Número: 512
- La Consejera participó en una mesa de diálogo para hablar sobre las dificultades que enfrentan las mujeres jóvenes
- La discusión forma parte de las actividades para promover el 1er. Concurso Nacional de ensayo vivencial, cuento corto, crónica y composición musical por juventudes incluyentes y ciudadanas
A pesar de que las mujeres jóvenes tienden a participar más que los hombres en los procesos electorales, se mantiene un déficit en su acceso a las candidaturas a cargos de elección popular, así como en la designación de puestos para la toma de decisiones, aseguró la Consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Norma De la Cruz.
Durante su participación en la segunda mesa de diálogo “Derechos políticos y electorales de las mujeres jóvenes” alertó sobre la prevalencia de estereotipos de género en el lenguaje cotidiano y en las propias interaccione sociales, lo que deriva en que pasen desapercibidas fácilmente.
“Hace 68 años en este país las mujeres no podíamos votar, no podíamos ser electas y no gozábamos de la misma calidad de ciudadanía que los hombres, pero persisten una serie de mecanismos que discriminan, violentan y obstaculizan, sobre todo, a las jóvenes a participar en condiciones de igualdad”, enfatizó.
La también presidenta de la Comisión de Género y No Discriminación abundó que entre los elementos adversos que enfrentan las mujeres jóvenes destacan los estereotipos de género que no reconoce las habilidades o capacidades individuales para relegar a las jóvenes a una mínima participación en los espacios de política formal.
Ello, expuso De la Cruz, claramente se refleja en la reciente Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020 realizada por el INEGI en donde el 15.5% de quienes participaron dijo estar muy de acuerdo y el 16.1% algo de acuerdo en que las familias de las mujeres deben decidir si ellas pueden participar en la política.
Agregó que la cifras llaman aún más la atención por el hecho de que el 5.1% de las personas dijo estar muy de acuerdo y 14.6% algo de acuerdo en que los hombres están mejor calificados para ser líderes políticos que las mujeres; mientras que el 3.3% dijo estar muy de acuerdo y 7.9% algo de acuerdo en que la mayoría de las mujeres no tienen educación o habilidades políticas por lo que un hombre debe decidir por ellas.
En este sentido estimó que cuando se revisa la información y distinguiendo las respuestas entre hombres y mujeres se observa que aumenta el porcentaje de hombres que están de acuerdo con esas ideas y esto es un dato que debe llevarnos como sociedad no sólo a la reflexión, sino a la acción.
“Tenemos que impulsar acciones que contribuyan a la sensibilización social, a comprender y defender el sentido de la igualdad sustantiva, el derecho que tenemos todas las personas, especialmente los jóvenes a desarrollar sus proyectos de vida en libertad, sin violencias ni discriminación desde una óptica de su presente y no desde la idea tradicional de pensar en las juventudes como si su sentido de vida sólo se entendiera a futuro”, señaló.
La Consejera destacó que ante el contexto que prevalece, la participación en el 1er. Concurso Nacional de ensayo vivencial, cuento corto, crónica y composición musical por juventudes incluyentes y ciudadanas, resulta de gran importancia para posicionar en el debate público la problemática.
En el diálogo también participó Berenice Alcalde Casto, Directora adjunta del Instituto de la Mexicanidad y CEO del Centro Global de Estrategia Social, quien evidenció la prevalencia de discriminación, desigualdad y violencia que aún enfrentan las mujeres y, en especial, las jóvenes en pleno siglo XXI.
Al respecto, enfatizó la importancia de hablar no de una igualdad formal, sino de una igualdad sustantiva en reconocimiento de las diferencias que hay entre hombres y mujeres en donde la principal es el elemento histórico de exclusión que enfrentan las jóvenes y considerando que hoy todavía, en este país y en este siglo se venden mujeres.
Frente a ello, explicó que las mujeres jóvenes hoy enfrentan tres elementos que no se han podido superar como la desigualdad de ingresos, pero también la desigualdad en la construcción social de poder y de espacios de decisión; la discriminación por la falta de representación en la toma de decisiones, así como la violencia física, simbólica y de poder.
Ambas ponentes compartieron sus experiencias sobre las barreras de exclusión y estereotipos que enfrentaron a lo largo de sus vidas, así como las acciones que buscan implementar para cambiar la realidad a la que se enfrentaron y en la que deben vivir las nuevas generaciones.
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