VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL FORO INTERNACIONAL “LA NUEVA NORMALIDAD: TECNOLOGÍAS APLICADAS A LOS PROCESOS ELECTORALES”
Muchísimas gracias, Roberto por la siempre gentil y generosa presentación.
Si estuviéramos en un foro distinto, muy probablemente tendría que aclarar que, en buena medida, esta presentación se debe a que somos amigos, pero, aunque así estamos, esta es una gran reunión de amigos de esta familia electoral latinoamericana, pues bueno, creo que sobra la aclaración. Mil gracias, Roberto, por la presentación.
Y, pues quiero agradecer muchos a la Registraduría Nacional y al Consejo Nacional Electoral de Colombia por el espacio para poder reflexionar.
Hernán un gusto de saludarte, y muchas felicidades por esta decisión.
Nosotros ahora tenemos en México y, perdón, ahora entro a lo de la tecnología acabamos de tomar la semana pasada en el INE una decisión para introducir un criterio de paridad obligando a los partidos políticos en las elecciones del próximo año que serán las más grande de la historia y en donde se renovarán, entre otras 15 de las 32 gubernaturas, pues criterios de paridad en la postulación de candidatas.
En los últimos 50 años ha habido solamente nueve gobernadoras a lo largo de este periodo, entonces pues ahí teníamos un tema. Acaban de controvertirlo esto algunos partidos ante los órganos jurisdiccionales, pero bueno, la historia en este sentido, pero ya, digamos, sigue, está abierta, las fronteras abiertas de la violencia política contra las mujeres, también lo está.
Pero no es el tema de esta mesa, así que me centro en los puntos de esto, ya tendremos ocasión de seguir empujando esta agenda que es una agenda que paradójicamente, a la par de los alcances en términos de paridad, ha traído consigo un incremento, también, de la violencia política en contra de las mujeres.
Felicidades y hasta ahí lo dejo.
Y, felicidades, Hernán y muchas gracias por la posibilidad de estar aquí con todos, las amigas y amigos, los saludo a todos. Obvio ya Brenda, Teresa, Sergio, en fin, gracias, Piero, que estaba por ahí todavía, en fin.
Quiero hacer tres reflexiones muy breves, preliminares y luego poner sobre la mesa, también de manera telegráfica, ocho casos, ocho temas que tienen que ver con el uso de tecnología en el sistema electoral mexicano que probablemente no son los únicos, debo decirlo, pero probablemente sean los más emblemáticos y los que vale la pena poner sobre la mesa en este espacio, desde mi punto de vista.
Tres reflexiones preliminares: la primera reflexión que es de alguna manera de contexto y ya que aquí a Piero la reflexión gastronómica peruana debo decir que tampoco cantamos malas rancheras aquí en México en términos gastronómicos, con un pequeño detalle adicional que, por la diversidad y la enormidad de este país, digamos, el sistema electoral mexicano bien puede asemejarse a la gastronomía mexicana, es de una diversidad, de una complejidad verdaderamente espeluznante en muchos sentidos.
Dicho eso, creo que es importante, para entender nuestro sistema electoral partir de una premisa, una premisa, por cierto, a partir de entre muchas de nuestras raíces, pero que este es el punto definitorio, quieren entender la lógica del sistema electoral mexicano, partan de la premisa de que es un sistema construido por entero en la idea de combatir la desconfianza; es decir, es un sistema que tiene esa premisa fundamental
Todo el sistema electoral mexicano, todo lo que se ha venido haciendo y todo lo que se ha dejado de hacer, incluso en materia tecnológica, por ejemplo, tiene que ver con este gran, digámoslo así, “pecado original” que dio origen hace 30 años a este sistema electoral y que tiene este propósito fundamental: inocular la desconfianza.
Ahora con las elecciones en los Estados Unidos, digamos, vemos lo que significa un sistema electoral fundado en la confianza cuando tienes elementos o jugadores disruptivos que, digamos, que están dispuestos a desafiar las propias reglas del juego.
Dicho esto, nuestro sistema es exactamente, está exactamente a las antípodas de un sistema como el norteamericano que está, por el contrario, fundado en la confianza.
Segunda reflexión preliminar y retomo lo que decía Roberto.
La introducción de tecnología es inevitable, digo yo, pero tiene que hacerse con muchísimo cuidado, porque Roberto decía, como buen politólogo, “construcción de acuerdos mínimos”. Yo soy más teórico de la política, así que más que politólogo, entonces yo te diría, “sí, maximización de consensos”.
Entiendo lo del consenso, hay que tomarlo con cuidado Roberto, pero yo creo que este tipo de decisiones de introducción de tecnología en los sistemas electorales, cierto, tiene que tener una lógica de gradualidad, pero, sobre todo, tiene que tener una lógica de fundamentación política; es decir, no vale la pena introducir mecanismos tecnológicos si estos te van a romper esta base de política, digámoslo así, de consenso básico o acuerdos mínimos, como tú llamabas, y te va a introducir un elemento de desconfianza en un sistema electoral.
Es decir, por paradójico, por absurdo que pueda parecer, no vale la pena perder, incluso porque la tecnología te ayuda a economizar costos, abaratar costos, acelerar procesos y demás, pero si todo eso implica una construcción políticamente no bien aceitada y que en consecuencia te implica pasos atrás en términos de la confianza, la verdad no vale la pena y más vale seguir contando boletas o papeletas a mano, y demás.
Hasta que no construyas esta base sobre la cual los procesos tecnológicos se convierten en una manera de facilitar y mejorar el sistema y no de debilitarlo o empeorarlo, en términos de ésta que es parte fundamental, diría que incluso la columna vertebral de la integridad electoral, que es la construcción de confianza a la que estamos obligados.
Y la tercera reflexión preliminar tiene que ver con un tema adicional. En los tiempos que corren, digamos, de progreso tecnológico como el que tenemos, creo que la inversión en tecnología que hagamos las autoridades electorales tiene que ir aparejada a una inversión muy importante en términos de ciberseguridad.
Digamos, a veces se menosprecia, a veces se deja de lado, pero a veces es muy poco visible, pero, finalmente, los avances tecnológicos, la incorporación de mecanismos de novedades tecnológicas tiene que estar aparejada de este otro, digamos, esta otra dimensión, tal vez menos visible, pero que puede ser fuente de enormes problemas, y justamente, una construcción del discurso de desconfianza.
Piensen ustedes, por ejemplo, el tema del hackeo, de la intervención rusa en las elecciones de los Estados Unidos. Todo lo que ha traído en términos de construcción este discurso de desconfianza.
Entonces, el tema de ciberseguridad no es un asunto menor, en el caso mexicano lo decimos con mucha franqueza, se nos ha criticado mucho al INE, criticado mucho al INE, la inversión que se tiene en esta materia. Mecanismos internos, divisiones internas del propio Instituto de ciberseguridad. La contratación de aliados de, digamos, de empresas, digamos, externas que nos ayudan a validar y testear permanentemente nuestros sistemas, en fin.
En el 2018 en pleno proceso electoral, en el que muchos de ustedes nos acompañaron, el INE, Brenda tal vez lo recordará, tú estabas encabezando la misión técnica de la OEA de observación, justo las mismas semanas en pleno proceso electoral el Banco de México fue hackeado, el sistema de transferencia electrónica interbancaria fue hackeado.
En esos mismos momentos lo pudimos decir después, a mí me prohibieron hablar de este tipo de ataques porque estábamos en el pleno proceso, el INE sufrió el que ha sido el ataque de hackeo más grande que la historia se tiene registrado respecto de una instancia pública mexicana. Y logramos detenerlo.
Evidentemente, esto ocurrió en los días previos a la Jornada Electoral. Estaban testeando nuestros sistemas, la vulnerabilidad, para eventualmente intervenir.
Y, miren, perdónenme, muchos de ustedes conocen la historia política mexicana, saben lo que significa para nosotros el tema de la calidad del sistema.
Todo arrancó hace 30 años precisamente a partir de eso, se cayó el sistema en 1988 y se reinventó el sistema electoral mexicano que hoy conocemos.
Perdón que me haya extendido, pero esas son las premisas fundamentales. Ocho temas en los que en México hemos apostado, desde el INE, de manera muy importante en tecnología, y que esto ha servido justamente para ir construyendo la confianza.
Vuelvo a insistir, la tecnología puede ser fuente de construcción de confianza, y puede ser fuente de deconstrucción de la misma.
Estos son los ocho casos en los que hemos poco a poco, paulatinamente, instrumentado tecnología de manera muy importante en los procesos electorales en esta lógica de construcción de confianza.
Primer gran tema, en fin, los amigos colombianos, los amigos peruanos, en Brasil saben perfectamente, el INE es una de las instituciones que tiene que hacerse cargo del listado de electores, del Padrón Electoral.
Hablamos de la base de datos, más de 90 millones, en enero llegaremos a 92 millones de ciudadanas y ciudadanos inscritos en este Padrón Electoral, que tiene una finalidad que, aunque nace siendo electoral trasciende lo electoral, y hoy por hoy se ha convertido en la base de identidad más importante del Estado mexicano.
Estamos hablando no solamente del conjunto, digamos, del sistema informático que resguarda los datos personales, incluyendo biometría dactilar y facial de más de 90 millones de personas, sino además, de un mecanismo que surge, digamos, que nace con una finalidad electoral, tener un Padrón cierto para las elecciones, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en el mecanismo de identidad fundamental en nuestro país, la credencial para votar que se desprende del registro en este Padrón Electoral se ha convertido en el mecanismo de identidad por excelencia.
Esto ha implicado que este mecanismo, insisto, en el que se invierten grandes cantidades de recursos para su mantenimiento, actualización y protección de datos personales, haya servido también para, digamos, múltiples propósitos no electorales: primero, para poder autenticar la identidad, tenemos convenios con instituciones bancarias, con notarios, con registros públicos de propiedad, etcétera, etcétera, para que las ciudadanas y ciudadanos que acudan a hacer un trámite puedan autentificar la identidad con la base de datos del Instituto, esto en tiempo real y prácticamente con el uso también de biometría.
Entonces, esto además nos ha servido para combatir un problema no menor en un país con presencia del crimen organizado, como lo es el nuestro, para combatir un delito grave, un problema grave que es el robo de identidad. Entonces, todo esto que nace con una finalidad electoral ha servido para esto otro.
Además, esta base de datos digital nos sirve para poder verificar en tiempo real y permanentemente que los partidos políticos cuenten con el número mínimo de afiliados que pide la ley para mantener el registro, nos ha permitido para, a través de una APP de Smartphones, de dispositivos móviles, poder verificar, por ejemplo, el número de apoyos, de firmas que se requieren para poder inscribir una candidatura independiente, la captura de apoyos puede hacerse en papel en las zonas en las que no hay cobertura, pero estamos haciéndola ya a través de dispositivos móviles, es decir, esto resguarda la información, permite una validación en automático, instantánea, digámoslo así, del apoyo, etcétera.
Nos ha servido también esta aplicación para recabar firmas para las consultas populares, para las iniciativas ciudadanas, en suma: es una base de datos que tiene una traducción múltiple, digamos así, en sus (inaudible).
Segundo gran ejemplo, o segundo caso. La distritación electoral, para mí es particularmente importante, con Roberto lo platicamos hace poco en un foro en el George Washington, porque en Estados Unidos, sobre todo, se sigue insistiendo que es imposible una distritación y con ello se sigue sosteniendo la idea del Gerrymandering.
En México, el INE está obligado a hacer la distritación tanto federal como local, la distritación electoral y esto ocurre cada 10 años, cuando se hace el censo, pero aquí lo hacemos ya prácticamente de manera digital, de manera automatizada, es decir, esto en Estados Unidos (inaudible) no se puede, bueno tan se puede que vengan a México a ver cómo se hace.
Tenemos sistemas informáticos en donde toda la base de datos del censo, que es digital, se cargan; tenemos toda la base de datos electoral para compulsarla y prácticamente lo que tenemos es un sistema, todo esto se hace con notario en un ceremonia particular, etcétera, etcétera, que automáticamente, hablo de la distritación federal, distribuye la población en los 300 distritos electorales, tomando en cuenta incluso una serie de elementos que la ley electoral nos obliga, por ejemplo, la división política.
Los distritos electorales no pueden trascender las entidades federativas, se tiene que procurar no partir municipios en la medida de lo posible, pero esta es una premisa que está en la ley; se tienen que aglutinar en la medida de lo posible poblaciones indígenas para tratar de constituir distritos electorales, ahorita tenemos 28 de los 300 distritos electorales que tienen una población de 40 por ciento o más perteneciente a los pueblos y comunidades indígenas.
Se tienen que (inaudible) accidentes geográficos, ríos, barrancas, etcétera y se tienen que tomar en cuenta también las vías de comunicación, porque la distritación no solamente tiene la lógica teórica, digamos, básica de garantizar en principio una cabeza, un voto o de igual representación de las (inaudible) de la población, sino también es la base sobre la cual está entretejida la organización electoral.
Toda la cuestión de logística, traslado de los materiales electorales y demás, tiene que tomar en cuenta vías de comunicación y demás, pues todo eso lo hace este sistema de manera automatizada, de modo tal que arroja un escenario que después, ahí sí, en la lógica de consensos políticos mínimos, se puede ir ajustando a mano, digamos.
Tercer gran elemento, nosotros somos el único órgano electoral del mundo que tiene desde 2007 la finalidad de administrar el acceso de los partidos políticos a la radio y la televisión y de vigilar que este acceso, o de que en estos medios de comunicación electrónica se cumplan las reglas y las prohibiciones (inaudible) en la ley, entre otras por ejemplo, que ninguna persona y en un modelo, bueno en Argentina lo tienen, en Chile lo tiene, en fin, que es el modelo europeo, que está prohibida la compra de publicidad en radio y televisión y, por lo tanto, se tiene que utilizar la franja, como algunos lo llama, para que los partidos tengan acceso.
Bueno, para garantizar y verificar que eso ocurra, el INE, desde 2009 tuvo que constituir un sistema de monitoreo de la radio y la televisión. En México y en el mundo, somos la única autoridad electoral en el mundo y en México la única, que monitorea todas las transmisiones de radio y televisión, cotidianamente, 24 horas al día, siete días al año, nosotros estamos monitoreando más de tres mil 400 emisiones de radio y de televisión, 2 mil 60 de radio y mil 371 de emisiones de televisión se trata de transmisiones de tele abierta y de tele de paga; es decir, y esto, todo esto se graba.
Evidentemente esto sería imposible sin una inversión muy importante en términos de infraestructura tecnológica, y esto nos permite en automático saber identificar cuando se transmite un spot de un partido político, garantizando que esa transmisión tenga que hacerse conforme a las pautas que emitió la autoridad electoral, en fin, algo que habría sido imposible sin la tecnología.
Dato importante, dado que somos el único órgano que lo hacemos, ahora este sistema del INE les da servicio a otros órganos del Estado para garantizar, por ejemplo, que la propaganda gubernamental del Poder Legislativo y del Poder Judicial, e incluso del gobierno, se transmita efectivamente a través de la radio y de la televisión.
Cuarto ejemplo, me apuro sé que estoy con el tiempo, voy contrarreloj y voy a tratar de ser telegráfico.
Bueno, los mecanismos de información preliminar de resultados.
En México por ley los votos legalmente se cuentan en cada una de las mesas de votación al cierre de la mesa, como ocurre en todos lados, pero la agregación, es decir, el cómputo agregado de los votos por ley ocurre el miércoles posterior al domingo de la elección, evidentemente se trata de dos vías que si no fluye la información sería gravísimo en términos de la gobernabilidad y estabilidad democrática.
Por eso, desde la misma noche de la elección el Instituto Nacional Electoral siempre en las elecciones federales y ya habido, en virtud de sus facultades reglamentarias, también a los órganos de los estados, en las elecciones locales a difundir a través de mecanismos preliminares de información, de resultados, son resultados oficiales, son preliminares y, por lo tanto, no son definitivos a través de dos grandes sistemas: el PREP, que lo llamamos el Programa de Resultados Electorales Preliminares que implica la agregación de los resultados acta por acta de cada uno de los centros de votación con la imagen digitalizada de las actas, esto ya prácticamente se hace en todos lados.
La novedad en México es que gran parte, cerca del 60 por ciento en las últimas elecciones de esta información es capturada directamente en la mesa a través de los smartphones que tienen de campo distribuido a lo largo y ancho del país y del propio Instituto Nacional Electoral.
Y el otro mecanismo son conteos rápidos, son pocos los órganos electorales en el mundo, normalmente los conteos rápidos los hacen medios de comunicación, en fin, pero en México se ha decidido que el INE haga su propio conteo rápido, que por la capacidad de campo que tenemos; es decir, por la dispersión territorial de nuestro personal, nos permite tomar la información desde el propia centro de votación antes de que se cierre, cosa que no pueden los medios de comunicación y, además, hacerlo con niveles de muestra altísimos que nos han permitido que en los conteos rápidos tengan un índice, un margen de error del 0.3 por ciento; es decir, prácticamente nulo.
Nadie podría hacerlo, lo ha hecho el INE y el conteo rápido del INE se ha convertido en un punto de referencia del resto de los conteos rápidos.
Sistema Integral de Fiscalización, voy en el texto, bueno, nosotros tenemos que fiscalizar a los partidos, y muchos de ustedes lo saben hemos construido un sistema informático que permite que los partidos cumplan con la obligación legal de reportar en tiempo real, es decir, con un máximo de tres días, todos los ingresos y todos los gastos, no solamente en los montos, no solamente el objeto, sino, también, el comprobante fiscal de esos ingresos y de esos gastos.
Esto nos permite tener un sistema informatizado que, sumado a las otras facultades de fiscalización del INE, la posibilidad de trascender secretos bancarios, fiduciario o fiscal, la posibilidad de acceder directamente a toda la base de datos fiscal y poder compulsar facturas en tiempo real permite cerrar la pinza de la fiscalización.
Se trata de sistemas, todos estos, realizados y utilizados por el INE y que, lo saben ustedes, hemos puesto a disposición a través de la OEA, a través de UNIORE, en fin, a disposición de los otros órganos electorales. Claro, el código fuente es nuestro y evidentemente esto implicaría ajustes en otros países, pero me parece que tenemos un sistema de fiscalización informático muy robusto.
El paso en el que esperamos el próximo año avanzar, es que los informes que los partidos, tanto de campaña como de gasto ordinario están obligados a entregar, ya no los hagan los partidos, es decir, sino que el propio INE, dado que tenemos la información fiscal, les genere el informe y ellos tengan solamente que validar. Es decir, nosotros estamos yendo un paso adelante del gasto y de los ingresos que tienen que recortar los propios partidos.
Termino con tres temas básicos: urna electrónica. Nosotros no tenemos urna electrónica, aunque hemos introducido de manera muy paulatina el uso de manera vinculante de urnas electrónicas.
El 18 de octubre pasado tuvimos elecciones sólo en dos estados, bueno Coahuila e Hidalgo, estamos hablando de 4 millones y medio de potenciales electores, en Bolivia fueron 7 el mismo día, es decir, esas son las dimensiones en las que nos movemos en México.
En estos dos estados utilizamos ya un centenar de urnas electrónicas que nos van a permitir en esta lógica que decía Roberto, de gradualidad paulatina, de ir introduciendo y demostrando cómo la votación electrónica puede realizarse sin alterar, digámoslo así, esta base de confianza a la que antes me refería.
Pero esto estamos, aquí sí, en pañales, con Sergio hemos platicado esto justamente, nos ha mostrado varios de los mecanismos que ya Teresa nos comentaba que se han utilizado en Argentina, aquí estamos un paso atrás, pero sí hay un tema de historia no menor en el que poco a poco con esta introducción gradual estamos tratando de subsanar.
Voto por internet. El próximo año nosotros tenemos una enorme diáspora, como ustedes saben, tenemos registrados cerca de un millón y medio de mexicanos en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, y aunque se permite el voto desde el extranjero por la vía postal, dado que esto es con paquetería es carísimo ese voto.
Hemos introducido a la ley si nos permite esta brecha un mecanismo alternativo para en las elecciones del próximo año, de junio del próximo año, en los 11 estados en donde se puede votar desde que reconocen el voto en el extranjero para las elecciones locales, hemos introducido la posibilidad de que quien desee inscribirse para votar, puede optar por el voto postal o por el voto por internet.
Estamos convencidos, se ha hecho un sistema, este es el único sistema por cierto que se subcontrató, hay muchos mecanismos, nosotros hemos validado y verificado estos sistemas, en fin, es una apuesta, es la primera vez que va a ocurrir, creo que hay suficientes sistemas de seguridad para esto y evidentemente esta modalidad en tiempos de pandemia puede abrirnos nuevos escenarios, incluso para el voto nacional, es decir el voto en territorio nacional.
No sé Roberto, tengo un minuto para contar… Un minuto…
En el combate a la desinformación, esto lo estudió bien también la OEA y lo hemos platicado en múltiples espacios, nosotros instrumentamos en la elección del 2018 un mecanismo muy variado que iba desde alianzas con gestores de redes sociales hasta incentivar estos mecanismos de fast checking por parte de la sociedad civil.
Pero el día de la elección echamos a andar este mecanismo que llamamos certeza, que no es otra cosa sino aprovechar la capacidad de campo instalada que tiene el INE, nosotros tenemos, por ejemplo, para el próximo año tendremos que contratar cerca de 70 mil personas que hagan trabajo en campo. El trabajo en campo de preparación y sobre todo de acompañamiento a los funcionarios de mesa el día de la elección.
A todos y cada uno de estos funcionarios los dotamos con un smartphone y la idea es, si los dotamos con un smartphone, que sirve a través de aplicaciones para capturar, por ejemplo los resultados del PREP entre muchas otras cosas, también tenemos a 70 mil funcionarios del INE dotados de una cámara y eso quiere decir, que el sistema de certeza es un sistema que instrumentamos para poder nosotros mismos validar o desmentir información en tiempo real generando incluso testigos gráficos respecto de acusaciones como, por ejemplo, en tal mesa hay violencia, en tal mesa se interrumpió la votación, etcétera, etcétera.
Con este sistema nosotros podemos contactar en pocos minutos directamente al funcionario que tiene la cobertura o la responsabilidad de la mesa en cuestión para que nos genere testigos gráficos, eventualmente validando o permitiéndonos tener mecanismos para desmentir la información.
Es un sistema muy complejo, en suma, podríamos hablar mucho de cada uno de estos, he abusado del tiempo Roberto te agradezco tu amabilidad.
Pero bueno estos son algunos de los ejemplos fundamentales de cómo en México el sistema electoral mexicano ha hecho de la tecnología un mecanismo básico, cotidiano, digámoslo así, de operación de nuestras funciones en algunos casos indispensable, sin que esto merme la confianza, al contrario, se trata de estos mecanismos, herramientas tecnológicas que nos han servido precisamente para cimentar la confianza en el sistema electoral.
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