VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA SESIÓN TEMÁTICA GENERAL 1: “LÍNEA DE FLOTACIÓN DE LAS DEMOCRACIAS REPRESENTATIVAS”, EN EL MARCO DEL FORO REGIONAL PARA AMÉRICA DE LA CUMBRE DE LA DEMOCRACIA ELECTORAL
Coordinador de Asuntos Internacionales del INE, Manuel Carrillo Poblano: Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Este martes 28 de junio, estamos dando inicio a la Cumbre de la Democracia Electoral en la región de América.
Hemos tenido nuestra primera conferencia magistral y entramos a nuestra primera mesa propiamente dicha, la cual va a ser moderada por el Magistrado del Tribunal Supremo Electoral de Costa Rica, Hugo Picado.
Por favor, Magistrado, tiene la palabra.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchas gracias.
Muy buenos días, querido Manuel Carrillo, queridas amigas, queridos amigos, es un honor para el suscrito, para este servidor, participar en este evento de tanta trascendencia.
E inicio agradeciendo a los organizadores, es el honor que me brindan.
Tenemos hoy un panel compuesto por tres personas realmente notables, expertas en la materia para discutir sobre las líneas de flotación de las democracias representativas.
La relación entre democracia y representación no ha sido pacífica, en el Siglo XIX se trabajaban como conceptos distintos, como conceptos diferentes, la noción evolutiva de la democracia desde el Siglo XIX y durante el Siglo XX ha ido incorporando entre sus elementos este factor representativo, a partir del conjunto de las tres grandes tradiciones históricas que nutren a la democracia.
Saber, la democracia misma, la tradición republicana y la tradición liberal.
Pero desde la década de los 80 del siglo anterior, ya comenzaron a aparecer monografías, estudios, con datos empíricos, que apuntaban a la erosión del concepto representativo o de la noción representativa en las democracias.
El Siglo XXI marca un deterioro todavía más notable y que es verificable además en los índices sobre medición de la democracia y calidad de la democracia que tenemos disponible.
En el caso de la región latinoamericana, es particularmente preocupante el deterioro de la calidad de la democracia en la última década, década y media, dos décadas, se habla de retrocesos en la democracia y que toca los cimientos mismos de la noción de democracia del empobrecimiento, la pauperización de los espacios deliberativos, el cuestionamiento, lesión, debilitamiento del Estado de Derecho y el retroceso o retrocesos en materia de derechos humanos.
Frente al auge de democracias y liberales y de nuevos autoritarismos, el populismo, el contexto de post verdad en un ámbito donde las redes sociales se convierten en un canal, en una autopista para que transiten informaciones de todo tipo, incluyendo las informaciones falsas y en un contexto de cada vez mayor polarización, desmesura en los discursos, fanatismo y extremismo, tenemos los demócratas, las personas convencidas de la importancia y del valor no solamente político, sino ético de la democracia, debemos preguntarnos cuáles son las líneas de flotación, cuáles son las esperanzas, cuáles son las oportunidades de la democracia representativa en el actual contexto.
Para trabajar este tema, reflexionar sobre este tema, tenemos a Ángeles Fernández, Presidenta de la Fundación Hay Mujeres; a Eduardo Núñez, Director del Programa Regional de NDI para Centroamérica; y a Delia Ferreira, Presidenta de Transparencia Internacional.
En este primer panel, cada expositor contará con 15 minutos para hacer una primera presentación; luego habrá alguna pregunta por parte de este servidor; y posteriormente, daremos espacio a las preguntas del público que las pueden ir subiendo de una vez en el chat disponible en esta actividad.
Siguiendo el orden del programa, voy a cederle la palabra por 15 minutos a la estimada colega, amiga, Ángeles Fernández para su presentación inicial.
Tienes la palabra, Ángeles.
Presidenta de la Fundación Hay Mujeres, Ángeles Fernández: Muchísimas gracias, Hugo.
¿Me escucháis bien?, ¿sí?, ¿se me escucha bien?
¿Aló?, ¿Sí?
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Sí, se te escucha.
Presidenta de la Fundación Hay Mujeres, Ángeles Fernández: Pues muchísimas gracias por la invitación.
Muy buenos días a todos, tardes mías, que yo me encuentro en España.
Un honor haber sido invitada a este Foro Regional de América en el marco más amplio de la Cumbre Mundial de la Democracia Electoral, y bueno, haber sido presentada por el doctor Picado, con el cual hemos coincido en estos mismos afanes, en otros momentos, en otras oportunidades.
Bueno, yo decir que el momento de esta actividad no puede ser más oportuno, pero también más dramático, porque vemos cómo la democracia sigue erosionándose en todo el mundo, es como si estuviéramos asistiendo a una especie de pendiente resbaladiza sin ir más lejos los datos, que, nuevamente, informes prestigiosos han entregado en lo que va de año, ya estamos a mitad del año 2022, como IDEA internacional, Freedom House, Bidem, de Economy Unity y fundaciones como la Fundación “Besterman” así lo corroboran.
Y bien sabemos que venimos además un momento tan particular, como dice Anne Applebaum, porque antes parece que esta erosión, esta deriva estaba focalizada en algunas regiones en el mundo, por cierto, particularmente, la nuestra, América Latina.
Pero de esta regresión salpica, contamina y alcanza a democracias estables, duraderas, que pensaban que tenían verdad en los capitales democráticos ya garantizados.
Pero además hay otro rasgo, que lo pongo negro contra blanco, con relación a una reflexión que hacía el Presidente de Costa Rica, que nos precedió una clase magistral; él decía que las democracias no suelen colaborar mutuamente en los espacios multilaterales. Pues fíjense que como contrapartida, las autocracias ya no solamente se van expandiendo rápidamente comunidades contenidas en sí mismas, sino que van desbordando sus propios contornos, inician guerras, como es el caso de la guerra que ha iniciado Rusia, invadiendo Ucrania.
Pero, además, de lo que vemos es que afectan cadenas de suministro, digamos, las políticas energéticas, pero además la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha mostrado el sentido de ayuda reciproca que tienen entre sí las autocracias y cómo se ayudan mutuamente para evitar sanciones, a enriquecer a sus elites y controlar a sus ciudadanos ¿no?
Entonces, de momento quiero ratificar, lo dramático que es, porque pareciera que la democracia en muchos lugares es como agua que se nos escurre entre los dedos.
Me complace, además, sobre manera poder compartir esta primera sesión plenaria con personas como Delia, que nos conocemos tantos años al salir de este Instituto Interamericano de Derechos Humanos, con Eduardo y con el mismo Hugo Picado que hemos venido casi como obsesivos, reflexionando sobre estos temas en distintos espacios.
Y en particular con Eduardo y con Hugo, fuimos convocados, junto con otros importantes colegas que están incluidos en el programa que se va a desarrollar en estos dos días, por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos a través de su programa permanente CAPEL, a reflexionar sobre las insuficiencias de la democracia, tal como se venía practicando en nuestra región América Latina, pero con una mirada más allá de los procesos electorales, y advirtiendo en su momento las crecientes fisuras y erosiones que se observaban.
Y tal esfuerzo, y por eso lo quiero citar acá como un punto de partida, de esta reflexión que quiero compartir con ustedes, fue condesada de una publicación que vio la luz en el año 2021, que lleva por título “La democracia latinoamericana en una encrucijada que dícese desafíos”.
Quiero tomar esta publicación como base, como punto de partida, además, aprovechar de recordarla aquí, sacarla a la luz, porque fue una empresa intelectual, a mi juicio, bastante rigurosa, bastante maciza porque ahí logramos entre todos, bajo la conducción del instituto de CAPEL, sistematizar logros y avances, desafíos y tensiones, retrocesos, estancamientos, dilemas y paradojas, pero también las interrogantes que en ese momento 2020-2021 se levantaban, aunque siento yo que todavía estamos imbuidos ahí de un saludable optimismo ¿no?
Un ejemplo de este optimismo, aunque trasunta bastante el volumen, lo encuentro por ejemplo, en el capítulo del libro que fue escrito por nuestros queridos amigos la doctora Freidenberg y doctor Saavedra, donde plantean que antes de la pandemia del Covid-19, si bien, existen algunos elementos de retrocesos, una evaluación global de la democracia procedimental daba cuenta de la capacidad de resistencia que estos sistemas políticos habían tenido en los últimos 40 años, en las últimas cuatro décadas, para concluir allí que las democracias latinoamericanas enfrentan retos importantes para su supervivencia, pero han aprendido a hacer una cosa; y eso es un activo, elecciones competitivas, justas y plurales de manera ininterrumpida, quiero subrayar esto de las elecciones competitivas porque además en la reflexión que se nos invita hacer si por un particular, se nos pide que pongamos un particular acento, una particular preocupación en el papel de los organismos electorales.
Es cierto que esta conclusión, de este capítulo es una de varias, que circunscriben este volumen tratando de poner el énfasis en la capacidad de resistencia de las democracias, y es bueno que así sea, pero creo que a veces poniendo énfasis en el vaso medio lleno, porque en el fondo al poner de la gente o la capacidad de sentencia de la democracia, podemos perder un poco, digamos, la brújula, el acento, en tratar de hacer un zoom mucho más preciso acerca del tremendo potencial que han venido mostrando las autocracias para instrumentalizar los valores asociados a la democracia, y es por ello, también me parece particularmente sugerente, interesante esta idea que da título a este primer panel de las líneas de flotación, ¿no?, en alusión a cómo podríamos detectar los mínimos deseables para mantenerla a flote, para contener o revertir su deterioro.
Bueno, todos más o menos sabemos a lo que se alude con el término de líneas de flotación, yo sabía de qué se trataba pero inmediatamente lo voy a buscar, ¿verdad?, en Wikipedia y se nos dice que es el punto en donde el agua llega al casco de un barco.
Al parecer esta idea, este concepto fue iniciado por un señor Samuel Plimsoll, motivado por la creciente tasa de accidentes de barcos atribuidos a la sobrecarga y de esta forma la marca de la línea de carga se introdujo para indicar niveles seguros a los que se pueden cargar los buques para evitar accidentes, ¿no?
Entonces, me parece que la idea de línea de flotación que, con la cual se nos invita a pensar, contiene un gran potencial heurístico para, tratando de indagar en los mínimos deseables para que la democracia funcione, también podamos ir de manera mucho más, casi, a final también mucho más quirúrgica la detección de las lógicas de su versión con las que las autocracias comienzan a socavar el sistema, lo que a mi juicio comienza casi siempre con emprenderlas, con atacar el conjunto de reglas primarias o fundamentales que establece quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos.
Usualmente antes de desembozar su ataque, los líderes pro autocráticos, antes de convertirse en definidamente democráticos, porque todavía muchos de ellos no muestran totalmente sus cartas, parten por denunciar las limitaciones e insuficiencias de la democracia procedimental, acordemos que los años 60’s se llamaba la democracia burguesa, con el pretexto de la urgencia de avanzar hacia un tipo sustantivo de democracia, de democracia profundizada.
Y yo quiero traer aquí el ejemplo de mi país de adopción, en el cual viví 32 años y del cual también tengo la nacionalidad, soy española, chilena, venezolana, un ejemplo de extensión lo probé en la actual experiencia chilena de tránsito constitucional a la que todos los que estamos aquí hoy día invitados, podemos estar asistiendo en tiempo real, porque tenemos acceso abierto a la información del proceso constituyente, para despegar esta experiencia ha ido cumpliendo con estándares democráticos profundos, como ha sido la creación de una asamblea constituyente para su redacción, la primera asamblea constituyente además en el mundo con carácter paritario, ah, la que la coloca a la vanguardia, son dos plebiscitos, un plebiscito de entrada y otro de salida de forma de legitimar el proceso y con el hecho, además, durante la discusión del nuevo texto constitucional de haber considerado iniciativas populares de normas, como mecanismos de participación.
Sin embargo, sobre la forma en que va tomando su contenido, que ya se ha presentado en los últimos días, en un acto solemne, se han comenzado a alzar múltiples voces en la sociedad Chilena, múltiples voces de alerta, de aviso, en el sentido de que si bien este texto contiene elementos valiosos que para muchos recogen los cambios experimentados por la sociedad chilena en el último tiempo, como por ejemplo la necesidad o estado de derecho social, la atenuación del presidencialismo, la regla paritaria, el reconocimiento de los pueblos indígenas mediante la plurinacionalidad y el avance hacia una mayor descentralización a través de un estado regional, también se alerta que contiene elementos que encerrarían riesgos para la democracia representativa, liberal representativa como ya la conocemos.
Por ejemplo, la idea de crear un sistema de justicia y de un consejo nacional de justicia, cuyas características, advierten los entendidos, amenaza la pretensión e independencia del Poder Judicial.
Otros aspectos raros, dudosos, que despiertan, digamos, preocupación, es el hecho de que en el texto constitucional que va a ser plebiscitado a todos los chilenos el 4 d septiembre, se equiparan a los partidos políticos con otro tipo de organizaciones como los movimientos sociales.
Otro aspecto es la eliminación del Senado por unas nueva Cámara de las regiones, va a ser sustituido por una nueva Cámara de las regiones, que suscita duda acerca de que puede erigirse como un contrapeso institucional efectivo en las mayorías circunstanciales que resulten de la elección presidencial y de diputados, entre otros.
En síntesis, hoy día está instalado en la sociedad chilena un temor de que este texto que se va a plebiscitar no tiene los necesarios checks and balances, ¿verdad?, balances y contrapesos, y que varios de los aspectos que introduce van a redundar en una mayor fragmentación política y con ello va a favorecerse la inestabilidad institucional.
La actual experiencia chilena que, como digo, está todavía en curso, estamos asistiendo a ella en tiempo real, sucede además en momentos en que hoy día tenemos muchos más elementos que saquen el pasado para que no nos pasen gato por liebre, para detectar aquellos aspectos específicos que encierran un potencial de retroceso democrático.
Y desde este punto de vista, creo que estos aspectos que he señalado, ¿verdad?, la ausencia de balances y contrapesos entre los poderes, el riesgo, por ejemplo, de falta de independencia del Poder Judicial, pueden ser vistos como una línea de flotación en el sentido que se nos pide, ¿verdad?, en este panel.
Pero quizá incurriríamos en un error si pensáramos que la línea de flotación es algo fijo, claramente determinado, algo más o menos inmutable, cuando bien sabemos, ¿verdad?, sería muy fácil que fuera así, justamente porque la democracia es una realidad multidimensional, es dinámica y tenemos que entenderla en clave sistémica.
Es que para tratar de dar respuesta a esta idea de la línea de flotación, me fui a leer un texto muy interesante de un colega, ¿verdad?, que todos conocemos seguramente acá, del profesos Javier Corrales, que en un reciente artículo en la plataforma Persuasión, añade que es un desafío que en las primeras etapas no es fácil para los votantes, incluso para los analistas, dice, este retroceso está ocurriendo, es probable que tenga éxito, a menudo, dice él, la razón de la confusión es que el retroceso como el envejecimiento, ocurre de manera gradual y por partes, en lugar de abrupta y violentamente.
En este sentido vuelve a decir que lo que está viviendo Chile es una experiencia para todos nosotros, de excepción, para poder detectar las alertas tempranas, ¿no?, con relación a posibles regresiones democráticas.
Añade el profesor Corrales, que además los ejecutivos autócratas no deciden abolir todas las instituciones y libertades democráticas de una vez; en cambio, elimina y distorsionan pieza a pieza, de manera solapada, encubierta y sibilina;además lo hacen bajo el supuesto de avanzar en supuestas ventajas y logros, eso sirve como de mascarada.
Por ejemplo, prometen luchar contra el crimen, Bolsonaro, la ampliación de beneficios sociales, la entrega de derechos a grupos tradicionalmente postergados como era el caso de Bolivia, o la crítica preferencia contra plutócratas y élites como el caso, por ejemplo, de Víktor Orbán en Hungría.
Quiero además, aprovechando este aspecto de cómo se usan elementos, promesas, que encierran valores importantes asociados a la democracia, como también algunos contextos se está usando la igualdad de género, por parte de los autócratas, con esta misma finalidad.
Quiero asociarlo a esta idea de la línea de flotación.
Me refiero al hecho de que aprovechando el clima cultural global, propicio para la igualdad de género y el reconocimiento de la capacidad de liderazgo de las mujeres, los autócratas también adoptan reformas de igualdad de género, como bien advierte en un reciente ensayo Elin Haberman y Pat Seidenberg. Ellas han acuñado el término de lavado de género autocrático, un “pingoshi” en autocrático para consignar el hecho de que gobiernos autócratas se atribuyen a sí mismos el mérito de los avances en la igualdad de género, porque así desvían la atención de las prácticas no democráticas persistentes, como son las violaciones a la integridad electoral y los derechos humanos.
El lavado de género autocrático supone la promoción de la igualdad de género con motivos ocultos, ya que la idea es parecer progresistas, liberales, democráticos, mientras van desviando la atención de lo que realmente está ocurriendo.
Es una erosión persistente de prácticas democráticas.
Al hacerlo, ambas autoras señalan o explotan, dicen que los autócratas explotan la asociación a menudo, quiero subrayar esto, a menudo simplista entre la igualdad de género y la democracia, para buscar legitimidad y lograr la estabilidad del régimen.
La igualdad de género, según ambas autoras, es usada para diseñas estrategias de legitimización adaptadas a grupos específicos.
Ambas advierten que la conciencia de este fenómeno que denuncian podría ser que los académicos y activistas por la democracia sean menos propensos o no acepten de manera tan rápida la inclusión como sustituto de la competencia leal en los estados menos democráticos.
A mí quiero decir que me pareció particularmente interesante el hallazgo de este fenómeno, que yo de manera intuitiva, para mis adentros, las lecturas que hacía iba advirtiendo, porque yo no sabía realmente qué diantres hacia Nicaragua, apareciendo sistemáticamente entre en el ranking de los 10 países con menor índice de brecha de género del Foro Económico Mundial.
Decía “a mí algo no me cuadra”, entonces también esto es un llamado de atención a ese tipo de índices que toman dimensiones por separado, como puede ser el empoderamiento político de las mujeres, o…
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Ángeles, disculpa, ¿puedes ir cerrando por motivos de tiempo?
Presidenta de la Fundación Hay Mujeres, Ángeles Fernández: Sí, sí, sí.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: ¿Puedes ir redondeando, por favor?
Presidenta de la Fundación Hay Mujeres, Ángeles Fernández: Voy redondeando.
Y con esto pues yo quiero terminar, quiero terminar diciendo además que quiero conectar totalmente con el tema del papel de los organismos electorales, porque sabemos que el aspecto de, la manipulación y situación de las elecciones, como ya dijeron las personas que me precedieron en la inauguración, son vistas como elementos estratégicos para mantener la legitimidad del régimen.
Entonces, es tan importante reforzar, redoblar el apoyo, el fortalecimiento que puedan recibir los organismos electorales.
Fíjese que acabo de pillar un número especial, creo que es de la International Political Science Review, dedicada a este tema. Y aquí se señala que es muy importante mantener la independencia, la autonomía y la credibilidad de los organismos electorales como uno de los componentes fundamentales, tanto para integridad de las direcciones como para la gobernabilidad democrática en nuestros países.
Pero la propia Pippa Norris dice que la, para lograr esto, necesitamos estudiar todavía mucho más por dentro de los organismos electorales.
Yo creo que eso es una deuda que está pendiente. Si queremos mejorar los organismos electorales, tenemos que investigarlo más, tenemos que conocer más sobre la gestión electoral, no solamente ver el resultado de las elecciones per se como un elemento, digamos, bondadoso y positivo del sistema.
Y ella señala que, bueno, hay desafíos importantes en este asunto como es las dificultades para aislar la eficacia de la ayuda a dicho sector y determinar el impacto de la gestión electoral en indicadores más amplios del desempeño democrático.
Termino ya mi reflexión, muchas gracias.
Espero con muchísima expectativa las preguntas y sugerencias que pudieran surgir de las ideas que he compartido, en particular, mi acento en el lavado de género autocrático.
Muchísimas gracias.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchísimas gracias a ti, querida Ángeles, por tan extraordinaria y sintética exposición.
Cedo la palabra de inmediato a Eduardo Núñez, Director del Programa Regional de NDI para Centroamérica.
Eduardo, tienes 15 minutos.
Director del Programa Regional de NDI para Centroamérica, Eduardo Núñez: Muchas gracias, Hugo.
Un placer, por supuesto, compartir de Delia y con Ángeles, esta conversación, y por supuesto, agradecer la invitación del INE y los socios organizadores de esta oportunísima reflexión.
Yo, como me da por extenderme más de la cuenta, preparé una presentación para tratar de ajustarme a los 15 minutos originales, entonces, me voy a permitir compartir si ustedes me… aquí está, perfecto.
Me confirman, por favor, que lo pueden ver.
Y lo llamé así aprovechando y Delia lo señala ahora en los prolegómenos de este panel, una conversación que tuvimos en el contexto de actividades paralelas de la Cumbre de las Américas, reflexionando sobre los desafíos, por supuesto, de la democracia, pero también por dónde abordar esos desafíos.
Entonces, yo quisiera compartir un balance de desafíos y líneas clave de trabajo que es la forma en que yo entendería este planteamiento sobre las líneas de flotación, ¿verdad?, que es el tema de este panel.
Cuando hablamos de los desafíos de la democracia, tendríamos que verlos al menos desde tres dimensiones que me parece que son relevantes:
Primero, desde la óptica de la forma en que han sido diseñados y funcionan los regímenes político-democráticos, en donde tuviéramos que decir de una manera sintética la tendencia que pareciera predominar en las américas, es hacia una cierta regresión política y un notable grado de deterioro institucional en distintos ámbitos de funcionamiento de los regímenes políticos.
Lo podemos ver desde una segunda dimensión que es la óptica de las sociedades, en donde somos testigos de un fenómeno extendido de malestar, acompañado también de un fenómeno notable de fragmentación de nuestras sociedades, el declinamiento, alguna medida de los viejos actores y movimientos sociales, y la irrupción de una gran cantidad de organizaciones identitarias o de representación de intereses y temas específicos.
Y agregamos una dimensión que a veces que se nos olvida, pero que es importante y que jugó un papel fundamental en la construcción de la democracia en América Latina, desde la perspectiva del sistema internacional.
Y aquí lo que vemos es que estamos ante la pérdida de acuerdos básicos de gobernanza del sistema internacional.
Entonces, estamos en un contexto en donde vivimos el mayor avance regional en materia de democracia, particularmente de democracia electoral, a lo largo de los últimos 40 años, que convive con un proceso de acumulación de deterioros, es un proceso acumulado de deterioro.
Si vemos la primera dimensión que son los desafíos endógenos de los regímenes políticos, hay siete elementos que me parece que hay que remarcar, no me voy a entretener porque se han hablado ya y se van a hablar a lo largo de estas sesiones.
Primero, estamos ante un proceso de concentración de poder y un proceso de endurecimiento en algunos de nuestros países, esa figura de los golpes del estado, no de los golpes militares de estado, sino de la capacidad de concentración de ciertos híperpresidencialismos o de poderes ejecutivos que tienden a diluir los sistemas de frenos y contrapesos.
Estamos en un contexto de narrativas de ampliación de la oposición en donde ya la oposición no solo son los partidos ajenos a los actores de poder, o en el ejercicio del poder, sino que se amplía a actos de sociedad civil, medios de comunicación y en ciertos países, a la comunidad internacionalidad, y en línea con esa ampliación de la lógica de oposición, un proceso de cierre del espacio cívico democrático.
Estamos ante un fenómeno generalizado de transiciones fallidas de los sistemas de partidos, algunas hablan de desinstitucionalización, pero, lo que es evidente es que tenemos más partidos, menos institucionalizados y con una creciente tendencia a la personalización en muchos de nuestros países.
Estamos ante el fenómeno del uso de la polarización perniciosa e inducida, es la polarización no hija de la diferenciación político ideológico, sino hija fundamentalmente del uso de narrativas de exclusión como estrategia política.
Estamos ante un fenómeno creciente de remilitarización, que no solo pone a los ejércitos, a las fuerzas armadas en el centro del funcionamiento de los sistemas institucionales, sino que les amplía sus mandatos a áreas que no le son propias o que no son afines a su naturaleza, y estamos ante un fenómeno de articulación y rearticulación de redes de poder ilícita, nuevos acuerdos inter elitarios e ilícitas, actores lícitos en alianza con actores ilícitos que contribuyen a ciertos procesos de concentración de poder y endurecimiento en algunos de nuestros países.
También somos testigo desde la perspectiva de las sociedades, de la evolución de nuestras sociedades, de lo que yo llamaría “sociedades de baja densidad democrática”.
Tenemos una tendencia a la fragmentación si lo decimos de una manera cruda, a la diferenciación acentuada, si lo decimos de una manera más bonita, y hacia un fenómeno, ese fenómeno de lo que Bagon llamaba de la modernidad liquida, en donde los intereses no son necesariamente estables, sino que tienden a ser difusos y tienden a cambiar en el tiempo.
Además, tenemos sociedades en lógica reactiva, en relación con ese proceso de endurecimiento que estamos viendo a nivel de regímenes político-institucionales.
Tenemos fenómenos como la indiferencia, en donde se percibe una creciente marginalidad de la política en la vida de las personas, que lleva a la gente a insertarse en enfoques de sobrevivencia, asumen que se normaliza la violencia, la corrupción, el crimen, y los asumen como factores ambientales como los que tienen que vivir, y desde los cuales, y hacia los cuales no se espera que la política de respuestas concretas; y ante eso podemos evolucionar hacia la deserción, la política no importa, la migración con una opción ante el ejercicio fallido de ciertos regímenes institucionales nuestros.
Evolucionamos hacia fenómenos como el malestar, la era del enojo social, como algunos lo han, y algunas lo han clasificado.
Somos testigos de la movilización social, o sea, la calle como espacio de acción política frente al deterioro de los mecanismos institucionales y sus capacidades de respuesta, pero que paradójicamente esa movilización no se transforma en la construcción de movimientos sociales exportadores de proyectos alternativos, sino que reaccionan contra las formas tradicionales de los movimientos renegando de los liderazgos, la organización y la agenda o la construcción de agendas portadoras de cambio.
Somos, frente a este fenómeno de activación social, si se quiere, a veces inorgánica, a veces orgánica, dependiendo del país que veamos, la reactivación de formas de represión preventiva y concurrente y la adopción de narrativas y la adhesión a proyectos antisistema frente a esa realidad o respuesta.
En la tercera dimensión que son el sistema internacional y lo que yo llamaría su deriva, estamos ante una crisis de los instrumentos internacionales, la pérdida de acuerdos básicos en torno a democracia y derechos humanos, una cierta impotencia del sistema internacional y del sistema interamericano para prevenir crisis democráticas sobre la ruptura de ese orden internacional, un deterioro evidente de la gobernanza global y regional, la reaparición del fenómeno de la guerra y sus efectos políticos y económicos, el caso que citaba muy bien ya Ángeles en relación con la guerra, la invasión de Rusia Ucrania, y el deterioro o el debilitamiento de los procesos de integración regional y subregional en las américas.
Y si a eso le agregamos los desafíos exógenos o determinantes exógenos claves como crimen organizado, estructuras complejas de corrupción, polarización, migración irregular y desinformación, tenemos un cuadro de amenazas, riesgos y vulnerabilidades, muy importante.
¿Qué tenemos o qué podemos, o en qué líneas de trabajos tenemos que actuar? Yo lo sumo, me gusta mucho que Delia es muy estructurada y tiende a simplificar y aprendiendo de Delia, pues traté de simplificar también, como en claves, ¿verdad?
Y lo estábamos definiendo como más democracia, mejores instituciones, mejor ciudadanía.
En más democracia tenemos que trabajar en la construcción de redes de soporte para defender los deterioros que enfrentamos en materia de integridad electoral y particularmente el acoso que están viviendo las autoridades electorales en muchos de nuestros países y particularmente también el cuestionamiento, la legitimidad de las elecciones a partir del uso de narrativa de fraude.
Tenemos que trabajar, entendiendo que los avances que hemos tenido en materia de funcionamiento, de regularidad de las elecciones o lo que Daniel Zovatto ha llamado la reutilización de las elecciones, no garantiza que sean ganancias irreversibles.
O sea, podemos enfrentar regresiones y estamos enfrentamos regresiones y amenazas.
Tenemos que volver a trabajar en la reflexión y a meternos de cabeza en debatir cómo vamos a gestionar los procesos de cambio de sistemas de partidos políticos, no lo estamos haciendo bien y la falta de certidumbre, la falta de claridad en la evolución de los sistemas de partidos, incluso en países como el mío, Costa Rica, que ha sido considerado históricamente como una democracia razonablemente institucionalizada, no son buenas noticias desde la perspectiva de la gobernabilidad y de la equidad y competitividad de los regímenes políticos.
Tenemos que trabajar en la mejora de la gobernabilidad, particularmente en un tema, tenemos que volver a acercar las élites a la democracia.
Hay una suerte de miedo de las élites económicas, políticas y militares, a la democracia, que explica este push back que estamos viendo en algunos de nuestros países.
Tenemos que trabajar en materia de despolarización y fundamentalmente lo que requerimos es crear espacios para que las diferencias dialoguen. Estamos en una época en donde negamos el derecho a ser diferente y pretendemos atacar la diferencia y construimos narrativa de exclusión de aquellos y aquellas que son diferentes, solo poniendo a dialogar las diferencias en espacios seguros vamos a poder revertir este uso de la polarización como estrategia política.
Y tenemos que volver a trabajar en torno al fortalecimiento de acuerdos políticos para la vigencia del estado de derecho.
Hay abiertas regresiones en materia de justicia, en muchos de nuestros países que parecieran configurarse como una de las principales amenazas al funcionamiento del sistema político institucional en las américas.
Desde la perspectiva de mejores instituciones se ha recuperado el debate que plantearon PNUD y OEA hace 12 años o un poco más en torno a la idea de que la democracias tienen que entregar resultados.
Por supuesto que tenemos que seguir hablando de reformas políticas, pero tenemos que hablar mucho más profundamente de reformas institucionales, tenemos que preguntarnos, se puede gobernar con el tipo de instituciones que tenemos hoy, o requerimos abordar una, o construir una agenda robusta de reformas que nos permiten que las instituciones democráticas brinden resultados.
Es cerrar la brecha entre democracia y estado, entre avance democrático y contracción estatal que ha caracterizado la estrategia de democratización en América Latina, fundamentalmente y en el Caribe.
Tenemos que volver sobre acuerdos políticos en torno a políticas y servicios públicos, estratégicos, la lección de la gestión tan diferenciada en nuestros países de la pandemia del COVID demuestra la necesidad de esos acuerdos para recuperar políticas Inter temporales y necesitamos trabajar sustantivamente frente a la creciente amenaza de las redes criminales internacionales en la recuperación de los territorios.
Y enfrentamos un severo problema de desintegración territorial y un problema de alcance de políticas y servicios en torno de cubrir efectivamente nuestros territorios.
Y, en materia de mejor ciudadanía, tenemos que trabajar, tema que hemos hablado mucho con Delia, muchas veces, en la reconstrucción de la confianza interpersonal, tenemos que construir espacios seguros de articulación y agendas compartidas en el ámbito de la sociedad.
Tenemos que trabajar de manera urgente en sistemas de protección y acompañamiento, operadores de derechos humanos, democracia, lucha contra la corrupción y justicia que están siendo expulsados o perseguidos en muchos de nuestros países.
Que tenemos que recuperar la idea de la educación para la vida en democracia, a partir, no de los programas, como decía Delia, ahora en los prolegómenos, en la conversación privada, de los programas de educación cívica tradicional, sino de construir espacios de convivencia democrática entre diferentes, no vamos a aceptar la diferencia si no convivimos con la diferencia y esa es la esencia de la democracia, tenemos que trabajar o seguir reforzando el trabajo en materia de inclusión y protección de excluidas y vulnerables, y tenemos que trabajar, tema importantísimo en la época que vivimos en la construcción de nuevas narrativas y nuevas estrategias de incidencia que hagan que los operadores, los actores comprometidos con la democracia y los derechos humanos seamos menos predecibles para los actores de poder.
Y para hacer esto, entonces requerimos sentido de urgencia, no podemos seguir viendo el deterioro de nuestros regímenes democráticos con una cierta complacencia o con una cierta sensación de impotencia que nos inhibe a actuar, tenemos que entender que el deterioro actual es efectivo, es el recurrente y que tenemos que actuar de manera inmediata, y para eso necesitamos: uno, análisis estratégico; vivimos haciendo análisis político situacional, pero no hacemos análisis estratégico con perspectiva de futuro, no vamos a revertir las amenazas, no vamos a neutralizar las amenazas y vulnerabilidades de la democracia si no tenemos una mirada de mediano y largo plazo.
Necesitamos construir estrategias compartidas, y ahí tenemos que, vuelvo sobre el desafío de acercar a las elites a la democracia, para eso necesitamos construir coaliciones reformadoras y necesitamos tener capacidad de comunicar estratégicamente por qué es importante la reforma de la democracia en democracia.
Para eso necesitamos un enfoque en victorias tempranas, por eso estamos en el momento de contención del deterioro, para luego recuperar una agenda de ampliación y fortalecimiento de la democracia, y para poder hacerlo, necesitamos hacerlo desde lo local, desde lo nacional, pero fundamentalmente, y con este mensaje cierro, desde lo regional.
Necesitamos recuperar el espacio regional, el espacio hemisférico, como un espacio de acción que además permite oxigenar los procesos de cierre cívico, democrático que estamos viviendo en varios de nuestros países en nuestro hemisferio.
Muchas gracias y pues como Ángeles, quiero sumamente expectante de las otras miradas de las reacciones y de las preguntas que pudieran surgir hacia adelante.
Gracias.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchísimas gracias, estimado Eduardo, también por tu brillante exposición, y tan amplia también que abarcó en tan pocos minutos tantísimos temas, tantas aristas de una manera tan ordenada.
Cedo la palabra de inmediato por 15 minutos a la querida amiga Delia Ferreira.
Tienes la palabra, Delia.
Presidenta Transparencia Internacional, Delia Ferreira: Muchas gracias, Hugo.
Gracias por la invitación y un placer estar compartiendo el panel con Ángeles y con Eduardo. Somos todos muy jóvenes, pero llevamos años repitiendo esta cosa, reflexionando sobre estos problemas.
Y tomo lo último que decía Eduardo, éste es un tema urgente. Creo que estamos actuando tarde, pero es un tema urgente, así que lo celebro mucho, la idea de estas cumbres que confluyen en una visión global, porque éste es un tema que trasciende nuestra región naturalmente, éste es un tema global que requiere una visión global, aunque las respuestas sean contextualmente ajustadas.
Y el momento de iniciar la reflexión es oportuno, aunque yo creo que es tarde lo que estamos viendo en el mundo, es claramente una regresión de la democracia.
Creo que fue el Presidente Luis Solís el que decía que solemos usar muchos datos en este tipo de exposiciones, yo no voy a usar mucho pero sí quiero recalcar algunos de esta última época de lo que los análisis de la democracia y de la calidad de la democracia han dicho sobre este momento en que vivimos.
Por ejemplo, para el índice de The Economist, nuestra región Latinoamérica y el Caribe lleva seis años consecutivos de retroceso en la calidad de la democracia, y es la zona que más deterioro sufrió entre 2020 y 2021. Y éste es un análisis a nivel global.
El estado de la democracia, por ejemplo, de IDEA señala que solo Uruguay tiene una alta calidad democrática, solo Uruguay en nuestro continente.
Y Variety of Democracy muestra que a nivel global hemos regresado a los estándares de 1989. Todo lo que habíamos avanzado a nivel global en materia de democracia se ha deteriorado, son 30 años en que hemos visto la democracia avanzando pero hemos perdido en los últimos años esa situación, y esto tiene que ver, y yo hice lo mismo que Ángeles en ir a ver qué era técnicamente la línea de flotación, aunque en el lenguaje estaba claro, más abajo de la línea de flotación estábamos en un problema, o sea, que estábamos hablando como ella explicó muy bien de las condiciones para mantener este barco a flote.
Y este barco está siendo explorado, así que tenemos que ocuparnos ahora de esto, y creo en una cumbre que se refiere a la democracia electoral o al papel de los órganos electorales que, garantizar elecciones libres y competitivas o más o menos justas, no alcanza como línea de flotación.
Y probablemente ese fue un error al menos en la región, creer que, garantizando elecciones libres, competitivas, periódicas, imparciales, era suficiente y ese fue el punto de ingreso de quienes están erosionando la democracia, a pesar de que habíamos concentrado ahí nuestra fuerza, o sea que fuerza o las condiciones para sostener la democracia a flote, no alcanza con garantizar las elecciones.
Y creo que aquí nos tendríamos que volver a mirar un poco lo que es la democracia en un sentido clásico, que incluía dos elementos, que a veces hemos perdido de vista con un enfoque más institucionalista: Una. La democracia electiva, la democracia electoral, sea cual fuera el mecanismo por el que llegaban al poder las personas, y estoy hablando de la vieja Atenas; y el otro, el control, la idea de control es centrar en la democracia ateniense y ese es el origen.
Y hemos visto que esos controles eran percibidos como una garantía más, pero no hacían y no lo fortalecimos suficiente como para destacar que sin esa democracia de control, que no es solo la democracia de los controles institucionales sino de, también la democracia de control de una ciudadanía fuerte que defiende la democracia, lo decía el Presidente Solís, lo dijo Eduardo también, sin esa ciudadanía es muy difícil sostener el barco a flote.
Y cuando hablamos de la democracia electoral, creo que tenemos que hacer o proporcionar y reflexionar sobre una visión que va mucho más allá de la elección en sí del día de la elección los procedimientos electorales, obviamente que entre el andamiaje de la democracia de control, los órganos garantes de la elección son centrales y están siendo víctimas de ataque, igual que otros órganos de control, igual que el espacio cívico, que es otro de los mecanismos de control.
Pero hay un tema que no se ha mencionado hoy, y me parece o por lo menos no lo he rescatado, que es el tema de la relación dinero-política, de la que todos los que estamos acá hemos hablado durante mucho tiempo, esa relación está en la base del sistema electoral y esa relación dinero y política, fue la que permitió que nuestra gran línea de flotación de la democracia electoral fallara.
Ahí, ése fue o ésa fue la ventana de ingreso por la cual grupos interesados en la erosión de la democracia y los sistemas, el establecimiento de sistemas autoritarios, encontraron poder suficiente para sostenerse, permanecer, ingresar y, desde adentro, tratar de desarmar la democracia.
En cuanto al esquema de control general, además de los órganos garantes de esa democracia electoral que están siendo víctimas de ataque en su independencia, en su capacidad y en su competencia, tenemos otros órganos que particularmente en las regiones están siendo objeto de ataque directo, el Poder Judicial, los ministerios públicos, los organismos de control financiero de la actividad del Estado.
El COVID mostró que la emergencia se utilizó como la excusa para la concentración del poder y el avance de estos sectores y, por supuesto, la generación de un espacio para otro problema que apareció dos veces en la conversación esta mañana que es la corrupción, que obviamente tiene mucho que ver con la decadencia, la erosión de los sistemas democráticos, y esto termina en la captura del estado que es uno de los problemas más serios, no solo en nuestra región, sino a nivel global.
Otro aspecto que tenemos que considerar y se vincula con esta perspectiva, es la relación de la democracia con los derechos y libertades esenciales, y estamos viendo cómo los grupos interesados en concentrar el poder y capturar el estado atacan sistemáticamente, primero a los periodistas, a los medios, y más recientemente y habíamos tenido antecedentes en Rusia y en Europa del Este, pero ahora se manifiesta en nuestra región también, ahora el ataque es al espacio cívico, a las libertades básicas de expresión, asociación y manifestación.
Y cuando me refiero al espacio cívico me refiero a un espacio que es más grande que el espacio de la sociedad civil, porque no estoy hablando solo de las organizaciones de la sociedad civil, estoy hablando del espacio del ciudadano, de ese espacio de encuentro, debate, del ágora, de donde podemos compartir, discrepar, cambiar ideas y armar un proyecto común, sin esa consciencia de un proyecto común que hace al bien común de todos por más distintos que seamos, es muy difícil que este barco siga a flote. Así que hay que poner atención ahí.
El siguiente elemento y esto sí se mencionó y creo que estuvo primero en la exposición de Banbury y de Solís, es el tema de las famosas promesas incumplidas.
La falta de respuesta de las democracias a los problemas de la gente, no a los problemas de los políticos, no a los problemas de lo que queda de los partidos políticos, no a los problemas de la dirigencia, a esos problemas se ha dado respuesta legal o ilegal, a los problemas de la gente no se da respuesta apropiada.
Y esto de enfocar la política y la democracia y usar las leyes y los procedimientos para dar respuesta a los intereses de los políticos, digamos, o de la dirigencia política, más la no respuesta a los problemas de la ciudadanía, los problemas de la gente genera algo de lo que se ha estado hablando mucho y es el problema de la desconfianza.
No voy a repetir cifras, este es un problema gravísimo, no solo por la desconfianza en las instituciones, sino por la desconfianza interpersonal a la que se refería Eduardo, ese es el primer problema, nadie puede confiar en los partidos políticos o en los dirigentes empresariales si no confía en el que está alado, en el hermano, el vecino, el socio, el alumno, el profesor, y todo esto, lo que hace es generar el cambio de cultivo perfecto para los populismos, la autocracia, la utilización de la ley como mecanismo para consagrar el abuso de poder, porque eso es lo que estamos viendo hoy, la legalización de la concentración de poder, la utilización de la ley para consagrar la regresión de la democracia, con la narrativa y la, desde el perfil institucional, razón de que sí es cierto, la ley aprobada por una mayoría ha desarmado la independencia del Poder Judicial, es lo que dice la ley, eso es lo que nos contesta, atención con eso que es un problema central que enfrentamos.
Tres prioridades y con esto termino.
Creo que la prioridad uno es construcción de ciudadanía, no en el sentido de la educación cívica como una materia que ponemos y que en muchos países donde existe todavía, es un mecanismo de ideologización y adoctrinamiento político por el que ha llegado al poder y concentra el poder, atención con eso.
Estoy hablando de construcción de ciudadanía, de trabajo en valores, de reconstrucción de los consensos básicos sobre lo que es aceptable y lo que no es aceptable y cuando hayan esos consensos sobre valores, ahí podemos encontrar la masa crítica para defender la democracia.
Segundo, fortalecer la democracia de control, la independencia, capacidad y competencia de los órganos de salvaguarda de la democracia, los órganos electorales y los órganos de control del ejercicio del poder, la atención en dos factores centrales, la corrupción y la relación dinero y política, muy vinculada con el crimen organizado, pero no solo con el crimen organizado, dinero y política y corrupción, son dos temas centrales si queremos que el barco salga a flote.
Y finalmente, hay que trabajar en mejores políticas públicas, como decía al terminar Eduardo, esto tiene que ver con dar las respuestas y hacer sustentable la gobernanza en nuestras instituciones, así que creo que tenemos una agenda donde hay muchos interesados en participar y quedo abierta a las preguntas y al diálogo con los colegas.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchísimas gracias, Delia.
Inicio, bueno, felicitando nuevamente a Ángeles, a Eduardo y a Delia por sus sólidas, claras y muy preocupantes observaciones sobre las líneas de flotación de la democracia representativa.
Ángeles empezó señalando datos preocupantes, la erosión de la democracia no solo en América Latina, sino en el mundo; señaló también cómo las autocracias, a diferencia de las democracias, generan lazos de apoyo, generan sinergias muy efectivas a nivel internacional; las reflexiones que venimos haciendo sobre democracia ya no son optimistas como hace algunos años.
Y aunque las elecciones competitivas siguen siendo una llave democrática, parecen ser cada vez más insuficientes.
Las líneas de flotación las señala Ángeles en esos mínimos deseables, que requerimos para que el buque siga navegando.
Las autocracias tienden a señalar las debilidades de las democracias, y las democracias parecen tener poca respuesta a esos embates, a esos ataques.
Señalaba también Ángeles, particularmente los riesgos de la reforma política desde los mecanismos democráticos, es decir, cómo intereses no democráticos, cómo corrientes antidemocráticas aprovechan los mecanismos institucionales de la democracia para reformar el sistema político, y propender hacia tendencias autocráticas.
Señalaba también Ángeles la importancia de los balances y contrapesos que ya van a retomar también Delia y Eduardo, la independencia del Poder Judicial.
Un concepto muy importante también que introduce Ángeles es que las líneas de flotación, como el concepto mismo de democracia, no es un concepto fijo, es un concepto dinámico, es un concepto que hay que ir leyendo en cada coyuntura.
Y concluía señalando la utilización del discurso de género, de la igualdad de género como un lavado de género autocrático, cómo los discursos pueden volverse los discursos democráticos e inclusivos pueden volverse contra la propia democracia cuando son manipulados, utilizados con fines perversos.
Y, bueno, algo común en los tres expositores, que también señalaba Ángeles, es que los organismos electorales siguen siendo agentes estratégicos fundamentales en esta discusión.
Eduardo Núñez por su parte nos habló sobre los desafíos de la democracia de tres ópticas: desde la dimensión de los regímenes políticos, donde se nota un deterioro y regresión en los sistemas; desde la perspectiva de las sociedades donde se palpa un malestar social cada vez más evidente; y desde la óptica del sistema internacional, donde hay pérdidas de acuerdos y de gobernanza internacional.
Entre los desafíos endógenos referentes a los sistemas políticos, Eduardo señaló diferentes aspectos: concentración de poder, ampliación de oposición, crisis en sistema de partidos, polarización, narrativa de exclusión, remilitarización de los sistemas, elitismos y grupos criminales que se van potenciando, en cuanto a los desafíos desde la óptica, desafíos a la democracia de la óptica de las sociedades nos habló sobre fragmentación, indiferencia, deserción, malestar, movilización social, represión, movimientos antisistema o discursos antisistema.
Y desde la óptica del sistema internacional, la crisis de instituciones, la guerra, la ineficiencia de los foros internacionales, entre otros aspectos.
También señalaba la presencia de varios desafíos exógenos, enemigos exógenos, a la democracia, como el crimen organizado, la polarización, entre otros; y proponía una agenda centrada en más democracia, mejores instituciones y mejor ciudadanía, más democracia aludiendo a espacios de integridad, espacios de diálogo, espacios de inclusión, mejores instituciones, señalando hacia la reforma política y mejor ciudadanía vinculándola a la reconstrucción de la confianza interpersonal.
Y concluía señalando como estrategia, mantener un sentido de urgencia, tomando en cuenta el análisis estratégico, las estrategias compartidas, las condiciones informadoras y la comunicación como elemento clave.
Y Delia, por su parte, retoma o inicia con una idea que fue de las últimas expresadas por Eduardo, que es la urgencia del tema con el tono para nada optimista, que predomina en esta mesa.
Delia señalaba que es tarde, estamos ya en momentos de regresión de la democracia y en apoyo a esto señalaba The Economics y de IDEA Internacional y de Biden, donde se pone en evidencia el retroceso en la calidad de la democracia en América Latina y el Caribe, en los últimos años.
Puntualizaba Delia que garantizar elecciones libres no alcanza como línea de flotación, la democracia requiere más que elecciones, aunque no hay democracia sin elecciones, la democracia requiere más que elecciones y Delia sintetizaba o seguía su argumentación, señalando que además de democracia electiva, requerimos recuperar el concepto de control que es fundamental en la noción democrática, control de poder, balance de poderes, accountability, transparencia, rendición de cuentas, toda esa idea de controles cruzados y de balance entre los controles, es algo que se echa de menos.
También señalaba Delia, la importancia de recuperar, de que la democracia recupere los apoyos de la ciudadanía.
También retomando aquí nociones que señaló Eduardo y que señaló Ángeles, no hay democracia sin demócratas, no hay, no podemos seguir sosteniendo la democracia como sistema político, como régimen político sin el apoyo de demócratas, de ciudadanos comprometidos y que crean en la democracia.
Pero bueno, hay enemigos, la relación dinero, política, un aspecto que introduce Delia como fundamental y que su descuido ha llevado al deterioro del sistema electoral de la competitividad, el sistema ha fallado y en este punto, al permitir el ingreso de grupos, de dineros lícitos e ilícitos en la política, el poder se ha concentrado en elites autoritarias que ven satisfechos sus intereses, sus objetivos de maneras lícitas o ilícitas, pero que de ninguna manera satisfacen las expectativas de la ciudadanía.
El deterioro en instituciones de control como poderes judiciales, ministerios públicos, instituciones de fiscalización de la Hacienda Pública, además en un contexto donde las medidas para detener la pandemia de COVID-19 condujo a la concentración de poder, ha llevado a un momento de captura de los estados democráticos en la región, por parte de élites y de grupos que no representan en nada a la ciudadanía como totalidad o como generalidad.
Señalaba también Delia la importancia de reflexionar sobre la relación de democracia con derechos fundamentales, reflexionar sobre las promesas incumplidas, sobre todo a la gente, como eso incide en los niveles de desconfianza y como prioridades apuntaba Delia, señalaba tres, por una parte la construcción de ciudadanía, por otra el fortalecimiento al control de democracia y en tercer lugar la importancia de pensar cómo generar mejores políticas públicas, que logren satisfacer lo que la ciudadanía, lo que las personas esperan de la democracia.
Vamos a pasar ahora a un momento en que cada una de las personas, de cada una de las personas expositoras tendrá cinco minutos más, yo voy a lanzarles tres ideas al aire y derivadas de sus exposiciones, con el objeto de que se refieran a ella y a cualquier otra idea que los otros expositores hayan tocado, sí pidiéndoles en su orden a Ángeles, a Delia y a Eduardo, que respeten los cinco minutos con que gozarán en este segmento.
En cuanto a Ángeles, me parece interesante que ese concepto de lavado de género autocrático, la democracia es también un discurso y compite con discursos antidemocráticos, qué reflexión podrías hacer sobre el cómo generar discursos democráticos, votables, creíbles, en el contexto de la post verdad?
Tal parece que los demócratas no comunican o por lo menos que los gobernantes autocráticos como son mucho mejor comunicadores que los gobernantes democráticos, que los agentes populistas tienden a comunicar mejor que las instituciones democráticas.
¿Qué reflexión podrías hacer en esa dirección?
Eduardo nos hablaba de democracia deliberativa, del espacios de diálogo concretamente, y de inclusión.
Eduardo, ¿en qué buenos ejemplos podríamos pensar?, porque hemos hablado mucho de patologías y de malos ejemplos, pensando en líneas de flotación, en qué dirección deberían trabajar los demócratas y las democracias de la región para generar mejores espacios de diálogo, de deliberación, cuáles son las grandes amenazas, cuáles son las oportunidades y concretamente, de qué buenos ejemplos históricos podríamos echar mano.
Y en cuanto a Delia, quisiera que nos hicieras una reflexión también sobre el control sobre este concepto tan importante para la democracia y cómo se elabora un discurso creíble sobre control en contexto delegados autoritarios como los denominaba O`Donnell en el contexto latinoamericano y en un contexto donde pareciera que hay sectores cada vez más amplios de la población que prefieren gobernantes sin control que puedan hacer, que puedan dar, traer logros concretos a la ciudadanía.
Un poco, bueno, también la pregunta que te hago va en línea, en cierto modo, a lo que le consulté a Ángeles sobre discurso, pero en tu caso, quería preguntarte también sobre dónde está el liderazgo democrático, qué agentes dentro de la sociedad democráticas deben enarbolar este discurso de control y esta acción inclusive pedagógica y curativa del control dentro del juego democrático en nuestras sociedades.
Le cedo ahora la palabra por cinco minutos, a Ángeles.
Presidenta de la Fundación Hay Mujeres, Ángeles Fernández: Muchísimas gracias, Hugo.
Bueno, qué difícil pregunta, difícil, pero al mismo tiempo es una pregunta que me retrotrae inmediatamente a lo que está pasando en Chile con el debate constitucional, porque ahí hay un caso de estudio concreto donde incluso se podría hacer un levantamiento de las narrativas que están usando por ejemplo, aquellos que alertan sobre la regresión democrática que cerrarían componentes de este texto constitucional que se va a plebiscitar, versus aquellos que defienden este texto por los argumentos que usan ambos sectores, ¿no?
Y en general, claro, se dice que este texto que veo estos componentes, que ya advertí, que yo creo que, efectivamente, ponen entre como mínimo, el riesgo, la independencia del Poder, ponen como mínimo en riesgo la necesidad de poderes que haya un checks and balances efectivo entre los poderes, algunos, desaparece, por ejemplo, la figura de estado de decepción y una serie de cosas allí que, claro, se ha querido hacer una constitución que sintoniza, muy, digamos, directa, abiertamente con ciertos, con un cierto clima cultural de época que obedece a derechos emergentes, como los derechos en la naturaleza, la paridad de género, la de la plurinacionalidad etcétera, que me parece muy bien, pero eso hay que hacerlo cautelando los acervos previos que tenemos, no podemos vestir un santo desvistiendo otro, ah, como se dice en el lenguaje popular.
Y eso es lo que va a pasar si avanza este texto constitucional.
Y, claro, quienes están señalando estas luces de alerta que a mi juicio son demócratas de pro, inmediatamente son caricaturizadas en el debate público como que están impulsando una campaña del terror, como que no quiere que en Chile se solucione efectivamente la crisis, porque se ha establecido la idea de que esta constitución va a ser la especie de panacea para resolver todos los problemas que acumula la sociedad chilena, básicamente de injusticia, de discriminación y de desigualdad.
Y así es suma y sigue, el problema es que hay que ver donde calan y cómo calan estos discursos, me retrotrae o me lleva a lo que advertía tanto Eduardo como, sobre todo Delia, con mucha fuerza, el tema de construcción de ciudadanía, porque obviamente ciudadanos que están en el limbo, que no han sido formados, y además presas de la desinformación, que no cuentan con recursos para apreciar críticamente y ser bastante, someter a escrutinio, porque someter a escrutinio las cosas da flojera, por eso que el populismo que se caracteriza por estos rasgos de simplificación de las cosas tiene tanto eco ¿no?
Entonces yo creo que para mí el alfa y el omega, aunque puede ser una respuesta muy simplista, son las personas, son los ciudadanos; por es cabe más también, se me paran mucho a veces los pelos cuando emergen voces que dicen que hay que regular las noticias, o que hay que regular la información, todo eso a mí me… digo bueno en dónde empieza la regulación y dónde termina la censura, todo ese tipo. Cuando salga de esa puerta hay que tener muchísimo cuidado.
Yo, en este sentido de la comunicación, la comunicación política, la información en este marco, qué argumentos y qué narrativas tenemos que usar para esta sala de democracia, pongo mucho las fichas en la capacidad de escrutinio y de discernimiento de los ciudadanos, pero para eso, vuelvo a lo que decía Delia y lo que decía Eduardo, dentro de una nueva etapa, una nueva era de reformas políticas, tenemos que re pensar de manera muy creativa la formación de culturas, la inversión en cultura cívica, no me gusta hablar de educación cívica y es más os voy a decir una cosa, creo que en estos espacios, que nos vamos dando en este momento tan dramático porque sabemos que si perdemos la democracia o esta línea de flotación de la democracia, perdemos todo porque perdemos la posibilidad de desarrollo verdad y de empoderamiento y de emancipación de los seres humanos, que es la llave para eso, así entiendo yo la democracia.
Tenemos que ser muy muy creativos e incluso incomodarnos entre nosotros mismos.
El otro día estaba leyendo, parece que no viene a cuento, pero estaba leyendo que las empresas hoy día, las que quieren ser muy competitivas en estos entorno cada vez más amenazados e inciertos económicamente, están incorporando la figura no del gerente de innovación, eso ya está superado; estoy incorporando la figura del chief disruption officer, del gerente de disrupción.
Personas que al interior de una organización dicen cosas duras, dicen cosas incómodas, dicen aquello que nos produce escozor.
Pues nosotros, entre nosotros mismos, para tratar de hacer muy creativos entre este momento dramático, y yo lo traté de graficar pero creo que Delia fue más, porque dijiste que íbamos perdiendo la batalla, pues tenemos que incorporar voces que están por esa democracia, pero que nos digan aquello que no queremos escuchar, o que no es agradable escuchar.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchas gracias, sí, excelente, excelente, Ángeles.
Muchísimas gracias por tu ajuste, tu perfecto ajuste al tiempo.
Seguimos, entonces, le cedo la palabra a Eduardo Núñez, por cinco minutos.
Director del Programa Regional de NDI para Centroamérica, Eduardo Núñez: Gracias, Hugo.
Yo tomaría, en relación con tu pregunta, el último punto planteado por Ángeles y también por Delia.
Cuando hablamos de, cuando residimos en una época en donde conviven un conjunto de fenómenos que deterioran las condiciones de funcionamiento de las democracias, pero también las condiciones de gobernabilidad, unas tienen que ver con problemas de diseño y funcionamiento de los regímenes políticos; otras, con la densidad democrática de nuestra sociedades, por supuesto.
Pero, fundamentalmente, tiene que ver con la capacidad que tienen las instituciones para ofrecerle resultados concretos a la gente, lo que bien planteaba Delia.
Eso tiene que ver con la calidad de los servicios y las políticas públicas, tiene que ver con la densidad del estado, con la calidad de nuestras instituciones, y no solo de nuestras normas, sino con la capacidad de las instituciones para funcionar y cumplir sus funciones estratégicas.
En ese sentido, me parece que lo esencial para poder enfrentar esos desafíos es que requerimos acuerdos, pero es muy difícil construir acuerdos en sociedades altamente polarizadas, en sociedades en donde estamos ahora convertidos en auténticas tribus autoreferenciales, porque en la vida real no está pasando como pasan en las redes sociales, el algoritmo, el que siempre ha hablado Delia, nos termina poniendo en comunicación con los pensamiento iguales.
Entonces, solo escuchamos las opiniones similares, solo vemos los tuits o las expresiones similares. Eso genera un fenómeno de autoreferencia.
Y eso hace empobrecer la democracia, en el sentido de que más allá de, digamos, conceptos desde la perspectiva académica, si uno tuviera que decir qué es la democracia, yo lo digo muy sencillo: es el único sistema que garantiza que los que podamos ser distintos, siendo diferentes, podamos convivir de manera pacífica.
Y si lo llevamos a ese ámbito de sencillez, entonces necesitamos construir espacios donde los que somos y las que somos diferentes convivamos.
Entonces, cuando hablamos de diálogo, cuando hablamos de despolarizar, cuando hablamos de construir lo que en otros lugares, yo he hablado de un centro político plural. Un centro político plural es que seamos diferentes ideológicamente, que representemos géneros diferentes, intereses diferentes, ideologías diferentes, movimientos y temas diferentes, pero que podamos escucharnos y escucharlas, y escucharnos una a otras.
Me parece que es esencial, y eso pasa entonces porque cuando hablamos de diálogo tenemos que verlo en varios niveles.
Deberíamos recuperar el nivel de diálogo político, se ha deteriorado buena parte de los ejercicios de diálogo Inter partidario que existían en América Latina y en muchos de nuestros países hoy ya no existen, hay una negación al diálogo y hay una lógica de confrontación.
Hemos importado la política, la lógica de la guerra, ya no somos adversarios políticos que pensamos distinto, pero podemos conciliar y llegar a acuerdos, si no somos enemigos políticos que nos negamos, es una lógica de cancelación del diferente, de cancelación de, en este caso, del enemigo o de la enemiga política.
Entonces necesitamos recuperar la construcción de espacios seguros, donde puedan confluir actores políticos que piensan distinto, pero que logren al menos escucharse, y desde esa escucha activa tratar de identificar puntos de confluencia, no negando la diferencia, sino reconociendo esas diferencias.
Lo segundo, en esta idea de que necesitamos generar incentivos para que las elites se acerquen a la democracia y se alejen de ese miedo a la democracia que han adquirido en los últimos años y como es evidente en algunos de nuestros países, necesitamos también generarle espacios seguros de diálogo intersectorial, más allá de la política partidista y más allá de los espacios formales de carácter institucional.
Necesitamos que empresarios y políticos y empresarias y políticas hablen, necesitamos centrar a los militares a debatir su papel en las sociedades democráticas contemporáneas, en un contexto en donde hoy están ganando terrenos y entrando en funciones que le son ajenas a su naturaleza.
Necesitamos reconocer que somos sociedades mucho más plurales y que en la mesa tienen que estar sentadas mujeres y hombres, personas de la diversidad sexual, etcétera, o sea, necesitamos diálogos más plurales a nivel intersectorial, no sé si es la expresión más feliz, pero pudiera ser la que mejor trate de caracterizar esta segunda dimensión.
Y la tercera dimensión tiene que ver mucho más con el ejercicio de la ciudadanía, es, necesitamos construir espacios seguros de convivencia y espacios seguros de convivencia, comienza porque nos escuchemos los que pensamos diferente, eso es educación para la vida en democracia, no es educación cívica, no es informar sobre las instituciones, no es informar sobre las leyes, que hay que hacerlo, es ponernos a dialogar entre distintos, desde la escuela, desde el colegio, en los espacios culturales, políticos, civiles, económicos y construir esa cultura de la escucha activa y el respeto a la diferencia.
Es resignificar la tolerancia, pero fundamentalmente reconstruir la idea de que la democracia es plural, y que al ser plural nace desde la diferencia para construir acuerdos de convivencia, desde la aceptación de esas diferencias.
Gracias.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchas gracias, Eduardo.
Ahora le cedo cinco minutos a Delia Ferreira.
Presidenta Transparencia Internacional, Delia Ferreira: Muchas gracias y suscribo todo lo que se ha dicho en cuanto a un programa de acción y creo que si bien me parece que estamos en una situación realmente límite y hemos perdido mucho tiempo, hay mucho por hacer y hay que empezar por saber apostar a largo plazo e invertir como decía María Ángeles, realmente invertir en esa construcción de los espacios de la que hablaba Eduardo y en esa generación de una nueva ciudadanía, esto es a largo plazo y ese largo plazo es lo que ha hecho que políticos, dirigentes, organismos de operación internacional y demás hayan dicho no, no se puede invertir en esto, porque para que ustedes nos muestren resultado hace falta una generación.
Hemos perdido el tiempo, creo que tenemos que ponernos las pilas ahora y usar paciencia y perseverancia para que, a lo mejor no nosotros pero las generaciones que vengan puedan tener ese nivel de compromiso con la democracia.
Esto supone que podemos hacer el vínculo, el link, entre democracia y usted, personalmente, y voz, cuando hablamos de los chicos.
La democracia tiene que ver con nuestra vida diaria. Ahora, esto tiene que ver con los resultados y las respuestas, porque si el eslogan es “roban pero hacen, y por lo tanto lo sigo votando”, ese es un problema central que lo único que hace es favorecer esta erosión.
Entonces, hay que cambiar la ecuación, hay que mostrar que la democracia puede dar respuestas adecuadas en lugar de estar preocupándose por la permanencia en los cargos, la habilitación de privilegios, y un problema muy grave que se puso de manifiesto durante el COVID, que es la falta de integridad en nuestros funcionarios públicos, me refiero a las fiestas colectivas cuando toda la ciudadanía estaba encerrada y en cuarentena, y sin embargo había un grupo que se seguía juntando sin ningún tipo de problema y amparado por los coches oficiales y demás, lo hemos visto en Argentina y lo hemos visto en el Reino Unido, por solo mencionar dos casos, democracias muy débiles y democracias teóricamente muy consolidadas.
La falta de integridad. Hubo falta de integridad en la distribución y acceso a las vacunas, los vacunatorios VIP o la participación en pruebas de vacunas, justificando vacunar primero a los políticos y sus familias y sus empleados.
Este es un problema de integridad que quedó desnudado, la corrupción no es solo un crimen financiero, la corrupción ataca la integridad, y eso permea en la sociedad, a nadie se le puede pedir integridad si el ejemplo que nos están dando es un ejemplo negativo.
Tenemos que trabajar en eso, y tenemos que ser creativos, innovadores, como decía María Ángeles, tenemos que conectarnos. La ventaja de los autócratas, los populistas, los autoritarios, es que saben comunicar, nosotros hasta ahí sabemos informar pero no comunicar, necesitamos que nuestro mensaje trascienda la pantalla, trascienda el canal, trascienda el post del tweet y llegue, y para eso tenemos que pensar a qué audiencias estamos dirigiéndonos, con quién estamos hablando, qué canales usa esa población audiencia, cuál es su lenguaje.
No podemos pretender hablar con el mismo lenguaje cuando tenemos que dirigirnos en la Cumbre de las Américas a los presidentes de la región, o cuando queremos convencer a un niño de cuatro años sobre qué es un conflicto de interés, y eso se puede hacer, pero tenemos que ponernos a pensar cómo hacerlo bien, para que, cuando ese niño llegue a ser Ministro o Presidente no tengamos que empezar como ahora explicándole a los funcionarios que existe una Ley de Ética Pública que en el artículo 2 dice: “deben actuar con honestidad”, es un deber del funcionario público ser honesto.
A eso hemos llegado, no alcanza con las leyes, no alcanza con las leyes, llevamos años diciendo esto, hay que trabajar en la realidad, hay que trabajar en la cultura democrática, en la cultura de los valores. Y me quedo acá.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchas gracias, Delia.
Nos queda poco tiempo, pero quisiera dedicar lo que nos resta a responder algunas preguntas de personas que están siguiendo el panel.
He seleccionado una pregunta para cada uno de los expositores y les voy a rogar que traten de resumir alguna respuesta en un minuto, porque es lo que nos resta de tiempo.
Ángeles, dos personas piden que profundices el concepto de lavado de género.
En cuanto a Eduardo, hay una pregunta sobre…
Hay una pregunta, Eduardo, sobre participación política, concretamente sobre la utilización de consultas populares para concentrar el poder, es decir, mecanismos democráticos para revertir democracia.
Y también se te solicita una lectura sobre la baja participación política en algunos comicios que estamos observando en democracia de la región.
Y en el caso de Delia, hay una pregunta sobre si generar divisiones políticas desde el gobierno, desarticulando a los opositores, es alguna forma de acoso a la libertad política.
Les ruego referirse a esto en un minuto, empezando por Ángeles.
Presidenta de la Fundación Hay Mujeres, Ángeles Fernández: Gracias, Hugo.
Bueno, el lavado de género es un concepto que ha empezado a usarse últimamente como un recurso que usan distintos agentes, distintos actores sociales, para de alguna manera acoplarse o mostrar su simpatía, o que están en sintonía, ¿verdad?, con este nuevo clima de época, ¿no?, que se ha instalado en el mundo, de un mayor, digamos, la importancia de adherir a la igualdad de género, a la no discriminación de las mujeres, las denuncias y todo lo que vino después, por ejemplo, si colocamos el parteaguas de Metoo.
Pero lo que se ha encontrado es que los autócratas, al igual que lo hacen algunas empresas del punto de vista corporativo, ellos también se apropian o llevan adelante reformas que en teoría abundarían, por ejemplo, en una mayor participación de las mujeres en espacios de participación política, el uso de cuotas por ejemplo, mientras que por detrás, digamos, por un lado avanzan, pero por otro lado siguen, por ejemplo, persiguiendo a los opositores, etcétera.
Eso es el lavado de género autocrático. Y dejé ahí el link para profundizar en la publicación donde ambas autoras que yo cité desarrollan el concepto.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Muchas gracias, Ángeles.
Tienes un minuto Eduardo.
Director del Programa Regional de NDI para Centroamérica, Eduardo Núñez: Bueno, mira, las dos preguntas atienden, me parece, a este fenómeno de la relación natural entre el ciudadano, la ciudadana y el poder.
Y, bueno, una de las actitudes ciudadanas, hay múltiples actitudes ciudadanas, una de las deserción, una es la deserción de la política, es la idea de que la política no da respuestas y que le toca a la persona sobrevivir, normalizando fenómenos que no son lógicos o aceptables, como el crimen, la violencia o las violencias en plural, porque no todas son iguales, o la corrupción.
Eso explica en algunos países una tendencia a la baja en la participación político electoral, porque las elecciones ya nos percibidas como una salida a las crisis, sino como una continuación de las crisis.
Hay una pérdida de esperanza en la democracia que es triste, pero que es real; y del otro lado, aprovechando alguna medida de eso, lo que tenemos también son regímenes que tienen la habilidad de vender narrativa de participación directa, que lo que buscan es sustituir en buena medida las formas tradicionales de representación.
Es el uso de la participación como una estrategia para legitimar relaciones directas entre el gobernante o la gobernante, y la ciudadanía, bajo la presunción de que eso le permite decir que su accionar representa a esta ciudadanía.
Gracias.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: Gracias, Eduardo.
Y para concluir, cedo la palabra a Delia por un minuto.
Presidenta Transparencia Internacional, Delia Ferreira: Muchas gracias y gracias por la pregunta.
La división enemigo- amigo ha sido impuesta y es la característica o la actividad más exitosa, yo creo, de los populismos en el mundo.
Está en el manual del populismo, o el Manual del Buen Populista, escrito por la (…) y su señora.
Generen división y transformen a la sociedad en están con nosotros y son nuestros enemigos, no hay términos medios y no se puede hablar entre estos dos sectores. Hay que ladrarse en el mejor de los casos, o directamente atacar con violencia.
Esta división ha sido impuesta de arriba hacia abajo, y tenemos que cambiar esa dinámica, porque ha aprovechado un contexto en el que la digitalización, las redes sociales, la velocidad de la sociedad en que vivimos favorece ese tipo de mensaje.
Tenemos que utilizar ese mismo contexto donde estamos, para dar vuelta el mensaje, para mostrar que los controles no son un obstáculo a ese populista que tan eficiente quiere ser, sino que los controles están para defendernos a nosotros y defender el espacio de todos, de todos nosotros: diferentes, iguales, parecidos, ricos, pobres, todos nosotros.
Magistrado de TSE de Costa Rica, Hugo Picado: El tiempo nunca es suficiente para conversar con intelectuales de la talla de Ángeles, de Eduardo y de Delia, además personas profundamente comprometidas no solo con la reflexión, sino con la acción política democrática en nuestra región.
Les agradecemos su enorme capacidad de síntesis para compartir con nosotros inquietudes y conocimientos sobre las líneas de la flotación de la democracia representativa en nuestra región.
Han hecho ustedes un muy valioso aporte a este Foro Regional, les expreso la gratitud en nombre de todas las personas que estamos siguiendo el Foro.
Y le cedo la palabra a Manuel Carrillo para despedir este panel.
Coordinador de Asuntos Internacionales, Manuel Carrillo Poblano: Muchísimas gracias, magistrado Picado, por la muy hábil e inteligente conducción en esta mesa, efectivamente, con intelectuales y amigos de la categoría de los ponentes, como lo acabamos de escuchar.
Haremos un receso de unos 10 minutos para iniciar en 10 minutos el siguiente panel.
Muchas gracias.
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