Versión estenográfica de la Conferencia Magistral dictada por Lorenzo Córdova, en el marco del Manifiesto Nacional de Autoridades Electorales Locales

Escrito por: INE
Tema: Conferencia Magistral

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA CONFERENCIA MAGISTRAL DICTADA POR EL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL MARCO DEL MANIFIESTO NACIONAL DE AUTORIDADES ELECTORALES LOCALES

Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Irina muchas gracias por la gentil presentación.

Tengo que comenzar haciendo, de cajón, pero además muy sentidos agradecimientos por permitirme esta mañana dirigirme a ustedes.

Quiero comenzar agradeciendo a mi tocayo, al artífice de esta iniciativa, el magistrado César Lorenzo Wong.

Quiero agradecer, por supuesto a nuestra anfitriona, Norma Angélica, muchas gracias a ti, al pleno del Tribunal Electoral del estado de Puebla por la gentileza, en la anfitrionía.

Por supuesto a mi querido Osvaldo, Presidente de la Asociación de Instituciones, la AIEEF, ¿no?, no vaya a hacer un oso aquí. La Asociación de instituciones Electorales de los Estados de la República Mexicana, en fin, ya le metí algo más.

Pero bueno, la AIEEF, institución digamos hermana y que nos ha ayudado a coordinar los trabajos en el ámbito de los órganos electorales administrativos de los estados de la República.

Y, por supuesto, a Gilberto de Hoyos, que ya perdí, pero bueno, Presidente de la Asociación de Mexicana de Fiscales, de Fiscalías Electorales, fiscales. En femenino y masculino, Electorales del País.

La verdad es un verdadero privilegio.

Agradezco también a Fernando que andaba por acá, Presidente de Redes Sociales Progresistas, la generosidad de estar acá, debe estar muy confiado en cómo van las campañas electorales para perder el tiempo en esta reunión de autoridades electorales. Pero buen, se agradece mucho su presencia.

La verdad yo ya dudé un poco en cómo articular estos que de magno va a tener poco, Irina, es más bien es una charla con ustedes en un momento clave en donde las autoridades electorales del país cierran filas en un contexto desafiante para nuestro sistema democrático.

Dude mucho tengo la presentación que platicaba ahora con Lorenzo si presentarla y creo que no la voy a usar, tengo un guion de algunas cosas que quisiera comentar con ustedes, pero creo que no lo voy a hacer porque esto, prefiero, en lugar de que sea una conferencia magistral, que sea más bien una charla llena de interacción entre colegas que estamos desde distintas trincheras responsabilizados de la conducción del sistema democrático, insisto, en momentos que son particularmente desafiantes.

Yo celebro mucho, quiero comenzar con ello, así que ni al guion me voy a ceñir, espero que esto no sea, provoque, Reyes hace un rato vi que estaba borrando cosas de su conferencia, a lo mejor provoco una cascada digamos en desorden en la reunión del día de hoy, pero para mí es más importante, más bien, tener una interacción con ustedes, en fin, escuchar preocupaciones, tratar de responder dudas si se tienen, en fin.

Pero yo quiero comenzar con una cosa, la verdad en siete años en la Presidencia del Consejo General no había encontrado un espacio de encuentro de esto que, y voy a citar, porque estamos tan escrutados que, si uno no cita, lo último que me falta no nos han encontrado nada, no me vayan a acusar ahora de plagio.

Entonces, voy a, digo, nada más falta eso, ¿no?  Entonces voy a citar al autor de la frase que ustedes conocen y que ustedes utilizan y que es nuestro querido Santiago Nieto, que cuando era titular de la FEPADE, comenzó a hablar del “trípode electoral en el plan federal” y que se desdobla en el plano local en buena parte de las entidades federativas.

La verdad es un verdadero privilegio poder estar aquí en esta reunión de amigos que con nuestras diferencias tenemos sí un compromiso común que es el de cumplir y hacer cumplir la Constitución, todos los protestamos en su momento y, sobre todo, avanzar en la instrumentación de reglas del juego que son muy complejas, que no necesariamente podrían ser las mejores y que sin duda puedan mejorarse, pero que son las reglas del juego que se han pactado.

Y la democracia al final del día es un conjunto, digámoslo así, de actuaciones conforme a ciertas reglas del juego y nosotros somos los garantes de las reglas del juego, no somos los únicos, sin duda, pero sí tenemos la responsabilidad constitucional de hacerlo en nuestras respectivas trincheras.

Así que la verdad, estar en esta reunión de este trípode, en los dos planos, el federal y el local, la verdad es un auténtico privilegio y eso quiero comenzar agradeciéndolo, sobre todo porque además sé que también tiene una intencionalidad: cerrar filas.

Se ha hablado en la firma del manifiesto de la unidad de los órganos electorales, que no significa uniformidad. Los tribunales tienen una función constitucional que es la de revisar la legalidad de los actos de quienes actuamos en el ámbito administrativo.

Y unidad, no significa compromiso a que nos van a pasar y validar todas nuestras decisiones, digo, luego me gustaría hablar con Reyes para ver cuáles valen la pena que nos validen, de todos modos, pero bueno, no es cierto, Reyes ya el Tribunal en el ejercicio de su autonomía, igual que ustedes en el ámbito local decidirán lo que se tengan que decidir.

Pero una cosa es eso y otra es caer en el garlito que algunos están queriendo tender de poner, de crear una contraposición falsa porque no la hay, entre autoridades electorales.

Y la muestra de unidad que hoy aquí se está demostrando con la firma del manifiesto, con esta reunión, me parece que es, simbólicamente, muy significativa.

Es un mensaje a los actores políticos para que hagan lo que tienen que hacer. Entender legítimamente con todos sus esfuerzos, con toda la intensidad que sea necesaria por el poder político, conforme a ciertas reglas que no pusimos nosotros.

En todo caso, lo que hemos hecho nosotros, con la expedición de lineamientos, reglamentos como autoridades electorales o los tribunales a partir de la expedición de criterios jurisprudenciales, precedentes, jurisprudencias es afinar, aterrizar, atinar, interpretar esas reglas.

Pero las reglas del juego, eso que quede claro, no las pusimos nosotros. Bueno, déjenme decirlo de manera muy clara, no fue el INE el que dijo que, a una falta, que es muy grave, como el no presentar un informe de precampaña, se cancela el registro de una candidatura, eso está en la ley y eso fue pactado como parte de las reglas del juego por parte de los actores políticos, de las y los legisladores.

Se acusa a las autoridades electorales de interpretar, de sobre interpretar las normas, bueno, a ver, eso discutámoslo.

Pero lo que yo digo es, por cierto, si no gustan las interpretaciones de las autoridades electorales, ahí están los tribunales. Y por otro lado si no gusta lo que dice la ley, pues cámbienlo. Nada más que hay tiempos para cambiar.

Dicho eso, yo quiero también, no ofrecer una disculpa, pero sí hacer un balance, luego de una reunión que me acuerdo, que generó algunas fricciones digámoslo así.

Yo creo que es un buen momento éste para hacer un balance no solamente de siete años del modelo nacional electoral, que nos involucra en nuestras distintas trincheras y ámbitos de responsabilidad a fiscalías, tribunales y órganos administrativos electorales, sino también, un balance de las reglas del juego, sobre todo de cara a le elección más grande y más compleja de nuestra historia y yo creo que, en retrospectiva que el balance es positivo.

No ha sido sencillo llegar acá y ustedes no me dejarán mentir, interpretar un sistema que en su momento fue profundamente controvertido, había quien decía cuando se expidió la ley en 2014, la reforma electoral, cuando comenzaba, que la tachó, que la tildó, yo mismo fui crítico en su momento como consejero del INE, no lo niego, pero una vez que las reglas del juego están pactadas lo que nos toca es aplicarlas y actuar conforme estas reglas de juego.

En su momento se dijo que la reforma de 2014 era una reforma impracticable, un mazacote, imposible de instrumentar. Hoy siete años después, sabemos que se reforma no solo es funcional, sino que ha permitido un periodo de estabilidad política, pero sobre todo de alternancia nunca antes visto en la historia del país, es decir, las reglas funcionan, no digo que sean sencillas, ustedes son los operadores jurídicos, somos los operadores jurídicos que hemos tenido que instrumentar estas reglas y sabemos que no son sencillas.

En su momento se dijo que en la reforma electoral de 2014 era un atentado al federalismo electoral y la discusión sin duda está abierta, pero hoy sabemos que tuvimos que reinterpretar el federalismo en una lógica más como los alemanes de un federalismo colaborativo en donde cada institución, en cada nivel de gobierno tiene su propia responsabilidad y al final depende la una de la otra.

Lo digo, no me dejarán mentir los colegas de los OPLES, y lo digo también en una lógica, entre amigos lo voy a decir así, una especie de desagravio de, a lo mejor tonos que no eran los más pertinentes e hipersensibilidad de parte de unos e hipersensibilidad de parte de otros y sí, me estoy refiriendo al Radisson, no sé cuándo fue Lorenzo, hace no sé cuántos años ¿no?, en fin, muchos de ustedes estaban, muchos no, los que no estaban y no saben de qué hablo, pregúntenle a los que estaban porque ya no quiero repetir aquellos episodios.

Lo que quiero decir es que esto también ha sido un proceso natural de asimilación y de puesta en práctica, también hay que decirlo, de ensayo-error de un modelo que ha sido sumamente complejo, pero que vuelvo insistir, hoy es practicable.

Y, creo, no me dejaran mentir los compañeros de los OPLES, que la clave se ha centrado en enfrentar los desafíos conjuntos que nos impone la reforma sin un supremacismo de parte de algunos, es decir, háganse a un lado que les vamos a enseñar cómo se hacen elecciones, por un lado, pero por otro lado sin un soberanismo que no nos llevaba a ningún lado; es decir nosotros somos los defensores de la soberanía estatal y no vamos a permitir que el centralismo autoritario desde el centro encarnado en el INE, en primera instancia, con el Tribunal ya había varios años en los que se había avanzado, digamos, en donde los grandes conflictos locales terminaban en el Tribunal, pero no vamos a permitir que el INE se meta donde no le toca, vamos a defender la historia y la soberanía del Estado.

Es decir, yo creo que está son dos posturas que nos iban a llevar a una colisión inevitable y que iban a volver, ahí sí, impracticable la reforma electoral, yo creo que lo que hoy ha ocurrido son colaboraciones de respeto, el INE no es un superior jerárquico de los OPLES, por cierto, del mismo modo en que el Tribunal Electoral del poder judicial de la Federación no lo es de los tribunales estatales.

Por supuesto que el INE tiene una función de rectoría del propio sistema y da seguimiento, no solamente nombre, da seguimiento, supervisa el trabajo de los OPLES, igual, por cierto, que a través de la revisión jurisdiccional que hace el Tribunal Electoral, pero cada uno de nosotros constituye o encarna una institución que es una pieza clave en el funcionamiento de este abigarrado, si se quiere, complejo sistema electoral.

A siete años me parece que hay una conclusión que es inevitable, aunque muchos quieran construir narrativas distintas, el sistema electoral funciona y el sistema electoral, nos ha permitido, insisto, enfrentar un periodo de una enorme intensidad política, caracterizado por una serie de desafíos que aquejan al sistema democrático mexicano, pero también a todas las democracias en el mundo y nos lo ha permitido en términos generales, visto en retrospectiva, de una manera bastante positiva,

Claro, la sobrecarga de trabajo ha aumentado, yo sigo esperando y creo que voy a terminar mi periodo dentro de dos años sin haber podido contestar, sin poder contestar a la pregunta que a veces algunos me hacen ¿y qué hace el INE cuando no hay elecciones? Porque, en fin.

Digo, las cifras ahí están, en 23 años el IFE organizó 18 elecciones, en seis años el INE, junto con los OPLES, ha organizado 200 elecciones, las de Hidalgo y Coahuila nos llevaron a esa cifra y este año, en fin, va a incrementarse, lo que quiero decir es que, si bien no ha sido sencillo, es un sistema funcional y me permito poner dos grandes temas para justificar este hecho.

El primero es un punto que pocas veces se atiende o sobre el que pocas veces se aborda, que es el grado de alternancia. En las elecciones que se han realizado entre 2015 y 2020, en estos seis años, las elecciones pues del sistema, de la época del Sistema Nacional de Elecciones, de la primera época de este sistema, nos han arrojado un índice de alternancia del orden del 65 por ciento.

Si tomamos en consideración las elecciones locales, municipales, de Congreso, las gubernaturas y las federales de las cámaras del Congreso de la Unión, con algunas variaciones, pero la media 65 por ciento, eso quiere decir que, en este país, en los últimos seis años, la posibilidad que tiene un partido que ganó la elección, de ganar la elección que sigue es de menos de cuatro de cada 10 chances y eso, perdón, si el sistema electoral no funcionara, no encuentro cómo podría ocurrir.

Claro, la alternancia no hace más democrático o no a un sistema político, eso nos lo han dicho muchos teóricos, Bovero vino a decirlo a México, justo al INE en alguna ocasión, lo que hace democrático a un sistema político es que existan las condiciones reales para que, si así lo deciden los ciudadanos con su voto, pueda haber alternancia o no.

Ya si hay alternancia o no, eso lo deciden las y los ciudadanos y si la hay o no, eso no vuelve más democrático el sistema político.

Pero el hecho de que hayamos tenido un índice de alternancia tan alto es la mejor prueba de que esas condiciones que hacen democrático al sistema estaban ahí y no son producto de la generación espontánea, como me gusta decir, pero no les voy a decir por qué, mejor espérense un par de días y entonces ya sabrán, porque si no van a decir que estoy haciendo publicidad y esto es un acto oficial, así que tengo que mantener las distancias entre mis publicaciones.

La democracia no se construyó en un día y quien diga lo contrario, está falseando la historia.

La democracia es el producto de una larga evolución de la cual los últimos siete años o una parte, la última parte, muy importante, porque ha permitido estandarizar criterios, normas, instituciones, en la realización, en el modo de realizar elecciones a nivel federal y a nivel local.

Y esto ha sido muy positivo, aunque en ocasiones, y vale la pena decirlo, aquella narrativa que subyacía a la reforma de 2014, es decir, alcanzamos unos niveles técnicos de la organización de las elecciones federales y en el ámbito local es un desastre, todos los órganos dependen de los gobernadores, hay un control político, etcétera y que por eso tiene que cada sistema nacional de elecciones es una falacia.

Pero lo que hoy sabemos es que, viendo el panorama, el conjunto de la institucionalidad electoral del país, es que en algunos lados hay más fortalezas, en otros lados menos, en algunos lados hay problemas, en ocasiones hay problemas comunes, pienso el tema de financiamiento, de los órganos electorales, que ha tenido que encontrar vericuetos, es decir, esto que en un momento era impensable que por ejemplo un gobierno local fuera llevado a juicio ante un tribunal electoral estatal por un órgano electoral porque no cuenta con suficiencias presupuestales.

Bueno, todo eso ha sido parte de la complejidad de la construcción de este sistema. O bien órganos electorales que en el pasado eran de temporal y han tenido que, hombre, elaborar una carta de naturalización como instituciones permanentes cada vez más profesionalizadas, el Servicio Profesional Electoral a nivel nacional ha tenido ese propósito, como parte, digámoslo así, de los elementos que sí han tenido sin duda que modificarse con este sistema.

Pero vuelvo a insistir, el grado de alternancia, por un lado, pero también por el otro lado, es decir, la normalización de los cauces institucionales para procesar la litigiosidad hablan de que este sistema electoral es un sistema funcional.

Yo no estoy diciendo que en los últimos siete años no ha habido disputas electorales, no haya habido incluso casos de elecciones que tienen que anularse o que haya llegado a la nulidad, a ver, pero lo que quiero decir es que el sistema institucional funciona y es pertinente, y la enorme conflictividad política que caracteriza a este país, se ha conducido por los cauces institucionales.

No hay un sólo caso de un conflicto postelectoral, digámoslo así, que llame la atención y que nos pueda llevar a decir: este sistema no sirve y hay que cambiarlo.

Creo pues, en primera instancia, el balance a siete años es un balance positivo y es este balance con el que enfrentamos el mayor desafío electoral de nuestra historia, un desafío conjunto, aquí no hay nadie que se salve, ya no hay compañeros de Baja California o de Nayarit que nos ven desde lejitos cómo los demás estamos en la brega electoral como pasó en 2018. Aquí todos estamos en este barco.

Cumpliendo funciones distintas, porque nuestras instituciones cumplen funciones distintas, cada una de ellas fundamentales en esta, vuelvo a insistir en la metáfora, complejísimo aparato de relojería que funciona y funciona muy bien.

Vamos a la elección más grande de la historia por dos grandes razones, una que ustedes conocen bien porque o bien operan la organización electoral o bien la supervisan y vigilan su legalidad y constitucionalidad.

Vamos a la elección más grande de la historia por el número de electores, 93 millones y medio, todavía tenemos que cerrar el próximo 28, validaremos el Padrón Electoral y la Lista Nominal que se utilizarán en las 33 elecciones que se realizarán en el país, las 32 locales, son más, pues, pero la de todos los estados más la de la Cámara de Diputados y la verdad las cifras que hoy tenemos, a reserva de que lo apruebe el Consejo General, son cifras, la verdad, que hay que presumir.

Les adelanto una, el Padrón Electoral que vamos a usar el 6 de junio, el listado nominal del 6 de junio es un listado de electores con una cobertura del 99.85 por ciento, el de 2018 tenía 98.5; esto quiere decir que para el 6 de junio sólo tres personas de cada dos mil, mayores de 18 años, no están inscritas en el Padrón, y esto convierte al Padrón Electoral, en el padrón con mayor cobertura en el mundo.

Los padrones que se utilizan en Estados Unidos, nada más para dar una referencia, que además son padrones de temporal, porque no son permanentes, se constituyen de cada a cada elección y tenía una cobertura del orden del 70 por ciento, y miren que hubo una participación inédita en las elecciones de los Estados Unidos.

Ese Padrón Electoral detona todos los números, el número de casillas, el número de ciudadanos que requerimos, el número de ciudadanos que tuvimos que visitar, y por cierto, una buena cifra, ya está desfasada, porque esto es una cifra de cuando venía en el camino para acá desde Ciudad de México, del millón 460 mil personas que necesitamos para que funjan el 6 de junio como funcionarios de casilla entre propietarios y suplentes, con corte de la primera etapa de capacitación, es decir, después de haber hecho el sorteo y las visitas de más de 13 millones de ciudadanas y ciudadanos en sus casas, tuvimos un ejército, una bolsa de ciudadanos que estaban dispuestos y que habían aceptado, y que cumplían los requisitos, es decir, eran aptos para ser funcionarias y funcionarios de casillas, de dos millones 933 mil, el 200 por ciento.

Dije 200, a veces los porcentajes son complicados, pero si no lo entienden por porcentajes lo digo así: el doble de lo que necesitamos, mejor, ¿no?

Y después de la segunda etapa de capacitación, como ustedes saben, ahora estamos en la segunda etapa, estamos volviendo a buscar a los ciudadanos, después del segundo sorteo ya para hacer los nombramientos de los distintos roles que se van a jugar en la propia mesa directiva de casilla y tomándoles protesta, dándoles las capacitaciones específicas, al corte de hoy teníamos ya 890 mil ciudadanas y ciudadanos con nombramientos, y llevamos 10 días de la segunda etapa, faltan 42, más de la mitad, 60 por ciento, más del 60 por ciento.

¿Eso qué demuestra? Que la elección va y que la ciudadanía está apropiándose de la elección y lo digo así, así como este acto de unidad en el que hoy nos encontramos refleja, y a mí me conmueve la verdad mucho, porque entiendo finalmente que esto ha ocurrido después de los episodios lamentables de las semanas previas, en una muestra de unidad de los órganos del sistema electoral.

También les debo decir una cosa: no estamos solos, la ciudadanía está con el sistema electoral, está apropiándose de las elecciones. 

Estas cifras, se los digo así, cifras en medio de elecciones en pandemia no se habían visto ni siquiera en 2018, con todo el atractivo, digámoslo así, que una elección como aquella representaba. 

Vamos también a la elección más grande, por supuesto, lo saben ustedes mejor que yo, por la enorme cantidad de cargos en disputa. Más de 20 mil 500 cargos si tomamos en cuenta todos los cargos municipales, no solamente las presidencias, sino las regidurías y sindicaturas, los cuartos niveles de gobierno; ¡Tlaxcala, ay, mamá!, bueno, en fin, no, es que es una cosa complejísima. 

Y ya hablamos con Elizabeth, nuestro enlace, y los consejeras y consejeros del OPLE estas complicaciones, pero bueno, 20 mil 500 cargos, 2 mil más que en 2018, la disputa por el poder más grande de nuestra historia. 

Y, por si esto fuera poco, no sólo vamos a las elecciones más grandes de la historia, sino también a las más complejas. 

Por eso quise empezar con el corte de caja del balance del sistema electoral, porque tenemos una robustez para enfrentar estos desafíos. 

¿Cuáles son esos desafíos? ¿Por qué decimos que ésta decimos que es la elección más compleja? Por tres tipos de desafíos, de problemas. El primero tiene que ver con los grandes problemas estructurales que no son nuevos, ya estaban ahí, y lamentablemente lastiman la convivencia social desde hace décadas. 

Incluso, me atrevo a decir que son el ejemplo de aquella promesa, incumplida, que derivó de la Revolución y que se plasmó en nuestra Constitución, la promesa de justicia social que todavía hoy sigue siendo un ominoso pendiente para muchísimas, para millones de mexicanas y mexicanos. 

Me refiero a los grandes problemas estructurales de nuestro país, problema de pobreza, hoy incrementada, lo sabemos por el CONEVAL en más de 9.8 millones, alrededor de 9.8 millones de personas como producto de la crisis económica derivada de la crisis sanitaria en sólo 2020. 

La desigualdad, que sigue siendo un elemento que cruza todos los ámbitos de la vida social, y que constituye probablemente el principal problema que tenemos que enfrentar como sociedad. 

La corrupción, que sigue siendo en términos de la percepción ciudadana un problema irresuelto y que está ahí presente. 

La impunidad que alimenta esa percepción, no lo digo yo, ahí están las cifras, uno por ciento de los delitos se procesan, no estoy diciendo se condenan, se procesan. 

Y, finalmente, la inseguridad, que lamentablemente está ahí. Ahora, ninguno de estos problemas es un problema nuevo, estos eran los problemas con los que hemos tenido desde hace décadas que venir organizando elecciones, y el sistema nacional de elecciones ha tenido que hacer la cuenta con esos problemas. 

Esos problemas están ahí, estuvieron ahí, están ahí, y van a seguir estando el día después de las elecciones. 

Y de eso hay que hacernos cargo, el desafío que tenemos como autoridades electorales es realizar elecciones en estos contextos, y afortunadamente a pesar de todas estas problemáticas la respuesta ciudadana ahí está. 

Ojalá y se traduzca en una participación masiva en las urnas, eso habrá que verlo. Hay que augurarlo, hay que trabajar para ello. 

Y ninguno de estos problemas está impidiendo que las elecciones se lleven a cabo. 

Sí, hay lugares en donde todavía estamos en negociaciones, en pláticas con comunidades que, por otros motivos que no necesariamente electoral, están planteando demandas, sin duda legítimas, pero que no están dentro de nuestro ámbito de competencia resolver. Ni de las autoridades electorales administrativas, ni de las de jurisdiccionales, ni de las fiscalías, de las ministeriales.

Problemas e Chiapas, problemas en Michoacán, el ejemplo de Cherán que cunde y que ahora varios quieren seguir, en fin, que nos coloca en una situación de tratar de ¡hombre¡, hacer lo que se pueda para generar las condiciones del voto, pero al final del día el tránsito de elección o de selección de autoridades del sistema, digamos de votación constitucional al sistema de sistemas normativos internos no es algo que nosotros podamos decidir, y sin embargo, las elecciones van, la inseguridad está ahí, crece y crece, se mueve todos los días hay nuevos focos y las autoridades electorales tenemos que adaptarnos.

Nuestros CAES en Ecatepec no pueden, por ejemplo, portar la indumentaria del INE porque eso los vuelve blanco de la delincuencia ordinaria. Como ustedes saben cada capacitador está dotado de un smartphone y llevar la indumentaria del INE es un “señores asaltantes tengo dos smartphone, el mío o mi teléfono y el que me da el INE”, y hemos tenido casos de CAES que han tenido que ser asaltados una dos, que han sido asaltados, 1, 2, 3 veces, porque cuando les roban el celular se los volvemos a proveer de inmediato, ahí no pueden ir con el chaleco.

Y hay otros lugares en donde no portar el chaleco los expone, incluso en términos de su vida, pero eso ya sabemos hacerlo, y n nos quejamos , esas son las condiciones lamentablemente que siguen presentes en nuestro país y que nos permite, a las que hemos tenido que adaptarnos en este enorme capacidad, digámoslo así de eso, de adaptación a las circunstancias que tienen los írganos electorales a los que nos toca hacer un despliegue territorial, los OPLES y el INE. 

Hay un segundo grupo de problemas, de complejidades que tampoco son novísimos, pero sí son mucho más recientes que los primeros, que los que he mencionado, me refiero a estos problemas que además no son propios de nuestro país, sino que aquejan a todos los sistemas democráticos del mundo y sobre los que en distintas instancias jurisdiccionales, administrativas, en fin, se ha venido discutiendo, insisto, y es un problema global, los nuevos desafíos de la democracia: la desinformación, las fake news.

Es decir, el problema, digámoslo así, que tiene un fenómeno que no es nuevo que es la mentira y que ha existido a la par de la política ¿no? Digo, Platón le llamaba demagogos a os mentirosos, digamos, es un poquito más sofisticado pero mentirosos ha habido en la política todo el tiempo, digamos.

El problema es que con las redes sociales el fenómeno de la mentira adquiere una nueva dimensión y un potencial disruptivo que antes no tenía. 

Y aquí hemos optado, cosa que además yo agradezco mucho la solidaridad, lo digo Reyes, con el acompañamiento que desde el ámbito jurisdiccional se ha dado, tanto en el plano local como en el plano federal a estas decisiones o a esta actuación, digamos, a esta actitud de los órganos electorales de optar por un modelo, de los dos grandes posibles modelos que para enfrentar este fenómeno se han dado en el mundo, que no ha sido el francés, como algunos ya le llaman, que es enfrenar la desinformación con regulaciones prohibiciones, persecuciones, hasta penal. Imagínense ustedes, bueno aquí hay fiscales.

Bueno, en Francia los fiscales electorales tendrían que perseguir a quien emite una fake news durante un proceso electoral, porque es un delito, a quien lo divulga o lo disemina sabiendo que es una noticia falsa porque es un delito y, además, perseguir a las plataformas de las propias redes y si en 24 no horas no bajan después de haber sido notificadas, porque se convierte en un delta. 

El modelo mexicano es un modelo distinto, es un modelo en el que hemos apostado a combatir la desinformación con información.

Y esto implica una serie de alianzas con actores sociales, con medios de comunicación, con las plataformas de redes sociales, entre otros.

Y es un modelo que al final del día, en fin, ha sido digámoslo así, suficientemente exitoso para que ninguna elección, como ha ocurrido en otros lados del mundo, se haya visto afectada en su validez, en su calificación, por el fenómeno de la desinformación.

Lo cual es por cierto raro, porque si hemos apostado aquí ha sido por modelos prohibitivos, hiper regulados, piensen ustedes en el modelo de comunicación política, que además nos genera además una serie de tensiones, ahora quiero cerrar con eso, en términos de nuestra propia actuación, pues porque hoy tenemos que aplicar un modelo pedido por otros ayer y que hoy no quieren que se les aplique.

Pero las reglas son las reglas y vuelvo a insistir, nosotros superamos con lo que ha sido el resultado de los consensos políticos.

El otro gran fenómeno más reciente, que tampoco nuevo, es el fenómeno de la polarización. Estamos viviendo un mundo cada vez más polarizado y eso pone en riesgo a los sistemas democráticos.

Y quiero ser claro, no es la polarización en sí, estamos en plenas campañas electorales. Es normal que en las campañas electorales los partidos se contrapongan, se contrasten, eleven el tono, hagan énfasis en todos los elementos de distinción, e incluso en la descalificación del contrario dentro de los límites legales.

Las campañas son eso, causes institucionales para que esas diferencias que incluso llegan al grado de la polarización se puedan procesar institucionalmente.

El problema no es ese. El problema es que esta polarización que estamos viendo está siendo cada vez más aderezada por fenómenos como o por elementos gravísimos, profundamente antidemocráticos como la intolerancia, en donde el adversario ya no es visto como un legítimo contendiente, con el que se tienen diferencias, pero al que se le respeta y al que se le reconoce validez en el juego, sino a un enemigo.

El adversario es visto como alguien al que hay que combatir, eliminar, sobreponerse, someter y eso, eso sí ya no es democrático.

El valor democrático por excelencia, claro la libertad y la igualdad, sin duda, pero es la tolerancia y el respeto, que sustentan la única manera de convivencia pacífica que ha inventado la humanidad en términos civilizatorios que es el sistema democrático.

Bueno, hoy creo que hay que preocuparnos de expresiones dirigidas a personas o instituciones y que han cobrado carta de naturalización en la discusión pública como “x”, no sé, se me ocurre déjame pensar, el INE, tal vez, deben morir. El INE debe ser exterminado.

No lo dije yo, Es decir, perdón, estamos hablando de un lenguaje, de un discurso que es exactamente el mismo que antecedió uno de los peores experimentos autoritarios de la historia en el siglo pasado.

Aguas con eso, porque cuando eso cobra carta de naturalización, cuando se legitima como un discurso válido, entonces el sistema democrático en su conjunto se pone en riesgo.

Y ya no hablemos de las amenazas directas y los amagos. 

Y desde aquí les digo a quienes optan por estas estrategias políticas, lo que dije en el Consejo General hace algunas semanas: a estas autoridades electorales permítanme extenderlo, hablaba del INE, pero creo que se puede aplicar en una reunión como esta, a las autoridades electorales en general, al trípode, a estas autoridades electorales no las van a amedrentar porque tenemos un compromiso democrático, no es porque seamos valientes, porque protestamos cumplir con la Constitución y por supuesto ya decidirán respecto a las decisiones que el INE ha tomado el Tribunal Electoral si están apegadas o no a la ley, a la Constitución, ese es el cauce institucional, no otro.

Por si todo esto fuera poco se nos atravesó la pandemia, ese sí, como un elemento absolutamente inédito y sobre eso no quiero detenerme mucho. Quiero sí pedirles un favor, vamos a unas elecciones en las que tenemos que hacer, que constatar, como ha pasado en otros lugares en el mundo, como logramos hacerlo en Coahuila e Hidalgo el año pasado, elecciones que son, digámoslo así, elecciones en las que las casillas, que son el centro neurálgico del día de la elección se conviertan en espacios libres en un doble sentido.

Libres para que las y los ciudadanos puedan sin condicionamientos, sin coacciones, orientar autónomamente su voluntad en favor de la opción política de su preferencia, es decir, la esencia del voto libre, pero también libres de contagio, espacios seguros y quiero pedirles una cosa porque aquí estamos todos en este barco.

El INE ha venido emitiendo una serie de lineamientos sanitarios, muchos de ellos han sido replicados o adaptados por los Organismos Públicos Locales en el ámbito de su respectiva su competencia, muchos de ellos han sido instrumentados por los Tribunales Electorales en términos, digámoslo así, de regular sanitariamente su funcionamiento y eso es muy pertinente, pero lo que tenemos que hacer en estos 43 días que nos faltan de aquí a las elecciones, convencer a las y los ciudadanos de que ir a votar, no solamente es necesario, pertinente, en fin, es un ejercicio de libertad, sino también es algo seguro.

Yo lo digo así, los protocolos sanitarios, con los que por cierto hemos venido operando los módulos de atención ciudadana desde agosto pasado cuando se reabrieron los servicios a la ciudadanía y, que por cierto, el 10 de febrero pasado, el último día recordarán en que podían hacer trámites, inscripciones al Padrón Electoral, etcétera, implicó el día, en la historia del Instituto Nacional Electoral en el que más trámites se realizaron, 135 mil trámites se realizaron ese día, los picos más altos antes de la pandemia llegaban a 105, 110 mil trámites, se hicieron con estrictas medidas sanitarias.

Se ha hablado mucho de la vacuna, miren, la postura en el INE ha sido, ha habido mucha interlocución y demás, hay planes de vacunación, no dependen de nosotros, no generemos expectativas que nosotros no podamos cumplir, actuemos con lo que tenemos y lo que sí tenemos son una infraestructura que nos permite proteger a las y los ciudadanos y cuidar a nuestras y nuestros funcionarios.

Por eso tomamos medidas sanitarias, estos protocolos los llevamos incluso los llevamos al Consejo y volvimos vinculantes, ni modo, quien entra una casilla tendré que hacerlo con el cubrebocas.

Yo sé que hay quien no le gusta usar porque va en contra de sus principios, porque se siente amordazado, porque es un macho sanitario, no lo sé, algunos de ellos los hemos tenido hasta en la sala de Consejo General. ¿no?

Bueno, ya tomamos una decisión una decisión que ha quedado firme y de nuevo gracias por el acompañamiento Reyes, a ti a los magistrados del Tribunal, porque finalmente nadie se va a quedar sin votar y si no llevan el cubrebocas se los vamos a dar en las casillas, tenemos dotaciones suficientes, 350 millones de pesos está gastando el INE en esta elección solamente para garantizar las condiciones sanitarias del propio proceso electoral y particularmente de la Jornada Electoral.

Hay que contar eso, que dejaremos entrar dos personas, que pediremos que no entregue la credencial a menos que lo solicite el presidente que, de entrada, bueno ya aprendimos todos a reconocernos con el cubrebocas, bueno está bien, si no te reconocen, si algún representante de partido tiene una duda, descúbrete, a petición del presidente, sin hablar, momentáneamente para identificar al elector; lleven su propio bolígrafo, si no les daremos el de uso común, el marcador de uso común previamente sanitizado, no habrá cortinillas.

Y todo esto no son solamente buenas prácticas y esto lo saben las y los presidentes, hemos tenido reuniones incluso con órganos electorales de otros países que han ido a elecciones, en fin. Es también producto de la experiencia de quienes saben y lo digo aquí para que no crean, en fin, y (inaudible) el favor de gentilmente leer mi currículum, sí tengo un doctorado, pero si a alguien le duele la cabeza por favor no se me acerque a pedirme consejo, porque lo voy a mandar con un doctor de a de veras.

Digo, si alguien quiere un libro de teoría política con mucho gusto puedo recomendarles algo, algo sé, pero lo otro no. ¿Qué hemos hecho? Pues hemos contratado, no contratado, hemos convocado, porque es una función honorífica la que están cumpliendo, a un grupo integrado por cinco de los mejores especialistas en materia de salud pública y de epidemiología del país: el Director del Instituto Nacional de Nutrición que es el mejor centro de investigación y hospitalario que tiene el país, reconocido recientemente, por cierto, a nivel internacional, el Director de la Facultad de Medicina de la UNAM, la Directora del Instituto de Biomédicas de la UNAM, que es en donde se ha trabajado en redes para identificar el RNA de este bicho, uno exdirectora del Instituto Nacional de Salud Pública, investigadora de primer nivel en esa institución.

El exsubsecretario de Salud que, por cierto, fue llamado para suplir al Director de Epidemiología cuando se tuvo que enfrentar la epidemia de AHN1N1 y son ellos los que nos han dicho qué hacer, es decir, estos protocolos, el INE lo que ha hecho es simple y sencillamente traducirlos, asumirlos, difundirlos a la luz de lo que los especialistas nos han señalado.

Quiero terminar con una cosa o abrir el espacio al diálogo con esta cosa. 

Estamos enfrentando un momento inédito, no solamente por todas estas complejidades, por todas estas adversidades, esos desafíos que nadie pidió, pero que están ahí presentes y con los que tenemos que lidiar y que tenemos que superar, me refiero a algo que espero no se concrete, pero me temo que está ahí presente como una especie, digámoslo así, no sé si de estrategia, no quiero pensarlo, pero como un fenómeno que me parece que, objetivamente no podemos obviar.

Y que tampoco es mexicano, pero que está adquiriendo tintes muy particulares en nuestro país, que es el intento de construir una narrativa, un discurso de que los órganos electorales no somos imparciales, que los órganos electorales no somos los árbitros que decimos ser en nuestro rol de organizar elecciones, dirimir conflictos y aplicar las leyes, sino que somos jugadores.

Y ha venido, machaconamente, queriendo construirse esa historia. No quisiera pensar que esto es parte, digámoslo así, de una voluntad intencional de ir construyendo un discurso, por si se ocupa el día después de las elecciones.

No quiero pensar que estamos frente a una actuación de deslealtad democrática como la que en su momento reflejó el ex Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cuando durante las campañas electorales advirtió y aseguró que se estaba cometiendo un fraude, una y otra y otra vez, en los envíos postales, en fin, fraude, fraude, fraude.

El día después de las elecciones, cuando perdió, porque perdió, no lo digo yo, lo han dicho las instancias jurisdiccionales y las instancias, digámoslo así, competentes en Estados Unidos, dijo, no perdí, hubo un fraude.

Y esa historia la hemos visto en muchas ocasiones, hay una deslealtad democrática de una multiplicidad de actores y creo que frente a esto las autoridades electorales tenemos un rol importantísimo en conducir a las elecciones a buen puerto y que pasa uno por no dejar de hacer nuestro trabajo con base en los principios rectores de la autoridad electoral, ése es el ABC, el día en que alguno de nosotros se desapegue de esa ruta, ese día somos nosotros los que estaremos dinamitando el buen curso de las elecciones.

Dos, por no dejar nunca frente a esos discursos de explicar lo que estamos haciendo y la razón de ser de nuestras decisiones y tres, no engancharnos, porque me temo que hay una intención, hay muchos anzuelos tendidos que lo único que pretenden es que nosotros los aboquemos y que entonces convirtamos ese discurso en la típica profecía que se auto cumple.

Lo digo hablando por el INE, porque no me arrogo ni pretendo, ni puedo ni además quiero arrogarme ningún tipo de representatividad en una comunidad, en una familia tan plural y tan diversa como ésta. Unida. Familia al final del día.

Pero el INE no se va a enganchar con nadie. El INE no tiene enemigos, no está en contra de un gobierno, de una persona, de un partido, de alguna fuerza política, el INE está nada más a favor de la ley. Y claro que podemos equivocarnos, afortunadamente para eso tenemos al Tribunal Electoral, para quien considere que nuestras decisiones no son correctas, quien no esté de acuerdo con nuestras decisiones puede impugnarlas, esos son los cauces institucionales, es así como juegan los demócratas.

Son tiempos complicados, en donde la palabra de orden, digo yo, a los colegas son la prudencia, la paciencia, pero también la templanza. Y la templanza no es mucho menos, ni mucho menos sólo poner la pata dura, para decirlo en términos coloquiales.

Significa también resistir los embates sin convertirnos en contrapartes, ni el INE, y aquí sí, sin pretensión de nuevo de una represalia, ni el INE, ni el tribunal Electoral ni entiendo, la Fiscalía Especializada de Delitos Electorales, ni sus homólogos a nivel estatal, somos contraparte de nadie, lo demás me parece que son estrategias, no sé si legítimas, pero estrategias discursivas para ir construyendo una animadversión respecto a la actuación de los órganos electorales.

Y, sí, voy a terminar citando lo que ya probablemente han escuchado hasta el cansancio, me gusta mucho el fútbol, y me gusta mucho un texto de Eduardo Galeano sobre el fútbol y, particularmente ese capitulito sobre el árbitro, el libro se llama “Fútbol a sol y sombra”, por cierto. 

Y en un capítulo dedicado al árbitro Eduardo Galeano dice que los árbitros, por cierto, se mueren de ganas de patear el balón, pero no pueden. Y sí, pues a todo mundo le gustaría patear el balón, pero no podemos, ni debemos, ni podemos. Y no lo hacemos, por cierto. 

Pero lo que más me importa señalar con ustedes es que el árbitro, dice Galeano, está condenado a quedar mal con todos. Con quien gana, porque el que gana siempre va a decir que ganó a pesar del árbitro; y el que pierda siempre va a decir que perdió por culpa del árbitro. 

Esa es parte de la historia, y si alguno de ustedes no creía en ello pues bienvenidos a la realidad electoral estimadas y estimados funcionarios electorales. El punto es cómo conducimos el juego, y tenemos una responsabilidad histórica. 

Creo que no podemos quedar en manos de la responsabilidad de los otros actores políticos, porque entonces nosotros perdemos el control del mismo; y creo que a nosotros nos toca conducir este juego a buen puerto, y eso quiere decir, a pegándonos a los principios y a las disposiciones de ley. 

Sin mirar a quien, explicando nuestras decisiones. Porque no podemos tampoco dejar, no se trata tampoco de contraponerse, pero no podemos dejar el campo a quienes interpretan a su conveniencia, y es legítimo que así sea, las decisiones favorables o desfavorables que sean y que tomamos nosotros. 

Pero sin confrontarnos sí tenemos una responsabilidad que lamentablemente no es lo único en juego para que la democracia se recree, pero que sí es fundamental, y que es indispensable. 

De nuestra actuación depende que las elecciones salgan bien, no basta eso, pero es una condición necesaria. 

En fin, termino solamente diciéndoles esto, el agradecimiento por este espacio es muy pertinente por en los tiempos en los que estamos, y en los días que faltan para la Jornada Electoral pero, sobre todo, porque es un espacio pertinente para recordar, recordarnos que la democracia no nos cayó del cielo, la democracia no es obra de un hombre, de un partido, de una ideología, de una fuerza política, es una construcción colectiva en la que millones y millones de personas de distintas fuerzas y orientaciones políticas estuvieron involucradas y que hoy nos tiene en donde estamos, con un sistema electoral robusto, sin duda perfectible, pero ya hablaremos después de las elecciones de reforma electoral, no hoy. 

Que permite la recreación de la convivencia de una sociedad tan plural y diversa como la nuestra de manera pacífica, y en ese sentido, así como la construcción de la democracia ha sido una construcción colectiva, la defensa de la democracia es también, y debe ser una defensa colectiva. 

No somos los únicos responsables, pero sí de nosotros depende que los demás puedan cumplir su trabajo, que las y los ciudadanos decidan hacia dónde se orientará su voto en libertad. 

A nosotros nos toca poner la mesa, pero ese pequeño detalle, como lo decía Ortega y Gasset, ese mísero expediente técnico es el que depende toda la democracia, que es el expediente electoral. 

Compañeras, compañeros, vamos para delante, hagamos de esta elección una elección una vez más exitosa, en donde la diversidad política se recree en las urnas y el futuro de la democracia se consolide. 

Nos toca hacer mucho, vamos bien, hoy a corte de caja del proceso electoral es que vamos muy bien. Y el problema es el medio ambiente, cada quien será responsable de sus actuaciones, no podemos ser responsables de los demás, pero sí de lo de nosotros. Y eso, termino así, no es poca cosa.  

Muchísimas gracias a todas y todos. 

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