Intervención de Lorenzo Córdova, en Sesión Extraordinaria, en la aprobación del Plan integral y calendario del Proceso Electoral 2020-2021

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 6 DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA, POR EL QUE SE APRUEBA EL PLAN INTEGRAL Y CALENDARIO DEL PROCESO ELECTORAL FEDERAL 2020-2021, A PROPUESTA DE LA JUNTA GENERAL EJECUTIVA

 

Con este documento que aprobaremos estamos sentando las bases de coordinación, el cronograma, la secuencia de actividades, que si bien están mandatas por ley, se nutren de la larga experiencia de esta institución en la organización de elecciones.

Este documento en buena medida articula y da cuenta del que estoy convencido, es una de las actividades, un conjunto de actividades, una secuencia de actividades de una enorme complejidad, probablemente se trata de la secuencia de actividades más compleja que realiza el Estado mexicano, más precisa y mejor lograda.

El documento que hoy estamos discutiendo y que aprobaremos, se trata de un documento que se nutre de 30 años exitosos, de acumulación de conocimiento técnico, operativo, en la organización de los procesos electorales.

Organizar elecciones la mejor manera de desmentir esa idea es, precisamente, una breve hojeada a este documento, es mucho más que poner mesas de casilla, que recibir y contar los votos de las y los ciudadanos.

Ese punto que es el punto más visible, el punto de identidad, digamos, de todo proceso electoral democrático, largas filas de electores formados para emitir su voto, como diría Norberto Bobbio, es solamente la cara visible de un proceso articulado en una secuencia larguísima, 617 actividades que a lo largo de 9 meses, como lo mandata la ley, se despliegan a lo largo y ancho del territorio nacional.

La organización del proceso electoral, decía, es probablemente una de las actividades más complejas que realiza el Estado mexicano, sino es que, probablemente, sea la más compleja de todas.

Y lo es, porque de esa complejidad y de lo bien logrado de la misma, de cada una de esas actividades, depende la construcción de un insumo insustituible para la convivencia democrática, la confianza en torno a los procesos políticos de renovación del poder público.

Esta secuencia de hechos que engarzan lo que en este Instituto hemos denominado la cadena de confianza, refleja, justamente, la puesta civilizatoria que trajo consigo el proceso de democratización en México, y del que depende la confianza, por ende, la legitimidad de todo el sistema democrático.

En el sistema electoral mexicano, no hay pie para la improvisación, estamos hablando de actividades perfectamente definidas, perfectamente eslabonadas y perfectamente ubicadas en el cronograma que arrancará el próximo 7 de septiembre, que culminará el 6 de junio con la elección y con las actividades posteriores.

De ello depende la viabilidad de nuestra democracia, de ello depende la recreación pacífica del poder público.

La cadena de confianza implica que no hay una actividad que pueda realizarse deseslabonada de las otras; no hay una actividad que pueda realizarse si la que le antecede y en la que se funda está debidamente cumplida, está debidamente asentada.

El proceso electoral es una especie de capas sedimentarias en las que el éxito de una depende, justamente, de que las previas se hayan hecho, concretado en tiempo, en forma y debidamente.

Estamos hablando de un documento eminentemente técnico, si se le ve así, aislado en sus propios medios, pero de ese documento técnico depende, justamente, la dimensión política que significa un proceso electoral llevado a cabo adecuadamente.

Un proceso electoral en donde ganadores y perdedores acepten sus resultados y se renueve el poder público de manera pacífica.

Esto es mucho más que una mera hoja de ruta, es justamente la demostración de esa construcción, insisto, que nos ha llevado tres décadas y que es punto de referencia a nivel mundial, porque sí, si algo identifica México en el mundo es el reconocimiento que se hace de cómo hacemos elecciones.

Este documento es la prueba palpable, insisto, con una dimensión técnica a la que subyace el gran arreglo político que articuló y permitió la transición a la democracia.

Quien quiera que vea este documento, podrá tener conocimiento a priori de todo lo que irá ocurriendo día a día a lo largo de los próximos nueve meses.

Este documento no solamente es una guía orientadora, una carta de navegación para todos y cada uno de los órganos del Instituto, es el documento que le dice a cualquiera de los órganos delegacionales o centrales lo que tiene que hacer, cómo lo tiene que hacer y cuándo lo tiene que hacer para que los procesos electorales que algunos, no sin razón, han definido como un complejo aparato, sofisticadísimo aparato de relojería pueda llevarse a cabo.

Es una guía orientadora para los trabajos del Instituto, pero también es la fuente de la certeza de la que depende, al final, la legitimidad del entero proceso electoral, porque le permite a cualquier ciudadana o ciudadano, le permite a cualquier actor político saber qué es lo que va a ocurrir, a cargo de quién va a ocurrir la realización de una actividad y cuándo va a ocurrir.

Este documento no solamente es la némesis de la improvisación, sino que además es precisamente el producto, repito, de esa lucha por construir confianza, por construir procesos electorales ciertos, por construir procesos electorales confiables y al final del día, legítimos y democráticos.

Este documento es la mejor prueba, insisto, de que si algo sabemos hacer en México son elecciones, es la mejor prueba, la mejor constatación del por qué hoy las elecciones ya no son como lo eran hace 30 años, un problema, y por qué los grandes problemas estructurales del país están en otros lados, no en esta materia.

El seguimiento puntual de todas y cada una de las etapas, de los momentos, de las actividades que hoy estaremos aprobando a lo largo de los próximos nueve meses, por parte de todas las instancias del Instituto, en coordinación con los Organismos Públicos Locales Electorales, será la clave para que una vez más podamos dar a la sociedad mexicana una elección cierta, confiable y transparente, y que le permita a quienes nos representan y nos gobiernan, que se ocupen de los verdaderos problemas nacionales porque lo electoral, como lo demuestra este documento, desde hace rato se hace bien.

Y lo que ha ocurrido en el país es precisamente porque tenemos documentos y la actuación institucional regida (inaudible) calendarios como los que estamos hoy discutiendo.

 

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