Este 10 de febrero se cumplen 10 años de la incorporación en el artículo 41, base I de nuestra Constitución de una importante determinación para generar una sociedad más justa, equitativa e igualitaria ya que se dispuso que “Los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos para su registro legal, las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos y obligaciones y prerrogativas que les corresponden. En la postulación de sus candidaturas, se observará el principio de paridad de género”.
Si bien en ese momento dicho principio se estableció como piso mínimo solo para la postulación de candidaturas a las legislaturas federales y locales, es importante señalar que desde entonces se han aprobado diversas disposiciones legales y reglamentarias encaminadas a dar cumplimiento a este principio constitucional para garantizar una igualdad sustantiva tanto en los cargos de elección popular como en el ejercicio del poder público.
Es importante referir que diversos acuerdos del Instituto Nacional Electoral (INE) y sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) han sido clave para avanzar en la materialización del principio constitucional de paridad de género lo que, en el transcurso de los años, se ha visto reflejado en la conformación de diversos órganos legislativos, organismos constitucionales autónomos, así como en las gubernaturas.
De entrada, para el caso de la Cámara de Diputadas y Diputados en la primera aplicación de este principio, en el proceso electoral 2015-2018 las mujeres alcanzaron una representación política del 42.2% por un 57.6% de los hombres. Para la elección de 2018 la proporción de mujeres creció al alcanzar un 48.2% por un 51.8% de los hombres. Es hasta la elección de 2021, después de la aprobación de la reforma conocida como “Paridad Total” en 2019, que se alcanza la paridad en esta instancia legislativa y por una determinación del órgano jurisdiccional electoral que retoma un voto particular que emití en el INE, que las mujeres lograron una mayor representatividad que los hombres.
Para el caso del Senado de la República, en 2018 su composición quedó conformada de manera muy cercana a la paridad, ya que se incorporaron 63 mujeres (49.2%) por 65 hombres (50.8%). La siguiente prueba de fuego para el Senado será este 2024 y, en el que, además, experimentarán por primera vez, la elección consecutiva, así como las primeras acciones afirmativas para su conformación.
A nivel local, destaca el proceso electoral de 2021 en donde 30 de las 32 entidades federativas renovaron sus respectivos congresos locales, pero si adicionamos el año 2022, podemos decir que, de los 32 congresos, en 16 de ellos contaban con una mayoría de legisladoras.
Para el caso de las gubernaturas en el proceso electoral local 2015 en el que se renovaron 9 gubernaturas, sólo el 18.18% fue para el género femenino por un 81.82% para el género masculino. Para la elección de 2016 se renovaron 12 gubernaturas, quedando un 17.72% mujeres por un 82.28% hombres. Para el proceso electoral de 2017 en el que se renovaron tres gubernaturas 19.05% fue para mujeres y un 80.95% para hombres. Para la elección concurrente local con la federal de 2018 se renovaron 8 gubernaturas y la jefatura de la ciudad de México, quedando un 21.57% para mujeres por un 78.43% para hombres. Para 2019 se renovaron dos gubernaturas, correspondiendo el 100% a hombres. En 2020 no se renovó ninguna gubernatura.
Para la elección de 2021 y gracias a las disposiciones tomadas por la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación que me tocó presidir, así como a los acuerdos tanto del Consejo General del INE y del TEPJF se implementó la paridad en gubernaturas. Así de las 15 gubernaturas en disputa, por primera vez en la historia, las mujeres alcanzaron un 40%. Con las elecciones de 2022 y 2023 las mujeres llegaron a gobernar 10 entidades en el país.
Estos logros han sido posibles gracias a disposiciones legales como la de 2019 en el que se estableció la reforma denominada “Paridad en Todo” que alcanzó a visibilizar la paridad no solo en la postulación de candidaturas sino en el efectivo ejercicio del poder público.
Lo que sigue, es alcanzar la materialización total de la paridad de género principalmente a nivel municipal en donde menos del 25% de los municipios son gobernadas por mujeres. Asimismo, para 2030 se aplicará, por primera vez la paridad de género en la Presidencia de la República.
Con estos logros, aún insuficientes, empezamos a ver un horizonte más parejo, justo y equitativo que logre una igualdad sustantiva en el que las mujeres puedan desempeñarse libremente, con lo que generaremos una sociedad llena de oportunidades, tal cual exige todo sistema democrático.
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