La paridad requiere de compromiso para superar el rezago que prevalece: Lorenzo Córdova Vianello

Escrito por: INE
Tema: Comunicados de Prensa

Número: 475

  • El Consejero Presidente participó en un seminario organizado por la Iniciativa ATENEA (PNUD, ONU Mujeres e Idea Internacional)
  • Destacó las políticas y acciones emprendidas que han hecho de México uno de los países de AL con mayor participación política de las mujeres

La construcción de paridad va más allá de una dimensión normativa, ya que requiere de un cambio cultural y del compromiso de asumir medidas afirmativas hasta que se rompa el gran rezago que prevalece entre hombres y mujeres, aseguró el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.

“El problema es de fondo, es estructural y desde este punto de vista hay que hacer una gran apuesta en los esfuerzos de construcción de cultura cívica, es decir, creo que el gran desafío en nuestras sociedades es que los principios y valores de la democracia, incluida la paridad, se tienen que construir desde abajo”, expresó.

En este sentido, resaltó la necesidad de asimilar culturalmente el hecho de que una democracia es paritaria o no es una democracia al incumplirse el principio básico de igualdad que la sostiene y que la diferencia de otros regímenes por su inclusión y por la igualdad de participación entre hombres y mujeres. 

Durante su participación en el Seminario Regional “Democracias paritarias e inclusivas: desafíos en el contexto actual”, recordó las medidas y acciones emprendidas por México para garantizar la paridad y la diversidad que hoy destaca a nivel internacional. 

No obstante, el Consejero Presidente evidenció la gran paradoja que ha implicado el aumento de la participación política de las mujeres en México, con un incremento paralelo de la violencia política en contra de ellas por razón de género, lo que implica tomar una serie de medidas y sancionar ejemplarmente cuando existe este tipo de violencia.

La violencia que afecta a la lógica de la igualdad, abundó, no es aceptable en los ambientes democráticos, sin embargo, reconoció que no es sencillo sancionarlo como en el caso de México, en donde a pesar de contar con un tipo penal para el fenómeno, es tan vago que corre el riesgo de no traducirse en resultados efectivos.

Asimismo, destacó la importancia de cuidar los avances que se han logrado para alcanzar la paridad, ya que ello no necesariamente implica que llegaron para quedarse y pueden existir regresiones. 

“Lo alcanzado no necesariamente llegó para quedarse, regresiones puede haber, hay que cuidar y procurar esos avances porque, al igual que la democracia, si uno la da por sentada, el día después pude despertarse habiéndola perdido y hay que cuidarla”, sentenció. 

Cuestionado sobre las transformaciones prioritarias que deben generarse para avanzar en la paridad política, Córdova Vianello expuso la necesidad de que las acciones afirmativas puedan transformarse en leyes, bajo la premisa de que un día ya no serán necesarias. 

Es indispensable que estas acciones se asuman no sólo desde las autoridades electorales, sino que sean vistas de forma integral y, en especial, como un cambio que asuma que la cultura democrática es por definición una cultura paritaria “y ello sólo se logra desde abajo, como los cambios culturales”, dijo.  

En el seminario, organizado por la iniciativa ATENEA, también participaron diversos líderes de la región entre los que se encuentran Epsy Campbell Barr, Vicepresidenta de Costa Rica; Marleny Isabela Macario, Integrante de la Plataforma de Mujeres Indígenas de Guatemala y Mesías Guevara, Gobernador Regional de Cajamarca en Perú.

Cada uno de los ponentes planteó las acciones que se han implementado en sus países de origen para impulsar la participación de las mujeres, a la par que expusieron los retos que se mantienen para cristalizar la inclusión de este sector de la población en la política.  

A lo largo de sus reflexiones, coincidieron en la necesidad de reforzar los avances que se han logrado en lo particular, aprender de las experiencias internacionales, consolidar la normatividad local y, sobre todo, impulsar un cambio social que reconozca la importancia de la inclusión de las mujeres en el espacio público. 

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