VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL, LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN EL INICIO DE LOS TRABAJOS DEL PROYECTO CLUB MUNDOS 2020 CON LA CRUZ ROJA INTERNACIONAL, REALIZADO EN EL LOBBY DEL AUDITORIO DEL INE
Muchas gracias, muy buenos días a todas y a todos.
Martín, bienvenido a ésta que es tu casa y además cuenta siempre con el INE como un aliado estratégico para estos proyectos y los que vendrán en el futuro.
El convenio entre nosotros representa un compromiso que, además, asumimos como parte de una responsabilidad constitucional, pero además como una obligación, asumimos, de fortalecimiento de la convivencia democrática en nuestro país.
Maestra Torralba, un gusto y muchas gracias por compartir esta experiencia. Saludos a José Luis, a menos que ya se haya graduado con la tambora y demás, pero si lo ve de nuevo, salúdelo y dígale que nos ha conmovido esa historia y que es una historia que, además, tenemos el compromiso de repetir con esos otros aliados y constructores, digámoslo así, de futuros ciudadanos que son justamente ustedes, los profesores, nuestros maestros.
Hace y, perdón la reminiscencia; no necesito gafas, Martín, pero me voy a salir un momento del script, entre otras cosas, porque hace justo un poco más de cuatro años, Benito, tuvimos una reunión con los padres de Ayotzinapa, de los chicos desaparecidos en Ayotzinapa y nos decían ahí algo que evoco aquí y tiene toda la razón, detrás de todos y cada uno de ustedes hay un maestro.
Y es cierto, así que el trabajo en los maestros, es un trabajo no solamente para formar a los chicos y las chicas, sino para formar futuros y buenos ciudadanos.
Desde su creación como órgano constitucional autónomo el entonces Instituto Federal Electoral, antecesor de nuestro INE, comprendió que la democracia solo podría consolidarse en el largo plazo si se motivaba a las niñas, los niños y adolescentes a participar en la vida pública de su país, si se sembraba en ellos el sentido de pertenencia y la razón de ser del voto y, en general, de la participación política, de la participación ciudadana, si se les abría un espacio de expresión para escuchar su voz sobre problemas que les importan y afectan y, sobre todo, más allá de escuchar, si había consecuencias de esa escucha.
Lo que inició hace más de 20 años como un esfuerzo de motivación democrática a la niñez y adolescencia mexicana, hoy se ha convertido en una convicción institucional y un compromiso claro con la defensa y promoción de los derechos de la infancia en México, materializados en diversos proyectos y actividades que impulsa el INE en el marco de la Estrategia Nacional de Cultura Cívica.
Por ello, nos parece fundamental el proyecto que hoy presentamos, de forma pública, pero que se ha instrumentado, como ya se ha dicho a lo largo de los meses pasados, con nuestro aliado estratégico el Comité Internacional de la Cruz Roja para México y América Latina; me refiero al proyecto “Club Mundos. Secuencias Didácticas para la Convivencia y la Participación Ciudadana”.
El objetivo de este proyecto, como ya se ha mencionado, se engarza claramente con los ejes estratégicos y las líneas de acción de la ENCCÍVICA en el diálogo y la promoción de la cultura cívica en los entornos escolares.
En efecto, con este proyecto el INE busca, de manera específica, favorecer el desarrollo de capacidades y habilidades socioemocionales de niñas, niños y adolescentes y promover el ejercicio de sus derechos a través de contenidos y metodologías desarrolladas en conjunto por el Comité Internacional de la Cruz Roja y el INE, las cuales ya pasaron por un proceso de pilotaje, como se mencionó, en el ciclo escolar 2018-2019, con resultados alentadores, como el de José Luis, que nos contaba la maestra Torralba, en más de 174 escuelas de Chihuahua, Guerrero y Veracruz.
Como fin último, confiamos que este trabajo contribuya a fortalecer en las comunidades escolares la convivencia basada en el reconocimiento de la dignidad de las personas y sus derechos, y sobre todo los valores democráticos, entre ellos justamente el dela tolerancia, que muchas veces contrasta con realidades que se constituyen como obstáculos para la construcción de democracia, como el machismo, la construcción de roles predefinidos, o peor aún, la intolerancia frente a quien piensa distinto.
Se trata, en suma, de seguir hoy la ruta que iniciara en su momento el IFE, en 1997, con la primera Consulta Infantil y Juvenil, es decir, construir ciudadanía desde la infancia, sabiendo que la ciudadanía es mucho más que ir a votar en las elecciones, porque supone poner en práctica valores democráticos, exigir el cumplimiento de nuestros derechos, pero también cumplir corresponsablemente con nuestras responsabilidades, con nuestras obligaciones como miembros de una comunidad conjunta que es nuestro país, que es México.
El desafío que tenemos no es menor. Los resultados de la Consulta Infantil y Juvenil 2018, la más amplia que se ha llevado a cabo hasta ahora, en la que participaron más de 5.6 millones de niñas, niños y adolescentes, nos reporta que es necesario atender las condiciones de maltrato y violencia que prevalecen no solamente en los entornos familiares, sino también en las escuelas del país.
De acuerdo con esa Consulta, en promedio, 21 por ciento de las niñas y los niños de 6 a 9 años, el 15 por ciento de los que tienen entre 10 y 13, y el 17 por ciento de los adolescentes, en la franja etaria de 14 a 17 años, reportaron haber experimentado algún tipo de maltrato o violencia en el último año.
En otras palabras, al menos 1 de cada 6 niñas y niños en el país reporta sufrir maltrato o violencia. Como es esperable, lamentablemente, la situación está más extendida entre la población indígena y entre quienes tienen alguna discapacidad.
La desigualdad de nueva cuenta en este tema se constituye como uno de los problemas estructurales y transversales que aquejan y agravan todas las problemáticas que vive nuestra sociedad.
Destaca, además, que 54 por ciento de las y los niños de 10 y 13 años, que son por cierto quienes forman buena parte de población objetivo del proyecto que hoy presentamos, reportó haber experimentado maltrato y violencia en la escuela, y casi 40 por ciento lo reportó en su casa.
Más de 40 por ciento de las niñas y niños de este grupo de edad, de 10 a 13 años, reporta que el maltrato y violencia proviene de otras amigas, amigos y compañeros.
Y si bien 67 por ciento de las y los niños de 10 a 13 años dijo sentirse seguro en la escuela, 12, es decir, 1 de cada 8, manifestó que no es así.
Como lo evidencian estas cifras, los desafíos que tenemos en materia de construcción de cultura cívica en la población infantil y adolescente son notables. Los entornos escolares son espacios particularmente relevantes para llevar a cabo intervenciones que ayuden a construir una cultura cívica democrática a partir de valores y su materialización en prácticas concretas.
Y en los tiempos que corren más vale la pena subrayarlo y enfatizarlo para que no haya dudas, me refiero a los valores democráticos, los otros valores son siempre respetables y se valen, pero si hay una comunión, una transversalidad de valores que no son de unos o de otros, que no son mis valores, sino son nuestros valores son precisamente los valores democráticos. Los otros son el resultado de ejercicio de derechos, del ejercicio de convicciones, pero los valores democráticos nos unifican a todos, por eso los momentos electorales son los momentos en los que somos, por cierto, como nunca, iguales todas y todos.
En el INE entendemos que este proyecto justo bajo la lógica que puede ayudar a construir oportunidades de aprendizaje y vinculación entre valores y prácticas que contribuyan a que niñas y niños comprendan la importancia del diálogo en la solución de conflictos, el respeto a la identidad de cada persona, su derecho a escuchar las razones y el sentir de los otros, pero también el derecho de hacerse escuchar y participar en los problemas cotidianos que les afectan.
El objetivo de la ENCCÍVICA, en la que se inscribe el proyecto que nos convoca esta mañana, es el fortalecimiento de la cultura democrática en México. Y el logro de ese objetivo, por su naturaleza y la dimensión del reto que supone, no puede ni debe ser una labor exclusiva del INE.
El camino a seguir para el logro del objetivo de la ENCCÍVICA y de las acciones e iniciativas que le dan forma y la aterrizan, tiene que pasar por la articulación de alianzas con diversos actores, e incluso debe transitar por la apropiación misma de la Estrategia y sus fines por parte de otras instituciones, organizaciones cívicas, empresas, grupos sociales y la población en general.
El trabajo entre el INE y el Comité Internacional de la Cruz Roja en México es evidencia de la virtud de estas alianzas y de que esa es la ruta a seguir, en este y en muchos otros espacios, para poder fortalecer la cultura democrática en México.
Agradezco de nuevo a Martín De Boer y al Comité Internacional de la Cruz Roja en México su involucramiento y participación con el INE en esta iniciativa, y estamos ansiosos por ver los logros de nuevos proyectos que se alcanzarán con esta apuesta en el actual ciclo escolar.
Muchísimas gracias.
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