Intervención de Lorenzo Córdova, en Sesión Extraordinaria, por el que se asigna a los partidos políticos las diputaciones por el principio de representación proporcional 2021-2022

Escrito por: INE
Tema: Diputaciones Plurinominales

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL  CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 17 DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA, POR EL QUE SE EFECTÚA EL CÓMPUTO TOTAL, SE DECLARA LA VALIDEZ DE LA ELECCIÓN DE DIPUTACIONES POR EL PRINCIPIO DE REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL Y SE ASIGNAN A LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES ACCIÓN NACIONAL, REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL, DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA, DEL TRABAJO, VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO, MOVIMIENTO CIUDADANO Y MORENA, LAS DIPUTACIONES QUE LES CORRESPONDEN PARA EL PERIODO 2021-2024

La revisión de la historia de nuestra transición política permite afirmar que el pluralismo político y la inclusión que caracterizan a la democracia mexicana se han fortalecido con la introducción de la figura de la Representación Proporcional.

Sin la evolución experimentada en el sistema mixto de representación, que comenzó a configurarse en 1977, difícilmente nuestra nación había transitado el sistema de partido hegemónico a un sistema democrático.

Una y otra vez la teoría política ha comprobado que los sistemas proporcionales son los que favorecen más y mejor a la representatividad del poder legislativo y los que contribuyen de mejor manera a que las distintas fuerzas actuantes en una sociedad en proporción a su peso relativo incidan en las decisiones legislativas.

Con ello, se garantiza que las decisiones políticas por excelencia, las leyes en una nación en clave democrática sean producto de la interacción entre las mayorías y las minorías debidamente representadas en el Congreso.

De ahí que algunos teóricos de la democracia subrayen que, en las democracias constitucionales como la nuestra, el límite a las decisiones de las mayorías y a sus eventuales abusos esté determinado por los derechos de las minorías.

Ya Alexis de Tocqueville había señalado en su clásico la democracia en América que el principal riesgo que enfrentaban las democracias era su degeneración en un régimen de tiranía de las mayorías.

En el mismo sentido, no pocos estudiosos y académicos han sostenido que la consolidación de las democracias representativas avanza por el fortalecimiento de la proporcionalidad como característica democrática de la representación política, y no por su erosión y debilitamiento, y menos aún por su eliminación.

Ésa fue la ruta que seguimos en México para inyectarle estabilidad al régimen político y legitimidad a nuestra vida democrática.

Ciertamente, en 1963, iniciamos la ruta de la inclusión y la pluralidad con la reglamentación de los entonces llamados diputados de partido, figura insuficiente ante la falta de garantías para las expresiones opositoras y la ausencia de condiciones de equidad para la competencia electoral.

En 1977, la reforma dio un paso fundamental, para el futuro de la democracia mexicana con el diseño constitucional de un sistema mixto de representación, con un preponderante mayoritario.

Se determinó que el número de diputaciones de mayoría sería de 300 y que habría otras 100 curules que se asignarían por el principio de representación proporcional, para darle viabilidad a esa decisión, esa reforma se acompañó de otras decisiones, como el acceso a la radio y la televisión y el financiamiento público a los partidos políticos.

Con ello el Estado de México asumía dos compromisos que han sido vertebradores del desarrollo de la vida democrática en México, primero fortalecer al régimen de partidos en tanto no existe democracia sin ellos, y segundo, fomentar la inclusión y el pluralismo políticos como una forma de enriquecer la toma de las decisiones legislativas y reflejar de mejor manera la rica y variada diversidad política que nos caracteriza como nación.

Años después la reforma de 1986 aumentó a 200 las curules de Representación Proporcional y con las reformas de 1990 y las de 1993 se mejoró el entramado institucional para fortalecer la proporcionalidad de la representación política en la equidad de las contiendas y se estableció un límite a la sobrerrepresentación de los partidos políticos.

Así, con la reforma de 1996 el sistema de representación política quedó como lo conocemos hasta el día de hoy, 500 diputaciones en total, 300 de ellas electas por Mayoría Relativa y 200 o el principio de Representación Proporcional; 128 senadurías, 64 de mayoría, 32 de primera minoría y 32 de Representación Proporcional.

Además, el límite a la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados se redujo al ocho por ciento y se topó en 300 diputaciones, el máximo de legisladores que un partido político puede recibir por ambos principios, éste es el modelo de representación que durante 30 años garantizó la transición de la democracia y el pluralismo de nuestra vida política.

En ese sentido, no es casual que fenómenos típicos de un sistema democrático como la alternancia, los gobiernos divididos y la renovación pacifica de los poderes públicos, coincidan con el fortalecimiento del pluralismo.

Esto explica lo que sucedió el pasado 6 de junio en la elección más grande y compleja de la historia.

49.1 millones de mexicanas y mexicanos acudimos a las urnas a votar y recrear el intenso pluralismo político que caracteriza nuestra sociedad y renovar nuestro compromiso y convicción democrática que se plasma en una clara y vigorosa división de poderes.

El 6 de junio pasado fueron las y los votantes y sólo ellos quienes definieron el nuevo mapa político del país y la correlación de fuerzas en cada congreso local, así como en la Cámara de Diputados.

Esa pluralidad expresada en las urnas es exactamente la que se refleja en el proyecto de asignación de estaños de representación proporcional que el día de hoy está a nuestra consideración.

La asignación de estos escaños que se propone a este Consejo, garantiza tres aspectos centrales en el proceso de conversión de votos a curules; primero, que ningún partido acceda el límite de 300 curules por ambos principios, segundo que ninguna fuerza política exceda el límite constitucional de ocho por ciento a la sobrerrepresentación, y tercero, especialmente permite tanto como fue posible respetando puntualmente el marco constitucional y legal, que la representación política en la Cámara de Diputados sea en lo posible un espejo de la diversidad del país y de la pluralidad expresada en las urnas.

En ese sentido, celebro el proyecto que está a nuestra consideración, ya que permite que las Sexagésima Quinta Legislatura de la Cámara de Diputados, que entrará en funciones el próximo 1º de septiembre se integre debidamente con pluralidad y reflejando la diversidad de nuestra nación.

Concluyó con una reflexión sobre la importancia del pluralismo y la representación proporcional en nuestra democracia.

A lo largo de más de 20 años de vida académica, he sostenido que si hay algo que caracteriza a la sociedad mexicana es la pluralidad y la diversidad política que la define que constituye no un problema sino la principal fuente de riqueza democrática de nuestro país.

México no cabe bajo una solo sigla política ni se puede expresar a través de una sola voz y es justo, la representación proporcional la que garantiza que ese pluralismo se refleje en la toma de las decisiones colectivas.

Es por ello, que sostengo que ir en contra de la representación proporcional es ir en contra del pluralismo y al cabo en contra de nuestra evolución democrática.

Entiendo que haya habido voces que durante 20 años han alimentado la descalificación de los partidos y de las instancias legislativas y de sus miembros, minando la credibilidad de las dos instituciones pilares de toda democracia: partidos y parlamento.

Y que se utilizan conceptos como el de “partidocracia” o que, incluso, haya quienes argumenten que es más fácil construir acuerdos con menos legisladores o quienes sostengan que disminuir el número de éstos ayuda a las finanzas de la República.

Pero seamos claros, cualquier planteamiento que apunte a mermar la representación del pluralismo y planteamientos en ese sentido, han habido muchos en los últimos lustros provenientes de distintos partidos políticos, inevitablemente implica vulnerar lo que es hoy una de las principales virtudes de nuestra democracia: la representatividad de nuestros órganos legislativos.

Aprendamos las lecciones que la historia de nuestra transición a la democracia nos ha dejado, una tras otra, las grandes reformas electorales: del 77 en adelante, han paulatinamente reforzado los mecanismos para acotar las distorsiones en la representación política en las cámaras del Congreso de la Unión, mejorando el reflejo de la creciente diversidad política expresada en las urnas.

Así se apostó por acotar cada vez más la sobre representación para ajustarla al mandato de mejor manera al mandato del pueblo en las urnas.

Termino diciendo, que ante la última decisión del INE respecto del proceso electoral de 2021 hay que recordar una vez más que la ruta de la democracia tiene dos vías: una que avanza hacia su consolidación y otra que es regresiva, que podría hacernos volver a un pasado autoritario que estoy seguro nadie quiere.

En ese sentido, si la democracia es una obra colectiva a todas y todos nos toca defenderla y cuidarla.

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