“¿Qué nos dice el abstencionismo?”, artículo de Dania Ravel, publicado en El Sol de México

Escrito por: INE
Tema: Opinión

El derecho a votar ha sido una de las principales exigencias de todos los grupos y sectores de la sociedad, ya que es en las urnas donde las diferencias se desvanecen: los votos de todos y todas valen lo mismo. Las autoridades electorales, desde sus atribuciones, han realizado grandes esfuerzos para generar un escenario en el que las condiciones geográficas o los prejuicios sociales no sean un impedimento para votar.

Entre las muchas actividades que realiza el INE, se llevan a cabo tareas para brindar a la ciudadanía la información necesaria para votar de manera libre e informada. Así, el INE y los Organismos Públicos Locales realizan acciones en colaboración con la ciudadanía para promover e incentivar el ejercicio del voto. Por ejemplo, desde 2012 se ha emitido la convocatoria “SíVoto” dirigida a organizaciones ciudadanas interesadas en impulsar o realizar acciones de promoción del voto y la participación ciudadana, y para las elecciones de 2019 las Juntas Locales Ejecutivas del INE y los OPL trabajaron en coordinación con el objetivo de gestionar entrevistas o grabar cápsulas en programas de radio, en estaciones estatales o comunitarias, se llevaron a cabo conversatorios sobre temas electorales en donde las y los ciudadanos intercambiaban información y opiniones y para atraer a las y los jóvenes se implementó la actividad “Foto por el voto libre”.

Al respecto, vale la pena recordar el artículo 6 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales: “…la promoción de la participación ciudadana para el ejercicio del derecho al sufragio corresponde al Instituto, a los Organismos Públicos Locales, a los partidos políticos y sus candidatos…”, lo que hace evidente la responsabilidad compartida de difundir y acercar a la ciudadanía a los procesos democráticos. Incluso la Ley General de Partidos Políticos establece que parte de los recursos que se les dan a los partidos deben destinarse a conseguir la participación de la ciudadanía en la vida democrática del país.

Pero si los partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y las autoridades hacen esfuerzos para promover el ejercicio del voto entre la ciudadanía ¿por qué la gente no acude a votar? En 2018, el porcentaje de abstencionismo en las elecciones fue de 36.571%. En cambio, en 2019, en los estados con elecciones locales el abstencionismo alcanzó el 67%, y si bien lo han señalado diferentes estudios, existe una diferencia marcada entre la participación ciudadana en las votaciones presidenciales y las intermedias o locales, e incluso dentro de cada entidad, no deja de ser relevante pensar en las causas de este fenómeno.

El abstencionismo puede responder a diversos factores, desde un acto de protesta, hasta la apatía. Esto quiere decir que, a pesar de que el o la ciudadana conozca las fechas de los comicios, ubicación de su casilla y cuente con la información necesaria para ejercer su voto, decide de manera consciente no votar debido a motivos políticos, esto es: sentir rechazo hacia el sistema, no sentirse identificado con ninguno de los o las candidatas o los programas políticos que estos proponen, la falta de credibilidad de las fuerzas políticas ante el incumplimiento de las promesas, el distanciamiento entre gobernantes y ciudadanía, lo cual puede estar ligado a las marcadas desigualdades sociales; o bien, cuando consideran que su voto no representará alguna diferencia puesto que deducen quien ganará. En este sentido, las cifras de diferentes investigaciones y encuestas resultan interesantes, por ejemplo, el Latinobarómetro de 2018 indica que, en este año, sólo el 11% de las personas encuestadas en México confiaba en los partidos políticos, y conforme al estudio México: Confianza en instituciones 2018 de Consulta Mitofsky los partidos políticos se encuentran en los últimos lugares de confianza con una puntuación de 5.1. De acuerdo con esa misma encuesta, la confianza en los partidos disminuye en el grupo etario de 18 a 29 años, en el que el índice es de 4.9.

Estos indicadores van de la mano con los resultados de la participación ciudadana. En las elecciones de 2015, se observó que las y los jóvenes (20 a 29 años) fueron quienes menos participaron, pues su voto únicamente alcanzó un 35.66 %, nivel que se encontró 11.4 puntos debajo de la media nacional (47.07 %). Y en el caso de las elecciones de 2018, resulta interesante conocer que el 51% de las y los jóvenes votantes no se sentía identificado con ningún partido político.

A pesar de que el abstencionismo es un fenómeno de carácter multifactorial presente en todas las democracias, es importante su estudio en relación a las particularidades de nuestro país. Es fundamental que los partidos políticos y gobiernos propongan acciones orientadas a su disminución, a la creación de un diálogo constante con la ciudadanía, es necesario fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas y ser receptivos a las críticas para abonar a la confianza ciudadana.

Consulta el artículo en El Sol de México.

 

RESUMEN