Intervención de Lorenzo Córdova, en la firma del Acuerdo por la Integridad del Proceso Electoral 2021-2022 en Tamaulipas

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO EN LA FIRMA DEL ACUERDO POR LA INTEGRIDAD DEL PROCESO ELECTORAL 2021-2022 EN TAMAULIPAS

Gracias, muy buenos días.

En el Consejo General tienen más potencia los micrófonos, así que no me lo quito allá, pero aquí voy a aprovechar los usos y las prácticas locales y que, bueno, que estamos en el semáforo, en el nivel de semáforo en el que estamos.

Con su venia, señor Gobernador.

Saludo con mucho respeto y agradecimiento a los titulares de los poderes y de los órganos constitucionales del estado de Tamaulipas.

En primera instancia al señor Gobernador, licenciado Francisco García Cabeza de Vaca.

Saludo también con mucho agradecimiento y reconocimiento a los integrantes de las distintas instituciones electorales que aquí están convocadas.

Al Instituto Nacional Electoral, a mi colega la Consejera Norma De la Cruz, en primera instancia.

A la estructura del INE en el estado.

Al Tribunal, a los miembros del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al Magistrado Presidente, el Magistrado Reyes Rodríguez Mondragón.

A los integrantes, consejeras, consejeros, señor Presidente del IETAM, así como a la Magistrada Presidenta, a los integrantes del Tribunal Electoral del estado.

A los integrantes del ATERM.

Y, por supuesto, y de manera muy particular a los protagonistas, no los únicos, porque el compromiso es recíproco de parte de las autoridades electorales, pero particularmente y quiero enfatizar el simbolismo y el hecho de que éste sea un compromiso de integridad electoral suscrito por las representantes de las fuerzas políticas que contenderán en la elección del próximo 5 de junio.

México cuenta con un sistema electoral robusto, que garantiza la periódica renovación de los poderes públicos en paz y con legalidad.

Nuestro modelo electoral ha garantizado la representación de las mayorías y de las minorías en la toma de las decisiones legislativas, ha permitido que la alternancia sea una posibilidad real en manos de las y los votantes en cada proceso electoral, ha sido la punta de lanza para avanzar hacia una democracia paritaria y cada vez más incluyente y ha contribuido a la estabilidad política del día después, todo el mundo cuando habla de elecciones piensa en el día de la Jornada Electoral.

Pero probablemente el día más importante es el día después, los problemas que tenemos, que nos aquejan como sociedad, los grandes problemas estructurales de pobreza, desigualdad, corrupción, impunidad, violencia están presentes y no hay que olvidar que estarán presentes el día después y ya después tendremos que enfrentarlos y resolverlos.

Así que, repito, la estabilidad política del día después, que también es importante, gracias a la credibilidad de la sociedad que ha depositado en el trabajo de los órganos que integramos el sistema nacional de electores, del INE, entre otros como ente rector del sistema nacional de elecciones.

Probablemente la clave de todos estos logros que ha tenido, que ha logrado el sistema electoral mexicano radique, desde mi punto de vista, en tres aspectos vertebradores que orientan las decisiones electorales.

El carácter técnico y la base legal de cada una de las decisiones que tomamos, el detalle, profesionalismo y transparencia con el que se aplican los múltiples procesos en los que sustentamos la organización de las elecciones y muy especialmente la autonomía constitucional que ha permitido a las autoridades electorales mantenerse al margen de los intereses y presiones de los poderes constituidos y de las fuerzas políticas.

Y lo digo no hoy, sino como parte de la historia. Ha habido alternancias, ha habido distintas fuerzas políticas que se han sucedido en los distintos ámbitos del poder tanto al nivel federal, local y municipal y esa lógica de autonomía ha valido en el pasado, con quienes se fueron, vale hoy con quienes nos gobiernan y valdrá mañana con quienes nos gobiernen en el futuro a partir de la decisión ciudadana.

Pero la democracia constitucional que tenemos, ciertamente sofisticada, de pesos y contrapesos institucionales y, más allá de todos los faltantes y las áreas de mejora que la misma tiene, es una obra en la que todas y todos tenemos diferentes roles que cumplir para que las elecciones cumplan su función civilizatoria de procesar las diferencias políticas, inherentes en las sociedades modernas, de manera pacífica, respetuosa y tolerante. De eso se trata, al final del día, la democracia.

Es por ello que he venido insistiendo que la democracia en nuestro país no se construyó en un día y que tampoco es responsabilidad exclusiva, ni del INE, ni de los OPLES, ni de los tribunales electorales. 

La democracia mexicana es un patrimonio de la nación entera porque ha sido una construcción colectiva, de múltiples generaciones de mexicanas y mexicanos que apostaron, por un consenso básico, que es justamente que se ala voluntad ciudadana libremente emitido en las urnas y respetada quien defina quién nos gobierna y quién nos representa y nadie más.

La democracia es la causa que más personas ha movilizado y comprometido en nuestra historia, de todas las fuerzas y signos políticos. Y que, como tal, todas y todos tenemos la responsabilidad de cuidar en el presente y fortalecer en el futuro.

Destacar la corresponsabilidad de la convivencia democrática en los tiempos que corren es relevante, en México y en el mundo, ante la polarización, la intolerancia, la mentira y la posverdad que domina la conversación pública.

Y ello es aún más importante en los momentos en los que en el mundo cunden posturas que apuestan por la confrontación que no hace otra cosa sino erosionar la lógica de convivencia del pluralismo político, siempre cambiante y vigoroso, que define y nutre a toda democracia.

En cambio, y que se contrapone por, una visión de amigos-enemigos que actualiza, no hace más que eso, la vieja lógica en la que se fundan los sistemas totalitarios.

En ese sentido, reconocer los logros que como sociedad hemos alcanzado por la vía democrática y los factores que están determinando el contexto en el que está transcurriendo la competencia electoral en esta entidad, me parece que tiene dos propósitos: El primero, destacar y reiterar, como aquí hemos escuchado en voz de los representantes de los partidos políticos, destacar la importancia civilizatoria que tienen las elecciones como, no el punto de llegada, sino, por el contrario, el punto de partida para resolver los problemas políticos del país, de esta entidad.

Y, en segundo lugar, subrayar que la recreación de la democracia indudablemente tiene que ver con las elecciones, no se agota en las elecciones, pero pasa por las elecciones.

La lección del maestro Ortega y Gasset hay que tenerla siempre presente, la salud de la democracia pasa invariablemente por un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral. La democracia no se agota en las elecciones, pero sin elecciones libres, transparentes, creíbles, con integridad, simple y sencillamente no hay democracia.

Todo esto tiene que ver con el contexto, indudablemente, con el respeto por parte de los actores políticos y de las autoridades a las reglas del juego democrático que se han pactado y que nos rigen.

Ciertamente, para lograr la integridad de las elecciones es indispensable que las autoridades electorales apliquemos las leyes y los procedimientos con imparcialidad, ésa es parte de la lógica que nosotros suscribamos este compromiso, insisto, en esta responsabilidad colectiva, pero esto no es suficiente.

El adecuado desarrollo de una contienda electoral también requiere que contendientes y actores políticos respeten las reglas del juego democrático que nos hemos dado, que no impusimos ni construimos las autoridades electorales, sino que son producto del arreglo político que las fuerzas políticas determinaron y que se eviten actitudes fraudulentas, que la sociedad se informe y participe, que los medios de comunicación cubran con equidad, profesionalismo y, en la medida de lo posible, objetividad de las campañas y, que las instituciones del Estado responsables de la seguridad garanticen las condiciones de paz pública para que la ciudadanía pueda acudir en libertad a votar a las urnas.

Que cada votante pueda ejercer, en suma, libremente su voto el día de la elección y que cada elector, solo o en compañía de sus seres queridos, pueda regresar a su casa con toda tranquilidad. 

Ésa es la importancia del acuerdo para la integridad de las elecciones que firmaremos el día de hoy.

Estamos a tres días de que inicien las campañas electorales en la entidad en las que se disputará la gubernatura. Con ello, dará inicio el lapso más intenso del proceso electoral. 

Serán dos meses en los que las fuerzas políticas tratarán de convencer a los 2.7 millones de ciudadanas y ciudadanos inscritos en la Lista Nominal del estado, para que les confíe su voto en alguna de las cuatro mil 799 casillas que tenemos previsto instalar para el próximo 5 de junio.

En tal sentido, quiero agradecer al gobierno y al Congreso del estado, a las autoridades jurisdiccionales locales vinculadas con la contienda electoral y al Instituto Electoral de Tamaulipas por su disposición para participar en este acuerdo y, especialmente, quiero agradecer la voluntad de las fuerzas políticas contendientes por aceptar comprometerse pública y políticamente con este acuerdo, lo que implica respetar las leyes electorales, las decisiones de las autoridades jurisdiccionales y evitar la realización de actividades fraudulentas que empañen el adecuado desarrollo del proceso electoral en curso.

Confío en que este acuerdo será un paso decisivo para que las elecciones locales de este año en Tamaulipas sean un ejemplo de civilidad y lealtad a la vida democrática. 

Adicionalmente, aprovecharé este evento para reconocer públicamente a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por las resoluciones que han venido tomando, porque permiten con ellas certeza y claridad a todo el mundo, respecto de las reglas del juego vigentes y de su aplicabilidad a todos los actores políticos, sin excepción.

Particularmente aquellas que se refieren a la propaganda gubernamental, uno de los grandes temas que en el pasado empañaron las elecciones y que, en su normación, en su regulación, constituyeron uno de los puntuales que permitieron la consolidación democrática.

Gobiernos interviniendo, de cualquier tipo, en los procesos de cualquier tipo, sean de participación ciudadana, sean elecciones constitucionales, son un factor disruptivo que rompe parte de la historia que hemos logrado construir conjuntamente.

El arreglo fue justamente, ese arreglo democrático que fueran las ciudadanas, en libertad, sin injerencias indebidas de ningún tipo y en particular desde el poder, quienes decidan libremente su voluntad en las urnas.

Esas reglas son producto de nuestro de arreglo político. Esas reglas no fueron introducidas por las autoridades electorales como recurrentemente escuchamos en estos días, bajo supuestas lógicas de censura.

Esas reglas fueron pactadas y llevadas a la Constitución y la ley por los propios actores políticos.

Ese es parte del arreglo constitucional sobre el que se ha fundado la transición democrática y es el que ha permitido, por cierto, que en los últimos ocho años, sin la intromisión indebida de los poderes, de los poderes públicos en las elecciones, en las contiendas electorales, hoy podamos decir que desde el 2014, desde la vigencia del Sistema Nacional de Elecciones, éste ha sido el periodo de mayor alternancia política de la historia, de la cual, por cierto, el estado de Tamaulipas ha sido uno de sus beneficiarios.

Le corresponderá a las ciudadanas y a los ciudadanos definir en las urnas su destino político; quién los gobernará en el futuro, pero eso solamente puede hacerse, como ocurrió en el pasado, si hay un pleno respeto de las reglas del juego hoy vigentes.

Quien no respete las reglas no solamente es un tramposo, no solamente comete un fraude a la ley, está traicionando la vocación democrática que hoy nos han permitido que sean las y los ciudadanos, y nadie más que ellos, quienes con su voto decidan quienes nos gobiernan.

En tal sentido, permítame concluir, y perdón que me haya extendido, haciendo dos llamados a la ciudadanía de Tamaulipas; el primero es para que cada ciudadana y ciudadano inscrito en la Lista Nominal del estado se informe sobre las opciones políticas que contenderán por la gubernatura en la entidad y voten libremente, sin presiones, pues, el próximo 5 de junio.

El segundo llamado, aunque no es materia del acuerdo, y ofrezco una disculpa por abusar de este espacio, pero estamos a apenas unos días de una jornada inédita en la vida política democrática del país, que es el primer ejercicio de participación ciudadana para la Revocación del Mandato.

Es para que todas las ciudadanas y ciudadanos se informen sobre los pros y los contras de la decisión que podrán tomar el próximo 10 de abril, en la primera consulta ciudadana para la eventual Revocación del Mandato del titular de la Presidencia.

Las cifras son muy positivas, a pesar de las adversidades, de las restricciones, la ciudadanía se está apropiando de este ejercicio; como en su momento se va a apropiar de la elección constitucional del 5 de junio.

Estemos a la altura de esa ciudadanía y hagamos de la revocación de mandato una fiesta democrática, como antesala de la que aquí se tendrá en este estado el 5 de junio.

Hoy, lo digo con todas las letras, gracias a la ciudadanía, y gracias a su alianza y confianza con su Instituto Nacional Electoral, la revocación de mandato va y va muy bien, todo está listo para que el próximo 10 de abril puedan emitir su voluntad en ese sentido.

Concluyó señalando que confío que el presente acuerdo contribuirá a crear el mejor contexto posible en favor de la integridad de las elecciones aquí en Tamaulipas, que quienes compiten por los poderes públicos podrán transitar de un extremo a otro de la entidad para realizar sus actividades proselitistas, y que las y los ciudadanos podrán seguirse informando y podrán salir de sus casas para participar libremente en las urnas, así como ejercer su derecho constitucional el sufragio y decidir, en consecuencia, su futuro político.

Muchísimas gracias.

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