Intervención de Lorenzo Córdova, en el webinar: La Democracia en México

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA PARTICIPACIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL WEBINAR “LA DEMOCRACIA EN MÉXICO ¿CÓMO ESTAMOS? ¿HACIA DÓNDE VAMOS? ¿QUÉ REFORMAS SON NECESARIAS?”

Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente.

Muchas gracias.

Lo primero, Elizabeth, es agradecerte la gentil presentación, agradecerles la invitación a este webinario al Grupo Parlamentario del PRD, un verdadero placer compartir este espacio con mi buen amigo el señor Presidente del Partido, el ingeniero Zambrano. 

Y bueno, saludar a todas y a todos los legisladores, agradeciéndoles, por cierto, la generosa acogida el 5 de noviembre pasado cuando acudí a la Cámara de Diputadas y Diputados, luego de la gentil invitación que me hicieron para platicar con el pleno de dicha Cámara.

La verdad es un verdadero privilegio, Elizabeth.

He tomado nota de las preguntas y afortunadamente coinciden con varios de los temas de una larga presentación que me gustaría poder proyectar, no por larga, esa se las envío, sino para poder estructurar y solamente ilustrar alguno de los puntos que me parece van a acabar respondiendo buena parte o prácticamente todos los cuestionamientos que ahora nos sugerías. 

Es, insisto, una presentación larga, les ofrezco una disculpa si paso varias láminas, digamos, casi sin detenerme sobre ellas, pero, insisto, está a disposición de ustedes y si quieren hacerla pública, por supuesto, para quienes siguen este webinario.

Díganme, les pido, por favor sólo si alcanza a verse bien la presentación ¿sí? Perfecto, muy bien.

Bueno, a ver, partiría de una premisa que me parece que es importante no perder de vista, porque luego podemos correr el riesgo de perdernos en la coyuntura específica, una coyuntura dinámica cargada de temas, pero que nos implican en ocasiones perder de vista el bosque del estado de cosas de nuestra democracia.

Y déjenme decirlo de esta manera, más allá de los desafíos que las democracias, los retos, como decías, Elizabeth, que ahora están enfrentando nuestros sistemas democráticos en general y la democracia mexicana, en particular. La democracia no estaba en los tiempos recientes, la democracia no estaba viviendo un buen momento.

El arranque de este nuevo siglo, digamos, contrasta radicalmente en términos del aprecio democrático y de los problemas que está viviendo la democracia, con la celebración, tal vez demasiado eufórica que hacíamos respecto de las conquistas democráticas a finales del siglo XX. Y es que la democracia, insisto, en este periodo de nuestra historia, no en esta coyuntura, sino en este periodo de nuestra historia no estaba gozando de su mejor momento.

Para decirlo con aquella frase de Cicerón “mala tempora currunt” para la democracia, corren malos tiempos para la democracia.

Algunos de los elementos, no me detengo en ellos en particular.

Primero, la democracia está viviendo un periodo de gran desafección social, en el mundo y en México no es la excepción, por la falta de resultados en resolver los que podríamos definir, parafraseando a don Andrés Molina Enríquez, “los grandes problemas nacionales”, o “los grandes problemas de nuestro tiempo”.

La pobreza está presente, sigue incrementándose, sigue lacerando y erosionando las bases de la convivencia democrática.

La desigualdad oceánica que nos hace vivir en la peor paradoja de nuestro tiempo, nunca antes en la historia de la humanidad se había generado tanta riqueza y nunca antes la convivencia social había padecido de tantas desigualdades.

La corrupción, la impunidad y la violencia, que en algunas sociedades corre el riesgo de normalizarse y, por lo tanto, erosionar toda esta lógica que sustenta el aparato democrático; es decir, una democracia implica, para decirla ala Karl Popper, “la capacidad de una sociedad de convivir en sus diferencias y acceder, disputar el poder de manera pacífica; es decir, sin derramamiento de sangre”.

A demás de estos problemas estructurales que están presentes todavía hoy, y siguen siendo los grandes desafíos, digámoslo así, para decirla con Bobbio, las promesas incumplidas de nuestra democracia, como dijera, la transición democrática generó esta expectativa de resolver estos grandes problemas, a parte de que hoy estamos viviendo un peligroso proceso de desinstitucionalización que pasa por la crisis de credibilidad de muchas instituciones fundamentales para la democracia y, en primer lugar, los partidos políticos y los parlamentos que son los dos pilares fundamentales de esta forma de gobierno.

La potencialidad disruptiva la de la desinformación, no porque la mentira sea, no, porque la mentira y política se han acompañado a lo largo de la historia, pero la existencia de nuevas tecnologías y de las redes sociales, de la penetración que cada vez más tiene el internet hace que la desinformación se convierta en un problema para la recreación de las democracias.

Y finalmente, una polarización política, que si bien no es nueva en las democracia, es más, incluso me atrevo a decir que las democracias tienen por definición espacios (inaudible) para que los contrastes puedan procesarse, que son las campañas electorales. Naturalmente durante las campañas electorales las sociedades tienden a polarizarse, pero el problema es que hoy la polarización política está siendo aderezada de un peligroso componente de intolerancia que se convierte en un verdadero problema para la recreación de las propias democracias.

La frase de Cicerón no es sólo la que cité, Cicerón completa esa frase de mala tempora currunt, con una conclusión sed peiora parantur, “y se vienen tiempos peores”.

Nos toca a nosotros, que en los tiempos que vienen frente a los desafíos que, nuevos desafíos que hoy se están colocando sobre la mesa, los nuevos retos no se concreten.

Aquí, permítanme ustedes, deveras, sólo enunciarlos, no me voy a detener porque no tenemos tiempo, y podemos eventualmente y si ustedes quieren abundar en alguno de ellos, pero déjenme solamente ilustrar un punto, de los nuevos desafíos que en el último lustro han venido a volverse auténticos retos de subsistencia, cuya resolución y superación depende la subsistencia de los sistemas democráticos.

Todavía desde un punto global, pero les pido que desde ahora vayan aterrizando estos temas en la realidad concreta que enfrenta nuestra convivencia democrática en México.

Primero, la pandemia del COVID. No solamente por el desafío que representa hacer o no elecciones en este contexto. Ya la verdad después de casi 3 años de pandemia, o entrando al tercer año de pandemia, ya sabemos que hay ciertas medidas que hay que cumplir, y que si se cumplen nos permiten realizar elecciones sin, o poner en contraposición el derecho a la salud y los derechos de participación política. No me detengo en el punto.

Lo que sí quiero evidenciar, es que la propia pandemia, en algunos casos, como ha requerido la restricción de algunos derechos, a la movilidad, algunas medidas de emergencia, etcétera, en algunos países se han convertido en pretexto para incrementar controles o medidas que son poco democráticas.

Acuérdense que una medida de emergencia en una democracia, se requieren de actuaciones extraordinarias del Estado, pero esto también implica la existencia de controles, del aumento de los controles para evitar que la pandemia, como ha ocurrió en Hungría, por ejemplo, se convierta en un pretexto para restringir libertades democráticas.

No me detengo mucho, las elecciones del año pasado son buen ejemplo de buenas prácticas de cómo se deben cuidar medidas sanitarias, recuerden que, aunque hay quienes no les guste usar cubre bocas, el 6 de junio pasado, todos invariablemente los ciudadanos que entraron a votar a una mesa de votación, a una casilla instalada por el INE, todos tuvieron que cubrir, y cumplir con el cubre bocas, los requisitos sanitarios. Y esto nos permitió que la tercera ola, que estaba anticipándose, no se disparara, como pueden ver en la gráfica de la derecha, aunque ya venían creciendo los contagios, no se dispararon (inaudible) …de la elección.

El otro gran dilema, ya lo mencionaba, la polarización que ahora está (inaudible) perdón ¿me escuchan ahora? Perdón, creo que se apagó el micrófono. ¿sí? Perdón, no sé qué pasó, en fin.

El valor antidemocrático por excelencia es la intolerancia. Por lo tanto, cuando la polarización, que en ocasiones exacerba en el ámbito de una sociedad, se potencia con este anti valor democrático, lo que tenemos es que la convivencia de las diferencias, resulta imposible; es decir, al adversario, a quien piensa distinto a ti, se le ve como un, no como un opositor legitimado para competir, sino como un enemigo, y esto provoca las peores reacciones autoritarias, como por ejemplo, iré más adelante, que a unos consejeros que toman decisiones que pueden no gustar y es normal que no gusten y que deben combatirse esas decisiones por causas institucionales se les criminalice.

Es decir, la polarización acaba detonando los peores instintos, digámoslo así, para la convivencia política que, por definición es una convivencia pacífica. Cuando al antagonista que no piensa como tú se le denuesta, se le persigue, se le considera un enemigo al que no hay que confrontar, sino que eliminar, pues estamos con un contexto y un sustrato del que se han alimentado algunos de los peores experimentos autoritarios de la historia.

No me detengo más en este punto, voy adelante.

Un tercer gran tema, tampoco me detengo mucho, es el tema de la desinformación y las fake news, son tiempos de la posverdad y la verdad de la creación de verdades alternativas genera una enorme complejidad para poder recrear la convivencia democrática, ya lo anticipaba, mentira y política se han acompañado a lo largo de la historia, lo que es cierto es que la irrupción de las redes sociales (inaudible). Hubo un problema de conexión y nos sacó ¿si me escuchan?

Vuelvo a la presentación y apuro el paso, perdónenme. Decía, hoy las redes sociales representan un desafío para las sociedades contemporáneas, el gran dilema es cómo enfrentamos estos fenómenos de desinformación que están, las redes sociales llegaron para quedarse.

Creo que aquí el gran problema es, hay dos grandes modelos, perdón que me adelante, el modelo de criminalizar, prohibir, establecer una lógica de restricciones y prohibiciones para el debate en las propias redes o la ruta que hemos seguido en México, particularmente en el ámbito electoral, de confrontar la desinformación con información.

Es decir, cuando hay alguien que nos dice, por ejemplo, no sé si les suene familiar el caso que acaban de descubrir cómo abaratar el costo del INE, pues hay que desenmascarar cuando estas propuestas están formuladas, pues digamos, sin ningún sustento técnico mínimo ¿no? y alguna seriedad.

Hay que evidenciar que, por ejemplo, quien hace estas propuestas desconoce cómo funciona el INE porque se dice, ¡ah! Estamos en una propuesta sin afectar los derechos de los trabajadores sindicalizados del Instituto, bueno en el INE no hay sindicatos, por definición en la ley, no hay sindicato en la Constitución no hay sindicatos, el INE está regido por el artículo 41 en materia laboral, no por el artículo 123 y es obvio que no haya sindicatos en el INE, porque imagínense ustedes un emplazamiento a huelga el día anterior a una elección.

Por eso la ley apostó por un régimen laboral especial en donde hay una serie de prestaciones, porque aquí no se pagan horas extras particulares para evitar conflictos laborales, pero este profundo desconocimiento, pues hay que evidenciarlo, ¿cómo? confrontándose como hay quienes nos quieren colocar como los antagonistas de un gobierno, de un partido claro que no, simple y sencillamente explicamos.

En suma, esto, sin embargo, representa un enorme desafío. Y el cuarto gran riesgo en el que quisiera articular, puede haber muchos más y, sin duda, los hay, es el del ataque frontal, Elizabeth ya lo mencionabas, y la descalificación a los órganos electorales.

Esto se ha visto en tiempos recientes, en México y en el mundo es un fenómeno muy preocupante; todos los órganos electorales en el mundo estamos sujetos a esta lógica de descalificación en la que, me permito, que tiene varios planos; es decir, no es solamente de una descalificación en términos de una narrativa, es decir, en términos retóricos, un discurso, descalificación, sino es una descalificación, un hostigamiento y un ataque que tiene múltiples planos. Intento con ejemplos ilustrarlos.

En el caso mexicano, bueno, llama la atención que el Presidente de un partido, todos son datos y ahí están los testigos públicos, para que nadie vaya a decir que desde el INE están tratando de construirse una narrativa que no es real.

Bueno, el Presidente del partido en el poder hace menos de un año consideró que “al INE había que exterminarlo”, no que había que reformarlo, que había que exterminarlo. Una narrativa y unas expresiones que denotan un profundo compromiso democrático, exterminar.

O un empresario muy a fin, muy cercano al actual régimen dijo en sus redes sociales que “el INE debía morir”, ahí está el testigo de sus redes sociales.

O bien, un candidato que incumplió la ley y al que se le aplicó en consecuencia las reglas de fiscalización y al que se le aplicó las sanciones previstas en la ley, amenazando directa y abiertamente a funcionarios electorales con irnos a visitar a nuestros domicilios.

O el líder del Senado de la bancada mayoritaria diciendo que “si ganamos, no habrá reforma electoral, pero si ganamos va a haber una reforma en lo inmediato”.

O el actual Presidente de la Cámara de Diputados, evidentemente esto lo dijo antes, señalando que como han cambiado las cosas, ya es tiempo de que las elecciones las vuelva a sumir la Secretaría de Gobernación, como si estos 30 años de evolución democrática fueran desechables.

O las declaraciones del primer mandatarios, del Presidente de la República acusando a los miembros de los órganos electorales de conspirar contra la democracia.

Eso es el plano narrativo, el plano del discurso, pero cuando vemos lo que ocurrió en este fin de año en donde el Presidente de un Poder quede, con el que, y se vale, que tiene legítimas diferencias respecto de las decisiones que se toman en el Instituto, utilizan, no los causes para resolver ese diferendo, sino utiliza la última (inaudible); es decir, el brazo penal del Estado y pidiendo cárcel para quien como funcionario no piensa como él, pues claramente está rompiéndose una de las bases fundamentales de la convivencia democrática, se está cruzando esa frontera que en democracia es infranqueable; es decir, utilizar el brazo penal para, digamos, con fines políticos.

O, bueno, en esto no, por cierto, nada más un dato, las denuncias están abiertas, dice el Presidente de la Cámara que ayer hubo una bonita e intensa discusión en el Consejo General, que iba a hacer todo lo posible para que la Fiscalía cerrara esos casos, hasta ahora lo ha dicho solamente en sus redes sociales y no se sabe de ningún documento ni de ninguna acción en ese sentido.

Lo grave del punto no es eso, sino que, una vez que alguien cruza esa línea y activa el brazo penal del Estado, este contra los servidores públicos no se detiene hasta que la Fiscalía no cierre las carpetas de investigación, y hoy esas carpetas están abiertas, gozan de cabal salud y se están haciendo indagatorias. Lo cual habla, insisto, de un acoso adicional a órganos de control que resultan incómodos.

Esto está pasando en todo el mundo. En Brasil hay un discurso desde la Presidencia de la República articulado en ese sentido, en el Perú también están utilizándose, se ha llegado incluso a violencia física en contra de los titulares de los órganos electorales, en Bolivia hay también una criminalización de exfuncionarios, no de funcionarios en curso, por cierto, del presidente del Tribunal que organizó la elección extraordinaria en donde el moralismo vuelve a ganar la presidencia y ahora sufre de persecución.

Intentos de captura los vemos en El Salvador en donde el presidente de la República nombró como Jefe de la Unidad de Cómputo del Tribunal Electoral, es decir, del órgano que organiza las elecciones, a quien le llevaba las redes en la Presidencia de la República.

En República Dominicana también los órganos electorales están bajo acoso, se les ha colocado en una situación de asfixia presupuestal, no sé si esto le resulte familiar, es decir, a un órgano electoral al que no se le dan los recursos por parte del Congreso, que es el órgano que tiene potestad para definir el presupuesto, pero también tiene la obligación constitucional de proveer los recursos para que los otros órganos del Estado cumplan con sus funciones constitucionales.

Porque de otra manera, y eso es lo que alegó el Instituto Nacional Electoral en la controversia contra la Cámara de Diputadas y Diputados por el presupuesto, que presentamos ante la Suprema Corte de Justicia una controversia, de otra manera la Cámara de Diputados, que es un órgano constituido, que sin duda puede definir el presupuesto, no puede definir en el presupuesto lo que quiera porque se coloca como un poder constituyente porque impide que se concrete lo que define la Constitución.

Es decir, la Cámara de Diputados por la vía del presupuesto puede desfondar al no dar fondos suficientes puede desfondar lo que la Constitución le mandata a hacer otros órganos del Estado Mexicano. Bueno, eso pasa en Guatemala, perdón, en República Dominicana.

También ha habido acoso en Ecuador, bueno un Presidente que empuja una reforma electoral para quitarle independencia al órgano electoral de su país. No estoy hablando, como es obvio, mas que del caso de Gran Bretaña donde Boris Johnson está empujando con su mayoría, bueno Boris Johnson parece que se fue una fiesta sin ninguna protección contra el COVID en tiempos de reclusión y eso puede costarle el Gobierno, pero por lo pronto la iniciativa para que se modifiquen las normas electorales y la Comisión Electoral pase a tener un control y vigilancia por parte del gobierno está puesta.

O bien la toma del Capitolio que nos refleja, digámoslo así, como los riesgos de la democracia son globales.

Vean nada mas este mapa y no es un mapa global, es solamente el mapa de América Latina, incluyo Reino Unido, aquí podríamos incluir a Hungría, Polonia, Turquía y a muchos otros países en una lógica que debería preocuparnos a todas y todos.

Estoy terminando,

No me detengo mucho las paradojas de las circunstancias en las que hoy estamos. Paradójicamente, a pesar de los ataques hacia el INE goza de una credibilidad ciudadana inédita, nunca antes en 30 años la autoridad electoral había gozado de esta confianza y credibilidad por parte de la ciudadanía, son muchos. 

El INE hoy es una institución civil del Estado mexicano que más confianza tiene entre las y los ciudadanos, pero terminaría, si me permites, todavía un par de minuto, Eli, señalando que, en medio de todo este contexto, hay algunos temas que no debemos perder de vista, porque lo que está en juego es el orden democrático en su conjunto, no solamente en su dimensión electoral como he intentado ilustrar.

Hoy tenemos unos síntomas preocupantes desde mi punto de vista que deberían llamarnos a la atención, hay algunas bases que sustentan el pacto, el acuerdo de convivencia democrática que hoy están viéndose erosionados o que están (inaudible) en México y en muchas partes del mundo.

Vean, por ejemplo, en el caso mexicano cómo en los últimos años, las personas privadas de libertad, las personas privadas de libertad, sin sentencia, es decir, gente que está procesada se está disparando hacia arriba; el uso de la prisión oficiosa, el uso, digámoslo así, de los mecanismos punitivos del Estado, como ha venido ilustrando don Sergio García Ramírez, ni más ni menos que uno de los grandes penalistas de nuestro país y ex Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ha venido, reiterada y con preocupación, reiteradamente denunciando y con mucha preocupación, pues hace que el principio de presunción de inocencia, hoy, en México, pues sea más bien una declaración de principios y no un derecho constitucional que efectivamente esté siendo respetado.

Vuelvo a insistir en el tema, hasta el Presidente de la República manifestó su inconformidad, ya amplios sectores de la sociedad lo han hecho respecto de la actitud franca y abiertamente autoritaria del Presidente de la Cámara de los Diputados y Diputadas, exministros de la Corte, académicos, la Barra Mexicana de Abogados, otras instituciones gremiales, universidades, legisladores, el pleno de los consejeros electorales y hasta el Presidente de la República descalificaron esa acción.

Y, sin embargo, las carpetas de investigación están abiertas, los ataques a la libertad de expresión en donde, digámoslo así, las acusaciones, los abusos desde el poder llevan a muchos órganos, incluso a una penosa situación de autocensura que es claramente, digámoslo así, contraria a una de las premisas básicas, la libertad de prensa de todo sistema democrático, el ataque a los órganos de garantía.

La descalificación, por un lado, la astringencia presupuestaria, por el otro. El uso del brazo penal en contra los órganos de control es parte de la realidad que hoy estamos viviendo.

Y, sin esas condiciones de recreación básica, sin la certeza de que, por hacer tu trabajo, aunque disguste a otros, no se va a activar el brazo penal del Estado, sin la certeza de que condiciones como, por ejemplo, el congelamiento de cuentas aun cuando está vigente la presunción de inocencia o ni siquiera hay denuncias presentadas, puede activarse discrecionalmente, cuando no existe una auténtica garantías para la libertad de prensa.

Cuando los órganos de control no pueden ejercer, por presiones o distintas circunstancias, su actuación, el pacto democrático, el arreglo en el que se sustenta el pacto democrático se encuentra en riesgo, y eso, lamentablemente, me parece que es algo que está ocurriendo en muchos de nuestros países.

No sé si, híjole, creo que me salí. Yo aquí termino, Eli, perdónenme si he abusado, creo que aquí lo que tengo que hacer. Quiero dejar de compartir, denme un segundo, perdón, pero yo aquí terminaría.

Muchísimas gracias.

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