Intervenciones de Lorenzo Córdova, durante el panel virtual, Retos y desafíos ante la reanudación del Proceso Electoral del Estado de Hidalgo 2020

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LAS INTERVENCIONES DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, DURANTE EL PANEL VIRTUAL “RETOS Y DESAFÍOS ANTE LA REANUDACIÓN DEL PROCESO ELECTORAL DEL ESTADO DE HIDALGO 2019–2020”

 

Primera intervención

 

Muchísimas gracias, Guillermina.

Yo quiero comenzar, como lo hizo Reyes hace un momento, agradeciéndole a las tres presidentas, a la Presidenta del Instituto Estatal Electoral, a la Presidenta del Tribunal Estatal y a la Presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso del estado, la convocatoria para este foro que me parece pertinente e indispensable, no solamente para poder reflexionar sobre una decisión inédita que involucra el desarrollo de los procesos democráticos en el estado de Hidalgo.

Es decir, la posposición  en virtud de la pandemia, de la elección para renovar las 84 alcaldías de la entidad, sino también, celebro mucho el hecho de que se trata de tres autoridades que tienen responsabilidades electorales, e incluyo, por supuesto, al Congreso del estado, que tiene, como ya lo explicaba Reyes, que va a tener con toda probabilidad la enorme responsabilidad de generar los consensos políticos y las decisiones jurídicas que permitan que este impase que con certeza podríamos prácticamente decir, ocurrirá entre el término de los periodos constitucionales de los actuales alcaldes, de los actuales municipios, y la toma de posesión de quienes en su momento serán electos.

La verdad celebro muchísimo esta vinculación, incluso esta presencia que físicamente en este espacio virtual implica un mensaje político muy importante para la gobernabilidad democrática del estado de Hidalgo.

Y, en segundo lugar, agradezco muchísimo la posibilidad de estar con mi colega, desde trincheras distintas, la jurisdiccional y la administrativa, pero muy respetado Magistrado, el Magistrado Reyes Rodríguez.

Y qué decir de uno de los académicos más queridos en México, el doctor Krystian Complak que, por cierto, que probablemente nos hablará de lo que significan elecciones en contextos de pandemia.

Ayer Polonia fue a elecciones presidenciales, y bueno, son de los ejemplos en los que inevitablemente tendremos que retroalimentarnos, ya lo decía Reyes, para poder avanzar en los contextos de elecciones post pandemia que serán igualmente, tiene que ser igualmente democráticos, aunque evidentemente desde muchos puntos de vista, el operativo, el técnico, el sanitario y quizá, hasta el político tendrán o requerirán un re pensamiento. Así que foros como este son indispensables.

Quiero articular mi intervención en tres grandes bloques: Uno, que quiere ser una especie de premisa y reflexionar sobre lo que significa la democracia en los contextos de pandemia; un segundo, que tiene que ver con las, digamos, los retos y desafíos que las autoridades electorales tenemos en este contexto.

Y uno tercero, que tiene que ver ya aterrizándolo al caso concreto de Hidalgo, que es evidentemente es el más relevante en esta reunión y del contexto político que atraviesa la entidad que tiene que ver con cómo nos enfrentamos a la organización de las elecciones hoy pospuestas.

Quisiera comenzar con una reflexión que es una verdad, si se quiere de Perogrullo, pero que me parece que no podemos perder de vista.

La democracia en el mundo, incluso antes de la irrupción de la pandemia de Covid-19 no gozaba de su mejor etapa, había una serie de desafíos que ya desde hace tiempo implicaban una serie de decisiones, a propósito, justamente de los nuevos retos que la democracia a nivel global, ya no solamente es un asunto de las democracias en vías de consolidación, sino que, todas las democracias en el mundo estaban enfrentando.

En primer lugar, el descontento o la desafección social con la democracia misma por la falta de resultados que los gobiernos democráticamente estaban arrojando.

En segundo lugar, la oceánica desigualdad que corre transversalmente todos los ámbitos de la vida social y que impacta directamente en los procesos democráticos, y que ya no es solamente un fenómeno de los países en vías de desarrollo, sino que es una desigualdad que aqueja incluso a las democracias o a los regímenes democráticos, a las sociedades de los regímenes democráticos más consolidados.

En tercer lugar, el incremento preocupante de la pobreza.

En cuarto lugar, ese proceso de desinstitucionalización o de crisis de algunas instituciones que son fundamentales, incluso, me atrevería a decir, pilares de los procesos democráticos como los partidos y los parlamentos, que es un fenómeno global.

Por no hablar, finalmente, de este fenómeno de las llamadas noticias falsas, del fenómeno de la desinformación, que no es que sea nuevo per se, la mentira ha acompañado a la política desde sus orígenes, pero que con la irrupción de las redes sociales adquiere un potencial digamos, disruptivo que no se tenía antes.

Estos eran fenómenos que estaban ahí, por no hablar de la polarización, la preocupante polarización que cada vez más alimentaba los discursos políticos y, repito, que estaban ahí antes de la epidemia de Covid-19.

¿Ahora, que ha traído consigo para las democracias la pandemia?

Bueno, ha traído cuatro tipos de problemas fundamentales: El primero es un problema del tipo sanitario, obvio, que las elecciones como fundamento de los procesos democráticos que, evidentemente no agota la democracia en ellas, pero como decía Ortega y Gasset, constituyen la premisa fundamental sin la cual no es pensable, no es imaginable una democracia representativa, implican una enorme movilización ciudadana.

Una enorme movilización por parte de los órganos electorales, por parte de ciudadanos que son reclutados para cumplir las funciones de recepción y cómputo inicial de los votos, los actos de proselitismo de los partidos requieren normalmente amplias concentraciones, grandes concentraciones; es decir, las elecciones movilizan a la sociedad y justo en tiempos en los que en la pandemia aconseja exactamente lo contrario.

Un segundo problema es un problema de tipo económico. Sabemos ya que la crisis sanitaria traerá como consecuencia inevitable una crisis económica derivada de lo que va a ser, ya lo sabemos también, no una ralentización importante, sino una inédita contracción de prácticamente todas las economías del mundo.

Y todo esto traerá como consecuencia, con mucha probabilidad, un incremento del descontento y de la insatisfacción respecto de los regímenes políticos por la incapacidad de resolver las demandas sociales y la insatisfacción o la no satisfacción de las necesidades básicas de la población.

Siempre me viene en mente aquél estudio del PNUD del 2002, “El informe sobre el estado de la democracia en América Latina”, en donde se concluía que uno de los juegos riesgosos que parecía que estábamos jugando la democracia, la reciente democracia latinoamericana era ver cuánta pobreza aguantaba la democracia. Bueno, hoy sabemos que crisis económica y pobreza serán parte de la etapa por venir de todas las sociedades del mundo.

El tercer gran problema es un problema de tipo político, la situación de emergencia ha requerido que las democracias constitucionales enfrenten a la misma con medidas de emergencia, medidas que ponen, que entran en una natural tensión por los derechos, con muchos derechos, entre ellos el derecho de libre tránsito, solamente por mencionar alguno.

Y lo que hemos visto en algunos casos es que la propia pandemia ha sido utilizada para exacerbar el uso autoritario del poder; es decir, un poder que tiene que hacer frente a esta situación de emergencia, pero que procura relajar y diluir los mecanismos que las propias democracias constitucionales requieren cuando el poder tiene que ser utilizado de esta manera.

Es decir, los mecanismos de control que a la par de las facultades de excepción se incrementan como controles para evitar que las democracias constitucionales se encuentren en los mecanismos, o en los momentos de crisis, contextos en los cuales existe una deriva hacia expresiones autoritarias.

Y la última problemática que tiene que ver con la suma de las tres anteriores es una problemática social. El gran desafío creo que hoy enfrentan las democracias como consecuencia de la pandemia es que todos esos problemas, que toda esa insatisfacción, que la protesta que, insisto, no es nueva, pero que se deriva de esas problemáticas que ya aquejaron a las democracias, no se traduzca en una inconformidad que desborde los cauces institucionales.

Frente a estos problemas que son los nuevos problemas que la pandemia suma a los que ya, la teoría política, en fin; los estudios jurídicos identificaban como los desafíos que estaban enfrentando las democracias en estos momentos, pues implican una nueva actitud y una serie de retos para las autoridades electorales.

Y no hablo solamente de las autoridades electorales administrativas, las encargadas de organizar las elecciones, sino de todas las autoridades electorales en su conjunto.

Incluyo aquí, por supuesto, al Congreso del estado de Hidalgo en este rol de autoridad electoral que tendrá que jugar justamente como, con una serie de toma de decisiones, para garantizar la continuidad de la gobernabilidad democrática.

Aun cuando estemos ante el casi inevitable escenario de que el 5 de septiembre no tengamos todavía autoridades municipales electas.

¿Cuáles son estos retos? El primer reto que yo veo es un reto comunicacional. Ante la obligación de hacer cambios como los que estamos, o que hemos estado obligados a hacer: la posposición de las elecciones en los procesos electorales. La introducción de nuevos procedimientos, de nuevos mecanismos que todavía tendremos que aterrizar y que se pondrán a prueba en las elecciones en Hidalgo y Coahuila, justamente. Como, digamos, la sanitización de los espacios de votación, etcétera, etcétera, etcétera.

Tenemos que convertirnos en muy importantes y efectivas agencias de información, de explicación de las reglas que eventualmente tendremos que ajustar para que las elecciones puedan llevarse a cabo, y el ejercicio de los derechos políticos no entre en colisión con el derecho a la salud de las personas.

Tenemos que convertirnos en agencias de pedagogía pública. Y aquí lo sabemos ya. El tiempo es escaso, y tenemos que hacerlo de manera anticipada.

Cuando una autoridad electoral explica un problema, en realidad no está explicando, está haciendo control de daños.

Una asertiva comunicación implica la oportunidad de la misma, pero, sobre todo, la anticipación y; por supuesto, la eficacia de los mecanismos informativos y explicativos que se puedan desplegar.

Un segundo tipo de desafíos o de retos, es el que tiene que ver con la dimensión operativa. No me detengo mucho. El gran problema que tenemos ahora es cómo hacer, decía, que el ejercicio de los derechos políticos no entre en una contradicción, en una merma, con los derechos a la salud.

Y esto nos va a inevitablemente tener que llevarnos a innovar, a introducir mecanismos que nos permitan enfrentar eficazmente el nuevo contexto.

La operación de las casillas, de las mesas de votación, muy probablemente no será la misma que teníamos antes de la pandemia. Muy probablemente las filas a las que estábamos acostumbrados tendrán que cambiar en términos de la sana distancia, como se le llama; en fin.

Hay una serie de mecanismos de sanitización, de inversiones que tal vez no estaban previstas, y que justamente, por cierto, aquí estoy anticipándome a una reunión que se tendrá en breve con Guillermina; porque hay gastos que nosotros no habíamos contemplado, y que inevitablemente tendremos que instrumentar para la operación de las casillas.

Gastos de material sanitario, cubre bocas, caretas, detergentes para poder sanitizar las áreas de votación, en fin. Todo eso, implica, insisto, una serie de retos operativos.

Por supuesto, desafíos tecnológicos. No creo que tengamos mucho tiempo para poder innovar en términos tecnológicos de aquí a las elecciones de Hidalgo y de Coahuila, que de por sí ya traían como novedad la introducción muy acotada, para ir en una lógica de avance gradual, de votación electrónica en algunas casillas.

Me corrige Guillermina, pero si no me equivoco eran algo así como cuarenta y tantas casillas en el… cuarenta y tantas casillas, no traigo la cifra precisa, en el estado de… 40, exactamente; 60 son en el estado de Coahuila.

Buen, pues no podemos avanzar mucho ya, pero quién sabe si en los procesos electorales en el futuro tendremos que avanzar gradual, paulatinamente con los consensos políticos que se requieran, y sin perder un ápice en la credibilidad y confianza que hemos logrado, tengan los procesos electorales introducción de mecanismos diferenciados de votación, tal vez electrónicos, comparados con, o conjuntados con votación a distancia, como la postal. En fin.

No estoy diciendo cuáles sean las soluciones, estoy diciendo que esto es un desafío de inventiva que tendremos que ir hacia adelante. Y no es solamente lo que tiene que ver con la autoridad administrativa, porque las autoridades jurisdiccionales tendrán que tener un acompañamiento de nosotros para poder validar la instrumentación de estos mecanismos, garantizando, evidentemente, que no haya una merma en la calidad y en la certeza de los procesos electorales.

Y, finalmente desafíos de tipo políticos. Estamos en un contexto complejo para la autonomía de los órganos electorales y de la función electoral que tendremos que ir, paulatinamente, enfrentando.

Por no hablar de un dilema adicional, me parece que la toma de decisiones de las novedades, de los mecanismos, por ejemplo, de la decisión de posponer las elecciones; requiere un gran consenso político.

No puede ser una decisión unilateral de las autoridades electorales aun cuando tengamos la potestad jurídica para hacerlo.

La decisión de posponer las elecciones, de suspender, de interrumpir; porque ese es el concepto más preciso, de interrumpir los plazos que tendrán que reiniciarse en breve en los procesos electorales de Hidalgo y de Coahuila, tuvo que estar acompañada de una operación, digamos, de construcción de consensos políticos, que, entre todos los actores, entre todos los partidos, entre las autoridades de gobierno, entre los poderes, el Poder Legislativo, y, por supuesto; los distintos órganos electorales de nivel nacional y de nivel local.

Si esto no se toma en cuenta difícilmente podremos, digámoslo así, en los tramos que vienen, llevar las elecciones a buen puerto. Es indispensable que, a todos estos retos, digámoslo así, y desafíos, este acompañado un adecuado procesamiento político.

Termino haciendo algunas reflexiones respecto de las elecciones en el estado de Hidalgo. Y alguna actualización, porque aquí estamos en un contacto permanente, digámoslo así, entre instituciones, para poder tomar la mejor decisión, y, por supuesto, la decisión más oportuna en el momento en que tengamos que hacerlo.

Primer dato. Nunca había ocurrido que hubiéramos tenido que posponer una elección. Nunca en 100 años de vida constitucional en México se había pospuesto una jornada electoral.

Habían pactado muchas veces, ya anticipaba Reyes, por ejemplo, que la figura de los consejos municipales opera cuando una elección se lleva a cabo, es anulada, y tiene que repetirse la elección, y tiene que realizarse la elección extraordinaria para no perder el tramo de gobernabilidad en las instancias municipales, en este caso, pero nunca había ocurrido que se pospusiera una elección por una cuestión como la que nos ocupa ahora, como la pandemia de Covid-19.

Piensen ustedes que, las elecciones, como se decía, debían haberse realizado el 7 de junio; es decir, hace algunas semanas, justo cuando estábamos en una etapa del crecimiento de la curva de contagios.

Bueno, no queda claro todavía ya, los responsables de salud nos han dicho que no hay un pico, sino que estamos en una cordillera, en fin, pero evidentemente pues esto implica la necesidad de estar atentos al seguimiento sanitario de la epidemia.

Bueno, tuvimos que tomar esta decisión y, como decía, es una decisión que interrumpió los plazos, nos quedamos prácticamente en la víspera del registro de las candidaturas, así que el registro de las candidaturas, será justamente la primera actividad que tendremos que desplegar, o que tendrá que ocurrir en el momento en que estos plazos se reinicien.

Hace una semana, el día 19 de abril, perdón el viernes 19 de junio, hace una semana y unos días, presentamos un informe al Consejo General, cuyo contenido habíamos compartido antes con las autoridades electorales, en donde establecimos un criterio que va a ser muy importante para poder definir la fecha de la elección.

Para que la elección pueda llevarse a cabo, respetando, como decía Reyes, todos los procesos que tienen que ver con la equidad en la contienda y con la posibilidad de que los partidos y candidatos expongan sus plataformas electorales a la ciudadanía.

Es decir, no mermar el periodo de campañas, de los 40 días de campaña, retomo todo lo que ya decía Reyes en su intervención, hemos definido que el Instituto Nacional Electoral y los institutos estatales, en este caso el de Hidalgo; requerimos de 70 días, desde el momento en que se reinicien plazos, hasta la jornada electoral, para que todos y cada uno de los procesos que están hoy en suspenso, que quedaron interrumpidos, puedan desahogarse paulatinamente.

Del momento en que suspendimos las elecciones; es decir el 1° de abril hasta el 7 de junio, cuando debía llevarse la jornada electoral, eran, teníamos 66 días.

Nosotros estamos tomando cuatro días adicionales como una válvula de seguridad, porque, uno, no sabemos si la respuesta, muy encomiable, una gran respuesta de la ciudadanía en participar con las autoridades electorales para instalar las mesas de casilla y que nos permitió para el 1° de abril tener prácticamente cubiertas el 100 por ciento de los cargos, de las distintas responsabilidades en las mesas de casilla, en las mesas de votación, se mantendrá después de la pandemia.

Es muy probable que haya ciudadanas, ciudadanos que, en un momento se comprometieron y nos digan: “saben qué, siempre no”. Es muy probable que tengamos que tomar una decisión respecto de las personas que fueron sorteadas para ser funcionarios de mesa de casilla, pero que se encuentran en las condiciones, digamos, médicas de riesgo: edad, enfermedades, digámoslo así, que el Covid puede volver particularmente graves, digamos, en fin.

Es probable que tengamos que intensificar en los días cuando volvamos a hacer el trabajo de campo, esta tarea de convencimiento y de eventual sustitución de futuros funcionarios de casilla; por eso nos hemos tomado esos cuatro días.

El dato importante es que, y esto se hizo como ejercicio, si quisiéramos, si hubiéramos querido que las elecciones se llevaran, que la jornada electoral se llevara a cabo el 30 de agosto; es decir en la víspera de que terminaran los actuales gobiernos municipales, unos días antes.

Habríamos tenido que reiniciar los plazos el 22 de (inaudible), cosa que ya no ocurrió, esto quiere decir que si, por ejemplo, en esta semana decidiéramos reiniciar los plazos, tendríamos que contabilizar 70 días, lo que nos llevaría muy probablemente al 6 de septiembre, pero esta es una decisión, la elección el 6 de septiembre, pero esta decisión la tendríamos que tomar prácticamente mañana.

Y si no podemos porque las condiciones no nos lo permiten, tendríamos un desfase, pero con una condición que es fundamental, y que ya decía Reyes, las elecciones tienen que realizarse este año y, en el caso de Hidalgo en particular, por las circunstancias del término del mandato, tienen que realizarse lo antes posible.

Todavía estamos en posibilidades de que las elecciones puedan llevarse en el mes de septiembre, pero aquí viene un papel fundamental del Congreso del estado que tendrá que designar a estos consejos municipales en este inter (inaudible) que pasará entre el 4 de septiembre, cuando terminan su mandato los actuales ayuntamientos, la jornada electoral, más el periodo que requerirán las instancias jurisdiccionales para calificar las elecciones.

Ojalá y las condiciones sanitarias nos permitan, desde este punto de vista en breve, en las próximas semanas, tomar la decisión de reiniciar los plazos, pero porque entre más tiempo pase, más, digámoslo así, tensión se le generará a la gobernabilidad democrática en el estado y estamos conscientes de ese punto.

El desafío que hoy tenemos es cómo logramos que el libre ejercicio de los derechos políticos, no ponga en riesgo el derecho a la salud.

Y, termino con un dato, justamente parte de la actitud que las autoridades electorales estamos desplegando, tenemos que desplegar para enfrentar estas circunstancias, es justamente la decisión que hay que celebrar, del propio, y el trabajo que ha venido realizando el Instituto estatal electoral, el Instituto Electoral de Hidalgo, para que el primer, la primera actividad que tiene que realizarse un vez que se reinicie el proceso, es decir el registro de candidaturas, pueda realizarse de manera virtual.

Es decir, pueda eventualmente realizarse sin una presencia, sin una aglomeración física en las instalaciones del propio Instituto, de quienes se inscribirán como candidatos por parte de los distintos partidos políticos.

En fin, que estaremos en grado de poder avanzar en este sentido, se está trabajando para ello, pero son justamente el tipo de, un ejemplo, del tipo de decisiones que no solamente estaremos obligados a tomar de aquí en adelante, sino que estaremos obligados, sobre todo, a: primero, explicar públicamente, de ahí el desafío comunicacional al que hacía referencia y, segundo, a consensuar con los distintos actores políticos.

Porque cualquier alteración de las reglas del juego, obligada por las condiciones de la pandemia, requiere ineludiblemente un consenso político de todos aquellos que son jugadores del juego democrático.

De otra manera, estaríamos nosotros rompiendo una de las condiciones básicas para que las democracias puedan operar efectivamente; es decir, el consenso y el conocimiento, es decir la certeza de las reglas del juego democrático.

En fin, hasta aquí sólo haré unos apuntes, perdón si me he excedido del tiempo, lo compensaré después con la brevedad y la, espero, vocación telegráfica en una segunda intervención.

Muchísimas gracias.

 

Segunda intervención

 

 

Algunos apuntes telegráficos.

Primero, creo que es importantísimo el ejercicio de retroalimentación de las distintas autoridades.

La organización de una elección es un fenómeno muy complejo que requiere, o que implica, que involucra distintas autoridades y que implica perspectivas distintas.

Y creo que, la buena llegada a puerto de una elección, más todavía cuando enfrenta las complejidades que supone el haber pospuesto la realización de la misma, requiere justamente esa responsabilidad compartida, y una gran capacidad de escucha.

Creo que, si no tenemos como autoridades electorales, digamos, la vocación de escuchar, de hacer nuestras las preocupaciones que tiene la autoridad electoral corresponsable, pienso en el INE con el Instituto Estatal Electoral; pienso en el INE o en el Instituto con las autoridades jurisdiccionales; y pienso también en la relación que hoy está obligada con el Congreso local; pero también, con las autoridades de salud, federales y locales.

Porque nosotros al final del día tenemos una preocupación respecto de lo que son nuestras esferas de responsabilidades, pero necesitamos para poder orientarnos en los meses por venir, en las decisiones que tomemos, del punto de vista, pero, sobre todo, del fundamento jurídico de las propias autoridades sanitarias.

Y ahora quiero hacer una glosa, digamos, sobre este punto fundamental. Pero el primer gran dato que señalo es, nosotros no podemos tomar decisiones, y mal lo haríamos, y hablo del Instituto Nacional Electoral, porque será el Instituto el que reactivará los plazos, sin haber hecho una retroalimentación y una ponderación de las necesidades muy distintas y de las preocupaciones también muy distintas: políticas, sanitarias, etcétera, del Congreso o de los propios tribunales.

Es decir, no es nada más un problema de la organización de la elección, sino que la decisión que tomemos es una decisión compleja y que requiere una comunicación permanente entre las distintas instancias.

La suspensión de la propia elección ante la inminencia de la pandemia, probablemente, digamos nos acortó los tiempos, hoy tiempo tenemos, y lo que vendrá será sumamente complejo como para no tener este ejercicio, insisto, de retroalimentación, por eso la comunicación con la Sala Superior, concretamente; con la Sala Regional correspondiente; con el Tribunal local; con el Congreso; con las autoridades sanitarias, decía; y por supuesto, con el Instituto Estatal Electoral es fundamental.

Segundo punto, creo que la visión comparada es indispensable. Ya las reflexiones que nos hacía Krystian me parece que son de una enorme importancia, precisamente porque pues el bicho este de Covid-19 es el mismo en todos lados y nos aqueja a todos por igual, y desde ese punto de vista creo que no hay una única solución.

Claro que, como dice, no leen, tampoco el contexto hacia la diferencia, pero también es cierto que el punto de partida, la premisa es la misma, no se trata de virus distintos, no se trata de efectos distintos, se trata del mismo bicho, y desde este punto de vista, lo que se está haciendo en otros lados, sin lugar a duda tiene que ser analizado, valorado y eventualmente aterrizado en nuestras elecciones.

Precisamente porque aquí se trata, digamos, de un problema común que nos aqueja a sistemas políticos comunes, sistemas democráticos al final.

Y, por supuesto, desde ese punto de vista estar atentos a lo que ocurra en otros lados y, compartir las preocupaciones que nosotros estamos teniendo, pues es fundamental.

El tercer punto que quisiera señalar es que, de esto, de esta experiencia, tenemos que sacar un aprendizaje institucional.

Digo una verdad de nuevo de Perogrullo diciendo que este bicho llegó para quedarse y la humanidad tendrá que convivir con el Covid-19, ojalá pronto en condiciones, digámoslo así, sanitarias óptimas; es decir, la existencia de una vacuna, el mayor conocimiento del comportamiento de este virus, de sus riesgos, pero es un virus que llegó para quedarse y que formará parte, digámoslo así, de la tabla médica de las afecciones que aquejan a la humanidad.

Así que más nos vale que, sobre la base de esto que hemos estamos ahora teniendo que repensar nuestros procesos electorales, saquemos un aprendizaje institucional.

Las medidas sanitarias no van a ser medidas temporales, es muy probable que el comportamiento, digamos social al que hoy estábamos acostumbrados, tenga que adaptarse a la nueva realidad y, desde este punto de vista, las propias autoridades electorales tendremos que tener esta disposición de adaptación, y que parte de ese aprendizaje institucional.

Lo decía Krystian recapitulando el caso francés, es que es muy probable, déjenme decirlo así, y quiero ser claro para que nadie, no va a ocurrir en las elecciones en Hidalgo porque no tenemos todavía; es decir, es un proceso de paulatina evolución, pero es muy probable que tengamos que empezar a discutir la posibilidad del ejercicio del voto de manera diferenciada.

Lo que nos decía Krystian me parece que no podemos nosotros obviarlo, así que más nos vale tarde o temprano, más temprano que tarde, empezar a reflexionar sobre ese punto.

Si alguien me pregunta cómo me imagino las elecciones en un futuro, vuelvo a insistir, no es el caso de las elecciones de Hidalgo y de Coahuila, y muy probable no sea el caso de las elecciones del 2021, porque son muy cercanas y creo que lo peor que podemos hacer es tratar de experimentar sin la pausa, sobre todo sin la explicación, que nos genere esto con lo que terminaba Reyes, que es fundamental, que es la certeza como principio fundamental sobre el que se construye todo proceso democrático.

Pero en el futuro es muy probable, miren para 2021 habrá 10 estados que reconocen el voto de los mexicanos desde el extranjero y que votarán por primera vez, o bien por la vía postal, como ya ocurre, o bien, podrán votar por Internet, a través de estos mecanismos que instrumentaremos por primera vez el próximo año.

Bueno, en un futuro, urnas electrónicas, voto por Internet, voto postal. Esto que decía Krystian, eventualmente con la posibilidad hasta de acercar el espacio de votación a quien no pueda desplazarse, pues tendrán que ser mecanismos de votación muy bien planeados, pero muy consensuados políticamente para no abrir los boquetes en la confianza y legalidad de las propias elecciones, pero sobre los que me parecería irresponsable no avanzar, discutir y, eventualmente, instrumentar.

Termino con un dato no menor, pero esto ya es aquí mi vocación jurídica y más bien una invitación a los estudiosos de derecho para retroalimentarnos en esta lógica, insisto, en la que nadie tiene una única solución, y no existe tampoco una verdad absoluta.

De hecho, en las democracias difícilmente existen verdades absolutas, y en la política menos todavía; pero hay quien así lo ve.

Pero dicho eso, la decisión que se tomó, y esto, confieso aquí una cosa, después de que tomamos la decisión en el Consejo General de suspender las elecciones a partir de la facultad de atracción.

Es decir, una facultad especial que tiene el Instituto, llegó a varios colegas del Instituto de Investigaciones Jurídicas a plantear una serie de dudas de la decisión que habíamos tomado.

Es decir, cómo es que el Instituto Nacional Electoral toma esta decisión cuando se trata de una elección local, por qué lo hicieron, en fin.

Creo que hay una serie de, no quiero agotar aquí el tiempo ni mucho menos, pero quiero hacer una invitación a que esos documentos, esas decisiones, se analicen y se critiquen.

Creo que esa decisión tenía un propósito, y hasta aquí voy a dejarlo en esta ocasión, que no era menor, poder involucrar también en la toma de las decisiones por venir al Congreso del estado, y fundamentalmente el de Hidalgo.

Por qué hemos estado insistiendo en el caso de Hidalgo, no solamente porque es invitación de los amigos y las amigas de Hidalgo; y no hemos hablado del caso de Coahuila en el sentido del periodo que puede ocurrir entre el término del encargo de quienes son, quienes están hoy ejerciendo y de los que serán electos.

Porque en el caso de Coahuila el cambio de poderes va a ocurrir hasta el 1° de enero. Es decir, no tenemos el problema inminente allá que ocurre en el caso de Hidalgo.

Con un dato adicional, allá se elige congreso, acá el congreso en Hidalgo la Constitución prevé que el congreso puede nombrar a los consejos municipales. Pero cuando te quedas sin diputados no hay manera de sustituir a ese órgano.

Entonces, creo que todo esto tiene una complejidad jurídica que más vale que empecemos a analizar. ¿Por qué tomamos la decisión de atraer? Precisamente para poder involucrar al Congreso de Hidalgo en este esquema de instituciones que tienen que trabajar conjuntamente.

Dicho eso, lo que digo es, estamos apenas en nuestras primeras elecciones post pandemia. Toda elección significa un banco de pruebas de las decisiones y de las reglas, y creo que mal haríamos en no tomar esto como la primera oportunidad de reflexionar sobre cómo tendremos que administrar nuestros procesos democráticos para que en futuro la democracia no padezca justamente de eventualidades como éstas a las que la humanidad inevitablemente está sujeta.

Muchísimas gracias.

 

 -o0o-