amigos de Fox, pero siempre se había mantenido ese compromiso con el arreglo democrático fundamental de que las controversias derivadas de las decisiones de las autoridades electorales se procesan por los cauces legales institucionales previstos para ello, que son las quejas ante el Tribunal Electoral, no utilizando el brazo penal del Estado. Usar el brazo penal del Estado para resolver diferencias institucionales es propio de las mentalidades autocráticas.

Los recortes presupuestales. Ojalá, como lo he dicho en el Consejo General, que lo que ocurrió de cara a la Revocación de Mandato, con humildad y compromiso democrático, no vuelva a repetirse en la Cámara de las y los Diputados, porque si hoy el INE no puede cumplir con la ley, y esto no lo dice el INE, lo dijo la Suprema Corte de Justicia y lo dijo el Tribunal Electoral, no es por responsabilidad propia, si no por responsabilidad de otros órganos del estado, responsables sin duda de definir el presupuesto, pero también responsable de generar las condiciones financieras para que los otros órganos del Estado podamos cumplir con nuestras responsabilidades, y lo digo con todas las letras: si el INE solo pudo instalar 57 mil 600, va a poder instalar 57 mil 600, quinientas 16 casillas, el 10 de abril próximo, en donde por cierto van a estar una boleta para cada ciudadano que quiera votar, ¡eh!, hablando de mentiras, de que el INE va a poner 10 porciento de boletas, eso es falso, y lo saben ustedes mejor que nadie.

Pero bueno, si eso ocurre, que es lamentable, es porque el INE no fue exitoso en todo el periplo, que hasta denuncias penales nos llevó a algunos de nosotros para poder allegarse los recursos necesarios para que se pudiera instalar la totalidad de las casillas. 

Ojalá esto no vuelva a ocurrir en el próximo siclo presupuestal, muchos de ustedes integran órganos electorales. 

El presupuesto del próximo año, en la tercera parte del mismo, por lo menos en el ámbito federal, ya es un presupuesto necesario para organizar la que va a ser la elección más grande de la historia, la de 2024, no pongamos en riesgo por un tema de pesos y centavos al sistema democrático. 

Ojalá, con humildad vuelvo a insistir, y sin arrogancia, por otro lado, esto no vuelva a pasar y que nos sirva de una lección para no perder lo que hoy tenemos. 

Y luego, no me detengo… y luego las reformas electorales: Bienvenida una Reforma Electoral si sirve para mejorar lo que tenemos, pero bajo una premisa; hoy no es necesaria.

El año pasado organizamos la elección más compleja de nuestra historia en medio de una pandemia y desde el punto de vista técnico y organizativo ha sido la mejor que hemos organizado, no hay ninguna elección que alcance los niveles de funcionamiento óptimo de los sistemas electorales, de la recolección de los paquetes, de los sistemas de información, etcétera, y esto se hizo con estas reglas; si el sistema electoral no funciona, como algunos dicen, entonces explíquenme por qué el INE exitosamente ha organizado 309 procesos electorales en los últimos ocho años, 309, el IFE en 23 años organizó 18 elecciones federales, aquí de la mano de los OPL hemos organizado 309 procesos electorales entre federales, locales, extraordinarios y ordinarios, revocaciones de mandato, consultas populares, la elección de una asamblea constituyente, elecciones internas de los partidos políticos, hasta por encuestas, cosa que no quiso el INE, pero bueno nos mandató el Tribunal y lo hicimos bien.

Si no funcionara el sistema electoral que alguien me explique por qué el índice de alternancia en este periodo es el más alto de nuestra historia, 68 por ciento de índice de alternancia; la probabilidad que tiene un partido político que gana una elección de ganar la siguiente ronda electoral es solamente de una de cada tres probabilidades.

Si el sistema electoral no funcionara, no podríamos hablar de los logros que tenemos, incluidos en materia de género, sin obviar los desafíos que enfrentamos. Así que una reforma electoral, bienvenida sea si sirve para mejorar lo que tenemos, si sirve para resolver los detalles técnicos, si no se plantea como una lógica refundacional.

Mi amigo el Diputado Sergio Gutiérrez Luna, hace un año, siendo representante de Morena ante el Consejo General hizo esta declaración: los tiempos han cambiado, ya es hora de que el sistema electoral vuelva a la Secretaría de Gobernación. No lo dije yo, lo dijo mi amigo el Presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Termino, porque estoy abusando, lo único que quiero decir es, en tema de género y en temade consolidación y conquistas democráticas no hay un punto final, la carretera que nos lleva hacia los procesos de democracia es una carretera de ida y vuelta.

Qué bueno que México en los últimos 30 años embocó este camino hacia una democracia cada vez más fuerte, con pendientes, sin lugar a dudas, graves pendientes, sobre todo, en términos de justicia social que sigue siendo ominosamente, después de 100 años una promesa incumplida de la Revolución Mexicana, ojalá y lo resolvamos, eso se resuelve con buenas políticas públicas.

Ojalá y estemos encaminados en esa ruta, pero lo que es innegable es que en estos 30 años, en términos electorales, en términos de participación política de las mujeres, ésta ha sido una historia exitosa, más allá de los pendientes y de las mejoras que son sin duda indispensables, pero cuidado, el camino que nos ha traído aquí tiene también un carril de vuelta y, así como la construcción del sistema democrático, lo que hoy podemos presumir, vuelvo a insistir, a pesar de los pendientes, ha sido una construcción colectiva, no se debe a un solo hombre, a un solo partido, a una sola fuerza política, a una sola una sola ideología, sino a generaciones de mexicanas y mexicanos de muy diversos puntos de vista que se comprometieron con construir ese arreglo democrático que nos ha permitido hoy, aquí hablar de los logros que hemos mencionado, si así como eso fue una construcción colectiva, también la defensa de la democracia es una construcción colectiva.

Defender la agenda de género no es una agenda de mujeres, es una agenda de todas y todos.

Es más, me atrevería a decir una cosa, dado que el problema en la agenda de mujeres es un problema, sobre todo cultural, esa cultura patriarcal, ancestral, que seguimos arrastrando, diría que la agenda de las mujeres es, ante todo, una agenda de los hombres, para romper esa lógica cultural.

Pero cuidado, porque lo que hoy es un logro, si no los procuramos, si no los defendemos, y la defensa es colectiva, mañana los podemos perder y podremos lamentarnos haberlos perdido.

Y termino insistiendo, la agenda de la construcción de una democracia paritaria no solamente tiene que ver con los temas de género y de inclusión, tiene que ver también, no lo olvidemos, con los temas de la democracia. Y a toda la democracia nos toca a todas y todos defenderla, procurarla y, sobre todo, hacer todo para no perderla, en tiempos complejos en los que, ominosamente podemos ver muchos ejemplos, no añejos, sino actuales, de cómo la democracia, repito, si no se le cuida se nos va de las manos.

Muchísimas gracias.

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