Muy buenos días. Un gusto estar en esta nueva reunión, ésta ahora quincuagésimo novena Semana Nacional de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión. Para mí es un placer poder compartir el escenario con mi colega Benito Nacif y, por supuesto, con Rubén a quien le agradezco su gentil presentación.
Quiero agradecer además la posibilidad de dirigirme a ustedes. Hoy que estamos a 59 días de que se realice la Jornada Electoral más grande de nuestra historia y a, justo hoy, ocho semanas de que terminen las campañas electorales de cara a la elección del próximo 1° de julio.
Estamos inmersos en el proceso electoral más grande de nuestra historia. Las razones para afirmar esto son múltiples. En primer lugar, vamos a la elección más grande porque contamos con el Padrón Electoral y el listado nominal en consecuencia, es decir, el número potencial de electores más alto de nuestra historia.
Estamos hablando de 89.4 millones de ciudadanas y ciudadanos que podrán ejercer su voto el 1° de julio. Estamos hablando también de 10 millones más de los que votaron o de los que podían votar en la elección presidencial pasada. Vamos en consecuencia a la elección más grande de la historia por el número de casillas que tendrán que instalarse. Estamos justo en estos días definiendo el número total de casillas que rondarán las 157 mil, es decir, 14 mil casillas más de las de hace seis años.
Vamos a la elección más grande de la historia porque nunca habíamos tenido una concurrencia de elecciones locales con elecciones federales tan grande como lo que ahora vamos a tener. Como ustedes saben, habrá elecciones en 30 estados además de las elecciones federales. Sólo Baja California y Nayarit son estados en donde no se renovará algún tipo de cargo local.
Hasta ahora, nunca había habido una concurrencia tan grande entre elecciones federales con elecciones locales, como las que tenemos este año y esto trae como consecuencia que las casillas que se instalarán en 30 de los 32 estados del país, serán estas casillas que ahora la ley denomina como casillas únicas.
Es decir, estamos hablando de casillas en donde en un mismo centro de votación se emitirá el voto para las elecciones federales y las elecciones locales. Esto no tendría una mayor particularidad, salvo por el hecho de que las casillas únicas requieren para su integración por mandato de ley, no a seis funcionarios, sino a nueve funcionarios.
Y esto eleva el número de ciudadanas y ciudadanos que necesitamos convocar para que sean los receptores y escrutadores de los votos de sus vecinos el día de la elección, a un número nunca antes visto en la historia electoral de nuestro país.
El número de ciudadanas y ciudadanos que fungirán el 1° de julio como funcionarios de casilla asciende a algo más de un millón 400 mil ciudadanas y ciudadanos que si no logramos convocar, la elección no puede llevarse a cabo.
Se trata de un esfuerzo inédito, por un lado, pero por otro lado que tiene que hacerse cargo de un contexto, también éste, de descontento con las instituciones, de descrédito de la política. En fin, de insatisfacción con la democracia, como no lo habíamos visto en mucho tiempo entre nuestra propia ciudadanía.
Ése es un desafío adicional que está constituyendo, como veremos en unos minutos más, una prueba que está superándose exitosamente y esto creo que tiene que generar confianza, en el sentido de la ruta que está teniendo el propio proceso electoral.
Vamos también a la elección más grande de la historia por la disputa, el tamaño de la disputa por el poder político. Nunca antes en nuestra historia tantos cargos de elección popular habían estado en juego en el ámbito federal y en el ámbito local.
Estamos hablando de tres mil 406 cargos que estarán en disputa. Esto tomando en cuenta a cada alcalde, a cada municipio, como un sólo cargo. Ustedes saben que en estas elecciones se vota por el alcalde, pero el voto tiene un efecto multiplicador. Sirve para poder no solamente decidir quién encabezará la alcaldía, sino también para integrar al órgano de gobierno. Es decir, al cabildo, designar a síndicos y regidores.
Si tomamos en cuenta todos los síndicos y regidores que también se designarán con el voto que se emitirá el 1° de julio, estamos hablando de una cifra de 18 mil 311 funcionarios públicos que se renovarán a partir de las elecciones en el país.
Nunca antes había ocurrido esto y esto evidentemente, aunque la joya de la corona por supuesto es la Presidencia de la República, le está imponiendo a esta contienda electoral una intensidad política nunca antes vista.
El desafío está allí. El desafío es claro. El desafío técnico, operativo y también político y, sin embargo, a pesar del reto, a pesar de las complicaciones, del medio ambiente, de este desencanto democrático al que hacía referencia, la elección avanza y avanza bien.
Estamos teniendo, lo digo a un mes de que arrancaron las campañas electorales, vuelvo a insistir a 59 días, menos de dos meses de que se lleve a cabo la elección, estamos teniendo muy buenas cifras por todos lados, en lo que tiene que ver con la organización de la elección y éstas son buenas noticias.
Por un lado, estamos frente al desafío de convocar como decía, un millón 400 mil ciudadanos. Con el corte de esta mañana tenemos ya, digamos en una condición de aceptación, con una condición de aptitud, es decir, son ciudadanos aptos y que además han recibido ya su primera capacitación, a dos millones 750 mil ciudadanas y ciudadanos.
Es decir, respecto de los que necesitamos, hoy el INE cuenta con mexicanas y mexicanos que han decidido jalar con el INE para llevar a cabo la elección, a prácticamente el doble de los que la ley nos mandata tener listos para el día de la Jornada Electoral.
Ésta es una muy buena cifra porque está demostrando que, en un contexto tan complicado, hay alguien que sí está haciendo la tarea y ésas son las y los ciudadanos mexicanos que están, a pesar del contexto de complicaciones, a pesar del momento digamos de desafección con la política, están decidiendo apropiarse de la elección.
En México no es un eufemismo decir que las elecciones las hacen las y los ciudadanos. El INE no hace las elecciones. El INE las organiza, el INE pone la mesa, pero para que las elecciones se lleven a cabo necesitamos que la gente se apropie del propio proceso electoral y decida llevarlo a cabo.
Son buenas noticias sin lugar a dudas, pero no son las únicas. La producción del material electoral comenzó hace ya más de una semana. El domingo próximo, una vez que ya tenemos definido que habrá cinco alternativas, cinco candidaturas para la Presidencia de la República.
Había la duda en los días pasados de que pudiera eventualmente haber un espacio adicional, esto no es así. Van a ser una candidata y cuatro candidatos, pues cinco contendientes por la Presidencia de la República y estamos en actitudes de poder imprimir las boletas.
El próximo domingo comenzará la impresión de las boletas presidenciales en un contexto de seguridad y resguardo por parte de las fuerzas armadas y con los más altos índices y mecanismos de blindaje como, por ejemplo, la impresión de las boletas en papel seguridad que tiene mecanismos de salvaguarda incluso mayores del papel que utilizan, por ejemplo, los cheques bancarios.
La elección va. Un dato más, el Padrón Electoral con el que iremos a la elección es el mejor Padrón Electoral por mucho de nuestra historia, aunque tendremos que aprobarlo dentro de un par de semanas, ya hoy tenemos cifras que nos permiten afirmar lo anterior.
Vamos con un Padrón Electoral que tiene una inédita cobertura del 99.8 por ciento, es decir, 998 ciudadanos de cada mil mayores de 18 años están en el Padrón Electoral. Esto, lo digo sin medias tintas, son índices que no tiene ningún Padrón Electoral en el mundo.
Para dar un dato comparativo, los padrones que se utilizaron, recuerden que ahí se usa uno por cada estado, visto el sistema federalizado, en las elecciones de los Estados Unidos de 2016 tenían un índice de cobertura, una tasa de cobertura promedio de 70 por ciento, el nuestro es casi el 100 por ciento.
Además, el número de observaciones que presentaron los partidos políticos al Padrón Electoral, recuerden que los partidos tienen el derecho por ley de vigilar cómo se confecciona el Padrón Electoral, de auditar su integridad, su actualización, su pulcritud. Bueno, las observaciones que presentaron los partidos políticos son las más bajas de toda la historia en un año electoral.
Presentaron 380 mil observaciones, pueden parecer muchas, en realidad los partidos siempre pelean entre sí para ver quién presenta más observaciones, eso no quiere decir que son observaciones con fundamento.
De esos 380 mil estimamos que entre 300 y 400 podrán observaciones fundadas, pero es un buen indicador porque estas 380 mil observaciones al Padrón contrastan con las más de dos millones 700 observaciones de 2015 y con las más de siete millones de observaciones que se presentaron en 2012.
Es decir, vamos con un Padrón que es impecable y que es la mejor fuente de certeza para que las y los ciudadanos puedan ejercer su voto con confianza, pero sobre todo en libertad.
La organización de la elección va. El Instituto Nacional Electoral está enfrentando, digamos, las controversias que son naturales durante un proceso electoral, pero lo más importante es que las y los ciudadanos están cumpliendo con su tarea.
El Debate Presidencial que se realizó hace unos 10 días, hace dos domingos, es el Debate Presidencial más visto de la historia. Esto en buena medida se debe, y aquí quiero agradecerlo, a la decisión de los concesionarios de amplificar la transmisión del mismo debate.
De acuerdo con cifras de Ibope Nielsen, 11.4 millones de ciudadanos mexicanas y mexicanos vieron el debate, lo que implica una audiencia de 10 veces más que el Primer Debate Presidencial de 2012.
Estamos hablando además de un debate que tuvo una enorme cobertura a través de las redes sociales. Si sumamos las distintas plataformas Facebook, Google, Twitter, tuvimos una visión del debate de cerca de casi nueve millones, no sé si llamarlos espectadores en redes, pero bueno de usuarios de redes que vieron el debate, con lo cual estamos ante un debate que más de 20 millones mexicanas y mexicanos siguieron.
Vienen en un par de semanas más, el 20 de este mes el segundo debate que intentará mantener el formato ágil, sin duda mejorable, pero ágil y, digámoslo así, rupturista respecto de lo que habíamos presenciado, que tuvo el primer debate. Tendrá nuevas modalidades, probablemente Benito hablará con más detalle además de presidir el Comité de Radio y Televisión, preside la Comisión de Debates.
Será el primer debate en la historia del país en donde habrá público presente bajo este formato así llamado town-hall-meeting o bien de asamblea, donde los propios participantes del público presentes pueden cuestionar a los, es decir, será quienes cuestionarán a partir de preguntas que seleccionarán la y el moderador a los propios candidatos y luego vendrá el 12 de junio el tercer debate a realizarse en Mérida, Yucatán, el próximo se realizará como ustedes saben en la ciudad de Tijuana.
En el último debate tendremos también novedades, será algo muy similar al primero en términos de formato, pero con la novedad de que las preguntas se recopilarán a través de redes sociales. Es decir, en el periodo previo al debate, el público a través de redes sociales podrá hacer preguntas que también aquí serán seleccionadas por los moderadores para ser planteadas al propio debate.
Es decir, estamos en una lógica de innovación de los propios debates, pero creo que el corte de caja, el balance de cómo nos fue y qué es lo que, sin duda habrá mucho que mejorar hacia el futuro, convendrá hacerlo una vez que se cierre el ciclo de los tres debates, porque, insisto, si bien los tres tienen esta lógica de mucho mayor dinamismo, también es cierto que cada uno de ellos incorporará novedades que servirán para un balance posterior.
Es decir, en pocas palabras, la elección va. La contienda es franca está abierta y la mesa está puesta para que el próximo 1º de julio vivamos, como ocurre en democracia, una auténtica fiesta cívica.
Sin embargo, creo que éste es un espacio privilegiado y un momento además particular, vuelvo a insistir, estamos a menos, prácticamente dos meses de las elecciones, poquito menos, un día menos. Hoy estamos a ocho semanas de que concluyan las campañas electorales como mencionaba y creo que éste es un buen momento para recordar algunas cosas y una audiencia privilegiada para poder hacerlo.
Si bien la elección va, también es cierto que el que una elección cumpla el propósito, que este mecanismo privilegiado de resolver por cauces institucionales y pacíficos la disputa por el poder político en democracia, es responsabilidad en términos de su organización y su conducción en primera instancia de las autoridades electorales; también es cierto que el que esa finalidad se cumpla, requiere de un conjunto de corresponsabilidades de distintos actores políticos, sociales y económicos que resulta indispensable.
Dicho en otras palabras, podemos tener la elección mejor organizada de la historia, pero si los contendientes, si los partidos políticos y los candidatos no cumplen con su responsabilidad, que ante todo es el jugar conforme a las reglas del juego que ellos mismos pactaron, la elección puede no cumplir su finalidad en democracia.
Si los medios de comunicación, que no son responsables directos de la elección, no están a la altura de la responsabilidad que implica el generar información cierta, oportuna, validada, precisa, la elección puede no llegar a buen puerto.
Si los gobiernos no mantienen su respeto irrestricto al cumplimiento de los principios y prohibiciones constitucionales, en primera instancia la establecida en el artículo 134 constitucional de mantener la imparcialidad tanto en el uso de los recursos como también en su actuar, la elección puede no llegar a buen puerto.
Si las organizaciones de la sociedad civil, organizaciones que han tenido una pluralidad de expresiones en los tiempos recientes, en materia de lucha contra la corrupción, en materia de defensa de los derechos humanos, organizaciones empresariales, por supuesto, no cumplen con su compromiso democrático, la elección puede no llegar a buen puerto.
Por eso es particularmente importante que hoy, a un mes de transcurridas las campañas electorales y con dos meses por venir, replanteemos nuestro compromiso democrático y eso significa el compromiso con las reglas del juego.
Son reglas que pueden no gustar. Todas las reglas son discutibles en democracia. Claro, hay momentos para discutir las reglas y cuando el juego esté en curso, las reglas son las que son, nos gusten o no y tenemos que aplicarlas.
La aplicación de estas reglas ha sido complicadísima para la propia autoridad electoral. Estamos frente a una reforma compleja, llena en ocasiones de tensiones y de consecuencias que no sé si necesariamente los legisladores atendieron o previeron oportunamente y, sin embargo, con esas reglas es como tiene que operar la autoridad electoral.
Operar la casilla única que en abstracto suena bien, para qué multiplicamos los espacios de votación, facilitémosle al ciudadano el ir a un sólo lugar para emitir la votación. En los hechos, con una elección de estas dimensiones está convirtiéndose en un verdadero desafío organizativo.
Y, sin embargo, ésas son las reglas con las que nos toca operar y ésas son las reglas que tenemos que hacer funcionar para que la elección cumpla con el propósito de ser un espacio en donde se recrea el pluralismo de manera pacífica y se renuevan los poderes públicos en paz.
El cumplimiento de las reglas es fundamental para que el juego llegue a buen puerto. Sobre todo, porque hay que entender una cosa, las elecciones son momentos cruciales de las vidas políticas de los países, de las sociedades, sin duda. Nos estamos jugando en muchos sentidos el futuro político del país, sin duda, pero las elecciones no son un punto terminal, las elecciones son solamente una etapa en la historia de una sociedad.
Entiendo que la disputa por el poder político pueda llevar a plantear a muchos actores que en las elecciones nos jugamos el todo por el todo. Y de alguna manera puede ser cierto, sin embargo, creo que nadie tiene que olvidar que existe un 2 de julio, que existe el día después.
Y el día después de las elecciones, lamento decirlo, no me gustaría, pero así es, los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad, la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la inseguridad, lamentablemente van a estar ahí.
Las elecciones son un momento para pensar en el futuro, no son el futuro per se, no son el punto terminal. Tenemos que actuar de cara a estas elecciones sabiendo que después de éstas hay un mañana y que todo lo que hagamos durante las campañas, todo lo que ocurra de aquí al día de la elección, inevitablemente va a acabar impactando lo que ocurra el día después.
Y el 2 de julio van a abrir los mercados de valores, van a abrir los bancos, van a abrir las empresas, ustedes seguirán con sus transmisiones. Las escuelas no porque estarán de vacaciones, afortunadamente, porque eso nos va a permitir a nosotros instalar casillas en escuelas.
Pero la vida de la sociedad va a seguir. Los comercios van a abrir, la gente seguirá con sus rutinas y creo que éste es un momento importantísimo para pensar en lo que sigue, no solamente pensar en el momento en el que estamos.
Las apuestas de todo o nada hoy pueden acabar siendo la fuente principal de los problemas después, porque el pluralismo político que hoy caracteriza a esta sociedad va a estar ahí el día después.
Lo único que va a ocurrir el 1° de julio es que ese pluralismo se va a expresar en las urnas. Y lo que nos enseña ese pluralismo, que guste o no, caracteriza y distingue a la sociedad mexicana, es que en las elecciones nadie va a ganar todo y nadie va a perder todo. Y quien gane o pierda no lo va a ser de una vez y para siempre, de eso se trata la democracia. Por eso la importancia del respeto a las reglas, por eso la importancia de que no crucemos la línea marcada por las mismas reglas.
Cruzarla, esa línea, con la finalidad de obtener una ventaja para el primero de julio puede ser costosísimo como sociedad para el día después, porque vuelvo a insistir, la democracia no se trata de un juego de todo o nada, se trata de un juego permanente que implica que la pluralidad política que caracteriza a este país y que nadie puede negar, se va a recrear hacia el futuro.
La autoridad electoral no puede hacer futurismos, no debe hacer futurismos, es más, ni como académico es pertinente hacer futurismos. Sólo que, mirando atrás, lo que nos enseña la historia, es que en los últimos 20 años nadie ha ganado todo.
Sí hay partidos que han ganado la Presidencia, pero nunca han ganado la mayoría en el Congreso. La pluralidad de nuestra sociedad así lo refleja y esto, por otra parte, significa no que entremos en una parálisis y en una lógica de ingobernabilidad. Nunca ha habido tantas reformas constitucionales en el país, como en los últimos 20 años, nunca. Sin una mayoría predefinida.
¿Qué es lo que ha ocurrido en los últimos 20 años?, y no estoy hablando de la calidad de las reformas, por supuesto. Hay reformas buenas, malas, las reformas malas se corrigen, pues ésa es parte de la vida de una sociedad, pero qué es lo que ha ocurrido. Que el día después, para que exista gobernabilidad, todos van a necesitar de todos, los ganadores entre comillas van a necesitar de los perdedores porque, vuelvo al punto, ése es el chiste de un sistema democrático: nadie gana todo y nadie pierde todo.
A partir de este punto creo que volver al día de hoy, pensar el día después para volver al día de hoy y poder definir nuestra conducta. Nuestra como autoridades electorales; nuestra, como medios de comunicación; nuestra, como autoridades gubernamentales federales, locales y municipales; nuestra, como organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de defensa de derechos humanos, organizaciones empresariales, en fin. Nuestra como ciudadanos, tiene que ser una conducta comprometida con la democracia.
Las y los ciudadanos allá afuera están dando una lección de civilidad y de compromiso democrático, ahí están las cifras. A pesar del descontento, la ciudadanía se está apropiando de la elección.
¿Qué nos toca hoy a dos meses de la Jornada Electoral? Estar a la altura de nuestro tiempo, estar a la altura de nuestra ciudadanía y aprender que en democracia la lógica de la democracia sí es, sin duda, la confrontación; sí, sin duda, es la disputa por el poder político, pero nunca, nunca, nunca la eliminación de el de enfrente.
La lógica de amigo enemigo es una lógica contradictoria, repelente a la lógica de la democracia y tal vez hoy, insisto, a dos meses de la elección es importante pensarnos, sí, pensar, qué va a ocurrir en las próximas ocho semanas, pero, sobre todo, pensar qué va a ocurrir en los próximos años.
Muchísimas gracias.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, en la Mesa “Medios y Elecciones 2018”, en el Marco de la 59 Semana Nacional de Radio y Televisión, realizada en la expo Santa Fe
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