Intervención de Lorenzo Córdova, en el Foro Elecciones 2021

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL FORO VIRTUAL ELECCIONES 2021, ORGANIZADO POR THE AMERICAN SOCIETY OF MÉXICO

Muchísimas gracias, Larry.

La verdad, es un verdadero placer poder estar esta mañana con ustedes justo a 30 días del proceso electoral más grade y complejo, en muchos sentidos, de nuestra historia, para poder tener este intercambio.

Y yo voy a procurar no excederme de los 25 minutos que me has pedido que haga mi presentación, Larry, para poder abrir la posibilidad a preguntas, a comentarios, que creo que es la parte más sabrosa, déjame decirlo así, de esta charla. Agradeciéndote de nueva cuenta pues la generosidad por permitirme estar este día con ustedes.

Yo quiero compartir, si me permiten, una presentación que he preparado para el día de hoy, me confirman que se esté viendo, Larry, por favor.

¡perfecto! ¡buenísimo! ¡muy bien!

Yo el día de hoy quisiera comentar con ustedes o articular esta charla en cuatro temas, la verdad dan para hablar horas y horas, pila no me falta, pero voy a contenerme porque, insisto, creo que lo más importante es poder, es el intercambio.

A 30 días de la elección creo que es pertinente hacer un balance de cómo estamos, se ha hablado mucho de las reformas, de las normas que hoy están vigentes. 

Bueno, hoy estamos en un tramo que comenzó en 2014 con la última reforma a la que convirtió al IFE en INE y creo que es pertinente hacer, aunque sea telegráficamente un, responder a la pregunta ¿cómo estamos en términos de la institucionalidad, de la fortaleza de nuestro sistema electoral?

Después, quisiera comentar con ustedes, telegráficamente, solamente señalar algunos de los problemas que hemos tenido que superar en los últimos dos años, particularmente para llegar a esta elección.

Después, centrarme en el corazón, digamos, de la charla que es hablar de la elección, ¿cómo estamos? ¿cuáles son los desafíos? ¿por qué decimos que la más grande? ¿lo que está en juego? ¿y cuáles so los retos que enfrentaos? Y finalmente, ya para cerrar solamente, enumerar algunos de los retos, de los desafíos que tiene, que tenemos para después de la elección.

La primera consecuencia de la reforma de 2014 fue la sobrecarga de atribuciones y de responsabilidades del nuevo Instituto Nacional Electoral. Hay muchas maneras de medir esto, pero me parece que una muy evidente es, Larry, por cierto, perdón, nota a pie de página, te mando la, si me permite la presentación, algunas láminas las iré pasando más rápido, pero creo que es importante para las amigas y amigos de la American Society que puedan tenerlas, en fin, explotarla a voluntad.

La primera consecuencia, decía, es que el IFE que fue la institución de la que surge el INE, durante 23 años organizó 18 elecciones, porque tenía sólo la responsabilidad de las elecciones federales. 

En cambio, el INE en 6 años, los que van de 2015, que es cuando se activó digámoslo así, el nuevo sistema electoral que surgió el año anterior, la primera elección que organizó el INE fue la elección de 2015 y, a partir de entonces, las últimas que organizamos el año pasado hemos estado involucrados e la organización de 200 elecciones: Cuatro federales, las de diputados, las de diputaciones de 2015, las tres de 2018 y 196 elecciones locales, porque entre otras cosas, lo que pasó es que como se cambió; es decir, el INE ahora está involucrado en organizar, junto con los institutos estatales electorales, las elecciones locales.

Segunda gran premisa o digamos consecuencia de este rápido corte de caja, bueno, en este periodo en las elecciones que he mencionado, en estas 200 elecciones hemos presenciado el grado de alternancia más grande de nuestra historia, tanto en el plano federal, como pueden ver en lo que tiene que ver con las diputaciones y las senadurías, como en los cargos locales.

No pongo aquí la Presidencia de la República, porque en este periodo solamente fueron las elecciones de 2018 y ocurrió entonces, como todo mundo sabe, la tercera elección en la Presidencia, perdón, la tercera alternancia en la Presidencia de la República.

Pero el dato relevante es que el índice de alternancia a nivel agregad en este periodo es el más alto de nuestra historia democrática, nunca antes había ocurrido, digámoslo así, tanto cambios de ganador de una elección a otra como ha pasado en este periodo, alcanzando un porcentaje del 65 por ciento.

Para decirlo en otras palabras, en estos años la probabilidad de que un partido político que ganó una elección vuelva a ganar en la siguiente ronda electoral es de menos de cuatro de cada 10 probabilidades. 

Esto evidentemente no es que nos vuelva más democráticos, las alternancias dependen del voto de las y los ciudadanos, pero lo que sí es cierto es que lo que determina la calidad democrática, la fortaleza democrática de un sistema político es que existan las condiciones reales para que, si así lo deciden las y los ciudadanos, pueda ocurrir una alternancia, y el grado de alternancia tan grande que hemos tenido es la mejor evidencia de que esas condiciones ya están dadas en México.

Además de que también eso nos revela que en México el voto ya no es solamente un mecanismo para poder elegir libremente a nuestros representantes y a nuestros gobernantes, sino también, se ha convertido, como suele ocurrir en las democracias más consolidadas, en un auténtico mecanismos de rendición de cuentas porque nos permite como ciudadanas y ciudadanos beneficiar o juzgar positiva o negativamente las acciones de los gobiernos; es decir, premiar los buenos gobiernos, castigar los malos gobiernos.

Un tercer gran dato de este corte de caja es que se trata de una reforma practicable. Probablemente algunos de ustedes recuerden que en 2014 decían que era una reforma tan compleja que no iba a poder instrumentarse, que se trataba de un atentado a nuestro federalismo electoral.

Bueno, yo creo que hoy, a siete años podemos decir que no pasó ni una cosa ni otra, la reforma es practicable, no se trata de normas sencillas, hay muchísimas prohibiciones, por cierto, prohibiciones pedidas en su momento por los partidos políticos, pactadas y llevadas a la ley, y que, bueno, cuando el INE tiene que aplicarlas muchas veces no gustan.

Pongo un ejemplo que ha sido objeto de una polémica muy grande en estos días. El INE no decidió que cuando un precandidato no presentara su reporte de gastos de precampaña se cancela la candidatura como consecuencia, eso lo establece la ley, eso se pidió en su momento, se llevó la ley.

Y por supuesto que, si una ley no gusta pues e puede cambiar, hay tiempos para cambiarla, lo que le INE no puede hacer es dejar desaplicar la ley por juzgar si está bien o está mal, la ley es la ley y el INE no puede tener estas atribuciones.

Dicho eso, también el federalismo electoral ha tenido un vigor importante en este periodo.

Es cierto que la reforma abarató el costo de nuestro sistema electoral, sé que esto es parte de la polémica contemporánea actual, pero era imposible que lo hiciera con independencia de que la narrativa con la que nació esta reforma hace siete años apostaba a abaratar los costos.

No era posible que se abarataran los costos, es decir, esta reforma le dio más atribuciones al INE, se ordenó la creación de nuevas estructuras burocráticas dentro del INE, como la Unidad de Fiscalización, o la Unidad de Contencioso Electoral; y tampoco, sí, como ocurrió incrementó el monto que se le destina a los partidos político a través del financiamiento público local.

Evidentemente esta era una promesa que, de la reforma, automáticamente iba a incumplirse por el contenido mismo de la reforma. Y de entonces a la fecha, las atribuciones del INE se han venido incrementando. Por ejemplo, la reforma necesarísima del año pasado en materia para prevenir y combatir a violencia política contra las mujeres por razón de género implicó crear nuevos procedimientos, implicó crear un catálogo, un sistema donde se pudieran sistematizar quienes son las y los violentadores contra las mujeres entre otros.

Como probablemente ustedes sepan, yo me quería desentender del derecho laboral una vez que termine la carrera de derecho, pero ahora he tenido que volver a ello porque el INE ahora forma parte ahora del Centro Federal de Conciliación Laboral y Registro Sindical que es una de las instituciones aquí en México se obligó a crear e instrumentar en el Tratado de Libre Comercio con el Estados Unidos y Canadá y tenemos hay que hacer la consulta popular, la revocación de mandato, es decir, se le siguen dando atribuciones al INE, lo cual, evidentemente, implica un incremento en sus presupuestos.

El último punto que mencionaría en este corte de caja es que la relación que en su momento fue muy compleja entre el IME y los organismos públicos electorales locales de los estados, ha implicado una coordinación y una colaboración que no ha sido sencilla pero que hoy, después de siete años, fluye y fluye bastante bien.

El INE es el órgano rector del sistema del sistema, no es su superior jerárquico de los Órganos Electorales Locales, pero a partir de esa coordinación y colaboración ha logrado entregarse buenas cuentas.

En suma, el balance después de siete años es, de cara esta elección es un balance positivo, el sistema electoral es mejorable, siempre lo va a ser, habrá cosas que valga la pena revisar en el futuro, sin lugar a dudas sí, pero ojalá y alguna eventual reforma en el futuro sea una reforma que consolide y fortalezca nuestro sistema electoral y no una contrarreforma que eche a perder lo que durante 30 años hemos venido construyendo cada vez mejor.

Segundo cuáles han sido, y aquí solo los menciono, los grandes riesgos que en los últimos dos años hemos tenido que enfrentar como institución electoral y que nos permiten hoy llegar fortalecidos a estas elecciones.

Bueno, el primero es que justamente se han exorcizaron aquellos intentos de reforma electoral que claramente tenían un sesgo regresivo, porque buscaban el control político de órganos como el INE que son las agencias autónomas.

Hay un par de ejemplos, un par de iniciativas de algunos legisladores, no hay una iniciativa de un partido formalmente en particular, si hablamos de legisladores de la fuerza mayoritaria, pero solo algunos legisladores, que plantearon entre otras cosas la desaparición de los órganos electorales de los estados, la consecuente refundación del INE, pero que todos los aparatos, el aparato que el INE despliega a través de los consejos, de nombramientos que el Consejo General hace de los consejos locales, que a su vez son los que nombran a los consejos distritales del Instituto cuando haya elecciones y, que son los que definen (inaudible) cuantas, dónde y cómo se integran las casillas, dónde se instalan y cómo se integran las casillas, pues fueran nombrados no ya por el propio Instituto Nacional Electoral, si no por la Cámara de Diputados; es decir un nombramiento político que habría permitido la captura a la mayoría en turno de la operación electoral. esto afortunadamente generó un rechazo muy importante de la sociedad que no prosperó.

Otro ejemplo, es la pretensión de reducir el periodo de la Presidencia del Instituto Nacional Electoral a tres años para que cada Cámara de Diputados, con la mayoría en turno nombrará al Presidente del INE, por cierto, con una mayoría en sí. Esto no prosperó y vamos con las reglas que surgieron de la reforma de hace siete años a organizar esta elección.

En segundo lugar, un riesgo no menor tuvo que ver con una solicitud por primera vez formalizada de parte de la Secretaría de gobernación en enero de 2020 para que el INE le entregará la base de datos biométricos de las y los ciudadanos mexicanos que resguardamos celosamente en el ámbito del Padrón Electoral. 

No es que estos datos no puedan utilizarse con fines y propósitos sociales, más allá de los electorales, como por ejemplo, validar la identidad, la autenticidad de la identidad de las personas, probablemente ustedes lo hayan visto, si ustedes van a hacer un trámite bancario esto probablemente les hayan pedido la credencial del INE se verifica la validez de la credencial, se verifica la identidad a partir de la fotografía de la huella, pero el INE nunca entrega de estos datos, solamente valida que los datos que el banco obtiene del usuario coincidan con los de la base de datos. La respuesta binaria, no, no es la entrega de la información, eso no ocurrió.

Hoy estamos en un nuevo contexto, como ustedes saben hay una nueva ley que ha planteado la continuación de los datos esta sido impugnada, en fin, la Corte se pronunciará sobre el punto.

Un tercer momento, delicado, pero que se superó exitosamente fue la renovación parcial el año pasado de cuatro de los 11 miembros del Consejo General, de las y los consejeros. 

Afortunadamente fue un proceso muy bien conducido y la responsabilidad enteramente de dos protagonistas, por un lado, el Comité Técnico de Selección, que presentó unas candidaturas imparciales, pulcras muy bien revisadas y muy solventes a la Cámara de Diputados de entre los aspirantes que venció la tentación de algunos de partidizar esos nombramientos, por un lado.

Y, por otro lado, hay que reconocer que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, presidida en su momento por Mario Delgado, privilegio el consenso un anime de los partidos políticos de principio a fin, con lo cual no se hizo un nombramiento que tuviera un sesgo político que favoreciera o perjudicara alguna de las fuerzas políticas existentes.

Se trata de dos cosas que hay que reconocer y que hoy permiten que el Consejo General se haya renovado, que se combine la visión de la experiencia de quién ya estábamos con las visiones nuevas, innovadoras, de quién es acaban de llegar y hoy puedo decir, tenemos un Consejo General con un empaque fuerte e importante.

Un cuarto riesgo que se enfrentó es el de la inanición presupuestal, para decirlo de alguna manera, es decir, de las restricciones presupuestales que volvieran inviable la organización de las elecciones.

Si bien es cierto que para el presupuesto que el INE solicitó para este 2021 la Cámara de Diputados determinó el recorte más grande de la historia a la autoridad electoral en su presupuesto para un año de elecciones federales, 870 millones de pesos.

También es cierto que luego de una serie de cancelación de proyectos, cancelación de inversiones en infraestructuras, posposición de algunos proyectos, racionalización a la baja de otros, hoy tenemos una suficiencia presupuestal que nos permite encarar las elecciones del próximo 6 de junio sin ningún problema financiero; es decir no están en riesgo por el recorte de las elecciones.

Sin embargo, no ocurre lo mismo con la Consulta Popular que por mandato de ley vamos a tener que, de la Constitución, vamos a tener que realizar el 1° de agosto. Como ustedes saben después de que el presupuesto, de que el INE hubiera presentado su solicitud de presupuesto, el Presidente de la República solicitó una Consulta Popular, la organización de una Consulta Popular, esta consulta fue avalada modificando la pregunta por la Suprema Corte de Justicia y, finalmente convocada por las cámaras del Congreso de la Unión.

Sin embargo, a pesar de que hicimos la solicitud oportunamente, ni la Cámara de Diputados, ni la Secretaría de Hacienda nos presentaron, nos dotaron de suficiencias presupuestales.

Hoy el presupuesto para la Consulta Popular es igual a cero, tendremos que ver, interpusimos una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia, ésta no se ha resuelto, en fin, tendremos que ver qué hacemos, trataremos nosotros de cumplir con nuestra responsabilidad en la medida de lo posible, el problema es que ha sido un presupuesto profundamente recortado por la decisión de la Cámara de Diputados y esta nueva figura que, pues tendrá que realizarse en agosto, pues hoy no cuenta con suficiente presupuestal para que podamos cumplir a cabalidad con nuestras atribuciones.

Pero lo importante por el momento, de cara a la elección, es que la elección no está en riesgo en este sentido.

Voy a pasar, si ustedes me permiten, al tercer punto. Decimos que vamos a la elección más grande y más compleja de la historia, esta es la elección más grande por dos razones fundamentales: La primera es por el crecimiento de nuestro Listado Nominal, que el número de potenciales electores ha aumentado respecto de 2018, estamos, acabamos la semana pasada de aprobar el Listado Nominal que vamos a utilizar en esta, perdón no la semana pasada, sí la semana pasada, perdónenme, no, el lunes pasado, discúlpenme, acabamos de aprobar el Padrón Electoral que vamos a utilizar, estamos hablando de 93 millones y medio de potenciales electores. Es decir, más de 4 millones adicionales a los que pudimos votar en 2018.

Además, vamos a una elección que involucra a todos los estados, porque además de las elecciones federales para diputados en todos los estados habrá al menos una elección local, pueden verlo, perdónenme, en esta gráfica.

Aquí están las elecciones, locales, que se realizarán de manera concurrente con las de diputados federales el próximo 6 de junio. Hay estados que tienen tres, la renovación de tres poderes como Baja California, Baja California Sur, Campeche, Guerrero, Chihuahua, en fin, hay tres elecciones locales más la elección de diputados federales. Hay otros estados en donde hay dos elecciones locales nada más como Aguascalientes y unos más en donde sólo hay una elección.

Pero en términos generales vamos a una, por primera vez, a una elección federal que es concurrente con elecciones en todos los estados del país, elecciones locales.

Todos estos números provocan que el número de casillas a instalar y de mesas de votación se haya incrementado: 162 mil y poco más de casillas tendrán que instalarse el 6 de junio.

Estamos hablando de 6 mil casillas más, aproximadamente, respecto de las de hace tres años. El personal de campo ha aumentado. El número de ciudadanos que tuvimos que visitar en plena pandemia entre febrero y marzo llegó a más de 13 millones de personas que fueron visitadas en sus domicilios con todas las medidas de protección sanitaria y es que de ahí tendrán que salir casi un millón y medio, un millón 460 mil personas, que van a ser los responsables de fungir como funcionarias y funcionarios de casilla, es decir, de recibir y de contar los votos de sus vecinos.

Además, por un lado, además vamos a la elección más grande porque nunca antes había habido tantos cargos en disputa.

En efecto, no solamente se renovarán las 500 diputaciones de la Cámara de Diputados federal, sino, además, va a haber 15 elecciones de gobernador, va a haber elecciones para renovar congresos locales en 30 estados, salvo Coahuila y Quintana Roo, en el resto del país se van a renovar los congresos locales y, va a haber elección de ayuntamientos en 30 estados en todo el país, salvo en Durango y en Hidalgo. Nunca antes había habido tantas elecciones de alcaldías que se realizaran el mismo día.

El número total de funcionarias y funcionarios federales y locales que se van a renovar, de cargos que se van a renovar en esta elección, déjenme regresar, es la última fila de esta gráfica, son casi 20 mil 500 cargos, estamos hablando de más de más de 2 mil cargos adicionales a los que se eligieron en la que hasta ahora era la elección más grande, es decir, la de 2018.

Pero además de ser, y voy adelante, discúlpenme, la elección más grande de la historia, también vamos a la elección más compleja. Creo que hay tres razones por las cuales puede sostenerse esto: la primera razón es la persistencia de una serie de problemas estructurales que no son nuevos, que de hecho en buena medida son el resultado de una promesa incumplida desde hace más de 100 años, la promesa de justicia social con la que se hizo la Revolución Mexicana y que todavía sigue siendo una promesa pendiente, una promesa incumplida.

Me refiero a los grandes problemas que aquejan todos los ámbitos de la vida social incluyendo por supuesto la complejidad para hacer elecciones en ese contexto, estoy hablando de la pobreza, como ustedes saben, la pobreza es un problema irresuelto en nuestro país, de hecho de acuerdo con cifras de CONEVAL, a raíz de la crisis económica derivada de la crisis sanitaria, sólo en el año pasado hubo 9.8 millones de personas que pasaron a condición de pobreza, la desigualdad sigue siendo una característica lamentable y ominosa en nuestra convivencia social, la OCDE y Oxfam consideran que México es el país más desigual de la región o de una de las regiones más desiguales del mundo que es América Latina.

La corrupción sigue siendo todavía en la percepción pública uno de los principales problemas que enfrenta el país, la impunidad que deriva de la misma sigue estando allí, solamente uno de cada 100 delitos que se cometen son procesados, no digo sentenciados, son procesados de acuerdo con un estudio que reiteradamente ha venido haciendo el Centro de Investigación y Docencia Económica, el CIDE, y la inseguridad y la violencia han sido un problema que sigue presente entre nosotros.

En ese contexto es en donde el INE ha venido organizando elecciones en el pasado reciente y también ahora, porque esos problemas están ahí, han estado ahí, están ahí y van a lamentablemente a seguir estando allí el día después de las elecciones. Es, evidentemente esto vuelve muy complejo la organización de las elecciones.

Sin embargo, me gustaría decir que a pesar de, por ejemplo del contexto de inseguridad, la organización de las elecciones no se ha detenido y avanza, hasta el momento no tenemos ninguna casilla en riesgo de no instalarse por el tema de la inseguridad y de la violencia, esto no ha significado que como cualquier mexicana, como cualquier mexicano nuestros funcionarios no hayan sido eventualmente asaltados, hay lugares en donde los funcionarios del INE no pueden portar el uniforme, porque es sinónimo de que además de su teléfono personal esas personas llevan un teléfono institucional con el que se captura toda la información de nuestros sistemas de datos, en fin.

Hay otras zonas del país en las que es indispensable que se porte la indumentaria del INE porque es una garantía de poder transitar sin riesgo en algunos lugares.

En fin, el país, ustedes lo saben, está aquejado por una serie de problemas que están allí, que no podemos negar, que vuelve más compleja la organización de las elecciones, pero que no las están impidiendo y ese es un dato importante.

En un segundo plano, esta elección tiene una gran complejidad, porque enfrentamos problemas que, si bien no son novísimos, no es la primera vez que se presentan son mucho más recientes a los que he mencionado. 

Son problemas que después de 2016, en fin, se han presentado como los grandes dilemas que enfrentan las democracias en todo el mundo, incluso las más consolidadas como la estadounidense, estoy hablando del problema de la desinformación, de las fake news que nos han preocupado a todos los órganos electorales del mundo y que han llegado a grandes discusiones sobre el punto.

Al respecto, a mí me gustaría decir que el tema de la desinformación en México la hemos enfrentado, la estamos enfrentando del mismo modo que lo hicimos en 2018, es decir, no estamos siguiendo lo que se conoce internacionalmente como el modelo francés, es decir, un modelo que le apuesta a la regulación y a la prohibición, en Francia, quien difunde una fake news durante procesos electorales comete un delito, quien la disemina, es decir quien le da un retweet, un like, sabiendo que es una noticia falsa, comete un delito y la plataforma de redes sociales que, advertida de que se trata de fake news, no la baja en 24 horas, comete un delito.

Se trata de un modelo prohibicionista que no ha dado buenos resultados y que contrasta con el modelo que desde 2018 hemos instrumentado en nuestro país y que también es un punto de referencia a nivel global, que es combatir la desinformación con información.

Es decir, a partir de las alianzas con redes sociales para utilizar las mismas plataformas en donde corre la desinformación, para combatir la información con datos ciertos, verificados, verificables, etcétera, pues la alianza con organizaciones que hacen fact checking, la conversión del INE en una especia de agencia noticiosa que va difundiendo día a día lo que está ocurriendo, pues es la manera en la que hemos venido enfrentando este fenómeno.

Hay otro fenómeno nuevo, relativamente, complejo, que es el de la polarización política y del que no se ha escapado prácticamente ninguna sociedad democrática. 

El problema no es tanto, a mí me gusta decir la polarización en cuanto tal, es normal que en una campaña electoral las posturas se contrapongan, de hecho me atrevo a decir que las campañas electorales son el espacio institucional en las democracias para que las diferencias afloren, se exhiban públicamente, las contraposiciones se hagan, de cara a la propia ciudadanía, pero el problema que estamos viendo y México no está exento de ello es que a esa polarización, esa polarización hoy está siendo aderezada por un peligroso componente antidemocrático, es decir, la intolerancia.

Cuando la polarización se mezcla con la intolerancia, al contrincante político ya no se le ve como un legítimo adversario, sino más bien como un enemigo que hay que destruir y al que hay que combatir y es aquí en donde el juego democrático se pone en crisis.

Déjenme decirlo con ejemplos muy concretos, es muy preocupante, desde mi punto de vista, que expresiones como, referidas a personas, pero que fuera a una institución, como las instituciones encargadas de la salvaguarda democrática, expresiones del tipo: “el INE debe morir” o “el INE deber ser exterminado” o “hay que erradicar al INE” se estén manifestando justo en una contienda electoral, porque perdón que lo diga, si uno hace algo de memoria encontrará que estas son expresiones que ocurrieron, digamos que formaron parte del discurso público que antecedió, en su momento, a los peores experimentos antidemocráticos de la historia durante el siglo pasado, durante el siglo XX.

Y eso lo estamos oyendo con gran recurrencia aquí. Eso es un buen ejemplo, insisto, del problema de la polarización, más intolerancia que está formando parte, cada vez más instalada, cada vez más asentada del discurso político y eso debería preocuparnos a todas y a todos.

Por si todos estos problemas fueran pocos, también vamos a la elección más grande de la historia en contexto de pandemia. Este es el tercer nivel de problema, de complejidad que enfrentamos en esta elección, es cierto que no somos el primer país, bueno, sé que Estados Unidos acaba de pasar por la elección más copiosa de la historia de la democracia norteamericana, en noviembre pasado, exitosamente en un contexto de pandemia.

Miren, al respecto déjenme decirlo y paso a lo que sigue, porque esto es parte de los desafíos y con eso estoy cerrando, Larry, si me tienen paciencia todavía unos minutos.

Miren, hacer elecciones es hacer exactamente lo contrario a lo que los consejos sanitarios suponen: el distanciamiento social, reducir los puntos de contacto, de afluencia de personas pues es justamente lo contrario a lo que supone hacer una elección; las elecciones implican mucho contacto de personas, trabajo de campo y el día de la Jornada Electoral la afluencia masiva de millones y millones de personas a los mismos lugares.

Por supuesto, las campañas políticas suponen grandes concentraciones de personas, justo lo que está desaconsejado en términos sanitarios. 

Ahora bien, no somos, como decía, el primer país que va a hacer elecciones en este contexto de pandemia, de hecho México, ustedes recordarán, el año pasado organizó dos elecciones locales en Coahuila y en Hidalgo, por cierto fueron elecciones en donde instrumentamos mucho de los protocolos sanitarios que estamos utilizando en esta elección, que demostraron ser exitosos, si uno observa las curvas de evolución en Coahuila y en Hidalgo el año pasado, podrá ver que no se vieron alteradas en su evolución por la realización de las elecciones.

Bueno, en esto no estamos descubriendo el agua tibia, estamos siguiendo las mejores prácticas a nivel internacional, en el último año nunca nos habíamos visto, las organizaciones electorales en el mundo, las unas a las otras como ahora. En Estados Unidos hay una histórica relación, por ejemplo, con la Federal Electoral Commission, con la FEC, y ahora además de que la organización es local, los protocolos, los seguimientos, en fin, nos hemos nutrido.

Para nosotros la elección en los Estados Unidos fue también un elemento de observación para tomar las mejores prácticas, pero bueno en este año ha habido elecciones en Francia, en Corea del Sur, en Brasil, en Chile el plebiscito, en Bolivia, en Ecuador, en fin, nos hemos visto como pocas, en Dominicana.

Y, hay organismos internacionales como la OEA que han generado documentos que compilan las mejores prácticas, como la Guía para Organizar Elecciones en Tiempo de Pandemia que aquí ilustro, pero esto lo ha hecho la Unión Interamericana de Organismos Electorales, IDEA internacional, IFES, que es una fundación para la promoción para la democracia, son sede en Washington, en fin, hay mucha literatura y muchas prácticas acumuladas.

Además de eso, en el INE establecimos un mecanismo de gobierno de la pandemia, este grupo estratégico, aquí relato, el C-19 que ha emitido una serie de protocolos. Estos protocolos además los hemos hecho y hasta donde yo tengo entendido somos la única instancia del Estado mexicano que lo ha hecho así, bueno, esta mañana estuvimos en “la mañanera”, cosa que agradezco muchísimo, no tanto en términos de las críticas, sino porque el Subsecretario López-Gatell hizo un reconocimiento al buen trabajo que el INE está haciendo en materia sanitaria de cara a las elecciones.

Bueno, estos protocolos han sido sometidos a la revisión de la Secretaría de Salud, pero además fueron constituidos por un grupo de expertos médicos en salud pública y en epidemiología que nos han ayudado a construirlos. 

Es decir, ahí tenemos al Director del Instituto Nacional de Nutrición, que es el mejor hospital público que tiene el país; el Director de la Facultad de Medicina de la UNAM; la Directora del Instituto de biomédicas, que forma parte de estas redes internacionales que han venido desentrañando el RNA del bicho de COVID-19; etcétera, etcétera. 

Es decir, son los especialistas los que nos han auxiliado a construir esos protocolos y, por cierto, esto nos ha llevado a tomar una serie de medidas como, por ejemplo, el hecho de que el día de la elección toda persona que acuda a votar tendrá que entrar a la casilla con cubrebocas. 

Sé que hay muchos machos sanitarios, hay gente que no cree en el cubrebocas, hay gente que se siente amordazada por el uso del cubrebocas; pero para entrar a la casilla se requerirá portarlo. 

Y si alguien no lo lleva el INE le dará un cubrebocas, todas las casillas van a estar dotadas con suficiencia de estos insumos sanitarios para que no nos pongamos en riesgo de contagio. 

El INE ha tenido que gastar montos importantes, del presupuesto del INE estamos destinando alrededor de 350 millones de pesos para proveer a las casillas de los insumos sanitarios y hacer, como nos gusta decir, de las casillas un espacio libre en dos sentidos: Uno, para que las y los ciudadanos puedan votar sin constricciones por la opción política de su preferencia, en libertad, pues; pero también libres de contagio, y esto implica una responsabilidad colectiva de cuidarnos todas y todos. 

Termino, bueno, con un par de datos. La verdad esto ha sido muy positivo, porque nos ha permitido generar confianza en la ciudadanía. Estos dos datos, seguramente hay una incógnita, cómo estará la participación en una elección que se realiza en tiempos de pandemia. 

Bueno, miren, los datos que hoy comparto con ustedes son muy alentadores, les decía que hicimos más de 13 millones de visitas domiciliarias a quienes fueron sorteados dentro del listado de electores. 

¿Por qué? Porque de ahí van a salir el millón 430 mil funcionarias y funcionarios, que son los operadores de los centros de votación. 

Bueno, al final de la primera etapa, como la llamamos; es decir, a finales de marzo, principios de abril, nosotros ya teníamos un número de personas que habían aceptado y que cumplían los requisitos que superaba los 2 millones 933 mil. 

Es decir, más del doble de los que necesitamos habían estado dispuestos, a pesar de las condiciones de pandemia, de, como se dice coloquialmente, jalar con el INE. 

Y al día de hoy, que estamos en la etapa en la que ya estamos haciendo los nombramientos, es decir, la designación de qué rol vas a tener: presidente, secretario, escrutador. Y que estamos dando ya la segunda capacitación, que es un momento muy delicado, porque es la confirmación. 

Una cosa es decir sí acepto sin saber si vas a ser, y otra cosa es decir sí vas a ser, ¿aceptas? Bueno, al día de hoy faltando 29 días y habiendo transcurrido apenas 15 de esta última etapa, 16, perdón, ya tenemos al 88 por ciento de personas que ya tienen su nombramiento, lo cual prácticamente nos hace ver, es más, estas cifras no las tuvimos ni en 2018 con estos porcentajes de avance. 

Lo cual habla que la ciudadanía está confiando en las medidas sanitarias tomadas por el INE y se está apropiando de la elección. Son fantásticas noticias. 

No quiero detenerme mucho más Larry, les dejaré la presentación, a mí me importa poder cerrar para poder abrir el espacio al intercambio de opiniones. Cerraría diciendo que vamos a una elección muy compleja, la polarización es probablemente el problema más grave en estos momentos. 

El INE está siendo objeto de una serie de acusaciones que no habíamos visto desde hace mucho tiempo. Son acusaciones muy semejantes a las que hemos visto en otros lados, que me parece que son acusaciones de parcialidad, de no imparcialidad, pues; acusaciones de sesgo político, acusaciones de animadversión; es decir, de que el INE tiene filias y fobias. 

Miren, esto es normal en una contienda democrática, me da la impresión. A mí me gusta mucho citar a un texto sobre el fútbol, pues se aplica para cualquier referí en cualquier deporte, de Eduardo Galeano, en donde al hablar del fútbol le dedica un capítulo al árbitro y dice. 

El árbitro está condenado a quedar mal con todos. Con quien gana, porque el que gana siempre va a decir que ganó a pesar del árbitro; con quien pierde, porque quien pierde va a decir que perdió por culpa del árbitro. 

Digamos que es un poco, si ustedes van al fútbol, a mí me gusta mucho, lo que pasa cuando suele ocurrir cuando el árbitro pita a favor de tu equipo gritan desde las tribunas árbitro justo; por supuesto, de cuando pita en contra gritan árbitro vendido. 

Es parte del rol del árbitro, pero lo que me preocupa es que se quiera estar construyendo una narrativa para eventualmente ser utilizada el día después de las elecciones. Si los datos, si los resultados no gustan poder decir que hubo un fraude. 

Y creo que es importantísimo en estos 30 días, desde ahora, que la autoridad electoral tenga una enorme capacidad pedagógica y explicativa. Es decir, no solamente para explicar qué es lo que va a encontrar el ciudadano en las casillas en términos sanitarios, para darle confianza a acudir y votar, porque va a ser en espacio cuidado. 

Si no, también, de que estamos construyendo una elección con base en las reglas del juego, son las mismas reglas del juego que han estado presentes ahí en los últimos siete años. 

Éstas le han permitido ganar a todos los partidos políticos, el índice de alternancia que mencionaba no ha favorecido a una fuerza política. Todas y todos los partidos han ganado, han perdido elecciones, como suele ocurrir en una democracia. 

Y este INE es el mismo INE que le levantó la mano a los ganadores en 2018, en 2019 y en 2020; y termino diciendo, éste creo que es el mejor antecedente para decir que quien gane, quien pierda, y nadie va a ganar todo, y nadie va a perder todo, por cierto; pero quien gane, quien pierda, será decisión de las y los ciudadanos y el INE sola y exclusivamente va a hacer prevalecer esa voluntad. 

Desde ahora hay que irlo diciendo para deslegitimar a aquellos que pretenden, tal vez con esta lógica de malos jugadores; acuérdense que la aceptabilidad de la derrota es una de las condiciones de funcionamiento de la democracia, y eso no depende del árbitro sino depende del compromiso democrático de las y los jugadores. 

Termino con esto Larry, la construcción de la democracia mexicana fue el producto de un trabajo colectivo, fue una apuesta que no se puede atribuir a un solo hombre, a un solo partido, a una sola fuerza política, a una sola ideología; fue la convergencia de muchísimas personas, de distintas posturas políticas que apostaron por tener reglas del juego claras que permitieran que el voto fuera, y nada más que el voto, que definiera quién nos gobierna, quién nos representa. 

Creo que, así como la democracia es una construcción colectiva la defensa de la democracia también implica que todas y todos hagamos lo que nos toca, y en este sentido no hay trincheras pequeñas. 

Larry, muchísimas gracias, un honor estar con ustedes. 

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