Versión estenográfica de la presentación del Índice de Desarrollo Democrático de México 2022

Escrito por: INE
Tema: Discursos

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA PRESENTACIÓN DEL “ÍNDICE DE DESARROLLO DEMOCRÁTICO DE MÉXICO 2022” (IDD-MEX), REALIZADA EN EL LOBBY DEL SALÓN DE SESIONES DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE)

Presentadora: Bienvenidas y bienvenidos a la Presentación de los Resultados del Índice de Desarrollo Democrático de México 2022.

Presiden en este acto el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, doctor Lorenzo Córdova Vianello.

El representante de la Fundación Konrad Adenauer México, ingeniero Hans Blomeier.

El Vicepresidente del Centro de Estudios Políticos y Sociales, doctor Gerardo Aranda.

El Presidente de la Confederación Social de Empresarios de México (USEM), licenciado Eugenio Cárdenas Zaragoza.

La representante adjunta de la Fundación Konrad Adenauer México, licenciada Laura Philipps.

El Director de PoliLat y autor principal del Índice de Desarrollo Democrático de México, licenciado Jorge Arias.

Y la Subdirectora de Alianzas para el Fortalecimiento de la Cultura Cívica de la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica del Instituto Nacional Electoral, licenciada Erika Liliana Miranda Baltazar.

Agradecemos el acompañamiento de académicos de diversas universidades y de Think Tanks.

Gracias también a personas asistentes por parte de la Fundación Konrad Adenauer México, de la USEM y del CEPOS.

Gracias a quienes siguen esta transmisión, y gracias también a las y los representantes de medios de comunicación que nos acompañan.

Para dar inicio, damos la palabra a la licenciada Erika Liliana Miranda Baltazar.

Subdirectora de Alianzas para el Fortalecimiento de la Cultura Cívica de la DECEyEC del INE, Erika Liliana Miranda Baltazar: Buenos días a todas y todos.

Bienvenidos.

Doy la bienvenida a ésta, su casa, la casa de la democracia y la ciudadanía, a todos los presentes.

La investigación y la reflexión sobre la realidad nacional es un conjunto, son una obligación y un compromiso de las instituciones del Estado, en particular, para evaluar sus acciones y emprender políticas para atender las necesidades de la sociedad.

Desde el 2010, el IID-MEX se ha realizado cada año, sin duda es un instrumento único de gran valor público, que es indispensable preservar.

El instrumento permite ver en el horizonte de tiempo la evolución de la democracia en las entidades del país a nivel nacional.

El Índice brinda información rigurosa y medible sobre los progresos y repliegues de la democracia a nivel nacional, y en cada entidad federativa, aportando elementos útiles para quienes, desde las instituciones del Estado, los diferentes niveles de gobierno, los congresos federal y locales, las organizaciones políticas y sociales, la academia y todos aquellos interesados en el desarrollo democrático de México.

En el INE, nos complace ser parte de esta iniciativa colectiva con la fundación Konrad Adenauer, la Confederación de las Uniones Sociales y Empresarios de México, el Centro de Estudios Políticos y Sociales y PoliLat.

Los invito a escuchar a los distinguidos panelistas que nos acompañan, estoy segura de nuestras coincidencias.

Reitero que estamos honrados por su presencia en ésta, su casa, la casa de los mexicanos, porque la democracia es uno de los valores más reconocidos por la población.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, licenciada Miranda.

Agradecemos la presencia del Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del Instituto Nacional Electoral, maestro Roberto Heycher Cardiel Soto.

A continuación, damos el uso de la palabra al ingeniero Hans Blomeier.

Representante Fundación Konrad Adenauer en México, Hans Blomeier: Muchas gracias.

Muy buenos días, estimado Consejero Presidente del INE, estimado Lorenzo.

Muchas gracias por acogernos en la casa del Instituto Nacional Electoral, como decías, la casa de todas y todos, pero en la sede aquí del INE.

Saludo a las y los amigos del Instituto Nacional Electoral presentes, maestro Roberto Heycher, estimada Liliana Miranda, sin ustedes no estaríamos acá y no estaríamos presentando este producto, esta nueva edición del Índice de Desarrollo Democrático de México.

Saludo a nuestras instituciones asociadas a este Índice, al amigo Eugenio Cárdenas, Presidente de la Confederación USEM, Eugenio, gracias nuevamente; y en representación de CEPOS Gerardo Aranda, muchísimas gracias también; a nuestro autor intelectual del IDD, Jorge Arias, de PoliLat Argentina; a mi colega Laura; a los medios de comunicación presentes.

Presentar en el marco de lo que hemos denominado la Gira por la Democracia, este Índice de Desarrollo Democrático 2022 es motivo de sana satisfacción, una cuota de orgullo, agradecimiento por lograrlo nuevamente en forma y en tiempo, y a su vez, también de respetuosa preocupación por los resultados que veremos en un momento más.

Quiero, en primer lugar, resaltar que este IDD-MEX es nuevamente el resultado de un esfuerzo interinstitucional,  que se desarrolla desde el 2010 en compromiso y esfuerzo de organizaciones públicas y privadas, la Consultora PoliLat, el INE, el CEPOS, la Confederación USEM, y de nuestra parte de la Fundación Konrad Adenauer de la República Federal de Alemania.

El objetivo que nos hemos planteado a lo largo de todos estos años sigue vigente y tal vez más pertinente, algunos dirán urgente, que nunca.

Presentar con la investigación una herramienta para dirigentes políticos, funcionarios públicos, organizaciones de la sociedad civil, y en última instancia, y tal vez la más importante, a las y los ciudadanas y ciudadanos mexicanos, para que puedan hacer una lectura pormenorizada del desarrollo democrático en cada una de las 32 entidades, de los 32 estados de México, identificando en cada una de sus cuatro dimensiones avances, retrocesos, aciertos y deficiencias.

Las dinámicas políticas en cada uno de los 32 estados de la República se desarrollan en forma y a maneras muy distintas, justamente a ese nivel estatal es donde el IDD-Mex ha focalizado su trabajo. Y a la fecha no existe otro estudio que analice, evalúe el desarrollo democrático por entidad federativa.

Dada la continuidad del trabajo y del estudio, no solo se puede tener una fotografía de momento sino también esa mirada de película, que permite analizar cómo se han desenvuelto, cómo se han desarrollado los estados en su performance democrática en el tiempo.

Y claro que es siempre tentador quedarse con la imagen final, con el ranking, con el medallero olímpico los primeros lugares, los últimos lugares, eso provoca orgullo en los que están arriba, y preocupación con los que quedan al final de la tabla. Así es la vida.

Pero no hay que olvidarse que esto es un ranking y un análisis intramexicano, compara entre estados mexicanos y no mide contra una ilusión de democracia perfecta, que como tal no existe. Estamos midiendo el desarrollo democrático y discutiendo los alcances en el marco de esta Gira de la Democracia en un contexto tanto mexicano como global de un creciente cuestionamiento de estas democracias.


La democracia la entendemos, no solo como un sistema de gobierno, siempre imperfecto lo repito o aún menos, solo como un proceso electoral y lo digo con respecto en este casa, de las elecciones de la instituciones, que sabemos que los procesos electorales son una pieza clave en los procesos democráticos, e instituciones como el INE, son ámbitos imprecisables para garantizar la celeridad, la confiabilidad y la veracidad de los mismos y hemos visto como en muchos países del mundo ven con sana envidia como el Instituto como el INE funciona, medio en broma decíamos que en las últimas elecciones que se celebraron en nuestra capital en Berlín, se tuvieron que repetir por imperfecciones de su organización, algo que con el INE en Berlín no hubiese pasado.

Sino más bien, entendemos que es un sistema político y una forma de vida y convivencia en la cual intervienen justamente instituciones y personas, públicas y privadas en el marco de un estado de derecho, promoviendo el desarrollo integral humano, económico, social, mediante la construcción de sociedades libres, democráticas, con instituciones fuertes, representativas, transparentes y sobre todo con una sociedad civil organizada, participativa, con ciudadanos democráticamente activos y responsables.

Tenemos que dejar claro y no dejar de afirmar y preocuparnos que la construcción de una democracia sólida, duradera, sostenible, es y tiene que ser un proceso permanente, que no es lineal, va a estar afectado siempre por buenas o malas prácticas y conductas de sus actores institucionales y personales y de un estado de derecho que garantice el cumplimiento de sus reglas de juego y sobre todo de ciudadanas y ciudadanos que a diario se la juegan, se involucran, ejerce sus derechos y deberes ciudadanos.

De ahí, la enorme importancia y lo digo con una buena cuota de admiración, la enorme importancia de un Instituto Nacional Electoral que no solo juega su papel como organizador y árbitro electoral, sino también como un actor permanente en la educación cívica en conjunto con otras organizaciones de la sociedad civil, como por ejemplo los organizadores de este índice como CEPOS y USEM sí me lo permiten con la molestia del caso de instituciones de la cooperación internacional como la fundación Konrad Adenauer.

El índice de desarrollo democrático de México pretende ser, justamente más allá de ese ranking, eso, un instrumento que provoqué en el buen y mejor sentido de la palabra que los ciudadanos democráticos para que entiendan mejor de lo que nos pasa; y promover la dedicación y el involucramiento de todas y todos en estos procesos democráticos.

Gracias USEM, gracias CEPOS y de manera muy especial gracias, Instituto Nacional Electoral por cooperar en esta noble tarea, gracias, Jorge, PoliLat, una vez más por el profesionalismo y la dedicación a presentarnos este IDDMEX 2022.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, ingeniero.

Para continuar damos la palabra al ingeniero Jorge Arias para la presentación de los resultados del IDD-México 2022 con enfoque nacional.

Autor de IDD-Mex 2022, Jorge Arias: Muchísimas gracias a todos por estar aquí hoy, particularmente gracias a la fundación Konrad Adenauer, a CEPOS a USEM y al propio INE, en la persona, don Lorenzo Córdova, su Presidente, que año con año nos acompaña en esta idea de volver más claro el funcionamiento de la democracia a través de un conjunto de indicadores y poder evaluar el funcionamiento del desarrollo democrático en los 32 estados de México. 

Leía al ingresar una frase de Benito Juárez que acompaña a su estatua ahí en el ingreso que dice: “La democracia es el destino de la humanidad, la libertad su indestructible arma, la persecución posible el fin donde se dirige”, una muestra, desde hace años que la letra de la democracia, las dirigencias latinoamericanas, las dirigencias de nuestros países la conocen bastante bien, lo que no termina de surgir es la canción, que cantemos todos y que haga que podamos disfrutar de una democracia que sea en definitiva la fuente del desarrollo, la herramienta del crecimiento de los pueblos, que todos sabemos que es el mejor método de construcción social de la vida en comunidad, la democracia. 

Pero no logramos que esa letra permea en definitiva la realidad y se haga la dirección del camino de cada uno de los diligentes, de cada uno de los ciudadanos de todos en definitiva los que día a día con nuestras acciones construimos el nivel de democracia del que podamos disfrutar. 

Pero bueno, siendo los resultados de este año, podemos ver que hemos superado las consecuencias más urgentes de la pandemia, pero siguen los impactos ocultos de aquella gran detención, decíamos el año pasado, es detención del mundo que significó la pandemia para todos y cada uno de nosotros, pero ahora esos síntomas que eran evidentes cuando estábamos encerrados en nuestras casas, cuando no podíamos disfrutar de derechos y libertades, cuando teníamos que turnarnos y hace tan poco, pero a lo mejor hasta por una necesidad personas y social vamos olvidándonos rápidamente, nos turnábamos para ir de comprar y veíamos al otro a lo mejor, como un enemigo mortal que con su respiración podía transmitirnos en definitiva la muerte. 

Todo ese temor desapareció, pero los síntomas siguen ahí ocultos, los resultaos, mejor dicho, del impacto económico, social, incluso del comportamiento humano siguen ahí ocultos de tras de una facha social en la que parece que todo está igual, que antes de la pandemia. 

Pero el impacto ha dejado huella, en prácticamente todos los ámbitos de la vida económica y social. 

La urgencia por volver a la normalidad, por tapar nuestros temores, aquellas dificultades que enfrentamos entre todos, nos lleva a minimizar los efectos devastadores de esa pandemia, y esa especie de ocultamiento semiconsciente que hacemos, también muchas veces nos impide revertir los problemas, muchos de ellos preexistentes que se agravaron en pandemia. 

Y entonces silenciamos eso bajo el propósito de no frenar la recuperación. Tenemos que recuperarnos rápidamente y hacer de cuenta que aquí no ha pasado nada, pero sí que pasó. 

El IDD-MEX, de alguna manera, va dando cuenta en los resultados en cada uno de los indicadores que observamos del funcionamiento de las 32 entidades del país, que hay un panorama preocupante porque en el resultado final de nuestro índice, el año pasado tuvimos el peor resultado de la serie histórica de 12 años de medición. 

Este año es un poquito mejor el indicador promedio de todo el país, pero está muy lejos del promedio histórico que traía el Índice de Desarrollo Democrático en México. 

Entonces, nos parece fundamental reflexionar que necesitamos reconocer las secuelas de la pandemia porque tenemos que afrontar esfuerzos importantes, nuevos, con todos los sectores y con todos los actores de la democracia, para recuperar el camino del desarrollo. 

Viendo a nivel de cada una de las dimensiones, aquí tenemos, recuerdan ustedes, el índice se mide en base a cuatro dimensiones: democracia en los ciudadanos, democracia de las instituciones, democracia social y humana, democracia económica, en cada una de esas dimensiones tomamos un conjunto de indicadores y calculamos el resultado de esa dimensión. 

En democracia de la ciudadanía vemos que solo Yucatán y Veracruz logran superar los siete mil puntos a nivel de todo el país, o sea que en ese color azul está indicando alto desarrollo democrático, desde Ciudad de México hasta Campeche vemos el rojo que indica desarrollo medio o céntrico de cuatro mil 500 y siete mil puntos en el índice de esa dimensión.

Entre Jalisco y Aguascalientes, vemos en un azul menos intenso, las entidades que tienen bajo desarrollo en democracia de los ciudadanos, entre cuatro mil 500 y tres mil puntos.

Y finalmente, dos entidades, Coahuila y Chihuahua, con mínimo desarrollo democrático hacia un nivel de aplazo por debajo de los tres mil puntos. 

Viendo el resultado también del promedio histórico, vemos que el año pasado y este año habíamos tenido el peor resultado en democracia de la ciudadanía, en derechos y libertades, fíjense ustedes, pese a todo el enclaustramiento, a todo lo que significó la restricción de libertades y derechos en medio de la pandemia, buena parte de los indicadores de esta dimensión son de percepción, o sea, que es la propia ciudadanía la que termina evaluando cuan bueno es el clima de ejercicio de sus derechos y de sus libertades. 

Entonces, estamos en cuatro mil 721 puntos este año menos que el año anterior, pero más que el año 2013, posiblemente ahí el impacto del clima de inseguridad, recuerden ustedes algunos años de la militarización prácticamente, de buena parte del territorio, tenían un aspecto seguramente que los ciudadanos evaluaban como de alta afectación de derechos y de libertades. 

Visto a nivel del mapa, lo que veíamos antes en la tabla de resultados de los países, regionalmente se observan en el azul intenso solamente Yucatán y Veracruz con nivel de alto desarrollo.

Y después manchadas las distintas regiones del país con diferente comportamiento en esta dimensión.

En democracia, las instituciones, la segunda dimensión donde medimos es el comportamiento, el sistema que gobierna en definitiva la democracia, el comportamiento de las distintas instituciones, cómo se controlan entre sí, y las organizaciones de la sociedad que también tienen un impacto en el ejercicio de controles sobre la democracia, como es la prensa, los organismos de control en lo que tienen participación la ciudadanía.

Así vemos que de nuevo, y esto se ha repetido a lo largo de muchos años, lamentablemente no hay ninguna entidad que supere ese umbral de siete mil puntos, que nosotros definimos como el umbral inferior, para que una entidad alcance lo que denominamos la categoría de alto desarrollo democrático.

Aquí Yucatán, Aguascalientes, Colima, Nayarit, Tabasco, Coahuila son las únicas entidades que superan los cuatro mil 500 puntos, imagínense ustedes en una escala de cero a 10 mil, solamente seis entidades superan los cuatro mil 500 puntos entre cuatro mil 500 y seis mil 249, que es el máximo que alcanza Yucatán en esta escala y en esta dimensión.

El mayor número de entidades aparece allí con bajo desarrollo entre cuatro mil 500 y tres mil puntos, desde Durango hasta Jalisco en el extremo inferior de esa parte de la tabla; y es desde Baja California a Puebla, un conjunto también muy numeroso de entidades que califican con mínimo desarrollo democrático.

O sea, que aquí está una de las falencias importantes de funcionamiento de la democracia en las entidades del país, el funcionamiento de las instituciones.

Y no precisamente porque haya fallas en el diseño institucional, porque no haya un buen diseño, un buen mecanismo de las instituciones, sino, precisamente, porque son hombres los que ejercen el funcionamiento de estas instituciones, entonces allí es donde están generalmente las falencias que llevan a que esos índices no se superen.

Y así vemos.

Iniciamos la medición con cinco mil 400 puntos, o sea, un promedio razonable para el conjunto del país; y desde ahí, prácticamente no se detuvo la caída frente, salvo posiblemente el año 2012, con un pequeño quiebre, y el año 2019 con un pequeño quiebre en esa curva declinante.

Estamos ahora en tres mil 530, no es el peor año, el peor fue el año 2018 con tres mil 234 puntos de promedio nacional, estamos en tres mil 530, un promedio realmente muy bajo para el conjunto del país.

Visto en el mapa, un mapa mucho más pálido, aparece ese azul intenso que caracteriza el alto desarrollo, y el mapa con porciones del territorio, donde lamentablemente a nivel regional, miren ustedes la zona azul del país con un nivel mínimo de desarrollo democrático de aplazo, que lamentablemente tiñe el mapa de funcionamiento de la democracia en la país. 

En democracia social, aquí ya empezamos a evaluar los resultados de la gestión democrática, hasta aquí era el funcionamiento de las instituciones, el clima de derechos y libertades. Aquí ya entramos de lleno en lo que podríamos calificar las políticas de gobierno para el desarrollo social y humano en el caso de esta dimensión. 

Ustedes ven que la gráfica se observa diferente, ahí vemos una vertical al medio que divide esa gráfica hacia la derecha los valores positivos, ese cero es el promedio nacional, o sea, ahí están el promedio de cómo ha sido la democracia social de las 32 entidades del país, hacia la derecha están las entidades que con su gestión democrática entendemos han generado mejores condiciones de desarrollo para sus comunidades, entre ellas las de más alto desempeño por encima de mil puntos, encima del promedio, van desde Nayarit hasta Zacatecas, dos mil puntos Nayarit y mil 53 Zacatecas.

Les siguen con un nivel de desarrollo medio, desde Sonora hasta San Luis Potosí, entidades que superan el promedio nacional entre cero y mil puntos. Y empiezan a aparecer las entidades que tienen una valoración negativa, o sea, han estado por debajo del promedio nacional, entonces, el índice de esta dimensión termina siendo negativo entre cero y mil puntos, entidades que van desde Morelos hasta Querétaro.

Y, por debajo de mil puntos entidades que van desde Campeche hasta Chiapas, que con menos dos mil 814 puntos cierra el ranking de las entidades en democracia social, o sea, son las entidades que lejos de mejorar las condiciones sociales de desempeño de la vida en democracia en esas entidades, los indicadores están marcando que han ido para atrás, han tenido un retroceso en comparación con el promedio del país. 

El promedio en democracia social, como verán, ha estado siempre por encima de los cinco mil puntos y ahí seguramente tiene que ver que las entidades juegan más o menos con un nivel de homogeneidad, digamos, hay algunas que están por encima, otras por debajo y entonces el promedio termina dando un promedio razonable, a diferencia de lo que daba en democracia a las instituciones, donde son muchas las entidades con bajo promedio que terminan reduciendo ese promedio y llevándolo hacia abajo. 

Éste es el impacto que han tenido los índices este año a nivel del mapa, también pequeños manchones de azul intenso con alto desarrollo en distintas regiones del país, una región bastante homogénea en la zona del sudeste, y bueno, sectores, como veíamos, de desarrollo medio y bajo desarrollo que están presentes en las distintas regiones del país.

Revisamos la última dimensión Democracia Económica, como hacemos en casa, vemos cómo han andado las cuentas, cómo estuvo el bolsillo, cómo ha sido el funcionamiento de la economía en cada uno de los estados, qué tanto avanzamos en inversión, en crecimiento, cuánto retrocedimos en deuda, cómo hipotecamos el futuro, cuánta infraestructura adicional creamos en cada una de las entidades.

Bueno, así vemos, como sucede históricamente, que Ciudad de México aparece despegada, lo digo siempre, Ciudad de México es una especie de enclave de Europa en medio del territorio mexicano en lo que hace a funcionamiento de su economía, a producto interno per cápita, a niveles de inversión, a calidad de servicios, etcétera; seguido por Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Aguascalientes, Chihuahua, Campeche y Querétaro, son las entidades que están por encima de los mil puntos, superando el promedio nacional de la gestión económica en el país.

Después, desde Querétaro hasta Hidalgo tenemos el conjunto de entidades que están por encima del promedio pero que no superan los mil puntos, que denominamos de desarrollo  medio.

A partir de ahí empiezan las entidades que, en nuestro criterio, no han contribuido a generar mejores condiciones de desarrollo económico con su gestión con el año de evaluación, y entonces empiezan a aparecer entre los resultados negativos, así se ubican desde Quintana Roo hasta Chiapas, los que tiene entre cero y mil puntos menos que el promedio.

Y a partir de Zacatecas hasta Guerrero, las entidades con nivel de aplazo con mínimo desarrollo democrático se elijan en más de mil puntos del promedio nacional.

En promedio, la democracia económica ha tenido un comportamiento también bastante por debajo del promedio social, también aquí tienen  que ver las diferencias, esa cuestión de que pocas entidades aparezcan con un promedio tan alto, y muchas sean las que están por debajo del promedio nacional, es lo que hace que el promedio de todo el país sea un poco más bajo; este año es incluso inferior, muy posiblemente porque en el año de medición el impacto económico de toda la parálisis económica del país apareció en los indicadores con algún retraso, entonces estamos en cuatro mil 220 puntos.

De nuevo, no es el peor año, el año 2012 y el año 2014 habían sido peores, y bueno, también el 2014, 2015, 2019, o sea que no ha sido el peor año, empieza a producirse seguramente un nivel de recuperación de la economía, que es lo que todos esperamos

Visto esto en el mapa, así aparecen distintos manchones que nos indican los diferentes niveles de gestión económica porque aquí cuando hablamos de desarrollo es un poco más complejo de gestión el desarrollo económico de ese último año, que es más una foto del año digamos no tiene que ver con, la evolución más permanente de la economía donde intervienen otros factores más de stock que de evolución de la gestión económica.

Pasamos al nivel de los resultados del índice a nivel global.

El índice vuelve a mostrar a Yucatán en lo más alto de la democracia, Sinaloa da un gran salto este año y aparece así entre los estados de alto desarrollo democrático de una manera un tanto sorpresiva para muchos de los analistas del desarrollo democrático, aquí tiene mucho que ver la cuestión de las encuestas de percepción ciudadana sobre derechos y libertades, a veces hay una especie de autopercepción diferente o de reafirmación de como percibo yo mis libertades y derechos a diferencia de lo que percibe desde otros lugares de cómo son las libertades y derechos en los lugares sobre todo donde hay mayores niveles de violencia.

Entonces esto seguramente es lo que aparece impactando en esta evaluación.

Por debajo de los siete mil puntos aparece encabezando Colima, hasta Jalisco, con cuatro mil 718 puntos, son las entidades que aparecen en ese nivel de desarrollo medio, desde Coahuila hasta Veracruz, son las entidades que califican entre menos de cuatro mil 500 y por encima de los tres mil puntos, ahí veo que Veracruz está mal pintado, si tiene 2 mil 918 debería de haber sido color rosa y no celeste. Así que terminaría en Quintana Roo la escala.

Y desde Veracruz hasta Puebla son las entidades que están por debajo de los tres mil puntos y que aparecen en este año con mínimo desarrollo democrático.

El promedio anual, como decíamos es levemente superior al del año anterior, que había sido cuatro mil 138 había sido el más bajo de toda la serie, es el segundo más bajo y por eso decíamos que tenemos que trabajar por lograr una mayor recuperación.

Aquí vemos como queda el mapa final de la composición de las cuatro dimensiones que veíamos antes, a nivel del impacto geográfico, como son pequeños las fracciones de territorio con alta desarrollo, con desarrollo medio y mayoritariamente los sectores de bajo desarrollo y de desarrollo mínimo.

En cuanto a los afectos más destacables de esta medición es la segunda vez en 12 años que el conjunto de estados con alto desarrollo está un poco numeroso en el 2020, antes, o sea con el último año prepandemia, 11 entidades conformaban este grupo y ahora solamente dos, la única entidad que el año pasado acompañaba Yucatán era Hidalgo, este año tuvo una pérdida nueva de lugares, en el ordenamiento nacional y bajo la calificación de alto a desarrollo medio.

Los tres estados que obtuvieron un alto desarrollo, le siguen dos entidades que superaron el promedio nacional del IDD-MEX de cuatro mil 264 puntos, una más que en el 2021, de esas nueve integran con desarrollo medio y las últimas tres califican con bajo desarrollo, Yucatán, Sinaloa, Colima, Ciudad de México, Nayarit, Aguascalientes, Durango, Querétaro, Nuevo León, Baja California Sur, Hidalgo, Jalisco, Coahuila. Campeche y Zacatecas, son las entidades que se ubican por encima del promedio nacional. 

Nueve estados, como decían, presentan desarrollo medio, Coahuila encabeza el grupo de 11 estados con bajo desarrollo; las restantes nueve entidades califican con mínimo desarrollo democrático, el grupo es encabezado por Veracruz y la última posición le corresponde a Puebla. 

El deterioro de condiciones sociales y económicas se ha hecho presente en toda la geografía del país y se sumó al enrarecido clima de libertades y derechos generado por las restricciones diferenciales en diversas zonas del país. 

Con decisiones adecuadas con la recuperación esperada de la economía, una disminución de las secuelas de la pandemia y con el efecto esperanzador que genera en las elecciones, seguramente las perspectivas de la democracia hacia 2023 y 2024 van a contribuir a elevar el índice promedio nacional. 

Esperamos que este índice contribuya a que el debate de la vida pública se reoriente para corregir lo que no funciona en los distintos ámbitos de la vida nacional y dejar que lo que sí funciona en beneficio de la gobernabilidad democrática y de la paz pública que se merece México, siga funcionando adecuadamente. 

Renovamos votos para que este trabajo sea un incentivo para que las diligencias locales inicien caminos de dialogo y cooperación, que las conduzcan a mejorar el desarrollo democrático en sus sociedades y la calidad de vida de sus habitantes. 

Nosotros estamos convencidos que la democracia es una difícil construcción social que necesita de todos, que necesitan consensos, que necesita de la construcción de confianza en el otro y en otros, que necesita de poner las armas, que necesita de poner esa mirada del otro como un enemigo y eventualmente sí, un adversario político o alguien con quien, aunque nos enfrentemos en las elecciones, podemos a partir de superar ese evento, que es la ceremonia máxima de la democracia de los pueblos que amamos vivir en democracia, podamos al día siguiente, estar nuevamente codo a codo trabajando por construir una mejor democracia en cada rincón de la geografía nacional. 

Muchas gracias. 

Presentadora: Muchas gracias, licenciado. 

A continuación, agradecemos la presencia y damos el uso de la voz al licenciado Arturo Germán Belmont, Presidente del Centro de Estudios Políticos y Sociales, CEPOS. 

Presidente del CEPOS, Arturo Germán Belmont: Muchas gracias. 

Buenos días a todos. 

Primero, me da muchísimo gusto estar nuevamente en este evento organizado por la IDD, digo, organizado por la Democracia Cristiana, por la Konrad Adenauer, y me da muchísimo gusto saludar a muchos amigos que tiene un gran interés en conocer de una manera científica y metódica, cuál es el avance y la realidad política de la democracia mexicana.

El trabajo que la Fundación Adenauer ha venido haciendo en México, ha sido metódico, constante y siempre imparcial y objetivo. 

No encontramos aquí ni descalificaciones ni apresuramiento para dar los datos, las cifras que hemos visto y comparado durante varios años han requerido trabajo de mucha gente, de muchos activistas, de muchos medidores y siempre se han expresado con absoluta objetividad. 

Esto es importante recalcarlo porque no solamente es loable el esfuerzo de la Fundación Adenauer, sino que además es un ejemplo a seguir en un país como el nuestro, que tiene instituciones bien organizadas, muchas otras no bien organizadas. 

Hace unos minutos tratando de entrar aquí, perdón por haber llegado tarde, como ustedes saben hay un grupito inconforme con que se lleve a cabo el evento y demás, me insultaron que por qué venía yo aquí y amenazaron con cargar el coche, a mi chofer y a mí, para afuera; pero estaban muy enojados, y les decía yo: “¿y por qué estás enojado?”, “porque está usted aquí, se tiene usted que ir”, con otro lenguaje, ¿no?

Entonces, tanto entusiasmo desperdiciado, tanto tiempo, tanta gente que está dando de patadas al sistema democrático mexicano, democrático mexicano y que no logran avanzar de la antigua democracia del siglo XIX en México, donde había un sistema totalmente subjetivo y donde o había ninguna objetividad. 

Pero ahora, sobre todo en este siglo, lo que está haciendo la Fundación Adenauer y lo que está haciendo el INE, desde luego, y la USEM, y nosotros en alguna medida, creo que tiene la virtud de ser imparcial y objetivo. 

Sí se puede ser imparcial en México, sí se puede y sí se puede ser objetivo, porque eso es lo que nos ayuda a tener un criterio que le sirva al país y que nos marquen nuevos caminos. 

Quizá hemos confundido, nosotros en México, y lo digo como una deformación, no que todo mundo seamos así, la política con la subjetividad. Creo que los países más avanzados del mundo en los sistemas democráticos como pueden ser Alemania o Suecia, etcétera, precisamente para ser un buen político hay que tener apertura, hay que tener objetividad y hay que fundamentar bien las cosas que se hacen. 

Puedo no gustarnos, pero son los políticos que realmente logran que los países avancen.

En cuanto a los resultados de este evento y del informe que PoliLat ha presentado y a quienes felicito, porque lo ha presentado, como nos tienen acostumbrados, muy bien presentado con todos los anexos y todos los datos que necesitamos.

Primero, como hemos visto en esta exposición, las principales conclusiones de este informe, dibujar un panorama preocupante, dibujan un panorama preocupante porque en promedio nacional, que había caído fuertemente el año anterior hasta nivel de cuatro mil 138 puntos, registrando el peor momento desde el año 2010, proviene un promedio levemente superior, aunque muy inferior al promedio histórico.

Avanzamos, como ya se dijo, un poquitito, pero estamos muy abajo del promedio de los últimos años.

Segundo, el desarrollo democrático, hay que decirlo, no se da solo en una localidad que organiza en sus procesos electorales, aunque éste es el supuesto del inicio, es indispensable en cualquier democracia.

Tercero, desarrollo democrático requiere, además, de las acciones de los gobiernos electos en los tres niveles, una mejor en la actividad económica, un incremento de la paz pública y el fortalecimiento de las instituciones sociales intermedias, que actúan en ámbitos específicos, como la educación, el derecho a la información, la defensa de los derechos humanos, etcétera.

Si estos resultados de buen gobierno no se dan, el votante tendrá menos interés en participar electoralmente, y en propiciar que su comunidad cercana con la que convive también participe con entusiasmo.

Esto es importante de sacarlo, porque aunque el objetivo de estos estudios es conocer el índice de desarrollo democrático, exclusivamente, sabemos nosotros y lo hemos sabido siempre que para que el desarrollo democrático se siga extendiendo en México y continúe un sendero ascendente, se necesita que vaya produciendo frutos sociales y económicos. Y que el ámbito de libertades en el país crezca.

Y esto no crece dándole derecho a la población nada más en forma anónima, crece en la medida que la sociedad va teniendo esos cuerpos intermedios, esas instituciones sociales libres y autónomas, que tienen una función social que seguir.

Si en la actualidad en los últimos años estas instituciones sociales intermedias han sido acotadas, se ha restringido su ámbito de acción, se les ha dejado sin recursos, etcétera. Esto afecta de alguna manera la democracia, y hace que la democracia se refugie solo en la validez de sufragio.

Claro está que en una democracia donde el sufragio es válido y es creíble, como la que tenemos en México, gracias a los que están aquí sobre todo, y gracias a muchos mexicanos que la han ido forjando.

Esto es relativo, pero tarde o temprano, si no transportamos esta metodología objetiva para ver el conjunto del organismo social donde las instituciones tienen papeles concretos que seguir, como por ejemplo la UNAM o los institutos de salud, etcétera, si no lo hacemos así, el entusiasmo por participar en los sufragios, en el sufragio universal, irá decayendo, y además, irá decayendo porque  nos damos cuenta de que no puede haber una disparidad entre lo que la gente votó libremente y las consecuencias de su voto.


Cuando eso se da, la democracia tiene la solución perfecta, en teoría, si elegimos mal y nos equivocamos la mayoría tenemos siempre una solución, esperar a que se den las nuevas elecciones y votar de una manera diferente.

Eso pareciera que es una garantía para nosotros, esperamos que siga siendo después de las leyes que se están discutiendo en estos momentos respecto a los organismos internacionales, como el INE y el Tribunal Electoral. Si esto no es así, entonces sí tenemos que comenzar desde el principio.

Cuarto y último. ¿Cuáles fueron entonces las causas que explican los pobres resultados del desarrollo democrático en los últimos años?, porque son pobres y además no se ve en el futuro inmediato un posible cambio ascendente.

Primero, la pandemia y sus múltiples efectos colaterales, como ya se dijo aquí.

Segundo, la centralización excesiva del poder político haciendo un poco de todo sin experiencia en la metodología de las instituciones intermedias existentes. Esto es también igualmente serio.

Y tercero, pero si lo anterior es importante y ha sido grave, también hemos de señalar la cuantiosa inversión en algunas obras que requieren de enormes recursos y cuya finalidad y urgencia no están siempre justificadas.

Al mismo tiempo, mientras se han hecho grandes inversiones y esfuerzos en estas magnas obras, se han disminuido notablemente los recursos para instituciones educativas, de salud, de control, que habían venido dando buenos resultados en años anteriores.

Por lo anterior, permítaseme concluir que el refrendo del sufragio es y será siempre, tarde o temprano, el del buen gobierno de las autoridades democráticamente electas; y esto es, dicho sin ambages, la consolidación del desarrollo democrático de un país y su fortaleza política nacional.


Entonces, continuar trabajando en la medición del Índice de Desarrollo Democrático es ahora, ahora sí, más urgente que nunca.

Muchas gracias a todos.

Presentadora: Muchas gracias, licenciado Germán Belmont. 

Para continuar, damos la palabra al maestro Eugenio Cárdenas Zaragoza. 

Presidente de la Confederación USEM – UNIAPAC, Eugenio Cárdenas Zaragoza:Bueno, pues primeramente, buenos días a todos, gracias por estar aquí a cada uno de ustedes. 

No sé si han visto este mural, yo ahorita estaba realmente asombrado primero del espacio, del lugar y sobre todo lo que dice, igualdad, lo que entre hombres y mujeres debe existir en todo tiempo. 

Muchas gracias, Lorenzo por invitarnos a tu casa y a cada uno de ustedes por estar aquí, claro está Hans, gracias por creer en este proyecto y a cada uno de nuestros amigos que nos acompañan. 

Fíjense que yo les vengo a platicar desde la perspectiva de la confederación, porqué nos encanta este índice de desarrollo democrático. 

Si no saben, les comento, 65 años desde que la USEM llegó a México y en esta particularidad, le hemos venido apostando algo, a que los valores son rentables. 

Y quiero hacerme referencia a un librito que a mí me encanta mucho que se llama La rentaría de los valores, y en el cual proponemos el círculo virtuoso de la justicia social. Y, ¿dónde empieza esta cirulo virtuoso de la justicia social?, empieza por cada uno de nosotros, porque si nosotros creemos que alguien diferente a nosotros va a venir a cambiar a México, va a ser difícil si no cambiamos nosotros mismos. 

Porque desde la USEM creemos en la democracia, ya que promueve la confianza entre todos, que fortalece la esperanza; estuvimos ahora en Roma y nos decía el Papa, la esperanza es lo que todos y cada uno como persona tenemos que tener. 

Y yo tengo esperanza, y, ¿en qué tengo esperanza?, en que una vez más vivamos sistemas de solidaridad y, ¿qué es ser solidario?, es proponer que la dignidad humana es una de las mejores formas de respetarnos y que sobre este pilar podamos seguir construyendo nuestro país, y ¿cómo lo construimos?, que cada mexicana y mexicano pueda decidir por su futuro y lo decida con su voto. 

Por eso, si nos fundamos no nada más en una votación, sino también en aceptarnos como personas y seguir poniendo este principio que nos une el bien común, creo que podríamos tener criterios reguladores que hagan la diferencia, no nada más para nosotros, sino para las próximas generaciones futuras. 

Una auténtica democracia es posible solamente en estado de derecho, de otra manera será muy difícil y sobre todo si en ese estado de derecho nos proponemos a trabajar por él. 

Una idea que desde la USEM salió y creo que para nosotros es muy interesante es apostarle a los valores y apostarles desde la empresa. 

Quiero decirles que voy a platicar un caso muy personal, en el 2018 hice un censo en la empresa de cuántos de los colaboradores en la empresa habían participado en la elección, y me llevé una sorpresa, solamente participó el 60 por ciento; y dije y qué pasó con el otro 40 por ciento, muchos de ellos no tenían su INE, muchos de ellos no tenían claro que debían participar. 

Entonces a partir de ahí y a partir de entender que la participación es un principio, nos pusimos la idea en la empresa de asegurar que todos los colaboradores en la empresa en la cual yo trabajo, tiene que estar listos para el próximo 2024, para que puedan estar en ello y así dimos y lo estamos haciendo ahorita, formación en la empresa para que en horas de trabajo de la empresa, las personas vayan a tener lista su INE y lista su credencial para poder representarse a sí mismos ante su país.

Porque la democracia y creo yo, que es lo que está en juego ahorita, tenemos que buscarla porque confiamos, ¿y en qué confiamos? En este Instituto que se creó con mucho esfuerzo y con mucho trabajo, y con mucho sacrificio. 

Esta decisión política realmente nomás nos pertenece a cada uno de nosotros, por favor, y lo grito con toda la esperanza, defendamos cada quien nuestra frontera, pero desde a la familia, desde el trabajo y desde la convicción de que México es el mejor país del mundo porque en este México nací yo, soy mexicano. 

Y con esto termino. 

Yo creo que la empresa es un gran camino y la empresa el día de hoy, es defender al INE, es defender a nuestro país y gritar nuevamente ¡Viva México!

Muchas gracias. 

Presentadora: Muchas gracias, muchas gracias, maestro Cárdenas Zaragoza. 

Finalmente, escucharemos el mensaje del doctor Lorenzo Córdova Vianello. 

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias. 

Muy buenos días tengan todas y todos. 

Saludo con muchísimo gusto a nuestros socios en esta larga y fructífera empresa conjunta que ha sido el Índice de Desarrollo de la Democracia, en particular a Hans Blomeier, representante de la Fundación Konrad Adenauer y a Laura Phillips también, Arturo Germán Belmont, Presidente del Centro de Estudios Políticos y Sociales; Eugenio Cárdenas, Presidente de la Confederación USEM; y a Jorge Arias, Director de PoliLat y autor principal del reporte que hoy presentamos. 

Saludo también a mis colegas del Instituto, al Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica, al maestro Roberto Heycher y a Liliana Miranda, Subdirectora de Alianzas de dicha dirección. 

Escuchaba a Hans en la primera intervención de esta mañana e inevitablemente me vino a la mente una frase del filósofo español don José Ortega y Gasset, en La Rebelión de las Masas publicada hace ya casi un siglo en 1927.

Señalaba algo con lo que desde el INE, por supuesto, estamos de acuerdo, aunque con un matiz. 

Decía don José Ortega y Gasset en aquella célebre frase relacionada con las elecciones, que “la salud de las democracias, cuales quiera que sean su tipo y grado, depende de un mísero detalle técnico, el procedimiento electoral”. 

Y hasta aquí coincidencia total, el día de ayer tuvimos elecciones en Tamaulipas y se demostró una vez, que si algo sabemos hacer bien en México, aunque eso no lo mide el índice porque el índice mide otras cosas, es hacer elecciones. 

Y probablemente lo mejor que hayamos hecho en este país ha sido construir, justamente, una institución, una construcción colectiva como lo es el Instituto Nacional Electoral, y una apuesta por el que hoy por hoy es por mucho el mejor servicio civil de carrera y respeto mucho el servicio exterior, pero el que por mucho es el mejor servicio de carrera que existe en el país, que es el Servicio Profesional Electoral. 

Después de que ayer tuvimos la última de las elecciones que le tocará al INE bajo mi presidencia organizar, ya hemos hecho 331 elecciones, y con (inaudible) no los electorales, nosotros contamos votos, quien gane, quien pierde lo decide la ciudadanía, como debe ocurrir en democracia.

Después de los resultados de la organización electoral el día de ayer, se instalaron el 100 por ciento de las cuatro mil 777 casillas; se entregaron a los presidentes de las mesas de votación los cuatro mil 477 paquetes. Y ayer en la madrugada los cuatro mil 777 paquetes estaban ya en posesión del Instituto Nacional Electoral.

Esto ni en Berlín lo hacen, como decía Hans.

Y sí es cierto, coincido al 100 por 100 con la expresión de Ortega y Gasset, pero remato, terminaba después de decir que el procedimiento electoral es ese mísero detalle técnico era de lo que dependía la salud de las democracias decía “todo lo demás es secundario”.

Bueno, no es secundario, pero lo que sí queda claro es que sin elecciones ciertas y confiables, podemos tener resueltos todos los problemas sociales, pero no estaremos en democracia.

Y hay regímenes políticos hoy en día en donde seguramente la dimensión de participación, bueno, de participación, pero de las instituciones, la sociedad y la economía estarían mejor que en México, pero que adoleciendo de un sistema electoral no pueden consideradas democracias, punto.

En efecto, no todo lo demás es secundario, y el índice avocándose a medir el estado de la democracia de la ciudadanía, que no es solamente la dimensión electoral de las instituciones que rebasa por mucho la mera institucionalidad electoral, la democracia social y la democracia económica se ocupa de lo demás, y nos revela que no es secundario, porque los principales problemas de la democracia en su dimensión electoral en México y en el mundo hoy están pagando las cuentas pendientes de lo que no han hecho los gobiernos democráticamente electos.

En México, todos los gobiernos que hemos elegido democráticamente, como lo revela el Índice, han quedado a deber. Y hoy hablaba de casi 100 años de la publicación de la rebelión de las masas, pues hoy a más de 100 años de haber tenido esa gesta histórica, profunda y transformadora en muchos sentidos, que fue la Revolución Mexicana, hoy el gran anhelo, la gran promesa, la gran razón de ser de la Revolución Mexicana, que es la justicia social, sigue siendo lamentablemente una promesa incumplida.

Gobiernos han ido, gobiernos han pasado por el ejercicio del poder, algunos en una etapa autoritaria, otros en una etapa democrática. Ninguno ha logrado resolver ésa que sigue siendo la promesa incumplida de la Revolución Mexicana, la justicia social.

Por eso analizar el estado de cosas de la dimensión social, económica, institucional y ciudadana de la democracia es para el INE fundamental, porque constituye el contexto en el cual nosotros hacemos nuestro trabajo. Y es sorprendente como estando mal como estamos en todo ese contexto, porque lo estamos, y ahí están las cifras, ahí están los datos, los datos de verdad, no los otros, pues es sorprendente como la dimensión electoral no sea un problema hasta hoy, ojalá y no lo volvamos uno más de los grandes problemas que aquejan a la sociedad mexicana, porque eso podría significar exactamente ir en contra de la que fue la lógica de nuestra transición y que está claramente plasmada en aquella frase en el momento inicial de este proceso hace más de 45 años, que nos recordó Don Jesús Reyes Heroles o nos democratizábamos o corríamos el riesgo de despertar al México broco y violento.

Hoy, frente al riesgo que tenemos de perder lo poco que hemos hecho bien, ese mísero detalle técnico, cuidado con que no despertemos al México bronco y violento, porque el contexto no es un mal contexto, el contexto sigue siendo un contexto ominoso para las generaciones que no han logrado resolver esa demanda añeja y de la que dependen la convivencia en justicia, la justicia social.

La presentación del Índice de Desarrollo de la Democracia en su edición 2022 que hoy nos convoca es producto de una de las alianzas institucionales más duraderas sólidas y productivas que el INE y desde antes el IFE ha logrado construir y mantener durante 12 años ya para cumplir con uno de los mandatos esenciales del Instituto, me refiero a la promoción y fortalecimiento de la cultura democrática a partir de un debate púbico nutrido con información rigurosa basada en evidencia que le permita a la ciudadanía contar con mejores diagnósticos sobre los desafíos y riesgos de nuestra joven democracia.

Por ello, por el trabajo hecho durante todos estos años, expreso desde ahora mi agradecimiento a nuestros aliados estratégicos y confío que este esfuerzo de más de una década, podrá continuar y profundizarse en los años por venir.

El Índice de Desarrollo Democrático 2022, como todas las ediciones anteriores, le ofrece a la ciudadanía, a la academia y a los sectores público y privado, información rigurosa y medible sobre los avances y retrocesos que ha venido experimentando la democracia mexicana a nivel nacional y en cada una de las 32 entidades federativas; el índice ofrece como pocas mediciones en el país, una autentica radiografía de los contextos políticos económicos y sociales que afectan y condicionan el funcionamiento de régimen democrático en cada una de las entidades de México.

Al mismo tiempo, nos permite medir, comparar y evaluar el impacto de las políticas públicas que instrumentan los gobiernos locales y el federal y la forma en que la sociedad percibe dichas políticas y se relaciona con sus gobiernos.

Tal como lo hemos observado en años previos, el índice de desarrollo democrático 2022 da elementos para confirmar que la medición de la democracia en todas sus dimensiones y no solo en la electoral es un fenómeno complejo, con fluctuaciones en el tiempo, influido por el comportamiento y las decisiones de los actores políticos y económicos y por la sociedad en su conjunto.

En este sentido, el índice como herramienta de medición es una iniciativa inacabada porque el objeto que intenta medir el desarrollo democrático también está en constante cambio, lo que obliga a la adaptación y ajustes regulares; y el cambio no necesariamente significa o se interpreta o se traduce en una lógica progresiva, las democracias nacen y mueren a lo largo de la historia, como nos lo recordó aquí en este Auditorio hace apenas unos años el filósofo político australiano John King.

Permítanme destacar algunos de los resultados que considero más significativos sobre el Índice de Desarrollo Democrático que hoy estamos dando a conocer y que ya se explicaba.

Lo primero que hay que señalar es, que el año 2022 fue otro año lamentablemente negativo para el desarrollo de nuestra democracia en sus distintas dimensiones, y en buena parte en las entidades del país.

En efecto, el valor promedio del índice a nivel nacional es, como ya se señalaba, el segundo más bajo de todas las mediciones realizadas desde 2010, solo superado por el de 2021 que, como comentábamos hace apenas unos meses, estuvo gravemente aquejado por la pandemia que afectó todos los ámbitos de la convivencia social.

Segundo. Conviene enfatizar que el índice agrega un conjunto de indicadores y variables en cuatro dimensiones, las ya mencionadas, la democracia de la ciudadanía, la de las instituciones, la económica y la social; por lo tanto, no es posible señalar un solo factor como el responsable del deterioro del desarrollo democrático que se plasma en el índice de este año, y que está lejos, insisto, de los que, más o menos pero que está por debajo, de los que se tuvieron en los primeros 10 años de evaluación.

Un total de 20 entidades, es decir, dos tercios de los estados que integran el país, retrocedieron en sus niveles de desarrollo democrático. 

Las entidades con mínimo desarrollo democrático se duplicaron en solo tres años, pasando de cinco en 2019 a 11 en 2022; en años previos, el total de entidades con ese nivel de desarrollo democrático, el más bajo que establece el índice nunca había sido superior a ocho estados, ahora, repito, el índice registra 11 entidades, un tercio del país.

Solo tres entidades superaron el promedio nacional, el menor número, por cierto, desde al menos la edición de 2018 a la fecha del índice, es decir, se observa de nuevo un deterioro generalizado en los niveles de desarrollo democrático a nivel estatal. El deterioro en las condiciones sociales económicas se ha hecho presente en toda la geografía nacional, y se sumó al enrarecido clima de libertades y derechos tras la pandemia, que fue resultado de restricciones diferenciadas en distintas zonas del país.

Desafortunadamente, y como ya se mencionaba, las secuelas de la pandemia de COVID-19 en el tejido social, la economía, el mundo laboral y las familias, no se han superado a pesar del incremento de los indicadores económicos que todavía, que apenas están recuperando los niveles previos a la pandemia.

Tal como lo señalan los resultados del Índice, la pandemia sigue proyectando su sombra en la población mexicana, especialmente en las infancias y los jóvenes, quienes han visto reducidas sus oportunidades educativas.

La pandemia también se hizo evidente y ha profundizado las vulnerabilidades del Sistema de Salud y, por lo tanto, ha impactado en la salud misma de amplios sectores de la población.

En suma, como se analiza en el reporte de resultados del Índice, hasta el momento los actores políticos, sociales y económicos no han tomado las decisiones, impulsado los procesos o diseñado o instrumentado las políticas públicas necesarias para revertir la estela de daños que la pandemia nos ha dejado, y no es que antes de la pandemia fuéramos Dinamarca, estábamos mal. Hoy seguimos estándolo, salvo en lo electoral porque ahí estamos muy bien, pero podemos estar mal.

Quienes revisen el informe de resultados del índice, podrán profundizar en los hallazgos para cada entidad y para el país en su conjunto, pero lo que se hace evidente es que la clase gobernante debe escuchar más a la ciudadanía, atender mejor sus exigencias, así como enfrentar los grandes rezagos y las brechas abismales que achican las oportunidades vitales de millones de personas en el país. 

Dos mil veintidós fue otro mal año para el desarrollo democrático en la mayoría de los estados de nuestra República, eso nos dice este informe de Índice de Desarrollo Democrático, con el soporte de una amplia evidencia empírica. 

De las decisiones que hoy se tomen dependerán los resultados que se tengan dependerán los resultados que se tengan en las próximas mediciones del desarrollo democrático en el país, con decisiones y políticas adecuadas sostenidas en el tiempo se puede alcanzar la recuperación plena y equitativa de la economía, la disminución de las secuelas de la pandemia y con el efecto esperanzador que generen las elecciones del 23 y 24, las perspectivas de la democracia mexicana pueden impactar en mejorar futuras mediciones del índice en cada entidad federativa. 

Aunque vale la pena recordar, aunque no lo dice esto esta medición, que si algo no salva de ser un país en condiciones no democráticas, es lo electoral, justamente eso que hoy es el centro de los ataques de quienes parecen estar empeñados en que ese único elemento que salva, que nos mantiene, aunque sea por poco, a niveles democrático se anule. 

Pero más allá de métricas, lo más importante es que con las decisiones y políticas pertinentes, adecuadas a los retos que enfrentamos, podría abrirse un mejor horizonte para el desarrollo de nuestro país, siempre en clave democrática. 

La democracia como régimen político y como forma de convivencia social vale la pena recordarlo y de nueva cuenta la historia con dramatismo nos lo enseña, no está garantizada, incluso cuando en la conquista, cuando parece que se avanza por la vía de su consolidación en cualquier momento puede darse un proceso de erosión democrática que no necesariamente es súbito y visible porque puede también ser paulatino, a veces imperceptible, hasta que cuando nos demos cuenta veamos suspendidas nuestras libertades y derechos que antes percibíamos como realidades conquistadas como datos irreversibles. 

El Índice de Desarrollo Democrático nos alerta que la democracia mexicana está en riesgo y que su fortalecimiento dependerá de las decisiones políticas, económicas y sociales que se tomen ahora.

Si no identificamos claramente los desafíos, si seguimos perdiendo el foco de lo importante, si seguimos preocupándonos por estar en la noria electoral como si las reglas del juego electoral fueran lo único que importa, esta obsesión de la clase política mexicana que no logra bajarse de esa noria y atender realmente los problemas que nos aquejan, la pobreza que sigue siendo ofensiva, la desigualdad oceánica que los lacera como sociedad, la corrupción que sigue siendo uno de los principales problemas en la percepción de la ciudadanía, la impunidad clara y evidente, ofensiva que alimenta la corrupción y la violencia que está ahí persistente, que lamentablemente hasta se normaliza, como si fuera parte del paisaje ordinario de nuestra convivencia social.

Allí están los problemas.

Si no nos ocupamos de ello, podemos acabar en el futuro arrepintiéndonos por lo efímero que nuestra historia terminó siendo ese breve lapso de democracia y lo electoral.

Si no identificamos, decía claramente, los desafíos, si seguimos perdiendo el foco de lo importante, sin atender a la solución de los problemas reales que enfrentamos, nuestra democracia puede en el futuro perecer.

Está en nuestras manos, porque somos nosotras y nosotros los ciudadanos que somos los verdaderos autores de las conquistas democráticas los que la defendemos, entonces estaremos en problemas.

Pero confío mucho en el carácter democrático no de los actores políticos, no de nuestros gobiernos, sino de la ciudadanía para evitar que ello suceda.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias, Consejero Presidente.

Es así como concluye este evento.

El Instituto Nacional Electoral agradece a quienes integraron el presídium a las y los asistentes, y a quienes siguieron la transmisión en redes sociales y página web del Instituto Nacional Electoral.

Que tengan excelente tarde.

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