VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INAUGURACIÓN DEL IX FORO DE LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA: DESAFÍOS DE LA POLÍTICA Y LA DEMOCRACIA EN LA ERA DIGITAL, REALIZADA EN LAS INSTALACIONES DEL PALACIO DE MINERÍA
Presentador: La sesión de apertura del Noveno Foro de la Democracia Latinoamericana.
Muchas gracias.
Para dar inicio tiene la palabra el doctor Lorenzo Córdova, Presidente del Instituto Nacional Electoral.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias.
Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Para mí es un honor poder darles la bienvenida a este IX Foro de la Democracia Latinoamericana, que es un espacio, se ha convertido, ha cobrado ya carta de naturalización como un espacio de intercambio de experiencia, de preocupaciones y de propuestas, para robustecer a las democracias latinoamericanas, y no sólo en los tiempos que corren.
Como siempre, quiero comenzar agradeciendo tanto a ponentes, moderadores, invitados especiales y organismos co-convocantes, por su interés y compromiso para la celebración de este Noveno Foro de la Democracia Latinoamericana.
Para organizar un espacio de reflexión como éste, en el que analizaremos desde diferentes experiencias y enfoques sobre los factores que inciden en el funcionamiento de nuestras democracias, se necesitan más que buenas intenciones; por eso, a nombre de las consejeras y consejeros electorales del Instituto Nacional Electoral, quiero agradecer las contribuciones y apoyo de nuestros aliados estratégicos para organizar este foro, a la Organización de Estados Americanos, a la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México, a la Fundación Internacional para los Sistemas Electorales (IFES), a IDEA Internacional, al Centro de Asesoría y Promoción Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (CAPEL), a la Comisión de Venecia y, por supuesto, a la Universidad Nacional Autónoma de México, que una vez más nos recibe en estas instalaciones del Palacio de Minería.
Me ha pedido, por cierto, el señor Rector, que se encuentra fuera del país, que extienda a todos ustedes un agradecimiento y sus saludos.
A lo largo de 30 años, la tecnología ha sido una herramienta de gran utilidad en el proceso de instrumentación de los sistemas democráticos en América Latina y en el mundo.
En sus inicios, la tecnología contribuyó a que se agilizaran y transparentaran los procedimientos con los que se estaba inyectando credibilidad a los procesos electorales, más recientemente con la irrupción de las redes sociales en la vida pública, ciertamente se ha democratizado el acceso a la conversación pública, pero también se ha multiplicado exponencialmente las fuentes informativas relacionadas con el desarrollo de las elecciones, con lo cual también se ha potenciado un fenómeno que no es nuevo, es un fenómeno tan viejo como la democracia, es un fenómeno tan viejo como la política, tal vez a éste se referían los clásicos en la antigüedad de otra manera, pero hoy le llamamos desinformación o posverdad.
Y la irrupción de las redes ha generado, en este sentido, nuevos desafíos para la democracia.
Estas cifras, las de la nueva presencia de usuarios en redes, Latinobarómetro señala que el 64 por ciento de los latinoamericanos usan Whats App, 60 por ciento Facebook, 36 por ciento YouTube, 12 por ciento Twitter, etcétera.
Estas cifras reflejan la importancia que, para partidos y actores políticos, candidatas, candidatos, incluso autoridades electorales, implica el estar atento a la forma en que evoluciona y participa la sociedad en los asuntos públicos en una sociedad democrática.
Para decirlo en una nuez, los desafíos de las democracias cambian constantemente y lo hacen conforme evoluciona el contexto de cada nación y, por supuesto, la tecnología.
Ningún país latinoamericano puede decir que el andamiaje electoral de los años 90, lo que construimos para esa década, es suficiente hoy para enfrentar los retos de la era digital.
Déjenme plantearlo con el ejemplo del caso mexicano.
En 30 años, México ha articulado un andamiaje electoral robusto que le ha dado paz social y legalidad a profundos cambios que se han decidido en las urnas, de hecho, los desafíos que enfrentó el entonces Instituto Federal Electoral a principio de los años 90, estaban determinados fundamentalmente por la necesidad de lograr la universalidad del sufragio y el respeto al sentido del voto.
En cambio, los retos que ha enfrentado el INE desde 2014 son distintos y más complejos; en estos cinco años, por cierto, que se conmemoran el día de hoy, el día de hoy el Instituto Nacional Electoral cumple cinco años de haberse reinventado sobre la estructura del entonces Instituto Federal Electoral. En estos cinco años, los retos que el INE ha enfrentado son, como decía, distintos y más complejos.
Están relacionados con otros fenómenos respecto de los que hace tres décadas representaban la problemática democrática de nuestro país, hoy están centrados en la obligación de garantizar la paridad de género en todas las candidaturas que, si bien nos dejó en la elección del año pasado, cifras inéditas en la representación política del país y hoy de acuerdo con las cifras de la Unión Interparlamentaria Internacional, México es el tercer país con número de legisladoras en el mundo.
El combate a la desinformación, sin caer en la censura, hoy que estamos frente a dos grandes paradigmas, el paradigma francés que ha optado por la criminalización de las noticias falsas, por un lado; y, por otro lado, el paradigma mexicano, puesto en marcha en las elecciones de 2018 que apuesta por combatir la desinformación con información.
Con la rapidez que se tienen que concluir los dictámenes de fiscalización, en ningún lado del mundo la fiscalización de las campañas termina porque así lo mandata la Constitución y la ley, 40 días, apenas 40 días después de realizadas las elecciones y, por cierto, el Sistema de Fiscalización no por ello es más endeble, sino es uno de los más robustos, sino es que el más robusto en el mundo, con la instrumentación de procedimientos de registros para candidaturas independientes y la necesidad de validar a través de la tecnología, la validez de los respaldos, con la responsabilidad de estandarizar las condiciones de la competencia a nivel nacional y también a nivel local como entidad rectora de las elecciones.
Claramente, en estos 30 años de democracia mexicana, se ha transformado la fisionomía política de nuestro país e incluso los mecanismos de convivencia pública y privada, en retrospectiva, si hay algo que estamos obligados a reconocer es que no hemos hecho un mal trabajo.
Hoy el voto tiene cada vez más garantías para ser expresado en libertad y es el voto y nadie más que los ciudadanos a través del mismo, quienes deciden no solamente quiénes nos representan, quienes nos gobiernan, sino también con el sufragio han desplegado una poderosa herramienta de rendición de cuentas porque el sufragio es un mecanismo para premiar o sancionar las acciones de gobierno.
Todos estos logros hablan de la ingeniería constitucional que hemos llevado a cargo a lo largo de décadas y que es una obra, una construcción colectiva. Por eso me parece que es erróneo subrayar como alguien, algunos han planteado, que México arribó a la democracia el pasado 1° de julio.
Lo que ocurrió el 1° de julio es que se recrearon, respetando la decisión de las y los ciudadanos emitida en las urnas, las condiciones que hacen de México una sociedad democrática con todos los pendientes y rezagos que, para ser una sociedad auténticamente justa, todavía enfrentamos.
Los resultados electorales que nuestro país vivió el 1° de julio pasado, son el producto de condiciones democráticas que construimos a lo largo de décadas para una competencia electoral libre y equitativa, como, por ejemplo, opciones políticas reales para todos los sectores de la población, acceso equitativo a los medios de comunicación, libertad de prensa, equidad y transparencia en el financiamiento de las elecciones y, por cierto, una estructura profesional, la del Servicio Profesional Electoral, que tiene más de dos décadas de experiencia y que constituye la columna vertebral de la institucionalidad electoral en nuestro país.
Pero con todo y esos logros democráticos que he señalado en el caso mexicano y que están presentes en mayor o menor medida, en gran parte de los países de América Latina, nadie puede pensar, nadie debe pensar que ya llegamos ni a la última, ni a la principal parada de la construcción de nuestras democracias.
Un andamiaje robusto para la agregación de la democracia no se inventa de la noche a la mañana, pero tampoco el tránsito hacia la democracia, hacia condiciones democráticas, está exento de eventuales regresiones.
Lo que hemos vivido a lo largo de tres décadas ha sido el producto de un conjunto de voluntades, del talento de muchas instituciones, de muchas personas, de muchas organizaciones, es una construcción colectiva, no es obra de una persona o de un partido político, y eso tenemos que aquilatarlo, porque la democracia es siempre una obra colectiva, una obra en que participan mayorías y minorías, siempre relativas conforme avanza, digámoslo así, una sociedad en el tiempo.
Pero también es la defensa de la democracia, el impedir cualquier tipo de regresión, una obra colectiva en donde todos estamos llamados a: uno, atender, entender los desafíos que el progreso tecnológico, que la evolución de las sociedades le imponen a las democracias; y renovar y refrendar desde nuestras distintas trincheras, desde las trincheras que supone el pluralismo político, el compromiso de todos en la defensa democrática.
Déjeme decirlo así: una sociedad democrática no solamente se nutre, sino se enriquece de su diversidad y su pluralismo; esto implica el reconocimiento, respeto y valoración de los distintos puntos de vista.
Pero una democracia parte de una premisa, más allá de su diversidad, más allá de los diferentes planteamientos y perspectivas de las distintas ideologías de los distintos programas y diagnósticos políticos, hay un consenso básico, que es el consenso en torno a que todos queremos y vamos a jugar las mismas reglas del juego.
Ese consenso unánime, tal vez el único que requiere la democracia, es el consenso que se expresa en los tiempos de desafío que corremos en el mundo, en la necesidad de renovar no ya nuestra vocación democrática para arribar a la democracia, sino nuestra vocación democrática para sostener y defender frente a los desafíos actuales la democracia misma.
En todo caso, es más fácil enfrentar esos desafíos con una maquinaria electoral actualizada, confiable y profesional, y el hecho de que hoy hallamos decidido organizar este Foro justo cuando el Instituto Nacional Electoral junto con el Sistema Nacional de Elecciones, el que ha permitido el grado en los últimos cuatro años de alternancia más grande de nuestra historia, y con ello evidenciar que en México es el voto libre de las y los ciudadanos el que define triunfos, el que define derrotas, el que define, pues, y la recreación de la democracia una cuestión simbólica.
Y es aquí en estos cinco días, y aquí quiero agradecer particularmente a la responsable de la política interior del gobierno, una mujer que ha sido producto de hoy, de esa historia, pero hacedora también en distintas trincheras de esa historia, creo que este es un momento para refrendar todos como una sociedad plural, compleja, diversa, pero por ello rica política y democráticamente nuestro compromiso y nuestra vocación democrática.
Después de 30 años lo electoral ya no es un problema en nuestro país, las reglas electorales siempre son perfectibles, siempre lo van a ser, pero hace 30 años, la memoria siempre ayuda, el gran problema que enfrentaba México en su proceso de democratización era el tema electoral.
Hoy, lamentablemente, vivimos una serie de problemas que son los grandes problemas estructurales de nuestro tiempo: la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la inseguridad.
Pero son temas que no se podrán resolver democráticamente si no generamos las sinergias y las coincidencias, enfatizamos, las coincidencias, para poder definir las políticas públicas que la van a enfrentar.
No es una poca, no es un poco, no es un menor desafío el que enfrentamos, como no es poca cosa lo que hemos avanzado.
Hoy la democracia requiere el trabajo conjunto en su defensa que implica la solución de estos grandes problemas estructurales, pero eso, y creo que es lo que nos convoca a todos en este Foro, puede lograrse solamente aquilatando, valorando lo que hemos construido, defendiendo lo que hemos logrado para proyectarnos como una sociedad que, en su riqueza, en su pluralidad está dispuesta a enfrentar los desafíos que lastiman aun nuestra sociedad, nuestra democracia.
Los desafíos que son comunes, y que estoy seguro, como ocurrió en los últimos 30 años con la construcción colectiva que supone la convivencia plural en democracia, estaremos en capacidad de enfrentar.
Bienvenidos y muchas gracias de nueva cuenta a todos los ponentes, a todos los organizadores, que son los verdaderos autores de este esfuerzo colectivo que como la democracia se renueva permanentemente.
Muchas gracias.
Si me permiten para avanzar en esta inauguración, le pediría ahora al doctor Gianni Buquicchio, Presidente de la Comisión de Venecia, una de las instituciones co-organizadoras y que con la quien recientemente por cierto el INE, suscribió un Convenio de Colaboración para Promover y Defender la Democracia en Legalidad, que haga uso de la palabra.
Muchas gracias.
Presidente de la Comisión de Venecia, Italia, Gianni Buquicchio: Estimados Consejero Presidente, Secretaria de Gobernación, Representante de la Organización de los Estados Americanos, es un gran placer para mí estar hoy aquí y participar en el IX Foro de la Democracia Latinoamericana, y celebrar el quinto aniversario del INE.
Siguiendo los pasos del fundador y Primer Presidente de la Comisión de Venecia, Antonio Da Pergola, siempre he tenido un gran interés y he sido un partidario convencido de América Latina.
La Comisión de Venecia fue creada en 1990, inicialmente como un organismo europeo. La Comisión Europea para la democracia a través del derecho, pero no fue concebida originalmente como tal, aunque fue establecida en Europa, no fue solo para Europa, nuestra ambición era explorar la democracia a través del derecho en todos los continentes.
Desde el principio, América Latina estuvo en la cima de nuestra lista, mucho antes que Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Brasil, México y Costa Rica se integraran a la Comisión como miembros de pleno derecho o como observadores.
La democracia no está limitada a una zona geográfica o a un continente, pero presenta características que, bajo la influencia de la historia y las relaciones de vecindad, podrían presentar algunos rasgos específicos a un continente concreto.
Lo que sí es cierto, es que ninguna región del mundo tiene un derecho exclusivo a la democracia.
Con nuestros 61 estados miembros de cuatro continentes, estamos bien situados para afirmar, inequívocamente, que hay una gran cantidad de modelos, soluciones, interpretaciones, así como problemas y dilemas relacionados con la democracia.
El intercambio de ideas y experiencias entre continentes, permite progresar más rápidamente que reflexionando solo, ésta es la fórmula ganadora de la Comisión de Venecia.
Ponemos la experiencia de otros países al servicio de que se enfrentan a un problema de democracia, esto crea una especie de incubadora de ideas, anticipa y acelera las experiencias, proporcionando una alerta temprana y una retroalimentación virtual, por eso valoramos la cooperación internacional y la participación en eventos regionales como este IX Foro de la Democracia en América Latina.
Damas y Caballeros, el 25 de agosto de 1835, el periódico New York Sun, anunció el descubrimiento de la vida en la luna, y no solo de una forma de vida cualquiera, sino de un animal de color de plomo azulado del tamaño de una cabra, con una cabeza y barba y un sólo cuerno. Sí, ni más ni menos, un unicornio azul.
Aunque este artículo fue pensado como una sátira, no fue tomado como tal; los lectores del New York Sun se lo creyeron, y el periódico, uno de los nuevos medios de la, per diem press que atrajo a una audiencia más amplia gracias a un precio más barato y un estilo de periodismo más narrativo, vio como sus ventas aumentaban considerablemente. Era una noticia emocionante y los lectores la aceptaron como tal.
El único problema fue que nada de eso era cierto, ¿acaso creó un problema serio para el periódico? Los lectores perdonaron al New York Sun cuando confesó el engaño, pero las ventas se mantuvieron altas.
Damas y caballeros, el sensacionalismo siempre ha vendido bien y la desinformación no es un fenómeno nuevo, ha existido desde que la noticia se convirtiera en un concepto con la invención de la prensa impresa por Johannes Gutenberg en 1439.
Desde su origen, la desinformación ha tendido a ser sensacionalista y extrema, diseñada para inflamar pasiones y todo tipo de prejuicios, y a menudo ha terminado en violencia, habitualmente generando en el camino un beneficio económico.
Pero la desinformación no es solo una cuestión de negocio y beneficio, también es una cuestión de influencia política, específicamente sobre los votos de los ciudadanos.
Sabemos por el mismo Mark Zuckerberg que 126 millones de estadounidenses recibieron a través de Facebook noticias falsas y con orientación política respaldadas por Rusia durante la campaña electoral de 2016 en Estados Unidos.
Por supuesto, no todos los que recibieron titulares de noticias falsas en Facebook leyeron las historias o las concibieron conscientemente o fueron afectados por ellas, sin embargo, incluso si solo una parte de aquellos a quienes se les mostraron la historia, las vieron, e incluso, si una fracción aún más pequeña las abrió o si algunas de esas personas fueran influenciadas por ellas, entonces debido a que el resultado de la elección fue tan ajustado en algunos de los estados denominados como swing states, estas noticias falsas podrían haber cambiado el sentido del voto de un número suficiente de personas pomo para haber afectado el resultado de la elección.
Todo es hipotético, por supuesto, pero pudo haber ocurrido.
Pero aún hay más; en la Campaña Presidencial de Estados Unidos, las 20 noticias falsas más populares fueron objeto de más acciones, de acciones y comentarios que las 20 noticias reales más populares. Esto quiere decir que hay noticias falsas que estamos dispuestos a creer y noticias reales que nos resultan muy difíciles de creer.
¿Qué podemos concluir de esto, de datos? Cuando la gente cree noticias falsas, sus votos se ven afectados, y cuando las elecciones están ajustadas, las noticias falsas pueden terminar decidiendo en última instancia quién gana, quién pierde.
Damas y caballeros, espero escuchar sus ideas, reflexiones y más ejemplos de mejores prácticas durante los próximos dos días, me quiero, perdón por el mío ítalo-mexicano, México-italiano.
Gracias.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias.
Le pido ahora a nuestro estimado amigo Francisco Guerrero, que haga uso de la palabra.
Secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA México, Francisco Guerrero Aguirre: Señora Secretaria de Gobernación, un gusto reencontrarnos en este espacio.
A mi amigo Lorenzo Córdova, si se dan cuenta hoy traemos una corbata virtualmente idéntica, porque los que hemos sido Consejeros del IFE en su momento, y ahora del INE, sabemos que es el color de nuestra institución.
Gianni Buquicchio, un gusto estar nuevamente contigo.
Me siento muy honrado de unirme a ustedes una vez más para considerar los diversos desafíos que impactan trabajar, por construir y consolidar la democracia en el hemisferio.
Particularmente para mí es un placer colaborar con el Instituto Nacional Electoral en este sentido, lo quiero decir con mucha claridad, el INE ha desempeñado un papel clave en la transición de México a la democracia y en lograr elecciones transparentes, creíbles e inclusivas en este país.
Me enorgullece también haber sido parte de una institución tan importante para la democracia mexicana. No puedo pensar en un mejor socio para este foro que el Instituto Nacional Electoral, una institución con la historia y determinación para apoyar la democracia.
Hoy que cumplimos cinco años de esta nueva etapa de la que hemos sido testigos con su refundación, es importante decir que el Instituto Nacional Electoral merece todo el apoyo y por lo que se refiere a la Organización de los Estados Americanos, Lorenzo, mis colegas consejeros y consejeras lo saben, lo tiene.
Los pueblos de las Américas tienen derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverla y de defenderla, así comienza el artículo 1 de la Carta Democrática Interamericana, el documento al que a menudo nos referimos como la Constitución de las Américas.
En los países que conforman la Organización de los Estados Americanos, la democracia representativa es la base de nuestras instituciones y sostenemos que también es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región.
Hoy, más que ningún otro momento de la historia, la gente de nuestro hemisferio vive en países que celebran como señalaba Lorenzo Córdova, elecciones periódicas y competitivas, sostienen instituciones democráticas, permiten que el discurso político y la participación de los ciudadanos se den de manera libre, respetan, salvo excepciones los derechos humanos fundamentales y defienden el Estado de Derecho, que son los elementos claves de las democracias funcionales.
Sin embrago, muchos de estos mismos países luchan con problemas, que plantean preguntas sobre la calidad de la democracia, las crisis sociales, económicas y de seguridad, el problema de la corrupción como un problema que afecta a todo el continente.
Todos estos temas cuestionan la sostenibilidad de los sistemas y de las instituciones democráticas, pero ¿qué significa esto para la democracia en el hemisferio?
Según el Proyecto de Opinión Pública de América Latina, la mayoría de los ciudadanos de América Latina y el Caribe, apoyan la democracia en teoría, aunque dos de cada cinco personas no creen que necesariamente sea el mejor sistema político.
Este apoyo, y esto es importante decirlo, porque no podemos ser autocomplacientes, viene disminuyendo. Entre el año 2014 y el periodo 2016-2017, el apoyo a la democracia en el hemisferio disminuyó en casi nueve puntos porcentuales.
La confianza en las elecciones también ha disminuido constantemente con el tiempo, mientras que en 2004 el promedio regional fue del 61.2 por ciento, el promedio para el binomio 16-17 fue sólo de 39.1 por ciento.
En su informe de 2017 sobre el estado global de la democracia, Idea Internacional señaló que, a pesar de esta insatisfacción y desilusión pública generalizada con la democracia, una revisión empírica sugiere que la democracia sí ha mejorado en la mayoría de las áreas y América Latina y el Caribe muestran el mayor progreso.
Sin embargo, el informe insta que la democracia no se dé por descontada y que todas las partes interesadas, los ciudadanos, la sociedad civil, pero, sobre todo, las élites políticas continúen su labor para defender, salvaguardar y proteger a la democracia.
Quiero decirles que en lo particular estoy muy satisfecho de que este año hayamos logrado discutir este tema, el tema de las redes sociales y la democrática.
La revolución digital y las nuevas herramientas y plataformas que ésta facilita, sin duda, tenemos que decirlo, son beneficiosas, especialmente para los partidos nuevos o los partidos pequeños y también para los candidatos marginales que tradicionalmente han tenido dificultades para acceder a los recursos y cobertura que les permitirían enviar su mensaje a un público amplio.
En esta nueva etapa de campañas políticas, los candidatos que utilizan Internet y las redes sociales, pueden aprovechar las plataformas digitales y los recursos ampliamente disponibles a menudo de forma gratuita para obtener mejores réditos que sean más altos.
Tomemos, por ejemplo, las recientes Elecciones Presidenciales en El Salvador, aquí se encuentra nuestro amigo Félix Ulloa a quien saludo, que pudimos convivir durante la misión de observación electoral de la OEA. Y en este país, por ejemplo, donde los partidos políticos tradicionalmente habían empleado campañas para cortejar a los votantes, un outsider político pudo aprovechar las redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, para lanzar una campaña virtual que involucró a millones de jóvenes votantes generando la llegada de un personaje que no hubiera sido considerado en otro momento de la historia de este país.
Por supuesto, el Presidente Electo Bukele no es el primer candidato que aprovecha el poder de las plataformas digitales de esta manera, pero su exitoso apoyo en estas nuevas tecnologías, en un ambiente de casi exclusión de las técnicas más tradicionales, es ciertamente un momento decisivo en las campañas electorales modernas.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas; el uso de Internet y las tecnologías digitales también han dado lugar a una serie de desafíos y de complejidades con las que se debe lidiar en las democracias y en las instituciones democráticas.
En un reciente artículo “The Project Syndicate”, la Ex Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, quien casualmente dirigió la emisión de observación de la OEA en Brasil, donde vivimos algunos de estos desafíos de primera mano, identificó claramente cuatro retos digitales actuales que son peligrosos para la democracia:
Primero, el auge de lo que Laura llama una industria de la interferencia electoral, que guía a sus posibles clientes sobre cómo manipular las elecciones mediante los medios sociales, las noticias falsas y también la micro focalización.
Un segundo, el reciente incremento de asistentes domésticos digitales, seguramente ustedes tienen alguno de ellos como Google Home, como Alexa, como Siri, que permiten que algunas compañías tecnológicas influyan en la información que recibimos y que en última instancia construyen la percepción de lo que creemos.
Otro fenómeno que hemos visto en varias misiones de observación electoral recientes, la aparición del fenómeno conocido como Deepfake, donde la inteligencia artificial y la síntesis de imagen se utilizan para crear imágenes de video falsas que no se pueden distinguir de las imágenes auténticas, lo que dificulta la diferenciación entre lo que es real y lo que se simula.
Ya decía Gianni Buquicchio, que hay ocasiones en que la noticia falsa tiene mucho mayor impacto que la propia verdad.
Plataformas digitales como WhatsApp y Facebook se han utilizado también para difundir información genuina, y propuestas positivas, pero al mismo tiempo información falsa relacionada con las elecciones y los candidatos electorales.
Éstas son tendencias preocupantes que pueden tener implicaciones difíciles para la democracia; en las misiones de observación electoral de la OEA hemos vista cada vez más este rasgo, la diseminación de la desinformación y el discurso polarizador destinado a apoyar a candidatos específicos que puede socavar el contexto y la integridad de los procesos electorales en general, bajo el manto del anonimato proporcionado por las nuevas tecnologías y las plataformas.
Aquí mismo en nuestro país, en México, hemos vivido recientemente un fenómeno fuerte en torno al carácter anónimo de la información y las consecuencias que eso puede tener en la vida de las personas.
En Brasil, donde la campaña se centró más intensamente en Internet que en los medios tradicionales, la difusión de noticias falsas a través de las redes y los servicios de mensajería resultó un desafío complejo.
Con casi el 60 por ciento de la población brasileña activa en Internet, la información falsa se difundió especialmente en el periodo previo de la segunda ronda, y esto se propagó fácilmente a otras plataformas digítales como WhatsApp.
Por supuesto, y hay que decirlo, el viejo modelo de comunicación política, el que todavía nos tocó a Lorenzo y a mí administrar en la Elección de 2012 ha cambiado; el ahora Presidente Bolsonaro de Brasil fue un candidato que sólo tuvo siete minutos diarios de televisión en su campaña, y a pesar de ser el candidato que menos presencia mediática tenía en radio y televisión, logró ser el candidato triunfador, porque supo utilizar otros elementos.
Concluyo diciendo que existen muchos desafíos, y aquí hay expertos en la materia que nos van a ayudar a discutir sobre ellos.
Primero, la capacidad de los actores extranjeros para influir en las elecciones, o fomentar la polarización a través de anuncios y contenidos específicos.
Segundo, la velocidad de la comunicación, que permite que la información falsa, dañina, o polarizadora, se propague rápidamente antes de que se pueda corregir o moderar.
Y aquí, quienes han participado en campañas, hay que gente que ha participado durante muchos años, saben que una noticia falsa puesta correctamente en el debate político, puede destruir el prestigio o la fama pública de un candidato.
Por supuesto, también, las burbujas de filtro y las eco-cámaras que aíslan a las personas de los puntos de vista de la competencia, y que tienen el gran riesgo de exacerbar la polarización.
¿Qué hacer ante este panorama? Yo pienso que la primera acción que debemos emprender es reflexionar sobre ello; estamos viviendo un fenómeno nuevo, un fenómeno del que algunos de nosotros no teníamos conocimiento.
Y creo que por eso este Foro es un Foro tan importante.
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos, don Luis Almagro, quien por cierto envía un cordial saludo tanto a las autoridades de la mesa como a todo el público presente, ha dicho que la democracia no se da por defecto, requiere de un trabajo duro.
Éste con Internet y sin Internet siempre será el caso, pero hoy, más que nunca, tenemos que emplear esfuerzos aún mayores para enfrentar y superar los desafíos planteados por nuestra tecnología en evolución.
Esperamos que este interés para trabajar juntos se siga fortaleciendo, porque es muy importante que este Foro de la Democracia que hemos realizado ya durante tantos años, continúe, razón por la cual termino haciendo lo que hago cada año, y seguramente muchos de ustedes aplaudirán conmigo, agradecer siempre el trabajo durante tantos años de mi querido amigo Manuel Carrillo, que, sin él, no sé dónde esté, sin él este esfuerzo sería virtualmente imposible.
Muchas gracias y ya nos estaremos viendo en las mesas discutiendo estos asuntos.
Muchas gracias.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias Francisco.
Le pido ahora a la Secretaria de Gobernación, la doctora Olga Sánchez Cordero, que haga uso de la palabra.
Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero: Muy buenos días a todas, a todos.
Doctor Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, muchas gracias por esta invitación.
Al Presidente de la Comisión de Venecia, del Consejo de Europa, Gianni, muchas gracias por haberte tomado el tiempo de llegar hasta nuestro país a participar en este foro, muchas gracias.
A nuestro querido Francisco Guerrero, Secretario de Fortalecimiento de la Democracia de la Organización de Estados Americanos, muchas gracias Francisco, y muy interesante tu ponencia, muy interesante.
Saludo a todos quienes hoy nos acompañan.
Muchas gracias a los medios de comunicación por su presencia.
Es un honor para mí estar en la inauguración de este foro, en el que participan representantes de diversos países y de una amplia gama de sectores, sin importar el origen del país o la profesión, todos los invitados compartimos un propósito: discutir un tema de suma importancia por la evolución tecnológica y la sumersión en la era digital.
Hasta hace un par de décadas realizábamos nuestras actividades cotidianas sin Internet, yo misma no soy de una generación de la informática.
Hoy es prácticamente imposible concebir nuestras rutinas sin injerencia de algún medio digital o de la conexión a la red. La toma de decisiones de interés público y la instrumentación de políticas debe considerar los aspectos digitales, y más importante aún, comunicar sus conclusiones y los resultados por estas vías.
La expansión y constante evolución de las redes sociales, así como las nuevas tecnologías de la información, especialmente aquellas relacionadas con el Internet y los dispositivos móviles, han revolucionado la forma en que una gran parte de la población se relaciona e interactúa en su entorno vital.
En los últimos años, hemos atestiguado el poder creciente del mundo digital, las redes sociales han desempeñado un papel fundamental en la transmisión de información clave. Pongo varios ejemplos, y en tiempo real, como ocurrió en la Primavera Árabe, o en los actos de violencia del Estado Islámico de Irak y de Siria, en un mundo donde la evolución digital ha conferido mayor importancia a la opinión pública y a la interacción directa, el gobierno debe emprender estrategias que se adapten a las necesidades y a las nuevas formas de comunicación.
La estrategia de acercamiento a la población debe replantearse y apostar a medios no convencionales, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet, a finales del 2017 había 67 por ciento de penetración en la población de personas de seis años en adelante, con 79.1 millones de usuarios.
La cifra nos impacta por sí misma, pero la tendencia bosqueja la magnitud del fenómeno. En 2006 solo había 20 millones de usuarios de Internet en nuestro país, y en poco más de una década ese número se cuadriplicó. A este ritmo, en menos de lo que imaginamos, prácticamente toda la población estará conectada al Internet.
Yo misma he tenido varias conversaciones con los prestadores de estos servicios, con los concesionarios para que el reto al final de este sexenio sea que toda nuestra población esté conectada con Internet.
Por ponerles un ejemplo, México sería otro México si el joven que vive en la zona Mixe del estado de Oaxaca y el joven que tiene acceso a las escuelas de Harvard tengan la misma oportunidad y el mismo acceso a la información.
No es solamente el número de usuarios lo que debemos analizar; la demografía, los hábitos y las preferencias han cambiado significativamente, el acceso a dispositivos móviles y redes sociales permea todas las clases socioeconómicas.
De los casi 80 millones de internautas mexicanos, el 36 por ciento pertenece a un nivel socioeconómico medio o medio bajo; y el 33 por ciento a un medio alto.
Independientemente de nuestra ubicación, de nuestra edad, de nuestras costumbres, de nuestra educación, de género o cultura, la presencia de estas redes sociales es inminente, de las 24 horas al día, en promedio pasamos ocho horas y 12 minutos, la tercera parte, conectados a Internet.
Cerca del 90 por ciento de la población entrevistada por la Asociación Mexicana de Internet indicó que los teléfonos inteligentes son su dispositivo preferido para acceder a las redes sociales y a Internet.
Respecto de las actividades en línea, la principal, el 90 por ciento es el uso de las redes sociales, pero un dato interesante que arrojó este estudio es que el uso de Internet para gestiones con Gobierno aumentó en 12 por ciento de 2017 a 2018, en solo un año 12 por ciento más.
Por último, cabe destacar que más del 70 por ciento de los entrevistados afirmaron que su teléfono inteligente era la herramienta principal para buscar noticias y dar seguimiento a los procesos políticos.
En las elecciones federales del 2018 nueve de cada 10 personas en el estudio mencionado afirmaron seguir el proceso electoral vía redes sociales o su dispositivo móvil.
Más allá de presentar un diagnóstico de la sociedad digital en nuestro país, mi intención es utilizar estos datos para ilustrar las tendencias y los hábitos de comunicación de nuestra población.
En ese sentido, la interacción entre gobernantes, funcionarios públicos y los ciudadanos no puede ser la misma que hace, escasamente, una década.
El cambio de gobierno, la cuarta transformación de México, debe traer consigo un cambio de paradigma, no sólo en la tecnología de la comunicación, sino en el diseño e instrumentación de las políticas públicas.
Tradicionalmente el gobierno emitía información para los ciudadanos que solo escuchaban, pero hoy, gracias a las herramientas digitales, el público puede cuestionar e incluso exigir directamente a sus gobernantes y no solamente escucharlos.
Los funcionarios, los legisladores, los líderes políticos se beneficiarían de modernizar la interacción con su público; además, la actualización tecnológica y el manejo de redes sociales, pueden agilizar los procesos burocráticos, mejorar la atención ciudadana, y ampliar el alcance de programas.
Es cierto, la era digital presenta retos, enormes retos que pueden ser difíciles, a veces hasta inclusive de identificar y de resolver en primera instancia.
Nos acaba de compartir Francisco este estudio y este análisis de la Presidenta, de la Ex Presidenta de Costa Rica, muy interesante.
La evolución tecnológica y la volatilidad de las tendencias digitales son tan veloces que nos obliga a actualizar constantemente las gestiones públicas; sin embargo, la era digital posee una característica que nos remonta al pasado. La definición etimológica de democracia se refiere al poder del pueblo y no hay mejor manera de conocer la voluntad del pueblo, que interactuar directamente con él.
La era digital nos dota de las herramientas que facilitan esa comunicación y nos impulsa a diseñar políticas públicas que reflejen las tendencias y las formas de comunicación actuales.
Si los vínculos entre gobernantes y ciudadanos se adaptan a esta era digital, la democracia evolucionará, no sólo para resolver los desafíos, sino para transformarlos en oportunidades.
Y termino con la frase de nuestro Presidente de la República, de esta cuarta transformación, que lo ha dicho en varias ocasiones: “benditas las redes sociales”.
Muchas gracias.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Bien, agradezco mucho la participación de la Secretaria de Gobernación, del Presidente de la Comisión de Venecia, el Secretario para el fortalecimiento democrático de la OEA.
Con esto damos por concluido este panel inaugural, en cinco minutos arrancamos con la primera de las mesas, el primer conversatorio: Impacto de las nuevas tecnologías de la información en las formas de hacer y entender la política.
Gracias de nueva cuenta y bienvenidos a este noveno foro de la democracia en Latinoamérica.
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