Versión estenográfica de la inauguración Conmemoración 30 aniversario IFE-INE

Escrito por: INE
Tema: 30 años del INE

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INAUGURACIÓN CONMEMORACIÓN 30 ANIVERSARIO IFE-INE, REALIZADA DE MANERA VIRTUAL

Presentadora: El Instituto Nacional Electoral les da la más cordial bienvenida al evento conmemorativo por el 30 aniversario del Instituto Nacional Electoral, el cual tendrá lugar a partir del día de hoy 7 de diciembre y hasta el día 10 de diciembre.

A lo largo de estos días, tendremos la oportunidad para reflexionar sobre el papel que ha desempeñado el Instituto Nacional Electoral, realizar un recorrido histórico, una panorámica actual y una visión de futuro del Instituto, a través de diversas mesas temáticas.

Para dar paso a la mesa inaugural de estas jornadas, contamos de la presencia del Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, quien en esta ocasión participa como moderador y a quien damos la bienvenida y el uso de la voz, Consejero Presidente.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias.

Muy buenos días tengan todas y todos ustedes, bienvenidos a esta mesa inaugural de una semana en la que reflexionaremos sobre distintos temas que han, y su evolución que integran el sistema electoral mexicano.

En esta ocasión nos reunimos para celebrar 30 años del nacimiento del Instituto Federal Electoral que ocurrió, como ustedes saben, producto de la reforma electoral de 1989-1990 y que el 11 de octubre de este último año, de 1990 inició sus actividades de manera ininterrumpida hasta el año 2014, cuando fue sustituido por el Instituto Nacional Electoral.

Estamos hablando de una larga evolución de 30 años de nuestros sistema electoral, que se ha articulado a lo largo de distinto objetivos, el primero de ellos, el ingenio, el fundacional, el conseguir elecciones ciertas, transparentes, con resultados creíbles que rompieran, digámoslo así, esa espiral de desconfianza que se había venido gestando a lo largo de los procesos electorales durante el Siglo XX, durante el régimen post revolucionario y que va encontrando su momento disruptivo más grave en las elecciones de 1988.

En un segundo momento, el Instituto Federal Electoral fue responsable de conducir los trabajos para generar equidad en las condiciones de la competencia, primero a partir de la administración y supervisión de un financiamiento público predominante para la financiación de la política y después la administración de un complejo sistema de tiempos del Estado que, a partir de la prohibición de la compra de publicidad en radio y televisión, implicó que el Instituto Nacional Electoral no solamente garantizara el acceso de los partidos políticos de manera equitativa a estos espacios de comunicación, sino también, vigilara el cumplimiento de ese nuevo modelo de comunicación política.

Y, finalmente, con el nacimiento del INE, esta evolución se ha centrado en la construcción de un sistema nacional electoral que tuvo y tiene el propósito de que las condiciones, la calidad técnica con la que se habían logrado organizar las elecciones federales, permeara en el ámbito local para generar un sistema electoral de carácter nacional homogéneo y estandarizado.

Son tres de las grandes estaciones que al IFE y al INE le han tocado conducir dentro del proceso más complejo y amplio, largo, de transición a la democracia en nuestro país, un proceso que ha abarcado décadas, al menos cuatro, dependiendo de los puntos de vista de las distintas interpretaciones y que nos ha permitido transitar de un régimen autoritario a un régimen en el cual el voto y las elecciones como mecanismo detonador de los procesos democráticos, fueran efectivamente libres y justos.

Hay mucho por hacer, sin lugar a dudas, este seminario también es de alguna manera un corte de caja para pensarnos hacia el futuro, pero, sobre todo, pretende ser un homenaje de las luchas que a lo largo, insisto, de décadas distintos actores políticos, distintos actores sociales desde la propia academia, los medios de comunicación empujaron para que se concretara el proceso de transición a la democracia, un proceso en vías, sin lugar a dudas, de consolidación y de perfeccionamiento, pero que ha provocado profundos cambios en los últimos 30 años. 

Pasamos de un país monocolor a un país en donde la pluralidad política cruza el espectro ideológico y político nacional, y se recrea elección tras elección.

Es un proceso que sobra de generación de mexicanas, de varias generaciones de mexicanas y mexicanos, que no puede atribuirse ni a un solo hombre ni a un solo partido, ni a una sola ideología, es un producto, una construcción colectiva que sin lugar a dudas, refrenda desde mi punto de vista, que la transición a la democracia debe, para poder comprenderse, analizarse desde una perspectiva evolutiva y no desde una perspectiva creacionista; es decir, como si hubiera nacido de la noche a la mañana por un solo proceso.

Para reflexionar sobre este proceso de cambio tenemos a seis distinguidísimas personalidades, amigos todos, respetados y reputados estudiosos de la vida política nacional y también, hay que decirlo, protagonistas de ese cambio que desde distintas trincheras empujaron y operaron para lograr avanzar, insisto, en esta transición a la democracia.

Los presentaré brevemente, se trata de personalidades todas ellas que no requieren una presentación, pero para cumplir la mínima formalidad conforme les dé la palabra, para que por 15 minutos nos hagan una presentación y presenten sus reflexiones sobre estos 30 años de evolución democrática que celebramos, insisto, en este 2020, en este difícil y terrible 2020, iré haciendo, iré presentando.

En primer lugar, quiero darle a la bienvenida y agradecer mucho su participación al doctor Enrique Krauze, un distinguido historiador a pesar de su formación como ingeniero original o a lo mejor por eso es buen historiador, ya lo dirá el propio Enrique.

Ha participado activamente, digámoslo así, en el ámbito, en el mundo de las letras no solamente dirigiendo programas culturales, como “Clío”, sino también a partir de la participación y fundación de distintas revistas como son: “Vuelta primero” y “Letras Libres”, después.

Enrique Krauze, además, de una gran cantidad de títulos de su autoría, es y lo menciono en esta ocasión y, por el contexto particular, autor también desde, en 1984, me corriges Enrique, “Por una democracia sin adjetivos”.

Es miembro también del Colegio Nacional y hasta aquí me paro, porque si no, si sigo con las presentaciones en extenso nos comemos fácilmente las dos horas y media que tenemos previstas para esta mesa.

Enrique, muchísimas gracias, te cedo el uso de la palabra.

Enrique Krauze: Muchas gracias. Estoy muy honrado, Presidente, de esta invitación y de compartir la mesa con estos viejos y admirados amigos míos, viejos no por edad, viejos porque tenemos mucho tiempo de estar cerca y a quienes he seguido y admirado por tanto tiempo.

Yo quiero, como historiador, proponer una cronología democrática, así la llamé, es importante que tengamos presente la verdad sobre la vida democrática mexicana, porque una de las tentaciones mayores de los gobiernos autoritarios es modificar la verdad no sólo la verdad presente sino modificar la historia.

Por lo tanto, propongo estos 20 puntos de la cronología democrática, empiezo por decir que los únicos héroes de la democracia mexicana son los votantes, decenas de millones de ciudadanos que desde hace décadas acuden a las urnas en un país que sólo había tenido 15 meses de experiencia democrática en el siglo XX: los 15 meses del Presidente Madero.

Además, la democracia mexicana tuvo defensores a todo lo largo del siglo XX, alguien la soñó, alguien la formuló, alguien lucho por ella y murió por ella, y muchos construyeron sus instituciones y trabajaron por sus libertades, un día se escribirá la historia de todos ellos.

Mientras tanto, como he dicho, a manera de hipótesis para historiadores, el testimonio para las generaciones jóvenes creo que vale la pena recordar una serie no exhaustiva y seguramente incompleta de hechos que favorecieron nuestro arduo, difícil, progreso democrático.

1. La democracia mexicana actual tuvo tres antecedentes históricos: Madero, Vasconcelos y el PAN.

Las corrientes propiamente democráticas en la izquierda, de aquel tiempo, aunque existieron, fueron minoritarias, una excepción notable y olvidada fue Narciso Bassols.

2. Un solitario intelectual cargó por un cuarto de siglo la bandera de la libertad política: Daniel Cosío Villegas. Su crítica tuvo tres aspectos: acotar el poder del Presidente, limitar el poder del PRI, hacer pública la vida pública.

3. Con algunas excepciones como el libro de Pablo González Casanova, “La democracia en México”, la izquierda académica e intelectual después del triunfo de la Revolución Cubana no tuvo, por algunos años, interés en la democracia, sino en la revolución.

4. El Movimiento Estudiantil fue libertario más que democrático, pero su sacrificio alertó sobre la necesidad de la democracia en México, sus líderes lamentablemente han sido olvidados.

5. Heberto Castillo vislumbró en 1971 la necesidad de un partido de izquierda democrático y mexicano, fue uno de sus inmensos méritos.

6. En 1976, Julio Scherer fundó Proceso, un espacio irreductible de libertad y de crítica que ha servido a la democracia.

7. En 1978, por iniciativa de don Jesús Reyes Heroles, se llevó a cabo una reforma política que fue un avance democrático, abrió la izquierda y en particular, al Partido Comunista, proscrito hasta entonces al parlamento.

8. En 1984, la revista Vuelta propuso la democracia como salida para México.

Quiero que se me permita recordar que ese mismo año, contra viento y marea, Gabriel Said propuso la salida democrática para Nicaragua y Octavio Paz lo secundó en la feria de Frankfurt. Quemaron su efigia. 

No obstante, las polémicas de la época, en particular las de Nexos con Vuelta, enriquecieron el debate en México y en esa medida sirvieron a la democracia.

9. El terremoto de 1985 marcó el despertar de la sociedad civil. Carlos Monsiváis fue su cronista.

10. Los ciudadanos del norte del país y el PAN revivieron el ideal democrático y Chihuahua en 1986.

Una carta de los intelectuales pidiendo la anulación de las elecciones en ese estado, por el fraude cometido, dio la vuelta al mundo y puso la alerta sobre la necesidad de que en México debía transitar a una democracia. 

11. Un sector del PRI entendió entonces y adoptó la necesidad del cambio democrático, me refiero a la corriente crítica que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros. 

12. Los movimientos estudiantiles universitarios en los que participó José Woldenberg, señaladamente, pero tantos otros, y también movimientos sindicales, sin proponerse propiamente una reforma electoral, contribuyeron a minar el poder del sistema e hicieron consciencia democrática y consciencia además de dar a la democracia, un alto intenso contenido social.

13. Cuauhtémoc Cárdenas, sin haber sido Presidente, llevó a cabo en 1988 y 89, una hazaña que lo coloca en la historia a nivel de su padre, víctima de un fraude optó por hacer lo que ni siquiera don Lázaro había podido lograr, la unificación de la izquierda en un partido. Ese partido sufrió persecuciones del régimen de Salinas de Gortari. 

14. A lo largo de los 80 y principio de los 90, la prensa conquistó márgenes de libertad, me quiero referir al periódico La Jornada, al periódico Reforma, Universal, Milenio. Hubo otros. 

También la radio cumplió su parte, en especial Radio Red dirigida en aquel entonces por José Gutiérrez Vivo.

15. El doctor Salvador Nava, viejo luchador, cívico y democrático, encabezó la resistencia cívica en San Luis Potosí, cuna de la libertad en México. 

De verdad puede decirse que Nava vivió y murió por la libertad. 

16. El IFE fundado hace 30 años, adquiere años después con Ernesto Zedillo, un carácter plenamente ciudadano y autónomo, que hizo posible la transición democrática. 

No debemos, sin embargo, y por eso estamos conmemorando estos 30 años, restar importancia a su fundación, una demanda democrática que tenía para entonces muchas décadas.

17. La prensa conquistó márgenes de libertad, ya lo dije.

18. José Woldenberg, preside el IFE, la historia la reconoce ya y le reconocerá también siempre su patriótica gestión, la suya y la de los consejeros que lo acompañaron.

19. Las elecciones de 1997, el PRI pierde la mayoría en la Cámara de Diputados y el Gobierno de la Ciudad de México.

Siguiente, las elecciones de 2000, ocurre la alternancia del poder. Y finalmente, a partir de entonces, los ciudadanos han luchado por preservar la libertad política y los votantes han acudido a las urnas puntual, ordenada y pacíficamente.

Este recuento, este breve personal cronología de la democracia, lo que ha querido mostrar es que la democracia es un proceso que comenzó hace mucho tiempo en México, que fue interrumpida en 2013 en el gobierno de Madero, pero que en esos, a lo largo del Siglo XX en esos largos diseños, no se dejó de luchar por ello, no obstante fue a partir del movimiento estudiantil de 68, cuando ese grito de liberad aceleró el reclamo de libertad y de democracia; es evidente, la democracia mexicana tiene una larga data, es una larga lucha.

2018 no fue sino un capítulo que confirmó a la democracia, un capítulo que nació de la democracia y ese capítulo tendrá, esperemos, nuevos capítulos en el futuro.

Quiero terminar con una frase de Octavio Paz que ha sido para mí una guía siempre y que tengo como una especie de epígrafe día a día, “para ver a la realidad nacional, la pasada, la presente y sobre todo la futura, no debemos olvidarlo, la libertad sin democracia es una quimera, la democracia sin libertad es tiranía”.

Muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, Enrique por estas reflexiones.

Doy ahora el uso de la palabra a uno de los personajes que hoy nos acompaña, por supuesto, pero además invocados, señalados en la intervención del doctor Enrique Krauze, que es el doctor José Woldenberg.

José Woldenberg fue además de un militante de izquierda de mucho tiempo, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en donde actualmente sigue realizando su labor docente.

José Woldenberg fue, José Woldenberg, Pepe para los amigos, fue consejero, fue parte del primer Consejo del Instituto Federal Electoral en 1994, adquirió el carácter o el epíteto de ciudadano, de consejo ciudadano.

Fue, justamente, consejero ciudadano para después, luego de la Reforma de 1996, se designado el primer Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral, ya como una entidad plenamente autónoma.

José Woldenberg también fue director de la revista Nexos, recientemente acaba de ser galardonado hace apenas un par de semanas con el premio Universal Nacional de Docencia en Ciencias Sociales de nuestra máxima casa de estudios, y es autor de un sinnúmero de publicaciones, cito solamente, bueno, la última que es autoría solo de José Woldenberg, acaba de publicarse un libro junto con Ricardo Becerra, pero En defensa de la democracia, de 2019.

Un honor, José, que puedas acompañarnos en esta celebración de estos 30 años.

Te cedo el uso de la palabra, por favor.

José Woldenberg: Muchas gracias.

Muy buenos días a todos.

Agradecerle al Instituto Nacional Electoral, en especial a su Presidente el doctor Lorenzo Córdova la invitación.

Y de verás que me da muchísimo gusto compartir esta mesa con viejos conocidos y amigos. Me da mucho gusto estar aquí con Rosa Albina Garavito, con Beatriz Paredes, con Jacqueline Peschard, por supuesto con Jaime Cárdenas y con Enrique Krauze, y muchas gracias por tus palabras, Enrique, pero siempre he sostenido, y creo que tú también lo has dicho, lo que se construyó en México es la labor de muchísimas personas, de partidos, de instituciones y, por supuesto, los ciudadanos.

Permítanme iniciar esta intervención con unas notas que escribí hace dos años mientras transcurría el Proceso Electoral del 2018, y luego leeré unas notas que escribí especialmente para esta mesa.

Aquel texto decía lo siguiente, y perdón por citarme, sé que es de muy mal gusto.

Hace 30 años, México se encontraba como ahora en un peliagudo interesante proceso electoral; hoy, en retrospectivo, podemos evaluar mejor su significado, fue la muestra elocuente de que un país como el nuestro, masivo, complejo, contradictorio, desigual, no cabía ni quería hacerlo bajo el manto de un solo partido político que su diversidad social e ideológica buscaba y forjaba opciones diferentes, y que el tiempo del mono partidismo fáctico tocaba retirada.

Pero también fue claro que ni las normas, ni las instituciones, ni los operadores estaban capacitados para procesar los resultados electorales con limpieza y transparencia.

En las condiciones de la competencia eran abismalmente asimétricas, lo cual abrió una profunda crisis de legitimidad que fue necesario atender para intentar revertir la desconfianza en el procedimiento comicial.

Mucha agua ha corrido bajo el puente, pero recordar las circunstancias en las que esas elecciones se desarrollaron no parece un ejercicio vano, sobre todo, porque la amnesia es una enfermedad colectiva, contagiosa y simpática que nada bueno produce.

En aquellos tiempos las elecciones eran organizadas por la Comisión Federal Electoral, presidida por el Secretario de Gobernación. 

En la mesa de la CFE también se sentaba un diputado y un senador, por supuesto, entonces, del PRI y representantes de todos los partidos solamente el número de representantes de cada uno dependía de la votación que había logrado en la elección anterior.

Para ese año, estamos hablando del 88, el PRI tenía 16 mientras el conjunto de los partidos opositores sólo llegaba a 12. De tal suerte que, si con los 12 en una posibilidad remota hubiesen votado también el Secretario de Gobernación, el diputado y el senador, de todas formas, el PRI seguía teniendo mayoría, 16 contra 15; un organizador y árbitro en el que uno de los competidores tenía de partida la posibilidad de resolver.

Al presidente y secretario de las comisiones locales y los comités distritales electorales los nombraba el Secretario de la Gobernación y la representación de los partidos era igual que en la Comisión Federal Electoral.

Además, el presidente del comité estatal tenía facultades para designar al presidente y secretario de las mesas directivas de casilla. 

Por ello, cuando se afirmaba que la organización electoral se elegía desde Gobernación no se estaba exagerando.

El Padrón Electoral se reconoció con posterioridad, tenía inconsistencias del alrededor de 50 por ciento y, por supuesto, no existía nada parecido a la credencial con fotografía, ni los partidos contaban con una copia de las listas nominales de electores.

El financiamiento público para las campañas era escuálido y los noticiarios de radio y televisión hacían una cobertura de las mismas más que facciosa.

En un trabajo pionero, Talo Arredondo Ramírez, profesor de la Universidad de Guadalajara midió el tiempo de pantalla que los dos principales noticiarios de televisión: “24 horas” y “Día a día”, habían dedicado a las distintas campañas.

Escuchen por favor los porcentajes: 83.14 por ciento para el PRI, 3.15 al PAN, 1.95 al PMS, 1.62 al FDN, al Frente Democrático Nacional, 0.43 al PDM y 0.36 al PRT, otras noticias electorales tenían el 9.34 por ciento de…

Se había creado en 1986 el primer Tribunal de lo Contencioso Electoral, pero las elecciones eran calificadas por los colegios electorales, es decir, los diputados y senadores calificaban su propia elección y la Cámara de Diputados convertida en Colegio Electoral la del Presidente.

Elegían sólo 2 senadores por entidad, de tal suerte, que si bien el PRI solamente obtuvo de manera oficial el 50 por ciento de la votación alcanzó 60 de los 64 senadores, es decir, el 94 por ciento de la representación. 

No hubo debate alguno entre los candidatos, no se encontraban tipificados en el Código Penal los delitos electorales y por supuesto, no existía nada parecido a la Fiscalía de hoy.

Los partidos, a pesar de recibir financiamiento público, no tenían obligación alguna de reportar sus ingresos y gastos, no existía la posibilidad de votar desde el extranjero, los partidos cubrían un porcentaje bajo de casillas y, por supuesto, no había algo similar, algo, perdón, si quiera parecido a lo que hoy ofrece el Programa de Resultados Electorales Preliminares.

Véase estas notas de hace dos años como una especie de ejercicio de memoria.

Ahora, uno, son ocho notas. En México se ha construido un consenso sólido en materia política, la única vía legal y legítima para arribar a los cargos de representación y gobierno es la comicial, los partidos, gobiernos, corrientes académicas, medios de comunicación, asociaciones civiles, coinciden en ese estratégico punto, que aunque parezca mentira es una edificación relativamente reciente, porque los códigos revolucionarios del pasado, tanto los del oficialismo de antaño como desde cierta izquierda, nunca lo asumieron como un compromiso profundo. Hoy eso ya no es así.

2. Por ello, es necesario contar con una autoridad en la materia capaz de ofrecer garantías de imparcialidad a todos, y por todos entiendo partidos, gobierno, ciudadanos, medios de comunicación, agrupaciones civiles, etcétera. Esa es la misión del INE y sus resultados están a la vista.

Las elecciones mexicanas han sido capaces de expresar las oscilaciones en los humores públicos de la población y ello ha permitido alternancias en los gobiernos de una manera institucional y pacífica. Se escribe fácil, pero fue una construcción con ciertos grados de dificultad a la que concurrieron las distintas fuerzas políticas del país y, por supuesto, el cuerpo de funcionarios públicos que laboran y laboraron en el IFE-INE.

3. Vale la pena recordar que el IFE nació para atender una necesidad apremiante, la crisis postelectoral de 1988 que mostró, para quien quisiera verlo: uno, que la diversidad política del país había desbordado los estrechos marcos de un sistema de partido hegemónico y que la sociedad mexicana diversa, plural y contradictora, no cabía ni quería hacerlo bajo el mando de una sola organización partidista. 

Y dos, reitero lo que ya dije, que ni las normas, ni las instituciones, ni los funcionarios estaban capacitados para procesar de manera limpia y transparente los resultados electorales.

Esas dos realidades, del tamaño de una catedral, empujaron a construir una nueva institucionalidad electoral que fuera capaz de inyectarle credibilidad y, con ello, legitimidad a nuestros procesos electorales.

4. El IFE-INE se convirtió en un Instituto central de nuestra vida política, ha permitido que el expediente electoral sea lo que los libros de texto dicen que debe ser fórmula para la convivencia y competencia de la diversidad política, y para inyectarles legitimidad a gobiernos y congresos. Y para ello es necesario subrayar algunas de las características básicas que hacen que el Instituto cumpla con su misión. 

5. Autonomía. 

Los partidos son maquinarias muy poderosas, con recursos humanos, financieros y materiales, nada despreciables, y así debe ser; pero de manera inercial creen que sus intereses particulares son en automático los intereses generales.

Por ello es necesaria una autoridad capaz de organizar, de manera independiente los comicios y no alineada a ninguno de los competidores. 

Esa capacidad para autogobernarse y para definir por sí misma la ruta de la institución y del proceso electoral, por supuesto apegado a la ley, es un requisito para que el INE siga cumpliendo con su encomienda. 

No creo exagerar si digo que la presente administración no valora esa autonomía y que desearía alinear, no solo al INE, sino al resto de los órganos de Estado autónomos a la voluntad presidencial.

Pero si eso llegara a suceder, perderíamos todos, ciudadanos, partidos y hasta el propio gobierno, porque el ancla de la credibilidad en el expediente electoral se habría vulnerado. 

6. La columna vertebral del Instituto la constituye un servicio profesional electoral, se trata de una de las edificaciones más importantes que hacen del INE una institución singular. 

Se trata de funcionarios que ingresan por concurso de oposición, que son evaluados regularmente, que tienen derecho a la promoción y a mantener su trabajo si cumplen con sus labores de manera eficiente e imparcial. 

Un diseño que hace que la lealtad de los funcionarios del INE se encuentre depositada en el Instituto, a cambio de que el Instituto permita su desarrollo. 

Estamos muy lejos de aquellos funcionarios de temporal, que eran habilitados para una elección y que su incertidumbre laboral los conducía a buscar alguna colocación después de los comicios. 

7. Financiamiento. 

De manera inercial se denuncia, lo pondría aquí entrecomillas, “el muy elevado presupuesto de la institución”, y en efecto lo es. 

Lo que no se comprende es el alcance de las tareas que tiene encomendado el INE y el costo de los candados que inyectan confianza a nuestros procesos electorales. 

Intentaré ilustrar con tres ejemplos. 

El IN tiene la misión de integrar el Padrón Electoral, esa tarea no la realiza la mayoría de las autoridades electorales en el mundo y ese estratégico programa requiere de un tercio del presupuesto del INE, pero vale la pena preguntarnos si realmente se trata de un gasto exclusivamente electoral, dado que la credencial de elector se ha convertido, de facto, en la cédula de identidad ciudadana. 

Y permítanme otros dos ejemplos:

Para robustecer la confianza en las elecciones, quienes reciben y cuentan los votos de los ciudadanos son vecinos que resultan de un sorteo y de una breve capacitación. Esa operación que moviliza a millones de ciudadanos entre capacitadores y capacitados, cuesta y cuesta mucho, pero otorga una transparencia que no se lograría obtener de ningún otro modo.

O piensen ustedes en las listas de electores con fotografía que se les entregan a todos los partidos para que sus representantes en las casillas puedan checar no solo el nombre, sino también el rostro de los votantes, no me extiendo con más ejemplos, son apenas tres apuntes que intentan por lo menos matizar la idea de que el presupuesto del INE es excesivo.

Y termino con una octava nota, las elecciones son la cúspide de un iceberg civilizatorio, la fórmula que la humanidad se ahorrado para que su diversidad política e ideológica pueda convivir y competir de manera institucional, participativa y pacífica, se escribe fácil y rápido, pero es necesario insistir que esa fórmula para muchos insípida permite la coexistencia de la pluralidad de intereses, visiones, sensibilidades que participan en la sociedad y sin la cual ese entramado de contradicciones al que por economía del lenguaje hemos llamado sociedad, quizá resolvería sus disputas y diferencias por el añejo y costoso método de la violencia.

Muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, José por tus reflexiones.

Le doy ahora la palabra junto con Jaime, por cierto, a quienes nos acompañan, compañera de viaje de José, en la gestión del primer IFE, autónomo de 1996 a 2003, a la doctora Jacqueline Peschard, ella es socióloga y doctora en ciencias sociales, fue como ya anticipaba consejera electoral del IFE en 1996 a 2003, y además después se integró al Instituto, entonces Federal de Accesos a la Información Pública, al IFAI del que fue comisionada presidenta.

Jacqueline también fue Presidenta, la primera presidenta hay que decirlo del Consejo Ciudadano del Sistema Nacional Anticorrupción en 2017 y actualmente es profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

También como todos los participantes en este panel, es autora de múltiples publicaciones, una de las últimas transparencias, promesas y desafíos.

Jacqueline, muchas gracias, te cedo la palabra.

Jacqueline Peschard: Muchas gracias, Lorenzo, encantada de estar aquí en esta mesa inaugural que conmemora los 30 años del IFE hoy INE, y bueno estoy muy complacida de compartir esta mesa con Beatriz Paredes, con Rosa Albina Garavito, con Enrique Krauze con muy querido Pepe Woldenberg y Jaime Cárdenas.

Muchas gracias, de verdad, Lorenzo.

Bueno, creo que después de estas presentaciones del trayecto, del cambio político en nuestro país y de lo central que ha ido en ese proceso de cambio político, nuestra institución, la que estamos hoy conmemorando los 30 años, bueno pues hay realmente muchísimo sobre lo cual tenemos que reflexionar porque el INE sin duda alguna condensa lo que se denominó el reclamo democrático de nuestra transición.

Es la institución insigne de lo que fue la demanda de la sociedad mexicana, y cuando digo sociedad mexicana no estoy exagerando, fueron movimientos, partidos políticos, organizaciones feministas, a veces se nos olvida cómo organizaciones feministas en los años 70 tuvieron el tema de la democratización, de la transición a la democracia como parte de sus grandes banderas, la idea era tener una institución capaz de organizar elecciones que fueran confiables a los ojos de los ciudadanos y también de las fuerzas políticas, la desconfianza, la ilegitimidad, y también en los últimos años 60 y 70 lo que se vio fue el conflicto electoral asociado a esa pulsión hacia el imperativo de atender el reclamo democrático.

El IFE fue producto de momentos de grandes acuerdos políticos entre el gobierno, su partido y los partidos de oposición, y esto es algo muy importante, es decir, lo que hubo fue un acuerdo político para lograr esa transición que reclamaban distintos grupos organizados en el país.

Y esta organización de elecciones debería de quedar en manos de una institución que tuviera las características de ser una organización imparcial, con independencia de los intereses del gobierno y de las fuerzas políticas y que garantizara elecciones que cumplieran solamente con los estándares internacionales de ser libre, justas, equitativas y competidas, parece poco pero realmente era un gran reclamo.

El IFE-INE ha dado muestras de que tiene capacidades técnicas e institucionales para garantizar elecciones federales primero, y luego, desde (Falla de Transmisión) sobre el Padrón Electoral…

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Jacqueline, perdón que te interrumpa, creo que tenemos un problema de transmisión, tal vez si apagas el video para poder escucharte.

Jacqueline Peschard: (Falla de Transmisión) y sobre la existencia… ¿perdón?

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Jacqueline, tenemos un problema de conexión, tal vez si apagas el video para poder privilegiar el audio.

¿Nos escuchas, Jacqueline?

Creo que tenemos un problema de conexión.

Jacqueline Peschard: No sé qué hacer, Lorenzo.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Ah ya, ya te escuchamos.

Adelante, tal vez sin el video, Jacqueline, creo que ya, para que se privilegie el audio.

Si apagas, bueno, ya te vemos Jacqueline, tal vez, adelante, y perdóname, tuve un problema de conexión.

No sé si nos escuchas tú bien.

Jacqueline Peschard: No sé qué hacer, perdón.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: A ver, ahora, Jacqueline, te escuchamos.

Jacqueline Peschard: Perdón, a ver.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Sí, perfecto, ahí te escuchamos.

Jacqueline Peschard: Bueno, una de las cuestiones que hoy en día parece resuelto es el que podamos tener resultados electorales la misma noche de la elección (Falla de Transmisión) federales y vigila desde la perspectiva nacional tanto la elaboración y actualización del padrón electoral, la fiscalización de los recursos de los partidos y el acceso de éstos y candidatos a medios de comunicación electrónica a partir de parámetros equitativos.

(Falla de Transmisión) … las organizaciones en el país gracias a esas capacidades de coordinación institucional.

Creo que, quiero detenerme en tres grandes cualidades centrales del INE: la autonomía, que es el pilar esencial de la confianza en el árbitro de las contiendas electorales que asegura que el INE no está sujeto a intereses o cálculos de gobierno o partido político alguno y que es el pilar de la competencia en las urnas, prueba de ello son las alternancias en el ejecutivo federal, tres de las cuatro elecciones presidenciales han tenido alternancia en los últimos años y en los últimos cinco años el 60 por ciento de las renovaciones en cargos de elección popular han sido alternancias: la alternancia es la prueba indiscutible de la competitividad electoral.

La segunda gran característica del INE es el profesionalismo que se expresa, precisamente, en el Servicio Profesional Electoral del personal del INE. Ese personal que no aparece en los grandes escenarios, pero que está ahí trabajando y es el sostén de la imparcialidad del Instituto.

Y, un tercer elemento que hoy creo que es la transparencia del INE, que siempre estuvo ahí como una vocación central de la institución desde que nació como INE vigilado no sólo por las fuerzas políticas sino por los ciudadanos y ese ámbito de transparencia ha sido realmente un elemento aleccionador para nuestros distintos procesos políticos.

Quiero entrar ahora a los desafíos del INE hoy: Tiene que seguir trabajando con una sobre regulación que hace que tenga una carga excesiva de funciones y responsabilidades que van mucho más allá de las funciones centrales como organismo administrativo de las elecciones.

Tiene que fiscalizar a los partidos, es decir, a los propios integrantes que participan en su Consejo General, coordinar las tareas de educación cívica, organizar elecciones internas de los partidos, supervisar y coordinar a los organismos públicos locales nombrando a sus consejeros, es decir, tiene una serie de tareas adicionales que se le han venido otorgando a lo largo de los últimos años.

En el contexto actual, uno de los problemas centrales que enfrenta es la declarada desconfianza del Presidente López Obrador hacia el INE y también hacía otros organismos constitucionales autónomos porque no están bajo la línea de mando directa de la Presidencia, que es lo que hoy exige el Presidente López Obrador.

La desconfianza del Presidente creo que es algo que gravita negativamente alrededor del INE y se expresa tanto en el discurso sobre la definición de los organismos constitucionales autónomos, que dice el Presidente son obras de gobiernos neoliberales creados solos para entregar salarios elevados a sus directivos y, en los recortes también presupuestales de los últimos dos años que sistemáticamente han afectado el INE y sobre todo en este año que se le acaban de recortar cerca de 900 millones, cuando el INE enfrenta la elección más grande de la historia contemporánea.

El INE está hoy también ante la irresponsabilidad de actores políticos que siguen persiguiendo sus intereses y cálculos propios, afectando los niveles de credibilidad de la autoridad electoral.

Además, en el contexto de la pandemia y las mayores elecciones de la historia contemporánea, el INE enfrenta el desafío de cómo evitar que el conflicto se coloque en el centro de esta contienda política, además del recorte de los 900 millones de pesos tiene que desplegar medidas de protección para la actividad de capacitación de los ciudadanos que serán funcionarios de casilla y que requiere de trabajo de campo, este trabajo de campo se va a realizar, en buena medida, cuando todavía estamos, no sabemos si en el pico, pero en todo caso estaremos todavía dentro de la activación muy fuerte del COVID-19.

Esto implica necesariamente mayor gasto y con menos recursos, pero también implica una prueba para esta profesionalización del INE.

Además, tiene que organizar una consulta popular el 1° de agosto del 2021, sin recursos asignados para ello.

Hay que hacer posible, por primera vez, la reelección consecutiva de los diputados federales y sin que exista una legislación secundaria respecto de aquella reforma del 2014 que permitió la reelección consecutiva, y hoy la Cámara de Diputados ha pasado por encima de las facultades regulatorias del INE, dictando ellos reglas de reelección y entrando en un posible conflicto con el Instituto Nacional Electoral.

El mayor reto creo que es lograr que el Presidente de la República se ciña a las reglas de no difundir publicidad oficial durante las campañas políticas, y creo que las conferencias de prensa Mañaneras son un mecanismo, sin duda, entre otras cosas, de promoción de las acciones del gobierno.

Uno de los grandes desafíos, y aquí termino, que enfrenta la autoridad electoral es que si bien se han logrado implantar rutinas institucionales que permiten la realización de elecciones que cumplen todos los requisitos elecciones, de estándares internacionales, es que sea capaz de desarrollar permanentemente una autocrítica, porque cuando él no es parte de una organización, es con frecuencia que se desarrolle una ceguera de taller y se piensa que los procesos ya probados en elecciones anteriores es que no necesitan de ningún tipo de revisión.

Creo que una de las cuestiones importantes es no desaprovechar las capacidades instaladas, pero ser capaz de no quedarse en la comodidad de las rutinas institucionales, sino, siempre estar en una acción proactiva para fortalecer la confianza de los ciudadanos en el Instituto Nacional Electoral.

En los últimos meses, creo que el INE ha sido capaz de desplegar esas medidas proactivas para impulsar derechos políticos de las mujeres, protegerlas frente a la violencia política. Ese acuerdo de 3 de 3 en materia electoral ha sido muy importante para que los candidatos en las Elecciones del 2021 puedan realmente comprometerse en que no tienen ningún tipo de antecedente de violencia en contra de las mujeres, el acuerdo sobre paridad en las candidaturas a las 15 gubernaturas, y más recientemente, aunque no he acabado de discutirse, el acuerdo sobre la manera de evitar la sobrerrepresentación en el Congreso, que salvo en lo que está trabajando el INE ahora, y habla de esta posibilidad de seguir revisando sus propios procedimientos y no quedarse en la comodidad de las rutinas.

Estas son pruebas de que el INE no está atado a las inercias institucionales, sino que tiene la capacidad de revisar y desarrollar mecanismos para mejorar sus tareas y renovar la confianza de los ciudadanos en el árbitro y la autoridad electoral.

Creo que uno de los grandes activos del INE es que, efectivamente, los ciudadanos están muy pendientes de la autoridad electoral, justamente, porque si bien es una autoridad administrativa también es una autoridad eminentemente política.

Muchas gracias, Lorenzo.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Al contrario, Jaqueline, muchas gracias a ti por tus reflexiones y por marcar la pauta de los desafíos actuales y por venir de los que depende, sin lugar a dudas, la renovación, no diría reinvención del Instituto Nacional Electoral como este garante de la certeza y transparencia en las elecciones.

Le doy ahora el uso de la palabra a Rosa Albina Garavito.

Rosalina es profesora, investigadora del Departamento de Economía de la UAM, Unidad Azcapotzalco, activista política, persona dedicada a la política, fue fundadora del Partido de la Revolución Democrática, partido por el que fue diputada y senadora también.

Es directora fundadora, vale la pena subrayarlo, de la prestigiada revista de la UAM, “El Cotidiano”, además de directora y fundadora de otra revista “Coyuntura” del Instituto de Estudios de la Revolución Democrática de cuyo instituto fue también directora.

Rosa Albina fue Premio Nacional de Periodismo y entre los muchos textos de Rosa Albina valdría la pena citar, una muy interesante reconstrucción, una memoria del Partido de la Revolución Democrática, “Apuntes para el camino, memorias sobre el PRD”.

Rosa Albina, muchísimas gracias por acompañarnos.

Te cedo el uso de la palabra, por favor.

Rosa Albina Garavito: Titule el textito que me voy a permitir leer, “La Conquista Ciudadana del IFE-INE y los retos democráticos del país”.

Me es muy grato celebrar no sólo conmemorar con ustedes, los 30 años del Instituto Autónomo responsable de organizar las elecciones en nuestro país.

Agradezco la invitación y saludo a las y los participantes en esta mesa, me da mucho gusto ver los rostros de amigos y de amigas.

De manera especial, pues, envío un saludo al ingeniero Cárdenas, lamentó mucho que no esté participando en este evento, con quien tuve el gusto junto con muchos y muchas más, de estar codo con codo y día a día durante los primeros siete años de la vida del PRD, luchando con la fuerza de la convicción y sin titubeos por el reconocimiento del voto ciudadano.

Fueron los años en que el PRD se significó como un partido de oposición real y no funcional al sistema.

Hoy los votos cuentan y se cuentan, pero, entonces, ello era apenas el reclamo de una sociedad mexicana harta del inveterado régimen de partido de estado.

Para lograr hacer realidad, para lograr hacer realidad, perdón, esa demanda, el liderazgo del ingeniero Cárdenas fue uno de los elementos fundamentales.

Fue ésa una lucha difícil, ardua, los cientos de asesinatos, de militantes perredistas en esos año, son una lamentable prueba documental de mis dichos, para el régimen dominante, esa lucha pacífica y legal adquiría tintes subversivos y los restantes partidos no eran consecuentes con los principios democráticos, por desgracia, no si pensamos que para el PAN, estoy hablando del PAN posterior a 1988, la fuente de legitimidad de un gobernante podía residir en sus acciones de gobierno y no necesariamente en su triunfo legal, es decir, no necesariamente como fruto de la voluntad popular y gracias a esa tesis panista es que no se consideró necesario limpiar la elección de 1988 y que Salinas de Gortari pudo asumir el poder.

Mucho retrasó el logro de la certidumbre y la equidad electoral que hoy vivimos en no haber contado con una derecha democrática.

La corriente dominante en el Partido Acción Nacional prefirió los acuerdos tras bambalinas para avanzar electoralmente, antes que ceñirse al principio de que todos los votos cuentan y sin duda, también retrasó ese avance el partido que detentó el poder por 70 años, como un partido de estado, semejante al de la URSS solo que en ese caso el PCUS si estaba reconocido como tal en la Constitución, el PRI en México, sin ese respaldo constitucional, pero con la misma fuerza del Estado.

Por fortuna, como todas las historias importantes, la del IFE empezó desde abajo y desde mucho atrás, sin el surgimiento de un nuevo sujeto social, el ciudadano a lo largo y ancho del país y sin distingo sociales o económicos, el IFE no habría sido posible, esta tesis mía del surgimiento de un nuevo sujeto social, el ciudadano no niega las luchas que se dieron previamente, pero de manera aislada, en el 88, lo que tenemos es la presencia a nivel nacional.

Este nuevo sujeto social se asomó a las urnas del 6 de julio de 1988, le hicieron un fraude, pero transformado el movimiento democrático nos dejó hasta lograr sus objetivos, a despecho de los partidos que en las reformas electorales que entonces iniciaron, seguían el principio del gato pardo, que todo cambia para que todo quede igual.

Finalmente, los objetivos del movimiento democrático que, encabezado por el PRD de entonces, cristalizaron en la reforma electoral de 1996 con la ciudadanización plena del órgano electoral y las manos fuera, tanto del gobierno, como de los partidos, así que, aunque el IFE nació en 1990, la esencia autónoma y ciudadana como hoy lo conocemos data de 1996.

Subrayo el parteaguas de esta reforma y subrayo también la fecha, dos años después de que en la selva lacandona surgiera el EZLN, estoy convencida de que el Presidente Zedillo no habría cedido a los reclamos del PRD y del Movimiento Democrático sin la presión que significaba la existencia del Movimiento Zapatista.

Garantizar la gobernabilidad en medio de las secuelas de la crisis económica de diciembre de 1994 era más sencillo con una izquierda dividida, entre la institucionalidad del PRD y la radicalidad del Zapatista; y así sucedió, engolosinado con el nuevo marco jurídico electoral y con el flamante reconocimiento de sus triunfos electorales, el PRD se olvidó de la autonomía de los pueblos indígenas, triste paradoja; mientras los zapatistas levantaban su bandera de autonomía para los pueblos indígenas, ésta se reconocía, sin tapujos, para el órgano responsable de los procesos electorales.

Hoy la demanda indígena sigue sin cumplirse, y la autonomía del IFE y de todos los órganos autónomos del Estado se ve acosada, desde la Presidencia de la República, en el afán de centralizar el poder sin contrapesos.

La lección político e histórica que dejan estos hechos es clara, la vida nacional no se reduce al ámbito electoral, por el contrario, es la política quien la nutre y quien define los rumbos que el país toma; y seguramente la amenaza a los avances democráticos que hoy se vive es resultado de haber restringido la lucha democrática a la esfera electoral, cuando las reglas que otorgan certidumbre a las elecciones solo son un medio para garantizar la reproducción del poder establecido, pero no la garantía de que este poder transforme el régimen político y profundice la vida democrática del país.

Y aunque no es responsabilidad del INE celebrar su cumpleaños 30 en un ambiente hostil, muy conveniente sería que convocara a una profunda reflexión y debate sobre el momento político que vivimos. La obligación legal de ser neutral en las contiendas electorales no lo exime de enfrentar el desafío a la vida democrática del país, que significa el intento de regatear desde la Presidencia de la República esta conquista ciudadana.

Pero es necesario recordar que colocarse a la altura de estos desafíos políticos implica hacer acopio de autoridad moral; por desgracia hay unos de esa autoridad se encuentran todos los partidos, también el que gobierna, pues desde tiempo atrás han hecho de la política una mercancía; echan mano de la corrupción para acceder al poder y desde el poder amplían esa corrupción desnaturalizando así la obligación constitucional de promover la vida democrática del país.

Tarea del INE es fiscalizar el uso y origen de los recursos del financiamiento partidario y las campañas, y aunque los avances en la materia han sido extraordinarios, también es cierto que la astucia de los partidos para seguir burlando la ley es notable; además, mientras los partidos y los procesos electorales se mantengan en los altos niveles de costo que ahora tienen, más lejanas se sentirá la ciudadanía de la vía partidaria para ejercer sus derechos.

Pienso que, además de la corrupción, de los altos niveles a los que llegó la corrupción, mucho del liderazgo unipersonal del Presidente López Obrador tiene su origen en la mercantilización y, en consecuencia, en la degradación de la política en que los partidos cayeron.

Por desgracia, sabemos que ese tipo de liderazgo va de la mano del detrimento en la construcción de ciudadanía por el fortalecimiento de prácticas clientelares.

También va de la mano de la reconstrucción del viejo presidencialismo autoritario, y por si estos retos fueran pocos es necesario, además recordar, que la crisis de los sistemas de partidos no es privativa de México, su obsolescencia se hace patente a nivel mundial.

Una discusión documentada sobre este tema podría abonar a las propuestas de soluciones, donde una no despreciable podría ser la de empezar a sepultar esas formas burocráticas de organización, que datan del siglo XIX para abrir cause a la energía social, organizada, a través de las redes informáticas.

Y a propósito de acopio de autoridad moral y como parte de la autocrítica permanente, valdría la pena que el INE hiciera una profunda revisión sobre el impacto que las altas percepciones de sus funcionarios tienen sobre su imagen pública.

No me refiero a otros gastos del IFE, que más que gastos, lo decía cuando estaba activa en la política, son inversión para la democracia, me parece que Jacqueline ha hecho una excelente puntualización de la descomunal tarea que tiene.

Yo eso no lo veo como gasto, y me parece absurdo que sobre ello se hagan recortes, lo considero, insisto, una inversión para la democracia.

No estoy a favor de la austeridad que aplica el Presidente de la República en el aparato gubernamental en niveles que ponen en riesgo su adecuado funcionamiento, pero tampoco del exceso en las percepciones de los funcionarios públicos.

Un INE fuerte y cercano a la ciudadanía requiere, no solo de cumplir con sus obligaciones constitucionales y legales como eficazmente lo hace, sino también de ubicarse en la justa medianía.

De la misma manera, muy saludable sería no intentar incidir en procesos electorales mediante campañas negativas, sobre todo de quienes se ostentan como demócratas frente a la opinión pública.

Este tipo de conductas cualquiera que sea su origen político deteriora en la vida democrática del país, por ejemplo, ahora estoy recordando y también lo coloco en este ámbito de incidencia negativa que deteriora esta vida, estoy recordando la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en 2006, que otorgó constancia de mayoría a Felipe Calderón, a pesar de reconocer que no contaba con los medios para saber cuánto incidió en los resultados la injerencia del Presidente de la República en la campaña electoral, ni de las televisoras tampoco la originada en las presiones de empresarios sobre sus trabajadores.

A cabo de releer la sentencia del Tribunal de entonces, y me vuelvo a sentir como sentía, entonces, indefensa como ciudadana, y lo que necesitamos es servidumbre, perdón, certidumbre en los resultados, bueno, por lo que sucedió en el 2006 es realmente lamentable, y no porque sea del 2006, a propósito de memoria histórica, no deja de haber incidido de manera lamentable y negativa en el momento que hoy vivimos.

Decisión inapelable que a la postre produjo el intento de legitimación política del flamante Presidente y a la absurda declaración de guerra contra el narcotráfico con sus nefastas y sabidas consecuencias.

Otro gallo nos contaría al frente si frente a la incertidumbre de resultados se hubiese convocado a nuevas elecciones.

De ello no fue responsable el entonces IFE, pero es bueno recordar la descomunal tarea que este Instituto tiene cuando por ausencia de vocación democrática de los actores políticos la salud política de la República se debilita. 

Cuando sugiero hacer acopio de autoridad moral para enfrentar los desafíos actuales no aludo ni aplaudo, cartilla alguna publicada desde la Presidencia de la República, pues no es tarea del Estado recomendar conductas personales sino aplicar sin más los principios constitucionales de un Estado laico que no confunde justicia con perdón ni delitos con pecados.

Por desgracia, a la degradación política nacional que vivimos o como resultado de ella, debemos agregar también como un desafío, los bajos y preocupantes niveles de aprecio ciudadano por la democracia, según el Informe 2018 de Latinobarómetro.

Este deterioro no es atribuible al INE, pero habla de la frustrante tarea de dar certidumbre al voto ciudadano cuando el desencanto democrático campea en la sociedad mexicana, este desencanto no es privativo de nuestro país, lo que sí es específico son los altos niveles en que el mismo se manifiesta en el contexto de los países de la región.

Y como producto de la desvalorización de la política por los partidos he decidido anular mi voto en 2021, pero lamento que mi voto que tanto aprecio vaya a dar al saco de los votos inválidos cuando es tan válido y razonado como cualquiera.  

Al respecto pregunto, ¿cuándo será que tengamos una boleta electoral donde aparezca la opción de cruzar un círculo en blanco?

En las elecciones de 2018 para diputados federales varias entidades registraron votos nulos mayores al 4 por ciento, es decir, por encima del nivel requerido para el registro de partidos.

El voto nulo documento la debilidad de los partidos, esconder esta evidencia no los hace más fuertes, sería bueno que lo recordaran los partidos y déjenme decirles que a estas alturas de mi intervención me estoy sintiendo como aguafiestas en medio de una celebración, espero que no lo vean así y en cambio sí como la voz preocupada de una ciudadana que comprometió 20 años de su vida a la transformación democrática del país por la vía pacífica.

Los anteriores también cuentan, pero por mi voluntarismo político tan pacíficos no fueron y voluntarismo político sería ahora cerrar los ojos y no identificar los desafíos a nuestra convivencia democracia frente a los cuales hay que resistir de manera democrática, pero también hay que preparar la salida a esta crisis mediante propuestas para reformar el régimen político.

Es necesario defender lo conquistado, pero, igualmente necesario no cansarnos en soñar y pensar el país del futuro.

Un régimen semipresidencialista, parlamentario, solo democracia representativa o también participativa, entendiendo por ésta no solo la ampliación de los espacios para convocar a consultas puntuales, sino como la distribución del poder de decisión en el espacio cotidiano de la ciudadanía y de las organizaciones sociales.

Si en 1988 emergió la demanda ciudadana por el respeto al voto, para que 90 años después del levantamiento de Madero se hiciera realidad el sufragio efectivo en la elección Presidencial, hoy es necesario fortalecer y recuperar una demanda no cumplida, que los modernos zapatistas levantaron en la Selva Lacandona en 1994, la autonomía, no solo para los pueblos indígenas, también para las organizaciones sociales y para los órganos de Estado como contrapesos de poder.

Mucho camino queda aún por recorrer, ojalá que en los restantes cuatro años de gobierno el Presidente López Obrador haga consciencia de que es el Titular del Poder Ejecutivo, como resultado de una contienda democrática en la que el arbitró cumplió a cabalidad con sus responsabilidades constitucionales y legales, y que la ciudadanía hizo lo propio, que haga consciencia de que ya no es líder de la oposición sino Jefe de Estado, de un Estado laico, por cierto, plural y democrático; y que consolidar al país por mejores derroteros, lejos del autoritarismo presidencial y del régimen de partido de estado, que mucho nos costó superar, sería una gran contribución histórica.

Mientras esto sucede o no sucede, la tarea ingente del INE es continuar consolidando el sistema electoral del país y contribuir a la construcción de ciudadanía y democracia.

Mucha suerte y felicidades.

Muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, Ros Albina.

Por esta visión que me parece es pertinente, no creo que seas aguafiestas, al contrario, sino creo que frente a los desafíos que ha sufrido el sistema democrático, una lógica de autocomplacencia sin lugar a dudas no es, y ausente de autocrítica, no es la mejor manera de enfrentarlo.

Así que gracias por este recordatorio ilustrado como los que hemos escuchado esta mañana, y seguramente como los que faltan.

Ahora, le doy la palabra a Beatriz Paredes, Beatriz es Socióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México, y una mujer, una brillante mujer que ha entregado su vida a la política y a distintos cargos públicos.

Beatriz ha sido Diputada y Senadora en cuatro distintas legislaturas, hoy mismo es Senadora de la República en la legislatura que corre, fue Gobernadora del estado de Tlaxcala, y ha ocupado numerosas funciones tanto en la Administración Pública Federal como en seno del partido político al que pertenece y del cual, por cierto, fue Presidenta Nacional del Partido Revolucionario Institucional.

Beatriz fue también Embajadora en Cuba, en Brasil, y ha sido autora de distintos textos igual que los colegas que integran esta mesa. Una de sus últimas publicaciones fue “Perspectiva” hace algunos años.

Beatriz, muchísimas gracias por acompañarnos.

No debo omitir que, como Subsecretaria, tú me corriges, sino me equivoco de Gobernación, acompañaste, justamente, a este primer Instituto Federal Electoral Ciudadano que arrancó, que coordinó los trabajos de la Elección de 1994.

Beatriz, por favor. Gracias.

Beatriz Paredes Rangel: Muchísimas gracias. 

Quiero agradecer al Presidente del INE, a la Institución, la convocatoria que me permite, además, compartir este momento con distinguidas y distinguidos ponentes, a los que saludo y las que saludo con aprecio.

La historia reciente de México no ha sido fácil, sin embargo, se han podido superar momentos graves, como la etapa post electoral de 1988 en la que el patriotismo y visión de estado del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fue fundamental.

En el evento de hoy participan varios de los protagonistas de la evolución democrática de la historia reciente de nuestro país, como mexicana les expreso gratitud y reconocimiento.

El 1º de julio de 2018, se realizó la elección general en los Estados Unidos Mexicanos, hubo relevo del Poder Ejecutivo y del Congreso de la Unión y de otra serie de elecciones locales.

La expectativa de muchos fue que un Presidente postulado por los partidos de izquierda adoptarías las medidas necesarias para profundizar la democracia y para garantizar que la evolución democrática de las instituciones se expandiera y consolidara.

El desconcierto, sin embargo, empezó pronto, declaraciones descalificatorias de las instituciones electorales, reducción de los recursos necesarios para su óptima operación.

Al debilitar la credibilidad del organizador y el árbitro electoral se socaban los cimientos de nuestra precaria institucionalidad democrática.

Y, ¿por qué le digo precaria a nuestra institucionalidad democrática? 

La democracia territorial es leve restringida, el debilitamiento del federalismo que históricamente ha sido más declarativo que real por su alta dependencia económica de la federación se ha profundizado, hay ayuntamientos que mueren, prácticamente, por inanición.

Existe un equilibrio entre los poderes minimizado, un parlamento cuya mayoría actúa automáticamente en el viejo esquema vertical y tiene poca disposición a construir acuerdos o a generar consensos, un Poder Judicial que tiende a subordinarse, existe una notable estrategia de comunicación que estigmatiza el pensamiento diferente, que glorifica el pensamiento único y que propone la polarización como método para afianzar presencia y poder.

Una asonada contra el funcionamiento eficaz de las instituciones, además, de la austericidio que afecta el adecuado desempeño en la función pública de muchas de las áreas del sector gubernamental, la incomprensión sobre la funcionalidad de elementos contemporáneos de la administración pública, como son los órganos autónomos y la funcionalidad que tienen para democratizar la gestión pública y superar el voluntarismo.

Ha sido una piedra de toque en el estilo de gobernar, no niego, de ninguna manera, el derecho que cada gobernante tiene de plantear su proyecto, su programa, la diferencia es si éste se construye por consenso, con la definición de mayoría e inclusión de minorías, la diferencia es si hay una construcción democrática o una construcción totalitaria.

Por eso el día de hoy, en el aniversario de esta institución autónoma que se ha constituido como un baluarte de la democratización electoral del país, he querido hacer estos comentarios.

Consciente de que esta celebración en estas horas áridas es también un espacio privilegiado para fijar posición.

Uno de los elementos más notables de la estrategia de debilitamiento de la democracia representativa es que se ha logrado que buena parte del pensamiento democrático se encuentre a la defensiva.

Así, más que lograr mirar hacia adelante, cómo seguir avanzando, más que animar un debate conceptual sobre la necesidad o no de un cambio de régimen y con cuáles características, estamos enfrascados en una actitud defensiva, discutiendo cómo evitamos el desmantelamiento de tal o cual institución, cómo cuidamos que no se suprima tal o cual derecho.

Actitud defensiva que resultado indispensable, pero que es insuficiente si queremos que la evolución democrática no detenga su avance.

Lo ejemplifico con el caso del INE, defensivo ha sido proteger a capa y espada la autonomía de la institución, lo seguiremos haciendo, creímos en algún momento que ésa era una condición irreversible.

Ha sido necesario saludar las decisiones de legados del Instituto, sean gratas o no al príncipe, citando a Maquiavelo o cualquier fuerza política; rechazar las descalificaciones infundadas sobre la integridad de las autoridades del mismo; cuidar de la idoneidad de los miembros del Consejo; valorar la neutralidad y el juicio democrático de sus actuaciones; alentar en el mercado de la austeridad que cuente con el presupuesto suficiente para que pueda desarrollar con eficacia sus relevantes tareas.

Me hago cargo de los comentarios de Jacqueline Peschard y de Rosa Albina Garavito al respecto.

Concentrados en el esfuerzo defensivo, el espacio político para debatir sobre cuestionamientos sustantivos de este momento histórico se ha reducido notablemente.

Poco tiempo le dedicamos a la prospectiva y a la reflexión sobre el largo plazo, demasiada dedicación y tensión en la defensa quizá nubla la vista.

Menciono, a vuelo de pájaro, algunos temas prospectivos en el marco de la democracia electoral, y me atrevo a sugerir la necesidad de armar foros para debatir el destino del Estado democrático mexicano.

Hay un cambio de régimen en marcha o una regresión autoritaria.

Existe una enorme crisis de representatividad en los partidos políticos, qué hacer, valorar la posibilidad de un régimen con gobiernos de coalición, un esquema semipresidencial, ¿qué hacer para robustecer el federalismo?, ¿cómo resolvemos el tema del pacto fiscal?, ¿cómo compaginar volúmenes importantes de transferencias directas ante la crisis evidente de la economía nacional y la caída previsible de los ingresos?, y otros tantos temas. 

Regresando a la prospectiva de política electoral, menciono algunos asuntos de particular incidencia del INE.

Si un tema relevante es el abaratamiento del costo del proceso electoral, ¿no es momento ya se establecer la urna electrónica?

El asunto del voto de los mexicanos en el exterior, aunque hemos ido avanzando, es necesario multiplicar el impulso para que participen nuestros compatriotas que viven en el extranjero, en las elecciones. 

Considero conveniente el establecimiento de una circunscripción electoral específica para los mexicanos en el exterior, que les garantice que tengan representación en el Congreso mexicano. 

Y un asunto esencial, una gran estrategia de formación y capacitación de las mujeres. 

El gran avance en las conquistas de paridad y mejores oportunidades, que han impulsado las organizaciones de mujeres y muchos compañeros y compañeras demócratas, tiene que ir acompañado de un esfuerzo de formación que favorezca mejores capacidades competitivas y calidad en la representación. 

Toda nuestra solidaridad con la participación de las mujeres. 

Reconozco a este Consejo del INE, por impulsar la paridad. 

El financiamiento de las campañas, el financiamiento de los partidos es un tema cuya solución todavía tiene muchas aristas, sobre todo por el uso excesivo de recursos en las campañas. 

Me pronuncio porque no haya ni un paso atrás en el financiamiento público, pero este gran tema requiere un nuevo análisis y la profundización del debate. 

Hay otros tantos asuntos. 

Amigas y amigos, hace unos días un extraordinario poeta, Raúl Zurita, fue homenajeado con el premio de su Majestad en la Universidad de Salamanca.

En el texto espléndido que pronunció, y viene a cuenta porque estamos haciendo esta celebración en ese mismo momento, dijo este párrafo:

“No se me escapa el terrible momento que el mundo está atravesando, por lo que agradezco noblemente, se haya realizado esta ceremonia. Son, lo sabemos, centenares de miles de muertos, más la secuela de miseria, injusticias e inequidades monstruosas que la pandemia ha revelado en toda su pavorosa evidencia, asomándonos desde los bordes de la vida, desde su tumefacción y heridas, hemos muerto en cada cuerpo que muere, hemos enmudecido en cada uno de estos finales silenciosos sin abrazos, sin ilusiones y en lo más obscuro del dolor y de la pérdida, con los ojos llorosos.

Hemos entrevisto también la trama de un amor incancelable, instalado en el corazón mismo de la tierra, de esta tierra que a pesar de todo nos ama.

Zurita, un gran poeta en las palabras de todos hoy, esta vocación por la democracia, esta definición por seguir defendiéndola y acrecentarla nos alienta porque también refleja nuestro amor por México y por la sociedad mexicana.

Muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, Beatriz.

Creo que nos invitas a una reflexión que no es menor, vamos a la elección más grande de la historia, pero también decimos por el número de cargos en disputa, por el número de potenciales electoras y electores, pero también vamos a la más compleja y no necesariamente en términos, digámoslo así de la complejidad de la disputa por poder político, sino por el contexto en el que estas elecciones se realizan, creo que estas reflexiones a las que nos invita no solamente de apuntar hacia los desafíos que tiene el sistema electoral hoy enfrente, es muy pertinente por el recordatorio del contexto que no es necesariamente bueno, político, económico, social en el cual las elecciones están llevando a cabo y que constituyen los desafíos actuales de la democracia sobre los que habíamos venido reflexionando en años recientes, pero sobre los que vale la pena no olvidarlo hacia el futuro.

Le doy ahora la palabra a Jaime Cárdenas, el doctor Jaime Cárdenas, quien como ya mencioné también fue consejero del Instituto Federal Electoral de 1996 a 2003, ha ocupado distintos cargos públicos, ha sido diputado federal, fue también consejero de la judicatura del entonces Distrito Federal y fue diputado constituyente en la Asamblea que dio origen a la Constitución de la Ciudad de México, Constitución Política de la Ciudad de México.

Jaime es también colega e investigador del Instituto de investigaciones jurídicas donde desempeña sus tareas académicas, autor también de numerosos textos, cito solamente poder constituyente, constitución y cambio democrático o teorías críticas y derecho mexicano.

Jaime, muchas gracias, te cedo el uso de la palabra.

Jaime Cárdenas: Muchas gracias, Lorenzo.

Muchas gracias al doctor Lorenzo Córdova.

Muchas gracias a las consejeras del INE, a los consejeros, muchas gracias a los servidores públicos del Instituto Nacional Electoral.

Desde luego un saludo a los colegas, a las colegas de la mesa, a Jacqueline Peschard, a la maestra Rosa Albina Garavito, a la legisladora Beatriz Paredes y desde luego a ti Lorenzo y a José Woldenberg y a Enrique Krauze que escuchamos hace un momento.

Desde luego, todas las intervenciones que he oído son extraordinarias todas muy puntuales señalando por un lado la historia de la construcción democrática de México, los retos políticos e históricos que se vivieron en México en los 80’s, en los 90’s, cuando se construía el andamiaje institucional y legal que hoy en día se tiene para organizar las elecciones.

Y desde luego que comparto muchos de los puntos de vista que expresaron Jacqueline, que expresó José Woldenberg, sobre los que tú mismo has expresado en distintas ocasiones, al igual, desde luego que lo señalado por Beatriz Paredes y Rosa Albina Garabito, sobre los avances democráticos y las transformaciones en el sistema electoral. 

Cómo podemos desdeñar, por ejemplo, la importancia que tiene hoy en día, no solamente como instrumento electoral, sino como cédula de identidad ciudadana, el Padrón Electoral y a la Credencial Electoral con Fotografía, cómo rechazar o criticar el gran aparato que implica la capacitación de miles de millones de ciudadanos que posteriormente fungen como funcionarios en las casillas; cómo rechazar la transcendencia del programa de resultados preliminares, o cómo oponerse a la autonomía del propio órgano electoral, al mecanismo, pues, con bastante independencia de nombramiento de las consejeras y de los consejeros electorales a nivel nacional y a nivel local. 

Yo creo que como se ha dicho en esta mesa, desde luego se ha construido mucho en estos 30 años desde la fundación del IFE en el año 90 a la fecha, se ha avanzado muchísimo en ámbitos como la fiscalización electoral, que en la etapa nuestra nos tocó aplicar y vivirla intensamente. 

Desde luego, se ha avanzado mucho también en las condiciones a favor de unas elecciones cada vez más libres, más auténticas. 

También en el tema de las responsabilidades sancionatorias, administrativas, a partidos, a agrupaciones políticas, a candidatos, a precandidatos, a dirigentes de partidos y a otros actores políticos. 

Y últimamente todo el esfuerzo que eso ya no nos tocó ni a José, ni a Jacqueline ni a mí, ese gran esfuerzo que se ha realizado en materia de equidad de género para oponerse a la violencia política de género, realizado tanto por el Instituto Nacional Electoral como por el Tribunal Electoral. 

Entonces, creo que sí, si tuviésemos que hacer un balance de lo obtenido, de lo logrado, seguramente los mexicanos, porque esto es un logro de los mexicanos, de las mexicanas en su conjunto, el balance sería positivo a favor de las autoridades electorales y del marco constitucional y legal que hoy tenemos. 

Eso no significa, como ya lo advertía Rosa Albina, como lo advertía Beatriz Paredes, que no haya que realizar también en el ámbito electoral, muchísimos cambios. 

Desde luego, ustedes mismos, las consejeras y los consejeros electorales que hoy dirigen el INE son conscientes de la necesidad de seguir fortaleciendo los instrumentos de fiscalización a los partidos y a las agrupaciones políticas.

Es necesario, como decía Rosa Albina Garavito, fortalecer los mecanismos o las modalidades de democracia que no son necesariamente representativas como la democracia directa, la democracia deliberativa, la democracia comunitaria que corresponde a los pueblos originarios no hay duda en ello.

Y desde luego, que también tenemos que revisar el marco jurídico que hoy rige a los partidos políticos y a las agrupaciones para establecer obligaciones mucho más precisas respecto a su funcionamiento, organización democrática, pues, muchos de ellos no tienen ese funcionamiento y esa organización democrática a pesar de que la autoridad electoral, tanto el INE como el Tribunal Electoral constantemente están supervisando, emitiendo resoluciones, dictando sentencias para obligar a una mayor democracia interna en los partidos políticos.

Yo creo que en materia electoral hay todavía una agenda pendiente muy importante de transformación, de cambios que están por realizarse y seguramente en próximos procesos legislativos de reforma constitucional y legal, será posible arribar a un sistema electoral, pues un poco cada vez mejor, más perfeccionado con que el que ahora tenemos.

Sin embargo, los comentarios que quiero hacer esta mañana no tienen solamente qué ver con la parte estrictamente electoral que, desde luego, es para lo que se nos convocó, porque como ha dejado de traslucirse o ha traslucido en las intervenciones de algunas de las compañeras colegas que hoy han intervenir en esta mesa.

Creo que hay algunas cuestiones en donde sí debemos tener mayor autocrítica y estas son, por lo menos, mis tres autocríticas al proceso de transición de la democracia que vivimos en México.

Creo y aquí, bueno, está dicho, las pruebas están a la luz pública, que el proceso de transición a la democracia, esto que llamamos “la transición a la democracia”, ese proceso vivido en nuestro país desde los años 70 hasta el año 2000 o un poco más. 

Ese proceso se desenvolvió, fundamentalmente, a través de las reformas a las reglas de acceso al poder, es decir, a las reformas en materia electoral, fundamentalmente, tanto la reforma como su posterior interpretación y aplicación.

Todas las reformas electorales realizadas en estos años han tenido por finalidad fortalecer el sistema electoral del país, pero creo que en el tema de las reglas de ejercicio del poder público en las reglas de control al poder público o al poder en general no realizamos lo suficiente. Esto, de lo que se quejaba hace un momento Beatriz Paredes.

¿Qué pasa con las reglas que tienen que ver con el ejercicio del poder democrático?, un ejercicio de poder que tiene que ser conforme a los derechos humanos, en donde los demás poderes, el Legislativo, el Judicial, los órganos autónomos, el esquema federal, sirvan para realizar los checks and balances, los pesos y los contrapesos, al inmenso poder presidencial, derivado del diseño de nuestra constitución.

Ahí no hemos avanzado con suficiencia, es verdad que han existido a lo largo de estas décadas importantes reformas en materia judicial al Poder Legislativo, se han ido conformando, creando nuevos órganos constitucionales autónomos, pero en algunos ámbitos como el del federalismo, por ejemplo, hemos vivido retrocesos muy grandes, retrocesos. 

Voy a poner un ejemplo de esos retrocesos, con este retroceso tiene relación no tanto, desde luego que comparto esa crítica también, con la distribución, con la injusta distribución de los ingresos fiscales en México, sino, sobre todo, esta crítica tiene que ver con el expediente que se ha favorecido desde el ejecutivo, pero también con el apoyo del legislativo mexicano, desde el Ejecutivo y desde el Legislativo a favor de lo que se llaman las leyes generales.

Estas leyes generales permiten la concentración de muchas facultades, de muchas competencias en el Congreso de la Unión en demérito de las competencias legislativas de los congresos locales y, por lo tanto, de los estados.

Ahí creo que hemos tenido o tenemos un problema histórico que se ha acentuado en los próximos años; si nuestro federalismo hoy en día es tan débil, esa responsabilidad corresponde a los dos poderes, al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo, que han impulsado todo este marco legal para demeritar, para reducir el papel de los congresos locales y de los estados de la República.

Un tema fundamental también de esta debilidad institucional respecto a las reglas de ejercicio del poder público tiene que ver con los mecanismos del control del poder, del control al Poder Ejecutivo.

El Poder Legislativo en una época en los años 80 avanzó estableciendo algunos mecanismos de control, como las comisiones de investigación, y algunos otros mecanismos de control que aún existen como las preguntas, como la solicitud de informes al Ejecutivo. Pero esos mecanismos de control no son suficientes para ejercer adecuadamente los checks and balances de que requieren un sistema constitucional respecto al funcionamiento del Poder Ejecutivo.

Respecto al Poder Judicial, bueno, simplemente va hasta observar la reforma que se ha discutido estos días en el Senado de la República y que está por discutirse en la Cámara de Diputados, y es una reforma importante, desde luego, porque atiende al problema de nepotismo y de corrupción en el Poder Judicial que alienta el servicio de carrera judicial, pero no necesariamente es una reforma que busque fortalecer los mecanismos de control de constitucionalidad y de convencionalidad debiera tener el Poder Judicial Federal en su conjunto, hay algunos avances, pero también enormes deficiencias para fortalecer estos mecanismos de control constitucional a todos los poderes, pero principalmente al Ejecutivo.

Entonces, creo que una deficiencia de la transición a la democracia consistió en ubicar simplemente o ubicar fundamentalmente como materia de la transición a las reglas de acceso al poder, a las reglas electorales, pero no hizo lo suficiente en materia de reglas e instituciones relativas al ejercicio del poder y relativas al control del poder público.

La otra crítica que me arece también, en donde no hemos avanzado lo suficiente en el esquema de la transición o donde no hubo el énfasis necesario, fueron las relaciones entre, que no se lograron desmontar entre los poderes, los llamados poderes fácticos y el poder formal, esto que ahora el actual presidente llama la separación del poder político, del poder económico.

La red de intereses económicos, mediáticos, que permean toda la actividad de los poderes e instituciones formales es muy grande, hay por ejemplo, en el Congreso de la Unión una influencia a veces desmedida de grupos de cabilderos, de grupos de intereses económicos, de intereses mediáticos que determinan el funcionamiento del Poder Legislativo Nacional, esto también ocurre desde luego en el Poder Ejecutivo y tal vez con mayor acentuación ocurre en el Poder Ejecutivo, esta influencia indebida de los poderes fácticos en el funcionamiento ordinario de los poderes formales.

Y en el resto de los poderes, así como en los propios órganos autónomos, incluyendo al INE, hay esta influencia, yo no sé con qué magnitud o con qué peso, a veces indebida, no solamente de parte de los partidos hacia el funcionamiento de las instituciones electorales, sino también de otros sectores de la vida de poderes fácticos de la vida económica o de la vida mediática de este país.

Yo creo que es muy importante o era muy importante para el proceso de transición a la democracia, que también hubiésemos atendido con el suficiente ímpetu con suficiente compromiso, esas relaciones incorrectas que las tocan el funcionamiento democrático por la influencia muy fuerte, incorrecta, indebida de los poderes fácticos en la vida nacional.

Y lo mencionaba Rosa Albina Garavito cuando ponía el ejemplo del proceso electoral del 2006 y como tantos intereses económicos y mediáticos gravitaron en ese proceso electoral sin que se sepa bien a bien qué impacto tuvieron en el desarrollo del proceso, o cómo, por ejemplo, los mecanismos indebidos de financiamiento privado en la campaña de 2012, presidencial de 2012, tuvieron también un impacto muy grande.

Entonces, debemos ocuparnos también de esas relaciones entre los poderes fácticos y los poderes formales, y me parece que en la transición no hubo una suficiente discusión a ese respecto.

Finalmente, con lo que quiero terminar es diciendo también, y como lo han advertido distintos académicos y estudiosos de este país, algunos de los cuales participaron en la mesa de hoy, creo que también tuvimos una tarea pendiente no realizada convenientemente durante los años de la transición; y esa tarea pendiente tiene relación con el modelo económico imperante en México desde los años 80, lo que llamamos ahora “el modelo económico neoliberal.

Este modelo económico neoliberal propicia desigualdad, propicia pobreza, propicia exclusión, y en el ámbito electoral genera formas de comportamiento electoral indebidas, como la compra y coacción del voto.

Creo que aquí también hay una tarea pendiente muy importante, la tarea pendiente tiene que ver con enfrentar, con matizar, con orientar nuestro modelo económico a favor de los sectores más desvalidos de la sociedad mexicana, a favor de los sectores más empobrecidos y más excluidos de México; parte del hartazgo que se expresó en la votación de 1º de julio de 2018 tiene relación con este modelo económico neoliberal.

Si hoy el Presidente López Obrador es el Presidente de México es por el cuestionamiento a este modelo económico neoliberal que no fue suficientemente atendido, enfrentado, matizado, reducido durante el periodo de la transición a la democracia.

Entonces, mi conclusión consistiría en que la agenda política de México pendiente para los próximos años tendría relación con la revisión de las reglas formales, no solamente las electorales de accesos al poder, sino con todas las reglas de ejercicio del poder y las reglas de control del poder. Esto seguramente nos conducirá a plantearnos, en muy poco tiempo, la necesidad de un Congreso constituyente para nuestro país.

Respecto a la relación entre los poderes fácticos y los poderes formales, sí creo que esa relación tiene que tener otros derroteros en nuestro país, desde luego no es válida la relación opaca, indebida entre el poder fáctico y el poder formal; esas relaciones tienen que transparentarse y solamente justificarse aquellas relaciones entre el poder fáctico y el poder formal que estén justificadas democráticamente, que estén justificadas en el marco de un estado constitucional y democrático de derecho.

Y por último respecto al modelo económico neoliberal y yo lamento que este gobierno no insisto en ello, respecto a este modelo económico neoliberal se requiere una profunda reforma fiscal en el país, una profunda reforma presupuestal también en el país que permita, por un lado, incrementar los ingresos de la Hacienda Pública, pero también que permita distribuir mejor la riqueza en México y está pendiente esa reforma fiscal y presupuestal en nuestro país para enfrentar las grandes desigualdades y exclusiones que provoca el modelo neoliberal en México.

Agradezco la invitación, ha sido un placer escuchar a las inteligencias que he oído esta mañana, compartir esta mesa con todos ustedes y quisiera simplemente recordar una frase o una cita de Bukowski que dice que el valor de la democracia, porque tenemos que seguir siendo demócratas convencidos, tenemos que en esa democracia, esa democracia se nos ha dado para votar, para deliberar, para ejercer la libertad en un ambiente de pluralismo y para no obedecer ciegamente al que está en el poder.

Muchas gracias, por su invitación.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias, a ti Jaime.

Creo que vale la pena recordar luego estas intervenciones de lo que hablamos es de la transición a la democracia y la construcción de una democracia constitucional que tiene, sin lugar a dudas, ese piso electoral que hoy estamos celebrando luego de 30 años, pero que tiene también esa otra dimensión que es la dimensión constitucional de control del poder, del ejercicio del poder, pero, sobre todo, de la satisfacción y cumplimiento de los propios derechos fundamentales.

Muchísimas gracias.

Yo quisiera, tenemos algo de tiempo, pero quisiera consultarles, si quieren hacer una segunda ronda de breves intervenciones, diría no más de 5 minutos para poder cerrar estas reflexiones, pero aquí estoy, digamos, si a ustedes les parece bien podríamos avanzar en ese sentido a menos que quieran, se ha dicho lo que se tenía que decir en esta mesa inaugural de este Seminario que nos llevará los próximos días.

No sé, les consulto si quisieran intervenir, Pepe, Jaqueline, Rosa Albina, Beatriz, Jaime.

Jaqueline. 

Adelante.

Jacqueline Peschard: Pues, la verdad es que el balance de lo que se ha planteado en este mes es un balance de una serie de desafíos enormes para la salud de nuestra democracia.

Desafíos que van, creo yo, más allá de lo que es propiamente la institucionalidad democrática, es decir, hablar del modelo económico, hablar de todas las deficiencias que hay y de todos los grandes problemas que enfrenta nuestro país, que son problemas que, digamos, no tienen que ver con la gestión democrática pero sí dañan o minan la institucionalidad democrática.

Entonces, la pobreza, la desigualdad de la que no salimos, el conflicto social, la inseguridad, la corrupción, pues todos esos son elementos que, obviamente, gravitan alrededor de la salud de nuestra democracia.

Pero yo sí creo que hay ciertos problemas y creo que tanto José como Rosa Albina y Beatriz, han puesto sobre la mesa lo que es propiamente la agenda democrática y que tiene que ver con la agenda propiamente electoral de la democracia, digamos así, porque hay una agenda más amplia, democrática, pero la electoral sí tiene que ver con un diagnóstico que yo creo que ya está muy decantado, que tiene que ver con el financiamiento de la política, tiene que ver con cómo le hacemos para abaratar nuestros procesos electorales, el tema de las urnas electorales, la representación de los mexicanos en el exterior, Beatriz lo ha puesto sobre la mesa de manera muy clara, el tema de mayor capacitación para la participación de las mujeres, aunque hayamos avanzado mucho en el tema de la representación paritaria, la difusión entre las distintas formas de democracia representativa. 

Creo que hablar de democracia participativa no quiere decir sacrificar la democracia representativa, a veces se piensa que es una u otra y no como complemento.

Y por supuesto que la democracia quiere decir la deliberación. 

Y aquí yo quisiera, nada más por último, retomar algo que dijo Rosa Albina, un problema que está ahí presente es la degradación, no solamente de los partidos políticos como organismos claves que ordenan nuestras diferencias en el ámbito político, sino la degradación de la política misma, y creo que eso es algo que el INE pues aunque no es la única institución, autoridad política, pero sí es la autoridad político-electoral y tiene en sus manos esto que nos señalaba Beatriz, de estar permanentemente en foros de deliberación, de discusión que lo ha hecho el INE siempre, pero que pues hay veces que lo tiene que hacer con de manera más subrayada. 

Muchas gracias, de verdad, encantada de estar con ustedes. 

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias, Jacqueline, al contrario, 

Pepe y luego Beatriz, por favor. 

José Woldenberg: Sí, gracias. 

Algunos comentarios a los comentarios. 

Primero, voy a repetir algo que dije en un foro similar a éste. Yo creo que México logró forjar un consenso muy fuerte en torno a que la única vía legítima para arribar a los cargos de gobierno y legislativos es la vía electoral.

No hay partido político, no hay organización civil, no hay corriente académica, no hay medio de comunicación que no diga que ésa es la única vía. 

Y alguien puede decir, bueno, pero eso ya estaba en la Constitución desde 1917 y aun antes, sí, pero no era una convicción profunda de las diferentes fuerzas políticas. 

Yo recuerdo todavía que, en los años 70, Fidel Velázquez, líder sindical importante, llegó a decir entre veraz y bromas, que lo que habían logrado con las armas no lo iban a ceder con el insípido expediente electoral.

Y creo que tampoco invento ni cargo las tintas y digo que, en franjas muy importantes de la izquierda, la aspiración era la de una nueva revolución que se pensaba una revolución armada.

Para fortuna de todos, creo que hoy todos entendemos y todas las principales fuerzas políticas están comprometidas en que la única vía legal y legítima es la vía electoral.

Pero, y aquí lo ligo con algo que señaló Jaime Cárdenas, la democracia no son, en efecto, solo elecciones, la otra cara de la democracia aspira, por lo menos, a un poder regulado, a un poder fragmentado y a un poder vigilado.

Y a esas tres cosas, y ésas es mi preocupación, la actual administración, pero específicamente el Presidente de la República, no les da ninguna importancia.

Primero, el poder en democracia tiene límites, esos límites están establecidos por la Constitución y las leyes, pero cuando desde la Presidencia se dice que la justicia está por encima de la ley y la voluntad popular por encima de la ley, lo primero que uno se pregunta es quién dice que es justo y quién lee cuál es la popular.

Y entiendo que el Presidente cree es él el que lo dictamina.

Entonces, ahí hay una primera preocupación, que no se asume que los límites al poder son una garantía para los ciudadanos, y que aquel viejo apotegma de que el ciudadano puede hacer todo aquello que no le prohíbe la ley, pero el funcionario público solo puede hacer aquello para lo cual la ley lo habilita, es una llave de oro para no pasar del poder democrático al poder autoritario.

Segundo, el poder fragmentado no solamente atado a lo que señala la Constitución y la ley, sino fragmentado, ése es el diseño de nuestra Constitución. Los poderes horizontales, digamos, federales, el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, los órganos autónomos, y el Presidente, los gobernadores, los presidentes municipales, los congresos.

Bueno, todo eso que está diseñado en la Constitución y que, paulatinamente, parecía de manera si se quiere errática, además empezar a cobrar vida y generar un auténtico sistema de pesos y contrapesos, hoy también está siendo alusión.

El tercer lugar, la vigilancia, la vigilancia no solo entre poderes constitucionales, sino la vigilancia que me ofrecen los organismos de la sociedad civil, la prensa, la academia, por partidos que están en la oposición, etcétera, etcétera.

Ese conjunto de vigilantes dispersos, pero que cree que genera una densidad y un circuito de deliberación dentro de la sociedad democrática. El problema es que hoy se desprecia cuando un partido hace una crítica, cuando un editorialista, cuando una revista, cuando un periódico, un académico, con una organización civil.

Insisto, por supuesto que hay que debatir lo que diga ese académico y esa organización, y ese partido, además, pero debatir, y el debate supone evidencias, argumentos, ideas, y lo que estamos viendo es una descalificación inercial y adjetivada de las posiciones distintas a las gubernamentales, bien que se debata, o todo es objetivado, todo es observador, mafia en el poder, etcétera, etcétera, de tal manera se nos están gustando el circuito de deliberación, ése era el primer  comentario.

Segundo, yo creo que, en efecto, a ver, aquellos que hablamos de transición democrática, jamás creo que hemos hablado de transición al paraíso y que se ha resuelto todos los problemas.

Y yo creo en efecto que la transición democrática mexicana, su gran déficit fue haberle dado la espalda a la función social, sin duda y que a lo largo de estos años las desigualdades se ampliaron, la pobreza fue imbatible, la economía no creció con suficiencia y esto generó como bien señalaba también Jaime, pues un malestar muy profundo que por supuesto, afortunadamente encontró un cauce, creo yo también en efecto, a través de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.

Pero digamos, esa candidatura se benefició de ese malestar, pero también se benefició de los avances (Falla de Trasmisión) es el otro pilar que permitió que eso sucediera, lo cual nos dice que si algo está funcionando en México es precisamente el sistema electoral, porque es capaz de ofrecer un cauce para la expresión de esas modificaciones de los humores públicos, que volveremos a ver en algún otro momento, los humores públicos no se osifican de una vez y para siempre, nadie gana de una vez y para siempre y nadie gana en todo el país, nadie avasalla, éste es un país demasiado plural, diverso, complejo que no cabe, ni quiere caber bajo el mando de un solo partido, es más una ideología y un solo programa y una sola voz.

Yo por eso en ese sentido creo que mientras mantengamos un sistema abierto en términos democráticos, que sea capaz de darle curso a estas oscilaciones pues el resto lo harán los ciudadanos alineándose con A, con B, con C, premiando a X, castigando a Z, etcétera, etcétera.

Pero, mi preocupación mayor es la siguiente, que en estos tiempos no solamente se vaya erosionar mucho de lo construido en términos democráticos, que creo que se puede erosionar, sino que además la cuestión social se agudice porque las políticas actuales no es cierto que estén corrigiendo el modelo neoliberal, no es cierto, por favor, ante una crisis tan profunda como la de salud que ha impactado a la economía de una manera tan fuerte y que eventualmente puede derivarse también incluso de una crisis social, la política fundamental que ha sido la de dejar hacer y dejar pasar, liberalismo puro, porque ni en materia de salud, ni en materia económica se han activado los eventuales recursos para tratar primero de atemperarlo (Falla de Trasmisión) y en segundo lugar para respaldar, para meter el hombro a las micro, pequeñas y medianas empresas en donde está lo fundamental del trabajo asalariado formal mexicano.

Lo que sí va a crecer más, va a ser de nuevo el enorme mundo de la informalidad, de los trabajadores sin derechos y con trabajo precario, y yo lo que temo es que, si el no haber atendido la cuestión social hizo que mucha gente se desencantara de lo construido en términos políticos, democráticos, ese desencanto puede eventualmente acabar siendo más profundo.

Porque por desgracia no veo que las desigualdades se estén atemperando y según, no yo, CONEVAL, se espera que para fin de este año existan alrededor de 10 millones de pobres nuevos, de nuevos pobres que, por supuesto, no se le pueden atribuir todo a la política gubernamental, el impacto de la pandemia está ahí, pero creo que no ha habido la reacción suficiente como para hacerle frente a eso.

Y termino con lo siguiente.

Yo creo que una de las tareas de quienes creemos que la democracia no es una opción más para los mexicanos, es hasta donde yo entiendo, la única opción que permite que esa diversidad política, ideológica que palpita en México pueda expresarse, pueda recrearse, pueda convivir y pueda competir de manera institucional y pacífica, la democracia.

Es decir, la democracia es una necesidad no una aspiración y por ello, sino estoy muy equivocado salvo sea esa pluralidad pues es un lastre, que esa pluralidad hay que combatirla, esa pluralidad hay que acorralarla, a esa pluralidad hay que marginarla salvo para ellos, para los que piensen así.

Entonces, si lo que queremos es que se pueda recrear y expresar convivir y competir es necesarios defender los avances en esta materia y uno que no tengo ninguna duda, es un instituto electoral autónomo, que es el único que puede dar garantías a los poderosos partidos políticos, a los ciudadanos y a todos, de que las elecciones en nuestro país van a ser libres, transparentes y equitativas, y por eso yo lo que deseo en este 30 Aniversario del IFE-INE es larga vida al Instituto Nacional Electoral.

Yo creo que es un patrimonio de todos los mexicanos. Muchas gracias y, perdón, creo que me extendí demasiado.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias, Pepe.

Beatriz, por favor.

Beatriz Paredes Rangel: No encontraba Lorenzo, primero declino porque suscribo en su totalidad las palabras de José Woldenberg.

Segundo, creo que lo que ha reflejado Latinobarómetro a que buena referencia hizo Rosa Albina, a quien saludo con aprecio, con cariño, con respeto, Rosa Albina te mandé saludos por ahí con gente de tu familia después de una carta muy importante que publicaste.

Creo que lo que ha reflejado Latinobarómetro tiene que ver con que las políticas económicas establecidas por los regímenes democráticos de América Latina no han sido pertinentes para resolver la problemática que enfrentan las sociedades de Latinoamérica, y creo que no hemos logrado tener una discusión de fondo sobre la política económica, de fondo, en todos los países de América Latina, eh.

Me parece que el debate sobre política económica se encuadra en descalificar un modelo, insistir en las deficiencias de ese modelo en sus limitaciones, modelo que por cierto yo no comparto ni he compartido, pero ese no es el punto, el problema es cuáles son las opciones reales según las realidades específicas y concretas de cada país, haciéndome cargo de que la economía global insiste en determinado modelo.

Entonces, ya se empezó ahorita, con los comentarios posteriores, a abrir ese espacio de diálogo tan necesario, y yo insistiría en que para que no haya una impresión social de la ineficiencia de la democracia, es fundamental que los ciudadanos adquieran mayor densidad ciudadana, sepan qué esperar de la democracia y qué se tiene que demandar en otras áreas, y hay que abordar una discusión sobre las políticas económicas viables en los países de América Latina y, desde luego, en México.

Muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Al contrario, muchas gracias, Beatriz.

Rosa Albina, por favor.

Micro, Rosa Albina.

Rosa Albina Garavito: Decía que ratifico el gusto de estar participando con ustedes en esta mesa, creo que compartimos muchas visiones, que compartimos diagnósticos, y simplemente para ampliar esas coincidencias.

Creo, e insisto, que lo que corresponde ahora a quienes como ciudadanos, ciudadanas, movimientos, organizaciones nos interesa el fortalecimiento democrático de nuestro país, es resistir los embates que se están dando en contra de los avances, por desgracia, y también proponer, creo que éste es también un consenso en esta mesa.

Yo querría decir que no me sorprende demasiado el momento de retroceso, no consolidado, pero sí con cierto avance en este momento, digo, después de ese cambio de gobierno del 2018 con ese arrollador triunfo ciudadano. ¿Por qué no me sorprende tanto ese fortalecimiento del autoritarismo presidencial, ese rechazo, esa resistencia a los contrapesos del poder presidencial de parte del Presidente de la República, porque creo que fue lo que parió el movimiento democrático que se gestó en los 70, 80.

¿A qué me refiero? Cuando escribí mi libro sobre, y perdón que me auto cite, porque también coincido como creo que dijo José, es de mal gusto, pero bueno.

En mi libro sobre Apuntes para el camino. Memorias sobre el PRD, bueno, también fue diálogo conmigo misma, y lo que había venido sospechando, atisbando a lo largo de mi militancia en el PRD, o incluso diciéndolo abiertamente, me quedó más que claro en la escritura del libro.

Esa izquierda democrática que venía de distintos rumbos al final no tenía un proyecto propio, no tenía un proyecto propio, estaba cobijada en el nacionalismo revolucionario de la tendencia democrática del PRI que sale con la corriente democrática, perdón, que sale y se suma a la formación del PRD.

Pero este paraguas, además de la, que subrayo, la importancia de esta demanda, aquella de la democracia, la patria para todos quedó pendiente, pero la democracia ya se hizo efectiva con la Reforma de 1996, también traía metido bajo este cobijo y bajo este paraguas el presidencialismo.

O sea, no se avizoraba que un cambio democrático es un cambio de reglas en el ejercicio del poder, y no solamente en el ejercicio del poder, sino después para retroalimentarlo del control, como se ha dicho aquí muy bien, en el ejercicio de ese poder. No.

La fantasía era basta que se gane la Presidencia de la República y todo va a cambiar como por mi lado, ¿por qué va a depender de una persona, va a depender de un partido?, no, no y no, va a depender de esa construcción de ciudadanía desde abajo, le importo algún partido la construcción de ciudadanía, no, no y no.

Y ahí va centro, derecha e izquierda.

Entonces, también estamos viviendo este mundo no tan ideal de construcción de alternativas que sí tiene José Woldenberg, o sea, para Pepe sigue habiendo una pluralidad donde hay opciones por las cuales voy a optar políticamente.

Cuanto, en realidad, llegamos como con un muégano de intereses y acceso al poder presidencial, sin demasiado amor por las reglas democráticas, sin demasiado interés por las reglas democráticas.

Entonces, eso, junto con lo que muy bien inicio su señalamiento Jacqueline Peschard y Jaime Cárdenas, este deterioro de la vida económica y social, producto de la estrategia económica que se viene siguiendo desde los años 80 y que coincido con José, no ha cambiado, no ha cambiado en absoluto.

Entonces, esto nos está hablando de desafíos enormes y quizá yo querría poner la prioridad en el desafío de la batalla cultural que tenemos por delante, porque nos tenemos que cambiar el chip, nos tenemos que cambiar el chip todos quienes, creo que yo no pensaba que bastaba tener, llegar a la Presidencia para con eso cambiar todo.

No, esa batalla cultural, esa que se da en el campo de las ideas tiene que colocar en el centro la importancia del pensamiento crítico y de la libertad, porque no puede ser a partir de otro elemento y de otra plataforma como se puedan construir, como se puedan construir alternativa.

Como decía Pepe, nadie pensaba que, con la conquista de la democracia formal, de la democracia electoral todo iba a cambiar, pero también es bueno recordar y ustedes, mis compañeros y compañeras de mesa ya han contribuido bastante con ella, a recordar todo lo que tenemos pendiente también en esa materia, no sólo en términos de régimen electoral, de régimen político sino de régimen económica.

O sea, cómo se lleva adelante, cómo se gestiona la economía que no es la suma de números ni de modelos, ni etcétera, es el producto de la interacción de los agentes sociales y económicos que producen la economía.

Entonces, con esta exclusión y con esta exclusión social cómo se va a lograr rearmar también ello. 

Bueno, no sabemos cómo tiene que ser a partir de los protagonistas directos, pero, al menos pensar que hay pactos que todavía no están ni siquiera bien delineados.

Logramos el pacto democrático en el 96, con la creación de un IFE ciudadano y autónomo, pero no hemos logrado un nuevo pacto fiscal, no hemos logrado un nuevo pacto laboral, no hemos logrado un nuevo pacto económico, un nuevo pacto federalista y del cual también hablaba Jaime Cárdenas.

Entonces, esa agenda del siglo XXI y miren que ya vamos avanzados en el siglo XXI, es vasta. 

Entonces, creo que tendrá que ser en ese campo en el de la batalla de las propuestas y de las ideas.

A mí me preocupa muchísimo de qué manera compañeros con los que fui, como lo decía en el primer párrafo “codo con codo”, tratando de abrir los cauces a la democracia ahora estén embelesados con un triunfo que está negando, que está intentando negar esas conquistas. 

¿Por qué? Bueno, porque me parece que se apagó el pensamiento crítico. Eso lo colocó en este momento en el centro de la atención y en la esperanza de que se recapacite al respecto, porque si no tenemos la voluntad de ejercer nuestra libertad para pensar… yo diría, qué esperanza le queda no sólo a nuestra democracia sino a todas las dimensiones del país en su conjunto.

Y te saludo también, Beatriz, con mucho cariño y con mucho afecto y, efectivamente, recibí ese saludo por esa familiar.

Es todo, muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Gracias Rosa Albina.

Jaime, tenemos unos minutos, por favor.

Jaime Cárdenas: En un minuto, bueno, dos ministros.

Me gustó mucho lo que dijo Pepe Woldenberg, porque es importante como él señala, que volvamos a repensar, pues, el marco teórico, pero también práctico, político, de la transición a la democracia.

Por ejemplo, este comentario de él respecto al ejercicio del poder de cómo el ejercicio del poder dice: “él debe estar regulado”, “el poder debe estar fragmentado”, “y el poder debe estar vigilado”, pues me parece realmente un aporte teórico interesante, en el que debemos insistir, ¿no?

Y coincido con él, coincido y con el propósito de este seminario, Lorenzo, el propósito de este seminario es probar una vez más, no es que hayamos venido con ese fin, pero a mí me queda claro después de esta mesa, creo que lo he tenido claro mucho tiempo atrás, que es a través de la vía electoral y de las instituciones electorales, cómo se puede armonizar, cómo se puede conciliar las enormes diferencias ideológicas, políticas, sociales, de nuestro país. 

Pero sí, también coincido con la otra visión, con la otra lectura, que dice: bueno, la democracia no solamente es la electoral, sino la democracia también es económica, la democracia también es social y cuando pensemos en democracia convendría hablar de todos los ámbitos que comprende, ya sea de manera directa o indirecta, el proceso democrático. 

Yo también estoy muy preocupado por lo que estamos viviendo, por esta concentración excesiva del poder. Creo que un elemento en el que no se insiste lo suficiente es, algún sector político, ideológico que insiste en ello, no existimos con suficiencia en el tema del pluralismo. 

Hoy en esta mesa, tanto Krauze como Pepe, y creo que todos y todas, respaldaron la idea acerca de la importancia que tiene garantizar la expresión del pluralismo, del pluralismo político, del pluralismo social, como una vía de acceso a la democracia. 

Y finalmente una sugerencia y ya te lo han sugerido, pero yo también te lo quiero sugerir aquí, tienes que convocar más mesas y, sobre todo, ahora que se avecina el proceso electoral, bueno, que estamos en el proceso electoral, no solamente para tratar los temas de coyuntura que seguramente habrá muchos, como esto que ya hablaba Jacqueline, de la propaganda gubernamental y a ver qué ocurre con ese tema respecto a las conferencias mañaneras y qué pasa con las decisiones de ustedes, del INE y del Tribunal Electoral; sino temas de fondo como los que aquí se han planteado, creo que sería importante que esa labor de educación cívica que le corresponde al Instituto Nacional Electoral, sea potenciada, sea maximizada. 

Muchas gracias, Lorenzo. 

Ha sido un placer estar con todos y con todas ustedes esta mañana. 

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchísimas gracias, Jaime. 

Creo que cometería un gravísimo error si pretendiera hacer un corolario, una reflexión colectiva, nadie mejor que ustedes a quienes les agradezco muchísimo, de verdad, haber participado en esta mesa inaugural para poder sentar los puntos, no solamente de la reflexión en retrospectiva, sino de dónde estamos y hacia dónde tenemos que encaminar para el fortalecimiento democrático. 

Tomo ese compromiso, esta es una semana intensa, creo que hemos empezado de la mejor manera, celebrar los 30 años del Instituto Nacional Electoral, convocando una reflexión pública como la que aquí se ha tenido, y la que estoy seguro se tendrán en las 12 mesas no menores, temáticas que, a partir de hoy, dentro de un rato más, a la 01:00 de la tarde se seguirán, y que terminaremos con una reflexión con los representantes de los partidos políticos.

Y de una vez los invito con un documental que hemos venido trabajando a lo largo de todo este año, algunos de ustedes han participado en el mismo con entrevistas, con el que cerraremos este evento el próximo 10 de diciembre, y que anteceden, lo que ojalá y ocurra, una amplísima discusión pública convocada por el INE, pero espero por muchísimos actores sociales de cara a la que va a ser la elección más grande, y en muchos sentidos una elección sumamente importante para reivindicar esa vocación democrática que ustedes aquí han reconstruido, y de la cual ustedes no solamente han sido protagonistas en su consolidación y construcción sino también defensores.

De verdad, Rosa Albina, Beatriz, Jacqueline, José, Jaime y Enrique Krauze que ha tenido que abandonarnos por un compromiso previo, muchísimas, muchísimas gracias, toda mi admiración y agradecimiento.

Buenas tardes.

Presentadora: Agradecemos a quienes integraron la mesa inaugural del evento conmemorativo por el 30 aniversario del Instituto Nacional Electoral.

Agradecemos también a quienes han seguido esta transmisión y les invitamos a quedarse con nosotros, les recordamos que pueden consultar el programa de estas jornadas en la página www.ine.mx.

En breve dará inicio la mesa titulada sistema de partidos y pluralismo, quédense con nosotros.

-o0o-