VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO “VIOLENCIA POLÍTICA CONTRA LAS MUJERES: EL PRECIO DE LA PARIDAD EN MÉXICO”, REALIZADA EN EL LOBBY DEL AUDITORIO DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL
Presentadora: El Instituto Nacional Electoral, les da la más cordial bienvenida a la presentación del Libro Violencia política contra las Mujeres: El precio de la paridad en México, para lo cual contamos con la presencia del doctor Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral; la maestra Gabriela Vargas, coautora; la doctora Adriana Favela Herrera, Consejera Electoral del Instituto Nacional Electoral; la maestra Silvia Palazuelos, coautora; la maestra Claudia Zavala Pérez, Consejera Electoral del Instituto Nacional Electoral; y el maestro Carlos Ferrer Silva, Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del Instituto Nacional Electoral.
Agradecemos la presencia de integrantes de la Junta General Ejecutiva, de estudiantes, académicos, investigadores, representantes de las organizaciones de la sociedad civil, personal del Instituto Nacional Electoral y representantes de los medios de comunicación que nos acompañan.
Para dar inicio, damos la palabra al maestro Carlos Ferrer Silva, quien moderará la presentación.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias.
Saludamos con mucho gusto a quienes nos acompaña de manera presencial en el Instituto Nacional Electoral y a quienes nos siguen vía Internet.
El propósito de este evento, es la presentación del libro “Violencia política contra las Mujeres: El precio de la paridad en México”, publicación que describe los antecedentes de la violencia de género en el país y los obstáculos a los que se han tenido que enfrentar las mujeres al incursionar en la política, ya sea como candidatas o como servidoras públicas.
Antes de entrar a la presentación, me gustaría dar una reseña curricular de las autoras de este importante libro.
La maestra Gabriela Vargas, es licenciada en Comunicación y maestra en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se ha desempeñado en el ámbito electoral y los derechos humanos por más de 20 años.
Su experiencia profesional y personal, son resultado de su trabajo periodístico; y como servidora pública en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Nacional Electoral y como asesora de diversos partidos políticos.
Colaboradora de medios de comunicación impresos como la revista Etcétera y el Universal. Ha escrito artículos en estos temas con particular énfasis en la transparencia, derecho a la información y la coyuntura electoral de México.
La otra autora de esta obra, la maestra Silvia Palazuelos, es licenciada y maestra en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, es socia directora del despacho MXP-Abogados Consultores S.C., que se especializa en temas de proceso legislativo, proceso electoral, proceso constitucional, justicia, políticas públicas, perspectiva de género, derechos humanos, transparencia, rendición de cuentas, fiscalización, comunicación política y uso de nuevas tecnologías.
Cuenta con más de 20 años de experiencia profesional como abogada litigante, servidora pública, docente y consultara independiente en instituciones como la Universidad Autónoma de Sinaloa, el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), el Congreso de la Unión, congresos locales y dirigencias de los partidos políticos nacionales y locales.
Una vez habiendo presentado de manera muy sucinta a las autoras de este importante libro, le cedo el uso de la palabra por 15 minutos a cada una de ellas para que nos hagan favor de presentarlo, por favor.
Gabriela Vargas: Muchísimas gracias.
Antes que nada, buenos días a todos.
Agradezco, por supuesto, al Instituto Nacional Electoral, por conducto de su Presidente, el consejero Lorenzo Córdova, las consejeras Adriana Favela, Claudia Zavala y, por supuesto, a la Unidad de Género que tuvo a bien realizar las gestiones para darnos este importante espacio.
Me congratula la presencia de todos ustedes porque evidentemente están aquí, dado el interés que genera un tema desafortunado en la coyuntura de nuestro país, y que es necesario que lo abordemos, que lo socialicemos y que desde el frente en que nos corresponde estar a cada uno, empecemos a tomar acciones respecto al mismo.
Yo quisiera, de alguna manera, compartirles las motivaciones que nos llevaron a escribir el libro. Como bien refirieron en la introducción, hemos sido participes, actoras, testigos de lo que ha pasado en el ámbito electoral en nuestro país durante los últimos años, y desde mi paso por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que tengo el gusto de que estén aquí algunos amigos también, obviamente mi marco referencial se potencializó en cuanto a la defensa de los derechos humanos, y con particular visión lo que sucedía en el ámbito de las mujeres y la violencia.
Y lo refiero porque esto justifica, de alguna manera, el primer capítulo del libro. Consideramos fundamental la coautora y amiga también, Silvia Palazuelos, que era sumamente importante que marcáramos el marco referencial internacional, porque es desde las convenciones cuando se establece y se declara internacionalmente, que la violencia contra las mujeres es una forma de discriminación, y que esta violencia es un mecanismo por el cual sistemáticamente se mantienen las desigualdades entre hombres y mujeres, que se empiezan a tomar acciones de manera más formal por parte de los estados.
Era obligado referenciar la sentencia del 2009 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por la cual para quien o esté familiarizado con esa sentencia, Campo Algodonero, es el caso por el cual a nivel mundial se sabe del caso de las muertas de Juárez y los índices gravosos que se estaban dando de feminicidios en esa zona.
Y cuando la Corte se pronuncia sancionando a nuestro país por lo que sucedía en Juárez en aquel entonces, hace evidente que había sido omiso en brindar las garantías necesarias para que las mujeres pudiéramos vivir una vida libre de violencia, y había sido omiso también en actuaciones de impartición de justicia, que permitieran que las mujeres pudiéramos transitar libremente y desarrollar nuestros derechos en las mejores condiciones.
En ese sentido, consideramos relevante tomarlo como referencia, porque a partir de la sentencia, si bien es cierto que existía un marco normativo para brindar y garantizar los derechos de las mujeres, se generaron múltiples reformas para dar cumplimiento que a las observaciones de la Corte se generaron instituciones ex profeso, y se generaron protocolos, en aras de brindar mayores garantías a las mujeres y, sin embargo, 10 años después, eso fue en 2009, nos encontramos en una situación bastante preocupante.
Y lo refiero porque, evidentemente, esa violencia que ya en aquel entonces se refería como una violencia estructural, cuando se avanza en el campo de los derechos políticos, tiene un impacto también en este ámbito.
Los casos que nosotros referimos en el libro que espero tengan la oportunidad de leer en su momento, son casos de los que conocieron, evidentemente, las autoridades que están aquí presentes y que, en su momento, también dieron cuenta los medios de comunicación.
Y quiero hacer particular énfasis en cuanto a lo que sucedió con los medios de comunicación.
Si bien es cierto, a partir de que se incorpora el principio de paridad en la Constitución para que podamos contender en iguales condiciones hombres y mujeres, por los cargos de elección popular, se empieza a dar un impacto de las modalidades de violencia contra las mujeres que incursionan a competir en dicho ámbito.
Yo me quiero referir, en exclusiva, a lo que observamos en los medios, que es lo que yo trabajé mayormente, y la cobertura periodística que se da a las candidatas, incluso numéricamente ya deja mucho que desear.
El Instituto Nacional Electoral elaboró un informe, que yo les invito que lo conozcan para quienes no lo han consultado, un informe muy importante, respecto a los espacios que se otorgan en las campañas a mujeres y hombres, y hay diferencias abismales, por ejemplo, en el 2018 llegamos a ver una diferencia porcentual de hasta 300 por ciento diferencial de mayor cobertura para hombres que para mujeres candidatas, siendo el mismo número de contendientes de ambos géneros.
Estos indicadores numéricos ya son gravosos por sí mismos para hacer una competencia desigual, y si vamos todavía a mayor profundidad, como sería analizar el contenido de las notas que dan cobertura a las mujeres en campaña todavía resulta más preocupante, porque desde denostarlas, denostarlas por su físico, que eso es bastante deleznable ya por sí mismo, se les cuestiona si pueden tener capacidad o no de gobernar por circunstancias tan de género, como por estar embarazada, es uno de los casos que también citamos ahí en el libro, si eso les hace aptas o no para ejercer un cargo de elección pública.
En otros caso por el sólo hecho de ser candidatas son agredidas hasta por su comunidad, tenemos casos de los usos y costumbres ya también referenciado en el libro, y que muchos de ustedes también conocen que por el solo hecho de ganar un cargo de elección su propia comunidad las rechaza, les impiden tomar el cargo, les cierran los edificios de gobierno, las agreden verbalmente, las amenaza la comunidad, amenazan a sus familias, bueno, si hablamos de las redes sociales ahí todavía se potencializa muchísimo más la agresión.
Es muy importante que lo refiramos y que también no nos casemos con la idea de que la violencia política contra las mujeres se circunscribirse a la que puedan ejercer los propios partidos políticos en cuanto a los obstáculos que les puedan poner a ellas para que lleguen a ser contendientes, como lo refería en un inicio, es sistémico y también el papel de los medios resulta fundamental, un ejemplo muy reciente fue lo de la marcha de las mujeres que, hay que decirlo, ese es un caso evidente de violencia política contra las mujeres.
El tratamiento mediático que recibió esa manifestación es el claro ejemplo de lo que estamos hablando, porque se minimiza la lucha esencial de las mujeres por sus derechos por cosas meramente superfluas, que si bien son cuestionables, porque la violencia no se justifica bajo ningún efecto; fue muy triste y lamentablemente ver cómo el pliego petitorio de esa marcha se perdió, se invisibilizó, como se tiene a invisibilizar todo argumento de las mujeres cuando se trata de defender sus derechos y posicionarlos públicos.
Y también nos tenemos que hacer cargo como sociedad de eso, porque esa cobertura mediática donde se desprestigió dicha marcha, muy importante por lo que estamos viviendo, por la circunstancia de vulnerabilidad que estamos viviendo todas las mujeres, también la propia sociedad hizo eso, hizo un eco mediático.
Lo que ya se refería en los medios de comunicación, yo veía los comentarios en las redes sociales, también nos tenemos que hacer cargo la sociedad de lo que estamos haciendo, porque nosotros también invisibilizamos los problemas de las mujeres.
En ese sentido les invito a reflexionar sobre lo que nosotros planteamos en el libro, obviamente ahí damos mucho más detalle de lo que sucede.
No quiero cerrar sin reconocer y también es parte de nuestro documento, que el papel que tuvieron las instituciones electorales a pesar de no estar tipificado el delito como tal de la violencia política contra las mujeres o acoso político, como se denomina en otras latitudes, el protocolo que se estableció para esos efectos permitió arropar y acompañar a las mujeres candidatas en el 2018, y de ello estoy segura nos podrán dar mayor cuenta las autoridades presentes porque, sin duda y a pesar de no tener una legislación que favoreciera una mayor protección, hicieron una encomendable labor. Y sí quería compartirlo con ustedes.
Nuevamente muchas gracias por acompañarnos y, pues, al final me gustará escuchar sus impresiones.
Gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a la maestra Gabriela Vargas por esta presentación y reseña breve de la obra.
A continuación, le cedo el uso de la palabra a la coautora, a la maestra Silvia Palazuelos, por favor, maestra.
Silvia Palazuelos: Buenos días a todas y todos los presentes.
Quiero reiterar el agradecimiento a esta honrosa invitación que nos hacen para presentar nuestro libro en el Instituto Nacional Electoral.
Por supuesto, agradecer al presidente, al Consejero Presidente, al doctor Lorenzo Córdova esta honrosa invitación y la apertura que tiene el Instituto Nacional Electoral para presentar un trabajo independiente como el que realizamos la coautora y su servidora.
Agradezco también, por supuesto, a las consejeras electorales que nos hagan el favor de leer el libro y de darnos su opinión calificada.
A la Consejera Electoral Adriana Favela y a la consejera Claudia Zavala, muchas gracias por sus comentarios.
Y, desde luego, tenemos una moderación de lujo. Porque quien está moderando esta mesa, el maestro Ferrer, es el encargado de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, quienes conocen de manera directa los casos que se denuncian por violencia política.
Entonces, bueno, pues nos sentimos doblemente honradas porque estamos ante los que están directamente emitiendo acuerdos para favorecer la perspectiva de género desde su ámbito de acción profesional como quienes están empleando criterios con perspectiva de género para favorecer la participación política de las mujeres.
Muchísimas gracias por darnos la oportunidad de presentar el libro en sus instalaciones.
Y quiero hacer una mención especial a la licenciada Mónica Isabel Pérez Villa, titular de la Unidad de Género del Instituto por sus gestiones realizadas para hacer posible la presentación.
Y muy en particular a Beatriz, que nos hizo el favor de presentar la solicitud para presentar el libro. Gracias por ello.
Y, bueno, para no ser repetitiva en lo que ya la maestra Gabriela Vargas comentó respecto a la estructura del libro, yo quiero ser muy concreta como abogada que soy, me disculparán los que no son abogados, porque los abogados solemos ser muy cuadrados. Entonces, voy a tratar de ser muy concreta.
Nosotros queremos hablar del tema y me da mucho gusto que en este foro haya mujeres y hombres, porque en el tema de la violencia en contra de mujeres necesitamos del apoyo de los hombres también para esta causa. Y estamos convencidas de que, en el Instituto Nacional Electoral, los hombres están comprometidos a la causa de las mujeres.
¿Qué necesitamos o qué retos vienen de frente a esta coyuntura en la que nos encontramos?
El libro habla acerca de una propuesta muy concreta, en términos de abogados y de legislación.
Necesitamos impulsar tipificar como delito la violencia política en razón de género. Y ésta no es una invención de las coautoras.
Existe ya en otros países y en la legislación subnacional tipificado como delito la violencia política en razón del género.
El caso concreto es el Estado de México que ya tiene esta legislación, el estado de Guanajuato, el estado de Zacatecas y el estado de Veracruz.
Casualmente son entidades que tienen un alto contenido de violencia hacia las mujeres, de violencia no solo política, que la violencia política es solo una modalidad de la violencia que se comete en contra de las mujeres.
Pero la propuesta concreta que hacemos en el libro, es que se retome ahora que se está discutiendo o que se está hablando de una posible reforma en materia electoral, que se retome el tema para incorporarse a la Ley General en Materia de Delitos Electorales, y se tipifique el delito de violencia política en razón del género, ¿para qué? Para homologarlo en todo el país.
Lo que hace el protocolo, como bien señaló la maestra Gabriela Vargas, es un impulso coordinado entre ocho instituciones, que de manera muy profesional establecen los mecanismos, las competencias y la forma de identificación de los rasgos o elementos que pueden constituir la violencia política en razón del género.
¿Qué es esto? Se emplean todas las formas de violencia cotidiana a las que legítimamente reclaman hoy las mujeres y los colectivos de mujeres en las calles, pero con un ingrediente adicional, impactan directamente a las mujeres que quieren acceder al ejercicio del poder.
¿Y qué significa eso? Como dice un autor del Fondo de Cultura Económica, mover el status quo, se trata de mover el status quo. Y al mover el status quo las mujeres pueden, legítimamente, con este piso parejo normativamente que ya tenemos para exigir el 50 por ciento de las postulaciones de las candidaturas para mujeres, sí, mueves el status quo y quizá estés desplazando a, tradicionalmente, postulaciones de compañeros hombres que accedían a esas posturas de poder. Y sin cuestionarles si tenían la capacidad de ejercer tal o cual cargo público.
Entonces, bueno, pues la propuesta es muy concreta, ¿por qué es importante que se tipifique en la Ley General en Materia de Delitos Electorales? Pues porque a partir de establecer criterios homologados a nivel nacional, estaríamos evitando la discrecionalidad y, sobre todo, la impunidad en que quedan estas conductas cuando no se tiene un marco de actuación legal, y claro, para sancionar estas conductas, que es el principal problema.
Ya no estamos hablando de un tema de falta de piso parejo para contender, pero si no existe una consecuencia, que ya lo han hecho las autoridades electorales desde el punto de vista administrativo, han hecho a partir de resoluciones donde compañeros hombres han sido declarados en casos de violencia política, les han tocado un punto que sí les duele mucho, que es una consecuencia, negarles su registro como candidatos.
Estas resoluciones también las reseñamos en nuestro libro, son emitidas por salas regionales que con un criterio de perspectiva de género han dicho, “como en este caso no se acredita el modo honesto de vivir de tal o cual candidato porque previamente se conoció un caso donde fue responsable de cometer violencia política de género”, y este asunto llegó hasta instancia superiores, al Tribunal Electoral, y el Tribunal Electoral, al igual que el Instituto Nacional Electoral, han sido aliados fundamentales de las mujeres en esta lucha jurídica y administrativa, y han apoyado estos criterios y han dictado sentencias con perspectiva de género.
Eso es lo que necesitamos ahora, que ya no se tenga que solo discutir, sino que llevar a nivel de ley donde cualquier agente del Ministerio Público del norte del estado de donde yo soy, yo soy de Sinaloa, y bueno, ciertamente la ley no te garantiza el ejercicio de los derechos plenos, pero te da un piso de actuación mínima y con una capacitación adecuada pues tú puedes leer y decir: “bueno, estos son los elementos constitutivos del tipo penal, éstas son las agravantes, por tanto puedo sancionar, y no tomo de otras figuras que trato de interpretar para que no quede impune esta conducta”, porque eso es lo que ha sucedido hasta este momento.
En materia penal existe un principio, el principio de legalidad que te impide imponer penas si no está previamente establecida en la legislación.
Y lo que ha pasado con las mujeres es que en muchas ocasiones te invitan para que no denuncies tal o cual conducta que atenta contra tus derechos político electorales, o que incluso, ponen en riesgo a tu persona o a tu familia y el bien jurídico principal para cualquier mujer candidata, pues por supuesto que está su integridad física en primer lugar y la de su familia.
Entonces nosotras venimos una vez más a pedirle al Instituto Nacional Electoral, con la apertura que siempre ha tenido hacia las mujeres, que incluya en las pláticas y conversatorios que se están teniendo con los legisladores que se retome una minuta que está en Cámara de Diputados desde 2017, que ya recorrió la mitad del proceso legislativo, que en este país no es poco decir, pero impulsar temas en materia de igualdad de género ha costado generaciones y ha costado vidas y ha costado actos de violencia altísimos en contra de mujeres.
Lo que estamos pidiendo es que el Instituto Nacional Electoral pueda incorporar en sus pláticas y conversatorios con los legisladores el retomar este punto, el retomar, incluir en la legislación especializada para sancionar los delitos en materia electoral el que se tipifique la violencia política en razón del género, y que no se permita que se concilien este tipo de asuntos.
También escuché por ahí un comentario de una persona, que respeto mucho, experto en derechos humanos, que decía “la conciliación es la vía para solucionar los conflictos en tratándose de violencia política cuando se trata de municipios cuyos usos y costumbres la mujer no participar en política”, no referimos principalmente a los estados del sureste del país, Oaxaca, Chiapas, donde existen muchos usos y costumbres, pero dices: Por supuesto que no puedes conciliar sobre delitos cometidos.
Pero ahorita no podemos hablar de delitos porque la Ley General no lo establece así.
Y otro detalle importante es la punibilidad, un tema que identificamos que distingue a las legislaciones que ya tipifican el delito de violencia política en los estados, es que discrepa mucho la punibilidad y las agravantes del tipo, que son cuestiones que hay que regular en una legislación especial, porque no es lo mismo cometer violencia política desde el seno de los partidos políticos a cometer violencia política, aunque cause el mismo efecto, de una persona que hace uso libre de su libertad de expresión y hace uso de su derecho periodístico, que también en ese caso es importante resaltar el antecedente que ya tenemos que estableció el Instituto Nacional Electoral a través de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral en el 2018 que dictó medidas cautelares y ordenó que se bajara de un portal de internet de redes sociales información, que amparada bajo el libre ejercicio del periodismo, denostaba y causaba violencia política en contra de una mujer atacándola por su físico, por su aspecto personal, y no cuestionando legítimamente el ejercicio de su función pública.
Esta mujer era candidata al Senado de la República, fue obviamente dictada la medida cautelar, se ordenó que se bajara de las redes sociales y del portal esta información, se impugnó ante Sala Regional Especializada, y la Sala Regional de nuevo confirma la resolución que dicta la medida cautelar tanto en la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral, como el proyecto que presenta la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral.
Y ya tenemos este precedente relevante aun cuando esta mujer no llegó al Senado de la República por otras circunstancias, el precedente existe y el Instituto puede también a partir del ejercicio de su función dictar a través de las medidas cautelares medidas que atiendan y detengan el daño que se les causa a las mujeres en las campañas, porque es un daño calculado, al igual que las multas que se imponen a los partidos políticos, el cometer violencia política de género en contra de una precandidata o candidata es un daño calculado. Es decir, los partidos o las personas que lo cometen que no necesariamente son hombres los sujetos activos, pueden ser mujeres también quienes cometen este delito de violencia política, calculan el daño y dicen: Bueno, como me van a imponer una multa, una sanción vale la pena calcular el daño y asumir el costo. Porque el incentivo para cometerlo es alto.
Como decía el fin justifica los medios, no. Entonces, asumen el costo para obtener que desactivarte de la competencia electoral.
Y creemos, estamos convencidas la coautora y su servidora y así lo planteamos en nuestro libro que estamos muy a tiempo, que estamos muy a tiempo para tomar las medidas que corresponden porque viene un reto enorme el próximo año el inicio de un proceso electoral relevante, 2020-2021.
Se van a renovar 14 gubernaturas, 14, 15 gubernaturas, gracias Consejero. Quince gubernaturas y ahora que existe la Ley de Paridad, que le llaman la Ley de Paridad, pues sería muy innovador un acuerdo donde el Instituto Nacional Electoral, aliado de las mujeres en la lucha por la igualdad dijera: bueno, de las 15 gubernaturas quizá vamos a determinar que, en ocho, sean sólo contendientes mujeres, estaría muy bien.
Y sembrar el camino para defenderlo y llevarlo hasta la Sala Superior y que el Tribunal valide este criterio de la autoridad electoral.
Bueno, eso es una invitación que se vale soñar y se vale pedir. Bueno, la estamos pidiendo.
Por mi parte serían los comentarios que tendríamos sobre el libro, agradecer una vez más la oportunidad y decir que este tema no ha acabado. Estamos en hechos continuados.
Entonces, muy probablemente la tarea está en cada uno de ustedes en seguir hablando, visibilizando el tema para que no se normalice, no se regularice, no se invisibilice y no se olvide que las mujeres sí queremos participar de los asuntos públicos y sí queremos el acompañamiento de las autoridades para seguir ganando espacios.
Por tanto, también tenemos como sociedad la corresponsabilidad de apoyar la autonomía del Instituto Nacional Electoral que es algo que hoy en día se está cuestionando.
Y creemos que la independencia del órgano electoral, es fundamental para que tome decisiones libres y que nos permitan seguir ganando espacio a las mujeres y a los hombres es este país.
Muchas gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a la maestra Silvia Palazuelos por estos apuntes sobre la obra.
Me gustaría destacar algunas de las cuestiones que han hecho mención sobre este libro.
Han destacado las autoras la importancia del tema, su cobertura a través de tratados internacionales y legislación doméstica. El lamentable caso de Campo Algodonero que sirvió como detonante de cambios y acciones, aún no suficientes porque persiste una violencia estructural.
De manera destacada, se ha señalado la importancia de los medios de comunicación y la cobertura que estos hacen, a fin de no minimizar o invisibilizar el problema.
La importancia también de las autoridades electorales y sus decisiones en pos de la igualdad de género y la detección y sanción oportuna de la violencia política por razón de género.
Y han lanzado al menos dos reflexiones o provocaciones.
Una de ellas, es que leamos y cuestionemos el libro.
Y la otra es de tipo legislativo que se retome la tipificación de la violencia política por razón de género y se homologue a nivel nacional para efectos de erradicar de una vez por todas este mal y esta situación antijurídica.
Dicho lo anterior, damos paso a los comentarios de la obra, en primer lugar, a cargo de la doctora Adriana Favela Herrera.
Por favor, Consejera.
Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Gracias por la presentación, Carlos.
Y, bueno, primero, darles la bienvenida a Gabriela Vargas y a Silvia Palazuelos, esta es su casa. Ya saben que el INE es una Institución incluyente y que siempre estamos apoyando a las mujeres. Y no solamente lo decimos de palabra, lo hacemos en los hechos y creo que ha quedado demostrado, por ejemplo, con las acciones afirmativas que nosotros aprobamos aquí en el Consejo General del INE en noviembre de 2017, y que, gracias a esas acciones afirmativas, más la votación, obviamente, también de la población, se logró que casi tengamos una integración paritaria en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.
Y créanme que no bastaba simplemente con tener el principio de la paridad entre los géneros a nivel constitucional, sino que se necesitaban esas acciones para poder perfeccionar ese principio y garantizar el acceso de las mujeres a los cargos legislativos.
Además, también siempre hemos estado defendiendo a las mujeres y cada vez que hay una denuncia por cuestiones de violencia política por razón de género, nosotros no analizamos en la Comisión de Quejas y Denuncias que, por cierto, formamos parte la Consejera Claudia Zavala y su servidora, además del Consejero Benito Nacif, y obviamente pues se van declarando procedentes.
Todo esto, con el acompañamiento, con la guía esencial del maestro Carlos Ferrer, que siempre se ha mostrado como un aliado de las mujeres, y con nuestro súper aliado, el Presidente Lorenzo Córdova, que siempre está al pendiente de todos los casos que se van presentando, siempre está insistiendo en que protejamos a las mujeres y nosotros es lo que hacemos, estamos haciendo un trabajo institucional, un trabajo en conjunto, como debe de ser.
Ahora, este libro pues es sumamente importante, Violencia Política contra las Mujeres: el precio de la paridad en México, y es un excelente libro porque combina la teoría, la normatividad, hacen un análisis y también se refieren a casos concretos que ayudan a entender la problemática, lo que evidencia la habilidad de las autoras Gabriela Vargas y Silvia Palazuelos, para trasladar el conocimiento teórico a una realidad concreta, lo que yo siempre admiro y también agradezco muchísimo.
Además, las autoras nos van llevando de la mano a lo largo de cinco capítulos, para entender qué es violencia política contra las mujeres y su relación con el incremento en la participación de las mujeres en el ámbito político y público.
En el capítulo 1 se hace referencia a un marco internacional de la violencia política, contiene un esbozo de lo que implica la violencia y el esfuerzo internacional para prevenir la violencia contra las mujeres, citando casos relevantes.
En el capítulo 2 hablan de la discriminación de las mujeres en la vida política y pública, y señala los obstáculos para la participación plena de la mujer y los tipos de violencia que en el que mundo enfrentan las mujeres en la vida política, según ONU Mujeres, desglosando un catálogo por tipo de conducta como precandidatas y candidatas, como legisladoras y autoridades municipales electas, o ya como funcionarias, desempeñando los cargos.
Y yo les podría leer ese capítulo de los tipos de violencia y todos me dirían que claro que esto existe, porque es algo que siempre hemos estado viviendo las mujeres a lo largo de nuestra vida, a lo largo de nuestro desempeño profesional.
De esa manera se evidencia que las mujeres que participan en políticas son violentadas desde que compiten por una candidatura, y si logran ser registradas como candidatas, entonces, la violencia la sufren durante las campañas electorales; y si logran obtener el triunfo en la elección, entonces, son violentadas para impedir que protesten el cargo, ¿sí?, cuando ya están electas. Y si logran acceder al cargo, entonces, se les violenta para que renuncien o se les obstaculiza su ejercicio.
Y si no me creen, nada más volteen a ver los casos emblemáticos que ya hemos conocido, como las renuncias de las presidencias municipales de Oxchuc y Chenalhó en Chiapas en 2015; la obstaculización para ejercer el cargo de la presidenta municipal de Mártir de Cuilapan en Guerrero, también en 2015; o la renuncias de presidentas municipales del estado de Oaxaca, que tuvimos a principios de enero de 2019, y que finalmente ahí no se concretó porque fuimos a hacer una presión muy importante en la Cámara de Diputados y desde ahí se hizo un llamado a las autoridades del estado de Oaxaca, para que rechazaran esas denuncias y se, de alguna manera, se posibilitara que las mujeres que fueron electas, ocuparan el cargo. Y adivinen qué, iban a ser, ahora sí que sustituidas por hombres.
Todo esto tiene que ver con eso, con quitar a una mujer para que entonces un hombre desempeñe ese cargo de elección popular.
En el capítulo tres ,nos narran el camino de las mujeres mexicanas para la defensa de sus derechos político-electorales, nunca ha sido fácil, quien piense que la defensa de los derechos de las mujeres se llevó a cabo en una reunión de café y té y con galletitas, están muy equivocados, siempre ha sido una exigencia de las mujeres, hemos tenido que salir a las calles, hemos tenido que estar exigiendo desde varios aspectos el reconocimiento de nuestros derechos, y hablan ellas desde el reconocimiento del voto primero a nivel local y luego federal, las cuotas de género, la ruta judicial a favor de los derechos políticos de las mujeres mexicanas, el conocido caso de “las juanitas” que se emitió por el Tribunal Electoral.
Y ahí nada más les hago una referencia muy importante, acuérdense que ese asunto se planteó por un grupo de mujeres políticas de distintos partidos políticos que se unieron precisamente para defender una causa. Y es así como las mujeres hemos podido avanzar en todo y obviamente resaltan el importante papel que ha tenido el Tribunal Electoral precisamente en también ir acompañando a las mujeres para que se logre el reconocimiento de los derechos políticos y el caso obviamente de “las juanitas” que se dio en septiembre de 2009, que quien no lo conozca, nada más lo recordaré, es el caso de mujeres que resultaron electas para ser diputadas federales, en cuanto se hizo la primera reunión tomaron protesta e inmediatamente renunciaron al cargo para que subieran en su lugar sus suplentes, que adivinen quiénes eran. hombres.
Y no era la primera vez que sucedería, nada más que sí fue la primera vez que se visibilizó, ahí también es muy importante, por eso siempre la actuación de los medios de comunicación para precisamente darle foco a estos temas y que se visibilicen y lograr cambiarlos.
En el capítulo cuatro hablan de la paridad anhelada, pero también si se logra la paridad tenemos ese gran triunfo en 2014 con la reforma a nivel constitucional donde se introduce el principio de la paridad entre los géneros para el registro de las candidaturas que implica que la mitad de las candidaturas a los cargos de elección popular tienen que estar reservadas para las mujeres, un gran triunfo para nosotras las mujeres, pero adivinen qué, luego entonces se incrementa el fenómeno de la violencia política contra las mujeres, porque cómo iban a dejar que se disfrutara de ese derecho sin tener ningún costo, claro que el costo es la violencia.
Entonces habla de la visibilización de la violencia contra las mujeres, de la emisión del Protocolo para atender la violencia política contra las mujeres por razón de género, para suplir precisamente la laguna legislativa, y es una guía también de actuación para las autoridades para saber qué vamos hacer con esas denuncias, cómo se tienen que atender y que también las mujeres tengan una guía de cómo deben de presentar sus quejas y sus denuncias.
Porque también el gran problema que tenemos es que las mujeres estamos tan acostumbradas a la violencia que ya a veces ni siquiera la percibimos, entonces, nos tienen que estar recordando que hay ciertas actitudes que son violencia, obviamente lo más importante es que se denuncie para que se puedan atender. Y hablan también de casos de violencia registradas ante las autoridades electorales, ante la FEPADE, casos resueltos por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Y aquí también retomo algo que decían nuestras autoras, tiene que haber consecuencias en los casos de violencia política contras las mujeres, y un caso que es sumamente relevante precisamente es una resolución de la Sala Regional Xalapa que emitió en el 2018, que ya lo contaban ellas, donde se cancelan las candidaturas a dos hombres que pretendían ser presidentes municipales, que ya se habían registrado para esos cargos, pero que cuando se impugna ese registro de las candidaturas se argumentó que no tenían un modo honesto de vivir, porque ya habían violentado a las mujeres que formaban parte de los cabildos que ellos habían estado conformando, porque ellos estaban ya teniendo una experiencia previa en los ayuntamientos.
Afortunadamente estas mujeres fueron muy inteligentes, actuaron rápido, denunciaron estos casos de violencia, obtuvieron una sentencia favorable, y cuando los hombres violentadores pretendieron, o sea participar como candidatos sí les dan la candidatura, pero luego ya la Sala Regional Xalapa se las cancela.
Y esas son las consecuencias que tiene que haber, consecuencias que sean graves, consecuencias que realmente les implique una pérdida a los hombres para que ya no lo vuelvan hacer.
También hablan de las propuestas legislativas para tipificar y sancionar la violencia política contra las mujeres, que son muchísimas, ahí también como ya lo decía Silvia, están ahí pues suspendidas en el Poder Legislativo porque sí se aprobó en la Cámara de Senadores, luego en la Cámara de Diputados, pero se hicieron pequeñas modificaciones. Y esto lo que originó es que finalmente no tengamos una ley que hable de la violencia política por razón de género.
¿Y esto también saben a qué se debe?
A las resistencias, porque el hombre no quiere que se les criminalice por estas prácticas que llevan haciendo pues durante años, no.
Luego, en el capítulo cinco, hablan de las mujeres y los medios de comunicación en la contienda electoral y llegan a estas conclusiones, que las campañas de las mujeres no son casi cubiertas por los medios de comunicación, casi siempre les llama más la atención las candidaturas de los hombres, que el acceso a los medios de comunicación a los noticiarios también es mínimo, y yo también ahí agregaría y también la presencia de las mujeres en los spots de radio y televisión. Casi siempre vemos a los candidatos, hombres, no, haciendo uso de estos promocionales más que a las mujeres.
Y también ellas hablan de algo muy importante, dicen: Si no te ven, no existes. Y por eso la importancia de los medios de comunicación.
Y si tenemos la mitad de las candidaturas, pero no se están difundiendo esas candidaturas, no las conoce la población, pues también entonces ahí tenemos un problema que se tiene que solucionar.
Y en este capítulo cinco, cuando yo lo estaba leyendo, entonces me empezó a dar muchísimo coraje, la verdad, porque yo decía: Son los casos que vimos, porque ellas hacen una recopilación muy importante y, entonces, es volverlos a vivir, volver a recordar cómo han costado las candidaturas hasta la vida a algunas mujeres, curiosamente siempre que una candidata mujer, bueno, es asesinada siempre son por crímenes pasionales y esa es como la lógica, la generalidad o son violentadas pues por distintos aspectos hasta llegar al caso precisamente de las manuelitas que creo que ahí sí el INE hizo un papel muy importante en visibilizar, primero, el tema, ponerlo ahora sí que a consideración de la sociedad en general, hablar de ese tema de manera muy abierta y decir que no lo íbamos a permitir.
Y fuimos a Chiapas, se emitió aquí un acuerdo muy importante, en el sentido de que, si los partidos políticos hacían renunciar a sus candidatas, porque las hicieron renunciar diciéndoles que ya no tenía caso que siguieran con la candidatura. Y a esas mujeres les tocaba un cargo de elección popular de Representación Proporcional, porque la ley de Chiapas te dice que las listas de RP tienen que estar encabezadas por mujeres, entonces si ya no tenían mujeres, si algún partido le correspondía un cargo y ya no tenía mujeres de Representación Proporcional candidatas, entonces nos fuéramos con las mujeres perdedoras de Mayoría Relativa.
Pero si tampoco tenían, entonces que ese cargo lo perdiera el partido político y entonces se le diera al partido político que le seguía en votación.
Y este acuerdo sí se tuvo, o sea, se tuvo que aplicar por el Instituto Electoral de Chiapas, porque resulta que, al Partido Verde, curiosamente todas sus candidatas de Representación Proporcional renunciaron, pues ratificaron su renuncia. Ya no tenía mujeres de Mayoría Relativa, porque todas habían ganado o también ya habían renunciado.
Y, entonces, al momento de ya no tener una mujer a quién asignarle el cargo, entonces ese cargo se le dio al partido que le seguía en votación.
Pero el mensaje fue: Por ningún motivo un cargo de elección popular que le corresponde a una mujer, lo va a ocupar un hombre y lo hicimos efectivo.
Entonces, pues creo que hemos hecho pues muchísimas cosas aquí también desde el INE. Faltan muchas cosas, obviamente, por hacer y en eso estamos y vamos a seguir trabajando con la sociedad de la mano y obviamente necesitamos que presenten las denuncias.
También el libro cuenta con un apartado de conclusiones que es muy importante, muy interesante las conclusiones a las que llegan las autoras, una vez que hacen una reseña de toda esta información.
Ahora, ¿con qué me quedó?
Pues las resistencias obviamente a cumplir con la ley y a que participen las mujeres en las cuestiones políticas. Tenemos que lograr un cambio cultural. Siempre los partidos políticos están buscando la manera en que se burle la ley.
Afortunadamente contamos con hombres aliados, les decía, nuestro Presidente Lorenzo Córdova, Carlos Ferrer, mis otros compañeros consejeros y las consejeras tenemos que hacer una presión muy importante en los medios de comunicación.
Porque, así como algunos los utilizan para denostar a las mujeres, me parece que también son un campo muy fértil también para ayudar a conocer los casos de violencia, y que nos ayuden a ir cambiando esta cultura machista.
Yo también les recomendaría formar redes de mujeres, las mujeres solas podemos avanzar, pero de manera muy tardada, si estamos juntas podemos avanzar más; y si logramos tener aliados hombres, podemos avanzar muchísimo más rápido como lo hemos estado demostrando.
Y también aquí desde el INE se ha hecho un esfuerzo muy importante también, de estar cuidando que no se cometan casos de violencia política en las redes sociales, y también cuando se ha denunciado hemos actuado al respecto, y hemos ordenado que se baje la información que está ahí, tratando de denostar a las mujeres con campañas de desprestigio.
Pero sí, aquí lo importante es mandarles un mensaje a las mujeres, de que cuentan con el INE, que es una institución incluyente, que siempre estamos al pendiente de lo que está sucediendo con las mujeres, y que, si se acercan a denunciar los casos, nosotros podemos actuar o, por lo menos, podemos guiar a dónde puede ir para que precisamente se les dé una respuesta.
Y si no me creen que esto sigue siendo un problema que es actual, y por eso también la valía del libro, nada más acuérdense de una nota que salió publicada ayer, que dice: “partidos sufren éxodo de varones por la paridad”, dice un priista. ¿no?, y ellos dicen que, pues ahora debería ser el empoderamiento de las mujeres pues paso a paso, porque resulta que ya los hombres no pueden cumplir con sus aspiraciones políticas porque sus partidos, válgame dios, tienen que cumplir con la ley y tienen que registrar mujeres como candidatas.
Entonces, ahora resulta que casi casi nosotros estamos generando violencia contra los hombres, entonces, dice él que considera que es cierto que hay una violencia política contra un hombre, que el que quiere participar y que le dicen: “no, tiene que ir una mujer porque tienen que cumplir con la ley”.
Y esto simplemente llevan cinco años de que se está aplicando el principio de la paridad entre los géneros. Imagínense cuántos años llevamos nosotros, desde que existimos como mujeres, tolerando, bueno, no tolerando, sino viviendo casos de violencia y de casi nula participación y hemos ido avanzando poco a poco.
Entonces, les digo, si no me creen que ese tema está vigente, nada más revisen las notas del día de ayer.
Y creo que ya me extendí demasiado.
Muchísimas gracias por su atención.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a la doctora Adriana Favela, quien ha hecho un análisis del libro en todos y cada uno de sus apartados, destacando sus temas fundamentales, y acompañando estos comentarios con casos prácticos, con las acciones que ha tomado las autoridades electorales, y además siendo propositiva y sugiriendo acciones concretas para combatir esta situación.
Ahora, le cedo el uso de la palabra a la maestra Claudia Zavala Pérez.
Por favor, consejera.
Consejera Electoral del INE, Beatriz Claudia Zavala Pérez: Muchas gracias, Carlos.
Muy buenos días a todas, a todos.
Es un gusto recibirlos en ésta, la casa de la democracia.
Bienvenida Gabriela, bienvenida Silvia. Por supuesto, Presidente, gracias, Adriana porque nos invitaste, Carlos un gusto tenerte aquí y la más cordial bienvenida a nuestras coautoras.
Yo voy a empezar porque Adriana ya no nos dejó casi nada, pero yo traigo preparado algo, entonces, miren.
Primero, quiero decirles que voy a reconocer el trabajo institucional que las coautoras hicieron para hacer posible la presentación de este libro, porque a pesar de que, desde hace algunos años, iba a decir décadas, pero me evidencio, Gabriela, Adriana y yo, nos conocemos, no tenía el gusto a Silvia, pero nos conocemos porque nos unió el trabajo en el Tribunal Electoral, nunca acudió Gabriela, en lo personal, sino acudió a la institución para hacer posible la presentación de este libro y eso me da mucho gusto porque encontró el cauce, a pesar de que tenía a dos buenas amigas en este Instituto.
Y estamos aquí, y a buenos amigos, también el Presidente.
Entonces, me da mucho gusto porque apropiarnos de lo que es nuestro como estas instituciones, en las que tenemos los cauces para presentar estos análisis, es muy importante y es un mensaje que nos deja muy claro que más allá de las amistades, más allá de los cargos, las instituciones estamos para servir a las y los ciudadanos.
Éste es el primer punto.
El segundo punto que quiero resaltar es que todo esto que nos ha presentado la Consejera Adriana Favela, el contenido, la información, las autoras lo tienen muy presente porque ellas señalan que les interesa rescatar, documentar y relatar los casos, tres verbos muy importantes, porque la historia se nos olvida, se nos olvida lo que acaba de pasar en el proceso electoral pasado, pero también se nos olvida con mayor razón lo que pasó en el 2009.
Entonces estos son insumos muy importantes que nos están poniendo sobre la mesa que el tema no es de hoy, que es desde hace mucho tiempo, la violencia existe per se desde hace mucho tiempo y la violencia política a partir de la lucha, las mujeres empezamos a incursionar en la política.
Ha crecido, es la tesis, una de las tesis fundamentales, y creo que es el eje central en la que dicen: A mayor número de mujeres que ha ingresado en la participación política, obviamente las violencias han crecido”.
Me parece que las violencias han existido siempre, pero ahora las hemos estado visibilizando, las estamos poniendo sobre la mesa, estamos realizando algunas actuaciones desde las autoridades para frenar eso, pero no lo hemos logrado, y de eso nos estamos haciendo cargo; porque ahí está el ejemplo que pone la Consejera Adriana Favela.
Ayer esa noticia es una persona hombre que está participando en la política y que dice: ¡Carajo!, desde el momento en que ustedes están nos están quitando los espacios a los hombres y nos están violentando y además tenemos que estar poniendo a las esposas.
Es una noticia, de verdad, anoche que leía dije yo: No puede ser, de veras, ¿sí lo estoy leyendo? Pues sí lo estoy leyendo, y así fue y fue público, antes quizá no lo hubiéramos conocido, pero hoy la conocemos y entonces tenemos que tener una mirada que fortalezca las acciones que vamos a tomar, porque ya vemos que el tema lo traemos desde la médula, lo traemos muy arraigado.
El otro punto que quiero resaltarles es que este libro, no solamente contiene esa información sistematizada, documentada, sino que tiene unas imágenes padrísimas, ésta es muy dura para mí, ustedes la ven ahí arriba, pero refleja una realidad, pero cada una de ellas que los vamos encontrando a partir de las páginas tiene un significado muy preciso, la ilustradora es una mujer también, la ilustradora retoma como que la esencia de los capítulos y es muy significativa la ilustración.
Las invito a que lo exploren, que lo vayan leyendo y les invito a todos para que lo vayamos haciendo.
Y, en este contexto las autoras tienen un gran problema, y ellas no dicen que les fue muy difícil poner el punto final, es dónde cerrar lo que es un acto continuado, lo que es una acción constante y cotidiana en nuestra sociedad.
Y yo les quiero decir que es que esta historia no termina, es que no es el punto final, es los puntos suspensivos porque la historia continúa lamentablemente.
Y ahí voy a atreverme a poner un punto de reflexión sobre cómo estamos refiriéndonos a los casos de violencia, y me refiero a estos casos que hemos nombrado con los nombres de las mujeres, ya no los voy a repetir, porque a partir de una sugerencia de unas amigas feministas en las que me dijeron: Es que el que ustedes nombres los casos por esos nombres, están revictimizando a esas mujeres.
Y lo pongo aquí sobre la mesa porque nosotros trabajamos el tema y nos era tan fácil, al menos a mí, decir: El caso de las suplentes, de las propietarias que renunciaron para que los hombres suplentes ocuparan los lugares o el caso de las mujeres que renunciaron para que hombres pudieran ocupar esos espacios o que las hicieron renunciar en el caso de Chiapas.
Decir, identificar esos casos con el diminutivo de nombres de mujeres, revictimiza a las mujeres.
Y quiero sugerirlo en esta mesa como motivo de una renovación en nuestro lenguaje.
Las mujeres y los hombres nos hemos estado renovando en el lenguaje. Hemos incluido un lenguaje incluyente, a pesar de que la Real Academia nos está insistiendo en que es incorrecto.
Pues, señores y señoras, el lenguaje es tan dinámico como las acciones humanas.
Y tan es así que antes no existía twittear y hoy existe twittear, facebookear y hoy existe face.
Entonces, ¿por qué no vamos a exigir que nos nombren a las mujeres como mujeres en femenino?
Se enoje la Real Academia, perdón Presidente, pero no estoy de acuerdo con eso. Los lingüistas y las lingüistas porque también hay mujeres que lo acompañan, están en todo su derecho de tomar una posición.
Pero nosotras, las que estamos convencidas de que lo que no se nombra, no se reconoce, estamos trabajando un lenguaje incluyente.
Y este es el primer motivo de reflexión que quería poner a partir del libro. Porque el libro cita así los casos tal cual.
Reflexionemos, me convencieron los argumentos de quienes me comentaron esto en las feministas y dije: Sí, sí es cierto. Es momento de renovar y de no llamar así los casos. Para mí y es una sugerencia que les comparto a las coautoras como parte de esta convivencia.
Y la segunda sugerencia es: No nos olviden en su libro. No nos olviden porque ya Silvia narró el caso de la senadora en redes sociales, tuvimos varios casos. En el caso de una candidata de Puebla, en los que separó la medida cautelar tuvo un efecto.
Y aquí en los casos no los encontré. Pero, entonces, no nos olviden porque justo parte del esfuerzo común que hemos hecho como el Estado, es unir sinergias y acompañarnos las instituciones para tajar desde nuestro ámbito de competencia este gran problema que representa la violencia política.
Y voy a terminar con un tema que ayer también leí en un posicionamiento. Ustedes recuerdan que ahora las mujeres recientemente, sobre todo mujeres jóvenes se manifestaron porque pues nos están matando y no hay una respuesta del Estado como tal.
Y que generó varias opiniones esa forma de manifestarse.
Empezaron algunas muy rudas respecto de violencia no se combate con violencia y después entró en la dinámica y en el contexto social una reflexión.
Y esa reflexión de todos los instrumentos que utilizaron, utilizaron la diamantina como un símbolo de reproche a esa falta de respuesta estatal. Porque a las mujeres jóvenes, niñas, adultas, de todo tipo nos están matando, nos están violentando y el Estado no ha dado la respuesta.
Bueno, a partir de eso ayer Malú Micer escribió un texto, porque ella antes salió a reconocer, quizá ella misma dijo: Ustedes jóvenes me dieron una gran lección, me enseñaron que la construcción de los nuevos modelos es necesario. Ustedes son las que vienen.
Y les voy a decir y voy a terminar con esta reflexión, porque retomó a Manuel Gin Antón, un investigador del Colmes que dice: Solo quiero recordar que hoy la diamantina se ha convertido en un símbolo de rabia ante el fracaso social para ofrecer un mundo seguro y justo, en donde las mujeres podamos vivir sin ser violentadas en la calle, en el espacio público y privado, en las redes sociales, en la colonia, en el rancho, en el pueblo.
Inundemos de esa diamantina simbólica todos los rincones de las relaciones humanas para terminar de entender que las mujeres tenemos la aspiración de estar en el espacio público y privado, sin ser molestadas y sin ser agredidas, que requerimos de una revolución de la estructura patriarcal para introducir toda acción humana con perspectiva de género.
Y yo voy a concluir con esto, en este gran reto no nos podemos dar el lujo de generar ausencias, omisiones, ni tampoco de tener excusas, carguemos la diamantina para hacer cada quien lo que nos corresponde en esta sociedad para evitar la violencia contra las mujeres.
Muchas gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias a la maestra Claudia Zavala, por sus comentarios.
Ha destacado la importancia de las instituciones como vehículos públicos para tratar y poner sobre la mesa estos temas. Ha señalado las ventajas del libro como una fuente sistemática de la información, y ha resaltado la importancia de sus imágenes y el significado de las mismas.
De la misma manera, ha sugerido un par de cuestiones: una que tiene que ver con el uso del lenguaje incluyente, a fin de no revictimizar, además de que se retomen los precedentes del Instituto Nacional Electoral, que ha hecho un esfuerzo importantísimo para combatir este tema. Y, finalmente, la importancia de los símbolos en la lucha feminista.
Dicho lo anterior y finalmente cedo el uso de la palabra al Consejero Presidente Lorenzo Córdova.
Por favor, consejero.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias, Carlos.
Muy buenos días tengan todas y todos.
Es un gusto estar esta mañana con ustedes.
Quiero comenzar con una disculpa, se ha hablado de la anfitrionía, de la apertura de la casa, y fui descortés con Silvia, porque cuando dijo 14 gubernaturas en 2021, yo corregí de inmediato y dije 15. Lo siento, pero no podemos permitir que sean 14, porque eso implicaría que ese intento de violación y de subversión del orden constitucional tendría éxito, y me refiero a lo que está ocurriendo en Baja California.
En 2015, perdón, en 2021 habrá 15 elecciones de gobernador, o el orden constitucional habría sido gravemente dañado. Y hay que reconocer en este sentido algo, la persistencia de quienes quieren subvertir el orden constitucional y democrático, respecto de lo que yo he denominado: atropello a la democracia; y que otro Presidente de esta institución, un célebre presidente de esta institución, de manera mucho más precisa ha definido como atraco.
Así que, así como la defensa de los derechos humanos, la defensa de los derechos de las mujeres, la defensa de éstas frente a cualquier intento de violencia, tiene que caracterizar la lucha por la defensa del estado constitucional democrático de derecho. También hay otras batallas que vale la pena no olvidar.
Así que perdón Silvia, espero que esto haya servido de justificación para esta falta de cortesía de quien es anfitrión de la presentación de este libro, pero sí, no nos olvidemos que van y deben ser 15 elecciones de gobernador en 2021.
Ser el último en hablar en una mesa antecedida no sólo por amigas y admiradas analistas y luchadoras por la causa de la igualdad en democracia, tiene su complejidad, ya decía Claudia que poco había que agregar después de las intervenciones de las autoras y de Adriana.
A mí me va peor, así que prefiero ceñirme en consecuencia, a un texto que he venido preparado, que he preparado para esta ocasión, precisamente para, pues por lo menos, darle congruencia a lo que al final del día, en términos de la música clásica podría llamarse música de acompañamiento.
Saludo en primer lugar a las autoras del libro que hoy nos convoca, a Gabriela Vargas y Silvia Palazuelos, quienes ha llevado a cabo un profundo estudio de una problemática que es necesario debatir y analizar, como lo es la violencia política en contra de las mujeres.
Agradezco mucho la invitación de quien es la autora de este evento que es la Consejera Adriana Favela, pues me da la oportunidad de compartir con ustedes algunas reflexiones sobre este tema que, como se ha subrayado aquí, coincido, es transcendental.
La violencia política contras las mujeres es uno de los principales desafíos de nuestra democracia, a pesar de los múltiples esfuerzos institucionales, muchos de ellos relatados en el texto que hoy presentamos y de avances tangibles en favor de la paridad de género, hoy enfrentamos aún una problemática, que como bien dice este libro nos convoca a reflexionar y a pensar acciones correctivas para atender.
En un país moderno y democrático, que aspira a ser moderno y democrático, en donde además hay más mujeres que hombres resultan inaceptables las expresiones y condiciones persistentes de desigualdad, inequidad y discriminación y las múltiples formas de violencia que padecen, no solamente las mujeres, pero en particular las mujeres desde la infancia y la adolescencia, hasta la madurez y su vida adulta.
Que una mujer no puede ejercer a plenitud sus derechos políticos y ciudadanos es una lamentable realidad que es imperativo superar, pero que las mujeres vivan además con el temor a ser objeto de acoso, violencia sexual, agresiones físicas y sicológicas o, incluso, desaparición o asesinato resulta totalmente condenable y es una situación que nos llama a todas y todos a tomar medidas urgentes.
Hoy, a pesar de avances innegables, el Estado mexicano sigue teniendo una deuda pendiente con las mujeres que no se va a saldar condenando su activismo o poniendo en duda el reclamo que han hecho para poner fin a esa violencia que padecen cotidianamente, mucho menos se va a pagar esa deuda histórica criminalizando sus protestas o desviando la atención con temas que silencien sus legítimas demandas.
Los derechos políticos de las mujeres comienzan desde la posibilidad de expresarse en contra de la discriminación, la inequidad y cualquier forma de violencia que en política pueden ir desde la falta de oportunidades para participar en condiciones de equidad, la historia de los últimos 20 años ha sido una historia de paulatinos sucesos en este sentido; a la falta de acceso igualitario a las candidaturas; a las prerrogativas de los partidos políticos, que es increíble que hoy estemos en un escenario en el que seguimos multando a los partidos por no haber ejercido el tres por ciento que la ley les obliga para la promoción de la participación política de las mujeres.
Creo que es muy encomiable lo que ha ocurrido en la sala del Consejo General luego del último reporte anual en donde los propios partidos nos decían: Ayúdenos a gastar ese dinero. Y la verdad es una pena que los partidos, las prerrogativas de los partidos terminan regresándose a Hacienda, no porque esté mal que se regresen a Hacienda, eso no me toca a mí plantearlo, sino porque se regresen a Hacienda por la vía de las sanciones, aunque vayan a ciencia y tecnología, cuando en realidad ese dinero o esas sanciones obedecen al hecho de que ese dinero que se ha pensado, es más, que vinculantemente se ha determinado vayan a la promoción política de las mujeres, no se gaste.
O bien, el acceso en tiempos de medios de comunicación, a la discriminación que son objetos, en la cobertura noticiosa, como este Instituto ha demostrado una y otra vez, hasta la agresión directo, la descalificación, la estigmatización y el acoso en redes sociales.
El libro que hoy presentamos documenta y relata precisamente la lucha de un conjunto de mujeres mexicanas en favor de la igualdad y la paridad, así como el rol que han desempeñado ellas en distintas momentos de nuestra historia y en el desarrollo político de México, a reivindicarlas como protagonistas de nuestra transición política, la obra nos permite también visualizar los retos por superar, que las autoras, por cierto, plantean en dos ejes, por un lado la desigualdad que padecen en la esfera pública y, por el otro, la violencia política que obstaculiza el ejercicio de sus derechos.
Y aquí a propósito de lo que en el texto se menciona como una de las conclusiones y puntos fundamentales de la agenda pendiente en este tema y que Silvia nos han recordado aquí y que tiene que ver con la asignatura pendiente de definición o de tipificación de un delito en cuanto tal en el ámbito federal a propósito de la violencia política contra las mujeres por razón de género.
Creo que también es muy importante que el acompañamiento, lo he insistido muchas veces y estoy convencido del mismo, que no basta tipificar, porque si se tipifica, como se ha tipificado en otros lados, incluso, del mundo, mal, lejos de avanzar en esta materia, lo que estamos haciendo es abriendo la puerta para anular algo que tiene una muy buena intención y que es elevarle el costo, incluso en términos penales, a quien cometa violencia política contra las mujeres.
Y el asunto puede parecer un asunto nominal o nominalista, no es tal. Si tipificamos mal, estamos condenando al fracaso ese tipo penal.
Y ya lo hemos visto. Y creo que hay parte de la reivindicación de la lucha en contra de la violencia política de las mujeres pasa, entre otras cosas, por definir y precisar lo que esto significa. Porque ni toda violencia política, ni toda violencia es política, ni toda violencia política contra las mujeres es violencia de género.
Y el ejercicio de mala tipificación lo que puede acabar haciendo, es crear falsas expectativas que a la postre no podrán cumplirse. Y creo que esa es la peor manera de contribuir a una lucha que tiene justificación y que tiene que terminar bien. Así que cuidado.
Sí creo que es importantísimo concretar el tipo que hoy se está discutiendo en las cámaras federales, pero si esto se hace mal, lejos de ser un avance puede constituir a la postre el principal obstáculo para combatir este fenómeno que nos agravia a todos.
Creo que además de lo que se menciona hay un dato adicional que nos debe poner en alerta.
A mayor participación política de las mujeres, como el libro evidencia, se incrementa la violencia política en razón de género.
Es decir, al ganar protagonismo político, cosa que venturosamente hemos venido logrando a partir de una serie de definiciones legales, pero además de una serie de acciones afirmativas empujadas por los operadores jurídicos en materia político-electoral, es decir, las autoridades electorales, la paridad fue una gran cosa que estableciera en 2014 en el texto constitucional.
Pero la paridad por sí sola en el mejor de los casos, lo que garantiza es paridad en la postulación de las candidaturas. Las acciones de esas afirmativas que se han venido tomando de las que no repito muchas que ya se han mencionado aquí, son las que han permitido transitar de una paridad en las candidaturas a una paridad efectiva en la representación y son dos cosas completamente distintas.
Paradójicamente esto que es encomiable y que ha colocado al país en el tercer lugar a nivel mundial del número de legisladoras, también es cierto que tiene su cara oscura, su contraparte, su lamentable contraparte y que hay combatir a mayor participación política, mayor violencia por razón de género.
Decía, al ganar protagonismo político, las mujeres se exponen a ser agredidas y atacadas, lo cual es, repito, inaceptable.
Es por ello que debemos seguir avanzando y profundizar los logros que hemos obtenido en términos de paridad, principalmente lo logrado en las elecciones del año pasado.
Son muchos los alcances y las lecciones que nos dejó el Proceso Electoral de 2018 y una de esas lecciones es que los partidos políticos no sólo constituyen el principal instrumento para que las y los ciudadanos participen en los órganos de representación del Estado, sino también, pueden ser un vehículo, deben ser un vehículo para transformar prácticas culturales, justamente esas prácticas de las cuales Adriana y Claudia daban cuenta a propósito de una nota aparecida el día de ayer.
La paridad legislativa es, para decirla en una nuez, un producto colectivo que pudimos alcanzar no sólo por la aplicación de lo que hemos llamado, de lo que ONU-Mujeres, ha llamado la fórmula mexicana de impulso a la paridad, sino porque los partidos políticos se sumaron al desafío de la paridad en las contiendas al enfrentar un elevado contexto de exigencia que provocó el acompañamiento de las organizaciones de la sociedad civil.
Hace unos días en este espacio, ONU-Mujeres nos entregó el informe sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos en 2018 por los partidos políticos nacionales en el marco de la campaña “HeForShe”.
De acuerdo con el informe, prácticamente todos los partidos cumplieron con los cinco compromisos adquiridos, unos con mayor celeridad y profundidad que otros, pero todos cumplieron en temas como la inclusión del tema de paridad en sus plataformas, la distribución igualitaria de candidaturas y la no reproducción de estereotipos de género en su propaganda en términos generales.
Si bien es claro que garantizar la paridad en la totalidad de las candidaturas y los compromisos adquiridos con la campaña “HeForShe”, contribuyeron a mejorar el posicionamiento de las mujeres, todavía falta mucho camino por andar para alcanzar la igualdad sustantiva, la cual debería pensarse bajo tres premisas:
Uno, en el marco de una sociedad que ya cuenta con paridad legislativa.
Dos, en un país en el que lamentablemente se ha agudizado el problema de la violencia política en contra de las mujeres. Y,
Tres, en un contexto que reclama mayor participación en las mujeres en las decisiones cotidianas y relevantes de la vida pública, más allá, mucho más allá de los procesos electorales.
Se trata de que la paridad trascienda las elecciones y se instale en nuestra sociedad como una práctica cultural que no sólo equilibra el piso para el desarrollo de hombres y mujeres en igualdad de condiciones, sino que nos permite enfrentar el grave problema de la violencia, que acaba siendo una vulneración a los derechos fundamentales y, en primer lugar, al pilar básico de los mismos, es decir, el principio de igualdad.
Violencia política contra las mujeres no solamente significa un acto que debe ser perseguido jurídicamente e incluso penalmente, bien perseguido, sino, además, se han asentado a la lógica misma del estado constitucional como un estado de los derechos, que se funda precisamente en la igualdad.
La violencia no es solamente un asunto cultural, es una agresión directa y grave al principio de igualdad.
Lograr esto implica que todos refrendemos nuestro compromiso con los derechos de las mujeres, en particular, pero esto supone el compromiso con los derechos humanos en general. Los derechos de las mujeres no son derechos aislados, son parte vertebral de los derechos humanos y, dicho sea de paso, para poder avanzar en términos de paridad es menester no retroceder en lo que ya hemos alcanzado, que entre otras cosas es un sistema nacional de derechos humanos, fundados en un Ombudsman Nacional, autónomo e independiente de los poderes, que sea capaz de vigilar el ejercicio del poder y señalar cualquier abuso que violente nuestros derechos fundamentales, venga de quien venga.
La lucha por los derechos de las mujeres, de todos los derechos, y en particular de los derechos políticos, por cierto, que nos ha permitido transitar hacia una representación paritaria, y la lucha contra la violencia contra las mujeres, todo tipo de violencia contra las mujeres, pero en particular la violencia política, es parte de una lucha de la protección y de la garantía de los derechos humanos.
Por eso quiero aprovechar la presentación de este libro, que al ser un libro que documenta los casos de éxito y los pendientes en materia de violencia política contra las mujeres, es un libro que se agrega, en lo particular, en una lucha mucho más amplia que es la lucha por los derechos humanos en México.
Y en ese contexto, quiero hacer un reconocimiento al trabajo del licenciado Luis Raúl González Pérez, como Titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por su defensa irrestricta, imparcial, y objetiva, de los derechos fundamentales en México.
Cierro citando a las autoras de este libro, útil y necesario diría yo, de lectura obligada en los tiempos que corren.
Dicen Gabriela y Silvia:
La lucha histórica que las mujeres han emprendido contra los obstáculos permanentes que las limitan, generación tras generación, debe relatarse y documentarse para transformarse en memoria histórica.
Y añadiría yo:
Para convertirse en motor del cambio que nos lleve, por fin, a una sociedad paritaria y libre de violencia para todas y todos, en donde los derechos humanos no sean una promesa incumplida de la democracia, sino una realidad, el patrimonio que todas y todos los mexicanos debemos gozar todos los días y en todo momento.
Muchas gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias al Consejero Presidente, quien a partir de los comentarios al libro que se presenta hoy, ha señalado, básicamente, la violencia política en contra de las mujeres, en todas las vertientes, lo cual resulta inaceptable y condenable.
De la misma manera, ha señalado que no basta tipificar la violencia política, sino que esta reforma debe de hacerse de manera adecuada, porque de otra manera sería un despropósito.
Y ha señalado de manera muy puntual también, el vínculo indisoluble entre la violencia política y los derechos humanos, y el principio de igualdad como consustancial de cualquier estado democrático de derecho.
Dicho lo anterior, pasamos a un espacio de preguntas y respuestas.
El público ha mandado cuatro preguntas, no están dirigidas a nadie en particular, por lo que, quien desee darle contestación es libre de hacerlo.
Escalot Flores Torres, de Movimiento Salvemos la Vida y Salvemos la Madre Tierra, pregunta: ¿qué se está haciendo para compaginar la problemática de violencia contra la mujer y feminicidios, entre los tres niveles de gobierno y los tres poderes de la unión en México?; y añade: ¿y el registro público de defensores en países del primer mundo homologando registros en México, de ofensores en países del primer mundo homologando registros en México?
Gabriela Vargas: Muchas gracias por la pregunta.
Desafortunadamente en cuanto a seguimientos hay falta de infraestructura tecnológica para todo lo que tiene que ver en materia de delitos, pero ahí nos encontramos además en cuanto a qué nivel de publicidad debiera tener, yo le refiero el caso, por ejemplo, el caso ABC, y como señalaba la consejera Claudia, hasta dónde se tiene que publicitar el nombre de una víctima.
En cuanto al sistema, que sería deseable tener en lo que usted solicita o que existe en otras partes del mundo, también ha generado cuestionamientos por esa revictimización que se llega a hacer, por ejemplo, hablemos del caso de acosadoras, en Estados Unidos hay un sistema como tal donde se publicitan los nombres y, sin embargo, esas personas cuando llegan a tratar de reinsertarse socialmente sufren un rechazo a las comunidades que llegan.
Entonces aquí nos encontramos con una confrontación de derechos en donde efectivamente nos encontramos en un supuesto de revictimización porque no pueden rehacer su vida, a pesar de que hayan pagado una pena no pueden rehacer su vida.
Esos son los retos en que tenemos en una instrumentación de un sistema como tal, pero por supuesto que debe de existir, lo que se debiera cuidar es la publicidad del nombre de los ofensores en este caso, y mucho más del nombre de las víctimas.
Y en cuanto a trabajar conjuntamente yo lo refería al inicio existe la infraestructura, tenemos leyes, tenemos instituciones, tenemos protocolos, el gran problema es que la impunidad ha erosionado todo ello. Entonces lo que tenemos que hacer es que sean efectivos, si no hay un sistema de justicia que sea muy eficaz, si no contamos con mayores elementos evidentemente no habrá institución ni tipificación que logre salvar la circunstancia que estamos atravesando, por eso es un problema, que como lo señalamos en el libro, tenemos que documentar, socializar para que todos tomemos acciones desde cada uno de los frentes que nos corresponde.
Espero haber atendido su inquietud.
Gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva:Gracias.
Ramón Flores Peña, considerando que no ha leído el libro, pregunta, ¿no creen ustedes que deben hacer propuestas de solución?
Y segundo, ¿no consideran que está en manos – se refiere al cambio – de las propias mujeres ya que desde que encargan un hijo o hija desean un hijo varón por idiosincrasia?
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Soy padre de dos hijos, una hija y un hijo, mi mujer no encargó nada, en todo caso lo encargamos juntos, y estamos muy contentos porque deseamos una niña primero y nació una niña, y si hubiera nacido un niño, pues qué bueno, pero creo esa parte me da la impresión, lo digo con mucho respeto, de la dimensión cultural a la que tenemos que avanzar, no estoy cierto, yo no me atrevería, miren, soy muy respetuoso, yo hablo por mí y ni por mi esposa me atrevo hablarlo, platicamos mucho y por eso deseábamos una niña en primera instancia, y se nos hizo.
Pero yo no me atrevería a hablar jamás por lo que quieren las mujeres, prefiero preguntarles, no digo más, no me atrevo a contestar si quieren niños o no quieren niños o si encargan, porque no encargan solas, y muchas veces para utilizar esa expresión “encargan sin haberlo deseado” y el Estado muchas veces no las respalda, muchas veces las criminaliza.
Entonces, yo creo que parte de lo que viene hacia adelante, pues pasa precisamente por eso. Ojalá y en México no aisláramos paridad. Ojalá y en México no necesitáramos acciones afirmativas.
Toda acción afirmativa, implica el tener que tomar ciertas decisiones para tratar de corregir una desigualdad o una disfunción del Estado de cosas actual.
Ojalá en algún momento las acciones afirmativas, las acciones del Estado para tratar de corregir esas desigualdades estructurales, no sean necesarias.
Pero mucho me temo que eso va a ocurrir cuando tengamos una dimensión cultural ya resuelta, en donde en todo caso pues digamos estos estereotipos que me da la impresión siguen presentes hasta en el discurso de quienes defendemos en muchas ocasiones a las mujeres, la causa de las mujeres inconscientemente incurrimos.
Por cierto, ya me estoy dando la vuelta, no quiero hablar de más, pero lo que decía yo no sé, tiene razón Claudia con lo que nos decía aquí a propósito de la no criminalización, nada más que se me ocurrieron en dos casos que son las Juanitas y las Manuelitas.
En ningún caso estamos hablando de las mujeres criminalizándolas, al contrario. Los dos casos, me da la impresión y hay que analizar con calma cada uno de ellos, hablan de situaciones ominosas y, en todo caso, a quienes señalan es en buena medida a los responsables de esas situaciones inaceptables.
En el caso de las Juanitas no es porque alguna de las legisladoras que renunciaron se llamaba Juanita, no tengo ni idea, sino por el caso ominoso de alguien que se pretendió usar una candidatura de fachada para que en realidad los votos fueran para alguien más.
Y en el caso de las Manuelitas, pues hasta donde yo me acuerdo eso fue para evidenciar, pues digámoslo así, a quien en su momento gobernaba esa entidad y encabezaba el partido que buscó burlar la ley y que al final se le impidió.
Dicho lo cual, no me meto ya, nada más quería no dejar de apuntar el punto, pero yo creo que, insisto, el tema cultural es un tema todavía en el que hay mucho por trabajar.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Sobre este mismo tema la consejera Adriana Favela.
Consejera Electoral del INE, Adriana Margarita Favela Herrera: Sí, gracias.
A ver, en el libro sí hay propuestas. Hay propuestas obviamente para tratar de erradicar la violencia política por razón género.
Lo primero que hacen las autoridades es visibilizar las cuestiones y eso créanme que ya es ganancia.
Y, además, analizar cada uno de los temas y decir en qué condiciones estamos y qué es lo que se tiene que estar haciendo.
Y aquí en las conclusiones ellas retoman muchas ideas, precisamente para ir erradicando estas circunstancias.
Ahora, tampoco es responsabilidad nada más de las autoras, porque eso tendría que ser una responsabilidad conjunta de los partidos políticos, de las instituciones, de la sociedad para ir migrando a una sociedad más incluyente.
Porque aquí dicen: No consideran que esté en manos el cambio, o sea, de las propias mujeres, pues es que no es un trabajo solamente de las mujeres. La sociedad no solamente está constituida por mujeres. Somos mujeres y hombres y tenemos que ir trabajando de la mano para tener una mejor sociedad, tampoco es revanchismo, eso también créanmelo, a pesar de que hemos estado muchos siglos en una situación de desventaja.
Y yo tampoco creo que las mujeres estén por querer desear un hijo o una hija, estén fomentando alguna cultura patriarcal o machista, no.
Yo me pondría más bien a reflexionar si alguna mujer no quiere tener una hija mujer, tal vez sería para que no viva las mismas cosas que nosotros nos enfrentamos todos los días, desde ver cómo vas a salir vestida para que no seas atacada, para que no te estén molestando, para que no vaya a ser violada sexualmente, golpeada o muchas otras cosas.
De verdad, créanme que ser mujer no es tan fácil y no me estoy quejando, no. Lo hago con la mayor dignidad que yo puedo, pero creo que no podemos, o sea, no es un trabajo solamente de un género. Es un trabajo en conjunto de la sociedad.
Gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muy bien.
La siguiente pregunta la formula Olimpia Martínez, vocal del Registro Federal de este Instituto Nacional de la Ciudad de México.
Y señala que considerando que no ha leído el libro, éste considera la tipificación de la conducta como delito en el ámbito federal y local, así como también lo contempla como una falta administrativa con efectos de sanción mayor para quien lo comete, pregunta.
Y luego dice: ahora bien, esa violencia puede venir de la propia familia, ¿se pensó en ello?
Silvia Palazuelos: Bueno, Olimpia, en nuestra investigación nosotras solo retomamos los pendientes legislativos, es decir, señalamos que es parte de los pendientes, afortunadamente, todavía existe la posibilidad de perfeccionar las normas, lo que aquí comentaba, por supuesto, el Consejero Presidente, es muy relevante: tipificar no significa realmente combatir de manera efectiva la violencia política de género.
Sin embargo, en países que lo tienen tipificado como delito, esto es una práctica que ha coadyuvado a como establece el protocolo, establecer los mínimos para identificar cuándo una conducta es violatoria de la norma penal y amerita una sanción de ese tipo.
Por supuesto que nosotros lo que hicimos es relatar lo que las legisladoras de la legislatura pasada avanzaron en el tema, y señalarlo como un pendiente.
Y también decir que, bueno, que es importante lo que comentó hace un momento el Consejero Presidente, no dejarnos engañar con una legislación que aparentemente resuelve el problema y solamente le dé la vuelta, ¿no?, y que se encuentren nuevas formas de eludir su cumplimiento.
Es ésa nuestra aportación, nosotras no estamos diciendo: “qué bueno, la criminalización sea la panacea para resolver el problema de la violencia política”, sin embargo, es parte del marco normativo de protección que se exige para que realmente, pues se preocupen los autores intelectuales y materiales de este tipo de conductas, porque aceptan las consecuencias de sus actos porque son riesgos calculados al no establecerse sanciones o administrativas o penales que realmente les duelan.
O sea, cuando les quitas una candidatura, cuando les niegas un registro, ahí sí les duele, porque entonces el riesgo calculado no está en perder la candidatura, está en pagar una multa, y una multa que está ex ante calculada y presupuestada. Les quiero decir que en los partidos políticos y en cualquier candidatura se presupuestan las multas, se hace una reserva como cuando se distribuye un presupuesto y se deja siempre una reserva prevista para las multas y, entre otras, un riesgo calculado es cometer violencia porque saben que la consecuencia será una multa de 5 mil pesos, como fue el caso de la violencia política declarada de género de este periodista que ejerció su libertad de expresión en contra de una mujer y cometió violencia política de género; lo multaron por la graciosa cantidad de 5 mil pesos, porque eso era lo que permitía la norma.
¿Ustedes creen que no le dé risa esa sanción?, y además la impugnó.
Bueno, es cuanto.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias.
Para contestar esta misma pregunta, me han pedido el uso de la voz la maestra Gabriela Vargas y la maestra Claudia Zavala.
Consejera Electoral del INE, Beatriz Claudia Zavala Pérez: Muchas gracias, Carlos.
A ver, en el libro las autoras dan cuenta de los tipos de violencias, los tipos de violencias y los dan desde el enfoque de si son candidatas, ¿no?, si ejercen algún cargo de elección popular, pero dentro de esa tipología que manejan, obviamente cuando hablan del ámbito personal hablan de toda la serie de conductas que pueden violentar o que pueden ser generadoras de violencia, y ahí evidentemente no enfocan a los violentadores o a las violentadoras, porque también las incluyen, pero cabe en todos los panoramas, desde la propia familia, a veces son los esposos, a veces son los hijos, o sea, es un tramo muy complejo.
Y antes, en la pregunta anterior, yo quiero señalar el tema con el que concluyeron las coautoras, dice: “hemos avanzado en materia normativa, ahora tenemos el reto de trabajar socialmente para fomentar una cultura de respeto y promoción de derechos humanos que haga de los casos referidos en este libro, solo un anecdotario penoso que quede en la historia para evitar su repetición”.
Estas son las tareas que nos quedamos pendientes y las propuestas, y por supuesto, al ser parte de una renovación de la cultura de nuestra sociedad, pues el camino es largo pero tenemos que seguir insistiendo.
Gracias, Carlos.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias.
Por favor, maestra Ana Gabriela Vargas.
Gabriela Vargas: Muchas gracias.
Respecto al tema que si en la familia se promueve, si, por supuesto, como lo ha referido quien me presidió, el tema de la violencia enraizada lo refería al inicio que es sistémico.
Y les quiero compartir una experiencia cuando estuvimos analizando el tema de la trata de personas en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, observábamos cómo las víctimas reproducían también y se volvían ellas, incluso, tratantes de personas. Y alguien se pregunta: ¿Cómo puede ser una víctima el orquestador de reproducir ese sistema? Y alguien con más conocimiento nos refería: Porque es lo único que han conocido.
En virtud de nacer en ese ambiente, en virtud de crecer en ese ambiente es muy difícil que puedan percibir que son víctimas y que están sufriendo una circunstancia de degradación a su persona. Lo mismo sucede en ámbitos donde se vive, se sobrevive y no se percibe el grado de violencia que se vive, por supuesto, que desde ahí se podría generar el cambio, por supuesto, y desde ahí se tiene que trabajar, la primer célula es la familiar y luego sigue la educativa y luego sigue la social, todo es un entramado que, reitero, debe de trabajarse en todos los aspectos.
En cuanto alguna inquietud que nos manifestaban que si podíamos ser promotoras de una iniciativa en este sentido de la promoción de tipificar el delito.
Para nosotros la acción por sí misma es haber escrito el libro para provocar precisamente, todos somos motores de cambio, y ya lo referían las consejeras cada uno desde su nivel de actuación, las autoridades están haciendo lo propio, quienes escribimos queremos que éste sea un instrumento para que ustedes también desde donde se encuentren hagan su propia actividad y cada uno de nosotros en nuestro apartado hagamos una acción, porque el que cambien las circunstancias, sin duda, es una responsabilidad de todos los que formamos parte de la sociedad.
Muchas gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias.
Por cuestiones de tiempo quedó una pregunta pendiente, que yo se las pasaría a las autoras del libro, yo como modero la mesa tengo todavía algunos privilegios, y uno de ellos es hacer una pregunta justo a las autoras del libro.
Y es nada más, ¿dónde podemos conseguirlo?
Silvia Palazuelos: Gracias.
Como les comentamos al inicio de esta presentación ésta es una publicación independiente, que fue más fácil para las coautoras subirlo a la plataforma de Amazon y en forma digital es más económico, más accesible, podemos llegar a diferentes lugares.
Entonces los invitamos para que a través de Amazon lo puedan adquirir.
Otra forma de adquirirlo es a partir de las presentaciones que nos están permitiendo tanto en la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral, aquí el Instituto Nacional Electoral, vamos a presentar en Morelia a finales de este mes el libro.
Y en las presentaciones quienes gusten adquirir el libro de manera física para que les demos algún autógrafo, algún comentario por tener la generosidad de acompañarnos también es bien recibido.
Lo estamos poniendo a la venta físicamente en las presentaciones y a través de los medios digitales de Amazon, está accesible.
Gabriela Vargas: También una librería que nos ha dado una acogida en Coyoacán, la librería U-Tópica que está en Coyoacán que es especialista en publicaciones de género, nos abrió ese espacio, también queremos agradecerle y, por supuesto, también ahí pueden encontrar la publicación.
Gracias.
Director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, Carlos Alberto Ferrer Silva: Muchas gracias.
Presentadora: Muchas gracias a quienes integraron el presídium, es así como concluye la presentación del libro “Violencia Política Contra las Mujeres: El precio de la paridad en México”.
Gracias a todas y a todos por su atención, que tengan muy buenas tardes.
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