Intervención de Lorenzo Córdova, relativo al informe sobre las acciones realizadas ante Covid-19 y la estrategia de regreso a actividades presenciales

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

 

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL PUNTO 4 DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA, RELATIVO AL INFORME QUE PRESENTA LA SECRETARÍA EJECUTIVA SOBRE LAS ACCIONES REALIZADAS PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA DEL VIRUS SARS-COV-2 (COVID-19) Y LA ESTRATEGIA DE REGRESO A ACTIVIDADES PRESENCIALES

 

Estimadas y estimados colegas, contribuir a la adecuada garantía del derecho a la salud no es una obligación que esté confrontada ni que debe estarlo, ni con el ejercicio de los derechos políticos, ni con la certeza de los procesos electorales.

Por el contrario, en el INE hemos sostenido que el ejercicio de los derechos fundamentales se debe realizar de manera omnicomprensiva, integral particularmente por parte de las instituciones que por mandato constitucional tienen encomendado garantizar el ejercicio de uno o de varios derechos.

Esa es la visión con la que en el INE hemos enfrentado la actual situación de emergencia sanitaria. Desde que el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia y, especialmente, cuando el 30 de ese mes, el Consejo de Salubridad General determinó que nuestro país estaba en una situación de emergencia sanitaria, esta autoridad electoral no solo ha seguido las disposiciones de las autoridades de salud del país para evitar la propagación del contagio, sino que ha llevado a cabo la adecuación de diversas actividades y plazos, y ha tomado decisiones de gran calado para la recreación de la democracia con la finalidad de no afectar la certeza de nuestros procesos electorales.

La democracia no se detiene ni siquiera en tiempos de pandemia.

A partir de entonces, la Junta General Ejecutiva del INE y este Consejo, hemos adoptado importantes medidas para proteger a nuestro personal y contribuir a la mitigación de los contagio, por ejemplo, replanteamos múltiples tareas para favorecer el trabajo a distancia y garantizar la vigencia de los derechos políticos de la ciudadanía; cerramos temporalmente los Módulos de Atención Ciudadana; ampliamos la vigencia de las Credenciales para Votar que vencieron a finales del año pasado; e incluso tratamos de innovar con unas constancias digitales que sirvieran a la ciudadanía como medios de identificación, en tanto existan condiciones para que reciban su Credencial para Votar.

Dialogamos ampliamente con las distintas fuerzas políticas nacionales y con las autoridades estatales para tomar el acuerdo de posponer las elecciones locales de Coahuila e Hidalgo, dejando firmes las etapas previas de dichos procesos electorales, y declaramos, en esta mesa, la suspensión de plazos en múltiples procedimientos y actividades administrativas, incluidas las relativas a la verificación de los requisitos de aquellas organizaciones que aspiran a obtener el registro como partido político nacional, entre otras.

No obstante, lo anterior, el INE se ha mantenido activo, presente en la vida pública y seguimos cumpliendo con nuestro mandato constitucional de fungir como institución rectora del sistema nacional de elecciones.

Más allá de ser la primera institución del Estado Mexicano en aprobar reglas para sesionar legalmente a distancia, podemos afirmar que el INE, aún en una situación de emergencia sanitaria, ha salvaguardado la certeza de las elecciones con métodos democráticos y ha defendido escrupulosamente tanto su rol de árbitro en las contiendas, como el de institución de garantía de los derechos.

De ahí la importancia del informe que hoy nos presenta el Secretario Ejecutivo.

En dicho documento que se nos acaba de presentar, se reflejan las principales actividades extraordinarias y temporales realizadas por esta autoridad electoral, para garantizar la imparcialidad y certeza en la recreación de la democracia mexicana, en medio de la peor pandemia que ha vivido el mundo moderno, así como medidas que se han estado realizando para el regreso paulatino de las actividades presenciales.

En tan sentido, permítanme enfatizar dos certezas que se desprenden de este informe.

Primero, habrá elecciones locales en Coahuila e Hidalgo este año, conforme a los semáforos sanitarios lo vayan permitiendo y que aplican en estas entidades, así como con las conversaciones que se están teniendo, se seguirán manteniendo, con las autoridades de dichas entidades, considerando que el INE que es el Instituto, el órgano que detonará el arranque de los plazos, el nuevo reinicio de los plazos y, por supuesto, la fecha de las Jornadas Electorales, necesita 70 días para cumplir las tareas pendientes y que tanto lo que resta de los preparativos como la Jornada Electoral, puedan transcurrir en condiciones de certeza y equidad para actores políticos y votantes, pero por supuesto, de seguridad en términos sanitarios.

Segunda certeza; eso quiere decir que hoy todavía no estamos dando, como alguien ha mencionado, alguna fecha, sino que los potenciales, las posibles fechas que se plantean en el informe son simplemente ejemplos de cómo operaría el inicio o el transcurso de estos 70 días que necesitamos para que la Jornada Electoral, las jornadas electorales ocurran, una vez que haya condiciones sanitarias, cosa que se determinará en su momento.

Segunda certeza, considerando la forma en que evoluciona la organización de las elecciones, el proceso electoral 2020-2021 iniciará la primera semana del mes de septiembre en todo el territorio nacional.

Ello en virtud de que el INE ha dispuesto todas las medidas necesarias para que, sin vulnerar ni el derecho a la salud, ni los derechos políticos de partidos, de ciudadanas, ciudadanos, así como las prerrogativas de partidos políticos, las elecciones sean una vez más un factor que ordene y encauce el debate político y la competencia democrática; es decir, pacífica, civilizada en nuestro país, como lo ha hecho por casi tres décadas.

Permítanme concluir señalando una reflexión sobre la forma de enfrentar la emergencia sanitaria que todas y todos estamos padeciendo.

Para el INE, la pandemia generada por el Covid-19 es una situación de emergencia que no debe ser pretexto para alterar o vulnerar a nuestra democracia constitucional, ni para mermar la división de poderes, y menos aún, para confundir a las autoridades electorales con los actores políticos.

En la democracia mexicana, las reglas del juego democrático son producto de amplios consensos políticos plasmados en la Constitución y en las leyes vigentes que nos rigen para darle certeza y estabilidad a la vida democrática, y al INE le corresponde aplicarlas.

Es cierto que hay algunas omisiones legislativas que, dado que impiden los tiempos constitucionales poder subsanarse de cara a la elección de 2021, este Instituto tendrá que enfrentar, como ha sucedido en otras ocasiones a propósito de la reglamentación del artículo 134 Constitucional, todavía pendiente, después de 13 años de su modificación en muchos temas, y ahora, como ocurrirá con la reelección de las diputadas y los diputados federales.

Enfrentaremos estas medidas reglamentarias, estas omisiones, emitiendo normas, criterios subsidiarios y de manera temporal para generar certeza en los comicios de 2021.

Estoy convencido, finalmente, que las situaciones de emergencia en las democracias constitucionales deben enfrentarse con las herramientas y valores democráticos que la misma democracia constitucional ha dispuesto, para que los contrapesos y controles del ejercicio de los poderes públicos, que definen una democracia constitucional como la nuestra, contribuyan, efectivamente, a la convivencia en clave democrática, civilizatoria, incluyente y tolerante. Y no, por lo contrario, a su debilitamiento.

Creo que es importante señalar que todos los actores políticos, todos aquellos que somos quienes recreamos la democracia constitucional, tenemos una enorme responsabilidad para que las elecciones de 2021 vuelvan a ser en el momento en el cual las y los electores pacíficamente decidimos nuestro futuro, con base en todos los valores, nuestro futuro político, con base en todos los valores y principios de la democracia: inclusión, tolerancia, respeto y, por supuesto, convivencia en clave pacífica.

 

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