Intervención de Lorenzo Córdova, en la presentación de los libros: LA democracia y su relación con el Poder judicial y Ciencia y democracia: Quo Vadis, México?

Escrito por: INE
Tema: Democracia

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS: “LA DEMOCRACIA Y SU RELACIÓN CON EL PODER JUDICIAL” DE JOSÉ RAMÓN COSSÍO Y “CIENCIA Y DEMOCRACIA: QUO VADIS, MÉXICO?” DE ANTONIO LAZCANO, EN EL MARCO DE LA 35 FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE GUADALAJARA

Muchas gracia Cecilia.

Yo me voy a permitir una licencia que no pretende una presentación de un par de textos publicados por el INE y en mi calidad de Presidente del Consejo General del INE ser, ni un acto de acto de autoridad, un acto autoritario, menos teniendo en esta sala a dos distinguidísimo juristas, el ex ministro José Ramón Cossío, y la Ministra Piña. Antes de que me llamen en un ejercicio al orden, en un ejercicio de control de poder quiero explicar cuáles son las razones de esta laxitud.

No me voy a sentar sólo a comentar algunas reflexiones, a propósito de la conferencia de mi querido, admirado y líder científico e intelectual, Antonio Lazcano, sino también, quiero hacer una reflexión a propósito de lo que mi querido y admirado, también, José Ramón Cossío plasma en su conferencia, plasmó en su conferencia magistral y en esta publicación.

Primero una reflexión general.

Esta colección de conferencias magistrales de las cuales, estos dos textos son dos de las más recientes publicaciones desde hace ya varios años son ya parte de una apuesta del Instituto Nacional Electoral como parte de las acciones de promoción de la cultura política y la educación cívica. 

Las conferencias magistrales del INE nos han permitido convocar a decenas de especialistas en muy diversas ramas del pensamiento y de la ciencia personas notables que nos han aportado ideas y reflexiones muy importantes, no sólo sobre política, sobre el derecho, sino, sobre múltiples disciplinas. 

En particular en el último años y medio, el ejercicio de las conferencias estacionales nos ha permitido mantener vigente una reflexión colectiva sobre este inédito episodio histórico que estamos todavía viviendo como humanidad a raíz de la pandemia de COVID-19 y los efectos que las medidas sanitarias y el confinamiento han tenido sobre nuestra vida social, nuestra vida política, nuestra vida jurídica, en general, sobre nuestra convivencia democrática.

El día de hoy presentamos, decía, dos de los últimos ejemplares de la ya vasta colección, el texto 100 “Ciencia y democracia: quo vadis, México?” que impartió el doctor Antonio Lazcano; y La democracia y su relación con el poder judicial” que impartió y sigue glosando y enriqueciendo, nuestro querido José Ramón Cossío.

Más allá de la obvia y muy necesaria recomendación para que lean ambas conferencias, con un whisky, con un café, con un té de preferencia de tila, si van a pensar en las implicaciones que hoy tiene impaciencia, no por los textos que son enriquecedores, sino por l contexto sobre lo que los textos bordan.

Quisiera aprovechar la ocasión para compartir algunas reflexiones que considero pertinentes en los tiempos que corren, a propósito de estas dos obras.

Por un lado, me importa destacar que la democracia mexicana puede ser vista, desde una perspectiva científica, como un proceso evolutivo. Y en esto, sí debo decirlo, antes de que me acusen de plagio, aunque parece que los plagios hoy pueden redituar bastante en términos de la evaluación científica, que no lo es ¿no?, por cierto. Pero no quiero agarrarme del chiste, entonces que mejor así.

La idea de la evolución en nuestra democracia fue y lo ha sido, lo he dicho públicamente, un homenaje y un reconcomiendo a las aportaciones de Toño Lazcano en el ámbito de la biología y de la evolución.

Insisto, la democracia mexicana, si se quiere entender adecuadamente debe ser vista como un proceso evolutivo. Una construcción institucional y normativa que no surgió por generación espontánea, sino como una obra colectiva de muchas generaciones de mexicanas y mexicanos que algunos propagandistas buscan dogmáticamente opacar.

Frente a una visión creacionista y dogmática de la democracia, que pretende sostener que ésta surgió en una sola jornada electoral o fue posible gracias a la lucha de un solo líder o de una sola fuerza política, es importante reivindicar la característica evolutiva de nuestra transición.

Una postura científica como la que nos aporta el doctor Lazcano permite analizar de manera más exacta la historia política mexicana, como un proceso gradual que se fue gestando desde las últimas décadas del siglo XX y que se ha venido consolidando durante el siglo XXI.

Una visión evolucionista y no creacionista de nuestra democracia permite, asimismo, concebir ésta como un sistema de pesos y contrapesos. Un diseño constitucional de división de poderes que, como bien nos recuerda José Ramón, otorga a cada Poder facultades y márgenes de acción, pero con límites que le otorgan a cada uno y al propio sistema sus condiciones de posibilidad. 

El entramado institucional y legal que permite la autocontención del Poder Ejecutivo, la garantía y de los otros poderes, cuando la autocontención no ocurre, la garantía de la división de poderes y el respeto al orden jurídico de la democracia, son posibles gracias a ese proceso evolutivo, en el que leyes e instituciones fueron desarrollándose hasta lograr el balance de pesos y contrapesos que hoy está vigente en nuestra Constitución.

Por eso es riesgoso ignorar la historia de la que venimos o desconocer el proceso gradual al que he hecho referencia, pues una visión creacionista puede alentar, tarde o temprano, una idea autoritaria del poder sin contrapesos, sin controles constitucionales y sin la posibilidad de revisar la legalidad de las acciones de los gobernantes.

Una visión, por cierto, que no es y el doctor Lazcano insistentemente ha subrayado el punto, que no es ajena de las concepciones oscurantistas, dogmáticas y de la superchería, justamente como la gran paradoja que implicó el resurgimiento de la Royal Society en tiempos de cacería de brujas.

Por esto y por muchas otras razones es tan importante releer estas conferencias magistrales y ponerlas, de parte del INE, a disposición del público como una aportación al debate público.

En tiempos en los que las democracias a nivel mundial están enfrentando enormes desafíos, como un inédito reto, un resurgimiento del pensamiento dogmático y una especie de oscurantismo que reniega de la evidencia basada en el conocimiento, para tratar de imponer un pensamiento único o predominante, es muy importante reivindicar el papel de la ciencia, el papel del derecho, en particular del derecho constitucional, hoy tan denostado, por cierto ¿no?, como una ciencia que estudia el ejercicio de la regulación, y la limitación en consecuencia del poder, así como de la enseñanza, como factores esenciales para la formación de ciudadanas y ciudadanos atentos a la defensa de sus derechos.

Esto, en un contexto, y haciendo frente a la superchería, al simplismo, y a la simplificación predominantes, en donde la profusión del terraplanismo en el campo de la ciencia, y del terraplanismo jurídico-político en el campo de las ciencias sociales, evidencian esos intentos, esas tentaciones de revoluciones culturales que se traducen en la persecución y en acoso de los centros de investigación científica y de enseñanza, así como de las instituciones de control y garantía.

El INE, con la publicación de estos textos, pretende reivindicar al pensamiento crítico, al contexto que deriva de la anterior y que implica propiciar la discusión informada y la defensa de la democracia constitucional como defesa, también, en nuestras conquistas civilizatorias.

Históricamente, la democracia, como la ciencia son el producto de la ilustración y son un acto civilizatorio que permite la convivencia pacífica a partir de la razón y no a partir de dogmas ideológicos, científicos y políticos.

La ciencia rechaza por definición las verdades absolutas y predefinidas y en eso se emparenta con la con la pluralidad que nutre a la democracia.

La ciencia reconoce la legitimidad de las ideas diferentes para la construcción de un saber colectivo, fomenta el ejercicio del pensamiento crítico que, al igual que la democracia, es incompatible con la unanimidad y la garantía de ello, como gran conquista, como gran invención de la modernidad reside, entre otras instituciones, en el rol del Poder Judicial como garante de la Constitución, de la ley, pero a veces se olvida con ello, también de la democracia misma.

Eso es, precisamente, en esta feria del libro y la aportación que el INE quiere hacer a este espacio de reflexión, de profusión de la cultura, entre otras, con la presentación de estos textos, es decir, generar un espacio de pluralidad y libertad, frente a cualquier intención de imponer una sola verdad o un pensamiento único.

Muchísimas gracias.

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