Versión estenográfica de la Mesa 1 Sistema de partidos y pluralismo, Conmemoración 30 aniversario IFE-INE

Escrito por: INE
Tema: 30 años del INE

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA MESA 1 SISTEMA DE PARTIDOS Y PLURALISMO, EN EL MARCO DEL EVENTO DE CONMEMORACIÓN 30 ANIVERSARIO IFE-INE, REALIZADA DE MANERA VIRTUAL

Presentadora: Muy buenas tardes.

Agradecemos a las personas que siguen la transmisión de las mesas temáticas con motivo del 30 aniversario del Instituto Nacional Electoral.

Recuerden que pueden consultar el programa en la página web www.ine.mx.

En este momento daremos inicio a la mesa Sistema de Partidos y Pluralismo, para lo cual contamos con la presencia de Carlos Ferrer Silva, Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, quien participa como moderador y a quien damos la palabra. 

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias, Julieta.

Muy buenas tardes. 

Saludo con mucho gusto a quienes siguen virtualmente este espacio y doy la bienvenida a Soledad Loaeza, a Leonardo Valdés, a Ivonne Melgar y a Ciro Murayama, quienes nos acompañan en esta mesa de diálogo y reflexión, titulada “Sistema de Partidos y Pluralismo”, en el marco de la conmemoración de los 30 años del Instituto Federal Electoral, ahora Instituto Nacional Electoral.

Como ven, el tema que nos convoca el día de hoy es, permítanme decirlo, complejo, profundo y, desde luego, básico para quienes creemos que la democracia se funda, construye y fortalece con la participación de grupos y fuerzas que legítimamente abanderan causas distintas y antagónicas entre sí, y naturalmente sobre la base de la coexistencia pacífica de las diferencias reconocidas y protegidas por la ley.

Pero no soy yo a quien toca comentar este tema, sino a las personas expertas que hoy nos acompañan, quienes además han sido y son protagonistas directos del funcionamiento y consolidación de nuestro Instituto en estos 30 años, desde distintas trincheras y desde distintas miradas. 

Dicho eso, voy a hacer una brevísima reseña de quienes nos acompañan el día de hoy. 

La doctora María Soledad Loaeza Tovar, es licenciada en Relaciones Internacionales, doctora en Ciencias Políticas, catedrática, investigadora, escritora, escritora, historiadora y académica mexicana. 

Se ha especializado en el estudio del proceso de democratización y las transformaciones de la sociedad en México. 

Ha impartido clases en el Colegio de México, la Universidad Iberoamericana, el ITAM, la Universidad Autónoma de Metropolitana, Unidad Iztapalapa; en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Por otra parte, ha impartido cursos en institutos y universidades de Reino Unido, España, Estados Unidos y Francia. 

Desde 1987 ha sido miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. 

Desde 1990 ha sido miembro de la International Political Science Association, llegando a ser miembro del Comité Ejecutivo de 1991 a 1997.

Desde 2005 ha sido miembro de la American Political Science Association. 

Es investigadora y profesora en el Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México. Ha sido investigadora visitante en el Instituto de Estudios Políticos de París, en la Universidad de Oxford, en el Radcliffe Institute Advanced Study de la Universidad de Harvard y en el Instituto Kellogg de la Universidad de Notre Dame. 

Es investigadora a nivel 3 por el Sistema Nacional de Investigadores. 

El doctor Leonardo Antonio Valdés Zurita, es doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. 

Desde 1993 es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Sus líneas de investigación han sido sistemas electorales, comportamiento electoral, partidos políticos y sistema de partidos. 

Es miembro de diversas asociaciones científicas, fue Presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales durante dos periodos consecutivos. 

Fue profesor titular de tiempo completo en el Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. 

Ha impartido cursos de grado y de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Escuela Nacional de Antropología e Historia, la Universidad de Connecticut, la facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México, el Instituto MORA, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Autónoma de Querétaro.

La licenciada Ivonne Melgar Nava se graduó por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM como Licenciada en Ciencias de la Comunicación con honores, con la tesis “De las cenizas a los escombros”, reportaje sobre la guerra civil salvadoreña.

Ha ejercido como reportera del periódico “Unomásuno”, donde obtuvo el premio nacional sobre reportaje, y del periódico “Reforma” cubriendo la fuente Presidencial. Actualmente es reportera de “Excélsior” donde cubre la fuente del Poder Legislativo, además de ser columnista y colaboradora en “Imagen Radio” y “Cadenatres Canal 28”.

Finalmente, el doctor Ciro Murayama Rendón, es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México; Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid.

En la Administración Pública ha prestado sus servicios como Coordinador Ejecutivo de Investigación en el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República; fue Asesor del Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg y Miembro del Comité Técnico de Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), de los Procesos Electorales Federales 2008-2009 y 2011-2012; es Profesor Titular Nivel A en la Facultad de Economía de la UNAM; es Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 1; es Miembro de Número de la Academia Mexicana de Economía Política e Integrante de la Junta de Gobierno del Instituto de Estudios para la Transición Democrática.

Es autor de los libros: La economía mexicana a 15 años del TLCAN; Fundación alternativa, Madrid 2010; La economía política de la educación superior en México y El financiamiento público a la educación superior en México.

Es coautor de los libros: Las determinantes sociales de la salud en México y Elecciones, dinero y corrupción.

Con esta brevísima reseña termino de presentar a quienes nos acompañan.

Y a continuación, les doy el uso de la palabra hasta por 15 minutos, empezando con Soledad Loaeza.

Por favor.

Soledad Loaeza: Muy bien.

Pues muchas gracias, muchas felicidades al INE por su cumpleaños, creo que hay que festejar esta fecha porque ha sido una institución importante, muy importante para México, y creo que es de reconocer el trabajo que han hecho tanto cuando era IFE como ahora que es INE.

Entonces, muchas felicidades, “estás son las mañanitas que cantaba el Rey David”.

Me han pedido que comparta con ustedes algunas reflexiones a propósito, yo entendí de, no tanto de la situación actual sino de estos 30 años y del sistema de partidos y del pluralismo del mexicano.

Y escribí un texto que se llama “fragmentos”. Y la palabra fragmentos para mí evoca una cierta melancolía, y es justamente la intención que tuve al elegir esa palabra para compartir con ustedes algunas reflexiones a propósito de cómo veo este proceso que queríamos que fuera pluralismo y que desafortunadamente ha desembocado en una fragmentación, que poco tiene que ver con el pluralismo que esperábamos construir.

Y me puse a escribir este texto pensando, tratando de entender qué fue lo que pasó, por qué hace 30 años cuando se iniciaron las… se aceleró el reformismo político en México, descubríamos con gran entusiasmo la posibilidad de que la pluralidad social se cristalizara en una pluralidad política y que esa pluralidad política es la que nos debía de haber llegado y la que nos llegó al desmantelamiento de la hegemonía del PRI; vimos la riqueza de esta pluralidad y sobre todo entendimos que para que México sea un país mejor gobernado necesitan todas esas fuerzas políticas estar representadas y se necesita que también participen.

Desafortunadamente, llamo “fragmentos” a mi presentación porque ahora miro a mi alrededor y n veo más que fragmentos, fragmentos de los partidos políticos, fragmentos de las fuerzas políticas, fragmentos de los proyectos que hubo, fragmentos por todas partes pedacería.

Los partidos políticos en este momento hay 10 que van a participar en la elección del año que entra, pero al menos dos de los más importantes que son el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática son partidos que están muy peleados entre sí y en un estado, en una situación de fragilidad realmente sorprende, y lo miro con melancolía, no nada más porque desafortunadamente mi juicio es muy negativo, muy pesimista, lo miro con melancolía porque estamos volviendo a una situación que ya conocemos, que es la de la fragmentación de las oposiciones, que lo que permite es la consagración y la presencia, la permanencia de una sola fuerza política en el poder.

Esta situación no es nueva, creo que en 30 años los partidos han fallado en México, y no le voy a echar, no hago responsable de esta situación al señor Presidente, a pesar de que el señor Presidente ha expresado de muchas maneras su hostilidad hacia los partidos políticos, e incluso al suyo propio.

Es una hostilidad que me sorprende y que me llama la atención porque lo hace bastante atípico.

Normalmente los presidentes, una vez pasado los procesos electorales, hacen llamados a la reconciliación porque superada la competencia por el monto, es el momento de gobernar y necesita ser presidente de todos los gobernados, de todos los ciudadanos y tenemos en cambio un presidente que se le nota cierto desgano a gobernar, aquellos que no piensan como él, aquellos que no son de MORENA, y eso me resulta muy extraño porque al mismo tiempo él no cree en los partidos, pero no utiliza, no tiene el mismo argumento que ha tenido muchos otros líderes que tampoco confían en los partidos.

Uno de los argumentos en contra de los partidos es que los partidos dividen a la nación, ese argumento no lo ha utilizado el Presidente para nada, yo imagino que parte del supuesto de que, ya dividida la nación, pero no tiene tampoco ningún interés por reconciliarla, pero en fin.

Lo que quiero decir es que no hago al Presidente responsable de esta experiencia fallida, lo que veo yo como una experiencia fallida de pluralismo y me pregunto si la responsabilidad está en los partidos, únicamente, o también está en los ciudadanos.

Se ha hecho todo tipo de reformas y de cambios en la legislación electoral con el propósito de garantizar la participación, garantizar la representación y, sin embargo, los partidos son acaban de cuajar.

No sólo eso, parecería que los partidos recibieran la participación electoral del voto como un golpe a mansalva y no han sabido qué hacer con esa participación.

Si nosotros miramos en este momento, bueno, decía yo hace unos momentos, que hay 10 partidos que van a participar en la elección del año que entra.

De esos 10 partidos realmente algunas organizaciones no parecen tener la estructura ni la catadura de un partido político.

Yo no entiendo muy bien las decisiones que tomó el INE en relación con algunas solicitudes que se presentaron, pero me da la impresión de que en este momento tenemos un sistema de partidos, no lo llamaría yo un sistema, es una situación transitoria a mi manera de ver, tenemos una oposición fragmentada, fragmentación que está siendo, además, favorecida y propiciada por el propio gobierno y en ese sentido, estamos de regreso en la estrategia que tenía el PRI, de dividir a la oposición.

Entonces, es un sistema de partidos en transición que no sé en qué dirección va a ir, pero necesita la, necesita una buen sacudida, que no sé tampoco de dónde va a venir.

Los partidos han perdido identidad ideológica, el PRI, el PAN, MORENA, no se sabe muy bien a bien dónde están parados, algunos morenistas dicen que son un partido de izquierda, sin embargo, las posiciones que sostienen en diferentes temas son más cercanas a las posiciones, por ejemplo, que tendría el Presidente Trump. Entonces, me cuesta mucho trabajo identificarlo como un partido de izquierda.

Yo creo que, en este momento, los partidos en México están atravesando por una situación complicada, muy similar a las que atraviesan otros partidos… en otras partes del mundo.

La crisis de los partidos mexicanos no es una exclusiva mexicana, se presenta en otras partes, en otros países y hay quien sostiene, que lo que pasa es que la época de los partidos políticos ya pasó a la historia y que en adelante va a haber, no sabemos bien qué, pero movilizaciones seguramente, movilizaciones electorales limitadas y a partir de estas movilizaciones la elección de gobernantes, pero sin una estructura permanente de apoyo, puede ser.

Pero, de todas maneras, a mí me sigue costando trabajo pensar cómo vamos a organizar el voto si no hay partidos.

Los partidos van a ser necesarios para organizar el voto, absolutamente, pero necesitamos estructuras permanentes. Esa una pregunta que habría que hacerse.

¿Necesitamos partidos de masas como los que hubo históricamente o nada más van a ser partidos de ciudadanos que se movilizan para el voto exclusivamente?

Históricamente, los partidos tienen diferentes orígenes, pero la época de los partidos de masas ha sido ya superada y esos no creo que vuelvan a organizarse, son partidos totalmente ad hoc lo que van a aparecer vinculados con movilizaciones amplias y que van a formarse únicamente en función de una elección y desaparecer después.

Pero, entonces, ¿qué va a pasar con el Poder Legislativo?, ¿cómo se van a organizar los representantes de esas fuerzas políticas en el Poder Legislativo?

Habría muchas preguntas que hacerse y qué plantearse si es que, efectivamente, los partidos van a desaparecer.

Yo me pregunto ahora, cómo ven los líderes de los partidos, bueno, de los que fueron los partidos, cómo ven su propia trayectoria en los últimos 30 años.

Si uno mira las noticias a propósito del Partido Acción Nacional o a propósito del PRD, incluso, a propósito del PRI. No deja de sorprender que, prácticamente, todas estas organizaciones tienen conflictos internos que no han logrado resolver.

Y el gobernador panista en conflicto con el Congreso panista, el diputado panista en conflicto con el gobernador panista, el perredista, o sea, internamente los partidos están muy destruidos y muy fragilizados.

Esa situación de fragilidad y de, diría yo, de fractura tiene que ver con que han perdido identidad ideológica, tiene que ver con la política presidencial, tiene que ver con el ascenso del populismo, que es un desafío al que no han podido responder. No lo sé. 

Lo que sí sé es que, las fórmulas populistas son completamente cortoplacistas, no tienen una vida larga.

Entonces, su hostilidad, su visión negativa de las instituciones se explica porque son cortoplacistas pero no han encontrado la manera de permanecer.

Esas instituciones que algunas rechazan ahora tanto lo que son los partidos, son absolutamente indispensables para el gobierno, para el buen gobierno y para la representación, para organizar la representación y la participación.

No se han encontrado sustitutos de esos partidos, pero nuevamente me pregunto, ¿qué tipo de estructura tiene que tener?, ¿van a ser como los partidos liberales del siglo XIX, porque partidos de masas creo que va a ser un poco delicado, ya no hay sindicatos, ya no hay grandes organizaciones de masas que son las que apoyaban a los partidos.

El pluralismo mexicano como lo vivimos en los últimos 30 años, lo vivimos atendiendo a la evolución del concepto de democracia.

Ese concepto cambió, pasó de ser la democracia una experiencia de la mayoría y mayoría de 50 por ciento más uno a una visión pluralista, es decir, muchas minorías que es otra manera de entender la democracia, y en México la llegamos a entender de esa manera, entonces nuevamente me pregunto a quién podemos hacer responsable de que nuestra experiencia pluralista no haya funcionado como gustábamos, como deseábamos, como esperábamos.

Los partidos no respondieron, no supieron levantar el desafío, los líderes partidistas se equivocaron, es una cuestión histórica, es la tradición y no me gustan esas respuestas de ninguna manera, son las circunstancias, creo que tiene que ver también con nuestra gran dificultad para entender el papel de la oposición en la democracia y creo que esa dificultad que tenemos para entender el papel de las oposiciones, o de la oposición en la democracia nos ha lastrado nuestra experiencia democrática y nuestra experiencia pluralista.

Yo quisiera regalarle un gran pastel de crema con fresas al INE el día de su cumpleaños, entendido como un diagnostico mucho más optimista que el que estoy dando, pero no puedo evitar ver las cosas desde una perspectiva bastante obscura, y creo que hay que reconocer el esfuerzo enorme que ha hecho el IFE y el INE, hicieron las dos instituciones por educarnos, por educarnos cívicamente y lo lograron, pero a medias, entonces ahora nos enfrentamos a una situación en la que el pluralismo, yo ya lo considero una experiencia fallida y esa fragmentación a la que nos enfrentamos no es muy prometedora para el futuro de las instituciones electorales y del gobierno democrático en México.

Muchas gracias.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias, Soledad Loaeza.

Con su mirada melancólica con el fragmento de la oposición y el rol que deben de jugar o no jugar en democracia con la experiencia fallida del pluralismo y con la crisis global de los partidos políticos que de su perspectiva se vive actualmente, cerramos su primera participación y ahora abrimos la participación hasta por 15 minutos de Leonardo Valdés, por favor,

Leonardo Valdés Zurita: Muy buenas tardes.

Muchas gracias por la invitación y me sumo a la felicitación al INE a su antecesor, el Instituto Federal Electoral, a todos los que laboran o han laborado en esta gran institución que mucho ha aportado para la construcción de la democracia en nuestro país.

Yo a diferencia de Soledad no me voy a detener solo en los últimos 30 años, preparé una presentación que voy a poner ahora en la pantalla con el objeto de hacer una revisión de los sistemas de partidos que hemos tenido en México durante los últimos 100 años, o sea, en el México post revolucionario.

Me voy a ir muy rápido porque tengo poco tiempo. 

Desde que se aprobó la Constitución de 1917, hemos tenido 28 elecciones presidenciales, en el Siglo XX y en el Siglo XXI, hemos tenido una gran cantidad de reformas político-electorales y han estado vigentes también una gran cantidad de leyes electorales, ahora no una ley electoral, un conjunto de leyes electorales. 

Esa historia debemos contarla o analizarla, yo creo que es válido las dos cosas, hay que contarla, hay que contarla con mucho cuidado, es una historia muy rica. 

Yo propongo en esta presentación, hacer un análisis, una reconstrucción analítica de esta historia del pluralismo y del sistema de partidos en nuestro país.

De los enfoques que ahí expongo, que la verdad los tres me gustan mucho, yo tomo el de Giovanni Sartori, la tipología de los sistemas de partidos, que parte de la diferenciación entre competencia y competitividad, competencia en las reglas del juego por el poder político, de la lucha por el poder político, la competitividad, el estado de juego después de que se compite por el poder político. 

Nosotros tuvimos un sistema de partido hegemónico, según Sartori, hasta los años 70 del siglo pasado, y de ahí se abrieron varias posibilidades. 

La primera fue que las reglas de la competencia se fueron estableciendo como reglas más equitativas y dejamos en consecuencia atrás ese arreglo hegemónico donde las reglas de la competencia no eran equitativas, para entrar a un escenario en el que se podía haber constituido un sistema de partido predominante, un partido muy fuerte, rodeado de partidos muy débiles. 

Incluso en algún momento alguien pensó que podríamos ir hacia el bipartidismo, dos partidos que se alternan en el poder, rodeados de otros partidos con menor fuerza. 

Creo que llegamos a la estación de construir un pluralismo moderado, con más de tres partidos importantes, pero menos de cinco, menos de seis partidos. 

Y estuvimos en riesgo de llegar a una situación de pluralismo polarizado. 

Yo a diferencia de lo que hace Sartori en su tipología, mido el número de partidos con una medida que se usa mucho en ciencia política, que es el número efectivo de partidos y el nivel de competitividad en las elecciones a partir del margen de victoria.

El primero se calcula dividiendo a la unidad por la sumatoria de la proporción de votos obtenidos por cada una de las opciones que se encuentran en la boleta electoral, el margen de victoria es la diferencia proporcional entre el primero y el segundo lugar. 

Bien, aquí están los resultados ordenados, por los sistemas de partidos que yo propongo hemos tenido en nuestra historia. Primero fue un sistema evidentemente caudillista, en donde teníamos un partido político importante, donde los márgenes de victoria estaban arriba de los 90 puntos porcentuales, en la elección de 28, hasta 100 puntos porcentuales cuando no se presentó ningún candidato de oposición frente a la reelección de Álvaro Obregón. 

Voy rápido para no detenerme en la historia. 

Después entramos a una etapa de formación del sistema hegemónico, a partir de los años 40 y hasta que se logró que los miembros de la familia revolucionaria no salieran del partido en el gobierno para presentar sus candidaturas por otros partidos, pero seguíamos con un solamente un partido efectivo y con márgenes de victoria muy holgados.

Se formó el sistema hegemónico que funcionó a partir del principio de los años sesenta y llegó a su momento culminante en el 76, curiosamente, porque se presentó un solo candidato presidencial, el Partido Acción Nacional entró en una crisis, no logró postular candidato presidencial.

Los otros partidos que eran solamente dos se adhirieron como era su costumbre, a la candidatura del candidato del Partido Revolucionario Institucional y tuvimos un solo partido competitivo, con un margen de historia del 100 por ciento.

En el 88 ese sistema entró en crisis, básicamente, porque se rompió la unidad del partido hegemónico, la unidad del partido en el poder y llegamos ya a tener por primera vez, un índice de números de partidos competitivos superior al 2 y solamente poco menos de 20 puntos porcentuales de diferencia entre el primero y el segundo partido.

Se implantó el pluralismo en nuestra sociedad a partir de la elección de 94 y yo diría, estamos todavía más o menos en eso a pesar de la nueva reconcentración de las preferencias políticas que se dio en 2018.

Hemos tenido ya más de tres partidos competitivos en elecciones presidenciales, también en elecciones legislativas y los márgenes de victoria se han reducido significativamente con la salvedad de lo que sucedió en 2018.

Aquí una perspectiva analítica de justo lo que sucedió en 2018, la coalición “Juntos haremos historia” con un poco más del 53 por ciento de la votación, se llevó el 100 por ciento de los cargos que estaban en disputa, en la Presidencia de la República es un sistema de mayoría relativa uninominal como se elige a nuestro Presidente.

Con el 62 por ciento se llevó 306 de los 500 diputados, con el 55 por ciento se llevó 70 de los 128 senadores, con el 55 por ciento de los votos se llevó 5 de las gubernaturas, de las 9 gubernaturas que estuvieron en juego en 2018.

Con el aproximadamente 50 por ciento de la votación se llevó 506 de las 972 diputaciones locales, el 50 por ciento del total de las que estuvieron en disputa y sólo 355 presidencias municipales de las 1,614 que estuvieron en disputa, sólo el 22 por ciento del total de los cargos que a ese nivel estuvieron en disputa. Sobre eso voy a referir un poco hacia el final de mi intervención.

¿Qué fue lo que pasó? 

Esta encuesta de salida de Mitofsky me ayuda a tratar de explicar qué fue lo que pasó en 2018.

Esa encuesta de salida, no se le está preguntando a las personas por quién piensan votar, se le está preguntando a las personas, por quién votaron y tiene continuidad, la misma casa encuestadora con el mismo método de selección de las mesas de votación, en 2000, 2006, 2012, 2018.

Independientemente de los números para cada una de estas elecciones, la respuesta a la pregunta “¿cuándo decidió usted su voto?” se puede ordenar en dos grandes conjuntos, aquellos que siempre votan igual o decidieron su voto durante el año, desde hace un año, se pueden llamar los standpatter, los que siempre votan igual; y “switchers” se le puede llamar a aquellos que deciden su voto durante la campaña, la última semana, o incluso el día de la Jornada Electoral. 

Como ven ustedes, traíamos una tradición.

En promedio, dos tercios de nuestros votantes decían que habían decidido su voto con mucha anticipación, seguramente eran los identificados emocionalmente con algún partido político, los que estaban orientados para votar por ese partido político.

Y los cambiantes eran nada más un tercio en promedio, del total de los votantes en nuestro país. Eso se invirtió en 2018. 

La conducta de nuestros votantes cambió significativa, que redujo a un tercio nada más el de los votantes que deciden su voto con mucha anticipación, creció a dos tercios el total de votantes que deciden su voto en el calor de la contienda electoral o el mismo día de la Jornada Electoral. 

¿Qué tenemos en términos de nuestro sistema de partidos? Creo que fortaleces (…) formar un sistema de partidos competitivo, se ha incrementado la participación de los ciudadanos, la alternancia es una posibilidad política, ése es uno de los elementos importantes para definir a una democracia. 

Y tenemos relativa estabilidad institucional en términos de las estructuras de toma de decisión en nuestra República federal. 

Hay, sin embargo, debilidades, hay un desencanto democrático, hay un déficit de la cultura cívica, hay una creciente fragmentación como bien lo refiere Soledad Loaeza, en el voto con una, yo diría, quizá repentina y transitoria concentración en la última elección, pero también hay riesgos para la gobernabilidad democrática. 

Decía yo cuando presentaba los resultados del 88, perdón, del 2018, que ese 22 por ciento del triunfo de la coalición gobernante en las presidencias municipales, es un dato que hay que tomar muy en cuenta; y hay que tomarlo muy en cuenta porque creo yo que ahí en la lucha más local, en la lucha por las municipalidades, por los ayuntamientos, se expresa una faceta de los partidos y del sistema de partidos que no hemos estudiado y que no conocemos a cabalidad. 

No está de moda hablar bien de los partidos políticos, pero cuando uno voltea la mirada a lo que sucede en esas elecciones muy locales, en las elecciones de presidentes municipales, lo que nos encontramos es que ahí la parte sociológica, la parte social de la estructura de los partidos políticos está viva, está vigente, está funcionando y, en la medida en la que esa parte está viva es posible que se rescate el pluralismo político que hemos logrado constituir en este país.

Ahí mi correo por si hay preguntas o comentarios, con mucho gusto responderé.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a Leonardo Valdés, quien nos ha ofrecido un panorama histórico, analítico de las elecciones, del sistema de partidos, del pluralismo a partir de 1994 y de lo que el cuestiona como tsunami, avalancha o terremoto en 2018, explicando qué pasó, así como destacando las fortalezas y debilidades del sistema de partidos.

Dicho eso, a continuación, le ceso el uso de la palabra, hasta por 15 minutos, a Ivonne Melgar.

Por favor, Ivonne.

Ivonne Melgar: Muchísimas gracias, Carlos Ferrer.

Gracias a cada una de las consejeras, gracias a cada uno de los consejeros, gracias, Ciro Murayama, gracias Presidente Lorenzo Córdova, gracias al INE por esta espléndida oportunidad de celebrar con ustedes hoy el 30 aniversario de esta institución tan valiosa.

Aunque estaba cantado por las encuestas que ya entonces acompañaban la cobertura periodística de las elecciones, esa noche del domingo 6 de julio de 1997 los reporteros sentíamos que al fin había llegado nuestra fecha política del antes y el después, la incertidumbre y la tensión en el entonces Distrito Federal se centró en el triunfo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas como primer Jefe de Gobierno electo.

Pero en lo personal, me tocó en suerte la nota de cómo iba a quedar el Congreso, y fue una asignación que me dejó fuera de la algarabía de la redacción de Reforma, en un tiempo en el que entre las concentraciones cotidianas de los reporteros el domingo electoral era el gran día, desplazando la experiencia inmediata de unos años atrás cuando el gran día era la convocatoria de todos los integrantes de una redacción a seguir frente a un televisor al fondo del salón y nuestra máquina Olivetti el informe Presidencial, salvo los compañeros que cubrían las actividades de Los Pinos y del Congreso.

Confieso que no había aquilatado la trascendencia de mi encomienda hasta que las emociones de ir conociendo los detalles en el Instituto Federal Electoral se concretaron en ese momento de comenzar a teclear las palabras, que como diría Sándor Márai, “una vez pronunciadas, cobran vida”.

Y sí, la nota era inevitablemente histórica, la Cámara de Diputados no solo inauguraba su rol de contrapeso del Ejecutivo Federal, sino que también sería un contrapeso plural. Y así lo consignó Reforma en su primera plana del 7 de julio de 1977, “Pierde PRI mayoría”, el balazo, como le llamamos al enunciado que enmarca el título de la nota, decía: “Gobernará PRD el Distrito Federal, vence el PAN en Nuevo León”.

Es una portada inmensamente hermosa, que también daba detalles de cómo quedarían los 300 curules de mayoría con la cabeza reparten la Cámara en tres. Y un corte de las cifras a las 2:00 de la madrugada de ese 7 de julio, 140 para el PRI, 87 para el PAN y 73 para el PRD.

Con el nombre de la nueva época, Octavio Paz hacía, en esa primera plana, reflexiones tan premonitorias como vigentes. Leo el primer párrafo: “La Jornada Electoral del 6 de julio representa, quizá, una nueva época de la historia de México”. 

Subrayo la palabra quizá porque el porvenir es imprevisible por definición, hemos dado un paso decisivo, pero aún nos falta mucho para andar y nos aguardan muchos problemas, todo depende de nuestra capacidad para continuar con perseverancia, recordemos que la democracia no es solo una teoría, sino una práctica. Eso escribió Octavio Paz, 

El poeta felicitaba la eficacia y la imparcialidad del INE y advertía el recurso que nos queda a los ciudadanos es la crítica, quitemos ejercerla con valentía, pero también con moderación, solo la crítica puede limitar los extravíos de un poder embriagado de sí mismo y eso leímos en esa edición de reforma en la que nuestras notas hechas al alimón con Jorge Camargo en la página tres de la sección nacional, consignaban que según el cómputo de la madrugada, la oposición tendría en la Cámara el 54.5 por ciento de los votos y en el Senado el 55 por ciento, destacando en este caso algunos nombres de los protagonistas de la oposición, Amalia García, Enrique González Pedrero, Rosal Albina Garavito, Carlos Payán, Ricardo García Cervantes, Ana Rosa Payán.

Y los de la bancada priista con el 35 por ciento de la representación, Esteban Moctezuma, Elba Esther Gordillo, Beatriz Paredes.

La nota tenía un subrayado, Adolfo Aguilar Zínser sería senador por el Partido Verde, en forma de “L” invertida, las dos notas de la página quedaron acompañadas por una imagen entrañable, sentado en la herradura de la democracia su presidente José Woldenberg que atendía de pie algún comentario del consejero Alonso Luján; personajes que nos eran familiares porque los habíamos seguido en el debate académico y es que antes nos tocó atestiguar con libreta de reportera en mano, llegada de los universitarios al plano electoral en los partidos y en el límite, como estudiante y en mis pininos periodísticos, tuve la suerte de seguir en la UNAM el movimiento del C.U. y su consecuente congreso universitario, donde se gestó una experiencia de diálogo y de acuerdos institucionales que visibilizaron nuestra pujante pluralidad.

De esos capítulos de intensa vida política universitaria, habíamos registrado las reflexiones en pro de la democracia y de los espacios que la honraran en voz de académicos a los que íbamos a pedir, literal, a sus cubículos en C.U. una entrevista, José Woldenberg, Arnaldo Córdova, Rolando Cordera, la maestra Jacqueline Peschard.

La gente de la Universidad Autónoma Metropolitana también era nuestra gente informativa, el Secretario General del INE Edmundo Jacobo lo sabe, tenían un excelente equipo de comunicación que siempre lograba que reporteros de todos los medios llegáramos hasta sus recónditos campus de Iztapalapa, Xochimilco y Azcapotzalco para recoger la mirada de los observadores sociales de aquel momento, fue ahí, en esos escenarios de la universidad pública que registramos a los actores que como el doctor Leonardo Valdés, después protagonizarían nuestro arbitraje electoral ciudadano.

Con ese IFE se había comenzado a normalizar el hecho de que las noticias electorales se confirmaban en las instancias electorales porque a los de mi generación nos tocó ocho años atrás la inaugural confirmación de un triunfo opositor cuando 48 horas después del domingo electoral del 2 de julio de 1989, el dirigente del PRI, Luis Donaldo Colosio reconocía que las tendencias de los resultados indicaban que el candidato el PAN Ernesto Ruffo había triunfado en Baja California.

En la mesa de redacción del periódico Uno más Uno, donde hacía tareas de corrección sobre notas escritas a máquina, en hojas revolución con dos copias de papel carbón, seguí la escena en que el subdirector Gonzalo Martínez Maestre, al frente del equipo, soltó de la silla incrédulo cuando el señor Carlos Narváez leyó en voz alta las primeras líneas de aquella noticia que los obligaría a altas horas de noche a cambiar el esquema de la portada.

Era la antesala de los 90, los años en que aprendimos a cubrir la pluralidad, su defensa y despliegue.

Por eso la primera legislatura del contrapeso derivada de esas elecciones, de julio de 1997, se convirtió en fuente de información para los temas que antes se alimentaban únicamente de los discursos oficiales de las secretarías, sus funcionarios y de los estudiosos y expertos.

Fue el caso con los asuntos educativos y la definición del presupuesto para programa sociales, el debate de la salud reproductiva, el derecho a decidir, el combate a la pobreza sin clientelismos, los derechos humanos como agenda planetaria a la violencia intrafamiliar, el reclamo de las cuotas de género, entre una larga lista de asuntos públicos que hicieron del Congreso y de los partidos políticos, un territorio de pluralidad activa.

Y vinieron más domingos de taquicardia periodística.

El emblemático 2 de julio del año 2000 y la primera alternancia en la Presidencia de la República y las sucesivas y normalizadas alternancias en las gubernaturas con énfasis en el reconocimiento de la pluralidad y la diversidad étnica, la deuda con los pueblos originarios y la agenda que el EZLN había colocado en el centro del debate político y público, la de desigualdad y la marginación.

Y sin embargo, este repaso me permitió constatar un malestar que ya antes habíamos lamentado entre colegas y que en medio del proceso en que se hicieron rutinarios los prometidos blindajes electorales de los programas gubernamentales, las vedas de la propaganda, los observadores, el voto en el extranjero y la construcción de un andamiaje institucional que le diera sustento a la rendición de cuentas y al derecho a la información de los quehaceres gubernamentales, perdimos la pregunta que alguna vez en esos primeros años de la alternancia era, periodísticamente hablando, una obsesión de nuestras diversas pobrezas asuntos que la democracia podría resolver.

Porque hace 20 años los reporteros que buscábamos darle respuesta a esa interrogante por la vía de nuestras coberturas estábamos muy entusiasmados con la ilusión de que las consecuencias de la pluralidad política también se expresarían frente a la desigualdad.

Muy pronto, la pobreza como tema periodístico dejó de importar, la pobreza no vende resumió algún editor, pero en realidad era que el tema no estaba en la preocupación ni en la ocupación de una pluralidad política que se empantanaría en el prolongado conflicto post electoral de 2006 y en la agenda de la violencia y el crimen organizado.

Para la siguiente alternancia, la de 2012, la incertidumbre democrática era ya una experiencia dosificada gracias a las rutinarias encuestas, la velocidad del PREP y la información en tiempo real que nos había expulsado del cobijo cotidiano de las redacciones para convertirnos en itinerantes reporteros multimedia.

En lo particular, como reportera y columnista del periódico Excélsior, al que me incorporé para su relanzamiento desde 2006, experimenté el tránsito en este oficio con butaca a veces en primera fila para dar seguimiento a los personajes del poder, experimenté el tránsito de la Presidencia de la República a San Lázaro, donde más temprano que tarde, la pluralidad se impuso a la pretensión de una unanimidad ficticia, con el procesamiento cupular legislativo del Pacto por México. 

Porque más allá de los discursos oficiales y de las reformas estructurales, indudablemente avaladas con los votos de representantes democráticamente electos, en la conversación parlamentaria de tierra, en los pasillos, en las conferencias de prensa, los chacaleos y el quehacer cotidiano de los diputados, emergieron dos fenómenos que en 2018 adquirirían la competencia, adquirirían perdón, la legitimidad de las urnas, por un lado, la competencia por los expedientes de corrupción, el trueque por su silenciamiento y su uso como poderosa arma electoral; y por otro, el aglutinamiento de políticos del PRD, Partido del Trabajo, Encuentro Social y Partido Verde, y del PRI, en torno a lo que se autoproclamaría como la Cuarta Transformación, abanderada por el ahora Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA.

Es demasiado pronto para juzgar si esa nueva mayoría partidista habrá de sofocar la pluralidad que hizo posible su existencia.

Es demasiado, lo cierto, es que ahora coexisten episodios como la transparente designación, este año, de cuatro consejeros electorales mediante un mecanismo ya institucionalizado que la pluralidad propició para garantizar el carácter autónomo de este Instituto, coexiste, digo, con la aprobación, por ejemplo, recientemente, del presupuesto para 2021, que a los parlamentarios decanos se les recordó el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando el paquete económico salía de San Lázaro, tal como lo quería el Ejecutivo. 

Un tiempo lejano a la alternancia, al arbitraje electoral ciudadano y al contrapeso legislativo, elementos que dieron paso a los bienes que hoy alertan tanto la oposición como voces diversas, se encuentran en riesgo, el fortalecimiento del federalismo y de los derechos que dieron paso a organismos autónomos constitucionales como el INAI y el INE. 

Solo los votos del 2021, 2024, 2027, 2030, determinarán la configuración de nuestra pluralidad, que más allá de hegemonías legislativas y narrativas hegemónicas, se encuentra acreditada en sus representantes populares de diversas condiciones sociales, escolares, étnicas, con bancadas magisteriales y decenas, cientos de políticos que ya portaron más de tres logos partidistas en su biografía. 

Y si bien es demasiado pronto para contestar las interrogantes sobre la pluralidad política y partidista con las que ahora celebramos el 30 aniversario de este Instituto Electoral, quiero dejar aquí con ustedes una:

¿Puede una sociedad darse el lujo de defenestrar su pluralidad?, ¿o es que esta pluralidad merece ser cuestionada en tanto no sepa deslindarse de sus frutos adversos como la corrupción normalizada y la normalización de la desigualdad?

Independientemente de las respuestas, contamos con una agenda activa y vigente de derechos y bienes colectivos, derivados de esa pluralidad que casi todas las fuerzas partidistas reivindican en sus ofertas electorales.

Es un trecho enorme que no puede desandarse y que es territorio compartido por una legislatura que auto nombró “De la Paridad de Género” y por miles de ciudadanos que reclaman de diferentes maneras y desde diversos frentes, la defensa de sus derechos políticos y por quienes hoy estamos aquí celebrando las tres décadas de nuestro arbitraje electoral y el privilegio que hemos tenido de contarlo.

Así que, gracias por su atención y muchas felicidades a todas y a todos los que lo hicieron posible. Buenas tardes.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias, a Ivonne Melgar, quien nos ha compartido un testimonio vivo del trabajo de campo y de lo que se vive entre las cuatro paredes de las oficinas también del periodismo en momentos claves de la historia política reciente mexicana, frente a temas también de la más alta relevancia como la desigualdad y la pobreza y los derechos de los mexicanos y las mexicanas.

Ahora, cedo el uso de la palabra hasta por 15 minutos, al doctor Ciro Murayama.

Por favor, Ciro.

Consejero Electoral del INE, Ciro Murayama Rendón: Gracias, maestro Ferrer.

Pues, muy buenas tardes tengan todos ustedes, en primer lugar, a mis compañeras y compañeros de panel, a la doctora Loaeza, a Ivonne Melgar, al doctor Leonardo Valdés y, por supuesto, a nuestro moderador, Carlos Ferrer.

Yo quisiera centrar mi intervención en un balance de lo que ha sido la conformación del Congreso en estos 30 años de vida del INE, vamos a recordar que, justamente, el IFE es producto de un reclamo democratizador frente a normas e instituciones que fueron incapaces de procesar la diversidad política expresada en las urnas en aquella elección de 1988, que nos llevó a una crisis política de la cual se fue saliendo gracias a un esfuerzo de política, con mayúsculas, de diálogo, de construcción legal e institucional que derivó en el Instituto que hoy celebramos.

En 1988 tuvimos una elección donde se sabe, pues era la Comisión Federal Electoral la que organizó los comicios, pero hasta entonces una de las características fuertes del sistema de partido hegemónico era, justamente, la ausencia real de contrapesos de poder, la división de poderes entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, pues era una división sobre la Constitución, en efecto, pero en los hechos se trataba de papel mojado.

Si bien la pluralidad había empezado a expresarse en el Congreso desde, a partir de la reforma de 1977, cuando se dio la apertura política, pudo inscribirse el Partido Comunista y distintas fuerzas políticas fueron llegando a la arena electoral y representándose a través de los llamados diputados de partido.

Lo cierto es que me voy a permitir compartir algunos datos, pues, el partido en el gobierno, el partido del Presidente tenía, allá cuando nació el IFE hace 30 años, la mayoría de la Cámara de Diputados, que además tenía una mayoría muy importante porque recordemos que entonces la elección presidencial se calificaba en el colegio electoral de la Cámara de Diputados, de tal manera que los actores eran juez y parte.

Podemos ver como el PRI tuvo un porcentaje de votos que le permitió en el 88 hacerse de la mayoría de los curules, el 91 tuvo una recuperación electoral importante, en 94 si bien apenas sobrepaso la mitad de los votos, se hizo con 60 por ciento de los espacios en la Cámara de Diputados y podemos apreciar cómo a partir del 97, este episodio tan bien narrado por Ivonne Melgar, pues justamente empieza a darse los hechos la división de poderes cuando el legislativo, del legislativo frente al ejecutivo cuando el Presidente y su partido, entonces, el Presidente Cedillo pierde en el control de la Cámara de Diputados al obtener el 39 por ciento de los votos y poco menos del 48 por ciento de los asientos en la Cámara.

Después tenemos aquí pues es la expresión de cómo la pluralidad ha ido avanzando y en ningún momento desde haya, de mediados de los años 90 la sociedad le ha dado a una fuerza política o coalición más de la mitad de los votos, es decir, el mandato de las urnas ha sido construir contrapesos legislativos al Poder Ejecutivo, eso pasó con presidentes del PRI, con los dos presidentes del PAN; Vicente Fox en las dos elecciones en las que se renovó la Cámara, no tuvo la mayoría, lo mismo ocurrió con Felipe Calderón, lo mismo ocurrió con Enrique Peña Nieto y en 2018, tuvimos una situación peculiar, es que si bien la coalición Juntas Haremos Historia tuvo menos del 44 por ciento de los votos, le fue asignado el 61.6 por ciento de los diputados.

Y eso a pesar de que el artículo 54 constitucional prohíbe la sobrerrepresentación en más de ocho por ciento, pero la existencia de coaliciones permitió esto porque a las coaliciones no se les ha aplicado la verificación del límite de sobrerrepresentación del ocho por ciento, un asunto que por cierto pues está en la opinión pública y yo creo que el INE debería de abordar pronto, ahora que ni siquiera hay coaliciones conformadas.

Ahora, permítanme mostrarles mejor con gráficas que con tablas, lo que ha sido el número efectivo de partidos existente y el índice de, el número efectivo de partidos, tanto en asientos, que es esta línea que va aquí abajo como el partido votados pues nos dice cuántos partidos hay, se están formando parte del sistema de partidos y lo que vemos es que a partir de los 90, hay un incremento en el número efectivo de partidos y éste es un indicador que nos puede estar señalando la fragmentación o concentración de partidos; fragmentación, un tema al que la doctora Loaeza y el propio doctor Valdés han hecho referencia.

Como podemos ver, lo que tenemos es un crecimiento en el número efectivo de partidos contendientes, más allá de cuántos están registrados y, a la vez, lo que podemos apreciar en esta gráfica es está ligera tendencia al alza, y miren ustedes una cosa relevante, en 2015 se da la mayor fragmentación, incluso más que en 2018.

Y por el otro lado tenemos el índice de Gallagher, que lo que mide es la diferencia entre la proporción de votos y la proporción de asientos, esto al cuadrado para que las mayores diferencias se noten más, y lo que podemos ver es que al principio no había mucha diferencia porque el PRI tenía el cincuenta y tantos por ciento de los votos, el cincuenta y tantos por ciento de los diputados y después, en algunos momentos como el 94 donde tuvo el 50 por ciento de los votos pero el 60 por ciento de los legisladores se da este fenómeno de ampliación de la sub y sobrerrepresentación, es decir, una distorsión en la conformación de la Cámara de la voluntad popular, que se va corrigiendo.

Se vuelve a disparar en 2006 cuando dos fuerzas políticas, la coalición encabezada por el PRD, y el PAN, por otro lado, se disputan prácticamente a partes iguales el voto en la elección Presidencial, pero esto tuvo su reflejo en la conformación del Congreso y eso hizo que otros partidos como el PRI al tener menos triunfos de mayoría relativa estuvieran subrepresentados.

Esto se vuelve a corregir y en 2018 se vuelve a disparar el índice de Gallagher, es decir, no estamos traduciendo bien votos en escaños, si bien el voto se respeta y se cuenta muy bien, el mecanismo de traducción en la conformación del Congreso incluso ha empeorado en una perspectiva histórica de 30 años.

Por otro lado, el Congreso, en lo que hace a la Cámara Alta, también ha tenido una serie de cambios importantes que aquí podemos ver cómo, fíjense ustedes, al principio del análisis de estos 30 años, allá en 88, si bien había tres partidos votados al Senado, solo uno era representado, ¿por qué? Recordarán ustedes que quien ganaba una entidad federativa se llevaba los senadores correspondientes a esa entidad. Aquí solo hubo, en 88, de oposición los diputados del entonces Distrito Federal y de Michoacán. Un partido representado, aunque había tres en votos.

Esto ha ido mejorando conforme se fueron introduciendo cambios en el sistema de conformación del Senado, y hoy, como ustedes saben, ya se asegura que la primera minoría o el segundo partido o coalición más votado tenga la representación de un senador por entidad, mientras que quien gana tiene tres senadores por entidad, y aparte hay una lista de 32 senadores de representación proporcional nacional.

Esto ha permitido que se vaya incrementando el número de partidos votados al Senado y con asientos en el Senado, andamos en cuatro partidos y lo que ha disminuido de manera dramática, para bien, es el índice de Gallagher; es decir, se ha disminuido la sub y la sobrerrepresentación en el Senado de la República.

Entonces, la historia de estos 30 años nos está diciendo que la sociedad mexicana no ha cejado en su expresión pluralista, y ése yo creo que es el dato duro de estos 30 años, México es una sociedad denotadamente plural, así se expresa en las elecciones, estos datos con una metodología que es muy conocida en la Ciencia Política, muy familiar para quienes la estudian, pues nos demuestra cómo, los indicadores nos señalan que a pesar del triunfo de 2018, tan elocuente y tan importante del Presidente de la República con el 53 por ciento de los votos, eso lejos está de alcanzar los niveles de votación y de representación que tenía el PRI, por ejemplo, todavía a inicios de los años 90. 

Es decir, los datos nos demuestran que la sociedad votando no ha construido un nuevo partido hegemónico, que la sociedad mexicana se decanta por el pluralismo y a la vez el análisis nos permite ver que tenemos un problema en la traducción de esa pluralidad, en la representación formal, siguiendo a Carlos Pereira, pues la democracia siempre es formal, pluralista y justamente parte del trabajo básico de un sistema electoral es darle formalidad, reflejar en la representación formal, la pluralidad política real de la sociedad. 

A mí me parece que a lo largo de estas tres décadas, México ha tenido un parlamento cada vez más relevante, más expresivo de esa pluralidad, durante 21 años, de 1997 a 2018, los presidentes tuvieron que enfrentar un Congreso de la Unión, sin mayorías, y hoy no es que la votación popular haya construido una mayoría congresual, fue el hecho de que no se aplicara un test de sobrerrepresentación, que insisto, la Constitución limita en ocho por ciento, lo que permitió que el 56 por ciento de los electores que no votaron por la coalición gobernante, tuvieran sin embargo esa mayoría, 56 por ciento de electores, que incluso es mayor al 53 por ciento que tuvo el Presidente. 

El 56 por ciento de los ciudadanos votó por un contrapeso desde la Cámara de Diputados, y ese 56 por ciento se volvió 38 por ciento de escaños, es decir, la mayoría electoral se volvió minoría parlamentaria, y viceversa, quienes obtuvieron menos de la mitad de los votos, el 44 por ciento, los partidos de la coalición “Juntos Haremos Historia”, tuvieron el 61.6 por ciento de los diputados. 

Esa es la magnitud de la distorsión de la voluntad. 

Incluso si revisamos el Presidente de la República tuvo 30 millones de votos, pero su coalición al Congreso tuvo 25 millones de votos.

¿Eso qué quiere decir? Que 5 millones de electores que dijeron al Presidente, usted debe de llegar a Palacio Nacional tiene nuestro apoyo, pero debe de gobernar con un Congreso que sea su contrapeso. Es ese el mandato de las urnas, ese fue el mandato de las urnas en 2018 y, sin embargo, la no verificación de la sobre representación de las coaliciones permitió que 44 por ciento de los votos acabara siendo 61.6 por ciento de los asientos de la Cámara de Diputados, es decir, una sobre representación que, prácticamente, duplicó el límite de 8 por ciento que permite el artículo 54, fracción 5 de la Constitución y me parece que ese es un asunto, pues, que hay que resolver.

Yo soy de la idea de que se debería de resolver antes de que formen las coaliciones, porque, y con esto termino, el Tribunal Electoral cuando ha analizado este asunto en 2015 y 2018, dice: “Las coaliciones por sí mismas no implican en automático la vulneración del límite de 8 por ciento de sobre representación” y en eso yo estoy de acuerdo. 

No se trata de combatir ni de prohibir las coaliciones, son un derecho de los partidos. Ese derecho debe ser ejercido si así lo desean, pero el Tribunal también dijo: el INE, la autoridad administrativa en el momento de adoptar el acuerdo para asignar diputados de representación proporcional debe de verificar que se ajuste ese acuerdo al parámetro constitucional del 8 por ciento.

Yo creo que es mejor hacerlo antes de que inicien el registro de coaliciones y de que sepamos quienes se van a coaligar para hacerlo con mayor, todavía mayor imparcialidad y dar certeza a todos los actores políticos sino va a ser un tema, pues, que necesariamente se va a volver a discutir, como ocurrió en 2015 y 2018, al hacer la asignación de diputados.

En suma, México es una sociedad denodadamente plural y esa pluralidad, esa diversidad política no merece ser distorsionada en su expresión parlamentaria. 

Muchas gracias.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva:  Muchas gracias, al doctor Ciro Murayama, quien nos ha ofrecido un análisis sobre la conformación del Congreso en las últimas décadas y sostiene que la pluralidad ha ido avanzando y los contrapesos afianzándose a partir de los votos de la ciudadanía y lanza algunos cuestionamientos y desafíos, particularmente, que tienen que ver con la sobre representación legislativa que se desviaría del mandato constitucional, pero, sobre todo, de la voluntad ciudadana depositada de las urnas y eso tiene que ver con la traducción de votos a escaños reales y genuinos y ahí él lanza un reto y un desafío a la institución política mexicana.

Con eso cerramos la ronda de intervenciones y ahora, se abre una segunda ronda también hasta de 15 minutos para que ustedes hagan comentarios finales, quien desea hacerlo, por supuesto.

Les voy a leer algunos comentarios que ha mandado el público que nos sigue a través de redes sociales.

Consejero Electoral del INE, Ciro Murayama Rendón: Perdón, 15 en total ¿verdad, Carlos?

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer SilvaSon 15 en total, efectivamente.

Consejero Electoral del INE, Ciro Murayama RendónUnos 4 minutitos cada quien.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Exactamente.

Como ustedes deseen participar, son libres de hacerlo en estos 15 minutos.

Les leo solamente algunos comentarios que ha mandado el público.

Elsa Arteaga dice que muy interesante las diferentes formas en que los ponentes exponen los hechos desde sus trincheras.

Aurora Vázquez: “Excelente crónica de Ivonne Melgar”.

Adriana León: “Felicitaciones, 30 años INE”.

Raquel Adriana Ferreiro: “Excelente, saludos desde Nieves, Zacatecas”.

Pues básicamente son mensajes de felicitación por las exposiciones.

Ahora sí, 15 minutos repartidos entre todos, son libres, por favor, de participar.

Les escuchamos.

Soledad Loaeza: Yo quisiera responder en cierta forma, no responder porque no fue una, no es para entablar una controversia muy intensa, a Ivonne, a Ciro, e incluso a Leonardo que son bastante más optimistas que yo en relación con el futuro.

Tienen razón y tienen razón porque, efectivamente, el ánimo participativo de los mexicanos no ha declinado y creo eso es muy importante, y es muy importante en consecuencia defender el voto y defender la participación electoral, porque creo que eso es lo único que nos va a ayudar a resolver los dilemas que enfrentamos y es lo único que puede reanimar las organizaciones políticas.

Yo lo que veo es que, como acaba de decir Ciro, uno, la sociedad mexicana es plural, sí, eso es cierto; y dos, la sociedad mexicana quiere participar políticamente.

Y lo ve uno en los movimientos de oposición que se están organizando en este momento, que no es, que están al margen de los partidos, son movimientos que llaman a votar. Eso me parece muy interesante.

No están apelando a ningún otro tipo de mecanismo ni de participación extraparlamentaria, llaman a votar y están preparando a los ciudadanos para la votación del 21.

Entonces, matizo mi pesimismo.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a Soledad por este matiz y este optimismo renovado a partir de las intervenciones de Ciro Murayama, Leonardo Valdés, Ivonne Melgar.

¿Quién más desea participar?

Leonardo Valdés Zurita: Ocupo mis cuatro minutos celebrando este matiz, mi querida amiga, colega, Soledad Loaeza, porque creo que tiene toda la razón.

Esta institución, está llamada de defender el voto de los ciudadanos y a buscar que la pluralidad que existe en la sociedad se exprese en las instituciones de gobierno.

Creo que el análisis que nos compartió Ciro de la desviación, llamémoslo así, de la representación quizá producido a partir de la elección de 2018, que tiene sus antecedentes elecciones anteriores, pero que lo que muestra es una grave deficiencia de arquitectura institucional para decirlo muy claramente, de la fórmula de integración de la Cámara de Diputados y también, quizá, del Senado de la República. 

Pero no voy a detener en el caso del Senado de la República, creo que estamos en la oportunidad, ya no será posible antes de 2021, pero inmediatamente después de la Elección de 21 hay que discutir en serio y con mucha responsabilidad una modificación a la institución para reequilibrar la representación de mayoría y la representación proporcional.

Se ha hablado de disminuir diputados de representación proporcional, creo que sería mejor disminuir diputados de mayoría relativa para que la mitad de los diputados sean electos por el principio de mayoría y la otra mitad por el principio de representación proporcional y como sucede en otros países, la distribución tenga como objeto, la distribución de los de representación proporcional tenga por objeto igualar el porcentaje de representación de cada partido con su porcentaje de votación con la votación obtenida.

Hay experiencias internacionales que así lo hacen y creo que en México tenemos ya que entrar a esa discusión con mucha seriedad para tener, efectivamente, un mejor mecanismo de representación de la pluralidad en nuestras instituciones de gobierno.

¡Felicidades al INE por su aniversario!

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias, a Leonardo Valdés.

Por favor, Ivonne, el micrófono es tuyo.

Ivonne Melgar: Gracias. Gracias a todos.

Yo creo que, maestra Soledad Loaeza, no se sienta mal, creo que su pesimismo nos ayuda mucho porque si hay muchas franjas y muchos comportamientos que se ven iluminados por su reflexión sobre por qué muchas aspiraciones que teníamos con esta pluralidad no se han concretado y, en particular, yo diría, que la de falta de demócratas, o sea, es muy evidente nuestro ADN a entregarnos a visiones que resuelvan por la vía de liderazgo único y frente a ese se cede a la deliberación, a la ponderación y a la definición de acuerdos y de situaciones que tengan que ver con la participación democrática de todos.

Yo lo observo día con día en San Lázaro, en la Cámara de Diputados, que es el privilegio que tengo como termómetro, pero creo, justamente, por eso que la discusión que ha introducido el consejero Ciro Murayama y otros ahora en el INE, es muy importante, revisar la sobre representación sí, porque yo tuve la experiencia contrastante de venir de cubrir 10 años Presidencia y después ir a la experiencia legislativa, y realmente es muy superflua, a veces superficial e inflada la pretensión de que la narrativa la trae el Ejecutivo, aun ahí cuando sea un Ejecutivo tan querido socialmente y con tanto respaldo político y social, como lo es el actual Presidente López Obrador.

Pero hay dos siempre como dos discursos y es muy difícil para nosotros como reporteros, informadores, dar cuenta de la riqueza y del debate que hay a veces en un legislativo que ahora se pretende contar con redes sociales, tik tok, no sé historias que, para nosotros, pues, nada más nos quitan a veces mucho tiempo para poder profundizar, pero, bueno, ahí están y es la realidad.

Pero, particularmente la experiencia que yo tuve en la legislatura del Pacto fue muy impresionante, porque mientras los discursos hegemónicos del ejecutivo federal y de las cúpulas partidistas era de que habíamos hecho un gran logro con estas reformas estructurales que, sin duda, eran importantes y tenían el aval, lo que escuchábamos abajo con los legisladores, era que se estaba pudriendo el sistema política, que apestaba la corrupción en Veracruz, que apestaba la corrupción en Chihuahua, que apestaba la corrupción en el Estado de México, es decir, siempre hay una conversación que al final emerge y que los discursos hegemónicos no pueden sofocar.

Y creo que en ese sentido la discusión de la sobrerrepresentación es muy importante y relevante, el problema es que nos cuesta mucho aterrizarla porque tenemos que estar batallando con las anécdotas y con las historias del día a día que son al final cortinas de humo.

Yo solo quiero dar un ejemplo de cómo esta dicotomía del discurso “todo está perfecto”, se rompe con la realidad. 

En la Cámara de Diputados, hoy por hoy, el bloque legislativo hegemónico, tiene muy aceitada su narrativa de que las cosas van perfecto y que el pasado es apestosísimo y, por lo tanto, cualquier cosa que sale mal es justificable porque el paso estuvo pésimo. 

Eso siempre en la defensa de las iniciativas, los debates, el presupuesto. 

Pero hay una práctica que en los días de la sana distancia se ha suspendido, pero que es muy ilustrativa, yo le llamo el minuto del pataleo, porque al final de las sesiones los diputados tienen la oportunidad de contar cómo van las cosas en sus circunscripciones, en sus estados.

Y es impresionante cómo los mismos legisladores que horas atrás habían exaltado que todo está perfecto, nos cuentan verdaderas tragedias de ingobernabilidad, de falta de reglas, de cómo los pescadores están sufriendo de inadmisión frente a intereses privados que el propio Gobierno Federal defiende, de cómo la inseguridad hace presa a comunidades donde no llega el estado en una presencia de la seguridad. 

Por eso yo creo que este debate y esta semana es espectacularmente importante para todos nosotros, porque podemos hacernos presentes y escuchar muchas visiones, y celebrar, por supuesto, pero siempre las celebraciones, para que sean mejor, pues deben tener esta parte de reconocimiento de lo que nos hace falta y yo por eso agradezco doblemente el privilegio de haber estado hoy aquí. 

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias. 

Por favor. 

Consejero Electoral del INE, Ciro Murayama Rendón: Quisiera apuntar que el pesimismo de la doctora Loaeza tiene muchos nutrientes, objetivos y reales, y precisamente, no solo en México, sino creo que hay una ola de desdemocratización en el mundo, a la que no podemos ignorar. 

Y buena parte de esa ola de desdemocratización, tiene que ver con la insatisfacción en la democracia que se empieza a volver insatisfacción con la democracia. 

Por qué la gente va a estar satisfecha con un sistema en el cual no está mejorando sus condiciones de vida, se está atemperando la pobreza, la desigualdad, por el contrario, está creciendo la violencia, la inseguridad, y la corrupción no ceja, y su pariente cercano, la impunidad. 

Pero precisamente, porque todos esos malestares objetivos ahí están, yo creo que hay que apostar a la esencia de la democracia que es división de poderes, que es representación de la pluralidad y no castigar a la pluralidad en nombre de quien sabe qué causa superior, nada más superior que los derechos de la ciudanía, y si bien los derechos sociales en México son una asignatura pendiente, pues no los vamos a resolver, si sacrificamos lo que hemos avanzado en materia de derechos políticos. 

Una cosa que decía Leonardo y tiene toda la razón, es que el tema de la sobrerrepresentación se había dado antes de 2018, de hecho, se dio en 2012 de manera apenas imperceptible y por eso quizá no lo discutimos, si nosotros vemos la integración de la Cámara en 2012, la coalición del PRI y del Verde tuvo 40 por ciento de votos, 48.2 por ciento de representantes, de diputados, o sea, un 0.2 por ciento más arriba del ocho por ciento.

En 2015 la coalición PRI-Verde tuvo 40.3 por ciento de los votos y el 50 por ciento de los diputados, es decir, un 9.7 por ciento más, 1.7 de rebase al límite constitucional.

Y ya decíamos, en 2018 la coalición Juntos Haremos Historia fue prácticamente el doble.

Es decir, esto ha beneficiado al PRI, al Verde, en otro momento a MORENA, por lo cual, yo quiero decir abiertamente que esto no tiene destinatario, para los que dicen “es que es una medida contra un partido”, no, el único destinatario que tiene esta medida es el respeto a la pluralidad.

Y yo estoy de acuerdo con Leonardo, con Ivonne, ojalá podamos avanzar en una reforma constitucional posterior, a un modelo donde se acaba toda sobrerrepresentación y los 200 diputados de representación proporcional sirvan para compensar las distorsiones de la mayoría relativa, y quien tenga 20 por ciento de los votos, tenga 20 por ciento de diputados, si tuviste 30 por ciento de los votos, 30 por ciento de diputados, y sí el 55 por ciento o 60 por ciento de los electores te dio su apoyo, pues tengas el 55 o el 60 por ciento de los diputados, pero no construir mayorías infladas, mayorías artificiales.

¿Sería deseable esa reforma? Sí, pero para quitar el ocho por ciento de sobrerrepresentación; pero hoy, sin cambiar la Constitución, se debe hacer valer que la sobrerrepresentación no vaya más allá del ocho por ciento, y eso es posible porque la Constitución mandata a no distorsionar la votación, hay quien dice: “es que eso es para los partidos no para las coaliciones”, por favor, la Ley de Partidos no dice que el financiamiento ilegal es el financiamiento Paco, el financiamiento anónimo de los partidos, ¿a poco si forman una coalición entonces sí pueden recibir ese financiamiento?, pues obvio que no.

Es decir, hay múltiples reglas que la ley refiere a los partidos y se entiende que la tienen que observar también cuando se alían, sin poner en riesgo sus derechos como partido coaligados, sin impedir las alianzas electorales, pero sin permitir que por crear una coalición entonces las obligaciones constitucionales ya no te apliquen.

Defendamos el pluralismo que es la esencia de la democracia.

Para mí ha sido un lujo estar con Ivonne, con Soledad y con Leonardo.

Carlos, muchísimas gracias.

Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a ustedes, a Soledad Loaeza, a Leonardo Valdés, a Ciro Murayama, desde luego a las personas que han seguido este espacio que ha sido, desde luego, muy interesante, en el que nos han compartido sus perspectivas, sus reflexiones, sus críticas y sus desafíos, que es lo más importante.

Yo, finalmente, quiero invitar a la ciudadanía a que continúe con este programa de 30 años del IFE, ahora INE, hoy mañana y pasado se van a llevar a cabo mesas como ésta de diálogo, de reflexión, faltan 12 mesas más, entonces les invito cordialmente a que las sigan.

Y, además, el día 10 de diciembre se va a presentar un documental del INE 30 años a las 18:00 horas, les invito a que lo sigan a través del canal del INE en YouTube.

Yo con esto me despido, ha sido un honor compartir la mesa con ustedes y poder moderar sus intervenciones. 

Les agradezco mucho, que tengan muy buena tarde. 

Presentadora: Agradecemos a quienes integraron esta mesa, gracias también a quienes siguen esta transmisión. 

Les recordamos que pueden consultar el programa de estas jornadas en la página www.ine.mx, y a las 04:00 de la tarde en punto les esperamos en la Mesa “Evolución de las autoridades electorales”.

Que tengan muy buenas tardes. 

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