Hace unos días la Asociación Civil “Que Siga la Democracia” solicitó al INE la posibilidad de que dicha agrupación y sus simpatizantes colabore en la instalación de casillas para el procedimiento de revocación de mandato.
En sesión del Consejo General de ayer, emitimos respuesta negativa, pues la constitución y la ley así lo disponen. Todo el modelo normativo de conformación, ubicación y funcionamiento de casillas trabaja correctamente desde hace más de 30 años en medio de un entramado complejo que lo reviste de candados de legalidad, imparcialidad y autenticidad, que la ciudadanía aprecia desde hace décadas.
Aunque es derecho de la ciudadanía participar en estos procedimientos de democracia directa, goza de esa prerrogativa solo en actos y momentos específicos, como solicitar firmas, votar o ser designado funcionaria o funcionario de casilla. Por exclusión, es imposible concederle, además, instalar y operar casillas por sí misma.
Además, realizar actividades de funcionariado de las mesas directivas de casilla, sin contar con designación procesada por los canales formales e institucionales que marca la ley, podría resultar en la configuración de la conducta típica que el derecho penal electoral denomina expresamente “Usurpación del carácter de funcionario o funcionaria de casilla”.
Hay que recordar también que la constitución establece desde 2019 que el proceso de revocación de mandato es un derecho de la ciudadanía pero que el INE tendrá será responsable de la organización, desarrollo y cómputo de la votación.
La Ley de Revocación de Mandato, de 2021, dispone que el INE tiene el deber de garantizar la integración de las mesas directivas de casilla; así como el de aprobar los lineamientos o acuerdos necesarios para realizar tal proceso. La propia Ley indica que el INE y solo el INE, habilitará las casillas que fueron determinadas para la jornada cívica como lo hizo en el proceso electoral previo y que, en caso necesario, lo hará en ubicaciones distintas.
En su solicitud, la asociación civil proponía poner por si misma más casillas, afirmando que el INE no pondrá suficientes. Atendiendo la conocida disponibilidad presupuestal del INE y a la vista de la experiencia del Instituto en la organización de la Consulta Popular 2021, marcada también por recortes presupuestales, el Consejo General determinó optar por un modelo particular para esta ocasión. Así, el número de casillas a instalarse se determinó conforme a los recursos disponibles.
No debemos olvidar que las casillas ya son ciudadanas. Se integran por nuestras vecinas y vecinos, que arriban al puesto mediante una sofisticada selección de doble sorteo y a quienes luego se les capacita con toda oportunidad para enfrentar correctamente el domingo de las urnas. Si queremos garantizar que la RM salga tan bien como va hasta hoy, debemos cuidar el imperio de la ley, alejarnos de la improvisación y, claro, de la mala fe.
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