Artículo escrito por Carla Humphrey, Consejera Electoral del INE, titulado: «10 años de la partida de Alonso Lujambio», publicado en El Universal

Escrito por: INE
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En el marco del décimo aniversario luctuoso del Mtro. Alonso Lujambio Irazábal, Consejero del entonces Instituto Federal Electoral (IFE) entre 1996 y 2003, el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó un evento homenaje en remembranza a su gran trayectoria y aportaciones a nuestro sistema electoral que han fortalecido nuestra democracia.

Egresado de Ciencia Política por el ITAM y con estudios de doctorado en la misma disciplina en Yale, Estados Unidos. Fue investigador y docente en prestigiosas instituciones de educación superior como la UNAM y la Universidad Iberoamericana. En su alma mater no solo abrazó con entusiasmo la docencia, sino que inclusive fue director de la Licenciatura en Ciencias Políticas y reconocido como uno de los mejores politólogos del país, inclusive más allá de nuestras fronteras.

Lujambio, procedente de la academia había reflexionado, escrito y enseñado sobre las aristas del sistema político mexicano con precisión, seriedad y profundidad. Tenía, por lo tanto, visión de conjunto. Veía el bosque, pero demostró que también le entendía a los árboles, las ramas y las hojas.

Desde antes de ser Consejero Electoral era un conocedor avezado de los efectos del diseño y evolución de los sistemas electorales en la legitimidad política de los regímenes democráticos modernos.

Creyó siempre en el Gobierno dividido, pues en lugar de lamentar los efectos y complejidades de esa configuración político-parlamentaria, la vio siempre como una articulación moderna y virtuosa de la auténtica división de poderes. Para él, se trataba de un mecanismo impecable de distribución del poder entre fuerzas políticas distintas, a las que la ciudadanía asignaba presencia suficiente pero equilibrada, obligándolas a cooperar en la gobernanza democrática.

Incursionó en el ámbito público en 1996, cuando fue designado Consejero del IFE. En su paso por la institución su objetivo fue, me consta, pues tuve el privilegio de ser su asesora, consolidar la Reforma Político Electoral de 1996, aportando a la legitimidad democrática del Instituto a través del fortalecimiento de los principios rectores las elecciones auténticas, entre ellos, la equidad en la contienda.

Uno de sus principales legados fue su voluntad incansable de conformar y robustecer las capacidades fiscalizadoras de aquel IFE y de demostrar que en México quienes logren obtener un cargo de elección popular serán siempre revisados en el ejercicio de sus gastos generando un esquema de rendición de cuentas y fortaleciendo a la autoridad electoral con independencia, valentía y probidad. Los casos Amigos de Fox y Pemexgate, a su cargo como Presidente de la Comisión de Fiscalización, fueron pioneros en este enfoque del cumplimiento de la ley.

Como Presidente del entonces IFAI impulsó una reforma constitucional sobre el acceso a la información, lo que se tradujo en que éste fuese considerado derecho fundamental, regido por el principio de máxima publicidad y transparencia gubernamental y que cualquier persona física o jurídica que tuviera relación financiera con un partido político, debía entregar toda la información requerida a las autoridades electorales.

Fue también Secretario de Educación Pública y desde esa posición logró, mediante su gran habilidad negociadora, algunas de las reformas a la educación más importantes de entonces.

Su última encomienda al servicio de México fue como Senador de la República en la LXII Legislatura del Congreso de la Unión. Llegó a su curul todavía librando una lucha por su vida. Desde su escaño dio ejemplo de dignidad política, ética cívica y seriedad profesional, pues por décadas había estudiado los parlamentos y congresos del mundo y el mexicano en particular.

En el evento, me pregunté qué diría hoy Lujambio ante la peculiar redacción actual de la regla constitucional de reelección legislativa consecutiva (art. 59) y que diría de la aun persistente falta de legislación reglamentaria en la materia. Estaría preocupado, creo, pero también ocupado, estoy segura.

Muchos temas dejó en el tintero el Maestro Lujambio Irazábal. Estaría seguramente estudiando, analizando y escribiendo respecto de los nuevos retos de la fiscalización moderna: las monedas digitales, las empresas fachada, los recursos del crimen organizado en las campañas, el lavado de dinero, los beneficiarios finales y un largo etcétera.

Estimado Alonso, constructor de instituciones, mentor, jefe y amigo: a 10 años de tu partida tu legado ha sido un gran ejemplo para todos y todas quienes luchamos cada día, como tú lo hiciste, por hacer realidad el proyecto nacional de equidad e igualdad en el proceso de acceso y ejercicio del poder público. Se te extraña y mucho.

Consulta el artículo en El Universal.