La evolución de las autoridades electorales es resultado de la construcción de un sistema electoral robusto

Escrito por: INE
Tema: 30 años del INE

Número: 385

  • En el marco de la Conmemoración del 30 aniversario IFE-INE, Soledad Loaeza, Leonardo Valdés, Ivonne Melgar y el Consejero Ciro Murayama, participan en la Mesa “Sistema de Partidos y pluralismo” 
  • El Consejero Presidente, Lorenzo Córdova diserta en la mesa virtual con María Marván, Blanca Heredia y Jean Francois Prud´homme sobre la “Evolución de las autoridades electorales”

El Instituto Nacional Electoral (INE) y su evolución a lo largo de tres décadas es resultado de las rutas que ha emprendido el proceso de cambio político y de construcción de un sistema electoral robusto, cuya definición y defensa deben ser colectivas, sostuvo el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova.

Al participar en la mesa virtual “Evolución de las autoridades electorales”,  como parte de la Conmemoración del 30 aniversario del IFE-INE, mencionó las atribuciones del Instituto, ya que no sólo organiza elecciones -también en tiempos de pandemia, con condiciones sanitarias que no alteraron las curvas de contagio-; es el responsable de fiscalizar los recursos de los partidos políticos; provee la identidad a los ciudadanos mayores de 18 años; administra los tiempos del Estado y garantiza el modelo de  comunicación política, además de ser el ente rector del sistema nacional de elecciones que garantiza los derechos político-electorales de las y los ciudadanos.

Ante las investigadoras María Marván y Blanca Heredia, así como el investigador Jean Francois Prud´homme, sostuvo que, pese a la sobrecarga de las atribuciones, el INE “tiene resultados exitosos”, como la organización de 200 elecciones, con el mayor índice de alternancia en las urnas.

Delineó los cuatro momentos más importantes del proceso de transición a la democracia en México.

“La apertura del sistema democrático; construir un sistema electoral con reglas, normas, procedimientos e instituciones que permitieran inyectar confianzas en los procesos electorales para garantizar la libertad del voto y éste sea efectivamente contado; condiciones de equidad en la competencia y propiciar que confianza alcanzada en las elecciones federales pudiera trasminarse al ámbito de las elecciones locales”, donde el IFE y después el INE, han sido responsables de las tres últimas, precisó.

Por ello, el Consejero Presidente agregó que, además, la evolución de la autoridad electoral es resultado de grandes consensos políticos.

“El IFE-INE es el resultado de una construcción colectiva como es la construcción de la democracia, de una larga lucha, de distintos actores y por lo tanto, la defensa de la democracia y de su institucionalidad, también es una defensa que inevitablemente debe ser colectiva”.

La transición a la democracia en México es un proceso sumamente largo

En su intervención, la ex consejera Presidenta del entonces IFE, María Marván, hizo énfasis en la transformación que han vivido las autoridades electorales en los últimos 30 años. “La transición a la democracia en México es un proceso sumamente largo”, dijo.

Agregó que las instituciones electorales son producto y catalizadoras de la transición que nace en 1977. “Venimos de unas instituciones electorales dependientes del gobierno supeditadas al Ejecutivo y al PRI, donde las condiciones de competencia no eran equitativas en el sentido que favorecían al partido en el gobierno”.

Mencionó que en 1988 hace crisis el sistema electoral y en 1990, a consecuencia de las reformas electorales, nace un lado el IFE que sigue dependiendo de Gobernación, posteriormente, nace el INE, que recibe el encargo de organizar las elecciones y hacer todo lo necesario para que las y los mexicanos salgan a votar y encuentren una casilla cercana a su domicilio.

De 1996 a la fecha, se ha tenido una evolución muy importante en las autoridades electorales, en donde destacó la autonomía que han alcanzado las autoridades electorales.

En opinión de Marván, “las autoridades electorales han sido víctimas de su propio éxito, ya que las elecciones posteriores, si bien mantienen el esquema original de la autoridad que tenemos, cada reforma electoral se les dan más facultades, más responsabilidades, más obligaciones y hemos pasado de que los partidos y los candidatos tengan una autoridad autónoma que resuelva sus controversias, a una autoridad que resuelve controversias entre partidos, entre candidatos, entre ciudadanos y partidos y al interior de los partidos”.

Un éxito organizar elecciones ciertas y legales que garanticen el respeto al voto

Instituciones que garanticen elecciones ciertas, legales, imparciales, autónomas, que permiten el voto de las y los mexicanos “son un logro mayúsculo”, afirmó la profesora e investigadora, Blanca Heredia”.

“Las generaciones jóvenes, más jóvenes que nosotros, seguramente no lo vivieron, no recuerdan haberlo vivido, presenciado, pero tendrán alguna noticia y es necesario comunicar a esas generaciones la importancia de cuidar este patrimonio de un valor incalculable”, dijo en la mesa moderada por Ma del Refugio García, directora del Servicio Profesional Electoral Nacional.

La investigadora señaló que “la mayor fortaleza del INE y del sistema en su conjunto es la capacidad de organizar los procesos electorales, que sean limpios y puedan garantizar resultados legales y ciertos”, en donde el alma y esqueleto son los integrantes del Servicio Profesional Electoral; los ciudadanos que de manera voluntaria participan en la organización de los comicios, la autonomía presupuestal y un Consejo General plural integrado por profesionales.

Agregó como el mayor desafío que se enfrenta es el contexto político y que debe minimizarse el impacto en los procesos electorales “en donde la voluntad ciudadana así lo decidió, el partido del Presidente tiene mayoría, tiene el Congreso y tiene una cantidad muy importante también de gubernaturas y más concretamente, el titular del Poder del Ejecutivo es una persona en particular,  muy vocal que comunica y comunica muy bien, comunica con mucha frecuencia y que en el contexto de un proceso electoral va a implicar un reto importante para el Instituto Nacional Electoral”.

INE testimonio del cambio democrático en el país

El investigador de El Colegio de México, Jean François Prud’homme, aseguró que a pesar de sus defectos “temporales”, la historia del INE en todas sus dimensiones da muestra de que constituye “un magnífico testimonio del cambio democrático en el país”.

Hizo un recorrido por la historia del proceso organizativo del IFE-INE, su evolución en función de las múltiples reformas electorales que fueron elaboradas y aprobadas en el Congreso de la Unión y que, en su mayoría, respondían a situaciones que ponían en riesgo la vida democrática del país.

Lamentó que el INE tenga facultades que no le competen y que no siempre tienen asidero legal, como es el hecho de que, con el proceso de construcción de la confianza, se obligó a la autoridad al desarrollo de una tecnología administrativa electoral que finalmente resultó innovadora y que permite garantizar el modelo de comunicación política y el sistema de monitoreo de los gastos de campaña. 

“Todos esos elementos constituyen una apreciable y muy peculiar aportación del IFE-INE al establecimiento de sistemas electorales confiables, en contextos de desconfianza democrática.

Manifestó que la historia de la construcción institucional de la autoridad electoral en México es el resultado de un proceso complejo que cristaliza elementos importantes de la democratización de la vida política nacional. “En cierto sentido, es también la historia de las últimas tres décadas de nuestra vida política nacional con sus aciertos e imperfecciones”.

La sociedad mexicana es plural

El Consejero Ciro Murayama sostuvo que “México es una sociedad plural y esa diversidad política no merece ser distorsionada en su expresión parlamentaria”.

Durante su participación en la mesa “Sistema de partidos y pluripartidismo”, hizo un balance de lo que ha sido la conformación del Congreso en los 30 años de vida del INE y el avance de la pluralidad.

“La historia de estos 30 años nos está diciendo que la sociedad mexicana no ha cejado en su expresión pluralista, México es una sociedad denotadamente plural, así se expresa en las elecciones”, afirmó.

El Consejero Murayama mostró gráficas y estadísticas que muestran que, en las últimas elecciones, en ningún momento desde mediados de los años 90 la sociedad le ha dado a una fuerza política o coalición más de la mitad de los votos, es decir, el mandato de las urnas ha sido construir contrapesos legislativos al Poder Ejecutivo, subrayó.

Incluso en los comicios de 2018, cuando la coalición Juntos Haremos Historia tuvo menos del 44% de los votos, pero le fue asignado el 61.6% de las diputaciones. 

En su opinión, hay un problema en la traducción de esa pluralidad, en la representación formal que se debe resolver antes de que inicie el registro de las coaliciones para dar mayor imparcialidad y certeza a todos los actores políticos.

“La no verificación de la sobrerrepresentación de las coaliciones permitió que 44% de los votos acabara siendo 61.6% de los asientos de la Cámara de Diputados; es decir, una sobrerrepresentación que prácticamente duplicó el límite del 8% que permite el artículo 54 de la Constitución”.

Pluralismo ha terminado en una fragmentación

Enseguida, la escritora e investigadora de El Colegio de México, Soledad Loaeza, consideró que el pluralismo ha terminado en una fragmentación de la oposición que en poco se parece a lo que deseábamos construir en la sociedad mexicana.

“Estamos volviendo a una situación que ya conocemos, que es la de la fragmentación de las oposiciones, que lo que permite es la consagración y la presencia, la permanencia de una sola fuerza política en el poder”.

Consideró que, en 30 años, los partidos le han fallado a México y de ello “no es responsable el Presidente, a pesar de su hostilidad hacia los partidos políticos”, por lo que cuestionó si la experiencia fallida del pluralismo recae en las fuerzas políticas y en los ciudadanos.

Expuso que, si bien, ya pasó la época de los partidos de masas y han perdido identidad ideológica –“el PRI, el PAN, Morena, no se sabe muy bien a bien dónde están parados”-, éstos son necesarios y no se han encontrado sustitutos.

“Le quisiera reglar un gran pastel de fresas al INE con un diagnóstico muy optimista, pero no puedo evitar ver las cosas desde una perspectiva bastante obscura”, aunque posteriormente matizó “porque el ánimo participativo de los mexicanos, no ha declinado y, en consecuencia, es importante defender el voto y la participación electoral.

Es posible rescatar el pluralismo que hemos logrado

El investigador y ex consejero Presidente del entonces IFE, Leonardo Valdés, afirmó que, en la lucha más local, por las municipalidades y ayuntamientos, se expresa una faceta de los partidos políticos. 

“Ahí la parte sociológica, la parte social de las estructuras partidistas, está viva, está vigente, y en la medida que se mantenga viva es posible que se rescate el pluralismo político que se ha construido en el país”.

Hizo un recorrido histórico del sistema de partidos mexicanos, pasando por el caudillismo, con un partido político importante con márgenes de victoria arriba de los 99 puntos porcentuales, la formación del sistema hegemónico y su ruptura en 1988.

“Se implantó el pluralismo en nuestra sociedad a partir de la elección de 1994 y yo diría, estamos todavía más o menos en eso, a pesar de la nueva reconcentración de las preferencias políticas que se dio en 2018”, anotó.

Como parte de las fortalezas, mencionó que se ha formado un sistema de partidos competitivo, se ha incrementado la participación, la alternancia es una realidad política y tenemos relativa estabilidad institucional en términos de las estructuras de toma de decisión.

Sin embargo, Valdés Zurita mencionó también las debilidades: el desencanto democrático, un déficit de la cultura cívica, una creciente fragmentación en el voto con una repentina y transitoria concentración en la última elección, pero también hay riesgos para la gobernabilidad democrática.

El cambio en el sistema de partidos a través de una mirada periodística 

La periodista Ivonne Melgar ofreció un testimonio de momentos “clave” de la historia mexicana a través de la cobertura periodística de la elección de 1997, cuando la Cámara de Diputados inauguraba su rol de contrapeso del Ejecutivo Federal”. 

A los de mi generación, enfatizó, “nos tocó ocho años atrás, la inaugural confirmación de un triunfo opositor, cuando 48 horas después del domingo electoral del 2 de julio de 1989 el dirigente del PRI, Luis Donaldo Colosio, reconocía que las tendencias de los resultados indicaban que el candidato el PAN Ernesto Ruffo había triunfado en Baja California”.

En suma, dijo, era la antesala de los 90, “los años en que aprendimos a cubrir la pluralidad, su defensa y despliegue”.

Y posteriormente la cobertura del emblemático 2 de julio del año 2000 y la primera alternancia en la Presidencia de la República, así como las sucesivas y normalizadas alternancias en las gubernaturas con énfasis en el reconocimiento de la pluralidad y la diversidad étnica, la deuda con los pueblos originarios y la agenda que el EZLN había colocado en el centro del debate político y público, la desigualdad y  marginación y posteriormente, la siguiente alternancia en 2012.

En suma, su experiencia en el tránsito de la Presidencia de la República a San Lázaro, donde más temprano que tarde, la pluralidad se impuso a la pretensión de una unanimidad ficticia.

Consideró que es pronto para juzgar si la nueva mayoría partidista conformada en las elecciones del 2018 con el PRD, PT, Encuentro Social, Partido Verde y PRI, en torno a la autoproclamada Cuarta Transformación, abanderada por el ahora Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, “habrá de sofocar la pluralidad que hizo posible su existencia”.

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