Intervención de Lorenzo Córdova, en el Panel 4: La política y su compromiso con el desarrollo, Seminario México 2018

Escrito por: Francisca Librado
Tema: Consejero Presidente


Permítame articular mi intervención en tres aspectos fundamentales: el primero es, digamos, dimensionar, la elección que tenemos enfrente y porque, y justificar porque hemos hablado de que estamos frente a la elección más grande de la historia.

No es un eufemismo, no es pura retórica, tanto desde muchas perspectivas estamos frente a la elección, por buenas o malas razones, más grande de nuestra historia y esto ha representado para la autoridad electoral y para la sociedad un enorme desafío que nunca habíamos visto en un Proceso Electoral.

La primera razón para hablar de la elección más grande de la historia es la concurrencia de elecciones locales con las elecciones federales, salvo los estados de Baja California y Nayarit en el resto del  país el 1º de julio no sólo se elegirán los tres cargos federales, representantes para los tres cargos electivos federales, presidencias de senadurías y diputaciones, sino también habrá al menos algún cargo local en disputa que, insisto, de manera concurrente se realizará con las elecciones federales.

Esto nunca antes había ocurrido. La concurrencia más grande de elecciones locales con elecciones federales había sido en 2015 con 16 elecciones locales, Chiapas se desfasó cinco semanas, pero hasta entonces ese había sido el ejercicio de concurrencia más grande. Hoy tenemos 30 elecciones locales que de manera convergente que se realizarán con las elecciones federales.

En un segundo término, vamos a las elecciones más grandes de la historia porque contamos con el Padrón Electoral y por ende el Listado Nominal más grande que haya existido. El número de potenciales electores que el 1º de julio tienen derecho a participar, aunque la cifra se cerrará en las próximas dos semanas, el 28 de este mes, estaremos aprobando la lista electoral definitiva, estaremos rebasando los 89.1 millones de electores.

Comparativamente con la elección presidencial de hace seis años estamos hablando de prácticamente de 10 millones de electores más de potenciales electores que participarán, tendrán derecho de participar en las elecciones.

Esto trae como consecuencia que el número de casillas que instalaremos el 1º de julio es también el más grande de nuestra historia. Cerca de 157 mil casillas se instalarán a lo largo y ancho del país, que representan 14 mil casillas de las que se instalaron hace seis años.

Con una diferencia, la Reforma del 2014 impuso que donde haya elecciones locales concurrentes con las federales opera una modalidad particular de casilla que la ley define como Casilla Única. Quienes votaron en las elecciones de Ciudad de México, Estado de México en 2015 saben ya, conocen ya esta figura, se trata de único centro de votación en donde se emiten los votos tanto de los cargos federales como los cargos locales.

Una única mesa directiva de casilla es la que es responsable, pues de recibir y contar los votos de los electores para ambos niveles de gobierno.

Antes, como ustedes recordarán también, se instalaba lo que en la jerga electoral llamábamos “casilla espejo”, una casilla federal adosada a una casilla local y el elector tenía que realizar los trámites de votación en dos centros distintos. Hoy el 96 por ciento de esas 157 mil casillas son Casillas Únicas.

Y esto es lo que trasciende a la mera anécdota, el punto es que el número de funcionarios en una casilla que no es única como la que instalaremos en Baja California y en Nayarit, en donde no hay elecciones locales y el número de funcionarios que se requieren en las Casillas Únicas aumenta en un 50 por ciento.

En un caso son seis funcionarios, cuatro propietarios y dos suplentes, en otro caso, se trata de nueve funcionarios, seis propietarios y tres suplentes. Hasta ahí podría ser un dato anecdótico. El problema es la traducción en términos logísticos y operativos que ha llevado al Instituto Nacional Electoral a realizar el trabajo de campo más grande de su historia y por cierto, el segundo trabajo de campo más grande que realiza el estado mexicano, sólo después del censo de población que se realiza cada 10 años.

Esto es así, porque el número de funcionarios de casilla que vamos a necesitar para operar esos 157 mil centros de votación es de un millón 400 mil funcionarios electorales, que son 400 mil funcionarios más de lo que requerimos hace seis años.

Con la diferencia de que hace seis años el descrédito de la política, el desencanto con la democracia, la apatía, la aversión, en términos de la participación ciudadana era mucho menores de lo que  hoy nos encontramos.

Este, si esta charla hubiera tenido lugar hace tres meses, habría sin lugar a dudas representado el principal desafío que la autoridad electoral tenía que enfrentar, sobretodo porque el proceso para nombrar, llegar a ese millón 400 mil ciudadanos pasa como lo mandata la ley desde, digamos con algunas variaciones desde hace más de 25 años, desde los orígenes del sistema electoral moderno en nuestro país por una criba a través de un sorteo, es del elemento de la notoriedad, para que el total de ciudadanos inscritos en la Lista Nominal se visite antes el 10 por ciento, hoy al 13 por ciento que representó 11.7 millones de visitas domiciliarias de parte de nuestros funcionarios, para al final poder contar con ese número total de funcionarios requeridos por mandato de ley.

Bueno, las buenas noticias, en este sentido, perdón y el último elemento es el que hacía referencia. El último elemento para dimensionar a esta elección. El número de funcionarios, perdón de cargos en disputa es el más alto de nuestra historia en un mismo proceso electoral.

Estamos hablando de 3 mil 406 cargos de elección tanto federales como locales, entre los destaca por supuesto la Presidencia de la República por obvias razones, que si tomamos en cuenta, aquí están considerados en estos 3 mil 406 a las elecciones municipales como un solo cargo, porqué, como ustedes saben se vota, como se votará en la Ciudad de México por las alcaldías, solamente por un candidato a alcalde pero ese voto tiene como consecuencia la designación de un número muy importante de funcionarios que tendrán el órgano de gobierno, cabildo, alcaldía como se quiera del municipio, es decir, hay síndicos y regidores es que a partir de ese voto se designan.

Si tomamos en cuenta el número total de cargos que serán asignados mediante la votación popular del 1º de julio ese número se eleva a 18 mil 311 cargos en disputa. Nunca en la historia del país tanta disputa, digámoslo así por el poder político se había concentrado en un mismo proceso electoral. Y esto evidentemente multiplica la conflictividad y la litigiosidad que esta aparejada en el propio proceso.

Déjenme tocar, y hare un juego de ir y venir, flash back si me permiten tocar otro elemento que me parece que es importante tomar en cuenta en términos de la historia reciente de las elecciones y que constituye prolegómeno del proceso electoral.

Hay quien dice que en México las elecciones, de hecho es una percepción, así lo revelan estudios como Latinobarometro están cargadas, digámoslo así, no son limpias y están cargadas digamos de una manipulación que implica en muchos casos que desde el poder político se controla el destino de los resultados electorales.

Bueno, los datos, de esto vuelvo a insistir, no es una cuestión de percepciones es de datos objetivos de los resultado de los últimos tres años, desde 2014 a la fecha y no quiero hacer, claro, una correlación automática de que esto es gracias a que existe el INE, creo que el INE ha venido a, digamos la Reforma electoral 2014 no se ha cambiado, no soy un crítico de esta reforma, en buena dosis con razón, que nos ha cambiado, digamos, el modo de hacer elecciones.

El dato de facto, es que en los últimos tres años, y es el que quiero subrayar ante ustedes, hemos tenido el periodo en que se ha dado el mayor índice de alternancia a través de las urnas en la disputa política en el país.

Nunca ante en un lapso de tres años se había dado tantos cambios de ganador de una elección a otra como ocurrió, insisto, en el 2015 y el 2017. Hay algunos datos que son evidentes ilustrando este punto de 24 elecciones de gobernador que se han realizado estos tres años, en 14 casos ha habido alternancia, ha habido un cambio de gobernador y no se puede decir que haya un único beneficiario de este fenómeno, en mayor o menor medida se quiere, pero todos los partidos políticos se han beneficiado, digámoslo así, volatilidad del voto, pero que desde otro punto de vista  refleja algo irrefutable.

Si hay alternancia, y esto no nos hace más o menos democráticos, si hay alternancia es que existen condiciones reales para que esta ocurra. Si la alternancia ocurre, no, es algo que los electores deciden con sus votos, y una elecciones tan democrática si hay una continuidad en el gobierno como sui hay alternancia.

Vuelvo a insistir, lo que hace democrática una elección no son los resultados, sino que existan las condiciones reales para que si así lo deciden los electores, pueda haber alternancia o no.

Y el que haya existido este índice de alternancia tan intenso, en muchas ocasiones, por primera vez en la historia política de varias entidades federativas, me parece que es una prueba irrefutable de que en México el voto  cuenta, cuenta para definir libremente quienes nos van a gobernar.

El último dato que mencionó aquí es que el año pasado, y esto se ha repetido invariablemente elección tras elección eh, a lo largo de estos años, de estos últimos tres años.

En 2017, el 61 por ciento de los cargos en disputa cambiaron de ganador, me estoy refiriendo a cargo de gobernador, me estoy refiriendo a cargos de diputados locales, cargos de diputados federales en 2015 o bien alcaldías.

Un dato más que quiero poner sobre la mesa: en México la pirámide poblacional sigue dando sus efectos y teniendo su impacto en la composición del electorado.

Nunca tantos jóvenes habían tenido la posibilidad de votar como va a ocurrir el próximo primer de julio. Esta integración del Listado Nominal me parece que es emblemática del punto, el 40 por ciento de dicho Listado, es decir, casi 36 millones de electores son millennials, es decir, son esta categoría que va de entre los 18 y los 34 años.

26.1 millones de ellos son jóvenes que van, otra categoría que se utiliza con frecuencia, entre los 18 y los 29 años, es decir, jóvenes que están terminando sus estudios o que están ingresando al mercado laboral.

De estos, 12.8 millones son jóvenes que por primera vez van a votar en una elección presidencial, y de estos, a su vez, seis millones por primera vez votarán en una elección federal.

Alguien puede decir si el problema no es la composición, el problema es la apatía, la falta de participación y demás.

Déjenme darles un dato: del total de funcionarios de casilla, el total de ciudadanos que aceptaron ser funcionarios de casilla, de aquellos 11.7 millones que vistamos que aceptaron, que fueron aptos porque cumplieron con los requisitos legales, y que además, tuvieron una primera capacitación en esos 52 días que terminaron hace dos semanas, tres semanas, dos semanas y media, que implicó la primera etapa de capacitación, el 45 por ciento corresponden a la categoría de los millennials.

Es decir, el índice de participación que en esta etapa de la construcción del proceso electoral tienen los jóvenes millennials en mayor que su proporción dentro del Listado Nominal. Con lo cual habrá que ver qué ocurre el 1° de julio, y el INE no hace futurismos, pero con lo cual, me parece que hoy tenemos un dato para contrarrestar esta afirmación de que a los jóvenes no les interesa ni la política ni las elecciones.

Quisiera, en esta tocar un segundo punto con ustedes, y cómo vamos, porque estos son los desafíos, estos son los grandes números de la elección que la hacen, como decía, por distintas, desde distintos puntos de vista, la elección más grande de la historia.

Cómo estamos avanzando en la construcción de esta elección más grande de la historia, pues a contrapelo de los, digamos, de las visiones catastrofistas y que en muchos sentidos son alimentadas por la natural tensión y polarización que supone una contienda tan intensa como la que estamos viviendo, la elección avanza y avanza bien.

Permítanme algunos datos para poder ilustrar este punto.

Primer dato, de los 11.7 millones el INE logro visitar al 99.8 por ciento de quienes resultaron sorteados a lo largo y ancho del país.

No hay ninguna sección electoral de las más de 68 mil en donde los funcionarios del INE o hayan podido entrar para realizar su trabajo de campo. En algunos casos, por conflictos que no son conflictos políticos electorales o que no son conflictos de seguridad célebres y que han sido motivo de estudio, como por ejemplo el caso de Zacapu, Michoacán, un municipio que ha decidido que ha pasado, digamos al régimen de usos y costumbres, y que si bien éste régimen constitucionalmente está reservado al ámbito municipal, han decidido en una lucha, digámoslo así, por una identidad comunitaria, no permitir la instalación de casillas dentro del municipio y que en 2015, por cierto se resolvió instalando casillas especiales a las fueras del propio municipio para que quien quiera votar pueda ejercer su derecho.

Salvo algunos casos muy focalizados, repito, que nos son producto de la inseguridad, sino más bien de conflictividades que en muchos casos tienen orígenes ancestrales, y que son casos contados con los dedos de una mano en Michoacán, en Chiapas y en Oaxaca, en el resto del país el Instituto Nacional Electoral pudo sin contratiempos de relevancia hacer ese trabajo de campo y localizar prácticamente al 100 por ciento de los ciudadanos que teníamos que buscar y que capacitar.

De esos, como decía, dos millones 760 mil aceptaron, fueron aptos y fueron capacitados en una primera etapa; es decir, prácticamente el doble de los que necesitamos por mandato de ley.

Además, y esto, perdónenme,  no sé si lo tengo aquí. Bueno no.

Pero déjenme darles un dato, porque después de estas cifras, que son cifras realmente alentadoras, vino ya en una segunda insaculación la designación de entre esos dos punto siete millones de ciudadanos de los distintos roles; es decir, los nombramientos de quienes efectivamente el 1° de julio fungirán como presidentes, secretario y escrutadores de las casillas.

Y esto nos lleva a nosotros a dividir las casillas en tres tipos, y perdón el tecnicismo: casillas “A”, “B” y “C”, pero me sirve para ilustrar el punto.

Las casillas “A” son aquellas casillas en las que tenemos todos los funcionarios entre propietarios y suplentes que la ley mandata o más.

Por ejemplo en las casillas únicas tenemos nueve, 10, 11, 12 o 13 funcionarios que están aptos, que han sido capacitados, que están listos pues para fungir como funcionarios electorales. Más hoy, a 40 días de la elección, más del 99 por ciento de las casillas son casillas tipo “A”.

Luego vienen las casillas tipo “B”, es decir, aquellas en las que tenemos los propietarios, pero no hemos logrado conseguir el número de suplentes necesarios.

Y luego vienen las casillas tipo “C”, aquellas en las que todavía hoy a 40 días no hemos logrado conseguir que la totalidad de los funcionarios insaculados “jalen” con el INE para cumplir este rol. Hoy tenemos 10 casillas de tipo “C” de 157 mil, esta es la mejor prueba de que la ciudadanía está demostrando que está a la altura del desafío histórico que estas elecciones nos presentan.

Permítanme otro dato que es un dato muy alentador y que sé que en el texto de Jorge ha habido una serie de críticas, no tanto a la capacidad técnica, sino más bien, de dónde debería estar la Lista Nominal y el Padrón Electoral, pero ya habrá tiempo de iniciar aquí un sabroso debate más adelante, Jorge.

El Listado Nominal, el número de potenciales electores que es digamos dentro del Padrón Electoral los que cuentan con credencial y van a poder votar, que están inscritos y cuentan con credencial y van a poder votar el día de la elección, tenemos datos nunca antes vistos en la historia electoral del país, y me atrevo a decir algo, hoy con el aval del comité técnico del Padrón Electoral, algunos de los mejores demógrafos y estadísticos de nuestro país que le han hecho una serie de exámenes, de pruebas al propio Padrón Electoral que serán presentadas en breve al Consejo General.

Es muy probable que hoy nuestro Padrón Electoral sea el mejor padrón Electoral del mundo.

Dos datos sobre el punto: primer dato, el índice de cobertura, es decir, cuántos de los ciudadanos que tienen derecho a estar efectivamente están en el Padrón, cuántos mayores de 18 años efectivamente están en el Padrón Electoral.

En nuestro Padrón Electoral tenemos un hoy, esto se aprobará en pocas semanas, una cobertura de 99.8 por ciento.

Déjenme darles un dato, qué quiere decir esto, que de cada mil ciudadanos que tienen más de 18 años 998 están inscritos en el Listado Nominal y tienen derecho de votar.

Cuál fue el índice de cobertura para dar un dato comparativo de los padrones electorales utilizados en las elecciones presidenciales de 2016, recuerden que ahí cada estado tiene su propia lista electoral.

Bueno, el promedio de la cobertura de dichos padrones era del 70 por ciento, claro esas son listas que se construyen exprofeso, la nuestra es una lista permanente, la nuestra tiene una incentivo adicional que es el de que la Credencial para Votar con Fotografía es un mecanismo de identidad, es el mecanismo de identidad primordial en nuestra sociedad.

Pues por las razones que sean, pero al final del día contar con un buen padrón electoral es la base en todo el mundo de cómo se construye y de la calidad de las elecciones que se basan en ese listado de electores.

Déjenme darles otro dato que es muy ilustrativo y que tiene que ver ya no sólo con la cobertura, sino con la actualización; es decir, con el índice, con la calidad digámoslo así, ya no numérica, ya no de abarcamiento, sino con la calidad del propio Listado Nominal.

Un buen mecanismo para medir el dato es partir del principio que los partidos políticos  por ley, a diferencia de lo que ocurre con las listas de ciudadanos, con el carnet de identidad en otros lados, o como ocurriría con el Registro Nacional de Población.

El Padrón Electoral es un instrumento que es auditado permanentemente por los partidos, los partidos políticos todo el tiempo están buscándole fallas al Padrón Electoral, y cada vez, cada años, tienen derecho los partidos a presentar observaciones. Obviamente el número de observaciones se multiplica cuando hay años electorales.

Vean ustedes la génesis del número de observaciones que los partidos políticos han presentado al Listado Nominal en nuestro país.

En 2006, el año, tomo sólo años de elecciones presidenciales.

En 2006 se presentaron más de siete millones de observaciones, obviamente los partidos siempre le apuestan a presentar observaciones, incluso compiten entre ellos a ver quién es el que más observaciones presente.

Una cosa es el número de observaciones que se presentan y otra es, luego de un análisis una a una, cuántas de esas observaciones resultan procedentes. Como pueden ver el porcentaje de procedencia es muy menor respecto del número de observaciones presentadas.

Bueno, cómo está nuestro Padrón Electoral comparativamente con la historia, digámoslo así, con su génesis porque hablamos de un mismos Padrón Electoral que ha ido evolucionando.

Bueno, en 2018, en esta elección a penas se presentaron 320 mil observaciones, y de esas han resultado procedentes 680; es decir, el grado de falibilidad de nuestro Padrón Electoral es de un 131 milésimo, si tomamos en cuenta que hablamos de un listado nominal de casi 90 millones de electores.

Ese es el índice de falibilidad de nuestro Padrón, esto no ocurre en ningún lado del mundo, con este Padrón estamos yendo a las elecciones más grandes de la historia, con lo cual evidentemente tenemos un ancla o un eslabón en esa cadena de confianza que significa la construcción de las elecciones, que es encomiable.

No quiero extenderme y quiero solamente, quiero terminar haciendo una reflexión estrictamente de contexto, bueno aquí están los datos del primer debate, pero creo que hoy están desfasados y no estoy en grado de actualizarlos todavía, porque IBOPE no ha hecho la medición de audiencia del debate de ayer en la noche en Tijuana.

Sabemos que el comportamiento en redes sociales es un comportamiento variable, bajó un poco el seguimiento del debate en Facebook, pero casi se duplicó en YouTube; es decir, todavía tenemos que hacer el corte de caja, así que sobre esto creo que es hablar hoy del primer debate que puede resultar hasta anticlimático si quieren en las preguntas y respuestas, con mucho gusto halamos de los debates.

Quisiera, en fin, quisiera cerrar, no los aburro más con datos. Con una reflexión de contexto que es, digamos la génesis después de los que hemos visto de cómo arrancaba esta charla.

Miren, estamos en un contexto en que sin lugar a dudas, digamos, hoy tenemos un largo catálogo de lo que vale la pena revisar en términos de la legislación electoral, el capítulo en el libro de Luis Carlos que es un buen corte de caja de la figura de las candidaturas independientes.

El capítulo de Jorge, que es un vaticinio, digamos, y un trazado de ruta de la siguiente reforma electoral. Pues me lleva a plantar lo siguiente: Miren, estamos en una elección que va a marcar, además de todos los elementos que he planteado, que va a marcar el cierre del primer ciclo de vida de la reforma electoral de 2014.

Después de estas elecciones, salvo la gubernatura de Baja California, que se elegirá en 2019, todos los demás cargos de elección popular del país, todos, federales o locales que sean, se habrán elegido con base en las reglas derivadas de esta reforma.

Incluso hablar de la reforma misma y de su instrumentación por parte de los órganos electorales ha implicado una evolución permanente, en una lógica en muchos casos como suele ocurrir y esto no quiero llamar a sorpresa, con esta lógica, digamos de ensayo error. Toda elección es una prueba del ácido de las normas, de la institucionalidad electoral, que nos, digamos, que bien entendida pues sirve para una –digamos- para desplegar mejoras a partir de las áreas de oportunidad que se identifiquen.

Y creo que al cabo de esta elección, de manera muy serie y responsable, tendrá que hacerse un corte de caja de lo que funcionó y de o que hay que mejorar de esta reforma.

Hay cosas que han funcionado, hay cosas que pueden mejorarse, hay cosas que se quedaron eventualmente inconclusas y que son objeto, que deben ser objeto de una reflexión que ojalá ocurra, como dice nuestro amigo común Arturo Núñez, uno de los actores digamos y por cierto autores de buena parte de la evolución electoral en nuestro país aconseja: “los temas calientes en tiempos fríos”.

Y creo que al cabo de una elección es un buen momento para iniciar un análisis que ojalá esté acompañado, como la historia enseña, de una profunda discusión a nivel nacional.

Cuando termine esta elección, porque no hay que ser disruptivos, esta elección hay que cerrarla y hay que cerrarla bien, y el proceso va bien, la Reforma de 2014 es una reforma que nos está permitiendo conducir este proceso con las garantías necesarias para que el voto se ejerza en libertad y sea contado bien, pero al cabo de este ciclo, al cabo del cierre de este primer ciclo de vida vale la pena reflexionar hacia dónde queremos encaminar nuestro sistema electoral.

Creo, sin pretender suplir aquí lo que Jorge seguramente nos planteará y el propio Luis Carlos, creo que hay muchas enseñanzas en términos normativos y en términos de actuación de la autoridad electoral que vale la pena ponderar. El tema de las candidaturas independientes tiene una enorme virtud, llegó para quedarse y es una ruta franca por la cual los ciudadanos pueden acceder al poder de manera paralela al sistema de partidos.

Hay cosas que revisar, sin lugar a dudas, entre otras cosas, por cierto, que quien hace política no necesariamente está marcado por un cariz distinto si la hace dentro de los partidos o por fuera. Quien hace política en un castellano es un político. Y que sea por la vía independiente o por la vía de partidos pues no hace una diferencia, más que una diferencia instrumental o procedimental, se opta por una vía o por la otra.

Que hay temas de irregularidades cometidas por quienes militan y compiten a través delos partidos, pues sí, pero ya vimos que también las hay por quienes optan por otra vía.

Que eventualmente este no es el mejor modelo electoral en términos de su, de esta complicadísima y hay que aceptarlo, relación entre los órganos electorales locales y el órgano nacional. Pues sin lugar a dudas, aunque creo que hoy estamos hablando de un escenario radicalmente distinto al que ocurrió en los años anteriores; es decir, se ha logrado conjuntar una articulación entre órgano nacional y órganos locales mucho mejor que en el pasado.

Es decir, creo que vendrán tiempos y nosotros mismos tenemos ya una serie de catálogos, que no voy a adelantar porque creo que no es pertinente que la autoridad, luego hacemos otro libro y me invitan, no, en donde digo también la visión del propio Instituto Nacional Electoral.

Anticipo algo, creo que en esta lógica de descargar de atribuciones, luego la sobrecarga que ha implicado una serie de reformas electorales, todas las reformas electorales, unas más unas menos, pero todas las reformas electorales han sobrecargado a la autoridad electoral, todas.

Tal vez valga la pena empezar con una lógica de volver a lo básico y que el órgano electoral administrativo organice elecciones y no necesariamente sea el órgano que resuelva las disputas, para eso hay una Tribunal Electoral.

Creo que la reforma 2014 dio un paso adelante al señalar que estos que le tocó a Luis Carlos, por cierto, inaugurar los procedimientos especiales sancionadores con independencia de cómo se llamaba, pues creo que es positivo que lo resuelva una sala del Tribunal, lo que no sé si sea positivo, que la Comisión de Quejas sea la que tenga hoy que analizar las cautelares

Yo creo que, digamos, vale la pena un re pensamiento y habrá que hacerlo, es pertinente y este libro que busca mirar lejos lo hace, pero creo que es importante, en tanto llegamos a esa discusión, señalar que estas elecciones van y van muy bien a pesar de sus complejidades.

Lo demás pues es la calidad de la contienda política, y ojalá que todos los que estamos involucrados en la construcción de una elección, que no solamente es la autoridad electoral, son también los medios de comunicación, son por supuesto los partidos políticos y los candidatos, son por supuesto los medios de comunicación que tienen una responsabilidad, digámoslo así, en la recreación de la democracia.

Son los distintos grupos de la sociedad, desde grupos empresariales, hasta otros a través de los cuales se articula la participación ciudadana, y por supuesto, los gobiernos quienes con el respeto a las reglas, que nos pueden gustar o no, pero son las reglas del juego que nos hemos dado, tenemos que estar a la altura de quién hoy ya nos ha demostrado que lo está en términos del desafío histórico que enfrentamos.

Todos tenemos hoy un desafío, estar a la altura de la sociedad mexicana, que está apropiándose de la elección y que muy probablemente, el INE no hace futurismos, el 1° de julio votará masivamente apostando o decidiendo cuál es el futuro político en el que nos tenemos que dirimir.

Por lo demás nos toca estar a la altura, a nosotros cumplir con el buen trabajo que hasta ahora se ha venido realizando en la organización de la elección y dar resultados a las 11:00 de la noche luego de que hemos logrado construir la ruta para que ocurra , aclarar y explicar, creo que la autoridad electoral tiene una indispensable vocación y necesidad pedagógica; es decir, la autoridad electoral tiene que explicar, pero ya sabemos que si explicamos cuando hay un problema no estamos explicando, sino estamos haciendo control de daños. Explicar significa anticiparse, generar claridad y confianza sobre lo que va a ocurrir particularmente el día de la elección, y ese tipo de responsabilidades le tocan a todos, hasta quienes forman opinión pública.

Estemos todos a la altura de una sociedad que hoy nos está dando, aunque dudábamos de ella, grandes lecciones de democracia.

Muchísimas gracias.

Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en el Panel 4: La Política y su compromiso con el desarrollo, en el Marco del Seminario México 2018. La Responsabilidad del porvenir, realizado en el Club de Industriales

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