VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA PRESENTACIÓN DEL PROYECTO CERO VIOLENCIA POLÍTICA CONTRA MUJERES EN MÉXICO
Muchas gracias, muy buenas tardes tengan todas y todos.
Señor Embajador don Juan López-Dóriga, es un verdadero placer y privilegio recibirlo aquí por primera vez, primera de muchas, estoy seguro, en la casa de la democracia.
Saludo también con mucho afecto al personal de la Embajada, Miguel Ángel, bienvenido también.
Gracias también, y voy a romper aquí las formalidades que no se ha atrevido Lorenzo a hacerlo, saludo con mucho afecto también a mi tocayo, don Lorenzo Jiménez de Luis, Representante Residente del PNUD en México, una institución, ya lo decía él y aquí lo reitero de este lado, que es una aliada estratégica, un socio estratégico para este y muchos otros proyectos.
Y también saludo mucho el acompañamiento del personal del PNUD, Sol, muchas gracias, Xenia, Brenda, muchas gracias por estar acá.
Y, por supuesto, a mis colegas, las consejera Norma De la Cruz, Dania Ravel y Martín Faz mucha gracias por acompañarnos.
Al personas de la Unidad de Género y No Discriminación, empezando por su Titular Laura Liselotte, mucha gracias por estas acá.
Y, sobre todo, por haber concretado las sinergias necesarias para que este programa se convierta en un escenario adicional de la colaboración institucional con la AECID, por un lado, y, por otro lado, con el PNUD.
Agradezco en este sentido al Programa de naciones Unidas para el Desarrollo y a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la AECID, la invitación para que el Instituto Nacional Electoral participe en este proyecto que, como se ha insistido, tiene el objeto de combatir la violencia política contra las mujeres en razón de género.
En los tiempos que corren uno de los mayores lastres para avanzar hacia la conformación de democracias sustantivas y plenamente igualitarias es la violencia que sufren las mujeres, niñas y adolescentes, ya que se trata de la vulneración de derechos, de actos de impunidad y de agresiones contra la integridad, ya se decía también, de más de la mitad de las personas que integran a nuestras naciones.
En México tenemos claro que la violencia tiene un origen multifactorial, que la violencia política se manifiesta de múltiples formas durante las elecciones y a través de múltiples planos, entre ellos, las redes sociales, y que la misma no concluye esa batalla, esa defensa, esa violencia, por un lado, pero, frente a este fenómeno que afecta y que trasciende las mismas elecciones.
La violencia no concluye cuando las mujeres triunfan en las urnas, en tanto que la experiencia de las elecciones de 2021, como ya Norma mencionaba, mostró que la misma muta en diferentes formas de hostigamiento cuando deben asumir los cargos obtenidos en los comicios.
En el INE tenemos claro que, para erradicar la violencia política de género, por razones de género contra las mujeres, es necesaria una amplísima colaboración de instituciones del Estado, de organizaciones de la sociedad y, por supuesto, de la expertis y perspectiva de organismos internacionales, regionales y multilaterales como es el caso del PNUD y de la AECID para atender las diferentes manifestaciones de violencia, para combatirlas que, aquejan a las mujeres a lo largo de su vida y, particularmente, en la dimensión política.
Es por ello que esta autoridad electoral siempre ha sostenido que la autonomía que caracteriza todas y cada una de nuestras decisiones no significa autarquía y el INE ha demostrado una y otra vez que siempre ha estado y estará dispuesto a colaborar con otras instituciones y organismos que contribuyen a crear sinergias que fortalezcan la vida democrática.
Así lo hacemos para temas de cultura política, así lo hacemos para el intercambio de información que contribuya a transparentar el uso y el origen del dinero invertido en la competencia política y con organizaciones de la sociedad también que buscan favorecer el ejercicio pleno de los derechos, de los políticos, en primera instancia, pero no sólo.
De ahí que en el INE hemos sostenido que la democracia es una obra colectiva y que como tal corresponde a todas y todos cuidarla y defenderla, más aún en los tiempos que corren, tiempos aciagos para las democracias en todo el mundo, tiempos de posverdad y de reiterados ataques a las instituciones electorales.
En tal sentido, permítanme recordar la historia de colaboración y cooperación técnica del INE y del PNUD que tiene larga data y representa una de las alianzas estratégicas más relevantes en nuestro proceso de consolidación democrática.
De igual forma confío que el proyecto, ya Lorenzo aquí ha comentado alguno de los proyectos que justamente, en la renovación del Memorando de Entendimiento hace unos años, justo unos meses antes de la pandemia, haya permitido resultados que él mismo ha subrayado.
De igual forma confío que el proyecto que hoy estamos iniciando se convertirá en un paso decisivo para que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo se convierta, lo ha sido también, pero, se convierta de manera renovada en un aliado estratégico más del INE en nuestra incesante lucha por hacer de la democracia mexicana, una democracia sustantiva, más incluyente, cada vez más competitiva y, como se ha dicho aquí, que trascienda el ámbito meramente electoral, porque la democracia tiene múltiples facetas.
Y, cito siempre, es un clásico para nosotros y no sólo, a don José Ortega y Gasset cuando decía que la democracia en todas sus facetas depende de un mísero expediente técnico, el procedimiento electoral. Es cierto, sin elecciones libres, auténticas, libres de violencia, no hay democracia, aunque la democracia, también hay que reconocerlo y en esto no contradecimos a don José, tampoco se agota en la dimensión estrictamente electoral.
Los cinco proyectos que se desarrollarán en el marco de este esquema de cooperación en contra de la violencia política contras las mujeres y que hoy inician formalmente, son proyectos que atienden problemáticas específicas de la democracia y aquí permítanme ser reiterativo pero, digamos, para dimensionar la importancia del proyecto, tales como la insuficiente capacitación de las mujeres que logran ser candidatas y que requieren de diversos elementos para promover y defender los temas de la agenda de género, las reticencias que se dan al interior de los partidos para proteger y fomentar los derechos políticos de las mujeres militantes de los mismo, el abuso y la simulación que padecen las mujeres indígenas y afromexicanas cuando intentan hacer valer sus derechos político-electorales en las elecciones, todos estos puntos que ya son en la explicación del Programa se han puesto sobre la mesa.
La necesidad de fortalecer la capacitación de las organizaciones de la sociedad dedicadas a la protección de los derechos políticos de las mujeres e incluso, finalmente, una eventual consolidación organizacional del INE para fortalecer nuestros mecanismos internos para la defensa de los derechos políticos de las mujeres y, en ese sentido, poder cumplir de mejor manera lo que es un mandato constitucional.
Dos ventajas adicionales que veo en estos proyectos son: por una parte, ya lo decía Norma, que se tiene previsto que concluyan antes de que inicie el proceso electoral de 2023-2024 y, por otra parte, que incluyen indicadores y temporalidad para evaluar los resultados.
Estoy seguro que los resultados de estos proyectos contribuirán al mejor ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en México y que servirán para elevar la cultura política de quienes participan en la competencia electoral.
Me parece importante recordar que la democracia siempre, en todos lados, evoluciona en una carretera de doble sentido, por un lado, un carril que avanza hacia su perfeccionamiento y consolidación, pero otro que muchas veces se menosprecia, se obvia, pero que, de manera dramática, muchas veces se nos evidencia que camina en sentido contrario y que implica eventuales regresiones hacia modelos, expresiones, o incluso sistemas autoritarios.
La construcción de la democracia en México, y en el mundo, siempre vemos a la transición española como modelo de transición, la nuestra nos llevó un poquito más tiempo y fue, digámoslo así, a una velocidad diferente.
Pero en todos los casos, la construcción de la democracia es un proceso gradual y paulatino.
Viendo atrás, los avances logrados en materia de género en México no son pocos, y han alimentado lo que incluso ONU Mujeres ha decido ya en el ámbito internacional, como el modelo mexicano de construcción de la paridad.
Pero este camino, incluso en esta dimensión, no está exento de paradojas, justo lo que Lorenzo decía hace un momento, no está exento de paradojas, justo lo que Luis, lo que Lorenzo decía hace un momento, no está exento de paradojas que pueden resultar comprensibles, pero no por ello son aceptables, son inaceptables.
A mayor participación política de las mujeres, a mayor presencia de las mujeres al ocupar candidaturas, pero también, y esto es uno de los grandes logros, pasamos de la paridad de las candidaturas a la paridad en la representación política, que no es un asunto menor, y que demandó acciones afirmativas, planteamientos, lineamientos, que permitieran, insisto, pasar de la paridad en las postulaciones a la paridad en la gestión de gobierno y en la representación política.
A mayor participación, a mayor presencia de mujeres en los espacios públicos también presenciamos mayor violencia.
Es comprensible, si asumimos que hay un dilema, una dimensión cultural que debe atacarse, pero el que sea comprensible de ninguna manera lo vuelve aceptable.
El camino en esta materia es largo, aún tenemos mucho por recorrer, pero también debemos hacernos cargo que debemos cuidar y procurar lo que hemos alcanzado; exorcizar, pues, regresiones que, en esta materia, como en general en la consolidación y fortalecimiento, en la defensa de la democracia, tampoco son aceptables.
La democracia en todas sus dimensiones, en todos sus logros, incluido el que nos ocupa en este proyecto que hoy discutimos, que hoy implica la alianza y el compromiso del INE; es el resultado a su vez de un compromiso colectivo.
Vuelvo a insistir, este proyecto contribuye a seguir construyendo y a preservar nuestra democracia en una dimensión que le es consustancial, la dimensión que la nutre, la dimensión de la igualdad y del respeto de todas y todos, la dimensión que define la democracia en su esencia más íntima y que es justamente la negación de todo tipo de violencia, y en particular de la violencia derivada en materia política por cuestiones de género.
Muchísimas gracias de nueva cuenta, Embajador, Lorenzo, de veras esto es el arranque de un camino, y qué mejor que esté acompañado, permítanme decirlo así, por tres de los colegas que dentro de un año se quedan con la estafeta, algunos seguiremos apoyando desde otras trincheras, pero su presencia aquí es el compromiso o la reiteración de que este compromiso institucional trasciende a las personas y constituye parte del DNA de la esencia de esta institución.
Ya estaremos atentos a los resultados de este proyecto, pero con la convicción de que hoy estamos fortaleciendo lo que ha sido parte de la lógica misma del Instituto,
Muchas gracias de veras por su confianza, al PNUD, a la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo, gracias por la confianza en el Instituto, no sólo no los vamos a defraudar, sino esto servirá de base para muchísimos otros proyectos en el futuro, estoy seguro de ello.
Muchas gracias.
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