Número: 362
- Actualmente no hay claridad en las políticas públicas para los problemas de las áreas naturales protegidas: Julia Carabias
- La democracia puso en el centro la protección y preservación de nuestros ecosistemas: Ciro Murayama
Durante la presentación del libro “Medio ambiente y democracia: historias que se entrelazan”, la bióloga, investigadora y ex funcionaria Julia Carabias Lillo, afirmó que México no tendría las políticas ambientales sin un proceso democratizador, porque puso en la agenda el tema de la protección al ambiente.
Al presentar el número 33 de la Colección Conferencias Magistrales, del Instituto Nacional Electoral (INE), acompañada del Consejero Ciro Murayama y del investigador Enrique Provencio, Carabias comentó que el libro hace un análisis comparativo de la conformación de las políticas medioambientales a partir de la construcción de la democracia, donde hay un entrelazamiento común.
“A partir de la democracia se crearon un conjunto de leyes e instituciones y generación de conocimiento para la protección del medio ambiente, que ha permitido hacer un cambio sustancial en la disminución de gases de efecto invernadero, entre muchas otras acciones, para combatir el cambio climático”, comentó la académica.
En los últimos 50 años el medio ambiente se ha transformado en el mundo, porque las fronteras de los recursos naturales ya fueron rebasadas, porque la humanidad está en contacto con la naturaleza y ha tenido un impacto negativo al transgredir esos límites, subrayó la autora en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
Carabias explicó que el libro pone en contexto la problemática del medio ambiente en las últimas cinco décadas y la construcción de políticas ambientales en las que ha participado.
Recordó que el proceso democratizador fue con la llegada de la izquierda que incluyó en la agenda pública el tema medioambiental, con lo cual se crearon distintas áreas, leyes y normas que favorecieron la protección al medio ambiente.
Alertó que, en el contexto actual, teniendo instituciones y un marco legal sólido, se disminuya el presupuesto a la agenda ambiental, y se intente lacerar áreas especiales como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), muestra de que no hay claridad en las políticas públicas a los problemas de las áreas naturales protegidas.
En su intervención, el Consejero Ciro Murayama sostuvo que uno de los reclamos en México, en el proceso de la democracia y su expansión, fue que el medio ambiente ocupara un lugar en la agenda, por lo cual se pudo avanzar en normas y derechos medioambientales.
“Es decir, la democracia fue favorable al desarrollo de instituciones y de leyes que pusieron en el centro de la discusión la protección y preservación de nuestros ecosistemas”, consignó el Consejero.
Para el INE, poder enriquecer qué es la democracia es fundamental en estos tiempos; y un problema común en nuestros días es el deterioro de los ecosistemas y la discusión del cambio climático, tema que no deja de tener negacionistas, desde Estados Unidos, Brasil y China.
“De tal suerte que, en nuestros tiempos, los desafíos medioambientales y la democracia pasan por tiempos complejos y graves”.
A su vez, Enrique Provencio subrayó que el medio ambiente es necesariamente un tema de la democracia, porque es un asunto de carácter público que requiere la tutela del Estado, que genera reglas públicas, deslinda los poderes económicos con el medio ambiente y promueve la intervención de la gente para la deliberación pública.
Mencionó cinco aspectos donde se entrelazan medio ambiente y democracia: ejercicio de derechos ambientales –que aún no han sido reconocidos plenamente-, deliberación pública de la política ambiental, plena información de los temas ambientales, justicia y exigibilidad de los derechos, así como la manifestación de las libertades a favor del medio ambiente.
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