Intervención de Lorenzo Córdova en la Presentación del Informe Nacional Democracia sin Pobreza

Escrito por: Francisca Librado
Tema: Consejero Presidente

Muchas gracias.

Rogelio agradezco de veras muchísimo la oportunidad de estar acá, gracias a ti y gracias Alberto que, con quien no es la primera vez a lo largo de este proceso electoral que nos vemos, creo que parte de las características de este proceso electoral es que logró conjuntar, a diferencia de los que habían señalado a una autoridad autorreferencial, digamos, cerrada a la crítica y demás, a un proceso como creo que tiene que ser los procesos electorales; es decir, procesos con un acompañamiento de parte de la propia sociedad y de distintos actores sociales, políticos y hasta económicos, porque al final del día, la responsabilidad de las autoridades electorales es la de organizar las elecciones.

La llegada a buen puerto de un proceso electoral implica un sinnúmero de responsabilidades compartidas y el rol de la propia sociedad civil es fundamental, no solamente si se ve de manera retroactiva, sino en el momento actual, y sobre todo en los momentos que vienen.

Quiero agradecer mucho, pues la invitación.

Les ofrezco una disculpa por la llegada tardía en la mañana estaba en Querétaro, estábamos, después de una reunión muy rápida avanzando en la construcción del presupuesto del próximo año. Les ofrezco de veras una disculpa, pero es un privilegio poder estar aquí.

Déjenme partir de una premisa y que además es una felicitación al informe que realizó Acción Ciudadana contra la Pobreza, en este proyecto a lo largo del proceso electoral, recién, bueno, en vías de conclusión en estas horas.

La verdad sobre el tema de la compra y la coacción del voto, sobre el uso de los programas sociales en México se había hablado muchísimo, pero es un fenómeno, hay que decirlo con toda franqueza, que se había estudiado muy poco, o que se había estudiado muy poco con bases objetivas.

Son muchos los teóricos de la compra del voto, son muchos los teóricos del fraude; son muy pocos los que han hecho un trabajo objetivo, que es el que realmente sirve para poder, digámoslo así, delinear políticas institucionales, políticas públicas, cambios normativos realmente eficaces. Lo demás, digamos, ayuda poco, contamina mucho, y bien se vale generar contextos de exigencia a las propias autoridades.

Pero lo digo sin medias tintas, y es un elogio al informe, de los estudios que yo conozco, probablemente el de Kenneth sobre compra y coacción del voto, el de Kenneth Greene de hace algunos años, y éste que hoy se está presentando, son los dos estudios más serios. Y por cierto, son de los pocos, muy pocos que más allá-insisto- de la narrativa pública respecto de la compra y la coacción del voto que se han presentado.

Y sí, estos son los que sirven, porque estos nos permiten dimensionar a ciencia cierta un fenómeno que nadie en su sano juicio puede negar. Vaya, déjenme decírselos así, el fenómeno del clientelismo y aquí una pequeña diferencia con mi querido amigo Joel, la única prometo, a propósito del clientelismo político.

Miren, el clientelismo político existe en todos los sistemas democráticos, hasta en Finlandia, que es el país con el índice democrático más alto de la tierra. Hay estudios respecto del clientelismo político.

Creo que las democracias viven una triste y lamentable paradoja intrínseca, el fenómeno del clientelismo político es un fenómeno intrínseco a la misma lógica de la democracia.

Cuando hay alguien que tiene a disposición recursos públicos y tiene que ir a las urnas, tarde o temprano existe la tentación, ilegal o no, de utilizar en su beneficio las políticas públicas, de benéfico político quiero decir.

Claro, esto se agrava cuando tenemos realidades socialmente tan ominosas como las nuestras. Pero por eso agradezco esta lógica, incito, de seriedad del informe que hoy presentamos.

Es un informe, y esto debo celebrarlo como autoridad electoral preocupada por la lógica, insisto, de acompañamiento y de la crítica que es indispensable al trabajo de las propias autoridades electorales, que ese acompañamiento crítico, que siempre se ha demandado, sea lo más informado posible porque es el que nos permite como autoridades electorales tener insumos para eventualmente tomar decisiones que nos lleven a mejorar nuestra actuación, y con ello, pues la calidad si se quiere, de nuestro sistema democrático bajo una premisa que agradezco, insisto, que el estudio, así como lo decía ahora Alberto, como se ha repetido por los colegas de la mesa, del panel pues, el estudio tiene un enfoque integral y reconoce que el problema que aqueja a la compra y coacción del voto, que aqueja al uso político electoral y los programas sociales, que prácticamente siempre había sido aparejado a una dimensión estrictamente electoral, tiene una dimensión mucho más amplia, integral precisamente.

Déjenme decirlo de esta manera.

El problema que tiene nuestro país, y en el que fenómenos como lo que el estudio se avoca, a lo que se avocó a lo largo del proceso electoral a identificar y a diagnosticar, es un problema que tiene que ver no con las elecciones, o al menos no en primera instancia, sino de manera derivada, es un problema que tiene que ver con la pobreza, con la desigualdad, con la corrupción y con la impunidad, que son parte de los grandes problemas estructurales de nuestro tiempo, y qué generan todos estos fenómenos, un contexto adverso para la autonomía política. Ojo, adverso, no inhabitable.

Y lo que sucedió el 1° de julio es una gran lección para los teóricos, del fraude por un lado; y los teóricos de que en México la voluntad ciudadana no se respeta y que no hay condiciones para el ejercicio del voto libre, porque lo que vimos el 1° de julio fue el ejercicio masivo del voto libre.

Que es una democracia y que estas elecciones como parte, insisto, de la dimensión electoral de nuestra democracia que está aquejada por una serie de problemas y a los cuatro grandes puntos que plantee le agrego el de la violencia, pues sí, pero no es un problema detonado por las elecciones al igual que estos.

Ni las elecciones nos hizo más pobres, ni las elecciones generó desigualdad, al contrario, las elecciones son el momento más igualador de la vida pública.

Ni las elecciones generaron corrupción, ni las elecciones generaron impunidad, ni las elecciones generaron violencia. Las elecciones tuvieron que desarrollarse en un contexto de violencia que ya estaba ahí y que sigue ahí, y que sigue lastimando a la sociedad.

Queremos mejorar la calidad de nuestra democracia, queremos mejorar la calidad de nuestras elecciones, eso no pasa por una reforma electoral, pasa por atender estos problemas que lastiman a la sociedad e inevitablemente lesionan todos los ámbitos de la convivencia pública, democrática, incluida la electoral, por supuesto.

Dicho esto, celebro pues esta dimensión, lo digo con mucha franqueza Alberto, no es fácil decirlo, porque es muy fácil señalar, “ah, hubo compra y coacción del voto, vamos a la siguiente reforma electoral” cuando el problema es mucho peor.

Cuando hay un desvío de programas sociales, no están con un uso electoral, no estamos ante un fenómeno eminentemente electoral, estamos ante un fenómeno de corrupción.

Alguien está utilizando el dinero público para destinarlo a algo que no es la finalidad de ese dinero público, digamos, el destino de ese programa, de esa política pública, y lo está utilizando con un beneficio político, eso se llama corrupción en buen castellano.

Dicho lo anterior, permítanme alimentar el escepticismo de estos teóricos de la compra del voto, no, con un dato adicional que compartimos durante los procesos electorales con Alberto y que se movió marginalmente respecto de la última reunión que tuvimos, que es otro dato objetivo, que por supuesto no puede ser ni pretenderse verse como un dato exhaustivo per sé, pero es un dato real, que tiene que ver con el número de quejas que se presentan ante la autoridad electoral; porque cuando hay denuncias de compra y coacción del voto, ante la primera instancia a la que se presentan es ante el INE.

Cuando hay denuncias de uso político de programas sociales, político-electoral, se denuncian ante el INE. Es más, el año pasado en el caso del Estado de México, por ejemplo, la gran cantidad de las denuncias se presentaron ante el INE aunque el INE no era competente, porque la competencia, de acuerdo con nuestro sistema electoral, aunque se tratara de programas federales, aunque se tratara eventualmente de funcionarios federales, era del órgano local, porque estábamos frente elecciones locales.

Los datos, permítanme decirlo así, son elocuentes, y en muchos sentidos pues digamos extraños frente a la narrativa que se había venido construyendo.

En el proceso electoral 2017-2018, y estoy hablando del proceso desde el mes de septiembre en adelante. Estoy hablando de prácticamente 10 meses, de septiembre de 2017 hasta el 1° de julio de 2018, las cifras que tiene que ver con la materia del informe son las siguientes:

Cuántas quejas se presentaron ante el INE por el uso de recursos públicos, o si se quiere, a la luz de la violación del artículo 134. Es decir, el desvío de recursos públicos para fines políticos electorales, y aquí incluyo la propaganda gubernamental personalizada, y aquí incluyo la actuación de los funcionarios públicos, digámoslo así, no se mira bajo el principio de imparcialidad haya o no recursos.

¿Cuántas quejas se presentaron ante el INE? 20, 20 en 10 meses, en la elección más grande de nuestra historia, en la que se renovaron más de 18 mil cargos de elección popular. ¿Cuántas quejas se presentaron por la entrega de tarjetas con beneficios futuros, esas que prohibió el INE y después se nos dijo no teníamos atribuciones? 11, 11, no 11 mil, 11.

Y la más dramática de las cifras, ¿cuántas quejas recibió el INE por el uso político electoral de programas sociales? Cuatro, en 10 meses. Alguien me puede decir, bueno, es que el voto, los 30 millones de votos, o los 30 por ciento de votos pues inhibió la compra y la coacción del voto.

Bueno, estas son las quejas que se presentaron antes de que los 55, 56 millones de votos se emitieran, es decir, creo que estas cifras y la del informe tienen que compulsarse. Éstas, claro, implican una denuncia ante una autoridad, no necesariamente ante una plataforma venturosa inédita de una organización de la sociedad civil.

Pero en todo caso, que haya habido 700 quejas, yo le decía a Alberto, porque Alberto me decía, y permítanme la infidencia, es que estamos documentando un fondeo de programas sociales inédito en términos de recursos.

Y yo le decía: Alberto, yo no estoy recibiendo quejas de que esté utilizándose en materia político-electoral. Y me decía, pues la verdad nosotros tampoco mucho. Y ahí están las cifras.

¿Y dónde están concentrados los grandes, las denuncias? Pues en la Ciudad de México, por cierto.

Es decir, yo creo que vale la pena analizar esto, hay datos objetivos y vale la pena tomar en cuenta esto otro que nos sorprende mucho, pero es la verdad. ¿Qué es lo que creo que pasó? Si se me permite, porque esta elección fue una elección mucho más auditable y mucho más explicada de lo que había ocurrido en tiempos pasados.

Es una elección que implicó de parte de la autoridad electoral una intencionalidad de vincularnos con organizaciones de la sociedad civil para generar un acompañamiento que, lo dijimos así en su momento, y lo reitero, no puede entenderse como pedimento de condescendencia ni de complicidad, sino todo lo contrario, la autoridad electoral necesita el acompañamiento de la sociedad en la construcción de la propia elección.

Capacitamos a personal de las organizaciones de la sociedad para poder auditar nuestro sistema de fiscalización en su dimensión de transparencia. Venturosamente muchos periódicos a lo largo del proceso electoral, como nunca había ocurrido, señalaban día a día cuánto estaban reportando los distintos candidatos, tanto en las precampañas como en las campañas.

Es decir, se generó un contexto de exigencia a los propios actores políticos como creo nunca antes había ocurrido. Y por parte, por cierto, de la autoridad electoral desplegamos una serie de actuaciones en buena medida demandadas y exigidas desde la propia sociedad.

Luego de las elecciones del año pasado hubo una serie de demandas desde la sociedad a las que fuimos atentos desde el INE. Eso nos llevó a tomar una serie de decisiones, cuatro fundamentales a lo largo del año pasado, a finales del año pasado, que denominamos “cancha pareja”, digamos, un acuerdo en donde definíamos los criterios para poder presumir que un programa, social, tenía un uso electoral.

Establecimos un conjunto de criterios, por cierto, de los 36 criterios 34 ya habían sido aplicados con anterioridad, así que no estábamos inventando nada nuevo, para poder normar la conducta de los funcionarios públicos a la que se refiere el artículo 134, y prohibimos el uso de las tarjetas que ofrecían beneficios futuros.

Todas estas nos las tiró el Tribunal Electoral bajo un argumento: nosotros estábamos invadiendo esferas del Legislativo. No hubo un pronunciamiento de fondo, salvo en el tema de las tarjetas que, hombre, pues inevitablemente si el Tribunal te dice que sí se valen, pues se valen, aunque no te guste.

Y esto nos deja, por cierto, un buen, digámoslo así, una buena base para lo que deberá ser una serie de modificaciones legales, pero eso implica también un esfuerzo desde la sociedad conjunto para poder generar esos contextos de exigencia y que estos asuntos que nos preocupan efectivamente estén normados.

Si el problema era la competencia del INE pues generemos el contexto de exigencia juntos, en donde se tiene que generar que es en el Congreso.

Voy adelante.

Un dato que hay que tomar en cuenta y que es un gran dato que no debemos menospreciar, porque vamos a perder de vista la enorme, digámoslo así, la transparencia que para entender el fenómeno político-social en nuestro país nos arrojó, y la cantidad de elementos que nos arrojaron estas elecciones.

Déjenme partir con una provocación. México no arribó a la democracia el 1° de julio, eh. El 1° de julio la gente votó libremente, en su enorme mayoría porque existían condiciones para hacerlo, sino de otra manera no vamos a entender, no podemos entender el hecho de que los últimos cuatro años, de 2015 a 2018, incluido, estamos presenciando el fenómeno de mayor alternancia de la historia política del país por la vía electoral.

Y quien usa los programas sociales son los gobiernos, federal, local y municipales; y, sin embargo, en estos cuatro años de 33 elecciones de gobernadores en 21 hubo alternancia, en el 62 por ciento.

Yo no estoy negando el hecho de que la pobreza sea utilizada políticamente, lamentablemente eso está ahí y hay que combatir la pobreza. Y por supuesto, hay que elevar los contextos de exigencia para quien quiera abusar de la pobreza. Pero más allá de la pobreza en la que está sumido casi 54 millones de mexicanos, en las elecciones se dirime el destino político del país a través del voto libre, y creo que tenemos una ciudadanía cada vez más empoderada.

Estas elecciones nos demostraron, por lo que el informe revela, un dato no menor, por cierto, la coalición en la que la encuesta, a las coaliciones a la que la encuesta le atribuye, digámoslo así, el mayor índice, digámoslo así, de compra de voto en la elección presidencial, 5.9 por ciento la coalición “Todos por México”, 5.5 la coalición “Por México al Frente”, 0.7 la coalición “Juntos Haremos Historia”, y 21 por ciento múltiples partidos.

Pues revela que en todo caso quien estaban indicados como los principales agentes de este fenómeno pues no ganaron la elección. Voy con un dato adicional, según los datos de la fiscalización del INE recién concluida la coalición que más gastó de las tres coaliciones federales fue “Por México al Frente”, que gastó 38 por ciento del total de gasto identificado y obtuvo el 22 por ciento de la votación.

Le siguió la coalición “Todos por México”, que gastó el 18 por ciento y obtuvo el 16.4 por ciento de los votos, y prácticamente emparejaron, un poquitito más, 20 por ciento de los recursos la coalición “Juntos Haremos Historia”, y obtuvo el 53 por ciento de los votos.

Es decir, estas elecciones nos dejan como gran lección que no hay una correlación directa entre el monto del dinero y el resultado en las urnas. ¿A dónde quiero llegar? Que tal vez vale la pena, sin olvidarnos de estos fenómenos, sin visualizarlos, sin poner un foco de luz sobre los mismos y generar en consecuencia contextos de exigencia, mal lo haríamos.

Tal vez hay que empezar a entender algo que desde las urnas la ciudadanía el 1° de julio lo reveló. Tenemos a ciudadanos cada vez más empoderados y quien crea que los resultados en una elección son definitivos se está equivocando, no está leyendo lo que es este país.

Tenemos una ciudadanía preocupada, cada vez más preocupada por esos grandes fenómenos que aquejan a la vida en sociedad y tenemos una ciudadanía pinta que ya está ejerciendo con su voto, no solamente un mecanismo para poder decidir quién lo gobierna, sino también para premiar y castigar acciones de gobierno.

Si eso debería ser un llamado de atención a quienes nos gobiernan y a quienes nos gobernarán, porque los problemas ahí están no se acabaron con la elección y tenemos que resolverlos.

Termino, el acompañamiento de la sociedad de civiles es fundamental para los organismos electorales y mal haríamos desde el INE si hubiéramos visto esta vinculación, por supuesto, no solamente con la sociedad civil debemos hacerlo así, en una dimensión institucionalizada con el Comité.

Sino con la sociedad civil organizada mal haríamos si viéramos esta alianza, este acompañamiento que, repito, no puede ser visto ni con condescendencia ni como complicidad, como un mero fenómeno de temporal.

Creo que hoy tenemos de continuar en esa lógica de acompañamiento, claro que las responsabilidades son distintas, pero el Instituto Nacional Electoral, es más, en general los órganos constitucionales autónomos como órganos de control que somos, ante todo, de control de poder necesitamos un acompañamiento de la misma sociedad y ese desde este lado tiene que procurarse.

Termino con dos datos o con dos elementos, con dos reflexiones. La primera. A ver, que tiene que ver con el retiro de la credencial o la solicitud a cambio de dinero de la copia de la credencial; miren yo llevo 24 años dedicado a las funciones electorales desde la academia o desde la propia autoridad electoral en distintos rollos.

Sigo sin entender para qué demonios le sirve a un candidato, perdón, a un partido, a una organización, a quien sea, pedir de cara a una elección una copia de la credencial para votar a un ciudadano. Ojo, entiendo para qué sirve, lo vimos con los fraudes que se hicieron en las candidaturas independientes, hombre, llegaban muchos de los presuntos apoyos ciudadanos respaldados con fotocopias que hasta el nombre del programa social tenían en muchas ocasiones y a veces hasta la copia de la credencial, de la tarjeta bancaria para la cual habían pedido la credencial para votar, y que eso nos lleva evidentemente a un problema, ya lo mencionaba Joel, que nos preocupa, que nos ha venido ocupando, pero además sobre que ya está la solución puesta sobre la mesa.

Para efectos de la libertad del voto, pedir la copia de la credencial pues no sirve para nada; ojo, entiendo que psicológicamente pueden decir chin ya me pidieron la copia de la credencial, híjole, me siento cohibido en el ejercicio libre del voto, eso lo entiendo, pero eso se resuelve no necesariamente con acciones punitivas, sino más bien, no está mal pues, pero sino más bien una cosa cultural.

Y el INE en esta ocasión  desplegó, por cierto, en esta elección desplegó por cierto  un fenómeno que a mucho no gusto ¿eh?, es decir, por primera vez de cara a una elección federal, el INE siguió reponiendo credenciales cuando se perdían, cuando eran robadas o cuando eran compradas o quitadas alevosamente hasta pocos días  antes de la elección.

Claro que hay una fecha fatal para poder inscribirse y hacer movimiento al Padrón Electoral, eso lo dice la ley  y ahí no tenemos margen de maniobra, que es el último día de enero. Pero hasta el 20 de junio el INE siguió emitiendo credenciales e  hicimos una campaña no menor diciendo: perdiste tú credencial, te la robaron, te la quitaron, te la compraron, no te preocupes, ve y saca otra.

Lo que me lleva al punto que plateaba Joel, gracias a una interacción con el INAE, hoy la credencial, las copias de las credenciales cada vez más son innecesarias, incluso para trámites ante autoridades distintas a la electoral.

A finales del próximo mes de enero, todos los trámites bancarios, todos sin excepción, ya sea, hoy la Comisión Nacional Bancaria y de Valores señalaba que los pequeños bancos se les dio una exención hasta el 20 de, hasta el 2020, pero bueno, todos los bancos, todos los trámites bancarios requerirán de la presentación de la Credencial para Votar con Fotografía.

Esa presentación, luego de una clara política de privacidad respecto a lo que va a hacer el banco, supondrá que se va a consultar en tiempo real, con la base de datos del Padrón Electoral, si ese plástico es válido o no, y si el plástico está actualizado un plástico previo no sirve. No estaremos entregando ningún dato. Esto fue una de las premisas del INAI.

Solamente computamos respuestas binarias, sí o no, esta credencial es vigente, sí coinciden los datos que están asentados aquí, con los que tienes en tu base de datos, sí, y después tendrá que colocar la huella digital, y en tiempo real podremos decir si el portador de la credencial, ya lo podemos hacer, ya lo estamos haciendo con algunos bancos. Podremos decir si el portador de la credencial es realmente el que tenemos registrado en la base de datos.

Ese es el futuro de la realidad del país y bajo la lógica de la autenticación. No se trata de compartir datos, se trata simplemente y sencillamente de verificarlos con la base de datos con más grande y más segura del país que es la que tiene el INE, y que por cierto, ya que vendrá la discusión del presupuesto, cuesta el 40 por ciento del gasto operativo del INE. Es lo que nos cuesta tener a todos una credencial gratuita, y no es tanto el costo del plástico, sino es más bien, toda la gestión de la base de datos más grande y más delicada y más protegida que está en manos del Estado mexicano.

Termino con esto. Ya lo decía Mariclare. Déjenme decirlo de esta manera, de otra manera, de otro modo.

Hace 30 años comenzamos una ruta para ver cómo resolvíamos uno de los dos pilares fundamentales de todo sistema democrático, la dimensión electoral, y poco a poco fuimos mejorándole, fuimos auditándolo, se trata de una evolución no exenta de ciertos retrocesos, pero finalmente, vaya, el expediente electoral está ya está resuelto.

Habrá que mejorar cosas, sí sin lugar a dudas, es complicado hacer elecciones de este tamaño con una figura como la Casilla Única. Yo digo que el sistema electoral tiene que entrar en una fase de simplificación, lo hemos abigarrado tanto, producto de la desconfianza, que hoy es casi incomprensible, cuando algo es incomprensible o peor todavía, cuando el derecho, cuando las normas electorales están peleadas con el sentido común, la probabilidad de que quien esté equivocado es la norma y no el sentido común es altísima. Yo creo que hay que caminar hacia una lógica de simplificación, de desabigarrmiento del sistema electoral.

Pero en términos generales la tarea, siempre habrá una frontera por alcanzar, pero esa tarea está suficientemente hecha.

Pero hay otra parte, que decía Mariclare, hay dos patas sin las que la democracia no se entiende, repito: una la electoral y la otra es la rendición de cuentas, y en esa estamos muy atrasados.

Y los problemas que estamos padeciendo, termino como empecé, y como lo revela el informe, en buena medida en lo electoral dependen de la terea no cumplida, no hecha todavía en la otra.

Lo digo así, con mucho respeto para la Presidenta del Sistema Nacional Anticorrupción. Hace 30 años empezamos a construir el sistema electoral, 30 años después estamos empezando, es más, estamos viendo si logramos echar andar el Sistema Nacional Anticorrupción.

Queremos que nuestra democracia se consolide, debemos de dejar pensar menos en lo electoral y pensar más en la otra pata de la que depende al final del día la subsistencia y el fortalecimiento de nuestra democracia, que es la rendición de cuantas y de la que depende, eso que todavía es una meta, me temo lejana por alcanzar en el país, que es el Estado de Derecho.

Muchísimas gracias.

Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, durante la Presentación del Informe Nacional Democracia sin pobreza, realizado en la sede de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal

-o0o-