Intervención de Lorenzo Córdova, en la Primera Reunión Plenaria de legisladoras y legisladores del PRD

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

 


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA “PRIMERA REUNIÓN PLENARIA DE LEGISLADORAS Y LEGISLADORES DEL PRD. PANEL 1: LA AUTONOMÍA INSTITUCIONAL EN EL SISTEMA CONSTITUCIONAL MEXICANO”, REALIZADO EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA

 

…la invitación, la gentil invitación para participar en esta plenaria.

Para la autoridad electoral, como siempre lo hemos sostenido, la colaboración con el trabajo legislativo es fundamental, desde el arranque del año pasado, le enviamos, le envié una carta al Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, por ende, del Congreso de la Unión, señalando la disposición del propio Instituto Nacional Electoral para poner al servicio del trabajo legislativo, de no sólo la infraestructura, sino la información técnica que sea necesaria, particularmente cuando esto implique la eventualidad de alguna revisión de las propias normas electorales.

Quiero reiterarlo aquí, quiero agradecer de manera muy particular la invitación de los coordinadores de las bancadas del PRD en el Congreso de la Unión, a la diputada Verónica Juárez, al senador Miguel Ángel Mancera por la invitación.

Comentar que es parte del rol de la autoridad electoral en esta lógica de acompañamiento del trabajo legislativo.  Gracias por la invitación pues de esta plenaria que antecede o menciono solamente la invitación también de otros grupos parlamentarios que han hecho al propio instituto en esta lógica de colaboración entre órganos del Estado Mexicano.

Como decimos en el INE y nos gusta decir, somos un órgano constitucional autónomo, somos muy celosos de nuestra autonomía, la hemos defendido y la seguiremos defendiendo, pero una cosa es la autonomía y otra cosa es la autarquía. Somos un órgano del Estado Mexicano y es nuestra obligación la colaboración con las distintas instancias constitucionales, tanto gubernamentales como legislativas a nivel federal y a nivel local.

Yo quisiera, si ustedes me permiten, en obvio hay tiempo, bueno, y antes, quiero ofrecer una disculpa, estamos justamente en un proceso de aprobación del presupuesto del Instituto Nacional Electoral para el año 2020, somos el único órgano del Estado Mexicano que tiene que aprobar su presupuesto en sesión pública.

El próximo miércoles el Consejo General aprobará el él mismo, para remitirlo a la Secretaría de Hacienda, para que así incorpore en sus términos al presupuesto que se presentará al Congreso de la Unión, y justo hoy, de acuerdo con nuestras normas, tiene que aprobar el presupuesto la Junta General Ejecutiva, que es un órgano que también presido.

Entonces, quisiera, de entrada, ofrecerles una disculpa, poco después de la presentación voy a tener que retirarme, pero reitero, desde ahora, e insisto, toda la colaboración del Instituto para poder brindar para el trabajo legislativo, toda la información que sea requerida.

Yo quisiera, si ustedes me permiten, hacer una muy breve, muy somera reflexión, a propósito del quinto aniversario de la Constitución a partir de la reforma de 2014 del sistema nacional de elecciones. ¿Cómo nos ha ido, cómo estamos y hacia dónde tendría, desde el punto de vista de la autoridad electoral, avanzar?

La primera, me ayudan cambiando. Exacto.

El primer punto que quisiera comentar con ustedes es lo que ha hecho el Instituto Nacional Electoral en su nuevo rol, ya no como lo era el IFE de organizador exclusivo de las elecciones federales y nada más, sino adicionalmente ahora, que cada vez que hay una elección local, sea la que sea, sea incluso una elección extraordinaria, hay un involucramiento del propio instituto nacional electoral dado que ahora es el órgano encargado a nivel nacional de realizar la capacitación, la selección de los funcionarios de casilla, la capacitación de los mismos, la instalación de las propias casillas, etcétera, etcétera, etcétera, en esta lógica entreverada que en el ámbito local nos obliga a coordinarnos de manera muy puntual con los Organismos Públicos Locales en las entidades federativas.

Creo que esto es importante, insisto, para poder poner de entrada sobre la mesa una primera conclusión: La reforma de 2014 estableció un sistema nacional electoral muy complejo de instrumentar, pero que luego de cinco años ha demostrado no solamente su viabilidad, sino incluso, me atrevería a decir, su pertenencia. Claro que, en abstracto podría ser un sistema mucho más sencillo, pero yo no sé si México está listo para un sistema electoral sencillo.

Finalmente, recuerden que, todas las normas, la complejidad, los procedimientos, incluso la misma institución, la institucionalidad electoral responde a una serie de demandas que a lo largo del tiempo fueron articulando, encausando la transición democrática, y fueron resolviendo una serie de problemas en los últimos 40 años que eran necesidades indispensables de solventar para poder avanzar en clave democratizadora.

En un primer momento hace 40 años, el problema fundamental era el problema de la apertura y de la inclusión.

En un segundo momento el establecer las condiciones, los procedimientos y las instituciones que garantizaran que el voto pues se ejerciera de manera libre y que efectivamente contara.

En un tercer momento importantísimo de nuestra transición a la democracia, la construcción de las condiciones de equidad en la competencia.

Y finalmente, con la última reforma, la de 2014, la estandarización u homogenización de los criterios, procedimientos e instituciones para hacer que la calidad de las elecciones federales se impactara en las elecciones locales.

Bueno, esto ha traído como consecuencia, y este es un primer punto, es decir, el sistema electoral funciona y como brevemente quiero ilustrar, no sin complejidades, ha logrado instrumentarse adecuadamente la reforma de 2014.

El primer dato que quisiera señalar es, digamos, el involucramiento que el propio Instituto Nacional Electoral ha tenido en estos cinco años de elecciones, de 2015 a 2019, incluso.

Y un dato de comparación, me parece que es relevante.

En 23 años de historia, de su historia, el Instituto Federal Electoral participó en 18 procesos electorales ordinarios, tomando en cuenta que hay elecciones las sexenales, en donde hay tres elecciones, la de diputados, la de senadores y la de Presidente. Pues en 23 años el INE, el IFE participó en 18 elecciones.

En los últimos cinco años, el INE ha estado involucrado en 198 procesos electorales ordinarios. Estamos hablando de las cuatro elecciones federales que entre 2018 y 2018 se han realizado, ustedes mismos sin producto digámoslo así, de estas elecciones, y 194 elecciones locales que, al día de hoy, con la elección de Baja California, de Gobernador de Baja California, ha implicado ya que todos los cargos de elección popular a nivel municipal, a nivel de diputaciones locales, gubernaturas, diputaciones federales, senaduría y la Presidencia de la República hayan sido renovadas, en algunas ocasiones, más de una vez, con las reglas derivadas de la elección de 2014.

El próximo año, enfrentaremos sólo dos elecciones, ha sido el año, será el año, digamos, de menor intensidad de trabajo, digamos ahora sí electoral, con las elecciones de Coahuila y de Hidalgo, una de diputaciones y la otra de ayuntamientos, para adentrarnos en la que va a ser en 2021 la elección más grande de la historia.

Más grande por el número de electores, estamos estimando con proyecciones que estarán habilitados para votar cerca de 96 millones, esto quiere decir, más de seis millones respecto de la elección federal de 2018.

Estamos hablando, en consecuencia, de un número de casillas inédito, y estamos hablando, además, de que, si bien a nivel federal solamente tendremos elecciones para renovar la Cámara de Diputados, elecciones, por cierto, en donde por primera vez en el ámbito federal, se instrumentarán las reglas de la reelección, y todavía no hay reglas, así que de entrada, si me permiten, creo que no estaría mal que pudiera avanzarse en ese sentido, sobre todo, porque la ventana legislativa que establece el artículo 105 constitucional en materia electoral se va a cerrar a finales de mayo. Las reglas que no se hayan establecido a finales de mayo no podrán ser aplicadas en las elecciones de 2021.

Y si bien es cierto que tenemos un bagaje muy importante, tanto de criterios jurisprudenciales, como, digámoslo así, de normas muy disonantes, hay que decirlo, respecto de lo que ha ocurrido, como se ha reglamentado la reelección en el ámbito local. Pues lo ideal para poder normar la reelección en las elecciones de 2021 en Cámara de Diputados es que no dependan de criterios interpretativos del Instituto Nacional Electoral. Lo haremos, si no hay de otra, pero evidentemente, pactar las reglas del juego democrático es una responsabilidad, me parece, de los órganos legislativos.

Dicho eso, si bien solamente habrá una elección federal, también estaremos ante la elección más grande de la historia porque nunca había habido elecciones de manera concurrente en las 32 entidades.

En 2018 hubo elecciones en todos los estados, en 30 estados, salvo en Baja California y en Nayarit; para 2021 va a haber en todos, en las 32 entidades de la República, incluyendo la renovación de 15 gubernaturas. Lo cual habla ya de la intensidad política de la elección de 2021, y creo que, desde este punto de vista, digamos, una de las condiciones, de las premisas fundamentales, es que las condiciones que han permitido que, en las elecciones, hasta ahora transcurridas, permitan la emisión del voto libre, subsistan en 2021.

Es decir, creo que lo que hemos venido construyendo y ahora me evocaré con un par de datos a ello, es que efectivamente en México existen condiciones para que sean las y los electores y nadie más que ellos, quienes, a partir de su autonomía individual, definan quiénes serán sus representantes, por un lado, pero también, se cumpla con esa otra función que tienen las elecciones en los sistemas democráticos, que es que los electores con su voto, pueden premiar o bien castigar las acciones de gobierno, dependiendo, digámoslo así, de lo que libremente ellos decidan.

Si vamos a la siguiente.

Un dato que quisiera poner con estas son las elecciones de 2021, como pueden ver, digamos, todos los estados estarán, esto es en el ámbito local, evidentemente todos los estados están involucrados, cuando menos como en el caso de Coahuila y de Tamaulipas, en al menos la elección, la renovación de uno de los poderes electivos, la siguiente.

Bien este es un dato que me gustaría compartir con ustedes, porque a veces se pasa por alto, sobre todo cuando hay una narrativa, que me parece, lo digo con mucho respeto, una narrativa equivocada, tal parecería que México arribo a la democracia, el 1° de julio del año pasado y creo que lo que ocurrió, el 1° de julio del año pasado, en realidad es la prueba de que existe condiciones democráticas, como mencionaba para que las y los ciudadanos puedan ejercer su voto de manera libre.

Si algo distinto comenzó a partir del 1° de julio de 2018, ojalá así sea, nuestro país tiene serie de grandes problemas nacionales que requieren, digámoslo así, medidas efectivas y adecuadas para poder resolverlas, pero esa es otra historia, lo que quiero decir es que: desde el punto electoral las condiciones que había, para que se pudiera realizar la elección de 2018, son elecciones que no son el arranque de nada, sino la consecuencia de una larga historia de acumulación de sucesivas, digámoslo así, sedimentos en nuestro proceso de transición.

El dato que quiero compartir con ustedes, porque es un dato, del que se habla poco, pero me parece que es sumamente relevante, es el que tiene que ver con la cantidad de alternancias que ha ocurrido, que han tenido lugar, en el periodo que va justamente, desde que se instrumentó, el sistema nacional de elecciones, es decir de las elecciones de 2015 hasta las elecciones de 2019. Y lo que quiero subrayar es que se trata del período en el que más alternancias por la vía electoral han ocurrido en la historia democrática del país.

No estoy con esto señalando, no me atrevería a decir que alternancias, igual a democracia, eso es una equivocación desde el punto de vista conceptual, pero lo que sí es cierto, es que una democracia lo que requiere es que existan condiciones reales para que eventualmente, si así lo deciden, las y los electores con su voto, ocurran alternancias.

Y la mejor prueba de que hay condiciones democráticas en el país, es justamente el índice, repito, de alternancias que, tanto a nivel municipal, como a nivel de diputaciones locales, como a nivel de gubernaturas, como a nivel de diputaciones federales y senadurías ha venido ocurriendo.

Aquí ustedes pueden ver, el porcentaje, digamos, de alternancias que, de una elección a otra, respecto del partido triunfador en cada una de las circunscripciones de las demarcaciones electorales ha ocurrido.

Y lo anticipo, el promedio de alternancia de los cargos elegidos en este período es del orden del 60 por ciento. Es decir, la probabilidad de que un partido político gane una elección y gane la sucesiva es de apenas el 40 por ciento, atendiendo a lo que ha ocurrido en los últimos 5 años.

Si vamos a la siguiente podemos ver lo que ha ocurrido en el ámbito de las elecciones de gobernador, de 36 elecciones de gobernador habido 23 alternancias y como pueden ver en el cuadro de la derecha, no hay un partido político que se pueda digámoslo así, asumir como el único beneficiado de este fenómeno, es decir todas las fuerzas políticas, por supuesto, dependiendo de los ciclos electorales, pero a lo largo de este período todos se han beneficiado en algún momento del recambio en el poder, de manera pacífica a través de las urnas.

Si vamos a la siguiente podremos ver, que lo mismo se repite en el ámbito de las diputaciones locales y por supuesto de los ayuntamientos.

Ahora bien, vamos a la siguiente, el sistema electoral, esta es una primicia que quiero compartir con ustedes e insistir en ello funciona. Y si no hay cambios en las reglas electorales, sin ningún problema, lo digo de manera enfática, podríamos ir a las elecciones de 2021, con las reglas actualmente existentes.

Hay una serie de cambios que vale la pena hacer, sobre todo de regular, pero sobre todo de simplificar la complejidad de la organización de las elecciones que no necesitan pasar por la criba del propio legislador, déjenme decirlo así, el Instituto Electoral tiene como cabeza de sistema nacional de elecciones, una facultad reglamentaria.

Nosotros emitimos un reglamente, el reglamento nacional de elecciones, que tiene apenas una docena de artículos menos que tiene apenas una decena de artículos menos que la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en su momento consideramos, fue necesario hacer esto para poder precisamente concretar el criterio o la idea de estandarizar los procedimientos electorales, a lo largo y ancho del país.

Es decir, ese reglamente fue, a partir de las facultades extraordinarias del INE, la facultad de atracción para fijar criterios generales, una manera indispensable para coordinar el trabajo de los organismos públicos locales electorales con el propio Instituto Nacional Electoral.

Es muy probable y lo digo con toda franqueza, que entremos de cara al 21, en un proceso de revisión, de aligeramiento y de simplificación de las reglas, pero estamos hablando, digamos, de reglas que se han construido en el ámbito administrativo, que no pasan necesariamente por el plano legislativo.

Y vuelvo a insistir, si hay una reforma que nos permita simplificar, fortalecer las reglas del juego electoral que hasta ahora nos hemos dado, sean bienvenida desde el punto de la autoridad electoral y toda la disposición para colaborar con ella.

Si no hay una reforma porque los consensos políticos que se requieren no se alcanzan, no nos va a pasar nada. En 2021 tenemos el herramental jurídico y procedimental e institucional para poder garantizar, a las y los ciudadanos mexicanos, las condiciones de libertad que hasta ahora han existido para la emisión de su voto.

Sin embargo y aquí quiero hacer una anotación, habido a lo largo de este año, el primer año legislativo, alrededor de 120 iniciativas de reforma electoral en materia electoral. Algunas de ellas son reformas muy puntuales, algunas de ellas son reformas integrales. De hecho, hay una sola reforma que, y aquí lo digo con todas las letras y a petición de la Presidenta de MORENA, a petición del Coordinador de los senadores de MORENA en esta Cámara alta y del Coordinador de los diputados de MORENA en la Cámara baja, me pidieron que no hablará de la reforma de MORENA, porque no es una reforma oficial de dicho partido.

Sin embargo, es la única reforma integral que se ha presentado es de un diputado de ese partido, esa reforma ha organizado, lo sabe la diputada Juárez, porque integra el grupo de trabajo que se ha instalado en la Cámara baja para procesar dicha reforma.

Es una reforma integral y plantea, desde nuestro punto de vista una refundación del sistema electoral, empezando porque y esto es tal vez, de manera muy sintética, pero de parte de la autoridad electoral, los puntos fundamentales que plantea, esta reforma, plantea, la eliminación de los Organismos públicos electorales, los así llamados OPLES, que implicaría, lo digo sin medias tintas, una reinvención del sistema electoral, de cabo a rabo, es una refundación del sistema electoral.

Lo que se está planteado es que el INE se haga cargo del trabajo se hacen los organismos públicos locales, de las funciones que hoy tienen, y en abstracto claro que esto es posible, pero implicaría reinventar al Instituto Nacional Electoral, lo digo sin medias tintas, el INE, tal como hoy está diseñado, está diseñado para lo que hoy son sus obligaciones legales y constitucionales, tal como estamos, no podríamos hacernos carga de las funciones que cumplen los Organismos Públicos Locales Electorales.

Alguien podría decirme: “¿pero organizaron la elección de Puebla, en condiciones extraordinarias y porque hubo una petición de todas las fuerzas políticas para que así ocurriera?”

Sí, pero organizamos, es decir el INE se volcó, el aparto del INE se volcó a organizar una sola elección, en un contexto donde no había elecciones federales, hoy como estamos el INE tendría que crecer dramáticamente con lo cual el propósito, por cierto, de ahorro que esta, detrás de este planteamiento, muy probablemente se sumaría.

Hoy estamos en un proceso de presupuestación, de cálculo, de lo que implicaría concretar, en términos presupuestales esta propuesta.

En segundo lugar, se plantea y, aquí sí nos preocupa muchísimo, que los Consejos Locales del INE, como ustedes saben cada vez que hay una elección y, por cierto, el próximo año a partir de septiembre, arranca el proceso electoral federal de 2021, por lo tanto, el próximo año, en su tercera parte, es ya un año de elecciones federales, estamos obligados a instalar Consejos Locales y Consejos Distritales.

Hoy, con el modelo que se inventó desde 1990, el INE, el Consejo General del INE, nombra a los integrantes de cada uno de los 32 Consejos Locales y éstos, a su vez, nombran a los integrantes de los 300 Consejos Distritales que, son los órganos operativos de una elección y que tienen este componente ciudadano.

Bueno, la propuesta que menciono ha planteado que los Consejos Locales, que los consejeros locales, sean permanentes y sean nombrados desde la Cámara de Diputados; es decir, no con un criterio, digámoslo así, de ejercicio de autonomía, sino con un criterio eminentemente político.

En tercer lugar, se ha planteado, esto es muy sonado, la reducción del 50 por ciento del financiamiento público de los partidos políticos, la disminución o eventual eliminación de los legisladores de Representación Proporcional, el planteamiento de que el Padrón Electoral del Instituto Nacional Electoral sea de libre acceso, o bien, incluso que haya una transferencia a la Secretaría de Gobernación, para concretar un pendiente del Estado mexicano que es la creación de la Cédula de Identidad Nacional y, permítanme una nota a pie de página; hoy el país tiene ya una Cédula de Identidad Nacional, se llama distinto, se llama Credencial para Votar con Fotografía.

Y tenemos un pendiente que son los menores de edad, estamos en conversaciones con la Secretaría de Gobernación para, a través de un convenio, se aproveche la infraestructura que ya tiene el INE, más de 1000 módulos a lo largo y ancho del país, que se aproveche la inversión que ya hoy se realiza, creo que de cara a la discusión presupuestal desde ahora aprovecho para poder hacer una actuación pedagógica, de cada 10 pesos que el INE solicita para gasto operativo, cuatro van destinados a que las y los mexicanos tengamos un mecanismo de identidad y que se me resguarde la base de datos más grande, más segura y más confiable del país, incluyendo datos biométricos.

Bueno, tengo aquí la presentación, se plantea también la revocación de mandato que ustedes conocen y son iniciativas que ya están planteando y el aligeramiento de la realización de consultas populares.

Esta discusión, que ha pasado por la existencia de un Grupo de Trabajo en la Cámara Baja, con integrantes de todos los partidos políticos, provocó que hubiera un pronunciamiento que solamente edito aquí, un pronunciamiento de todos los partidos de oposición, que plantearon siete reductibles en su momento: primero, que los datos del Padrón Electoral deben quedar bajo custodia exclusiva del Instituto Nacional Electoral; segundo, no a la desaparición de los OPLES; tercero, no a la vulneración de la autonomía de las autoridades electorales; cuarto, no a la reducción drástica del financiamiento público a los partidos políticos; quinto, no a la realización de consultas populares en cualquier momento y sin restricciones; sexto, no a la revocación de mandato del Presidente de la República en cualquier momento y sin restricciones, aquí hay una discusión sobre si se realiza o no en la fecha de la elección intermedia y, finalmente, no a la eliminación de la Representación Proporcional.

Es el estado de la discusión, el Instituto Nacional Electoral ha planteado, digámoslo así, en los distintos foros y en el ámbito público, digamos sus puntos de vista, no entramos, no vamos a entrar en la discusión que corresponde al ámbito legislativo; nosotros vamos a acompañar esa discusión, sea cual sea, pero sí tenemos un planteamiento público.

El primer planteamiento público y aquí me importa refrendarlo, es que el INE no está en contra de la austeridad, es más, el INE ya ha puesto sobre la mesa una serie de medidas y hay muchas otras que podrían, sin afectar la confiabilidad de nuestro sistema electoral, la autonomía de las autoridades electorales, las condiciones de certeza y de equidad, así como la representación de la pluralidad política, que podrían implicar un abaratamiento de los procesos electorales.

Ha sido pública la discusión, seguiremos avanzando en ese sentido. Para el próximo año queremos, si así lo decide la Cámara de Diputados, porque hemos solicitado un presupuesto muy discreto para ello, para poder instrumentar un mecanismo piloto en las elecciones de 2020, a propósito del voto electrónico, para las elecciones de 2021 estamos avanzando, ése es el único resquicio que hoy existe en la ley para que los mexicanos que viven en el extranjero, en las ocho elecciones que admiten esta posibilidad, puedan votar de manera electrónica y, con ello, digamos, disipar cuestionamientos en términos de certeza respecto de lo que podría implicar el voto electrónico, sobre todo en un contexto en el que no hay que olvidarlo, lo mencionaba el senador Mancera, la reforma en materia laboral, hay un planteamiento desde la propia Constitución y de las leyes que aprobó el Congreso en este sentido, que tienen que ver con la democratización de los sindicatos y el establecimiento de elecciones de las dirigencias sindicales, mediante votaciones universales, secretas y directas.

Hay también la posibilidad de que el Instituto Nacional Electoral, eventualmente, de manera supletoria, participe en este punto. Creo que la urna electrónica es un mecanismo que vale la pena discutir y que entendemos que tiene que ser una introducción eventualmente gradual y paulatina, para no generarnos un problema de confianza y de certeza en donde no lo tenemos, pero es una buena manera y un ejemplo de cómo podemos avanzar hacia el abaratamiento del sistema electoral.

Insisto, no tenemos un tema en este sentido, pero sí nos preocupa que el tema de las restricciones presupuestales, puedan convertirse en una especie de cernidor que nos implique la imposibilidad de cumplir con las obligaciones constitucionales y con brindar los servicios que hoy el Instituto Nacional Electoral le brinda a la ciudadanía; en primer lugar, la cuestión de identidad.

En este sentido y, en síntesis, yo diría: sí es viable una reforma electoral, no es indispensable, es viable siempre y cuando la reforma electoral no vulnere cuatro pilares que nos ha costado muchísimo tiempo, muchísimo esfuerzo, muchísima inversión e incluso sangre, construir en las últimas décadas.

Uno, la autonomía de las autoridades electorales; dos, la certeza que los procedimientos que hoy tenemos inyectan entre los competidores, de cara a las elecciones; tercero, las condiciones que hoy permiten una competencia equitativa en las elecciones, fundamentalmente esas condiciones de piso mínimo que, a través, por un lado, del financiamiento público y, por el otro lado, con el acceso a la radio y a la televisión, repito, con condiciones de equidad, se tienen garantizadas y nadie está en contra de una discusión que, no le corresponde al INE dar.

El INE ha señalado cuál es la ruta de si algún partido quiere reintegrar alguna parte de sus ministraciones a la Federación; eso está abierto desde hace tiempo, después de 2017 nadie la ha utilizado, pero la discusión sobre los montos, creo que es una discusión que tiene que darse de manera muy seria, objetiva y bien valorada, digámoslo así, y que no le corresponde al INE dar, pero la equidad es uno de los pilares que hay que preservar y, finalmente, el del pluralismo; es decir, los mecanismos que nos hemos dado para permitir la representación del pluralismo, porque la nuestra es una sociedad plural.

Las elecciones del 2 de junio del año pasado lo refrendaron. Hay un dato que no se ha hecho mucho énfasis, por supuesto, hay un partido, el partido mayoritario: Morena, que ganó ampliamente las dos elecciones de gobernador en disputa, pero si uno observa la cantidad de votos emitidos, la diferencia entre el partido más votado y el segundo partido más votado, es de apenas 200 mil votos; un millón 900 21 mil 700 votos, es decir, México sigue siendo un país plural y creo que ése es un insumo fundamental de nuestro sistema democrático que debe preservarse.

En concreto, los mecanismos que permiten que esa pluralidad se exprese y se recree en los órganos representativos. Si esos cuatro puntos no se toman, bienvenida una reforma electoral que, repito, siempre es pertinente, pero no es indispensable.

Creo que la ruta de una eventual reforma electoral, tendría que hacer énfasis en volver más eficiente y tal vez esto implica menos regulado y menos farragoso, digamos, el modelo electoral. Dos, todo lo que implica incrementar el derecho de las y los ciudadanos y tres, que no es un asunto menor, contar con el consenso de las fuerzas políticas.

Venir aquí al Congreso, que es la casa de la pluralidad y decirlo me parece una obviedad, pero a veces esas obviedades, sobre todo en tiempos en los que la ciudadanía decidió la existencia de una mayoría predefinida en los órganos del Congreso, vale la pena recordarlo.

Cuando hablamos de las reglas del juego en otros casos puede no valer tanto como en esta materia, pero aquí es indispensable. Cuando se habla de las reglas del juego los consensos, si es posible unánime, son indispensables.

Porque de lo que estamos hablando es de las reglas con la que todos los partidos políticos jugarán hacia el futuro, y contar con unas reglas que no gozan de ese consenso puede abrir la puerta, ya lo vivimos en el pasado, a la descalificación y la impugnación.

Precisamente por eso piso, que es el punto de partida de todo el juego democrático. Es decir, las reglas con las que se juegan las elecciones.

Por cierto, nada más nota a pie de página. Por supuesto, éstas reglas si se cambian se tienen que cambiar antes de que el juego empiece. Si las reglas se cambian después de que el juego terminó pues estamos, desde mi punto de vista, ante una gravísima violación del orden constitucional, pero esa es harina de otro costal.

Termino diciendo solamente lo siguiente, tenemos nosotros en nuestra ruta crítica como autoridad electoral en temas que tienen que ver con el Congreso de la Unión tres asuntos, tres momentos, déjenme decirlo así, delicados, sobre los que para nosotros es importante poner su atención.

El primero es el tema de la reforma electoral. No abundo más sobre lo que ya he planteado y las prevenciones que muy respetuosamente desde el órgano electoral ponemos a la consideración de las instancias legislativas.

El segundo tiene que ver con el presupuesto para el año 2020. Lo anticipo, ya esto es público, pues el procedimiento de aprobación presupuestaria, que como decía es absolutamente transparente, en caso del INE, para el próximo año el Consejo General se apresta el próximo miércoles a solicitar un presupuesto que es exactamente, esto ya está fuera de la presentación, pero bueno, que es exactamente el mismo que solicitamos el año pasado, que es un presupuesto contenido.

Es más, en términos de presupuesto base hay una reducción de alrededor de casi el 2 por ciento de lo que estamos solicitando. Pero, evidentemente, el presupuesto global crece, porque al presupuesto que solicitamos, repito, y que en términos reales tiene, incluso, una breve disminución; estamos solicitando alrededor de 860 millones de pesos que van a ser indispensable para cumplir con los compromisos de los procesos electorales que tendrán lugar y que el Instituto Nacional está involucrado.

Me refiero a las elecciones de Coahuila y de Hidalgo, pero, sobre todo, a que desde septiembre hasta diciembre ya formalmente habrá iniciado el proceso electoral federal de 2021. Y hay una serie de obligaciones legales que el Instituto tiene que cumplir.

Como por ejemplo la instalación de los órganos desconcentrados a lo largo y ancho del país. El reclutamiento de alrededor de 2 mil consejeros electorales locales y distritales en consecuencia, y una serie de gastos que forman parte de la previsión y de la calendarización que ha sido ensayada una y otra, y otra vez, elección tras elección de manera exitosa.

Por ejemplo, la fabricación del papel seguridad que si no se realiza en ese periodo de 2020 podría comprometer el puntual calendario y cumplimiento de obligaciones por parte del Instituto Nacional Electoral en el 2021.

Es decir, aquí no estamos hablando de gastos que puedan obviarse, que puedan posponerse, porque eso podría poner en riesgo la elección del 2021.

El tema del presupuesto es un tema en el que venturosamente en esta ocasión tendremos tiempo para poder establecer una interlocución y, eventualmente, si así lo desea la Cámara de Diputados, poder eventualmente hacer los ajustes que sean necesarios sin que esto, pero con el conocimiento suficiente para que esto no comprometa ni los servicios que le damos a la ciudadanía, ni la recreación puntual de nuestro orden democrático a través de las elecciones por venir.

Y el último punto sobre el que les llamo la atención es que el 3 de abril del próximo año cuatro de los actuales 11 consejeros del Consejo General del Instituto Nacional Electoral terminan su mandato y, por lo tanto, la Cámara de Diputados tendrá que desplegar, digámoslo así, su función de designación, su función constitucional para designar a los cuatro consejeras y consejeros que suplirán a los colegas que terminan su encargo.

Éste es un procedimiento, como ustedes saben, marcado, planteado desde la propia Constitución y que supone el establecimiento de un comité técnico de selección de siete miembros, tres de los cuales son nombrados por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, dos son designación del INAI, dos más son designados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos; y son estas siete personalidades quienes tendrán que definir las reglas, conducir el proceso de selección y, finalmente, proponer al pleno de la Cámara de Diputados quintetas por cada uno de los cuatro cargos que quedarán vacantes.

Me parece que es un procedimiento sumamente delicado, es algo que escapa de la órbita del propio Instituto Nacional Electoral. Si aquí se me permite un consejo que siempre pongo sobre la mesa, es que ojalá y la designación recaiga en personalidades públicas que tengan un prestigio que perder y no un prestigio por construirse.

Pero, evidentemente, no me atrevería ir más allá sobre este punto, que creo que es por la relevancia que supone una designación que tendrá que gozar de la atención pública como pocas en las designaciones que se realizan en el país.

Creo que si estos tres momentos delicados que se enfrentarán, que involucran a los órganos legislativos en el próximo año: una eventual reforma electoral, el presupuesto para 2020, y el nombramiento de los cuatro consejeros electorales que tendrán que tomar su cargo el 4 de abril del próximo año.

Si son bien procesados, estoy convencido, de que estaremos ante momentos de fortalecimiento de nuestro sistema y orden democrático, si son mal procesados evidentemente siempre está abierta la puerta a una eventual regresión en clave democrática.

Termino como siempre suelo hacerlo. Hemos construido un sistema democrático con mucho esfuerzo. Un sistema democrático que hoy, y en particular su sistema electoral, más allá de todos los pendientes que pueda existir, que hoy es objeto de reconocimiento a nivel internacional.

La elección de 2018 es una elección que es un modelo en muchos sentidos, tanto por los temas de paridad, como por el enfoque con el que se enfrentó el combate a la desinformación en tiempos de noticias falsas y desinformación.

Como por la fiscalización a la que se ha sometido a los partidos políticos, como también por la capacidad de los órganos electorales de organizar elecciones en contextos de complejidad, empezando por el tema de inseguridad.

Todo eso coloca al sistema electoral mexicano como no solamente un logro de una generación, que es la generación de la democracia, de la construcción de la democracia en nuestro país. Sino también como un patrimonio no solamente de las y los mexicanos, sino también, me atrevo a decir, como un patrimonio de los mexicanos para los procesos de democratización del mundo.

Hemos hecho bien el trabajo y ésta ha sido una construcción colectiva. No ha sido una construcción de una fuerza política, no ha sido una construcción de una fuerza ideológica, no ha sido la construcción de un solo hombre.

Ha sido una construcción compleja que ha involucrado a múltiples actores y si esos múltiples actores no cuidan el sistema democrático eventualmente podemos enfrentar, como la historia enseña, regresiones en este sentido.

Creo que la muestra está dada, las condiciones están puestas para que avancemos en el primer sentido y exorcicemos los riesgos de cualquier tipo de regresión hacia el futuro.

Muchísimas gracias.

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