VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO ELECTORAL ENRIQUE ANDRADE GONZÁLEZ, EN EL PUNTO 5 DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA, RELATIVO AL INFORME PREVIO DE GESTIÓN DEL PRIMER SEMESTRE DE 2019 DEL ÓRGANO INTERNO DE CONTROL DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL
Gracias, Consejero Presidente, muy buenas tardes a todas y a todos.
Bueno, igual creo que éste es un ejercicio que vemos cotidianamente en el Consejo General cada seis meses, por lo menos, para conocer cuál es el informe de resultados de la gestión que hace el titular del Órgano Interno de Control, actualmente estamos conociendo el del primer semestre de 2019.
Yo tengo una interpretación jurídica a lo mejor parecida a la de la Consejera Zavala, que viendo los artículos que le dan fundamento a estos informes, pareciera ser el 490-1-R, que en realidad los informes sí deben de contener los resultados de las auditorías, incluso, el informe previo.
Igualmente, en el reglamento interior el 82-1-L señala que lo que se debería de conocer en estos informes son los resultados de la gestión o de las auditorías, y no las observaciones que se están haciendo de auditorías que están en curso. Ahí creo que es una forma a lo mejor de leer incompleto este artículo o concretamente esta fracción.
Pero sí, de acuerdo a lo que yo interpreto, lo que este Consejo General debería de conocer son los resultados justamente de esas auditorías para tomar las medidas adecuadas tanto consejeros, que no sabemos, digamos, todo el funcionamiento de las áreas ejecutivas, como por supuesto los representantes de los partidos políticos y los representantes del Poder Legislativo.
Por eso creo que se dice que son los resultados los que se dan a conocer también a la Cámara de Diputados para que, en su caso, la Cámara tome las medidas correspondientes.
Creo que, por eso, desde mi punto de vista, las auditorías que están en trámite o de observaciones se están haciendo y que se están desahogando las aclaraciones por parte de las áreas, no debiera de ser un contenido del informe que nos ocupa en esta ocasión.
Desde luego creo que es una buena práctica principalmente el conocer los resultados de la gestión, los resultados de las auditorías, pero incluso, en la página 32 del informe, como ya dijo el Secretario Ejecutivo, sí está muy claro de las auditorías que están en curso que de ninguna forma se puede asumir que esto implica alguna responsabilidad, al contrario se están desahogando las aclaraciones correspondientes por parte de las áreas ejecutivas para que en su momento se determine si hay o no responsabilidad.
Creo que este párrafo de la página 32 sí sería muy conveniente que se diera a conocer, incluso, en los medios de comunicación, porque pareciera ser que las auditorías que están en curso ya arrojan alguna responsabilidad. Y esto, desde luego, no ayuda al crédito de la institución o al prestigio del funcionamiento del Instituto Nacional Electoral.
Creo que por eso habrá que esperar en todo caso cuáles sean los resultados.
Un ejemplo muy concreto del daño que se pudiera hacer a algunos de los procesos que lleva este Instituto es, justamente el que se ha comentado de la auditoría que está en curso sobre la credencialización de los mexicanos en el extranjero, desde luego serán las áreas ejecutivas las que tendrán que hacer las aclaraciones correspondientes, pero el señalar que el público objetivo de la primera credencialización en el 2016 eran los 35 millones de mexicanos, de los cuales están incluyendo, nacidos en México, que aparentemente son poco más de 11.5 millones que están en Estados Unidos, más los hijos y descendientes de segunda y tercera generación, es decir, prácticamente toda la población de origen mexicano, muchos de ellos ya ciudadanos americanos, que se estarían considerando en estos 35 millones.
Sí es un dato que tuvimos como antecedente, hay un estudio del Pew Hispanic Center que se toma como referencia cuando inició este programa, que menciona una población de origen mexicano, probablemente de 35 millones de mexicanos en Estados Unidos, incluso antes de iniciar este proyecto de credencialización mandamos a hacer una encuesta al CIDE, que nos dijo que probablemente en el primer año tendríamos una demanda de cerca de cuatro millones de credenciales.
Esta encuesta la hicimos junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores, y justamente cuando dimos a conocer este dato, la propia Secretaría decía: “no, bueno, pues se va a desbordar la demanda, va a ser muy difícil para nosotros”, ¿por qué? Porque las credenciales, como sabemos, en el extranjero se tramitan y se hace la cita para tramitarlas en los consulados de México en Estados Unidos.
Yo no creo que por eso esté ubicado como público objetivo los 35 millones, que hubiera sido muy difícil para la Secretaría de Relaciones Exteriores, atender una demanda de 35 millones en su caso. Lo que nos dijeron justamente fue que se haga mediante citas, que sea una demanda programada y que, bueno, sea atendida de acuerdo a lo que los ciudadanos están requiriendo.
Tenemos ahorita poco más de 1.3 millones de trámites de credenciales y entregadas ya cerca de un millón a ciudadanos, lo que yo creo que se va a aclarar en su momento y seguramente el resultado será distinto a lo que estamos viendo ahorita.
Pero lo que sí me sorprende es que, de alguna forma, se trate de desacreditar un programa que hace el Instituto junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores, gracias a un convenio que celebramos en el 2017, para credencializar a los mexicanos en el exterior y que además ha sido un programa pues calificado también como exitoso por dicha Secretaría, a la que, por cierto, normalmente acostumbramos agradecer el trabajo que se hace en acompañamiento del Instituto.
Entonces, sí creo que por una observación que está en curso, señalarla como una situación ya concluida, pues nada más desacredita al programa y seguramente pues no va a estimular que los mexicanos sigan tramitando este documento.
Gracias.
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