VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE), LORENZO CÓRDOVA VIANELLO, EN LA INAUGURACIÓN DEL FORO “DEMOCRACIA Y DERECHO A LA INFORMACIÓN EN MÉXICO. REFLEXIONES A 5 AÑOS (2014-2019)”, REALIZADO EN EL AUDITORIO ALFONSO LUJAMBIO DEL INAI
Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
Es un verdadero honor poder estar de nueva cuenta en las instalaciones de una de las instituciones que constituye esa especie de corona, junto con otras, que son las joyas de la transición a la democracia, el INAI.
Muchísimas gracias a su Comisionado Presidente, al doctor Francisco Acuña.
Gracias a la doctora Josefina Román por la organización, coordinación de este evento y la gentileza de la invitación.
Saludo con muchísimo afecto, también, a las comisionadas del Instituto, a Patricia, Ana Lilia, un gusto estar aquí con ustedes.
Por supuesto, a mí colega, el Consejero Enrique Andrade, al Secretario Ejecutivo.
A los compañeros del Instituto Nacional Electoral, y los compañeros del INAI.
Hace cinco años, la democracia mexicana dio un paso más hacia la equidad y la rendición de cuentas.
Con la reforma de 2014 se aprobó un nuevo andamiaje institucional para la convivencia democrática que implicó el establecimiento de dos sistemas nacionales: el sistema nacional de transparencia y el sistema nacional de elecciones.
Se trató de disposiciones, las de aquella reforma que, por una parte, han impactado significativamente el carácter público de las decisiones que toman todas las autoridades, instituciones, personas morales y físicas, entidades de interés público como los partidos políticos que devienen sujetos obligados de manera directa, en fin, cualquier ente que maneje recursos públicos.
Por el otro lado, son disposiciones que han contribuido, como nunca antes, a la equidad y la transparencia de la competencia democrática, al derecho a la información de la ciudadanía respecto de los organismos electorales, y a la rendición de cuentas de partidos, candidatas y candidatos.
Claramente, como lo he sostenido en otros momentos, el sistema nacional de elecciones y el sistema nacional de transparencia son expresiones de nuestra ingeniería constitucional sobre dos conceptos que se retroalimentan mutuamente en democracia.
Las elecciones, es decir, la ruta civilizatoria que la humanidad ha encontrado como la mejor manera de procesar la pluralidad política y el acceso pacífico a través de la voluntad ciudadana expresada en las urnas al poder político y el de transparencia.
Dicho de otra manera, no puede haber democracia si no existe transparencia y rendición de cuentas sobre las decisiones u omisiones de las autoridades; y, por otro lado, la transparencia sólo tiene sentido en los sistemas democráticos.
Ya lo decía Norberto Bobbio: “los sistemas autocráticos, como la némesis, la antítesis de los sistemas democráticos se fundan, se alimentan en el secreto, de ahí la idea de los arcanaimperii”.
La democracia es exactamente lo contrario, la democracia es la toma de las decisiones en público y la posibilidad de que, si en las elecciones, pero también en cualquier momento, las y los ciudadanos puedan ejercer rendición de cuentas, accountability, dirían los anglosajones, respecto de toda decisión de poder público.
Convencidos de esta retroalimentación y de los vínculos indisolubles que desde nuestra perspectiva existen entre democracia y transparencia, en cinco años, el INE y el INAI hemos buscado el establecimiento de sinergias que contribuyan al fortalecimiento de nuestra vida democrática.
Al respecto, permítanme señalar que en este lapso, para fortalecer las prácticas institucionales en materia de transparencia, rendición de cuentas y acceso a la información pública, el INE ha establecido, desde 2014, diversos instrumentos de colaboración con el INAI, con la finalidad de adaptarnos a las nuevas disposiciones normativas en esta materia, para facilitar la instrumentación de los sistemas informáticos diseñados por el INAI para el cumplimiento de las distintas obligaciones en el ámbito de la transparencia e incluso para capacitar a nuestro personal.
Para ejemplificar lo anterior, permítanme poner unos cuantos datos en materia de transparencia en el INE que se han fortalecido con la colaboración institucional con el INAI.
En primer lugar, me refiero a los 12 cursos en línea que el INAI ha puesto a disposición del INE, mediante los cuales se han capacitado más de 17 mil funcionarios del Servicio Profesional y de la Rama Administrativa, somos 17 mil 600 funcionarios en el Instituto Nacional Electoral, así que prácticamente, bueno, de hecho, el INAI nos ha honrado, digamos, con la certificación de un organismo capacitado en materia de transparencia, acceso a la información, gestión documental y protección de datos personales.
En segundo lugar, el INE creó un centro de apoyo a enlaces interno de obligaciones de transparencia, que se encargan de atender, apoyar, orientar a todas las áreas en la publicación de 1.9 millones de registros y 3.8 millones de documentos en la plataforma nacional de transparencias, éstas son las cifras al segundo trimestre de 2019, con lo cual nos ha permitido obtener una calificación de 100 por ciento en el cumplimiento de obligaciones de transparencia.
En tercer lugar, la página de internet del INE cuenta con el distintivo de declaración de accesibilidad Geo Colors que certifica que nuestro portal cumple con las pautas web content accesibilit (inaubible) 2.0, level doble A que facilita que todas las personas, sin importar su condición física puedan percibir, entender, navegar e interactuar con nuestra página web.
En cuarto lugar, pongo como último ejemplo, el que sólo en cuatro bases de datos bajo su resguardo, el Padrón Electoral, el padrón de militantes de partidos políticos, los expedientes del personal y los participantes en el Parlamento de las Niñas y Niños de México, el INE resguarda 5 mil 224 millones 539 mil 666 datos personales, de ahí la importancia del convenio de colaboración que en unos momentos más firmaremos el día de hoy.
Por cierto, la base de datos del Padrón Electoral, es la base de datos personales más grande y más segura de nuestro país y gracias a la autorización que el INAI nos permitió hace un par de años, hoy es una base de datos que no solamente contiene los datos personales y biométricos, es decir, datos sensibles de alrededor de 90 millones de mexicanas y mexicanos, sino que además, sin perder ninguna de las características que las normas en materia de protección de datos personales le imponen a los depositarios, a quienes resguardan, como en este caso el INE, dichos datos personales hoy tienen una utilidad social.
La base de datos del Instituto Nacional Electoral, gracias a la autorización y al establecimiento de criterios que nos han permitido, bajo las directrices que el INAI estableció, dar un servicio público, además de la función electoral que es la razón de ser del propio Padrón, gracias a esto, el Instituto Nacional Electoral en los últimos dos años y medio, ha podido, a través del mecanismo que nosotros llamamos de autenticación; es decir, la posibilidad de que autoridades externas puedan validar datos personales, con la base de datos del INE, sin que esto implique una entrega de los datos del Padrón Electoral, que estaría impedida, que está impedida, que está prohibida por las reglas de protección de datos personales.
Hemos identificado a alrededor de nueve mil cadáveres, perdón de 12 mil cadáveres desconocidos y hemos podido identificar a más de 19 mil personas desaparecidas que, con la compulsa de los datos biométricos, le hemos dado identidad.
Gracias a estos mecanismos, estamos de la mano de la Secretaría de Gobernación dándole identidad a los ciudadanos mexicanos que están siendo repatriados desde Estados Unidos, proporcionándoles el mecanismo de identidad más extenso, más usado, que es la Credencial para Votar con Fotografía y previéndolos del mismo en muy breve tiempo, en apenas tres días.
Así que éste es un ejemplo, hay que decirlo, de una construcción de colaboración institucional entre dos entes autónomos: el INAI y el INE que, sin menoscabo de las reglas que rigen la protección de datos, hoy le permiten al Instituto Nacional Electoral brindar este servicio a la sociedad, adicional, insisto, a la lógica de esencia, a la lógica que dio origen al propio Padrón Electoral.
Es evidente que, en cinco años, decía, el Sistema Nacional de Elecciones y el Sistema Nacional de Transparencia han contribuido al fortalecimiento de nuestras prácticas democráticas, mediante la estandarización de procedimientos y transparentando las prácticas de los sujetos regulados en cada uno de los sistemas.
En materia electoral, son múltiples los logros que se han alcanzado con la reforma de 2014, el perfeccionamiento de los procedimientos electorales que le ha inyectado certeza, legalidad y equidad a las contiendas en todo el país a nivel nacional y subnacional, permítanme una anotación al pie, no sé si hay una única razón, creo que sería excesivo plantear que fenómenos tan complejos como los resultados electorales, tengan una única explicación, pero lo que sí es cierto es que más allá de que haya múltiples causas, en los últimos cinco años, la equidad, las condiciones de equidad que se han conseguido a nivel nacional y a nivel subnacional han permitido que en estos cinco años hayamos tenido el número de alternancias por la vía electoral más grande de la historia democrática del país.
El índice de alternancia a nivel municipal, a nivel diputaciones locales, a nivel gubernaturas, a nivel diputaciones federales y senadurías en los últimos cinco años alcanza el 60 por ciento.
Esto quiere decir que un partido que ha ganado una elección tiene apenas el 40 por ciento de probabilidades de ganar la elección que sigue.
Esto habla de que en México el voto es libre. Esto no podría explicarse de otra manera si no existieran condiciones y garantías para que las y los mexicanos podamos expresarnos en las urnas con libertad.
También se ha permitido la paridad legislativa en el Congreso de la Unión y en la totalidad de los congresos locales. México hoy es el tercer país a nivel mundial con presencia de legisladoras en el Congreso. Y más allá de que esto es una construcción colectiva, y hay quien presume que ésta es la legislatura de la paridad, lo que sí es cierto es que eso ha sido producto. Uno, de una reforma constitucional y, dos, de una gran cantidad de acciones afirmativas que han permitido que la paridad en las candidaturas se traduzca efectivamente en una paridad de la representación.
Así como el establecimiento de cuotas de representación para pueblos y comunidades indígenas. Por primera vez en la legislatura presente hay 13 legisladoras y legisladores que pertenecen a las comunidades indígenas, a nuestros pueblos originarios, y eso fue producto de una acción afirmativa emprendida por el Instituto Nacional Electoral y reforzada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Todos estos son fenómenos que hoy forman parte del paisaje de la democracia mexicana y que se han consolidado en los últimos años. Para decirlo en una nuez, el sistema nacional de elecciones ha fortalecido el ejercicio de derechos políticos de las y los ciudadanos, ha facilitado y potenciado su derecho a la información pública, y ha contribuido a la protección de sus datos personales.
Todo esto gracias a la colaboración entre dos instituciones, insisto, que resultan de ese momento de quiebre venturoso que significaron los cambios constitucionales 2014 que dieron origen al sistema nacional de transparencia y al sistema nacional de elecciones, el INAI, por un lado, y el Instituto Nacional Electoral, por el otro.
El sistema electoral que tenemos los mexicanos además de ser reconocido a nivel internacional y tomado como referente en varias materias, ha maximizado el ejercicio de los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos.
Mediante las candidaturas independientes ha ampliado los mecanismos de la representación política, con la fiscalización ha favorecido que las y los ciudadanos ejerzan su voto de manera libre e informada, y ha contribuido a su derecho a saber cómo se ejercen los recursos públicos, tanto en los partidos políticos como por parte de las candidatas, candidatos y organismos electorales.
Y todo esto, vuelvo a insistir, con la colaboración entre instituciones y también con nuestro rol de sujeto regulado en materia de transparencia y de acceso a la información por parte del INAI.
Por ello quiero concluir esta intervención planteando que, desde mi perspectiva, hoy por hoy, la mejor forma de contribuir al futuro de nuestra democracia es cuidando los procedimientos, los múltiples mecanismos para la participación política y para el acceso a la información de la vida pública que nos ha dado el sistema democrático que hoy tenemos, y que hemos conformado poco a poco en más de cuatro décadas.
Estamos hablando de dos organismos, el INAI y el INE, que hoy refrendan con el convenio de colaboración que suscribiremos en unos minutos, el que estamos trabajando juntos.
Somos dos órganos constitucionales autónomos que estamos trabajando juntos para al menos dos cosas, cumplir y maximizar nuestras respectivas misiones constitucionales, por un lado, y, por otro lado, reivindicar y defender nuestra respectiva autonomía constitucional.
Cuidemos la autonomía, la certeza, el pluralismo, y la independencia de nuestra institucionalidad democrática. Eso implica cuidar la democracia, que es, como se ha sostenido muchas veces, una responsabilidad colectiva, y la mejor forma de contribuir a que las luchas históricas por construir una nación incluyente, plural y, ojalá, cada vez más justa, se conviertan en realidad.
Muchísimas gracias.
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