Versión estenográfica de la inauguración del Foro: Derechos Políticos y Electorales de las Mujeres

Escrito por: INE
Tema: Consejeras y Consejeros Electorales

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INAUGURACIÓN DEL FORO DERECHOS POLÍTICOS Y ELECTORALES DE LAS MUJERES. HACIA UN PROCESO ELECTORAL 2020-2021 CON PARIDAD Y SIN VIOLENCIA POLÍTICA CONTRA LAS MUJERES, EN EL MARCO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES

Presentadora: Sean bienvenidas todas las personas, al Foro Derechos políticos electorales de las mujeres, hacia un proceso electoral 2020-2021, con paridad y sin violencia política contra las mujeres. El cual se enmarca en el Día Internacional de las mujeres.

Les informamos que este evento se transmite en vivo a través de las redes sociales oficiales del instituto nacional electoral, INE México en Twitter y Facebook, e INETV en YouTube.

Para la inauguración de este foro, agradecemos la presencia del doctor Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral; de la doctor Olga Sánchez cordero, Secretaria de Gobernación; de la maestra Mónica Aralí Soto Fregoso, Magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; de Carla Humphrey Jordan, Consejera Electoral y Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del Instituto Nacional Electoral; y de la licenciada Celia Aguilar Setién, Directora de Estadística, Información y Formación en Género del Instituto Nacional de las Mujeres.

Agradecemos a quienes siguen esta transmisión, de manera especial gracias a integrantes del Consejo General, de la Junta General Ejecutiva, al personal de las juntas locales y distritales, así como de oficinas centrales del Instituto Nacional Electoral, funcionarias y funcionarios de la Secretaría de Gobernación, del Instituto Nacional de las Mujeres, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanía en general.

Gracias, de manera particular, pues queremos agradecer la presencia de las consejeras electorales Adriana Favela Herrera, Norma De la Cruz, Claudia Zavala. Los consejeros electorales Martín Faz Mora, Uuc-kib Espadas.

Mucha gracias.

Y, bueno, para dar inicio damos la palabra a la consejera Carla Humphrey Jordan

Consejera Electoral del INE, Carla Astrid Humphrey Jordan: Gracias, buenas tardes a todas y a todos. 

Es un gusto estar con ustedes en este evento. 

En primer lugar, me gustaría agradecer la presencia de la Magistrada Electoral Mónica Alanís Soto Figueroa; por supuesto de la doctora Celia Aguilar, quien representa el Instituto Nacional de las Mujeres; a la doctora Alanís Sámano, Titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres; a mi colega Presidente del Instituto Nacional Electoral, doctor Lorenzo Córdova Vianello; y a mis compañeras y compañeros consejeros electorales que nos acompañan en esta inauguración. 

El Día Internacional de las Mujeres se celebra desde 1975, a instancias de la Organización Nacional de las Naciones Unidas, ¿pero por qué se celebra?, ¿por qué es importante su celebración? 

Este día se ha institucionalizado para recordar la lucha de todas las mujeres por el reconocimiento de sus derechos, sus esfuerzos para derrocar el Estado patriarcal que coloca a las mujeres en una posición de inferioridad, que nos ha excluido del ámbito público, ha construido una sociedad que nos violencia con actitudes machistas y nos excluyen de todos los ámbitos de la vida pública. 

El diseño institucional de los estados modernos, tal como hoy los concebimos, se consolidaron después de la revolución francesa a finales del Siglo XVIII, sin embargo, no fue sino hasta bien entrado el Siglo XX que se reconoció el derecho de las mujeres a participar en la política, en la vida pública de los países. 

En nuestro país, en México, apenas en 1953 se estableció a nivel constitucional la ciudadanía plena de las mujeres, lo que permitió que votaran por primera vez en las elecciones de 1955, pero fue solo fue el inicio, pronto quedó demostrado que ese reconocimiento no revertía la desigualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida en sociedad.

Fue entonces que empezó la lucha por acciones afirmativas, encaminadas a crear una igualdad material. 

En nuestro país contamos con importantes avances constitucionales, normativos e institucionales, que han ido abriendo brecha en una estructura patriarcal que ha imperado por décadas. 

La lucha de las mujeres por alcanzar la posición que merecemos ha sido múltiple, ha sido indispensable generar consciencia y visibilidad de nuestra existencia, de nuestra necesaria participación social y política, hasta el reclamo justificado de que la desigualdad en un Estado democrático como el nuestro, representa un ancla al desarrollo pleno de una sociedad y un país que forma parte de múltiples tratados internacionales que obligan al Estado mexicano a reconocer la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

El lardo camino comenzó con cuotas de género opcionales para los partidos políticos en 1993, participó por el establecimiento de un sistema de cuotas obligatorias, se nutrió de sentencias impulsadas desde colectivos de mujeres. 

En 2014 se previó a nivel constitucional, la postulación paritaria, hasta llegar a la reforma constitucional de 2019, que obliga a la paridad y, no solo en la postulación, sino en la integración paritaria en los tres niveles de gobierno y órdenes del Estado, así como en los órganos autónomos de los sistemas normativos indígenas. 

Finalmente, en abril de 2020 es promulgada la Reforma en materia de violencia política en razón de género, con lo que se modificaron seis leyes generales y dos federales, para disponer de mecanismos de prevención, combate, sanción, reparación y erradicación de este fenómeno. 

El reto que enfrentamos todas las instituciones es la consolidación de estos avances, pues estamos frente a las elecciones más grandes de la historia de México, que además se desarrollan en un contexto particular de pandemia. 

Estamos a menos de 90 días de la Jornada Electoral, que será la más grande no solo por el número de casillas que habremos de instalar, más de 163 mil; el total de cargos en disputa en las elecciones locales y la federal, por el número de personas que podrán votar que suma 92.7 millones de mexicanas y mexicanos, de los cuales casi el 52 por ciento somos mujeres. 

Además, nunca antes en la democracia mexicana tantas mujeres podrán competir por tantos cargos a nivel federal y local como el próximo 6 de junio, pues por lo menos la mitad de las candidaturas serán ocupadas por mujeres. 

Para garantizar su ejercicio en condición de…

Perdón, creo que hay un micrófono abierto. Gracias. 

Para garantizar su ejercicio en condiciones de igualdad, no discriminación y sin violencia política de género, desde el INE hemos establecido diversas medidas. En principio, se creó un registro nacional de personas sancionadas por violencia política en acatamiento a una sentencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en el que aparecen todas las personas que tengan una sentencia que los declare responsables de este ilícito administrativo.

Su finalidad es doble, dar publicidad a un tipo de conductas para evitar su postulación, la postulación de personas registradas e inhibir estas conductas, pues nadie querrá aparecer en este registro. 

A la fecha se tienen registrados 16 hombres y cuatro mujeres, sobre todo del ámbito local y municipal donde las mujeres son más violentadas. 

Destacad el caso de un presidente municipal de Veracruz, que ha sido sancionado seis veces, por violentar políticamente a una mujer. 

Las personas candidatas deben suscribir el formato “3 de 3 contra la violencia”, a fin de acreditar que no han sido condenadas o sancionadas por violencia familiar, por delitos sexuales contra la libertad sexual o la intimidad corporal, o por ser personas deudoras alimentarias morosas. 

De resultar falsas las manifestaciones hechas bajo protesta de decir verdad y de buena fe, además de estarse cometiendo un delito que como autoridades estamos obligados a denunciar, claramente impactará en el cumplimiento de uno de los requisitos de elegibilidad que es tener un modo honesto de vida. 

Asimismo, se creó un procedimiento específico para la atención de las quejas y denuncias en materia de violencia política contra las mujeres, que atienda las especificidades del problema al establecer medidas cautelares y de protección para garantizar la integridad de las afectadas.

Uno de los temas pendientes es el acceso efectivo a la justicia de las mujeres. Existen herramientas para proteger y garantizar sus derechos, pero se dificulta el acceso.

Por ello, desde el INE se emitió una guía que explica de manera simple sobre las vías para denunciar la violencia política en razón de género, e incluso se presentan formatos para denunciar. 

Asimismo, iniciaremos con un programa piloto de asesoría a mujeres con universidades, que sirva de precedente a una defensoría de las mujeres. 

Para los partidos políticos, se establecieron lineamientos para que prevengan, atiendan, sancionen, reparen y erradiquen la violencia política en razón de género, donde se les obliga a destinar a las campañas de sus candidatas, el 40 por ciento del financiamiento público que reciban, así como el mismo porcentaje en espacios en radio y televisión. 

Tenemos retos enfrente en esta elección, el primero consolidar la paridad de género, a fin de que no solo sea una disposición normativa para el registro de candidaturas, sino que trascienda a todos los cargos de elección popular. 

Por supuesto, erradicar la violencia política de género contra las mujeres, debemos buscar vías más expeditas para desterrar esta conducta con sanciones efectivas y oportunas. 

Evitar que quienes las cometan, ocupen una candidatura, o incluso, impedir que ocupen el cargo para el cual fueron electos, pues no se cumple, entonces, con que tengan un modo honesto de vida. 

Acceso igualitario para las candidatas al financiamiento público y a los espacios en radio y televisión. 

Las herramientas son muchas, su diseño reciente, esta elección servirá para valorar su efectividad y detectar necesidades futuras, también para contar con la información necesaria para que la paridad de género se concrete en nuevas propuestas legislativas, tanto a nivel federal como a nivel local. 

Mucho queda por hacer y solo lo lograremos uniendo sinergias hombres y mujeres, por una causa común, una sociedad igualitaria y en la que los derechos se ejerzan con plenitud. 

Desde aquí hago un llamado a todas y todos los actores de las elecciones, personas candidatas, dirigencias de partidos políticos, a que se conduzcan con pleno respeto a los derechos de las mujeres; asimismo, a los colectivos de mujeres de organizaciones de la sociedad civil, a que estén atentas y vigilantes al desarrollo del proceso electoral y denuncien la violencia política.

Hoy nuestra democracia, baluarte de México, necesita ser fortalecida y la mejor forma de lograrlo es que todos y todas contemos con plenitud de derechos, con igualdad de oportunidades, con la libertad de alcanzar nuestras metas en paz, con equidad y en un ambiente libre de violencia. 

Como decía Rosa Luxemburgo, por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres. 

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, Consejera.

Para continuar, queremos gradecer la presencia de la doctora María Fabiola Alanís Sámano, Comisionada Nacional Para Prevenir y Erradicar La Violencia Contra las Mujeres, a quien damos la palabra.

Comisionada CONAVIM, Ma. Fabiola Alanís Sámano: Muy buenos días, bueno tardes ya.

En primer lugar, quiero agradecer la invitación a ser parte de este foro, derechos políticos y electorales de las mujeres, hacia un proceso electoral 2021 con paridad y sin violencia política contra las mujeres.

Y quiero saludar al Presidente del INE, al doctor Lorenzo Córdova Vianello, y a las compañeras consejeras con quienes además hemos compartido espacios en otro momento, Adriana, Carla, y con el gusto de saludarlas a todas y a todos.

Veo que está también acá la maestra Celia Aguilar del Instituto Nacional de las Mujeres, da gusto saludarla.

Y bueno, yo quisiera, a propósito de la conmemoración del 8 de marzo y de encontrarnos ya frente a la antesala prácticamente del proceso electoral, bueno, arrancado ya en algunos espacios, en algunas entidades, señalar algunas cosas muy, muy generales.

Decir que el largo, sinuoso y escarpado y, por momentos, extremadamente lento proceso de construcción de la democracia en México requiere ser necesariamente apuntalado cotidianamente.

En estas tierras mexicanas de densa y pesada tradición colonial y virreinal, es ardua la tarea de edificación de instituciones, lo hemos visto, de procedimientos y, sobre todo, habitualidades republicanas y democráticas.

Largos años de dominio de la tradición del eterno, ayer signaron un carácter nacional francamente bipolar.

Por un lado, predominaron los modos y la forma de ser del súbdito, la obediencia al patrón, al conquistador, al cura, cacique, al señor.

Y, por otro lado, en el extremo opuesto, la oposición y la resistencia a la opresión y la denominación social tuvo inmensas dificultades para encontrar mediaciones y canales institucionales para expresarse y para encausarse.

La revuelta, la rebelión y la revolución social han marcado, sin duda, la historia en nuestro gran país.

El pasado mexicano está hecho de levantamientos, insurrecciones, y sobre todo revoluciones.

En suma, el sometimiento abyecto o la furia destructiva o el súbdito sometido o al pueblo en armas, ésa ha sido nuestra historia.

En las mujeres, esta sumisión, estuvo históricamente redoblada, pues en el caso del súbdito como figura emblemática de los vínculos donde manda la tradición, la mujer ocupaba el lugar pasivo y subordinado del silencio, y la obediencia a su hombre, que era la súbdita del súbdito.

Y en el otro extremo solo fue acompañante, Adelita, fiel y leal servidora, mandadera, apoyadora, apéndice necesaria de los héroes revolucionarios que sí tenían nombre, apellido y apelativo, no una impersonal referencia que a todas nombraba y al mismo tiempo a todas despersonalizaba, a todas invisibilizaba.

Ha costado un gran esfuerzo de vidas robadas, pero también de inteligencia práctica, revertir el peso de esa tradición.

En estas condiciones la construcción de la democracia no solo pasa por la creación de nuevas leyes e instituciones, sino que también y, sobre todo, requiere de un gran esfuerzo cultural gigantesco, la creación de un orden republicano y democrático, incluyente, sostenido sobre ciudadanas y ciudadanos, y no ya sobre súbditos, ha requerido un aprendizaje intensivo en nuevos modos de relacionarse y de asumir la vida.

Y es un esfuerzo en el que nadie debe quedar al margen, la democracia no nace de un día para otro ni se edifica tampoco, hay que decirlo, ni se edifica sobre un suelo en el que ha predominado el cultivo de la sumisión.

Por ello, se requiere apuntalamientos, quizá provisionales pero necesarios para emprender el difícil arte de regirse por la ley y asumir la responsabilidad de lo hecho.

La participación política de las mujeres en condiciones de igualdad ha costado muchos esfuerzos a lo largo de estos años, lograr la representación paritaria se ha enfrentado a muchas sinergias enraizadas en lo más profundo, en la profundidad del alma colectiva mexicana que dicta a la mujer por el hecho de serlo, un papel subordinado, un papel realmente de subordinación.

Ha sido necesarias acciones afirmativas como aquí se ha dicho y de equidad obligada, para conseguir la igualdad de oportunidades en la vida política de nuestro país.

Ya es un hecho, hay que decirlo, ya es un hecho, estamos erradicando toda forma de discriminación y nos encaminamos a construir un sólido andamiaje institucional para conseguir una vida libre de violencia, y es que las mujeres mexicanas tenemos que hacer un aprendizaje intensivo de los modos, los hábitos y costumbres que otros pueblos y naciones costó (inaudible).

Nuestra participación en la república, en la cosa pública, no puede ser frívola ni de ornato legitimador, debe ser real efectiva y sustantiva. 

Queremos estar en el ágora por cuenta propia, porque podemos, porque lo deseamos y porque lo merecemos, pero también porque nuestra nación nos lo demanda. 

Las mujeres, es cierto, queremos el poder, no lo queremos para nosotras solas ni de modo excluyente ni exclusivo, lo queremos porque deseamos unirnos en un nosotras, que ya no vea la sumisión como algo natural ni se someta a la dictadura de la tradición, lo necesitamos más ahora que nunca, porque partimos de la certidumbre de que la violencia actual que nos aqueja es perfectamente superable, no con más violencia ni alentando la violencia contra los hombres, no, así no, sino mediante el arma más efectiva que nos ha dado la tradición grecolatina, la política, la palabra, el diálogo y la prudencia. 

Por su atención, muchísimas gracias. 

Por aquí les escucho. 

Presentadora: Muchas gracias, doctora. 

Para continuar, damos el uso de la voz a la licenciada Celia Aguilar Setién. 

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Micro, Celia. 

Presentadora: Licenciada Celia Aguilar Setién.

Directora General de Estadística, Información y Formación en Género del Inmujeres, Celia Aguilar Setién: A ver, ¿ya?

Presentadora: Ahí la escuchamos perfecto, muchas gracias. 

Directora General de Estadística, Información y Formación en Género del Inmujeres, Celia Aguilar Setién: Licenciado Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, maestra Mónica Aralí Soto, Magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; licenciada Carla Humphrey, Consejera del Instituto Nacional Electoral y Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del INE; Amiga, María Fabiola Alanís, colega, muchas gracias por esta invitación. 

Lo primero que quiero decir es que les admito una disculpa de nuestra Presidenta Gasman, que tenía el compromiso y la voluntad y las enormes ganas de participar con ustedes como siempre lo ha hecho con el INE, pero bueno, la citaron ahorita a una reunión en gobernación. 

Pero con mucho gusto voy a leer las palabras que ella preparó.

Conmemorar es recordar un acontecimiento histórico que, al ser nombrado por la memoria, lanza un mensaje que se convierte en un acto profundamente político y poderoso.

El 8 de marzo nos llama la reflexión de qué es lo que cada uno estamos haciendo para lograr que las mujeres estén en el centro de las transformaciones.

Reconocemos las organizaciones de las mujeres y a las mujeres de todas las edades que nos recuerdan a nivel global que, aunque somos la mitad de la población no tenemos las mismas oportunidades y enfrentamos brechas de desigualdad y violencia desproporcionadas e inaceptables.

La participación nutrida de mujeres en esta fecha, ejerciendo sus derechos a la libre manifestación de expresión, es el resultado de una lucha histórica de muy larga data que justo hace unos días tuve el privilegio de comentar en la presentación del libro Historia Mínima de los Feminismos en América Latina de nuestra querida Dora Barrancos.

Una lucha que en sus inicios tuvo un carácter marcadamente político, porque las mujeres estuvimos excluidas de la vida pública desde la independencia de nuestros países, relegadas a la vida privada, bajo la premisa falsa y estereotipada de que no nos interesaba la política o no éramos capaces, como los hombres de participar en ello.

Y, por eso las mujeres tuvimos que salir a las calles contra todas las resistencias posibles, las críticas y el rechazo de nuestras sociedades para decir que queríamos ser tomadas en cuenta, que nuestras voces se escucharan en la vena política, en las mismas condiciones que las voces de los hombres, empezando por el derecho fundamental a votar y ser votada.

Como decía Carla, tomó medio siglo de esfuerzos sostenidos por miles de mujeres, pero al final conseguimos el reconocimiento del derecho al sufragio en 1953. Sin embargo, ese no fue el final de la lucha nuestros derechos, por nuestros derechos; las mujeres seguíamos sin poder participar en política en igualdad de condiciones que los hombres, los prejuicios y estereotipos no desaparecieron y siguieron plenamente vigentes en los partidos políticos, en las instituciones e incluso en los propios hogares y comunidades.

Las responsabilidades desiguales de cuidado dejaban todo el tiempo a los hombres para participar en política, pero ataban a las mujeres al cuidado de sus hijos y al trabajo del hogar y cuando las mujeres persistían y lograban participar en política, quedaban relegadas en papeles secundarios o bien, se arriesgaban a enfrentar todo tipo de resistencias y violencias políticas en razón de género.

Y en gran parte, por eso, ¿verdad?, y por esas desigualdades es que hasta hoy ninguna mujer ha ocupado la Presidencia de la República, sólo tenemos dos gobernadoras frente a 30 gobernadores y menos del 30 por ciento de los municipios son presididos por mujeres.

Por esta realidad, las mujeres seguimos luchando, sumando alianzas con aliados y aliadas en todas las estructuras del Estado mexicano y en los organismos autónomos, ocupando puestos estratégicos en esos espacios e inspirando a otras mujeres para transformar de fondo las causas estructurales que limitan el pleno ejercicio de nuestros derechos políticos electorales y que generan la violencia política en razón de género.

Y gracias a esos esfuerzos, llegamos a este proceso electoral con cambios muy importantes alcanzados en los últimos años, sin duda será una Jornada excepcional, ya lo mencionaban quienes me antecedieron y especialmente retadora por la cantidad de candidaturas y elecciones concurrentes, así como el aumento de la población en edad de votar, pero también será una Jornada llena de oportunidades en materia de igualdad.

Por primera vez en la historia tenemos un Congreso paritario y la obligación de la paridad en todas las candidaturas de los tres órdenes de gobierno, llegando, por primera vez con estas medidas, a estados y municipios.

Por primera vez, también contamos con reformas que fortalecieron nuestro marco jurídico, ¿verdad?, y también se fortalecieron las capacidades institucionales en materia de violencia política contra las mujeres en razón de género.

Todo esto para la promoción de sus derechos políticos electorales, además, se cuenta con medidas concretas para promover la inclusión de las mujeres que han sido históricamente excluidas y discriminadas en el ámbito político, nos referimos a las mujeres de los pueblos indígenas, a las mujeres afromexicanas, a las mujeres lesbianas, a las mujeres trans, y también a las mujeres con alguna discapacidad.

En el Inmujeres estamos trabajando en nuestra hoja de ruta para los próximos años, uno de los objetivos prioritarios es precisamente la participación igualitaria de las mujeres en la toma de decisiones en todos los ámbitos, y con esto me refiero no solo al ámbito político sino al ámbito social en general y en todos los espacios comunitarios, e incluso en el espacio del sector privado.

Queremos más mujeres en todos los espacios de decisión y más espacios con mujeres en su diversidad; por ello, buscamos fortalecer el marco legislativo, pero también trabajamos en la transformación de cambios culturales en favor del reconocimiento de las capacidades políticas y de la autonomía de decisión de las mujeres.

También, como Instituto participamos activamente en el Observatorio de Participación Política de las Mujeres, donde damos seguimiento, de manera constante, a las barreras que enfrentan las mujeres para hacer valer sus derechos político electorales, y que, durante esta Jornada que viene, en esta jornada electoral en la que estamos, ya  se tienen acordadas diversas acciones en materia de violencia política en razón de género, como son: seccionar de manera frecuente durante el periodo de campañas electorales en el Proceso Electoral 2021, diseñar y difundir una campaña informativa con pertinencia cultural sobre los procesos y mecanismos existentes para denunciar hechos por violencia política, impulsar conversatorio dirigidos a Organismos Públicos Locales Electorales sobre la aplicación del procedimiento especial sancionador en casos de violencia política en razón de género, ya nos lo explicaban hace unos momentos, y desarrollar talleres con mujeres afiliadas a partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil sobre los mecanismos jurídicos y administrativos que las apoyan, y a los que pueden recurrir para denunciar actos de violencia política.

Como mencionaba hace unos días en la sesión del Observatorio de Participación Política de las Mujeres, son nuestros esfuerzos los que han dejado claro que no hay democracia posible sin mujeres, no es posible decir que vivimos en una verdadera democracia si la mitad de la población no puede ejercer, en igualdad de condiciones, sus derechos político-electorales y participar sin la amenaza de la violencia política en razón de género.

Es por eso que en esta Jornada Electoral tenemos una oportunidad histórica para avanzar como nunca en la garantía de los derechos políticos electorales de las mujeres, porque ahora que, como país tenemos paridad en el Congreso, en el Senado y en el Gabinete, las mujeres que tenemos la responsabilidad de Estado, todo lo que hablamos, todo lo que proponemos y todo lo que hacemos debe tener un impacto en la vida de las mujeres.

Y aunque contamos con múltiples avances legislativos y herramientas de avanzada, no podemos bajar la guardia, la resistencia y la participación política de las mujeres siguen siendo amplias en todo el país, por lo que tenemos la obligación de vigilar atentamente y proceder como corresponde ante cualquier amenaza a los derechos y a la seguridad de las mujeres que participan en esta Jornada.

Es por eso que hago un llamado a que, en el marco de nuestras atribuciones, mantengamos los canales abiertos de coordinación y diálogo entre las instituciones para responder de la mejor manera posible a cualquier reto que se presente, y así se pueda ganar, utilizar los derechos políticos electorales de las mujeres.

Seamos guardianas tenaces para que en esta elección se cumpla la paridad y la no violencia, y se garantice el pleno ejercicio de los derechos políticos electorales de todas las mujeres de nuestro país.

Lleguemos al próximo 8 de marzo con la satisfacción de decir que estuvimos a la altura de lo que nos exigen hoy millones de mujeres mexicanas, nuestro trabajo en los próximos meses habrá de demostrarlo.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, licenciada.

A continuación, damos la palabra a la maestra Mónica Aralí Soto Fregoso.

Magistrada de TEPJF, Mónica Aralí Soto Fregoso: Muchas gracias.

Muy buenas tardes.

Es un gusto, es un honor el poder compartir con ustedes el día de hoy este Foro, Derechos político-electorales de las mujeres hacia un proceso electoral 2021, con paridad y sin violencia política contra las mujeres.

Saludo, por supuesto, a todas y a todos los que nos acompañan, al Consejero Presidente Lorenzo Córdova Vianello, del Instituto Nacional Electoral, un gusto saludar; y a la Consejera Carla Humphrey, quien es también pues parte del liderazgo de este foro.

Saludo igualmente a las consejeras del Instituto Nacional Electoral que no están aquí, a los consejeros y, a todas y a todos quienes hoy nos siguen en este importante y significativo foro para atender el tema ineludible y que nos obliga a seguir avanzando en una igualdad plena, libre de toda violencia.

Quiero también expresarles y hacerles llegar un saludo del Magistrado Presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, José Luis Vargas Valdés, quien también le fue imposible por otra agenda poder estar acompañándonos el día de hoy.

Hace un año, nos preparábamos para conmemorar el 8 de marzo, también, y me refiero a hace un año porque, no sé para ustedes, pero para mí creo que ha marcado un parteaguas en lo que ha sido vivir la lucha de las mujeres, juntas, unidas, marchar, gritar, exigir lo que son los derechos que tenemos aún en deuda de reconocernos.

Hoy estamos aquí otra vez unidas y unidos, estamos aquí en otro 8 de marzo que ojalá fuera una realidad completamente diferente, sin duda no hemos logrado llegar al punto que históricamente nos hemos trazado, es la igualdad sustantiva plena, libre, total, basada en la dignidad de las personas y de las mujeres, pero hoy estamos aquí conmemorando, reflexionando y debatiendo un 8 de marzo más visibilizándonos todas y cada una de nosotros y a través de nosotras visibilizando a todas y a cada una de las mujeres que hoy no pueden estar aquí, pero que a través de nosotras aquí están.

Y para reafirmar la lucha, para decir aquí estamos, no nos vamos a cansar, no nos vamos a retirar, no, no vamos a claudicar en la lucha, aquí estamos y aquí seguiremos el tiempo que sea necesario.

El curso del planeta se vio sacudido por la pandemia, por el COVID-19, justamente hace un año, ¿sí?, y bueno, se paró el mundo, se paró todas las actividades, se paró la economía y eso también se paró el ejercicio de las libertades plenas de todas y de todos, pero además, cuando todo eso se paró, se paró con más energía y se paró con mayor impacto, con un desgarrador impacto en las mujeres y en las niñas, ¿sí?

Al profundizarse la grieta de la desigualdad de género, al evidenciarse aún más, esas desigualdades, eso también lo hemos podido constatar, evidenciar a lo largo de este año, pero ¿qué no se paró? No se paró la convicción, la fuerza y el esfuerzo de las mujeres para seguir luchando por todos los derechos que tenemos, aquí, ahora, ayer, mañana.

Y bueno, esto ha causado también una pérdida en la autonomía económica, y en toda la autonomía de muchas mujeres, pero ha impactado en su bienestar, en el ejercicio de sus derechos humanos y, por supuesto extrañan el ejercicio de vivir libres de violencia que ha sido afectado por este confinamiento.

Representa también un riesgo en los retrocesos de los derechos político electorales ganados por las mujeres, hace un año celebrábamos las reformas, las reformas de paridad, la reforma de violencia, era toda una ola que de alguna manera se pudo pensar que se iba a detener por la pandemia, pero no, aquí estamos, aquí estamos siendo las voz de otras mujeres y estamos en un proceso electoral en donde también hace un año me acuerdo cuando iniciábamos los foros, nos preguntábamos de qué tamaña no va a ser el impacto para las mujeres que quieran participar en el proceso electoral federal, en los procesos electorales, en sus entidades federativas, ¿no?, de qué tamaño va a ser esa pérdida, cómo van a vivenciar las campañas, cómo van a salir empoderadas a luchar por participar en política.

Hoy más que nunca las herramientas que hemos consensuado en el mundo, no pueden ser papel mojado, tenemos las estrategias plasmadas en la declaración y Plataforma de Acción de Beijing, esenciales en la definición de las políticas públicas para abatir todas las desigualdades de las mujeres en todas las esferas de la vida, ya sea pública o privada.

En coincidencia con los 25 años de la visionaria Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 2020, que es punto de partida para que este año reimpulsemos el Foro Generación, igualdad.

La crisis sanitaria, como lo dije, tampoco paró a las instituciones que hoy estamos aquí, al contrario, y lo celebro, nos obligó, nos alentó a unirnos, nos alentó a fortalecer los lazos interinstitucionales para sumar todos los esfuerzos juntas y juntos.

Pero los impactos de la pandemia amenazan las fortalezas construidas por las mujeres para las mujeres, sin olvidar que aún hay muchas que viven en tales condiciones, que el Internet es ajeno y es lejano, y que por ello la atención en la defensa de sus derechos nos obliga a seguir con mayor contundencia y expandir también los espacios a donde llegamos como instituciones, no dejar de ver sus contextos y sus realidades.

Por lo anterior y consciente también de esas realidades y de nuestro rol, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hemos persistido en el compromiso irrenunciable de avanzar hacia una justicia electoral vista integralmente, con perspectiva de género, fortaleciendo la política de igualdad interseccional e intercultural.

No somos una sola mujer, no somos todas iguales, somos muchas mujeres, somos muy diferentes, somos muy diversas y somos muy valiosas en esa diversidad.

Esta política de perspectiva de género transversal, emancipada de la discriminación y que combate la violencia política contra las mujeres, ha sido un compromiso del Tribunal Electoral, y ello ha significado para quienes juzgábamos ver y analizar las desigualdades que experimentan todas las mujeres en todos los tiempos y en todos los espacios, y estudiar y entender las diferencias en el acceso al poder y a los recursos para contribuir a generar condiciones que nos lleven de manera más eficaz a la igualdad sustantivas, objetivo irrenunciable en el que trabajamos juntas y juntos, tanto el INE con la implementación de acciones afirmativas, como el Tribunal con la confirmación o fortalecimiento de esas acciones afirmativas que emiten los órganos electorales administrativos, como el INE, como los OPLES.

Hemos también unido con INMUJERES en sumarnos en las acciones y en sus diseños de políticas públicas innovadoras, todas y todos armonizados, por supuesto, con los objetivos que como estados parte hemos asumido con las Naciones Unidas.

Hace, decía yo, y refiero hace un año, porque les comentaba que para mí es un parteaguas de cómo podemos seguir gritando, luchando, avanzando, elevando la voz, elevando el puño para seguir avanzando.

Hace un año, incluso, vimos o escuchamos por primera vez esta canción de “Vivir sin miedo” de Vivir Quintana, que por cierto hoy antes de siquiera leer la prensa la escuché para, pues para reactivarme en la lucha, de verdad, escalofriante.

Y como les decía, sí, hace un año teníamos una realidad que lamentablemente hoy no hemos erradicado, la violencia sigue, la discriminación, pero creo que hemos logrado avanzar en lo que hoy nos toca dar cuenta como instituciones electorales, en este caso, y frente al proceso electoral, y frente a las mujeres que están participando ya en estos procesos electorales, hemos avanzado en algunas herramientas que hoy tienen para llegar a estos procesos electorales locales y federal, para ejercer sus derechos de una mejor manera.

Llegamos con leyes de paridad y en contra de la violencia hacia las mujeres, leyes que no se tenían en los procesos electorales anteriores, llegamos con acciones afirmativas contundentes que el INE ha creado, llegamos con sentencias y con jurisprudencias también, que nos permiten dar un avance importantísimo en el acceso y la protección de los derechos de las mujeres en estos procesos electorales.

Y llegamos, y llegan las mujeres a este proceso electoral con la seguridad, les quiero decir, de que las instituciones del Estado mexicano, las instituciones electorales, hoy estamos aquí unidas refrendando ese compromiso que queremos hacer patente en este Foro y día a día en la toma de decisiones que llevamos a cabo.

Quiero compartirles, de manera muy breve, algunos criterios que hemos emitido en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, criterios que son herramientas en sí mismas para la protección, la participación y la defensa de los derechos político electorales de las mujeres, y que es importante que conozcan ustedes que participan, mujeres en el proceso, hombres y mujeres que coadyuvan también con estas mujeres que las defienden, que las asesoran, en los partidos políticos, en la academia, en fin.

Es importante que conozcan con qué herramientas cuentan hoy para vivir de manera plena la paridad libre de toda violencia.

Quiero compartirles estas sentencias que son sentencias con impacto nacional, que son sentencias que cambian el statu quo, que son sentencias que derriban el patriarcado.

Y bueno, hemos tenido, como les dije, algunos criterios, por ejemplo, el criterio orientador sobre cómo deben actuar las autoridades electorales locales para implementar el principio de paridad y garantizar a las mujeres una vida libre de violencia en todos los estados de la República en donde, incluso, los congresos no hayan ajustado la legislación a las recientes reformas en esos temas, con la antelación necesaria para hacerlas valer en este 2021.

También ya se mencionó, pero hemos solicitado al INE la elaboración y la integración de una lista de personas infractoras en materia de violencia política por razón de género, y digo personas porque también ya lo mencionaba la Consejera Humphrey, en esta lista hay hombres y hay mujeres, están todas las personas que violentan y que así han sido decretadas ya por una sentencia firme.

Hemos avanzado también en la paridad en la integración de los tribunales electorales locales, con personas no binarias, en los casos de violencia política también de género, en donde esté implicada una mujer indígena, hemos determinado obligar que se notifique dicho escrito de forma personal a quien podría verse vulnerada en sus derechos, por lo que se decida en la sentencia, para que compadezca a juicio.

Por ejemplo, también hemos determinado que las medidas de protección deben permanecer durante toda la cadena impugnativa.

Igualmente, para el caso de integrantes de pueblos o comunidades indígenas, como lo plantea el artículo segundo de nuestra constitución proveer de una protección jurídica especial en el análisis de la manifestación, de la voluntad de renunciar o separarse del cargo de elección popular a las mujeres, hemos determinado darles esta protección especial y verificar doblemente esas renuncias voluntarias que muchas veces será así, ya que los estándares sobre la certeza con relación a la espontaneidad de la voluntad, debe de ser mayor habida cuenta de presiones y amenazas prevalecientes en dichas minorías.

La reversión de la carga de la prueba ha sido otro criterio muy, muy importante que creo que nos permite de verdad avanzar en lo que ha sido la tradición de valorar las pruebas de manera técnica, ¿sí?, hoy debe realizarse con perspectiva de género, evitando dejar a las víctimas la responsabilidad de acreditar los hechos, a fin de impedir una interpretación estereotipada de las pruebas e incluso revictimizarlas.

Y en la ruta de estos criterios, también unidos con el INE, solicitamos a esta institución desarrollar, ampliar las medidas afirmativas que se habían otorgado y que garanticen las condiciones de igualdad para la participación política que todas las personas que se encuentren con alguna desventaja o subrepresentación, como son personas con discapacidad, indígenas, personas de la diversidad sexual y personas migrantes, también.

Creo que éste ha sido un gran avance y todas estas medidas, todas estas juntas tienen que ir obligatoriamente guardando el principio de paridad, estas son sentencias, estos son criterios que como les decía, cambian la realidad social en nuestro país.

Y bueno, por supuesto, las candidaturas de mujeres a las gubernaturas es otro criterio, otra sentencia, otra visión que también de manera conjunta se vio con el Instituto Nacional Electoral; las mujeres nunca más quedarán rezagadas en la competencia a estos cargos principales de las entidades federativas.

Se ha obligado a los partidos políticos que por lo menos en este proceso electoral de las 15 gubernaturas, siete sean para mujeres, y bueno, se avizoran entonces, no solo una mayor participación sino quiero así decretarlo una mayor presencia de mujeres gobernadoras en los próximos comicios, en las entidades federativas.

Así, el acceso a la justicia por parte de las mujeres en su diversidad y en sus dinámicas, aún más con fechas por las situaciones que vivimos a raíz también de la pandemia, es un compromiso central y real para el Tribunal Electoral, para avanzar en favorecer el acceso a la justicia de ellas.

Pero éste no es un deber solitario, por ello requerimos que las instituciones, organizaciones de la sociedad civil, la academia, los partidos políticos, las candidatas, los candidatos, todas y todos unamos los esfuerzos para empoderar a las mujeres con hechos, para darles las herramientas que sean contundentes, para que ellas puedan vivenciar el ejercicio de sus derechos político-electorales en este proceso electoral sin miedo, sin violencias, sin la sombra de la violencia que las ha llevado detrás de ellas por muchos años.

Debemos empezar por el irrenunciable deber de garantizarles a las mujeres el ejercicio de sus derechos, decidiendo y juzgando con perspectiva de género aún en los casos que pareciera referirse a otros temas que no sea tan claro identificar cuando se trata de un tema de violencias disfrazada, de micromachismos, lenguajes, formas e interpretaciones, constituyen este juego de espejos y actitudes donde la realidad debe corresponder a las apariencias.

Por ello, vale insistir en que, aún con los avances en múltiples órdenes, estos avances que ya hemos logrado, instituciones y todas las mujeres, hoy refrendemos este compromiso para consolidar y llegar a un proceso electoral con más mujeres participando, con más mujeres ganando, y con más mujeres ejerciendo sus derechos de manera plena y ejerciendo los cargos por los que están compitiendo.

Quiero cerrar esta participación diciéndoles que sí, hagamos de este 8 de marzo una fecha más para reafirmar y refrendar nuestro compromiso como personas y como instituciones, para lograr que nunca más una mujer tenga miedo a participar y a ejercer sus derechos político-electorales en México.

Muchísimas gracias, avancemos juntas y juntos.

Gracias a todas y a todos por su participación.

Presentadora: Muchas gracias, magistrada.

Para continuar y a petición de la doctora Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, transmitiremos el video que nos fue enviado para este acto inaugural.

(Reproducción de video)

Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero: Muy buenas tardes a todas y a todos.

Saludo con mucho aprecio al doctor Lorenzo Córdova, Presidente del Instituto Nacional Electoral, así también como a las y los consejeros de dicho Instituto.

No puedo sentirme más honrada y acompañarlos hoy 8 de marzo, día en que nuevamente celebramos el Día Internacional de la Mujer, para hablar del tema que es trascendental en la vida política y social de nuestro país, la igualdad.

Celebramos para recordar, para rendir homenaje, para traer al presente la memoria de tantas mujeres que nos antecedieron, y dejaron su empeño, su esfuerzo, sus sueños e incluso su vida para que nosotras y nosotros estemos aquí, con la posibilidad de ejercer nuestras libertades y nuestros derechos.

Al hablar de los derechos políticos electorales de las mujeres, en un día como hoy, debemos honrar sin duda la memoria de las mexicanas pioneras, las que participaron en el primer congreso feminista de 1916, en Yucatán o las que crearon el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer en 1935, a las que impulsaron, conferencias, organizaciones, grupos feministas que después de muchos años de lucha lograron el reconocimiento del derecho al voto para todas las mexicanas.

Mujeres admirables, como Hermila Galindo, como Elvia Carrillo Puerto, como tantas y tantas que, desde el anonimato, sin más afán que defender sus ideales y promover los derechos de las mujeres, iniciaron este largo proceso que ha significado el acceso de manera plena, ahora, ahora en paridad no solo en nuestros derechos, sino también a los cargos de elección popular y a lo de gobierno en el más alto nivel.

Gracias a la dedicación y perseverancia de muchas mujeres, en 2018 las mexicanas alcanzamos una representación casi paritaria en las dos cámaras federales, y gracias a la decisión de un Presidente comprometido con las mujeres, desde diciembre del 2018, tenemos paridad en el gabinete presidencial, un sueño hecho realidad.

Vuelvo a recordar que cuando una mujer ingresa a la política, esta mujer cambia, pero cuando muchas mujeres, decenas, centenas de mujeres, ingresamos a la política, la política cambia.

La paridad no es la panacea, pero es uno de los avances más importantes que las mujeres hemos conquistado en el ámbito de la vida política y electoral de México, desde el voto de 1953, son muchos años, toda una vida, para que una mujer en singular, pero son un suspiro en la vida de las mujeres, así dicho en plural.

Mi convicción y certeza es que en lo avanzado no hay marcha atrás, y en lo que viene menos. Vamos hacia adelante con todo el optimismo.

Acometamos las nuevas tareas que tenemos por delante, pasar de la paridad a la igualdad sustantiva, desterraremos del escenario de la vida política toda forma o manifestación de discriminación o violencia contra las mujeres en razón de género y, en general, cualquier agresión o violencia contra las mujeres.

En el INEGI, que nos acaba de dar y de informar que según los datos del 2020 somos 64.5 millones de mexicanas, niñas, adolescentes, adultas y adultas mayores, somos entonces el 51.2 de la población de nuestro país; y en 2018 representamos el 51.8 de la lista nominal de electores. Qué importantes somos para emitir nuestro voto.

Esas cifras nos muestran que las mujeres somos determinantes en todos los procesos electorales, en su organización y en su desarrollo, por eso no es aceptable que solo haya una mujer Gobernadora y un Jefa de Gobierno, y es que las mujeres en este momento, peor aún, ocupan solamente el 22 por ciento de las presidencias municipales.

De ahí que aplaudo la decisión del INE de emitir los lineamientos para que los partidos políticos garanticen el principio de paridad en las candidaturas a las gubernaturas en este proceso electoral.

Aplicaron directamente la Constitución sin mediar ley secundaria, mismos lineamientos que fueron confirmados por la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral.

Falta mucho camino por recorrer para eliminar la discriminación contra las mujeres en la vida política, para estar en verdadera igualdad de condiciones con los hombres al momento de decidir candidaturas.

Fíjense qué paradoja, qué enorme contradicción se mantiene aún en nuestra legislación electoral, mientras que la paridad en las candidaturas es obligatoria, para la capacitación y desarrollo de la participación de las mujeres, la ley sigue señalando como obligación de los partidos políticos destinar al menos un mísero tres por ciento, sí, un tres por ciento de su financiamiento ordinario, y algunos partidos ni eso cumplen.

Así que, me da mucha pena, pero la capacitación y desarrollo de la participación de la mujer prácticamente queda a medias, quedan aún rezagos y resabios de la cultura patriarcal en muchas leyes de México, incluidas, ¿por qué no decirlo?, las electorales.

Por eso hay que emprender juntos la misma tarea que hace lustros una destacada mexicana emprendió casi a solas limpiar las leyes de México de normas y expresiones discriminatorias hacia las mujeres.

Esa tarea la realizó María Lavalle Urbina, la primera Presidenta del Senado de la República en 1965.

Señoras y señores, en las últimas dos décadas hemos avanzado aceleradamente en la conquista y ejercicio de nuestros derechos político-electorales gracias, como decía yo, a los esfuerzos desarrollados por muchísimas mujeres a las que hoy expresamos nuestro agradecimiento y nuestro respeto.

Mujeres de todos los partidos políticos, mujeres sin partido, mujeres de todas las profesiones y trabajos, otras con apenas educación básica, otras más dedicadas a las labores de cuidados, mujeres todas, de diversas edades, de diversas condiciones sociales, pero en unidad, por una misma causa, ellas, nosotras, nosotras mismas.

Las acciones afirmativas desde siempre han sido la clave para no tener que esperar otros 50 o 60 años, para que nuestras hijas y nietas accedan a los derechos que les corresponden.

En la Primera Legislatura de la Paridad que ejerce en 2019, se aprobó la reforma que establece ese mismo principio en los gabinetes de gobierno federal y estatal; es la misma legislatura que el año pasado aprobó la reforma para erradicar la violencia política contra las mujeres.

Ahora, la tarea de mujeres y hombres libres, comprometidos con la igualdad sustantiva, es lograr que, en el proceso electoral de este año, el más grande de nuestra historia, todos esos avances se consoliden y expandan para que la realidad se corresponda con la norma, para que todos los actores políticos estén comprometidos con la igualdad entre mujeres y hombres.

Necesitamos seguir abriendo espacios para la participación de las mujeres en nuestra diversidad: las mujeres indígenas, las afromexicanas, las mujeres del campo, las mujeres que padecen marginación y pobreza, las mujeres trans, todos los derechos para todas las mujeres.

Las invito a que en este proceso electoral honremos nuestro compromiso personal e institucional, a favor de la igualdad entre mujeres y hombres.

Y la democracia no es solamente electoral, pero en las elecciones se decide quién gobierna, quién legisla, quién los representa, de ahí la enorme importancia del componente paritario, desde el Gobierno Federal refrendo el compromiso con el respeto irrestricto al voto popular.

Reitero que nuestras autoridades electorales contarán con el apoyo que requieran dentro del marco de nuestra constitución y de las leyes, seamos corresponsables, autoridades partidos políticos y sociedad, para que las elecciones se realicen en paz, con civilidad y con apego a la ley, para que el próximo domingo 6 de junio, el voto de las mujeres y de los hombres se ejerce en libertad y paz.

Por las mujeres este día, todos los días, hagamos que la igualdad sea un hecho, en México y en el mundo las mujeres estamos en el centro, dentro de la trasformación que así siga siendo.

Muchas gracias.

(Cortinilla)

Presentadora: Finalmente, damos el uso de la voz al doctor Lorenzo Córdova Vianello, a quien solicitamos amablemente que al término de su intervención realice la declaratoria inaugural de este foro.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchísimas gracias.

Muy buenos días, tardes, perdón, a todas y todos.

Saludo con mucho gusto a las y los asistentes a este foro, sobre los derechos políticos y electorales de las mujeres.

Agradezco el video que nos envió la Secretaria de Gobernación con su mensaje y lamento que no haya podido acompañarnos.

Agradezco la presencia de la maestra Mónica Soto, Magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación;, a la doctora María Fabiola Alanís Sámano, Comisionada Nacional para Prevenir, Erradicar la Violencia contra las Mujeres; a la maestra Cecilia Aguilar, directora en estadística, información y formación del Inmujeres; a mi compañera, la Consejera Carla Humphrey, Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del Instituto; a las consejeras Norma De La Cruz, Adriana Favela y Claudia Zavala.

También a los consejeros Uuc-kib Espadas y Martín Faz, así como a la doctora Elizabeth Correa, Titular de la Unidad de Género y No Discriminación del INE.

Saludo también a las legisladoras, especialistas a autoridades y activistas ciudadanas que participarán en este foro, en el que se habrá de discutir un tema crucial, cómo lograr el proceso electoral 2020-2021, se caracterice por ser un proceso con paridad y sin violencia política en contra de las mujeres.

Hoy en el marco del Día Internacional de la Mujer, desde el Instituto Nacional Electoral nos sumamos a la lucha de ellas por sus derechos y por el acceso pleno y equitativo a los espacios de decisión política, económica y social, y por una vida libre de violencia.

Es importante recordar que ambas agendas, la de la paridad y la de la prevención de la violencia política en contra de las mujeres y su combate, hasta su erradicación, no son temas nuevos en el Sistema Electoral Mexicano y en concreto para el Instituto Nacional Electoral.

Gracias a la iniciativa y empuje de varias generaciones de mujeres, México ha avanzado en la agenda de paridad entre los géneros y en eliminación en avanzar el combate en post de la eliminación de las muy diversas formas de discriminación y violencia que desafortunadamente han padecido y todavía siguen padeciendo de manera inaceptable las mexicanas.

Falta aún mucho por hacer, pero hoy gracias a las acciones afirmativas adoptadas durante décadas, hemos ido construyendo condiciones para una mejor y mayor participación de las mujeres en los procesos electorales para garantizar su acceso a los cargos públicos en condiciones de equidad con los hombres, y para impedir que se les discrimine, se les excluya o se les violente por el hecho de ser mujeres.

En el proceso electoral de 2018 adoptamos en el INE, con acompañamiento y respaldo del Tribunal Electoral, una serie de medidas que permitieron que hoy tengamos un Congreso paritario, con casi el mismo número de diputadas y senadoras que de legisladores varones, situación que se replica en no pocas legislaturas locales.

La Legislatura LXIV es reconocida como la Legislatura de la Paridad de Género, gracias a las medidas adoptadas en aquellos comicios para lograr una igualdad sustantiva o pasar, si se quiere, del mandato constitucional de paridad en las candidaturas, a una paridad en la representación efectiva. Medidas, por cierto, que fueron retomadas, muchas de ellas, en la reforma aprobada por dicha Legislatura, para ser obligatoria la conformación paritaria de gobiernos, poderes públicos, organismos autónomos y de todos los espacios de decisión en el ámbito político.

Esta Legislatura aprobó, además, reformas a la ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia y a una decena de leyes más para tipifica la violencia política contra las mujeres en razón de género, prevenirla, sancionarla y avanzar hacia su erradicación.

Derivado de estas dos reformas, el Instituto Nacional Electoral ha aprobado una serie de acuerdos y lineamientos para garantizar, primero, que no haya retrocesos en la elección de mujeres y hombre por igual, es decir, en la paridad, en los casi 21 mil cargos públicos que habrán de renovarse en estos comicios, no hay que olvidar la ruta de la democracia, puede, eventualmente, implicar retrocesos, y lo mismo en la ruta de la búsqueda de la paridad, por eso hay que prevenir que esos retrocesos no se den en este proceso electoral, y que el mismo se consolide como un escalón más, un paso más en la construcción de un México igualitario.

En segundo lugar, se establecieron acuerdos y lineamientos para prevenir y castigar la violencia política en el proceso electoral en curso.

Gracias a la iniciativa de nuestras consejeras electorales y a la participación de asociaciones y colectivas de mujeres, y con el acompañamiento, hay que decirlo, de los consejeros electorales del Instituto, se han aprobado, de cara al proceso electoral más grande de la historia, una serie de acuerdos y lineamientos apuntalados por el Tribunal Electoral, que establece la obligación de los partidos de conformar listas paritarias de candidatas y candidatos a la Cámara de Diputados, y de postular, al menos, siete mujeres a las 15 gubernaturas que habrán de elegirse.

Asimismo, hemos adoptado mecanismos como el Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género, o bien, el compromiso tres de tres que se exige a quienes se registren en busca de una candidatura, que buscan impedir la postulación de personas sentenciadas por abuso sexual, acoso, o bien, por ser deudores incumplidos de pensión alimentaria.

También hemos creado mecanismos para facilitar la denuncia de las mujeres en contra de los violentadores, y las bases para un procedimiento especial sancionador, expedito, sumarísimo para poder atender los casos de denuncias por violencia política contra las mujeres.

Sin embargo, hoy quiero aprovechar este espacio inaugural para reiterar que la responsabilidad de postular a candidatos sin denuncia de acoso o abuso recae inicial y primordialmente, no lo olvidemos, en los partidos políticos.

Otorgar o no un registro a un candidato es una facultad que ejercemos los institutos electorales, ya sea el nacional o los estatales conforme a nuestras atribuciones legales, pero la responsabilidad de llevar a los cargos públicos a personas honorables y libres de acusaciones graves es de los partidos políticos que los hacen candidatos.

La lucha contra la violencia política contra las mujeres debe ser vista como una política de Estado y que sea apropiada por la sociedad; es una lucha que nos involucra a todas y todos, y que implica en consecuencia responsabilidades colectivas, que solo si son ejercidas a cabalidad por todas y todos, nos permitirán cerrar la puerta de esa violencia, que desnaturaliza y erosiona la democracia.

El proceso electoral más grande y más completo de la historia de nuestra democracia puede ser también, y debemos aspirar a que así ocurra, el proceso más incluyente, paritario y libre de violencia contra las mujeres.

Por eso, vuelvo a insistir, es una responsabilidad de todas y todos, de distintos actores en el ámbito de sus respectivas esferas de competencia para luchar en contra de este flagelo.

En el INE, por nuestra parte, estamos empeñadas y empeñados para que esa aspiración de paridad y de contienda política libre de violencia contra las mujeres, efectivamente, se cumpla.

Estoy seguro, en ese sentido, de que en este Foro se harán aportaciones muy importantes para avanzar hacia ese objetivo y estamos atentas y atentos para retroalimentarnos de lo que aquí se discuta para poder llevarlo a decisiones que, desde el Consejo General, desde los distintos ámbitos de decisión del Instituto puedan hacerlos avanzar en ese objetivo.

De tal manera, es para mí un honor declarar inaugurado el Foro Derechos políticos y electorales de las mujeres, hacia un Proceso Electoral 2020-2021 con paridad y sin violencia política contra las mujeres.

Que sea el bien para las mujeres y también de nuestra democracia.

Muchísimas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, Consejero Presidente.

Gracias a quienes inauguraron este Foro, y gracias a quienes también nos han acompañado.

A quienes siguen esta transmisión, les informamos que en breve daremos paso al (Falla de Transmisión) titulado Mujeres y participación política. Experiencias, aprendizajes y retos.

Vamos a hacer una breve pausa y regresamos.

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