Este día tan importante para las mujeres, fue decretado por la Asamblea de Naciones Unidas en 1975 como el Día Internacional de la Mujer sustentado en las distintas manifestaciones de mujeres que reclamaban, desde comienzos del siglo XX, entre otros aspectos, igualdad de derechos que los hombres, tales como el ejercicio del voto.
En nuestro país, la lucha de las mujeres por alcanzar una igualdad ha sido muy larga desde épocas de la Revolución hasta nuestros días. Partiendo de 1955 en que acudieron por primera vez las mujeres a nivel federal a ejercer su derecho al voto, luego de una reforma constitucional de 1953, se han emitido diversas disposiciones constitucionales y legales que han fortalecido la presencia de las mujeres en la renovación del poder público, así como su presencia en diversos cargos de elección popular.
Entre las normativas más importantes que han ido abriendo el camino para una igualdad, encontramos, entre otras, la legislación electoral federal de 1993 que recomendó a los partidos políticos promover mayor participación de la mujer; en 1997 se estableció que las candidaturas a diputaciones y senadurías no debían exceder del 70% para un mismo género; en 2002 se obligó a los partidos políticos a registrar al menos el 30% de candidaturas femeninas en las listas a cargos de elección popular.
Posteriormente, entre 2006 y 2010 se crean dos leyes muy importantes para el desarrollo pleno de la mujeres, la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, y la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como una importante reforma constitucional en materia de derechos humanos que estableció que “… mujeres y hombres acceden con las mismas posibilidades y oportunidades al uso, control y beneficio de bienes, servicios y recursos de la sociedad …”.
Para 2014, finalmente, es elevado a rango constitucional el principio de paridad de género para garantizar la postulación paritaria en las candidaturas. El resultado de esta disposición junto con diversos Acuerdos por el que se han ido aprobando, entre otros, lineamientos, criterios, modificaciones a reglamentos del Instituto Nacional Electoral (INE), así como de distintas resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) han dado como resultado, por ejemplo, que en 2018 el Senado estuviera muy cerca de alcanzar la paridad entre mujeres (49.2%) y hombres (50.8%); en 2021 se alcanza la paridad en la Cámara de Diputaciones Federal a través de una regla de ajuste, y a nivel local entre 2021 y 2022 en que se renovaron los 32 congresos locales, en 16 contaban con una mayoría de legisladoras.
A nivel de las gubernaturas y la jefatura de gobierno de la CDMX se logró contar entre 2021 y 2023 con 10 mujeres ostentando el Poder Ejecutivo estatal, en parte, por los Acuerdos determinados por el INE y, que de forma particular impulsé desde que presidí la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del INE.
Asimismo, el sustento que le ha permitido al INE y al TEPJF ir en la dirección de lograr una igualdad sustantiva se debe en gran medida a dos importantes reformas, la de 2019 conocida como “Paridad Total” y la de 2020 que estableció directrices para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia de género, factor que ha impedido a múltiples mujeres desarrollarse plenamente en la representación política.
Lo que tenemos ahora de frente es la elección más grande que haya tenido nuestro país y en la que tendrá aplicación, por primera vez, a raíz de una reforma de mayo de 2023, la revisión de la #8De8ContraLaViolenciaDeGénero que determina varios supuestos por lo que una persona candidata no podrá contender por un espacio de elección popular, ni ocupar algún cargo, empleo o inclusive comisión en el servicio público.
No obstante, estos avances aún estamos muy lejos de alcanzar una igualdad plena, por ejemplo, a nivel municipal existe menos del 25% de dichos órganos gobernados por mujeres, y a nivel de las candidaturas a la Presidencia de la República, como lo propuse desde octubre de 2023 en el INE, el TEPJF dispuso materializarlo para 2030, aunque tenemos dos mujeres compitiendo por dicho cargo. No obstante, el INE debe seguir proponiendo múltiples acciones para impulsar la paridad de género libre de violencia entre todos los actores políticos involucrados.
Entre estas acciones, por ejemplo, desde el mes de octubre del año pasado presenté a mis colegas una propuesta de Manifiesto Nacional de los Partidos Políticos por una Democracia Paritaria y Libre de Violencia de Género que, entre otras consideraciones establece el respeto a las normas relacionadas con la paridad de género en las candidaturas, así como asegurar la presencia paritaria en todas las estructuras partidarias y en los espacios de toma de decisiones.
Lo óptimo es que este Manifiesto, que al parecer se firma hoy y en donde no se me permitió intervenir, es que debería haberse concretado antes de las precampañas mismas que ya pasaron, así como ya pasó también el periodo de intercampañas y estamos a una semana de haber arrancado las campañas. Tarde se firma y espero que no resulte tarde también para las mujeres que están contendiendo en las campañas en todo el país.
El INE debe, como lo ha hecho, ser punta de lanza en uno de los rubros que consideran todas las democracias modernas: la igualdad sustantiva y más en el marco del 8M en que se busca sensibilizar y reivindicar los derechos de las mujeres para terminar con fenómenos como las desigualdades, discriminación y violencia.
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