Intervenciones de Ciro Murayama, en la mesa Dinero y elecciones: Dilemas de la rendición de cuentas, 10º Seminario Internacional, Corrupción y política en América Latina

Escrito por: INE
Tema: Consejeras y Consejeros Electorales

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LAS INTERVENCIONES DEL CONSEJERO DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), CIRO MURAYAMA RENDÓN, EN LA MESA “DINERO Y ELECCIONES: DILEMAS DE LA RENDICIÓN DE CUENTAS”, EN EL MARCO DEL 10° SEMINARIO INTERNACIONAL “CORRUPCIÓN Y POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA: PESOS Y CONTRAPESOS” 

Muchas gracias, Lourdes.

En primer lugar, quiero agradecer la invitación que recibí de parte del Instituto, de los organizadores de este importante semanario internacional. 

Para mí es un gusto estar con ustedes, y me parece que este, que es un tema permanente de toda democracia, el de generar mecanismos para atajar y, en la medida de lo posible acabar con las prácticas de corrupción, pues se vuelve todavía más pertinente en el momento que está viviendo el mundo y, por supuesto, la región latinoamericana.

Quiero señalar que, en contraste con lo que vivíamos al inicio del siglo o a fines del siglo pasado de una ola democratizadora, estamos viviendo en los últimos años una suerte de cambio climático político que está poniendo en riesgo los ecosistemas democráticos y sus componentes vitales; es decir, la división de poderes, los contrapesos, la libertad de expresión, las libertades civiles en general, la idea misma del pluralismo y su valía en una sociedad democrática.

Entonces, cuando se empieza a atacar a los medios de comunicación independientes que denuncian prácticas incorrectas de los gobernantes, cuando se asfixia a los organismos autónomos, cuando se acosa a la sociedad civil, cuando se desprecia los movimientos feministas, etcétera, etcétera, estamos en lo que yo digo un cambio climático antidemocrático en el terreno político.

¿De dónde veníamos antes de llegar a esto? Es decir, cuáles fueron los avances en materia democrática que me parece hoy podemos estar perdiendo.

En primer lugar y me voy al caso mexicano, se construyeron normas e instituciones para garantizar el voto libre, es decir, para respetar el sufragio.

Después se fue discutiendo a la par, el derecho a una mejor representación popular y a la representación del del pluralismo.

De hecho, las reformas electorales en México que constitucionalizaron el sistema de partidos, que ampliaron la representación a la Cámara de Diputados con los plurinominales, que después metieron criterios para favorecer una integración más plural del Senado, fueron de la mano de las medidas para garantizar el sufragio efectivo y digamos que una siguiente generación de reformas democratizadoras tuvieron que ver con el tema que ahora nos ocupa que es el de las condiciones equitativas de la competencia electoral.

Es decir, nivelar la cancha de juego, no bastaba con que se respetar el voto si las fuerzas políticas que concurrían a los procesos electorales lo hacían en condiciones asimétricas.

Fue así como en la reforma de 1996 cuando se logró la plena autonomía del entonces IFE o INE, también se garantizó el financiamiento público preponderante que tenía como objetivo dar los recursos con criterios de equidad; dos, favorecer la transparencia en el financiamiento a la política; y, tres, evitar la dependencia de grupos de poder económico por parte de los actores políticos, junto con ello también, se avanzó en la regulación del acceso a los medios y se volvió obligatoria la fiscalización y la rendición de cuentas.

Después se profundiza este modelo, en 2007, cuando se prohíbe la compra-venta de publicidad electoral en radio y televisión con la resistencia, hay que decirlo, muy fuerte de los poderes fácticos y también se avanza en 2014 cuando se le da al INE la facultad como autoridad fiscalizadora única de los partidos políticos y de los procesos electorales en el país, ya sean federales o locales y eso elevó el nivel de exigencia a los partidos políticos.

México así tuvo un conjunto de normas muy exigentes hacia los actores de la política, es decir, se acabó el derecho a tener dinero opaco, dinero de fuentes anónimas, dinero no declarado y todo eso, por supuesto, en el papel. Volverlo realidad es, lo sabemos, más complejo y, si bien teníamos un sistema normativamente muy desarrollado, también hay que decirlo, estábamos en condiciones estructurales muy difíciles para lograr que esto se concretara.

¿A qué me refiero? A una economía profundamente desigual y asimétrica con altísimos grados de informalidad y baja bancarización, es decir, en México circula el dinero en efectivo, en grandes flujos, el control que se puede tener de los recursos es limitado por parte, no solo del INE, sino de todas las autoridades del Estado Mexicano, teníamos, además, y tenemos, un frágil control de los recursos públicos que permite el uso discrecional y patrimonialista del presupuesto, es decir, una corrupción campante, rampante, con su prima hermana la impunidad.

Y el INE ¿qué hacía? pues detectaba, a través de sus monitoreos, que había más dinero gastado en las campañas que lo que se reportaba. Claro que siempre que detectamos dinero que no se informó y que se gastó en transportar gente, en contratar grupos musicales, en producir videos, en hacer mítines, pues ese dinero de algún lado salió. También es dinero opaco, y por lo tanto ilegal desde el punto de vista de nuestras normas.

A veces, se llegó a decir “es que el INE no ve todo”, bueno, pues lo que se está viendo lo está documentando y creo que a veces el énfasis se puso en descalificar los hallazgos del INE, lo cual también se volvió una suerte de pasaportes de impunidad para quienes cometían las faltas, porque en la elección del Estado de México, el reclamo fue “no encontraste suficiente para anular la elección”, “ah, pero dijimos que el candidato ganador, prácticamente todos los candidatos, gastarnos cientos de millones de pesos de financiamiento opaco”. Sobre ellos no se fue la crítica, incluso, especializada.

Ahora. En esa situación estábamos, donde, hay que decirlo, las críticas a la fiscalización se empezaron a volver el Talón de Aquiles de la credibilidad de las elecciones, pero hoy estamos, a pesar de ello teníamos elecciones auténticas y tenemos, con un alto índice de alternancias; en México más del 60 por ciento de las elecciones municipales, a gobernador, acaban en alternancias, llevamos tres alternancias en cuatro elecciones presidenciales, es decir, que el voto de castigo se está usando y que la gente está votando en libertad, no queda duda.

Hay respeto al voto, expresión del pluralismo, no hay un partido hegemónico en México, si vemos los indicadores podemos ver que, lejos estamos de que el partido que gobierna tenga los niveles de votación que recibía el PRI todavía en los años noventa.

Pero ¿en dónde estamos ahora?, ¿cuáles son los riesgos? Y con eso cierro esta primera intervención: Uno, con un debilitamiento intencional del árbitro electoral, de su independencia y de su papel fiscalizador. 

Quiero recordar que la primera descalificación fuerte del actual Presidente al INE fue porque sancionó el financiamiento irregular a los fideicomisos de los supuestos damnificados, porque no hay prueba de que llegaran a los damnificados esos fideicomisos que sí armó la gente de Morena.

No fue la primera vez que la autoridad electoral fue descalificada y atacada desde el poder, lo mismo pasó en Pemexgate y en Amigos de Fox, la diferencia es que esta vez la autoridad jurisdiccional sí le dio la razón a las presiones del poder y desaparecieron el caso.

¿Qué otro problema tenemos?, que el avance del populismo y aquí cito a Nadia Urbinati y su más reciente libro “El populismo”, aunque llega al poder denunciando corrupción, es un régimen profundamente corrupto porque arrasa con las instituciones, con las normas creadas democráticamente para tratar de evitar, para atajar la corrupción, la rendición de cuentas, las auditorías, la transparencia.

Y desde este punto de vista populismo y corrupción forman un matrimonio muy bien avenido. Y eso está pasando creo en buena parte de América Latina, donde la opacidad y la discrecionalidad en el uso de los recursos políticos van al alza y no a la baja en los últimos tiempos.

Y creo que un botón de muestra tremendo es el acuerdo del 22 de noviembre que vuelve información de seguridad toda obra pública.

Así que otro riesgo que yo veo es que no sólo no sean (inaudible) las instituciones para garantizar la transparencia y el buen uso de los recursos, sino que incluso las agencias de procuración de justicia y de indagación financiera se empiezan a usar con fines políticos. Y ahí está incluso la persecución a académicos y científicos en México.

Entonces, me parece que estamos en una ola donde estas generaciones de avance democrático, de reformas en el sentido de la democratización están en riesgo, y me parece que la erosión democrática, como le llama IDEA, es justamente un avance de la corrupción.

Y estamos entonces en una época de retroceso y no de avance. 

En la siguiente intervención pues señalaré algunas de las cosas que veo hacia adelante.

Gracias Lourdes.

(Segunda Intervención)

Muchas gracias, Lourdes.

Pues yo tomo las recomendaciones de Dong, las hago mías, algunas de las de Flavia, pero sí quisiera señalar por la importancia de este seminario, por su trayectoria, algo que ya subrayaba Jorge Javier Romero, y es que la agenda de investigación académica tan pertinente que ha planteado la Red y este seminario se ven directamente afectadas por el momento autoritario que estamos viviendo.

Es decir, hay, no podemos hacer como los economistas dirían ceteris paribus, todo lo demás constante, no, estamos en una ola de autoritarismo que está queriendo debilitar los sistemas de políticos y los derechos de todos y todas, y quizá la manera de juzgar a los partidos y de poner los énfasis en las agendas de reformas deberían de ser distinta a la luz de la ola autoritaria que viene.

Es decir, no podemos aislar, aislarnos de este que es el mayor riesgo que han padecido las democracias en muchos años, que es esta expansión de líderes autoritarios que, habiendo ganado elecciones, dañan sistemas democráticos en Turquía, en Hungría, en Polonia, en Brasil, en los Estados Unidos, en Nicaragua, etcétera, en Filipinas, etcétera, etcétera.

Ahora, esta ola, este momento autoritario es un momento también de opacidad lamentablemente; es decir, de debilitamiento de las normas y las instituciones de la rendición de cuentas, estamos en un auge de la corrupción institucionalizada desde el poder concentrado que debilita a las agencias de vigilancia y de contrapeso.

Cuando el Poder Legislativo se pliega al Ejecutivo, cuando hay intervenciones sobre las decisiones de jueces independientes, cuando se persigue a la prensa libre, cuando se menosprecia la sociedad civil, etcétera, etcétera, se está debilitando el ecosistema democrático en favor de quien ejerce el poder.

¿Y, qué es lo que hemos visto en nuestro país?

Un decreto donde toda obra pública, yo coincido con Janine y con Jorge Javier, quizá uno de los eslabones más difíciles para identificar bien los flujos de dinero ilícito a la política, pero también para el desvío de recursos públicos, es la obra pública.

Y si tenemos un “decretazo”, como le llamó Lulú, donde toda la obra pública tiene que ser aprobada, sin ser evaluada, en cinco días. Impactos medioambientales, sociales, sobre comunidades indígenas, es una tomadura de pelo, es que todo eso que existe en la Constitución desde el artículo primero, queda desdeñada.

Bueno, cuando estamos viendo la mayor cantidad de gasto a través de adjudicaciones directas, sin procesos de licitación, sin duda imperfectos pero que se eliminan, pues estamos en el auge del uso discrecional de los recursos públicos.

Y aquí yo señalaría, hemos estado hablando del problema del uso de dinero opaco en las campañas, donde distintos candidatos compiten por el poder popular, por la representación, por cargos de gobierno, pero yo diría que también estamos ante el riesgo y ya ante indicios claros, de uso de dinero opaco en los ejercicios de democracia directa que se impulsan desde el poder.

¿Quién pagó los miles de espectaculares de la Consulta Popular, mal llamada de juicio a los presidentes? porque no fue eso lo que acordó la Corte que se preguntara, los vimos en todo el país.

Hoy mismo hay miles de puestos hablando, pidiendo firmas de una ratificación de mandato que no existe en la Constitución y ayer la Comisión de Quejas del INE mandó una vista, a la Unidad de Fiscalización para saber quién está detrás de estas asociaciones civiles que tienen una cantidad de recursos importante, participando en política.

Y el problema, como han señalado John King y distintos expertos, es que, Urbinati, en estos auges populistas, no importa si son de izquierda o de derecha, porque son autoritarios, se transfiguran las elecciones y se deforman, ya no como un derecho ciudadano de la ciudadanía para deshacerse de malos gobiernos o para construirles contrapesos, sino como herramientas desde el poder para afianzar su propio poder y eso es desnaturalizar las elecciones y ante ese riesgo estamos.

Ante la posibilidad de perder la esencia democrática de los procesos electorales.

Déjenme contarles una anécdota rápidamente acerca de la sobrecarga de tareas al INE. Estuve hace unos años invitado por la Comisión de Venecia en Túnez y los expertos de distintos países europeos que estaban ahí, además de africanos obviamente, decían: “entonces el INE puede trascender el secreto bancario y fiduciario y fiscal para indagar el dinero de los partidos”.

Sí, claro y de los candidatos, sí, pero también les dije de los empresarios y de gente que puede… “¡Ustedes son todopoderosos!” Y, digo, ustedes no tienen esas atribuciones en sus países. Los daneses no lo tienen, los franceses no lo tienen y ¿dónde la política tiene dinero menos opaco? ¿En Dinamarca o en México?

Pues obviamente que en Dinamarca. ¿Cuál es la gran diferencia? Que en México tenemos un Estado como el que describió el doctor Romero, donde quien gana una presidencia municipal puede cambiar a todos los empleados, puede cobrarles diezmos, como sancionó el INE que ocurrió de Texcoco, entiendo que está impugnado ante el Tribunal, veremos cuál es la decisión jurisdiccional y ha ocurrido en múltiples municipios y entidades federativas y a nivel federal.

Es decir, mientras que al INE se le diga “tú cuida la parcela electoral, que no salpique dinero opaco” y entonces estamos con nuestro sistema de fiscalización, nuestro monitoreo, tomando fotos de espectaculares, a bardas por todo el país, vamos a los mítines, decimos aquí hubo un dron, aquí hubo tantas bocinas, aquí hubo tantos sanitarios portátiles y ahí llevamos un registro y eso lo volvemos dinero, porque además tenemos que demostrar cada observación ante la justicia.

Pero mientras nosotros estamos cuidando que no se salpique la parcela electoral, a lado pasa la tubería de recursos públicos que está agujerada con pico y martillo por cualquier presidente municipal que puede usar discrecionalmente el dinero público.

¿Qué es lo que hay que hacer? ¿Cómo cuidamos la parcela que no salpique? Hay que sellar el tubo, hay que entender que la corrupción no se va a resolver desde la autoridad electoral, nada más. Que se necesita fortalecer el control del uso del dinero público, en todos los niveles de gobierno.

Si renunciamos a eso y creemos que el atajo es que, un INE súper poderoso, pues lo que podemos estar, es en lo que ya nos anticipaba Dong, que es el riesgo de perder credibilidad por meterte a hacer tareas imposibles a campos que no son los tuyos.

Sobrecargar al INE de más tareas puede en este momento volverse un riesgo de deslegitimación del propio INE. 

Hay quien ahora nos dice que “qué vamos a hacer para salvaguardar la integridad física de los candidatos y candidatas” pues nada, no podemos volvernos fuerza de seguridad de ninguna manera, ni podemos sustituir a los ejecutivos desde el poder municipal, local y nacional, que son los que no están dando esa seguridad.

Entonces, quiero señalar que nosotros, en el Sistema Integral de Fiscalización, con las tecnologías, vemos la contabilidad de los partidos. A veces encontramos cosas muy graves, por ejemplo, que usan el dinero para comprar cosas inexistentes, y entonces sabemos que es corrupción de los líderes de los partidos que están desviando recursos públicos. O si están pagando sumas estratosféricas por algunas camisetas, también, que le están pagando a sus amigos y, ese es el tipo de cosas que nosotros encontramos, sí, y los gastos excesivos.

Pero ¿cuál es el problema fundamental? La contabilidad “B” la que no está en los sistemas de los partidos. ¿Y esa de qué se nutre? Del dinero desviado de los poderes municipales, estatal y federal. Y mientras lo que tengamos son decretos para aumentar la opacidad en el uso de los recursos públicos, vamos a ir perdiendo la batalla contra la corrupción, en general y político electoral también. No seamos ingenuos.

La opacidad que se está impulsando desde el poder político es un impulso de la corrupción y de destrucción de los controles democráticos que habíamos logrado edificar.

Y termino diciendo que, peor que una fiscalización deficiente, como la que seguramente hacemos, es una fiscalización intencionada políticamente para perseguir adversarios desde el poder.

Por eso, cuando las autoridades electorales y la justicia electoral sirve al poder, se pueden encarcelar candidatos opositores como ocurrió en Nicaragua una y otra vez en los últimos meses.

Si se empieza a usar la fiscalización electoral como se ha llegado a usar la UIF en los últimos meses en nuestro país podemos estar, no ante un INE con deficiencias, sino ante un uso perverso de la autoridad electoral.

Por eso es fundamental asegurar la autonomía del INE, de su Consejo, que no sean correas de transmisión, ni de un partido, y mucho menos de un Presidente, o de alguien que está en el poder.

Lo que nos estamos jugando hoy en día es la integridad de la elección. Si no modificamos la agenda, si no nos damos cuenta de que lo que está viviendo América Latina es la muerte de algunas democracias que empezaron el siglo siendo reconocidas como democracia.

Si no somos capaces de entender los peligros podemos acabar siendo irresponsables en nuestras decisiones.

Así que, yo coincido con Dong, no sobre dimensionemos el papel del dinero, en México las elecciones las decide la gente votando en libertad. Pero cuidado si se atenta contra eso, cuidado si ahora se asfixia a la autoridad para que los ejercicios de voto no sean auténticos, para que no haya casillas con toda la seguridad en todo el país.

Por eso nuestro empeño en defender la Revocación de Mandato, porque sería un pésimo antecedente que el Estado Mexicano diga que va a haber elecciones sin recursos públicos.

Nada más paradójico que quien se dice antineoliberal crea que las elecciones las organiza la mano invisible del mercado, no.

En política no hay ninguna mano invisible sin intereses, todo el que mete dinero a política es porque tiene interés de una devolución, de un rédito.

Más vale que haya dinero público transparente auditado respaldando los derechos políticos electorales de la ciudadanía.

Eso es lo que está en juego, ojalá que el año próximo podamos tener un balance más optimista que el que en este momento hago, pero creo que mi papel en este momento no es tratar de compartir optimismo sino subrayar las preocupaciones que como consejero veo.

Muchísimas gracias por su atención.

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