“La eterna resistencia al acceso al poder”, artículo escrito por la Consejera Dania Ravel, publicado en El Sol de México

Escrito por: INE
Tema: Opinión

En 2016 Yadira Calvo, filóloga costarricense, publicó La aritmética del patriarcado[1], libro en el que presenta las ideas que han moldeado la cultura occidental. Por ejemplo, Hegel escribía en 1821 que las mujeres no estaban hechas para el gobierno porque pondrían en peligro al Estado, ya que “no actúan según exigencias de la universalidad, sino siguiendo opiniones e inclinaciones contingentes”.

Kierkegaard identificaba a las mujeres con características específicas como la pureza, la sensibilidad, el sacrificio, el silencio o la inocencia, “privilegios” por los cuales no podían ser arrojadas “al mundo viril de la política, la ciencia, la cultura, abundante en cálculos racionales e intereses egoístas”. Para Clemente Palma, Auguste Comte y Max Nordau, las mujeres viven en una “situación cómoda”, ya que no deben esforzarse, pues están protegidas por sus maridos, e incluso, por leyes que se han creado especial-mente para ellas “en consonancia con su naturaleza”.

Estos conceptos y representaciones han generado profundas desigualdades que las mujeres han tenido que enfrentar históricamente, ya sea en el ejercicio de sus derechos políticos o simplemente para ser consideradas sujetos de pleno derecho. Pero, ¿cómo cambiar un pensamiento inercial que ha normalizado la exclusión de las mujeres de ciertos ámbitos? Una herramienta para tal fin han sido las leyes que propician la inclusión de las mujeres y castigan su exclusión. Recientemente se aprobó la reforma a los artículos 2, 4, 35, 41, 52, 53, 56, 94 y 115 de la Constitución, que reconoce la paridad de género como un principio fundamental del Estado Mexicano y dispone que deberá ser garantizado en la integración de los Poderes de la Unión, los Ayuntamientos y los Órganos Autónomos. Asimismo, establece como uno de los fines de los partidos políticos fomentarlo y garantizarlo en las candidaturas a los distintos cargos de elección popular; incluyendo Diputaciones y Senadurías, en las que además se incluyeron medidas para asegurar la participación de las mujeres por el principio de Representación Proporcional.

Los comentarios que esta reforma suscitó en redes sociales nos dan una pista de qué tanto han cambiado los pensamientos en torno a la inclusión de las mujeres respecto al Siglo XIX. Bajo el hashtag #ParidadEnTodo podemos leer en Twitter comentarios como: “Cuando las mujeres intenten hacer las tareas a la par con los hombres, entonces habrá paridad. Las mujeres (No todas) solo quieren salarios y puestos (administrativos y políticos) sin el esfuerzo previo que debe conllevar”. Expresiones que no fueron privativas de las redes; incluso llegaron a los Congresos Locales, por ejemplo, el diputado que señaló que las mujeres deben “pensar antes de abrir las piernas» en relación al aborto y su legislación, o bien el Senador que argumentó que las mujeres deben vestirse menos provocativas en el trabajo al referirse al acoso laboral. Declaraciones que demuestran porque debemos seguir trabajando por la inclusiónde las mujeres en todos los espacios.

Sin embargo, reformas como ésta implican también desafíos en materia electoral, por ejemplo, garantizar este principio en las postulaciones a las gubernaturas. En los Procesos Electorales pasados la baja postulación de mujeres para las gubernaturas fue evidente: en 2018 de un total de 50 candidaturas registradas en 9 entidades, sólo 11 eran mujeres y 5 se concentraron en la CDMX mientras que, en 2019 no hubo ninguna candidata. Aplicar la paridad en este tipo de cargos representará un reto, pues aún no se han definido las reglas para las postulaciones.

Conviene revisar las experiencias y propuestas, como el caso de la India, en donde al menos 1/3 de las presidencias de los Panchayats (órganos de gobierno local rural) son reservadas para mujeres. En el ámbito nacional se ha propuesto trasladar la paridad horizontal a estas candidaturas verificándola según el número de gubernaturas a elegir, o bien, la realizada por el Tribunal Electoral del Estado de Morelos que consisten en registrar una mujer y un hombre para lograr postulaciones paritarias y, en caso de que no se logren, facultar a la autoridad electoral para que aplique los ajustes necesarios, tomando en consideración el menor porcentaje de la votación obtenida en la elección inmediata anterior, hasta alcanzarlas. En todos los casos habrá que considerar las ventajas que podrían brindar, así como las implicaciones e inconvenientes que su implementación representaría.

Un desafío y beneficio que nos traerá la aplicación de la reforma de Paridad en todo será normalizar la presencia de las mujeres en los espacios públicos, situación que además pondrá de manifiesto la urgencia de un cambio cultural, que nos permita compartir de manera paritaria todos los espacios y quehaceres, pues como mujeres políticas e intelectuales han escrito: el principio de paridad es un cambio de paradigma, una transformación en la forma en la que se conforma y entiende la política y el mundo.

Consulta el artículo en El Sol del México.

 

RESUMEN