VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA VIDEOCONFERENCIA “SARS-COV-2: ALGUNAS CONSIDERACIONES BIOLÓGICAS”, EN EL MARCO DE LA CÁTEDRA FRANCISCO I. MADERO
Muchísimas gracias, muy buenas tardes a todas y a todos quienes nos escuchan.
Saludo con mucho afecto al doctor Fernando Castañeda, titular de esta, coordinador general de esta cátedra, a todos los miembros del Comité Académico de la misma, a los colegas del Instituto, a los colegas de la UNAM que hacen posible, gracias a esta sinergia, los esfuerzos que hoy llegan a su fin en su primera etapa y, qué mejor manera de hacerlo que teniendo aquí, a quien saludo muchísimo y con mucho afecto y con mucha estima y el aprecio de siempre, al doctor Antonio Lazcano Araujo.
Hace algunas semanas, hace poco más de un mes, tuvimos el privilegio en el Instituto Nacional Electoral, de que el doctor Antonio Lazcano impartiera una conferencia magistral en el marco de las llamadas Conferencias Estacionales que en el INE reiniciamos, luego de la irrupción de la pandemia, con la finalidad de incentivar el intercambio entre la academia y la comunidad electoral.
En aquella ocasión el tema de la conferencia impartida por el doctor Lazcano fue “Ciencia y democracia: quo vadis, México”, mismo que fue definido mucho antes el tema de la conferencia, fue definido mucho antes que surgiera esta pandemia de Covid-19 que ha alterado todos los ámbitos de la convivencia pública y privada.
En esa conferencia estacional, el doctor Lazcano nos planteó su visión sobre lo que está pasando en el ámbito de la ciencia con las transformaciones política que se están gestando en los últimos meses en nuestro país. Entonces nos recordó, entre otras cosas, que las posturas anticientíficas que se están experimentando en México también se han dado en otros países.
Nos explicó los riesgos de disminuir el financiamiento a la investigación científica, especialmente en un país como el nuestro en el que la iniciativa privada nunca ha sido un motor para este tipo de investigación.
También nos planteó entonces, los elementos que en un ambiente anti intelectual, como el que vivimos actualmente en México, están abriendo paso a un debilitamiento de la laicidad del Estado que ha sido por más de 150 años un factor inherente a nuestra vida republicana, y a mí me gusta enfatizarlo, también a la educación y a la ciencia por mandato incluso constitucional.
Nos recordó que él veía una confusión en la interpretación de los métodos y propósitos de la ciencia para las nuevas autoridades en la materia, del CONACYT, ya que se considera que la ciencia es democrática, cuando en realidad es participativa.
Con estos elementos el doctor Lazcano nos explicaba que alguna de las consecuencias que en México tiene el que no hayamos construido una auténtica política de Estado en materia de promoción a la investigación científica.
Estas reflexiones, que ciertamente son detonadas por lo que se ha experimentado en los tiempos recientes en relación con las instituciones dedicadas a promover y desarrollar el conocimiento científico, nada tenían que ver con la coyuntura generada por la pandemia que nos aqueja a todos en México y en la comunidad internacional desde marzo pasado.
Platicamos, incluso, de la pertinencia de que unas reflexiones en torno a la pandemia, en torno al Covid-19, pudiera hacerlas como científico destacadísimo que es, en el marco de aquella conferencia.
Y pensamos que este espacio, justo el de la Cátedra Francisco I. Madero sería más pertinente para reflexiones, mucho más aterrizadas en un problema concreto, y no necesariamente en el problema general del estado de la ciencia en México y su devenir.
Justo por la importancia que ha provocado la comprensión del Covid-19 habría sido un despropósito que no escucháramos una reflexión sobre este tema fundamental, de parte de una de las mentes más brillantes de nuestro país en materia de evolución biológica.
Es por ello que, para cerrar esta primera etapa de la Cátedra Francisco I. Madero, que ha sido, hay que reconocerlo, particularmente exitosa. Afortunadamente ha logrado arraigarse, y creo que, Fernando, si me permites, este primer ciclo nos coloca ya en la necesidad inminente de tener que pensar en el que viene.
Hemos pedido al doctor Antonio Lazcano que nos comparta algunas reflexiones que nos ayuden a darle perspectiva a nuestro conocimiento sobre el Coronavirus.
Antes de cederle la palabra al doctor Lazcano permítanme insistir en algo que hace un mes comenté, y que vuelvo a hacer cada vez que tengo oportunidad; y más todavía cuando tenemos la distinción de poder estar al lado de uno de los científicos, de los teóricos de la evolución más importante en el mundo, y que ha dado nuestro país.
Insistir en la importancia de no caer en interpretaciones creacionistas, ni en la biología, ni para entender nuestra democracia.
Reitero lo que comenté cuando presenté aquella conferencia magistral: ciencia y democracia están profundamente vinculadas, ni la ciencia se da de un día para otro, ni el conocimiento científico se da de un día a otro, ni los países se convierten en democracias de la noche a la mañana. Sin embargo, hay algunos intelectuales orgánicos, podríamos decir, que quisieran negar la evolución democrática y, en cambio, impulsar una visión dogmática, oscurantista de, digamos, de un surgimiento por generación espontánea de la democracia.
Quisieran hacernos creer que México se volvió democrático de un día para otro, negando, por cierto, los esfuerzos de decenas y decenas de mexicanas y mexicanos, centenares de ellos, millares de ellos, centenares de millares de ellos que durante décadas se comprometieron por el cambio científico y por preservar la laicidad, insisto, en la política y también en la ciencia.
Toda la evolución de nuestro andamiaje electoral, todo parecería ser negado por una interpretación creacionista de nuestra democracia, el problema de este fenómeno es que esas interpretaciones creacionista y dogmática de la política de las elecciones, nos remiten a las conductas propias de los regímenes autoritarios.
A lo largo de la historia es comprobable la animadversión que, tradicionalmente los sistemas autocráticos han tenido respecto a la ciencia, a la que suelen, por cierto, calificar, no es algo nuevo, con adjetivos cuando la ciencia es ciencia y punto, o no lo es y el pensamiento crítico; una cosa es la ciencia y otra es la ideología y más nos vale mantenerlas separadas.
Seamos claros y veamos los datos en contexto; intentos de transformaciones con tintes autoritarios aquejan al mundo, ataques a la prensa, recortes presupuestales a la investigación científica, intentos de mermar la división de poderes.
De ahí la importancia, a pesar de que hoy nos centramos en un punto específico a partir de una visión científica, el Covid-19, las reflexiones de un experto en el tema evolutivo como lo es el doctor Antonio Lazcano Araujo, un universitario de excepción, un universitario del que, como universitarios debemos sentirnos orgullosos, a quien agradezco muchísimo la participación esta tarde para cerrar este primer ciclo de conferencias de la Cátedra Francisco I. Madero.
Muchísimas gracias, de veras, doctor Lazcano, uno honor tenerlo con nosotros.
Fernando, por favor.
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