Intervención de Lorenzo Córdova, en el evento conmemorativo de los 10 años del programa Nacional de Impulso a la Participación Política de Mujeres y firma de memorando de entendimiento INE-PNUD

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL EVENTO CONMEMORATIVO DE LOS 10 AÑOS DEL PROGRAMA NACIONAL DE IMPULSO A LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE MUJERES Y FIRMA DE MEMORANDO DE ENTENDIMIENTO ENTRE EL INE Y EL PNUD

 

Muchas gracias.

Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

Saludo con muchísimo gusto a mi estimado tocayo, Lorenzo Jiménez, Representante Residente del PNUD en México; a la doctora Nadine Gasman, Titular de nuestro aliado estratégico, el INMUJERES, en muchas de las causas de fortalecimiento y sostenimiento democrático.

Saludo también y felicito a Susana Mejía, ganadora del premio que corresponde a este año en el marco del programa que nos convoca.

Por supuesto, a mi querida Claudia y a Roberto, gracias por participar en esta inauguración.

Contribuir a la construcción de una nación democrática, lo que supone, como ya anticipaba Lorenzo, que sea además igualitaria e incluyente, ha sido uno de los objetivos permanentes del Instituto Nacional Electoral.

Este objetivo ha motivado múltiples decisiones de la autoridad electoral a lo largo del tiempo; por ejemplo, este objetivo ha estado presente o estuvo presente en el llamado embrionario acuerdo aquel de cremallera que impulsó a principios del nuevo siglo la entonces titular de la Comisión de Prerrogativas, Jacqueline Peschard, el cual nació como una medida afirmativa impulsada por el entonces IFE y que posteriormente sirvió de base para futuras reformas legislativas en materia de cuotas de género.

También estuvo presente en las decisiones para la integración de las y los consejeros de los organismos públicos locales electorales que ha correspondido al INE.

Ha estado presente en las medidas que se tomaron en los concursos del Servicio Profesional Electoral, para alcanzar el porcentaje de la así llamada masa crítica y propiciar en todos los rangos, en todos los niveles del servicio, una nivelación entre mujeres y hombres, sin vulnerar los derechos de quienes ya integraban este cuerpo profesional.

Estuvo presente en el acuerdo de noviembre de 2017 mediante el cual los partidos políticos se vieron obligados, de cara a la elección de 2018, a encabezar con mujeres la lista plurinominal para el Senado, así como dos de las cinco listas en cámaras de diputados.

Estuvo presente en el acuerdo mediante el cual inhibimos a nivel nacional, la posibilidad de que se repitiera ese fenómeno que vale la pena no olvidar, de las así llamadas “Manuelitas”, etcétera.

Para decirlo en una nuez, el compromiso con la paridad de género y con el impulso para que las mujeres puedan participar en condiciones de igualdad en la vida pública del país forma parte del ADN de la autoridad electoral del Instituto Nacional Electoral, y constituye, además, una convicción profunda de quienes lo integramos.

Esto ha propiciado o ha evidenciado el que, en 2018, consiguiéramos una elección con niveles de paridad, no solamente en las candidaturas como lo mandata la ley, sino en la representación política nunca antes visto en nuestro país, y que ha propiciado que, en el ámbito de ONU Mujeres, colegas, queridas colegas como Ana Güezmes, Belén Sanz y hasta hace un rato también Nadine Gasman, hablaran ya del caso mexicano de la construcción de la paridad como un caso paradigmático y de estudio.

De ahí la importancia de conmemorar los primeros 10 años del Programa Nacional de Impulso a la Participación Política de las Mujeres.

Este programa, como ustedes saben, como nos recordó Claudia, surgió en el marco de la entonces llamada Estrategia Nacional de Educación Cívica, la ENEC vigente hasta 2015, y en lo esencial ha sido retomado en el marco de la Estrategia Nacional de Cultura Cívica, la ENCCÍVICA que rige las actuaciones del propio Instituto, en la promoción y fortalecimiento democrático.

Este programa, en sus 10 años de operación, ha propiciado que 114 organizaciones de la sociedad civil, nuestras aliadas estratégicas y sin las cuales, no sólo el impulso de las medidas afirmativas tomadas por el Instituto Nacional Electoral, sino esa concreción efectiva de un incremento sustantivo en la participación política de las mujeres y en su apropiación, en su asimilación diría por parte de la sociedad mexicana, contribuyeron con sus conocimientos técnicos, con su capacidad organizativa y con su interlocución para que más de 30 mil personas conozcan sus derechos y la mejor forma de ejercerlos.

En los diferentes proyectos que las organizaciones de la sociedad civil han instrumentado en este período se han realizado talleres y dinámicas comunitarias para cerrar brechas de desigualdad, como las que ya ahora Susana nos recordaba, para remover obstáculos que impiden la participación equitativa de las mujeres y los hombres en la vida pública, el tema de género, como lo decía Marta Lamas, no es un tema sólo de mujeres.

Para la generación de iniciativas ciudadanas con enfoque de género y para la promoción de los derechos humanos, la difusión y comprensión del protocolo para atender la violencia política contra las mujeres en razón de género, entre otras temáticas que poco a poco están incidiendo en la forma en que las mujeres y los hombres en la convivencia pública, en lo electoral y ahora de manera especial en la representación política han sido algunos de los logros conseguidos.

Conforme a la información que me ha hecho llegar la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica, quiero compartir con ustedes un dato sobre la cobertura directa e indirecta del programa que hoy conmemoramos; hemos alcanzado una cobertura que supera las 900 mil personas, 900 mil personas, más de 900 mil personas han sido alcanzadas por las dinámicas, cursos y talleres que ustedes, las organizaciones de la sociedad civil y la autoridad electoral estamos impulsando.

Permítanme concluir subrayando la importancia de que sigamos impulsando proyectos incluyentes, plurales y que con un enfoque de género consolidemos los logros que en materia de participación política hemos alcanzado los últimos 15 años con el renovado acompañamiento hoy bajo este innecesario, desde el punto de vista sustantivo, pero siempre pertinente desde el punto de vista formal Memorándum de Entendimiento que hemos renovado con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Cuidemos la democracia, cuidemos a sus instituciones y los proyectos que han demostrado utilidad en el proceso de conformación de una convivencia política más equitativa y paritaria.

De pocos servirán los logros alcanzados si los mismos no se reiteran en los procesos electorales siguientes y en la recreación de la democracia en su dimensión política, que es una tarea cotidiana.

Hoy por hoy todos los congresos locales cumplen con el mandato constitucional de la paridad legislativa y en algunos casos la presencia de legisladoras, como el de Morelos, alcanza el 70 por ciento.

A nivel federal, tanto en el Senado, como en la Cámara de Diputados, la paridad se ha vuelto un rasgo distintivo de la actual legislatura.

Pero todo ello se logró mediante medidas afirmativas que el día de mañana, una nueva integración del Consejo General, una nueva integración del Tribunal Electoral que ha ratificado y respaldado las decisiones que desde el INE se han tomado, una nueva integración de las dirigencias de los partidos políticos, puede que todo lo que logramos en 2018 y en 2019 se revierta, al final del día son medidas afirmativas que hoy dependen de decisiones de los órganos de conducción política de la autoridad electoral y del acompañamiento que han tenido de las Organizaciones de la Sociedad Civil.

Y no he visto en medio de múltiples pretensiones de modificar las normas electorales, algunas bien intencionadas, otras, como suele ocurrir no tanto, ninguna se ha planteado volver norma lo que las medidas afirmativas logradas en los tiempos recientes por el INE han planteado.

Con estos logros se ha convertido, México se ha convertido en uno de los países con mayor porcentaje de mujeres legisladoras y en donde un punto primordial de la agenda política democrática, lo constituye el combate hacia las diversas formas de violencia política contra las mujeres, o dicho al revés, de diversas formas de violencia en contra de las mujeres que hacen política.

Ciertamente la democracia que hemos construido en las últimas décadas ha transformado el rostro político del país y los logros que hemos alcanzado en materia de paridad también son producto de ese evolucionismo institucional que caracteriza nuestra convivencia democrática.

El México de hoy, para decirlo de otra manera, sólo se explica por los avances que reforma tras reforma, acción afirmativa tras acción afirmativa, batalla tras batalla hemos construido entre todas y todos.

La democracia mexicana es una obra colectiva, y sintetiza las principales demandas y propuestas de partidos y actores políticos y actores de la sociedad civil, de varias generaciones de especialistas, de miembros de la academia, y de organizaciones como ustedes de diverso signo y ámbito de interés.

Es por ello que, desde mi perspectiva, para entender el México del nuevo siglo, el México que queremos fortalecer y mejorar, no podemos ni debemos caer en esas interpretaciones dogmáticas, simplistas, creacionistas que algunos pretenden impulsar en los días que corren y que sugieren que antes del 1° de julio de 2018 vivíamos en el autoritarismo oscurantista, y que fueron esas elecciones las que trajeron la democracia a México.

México se construyó no sin esfuerzos, no sin luchas durante décadas, en un país de derechos y libertades que permitieron, precisamente, que el 1° de julio el voto libre pudiera expresarse.

Fueron justamente las condiciones democráticas existentes, y que son obra de todos nosotros, no de un solo partido, no de una ideología, no de una fuerza política, y mucho menos de un solo hombre, las que han posibilitado que la alternancia hoy sea una posibilidad real en manos de las y los electores en cada jornada electoral y que, en dicha lucha por el poder, la igualdad sea un factor ineludible.

Sigamos avanzando proyecto tras proyecto en la construcción de la democracia sustantiva que, el objetivo 16, de los objetivos de una construcción de una democracia sustentable de los objetivos del milenio suponen.

Y la mejor forma de hacerlo es no perdiendo de vista que la violencia política por razones de género no sólo es un atentado contra los derechos de las mujeres, sino un atentado contra todas y todos, y una afrenta para la democracia incluyente y paritaria que estamos modelando.

Por eso, no solamente celebro 10 años de éxito de este programa, que anticipan una consecución todavía más intensa y prolongada, sino además, que en el marco del mismo haya el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, y el Instituto Nacional Electoral, refrendado esta voluntad de colaboración recíproca para impulsar este tema entre otros, como les decía implica los objetivos del desarrollo sostenible que constituyen la base, la piedra miliar sobre la que las sociedades modernas y comprometidas con la democracia queremos construir nuestro futuro.

Así que, de nueva cuenta, Lorenzo, mil gracias.

Nadine, gracias por acompañarnos.

Y gracias a todos ustedes, que son los verdaderos protagonistas de que hoy estemos celebrando 10 años de éxito de un programa que todavía, sin duda, tiene mucho y lo mejor para dar.

Gracias.

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