VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA FIRMA DEL CONVENIO DE COLABORACIÓN ENTRE EL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL (INE) Y EL COLEGIO DE NOTARIOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO, REALIZADO EN EL LOBBY DE LA INSTITUCIÓN
Presentadora: Bienvenidas y bienvenidos a la Firma de Convenio de Colaboración entre el Colegio de Notarios de la Ciudad de México y el Instituto Nacional Electoral.
Presiden este acto el doctor Lorenzo Córdova Vianello, Presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
Licenciado Marco Antonio Ruiz Aguirre, Presidente del Consejo de Colegios de Notarios de la Ciudad de México.
Maestro Marco Antonio Baños Martínez, Consejero Electoral y Presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores del Instituto Nacional Electoral.
El licenciado Edmundo Jacobo Molina, Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral.
Y el licenciado Alfonso Zermeño Infante, decano encargado de la Comisión de Asuntos Electorales del Colegio de Notarios de la Ciudad de México y titular de la Notaria número cinco.
Agradecemos la presencia en este evento del licenciado Jesús George Zamora, titular del Órgano Interno de Control del Instituto Nacional Electoral; de integrantes de la Junta General Ejecutiva; funcionarias y funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México.
De manera especial agradecemos también se encuentren con nosotros el notario Homero Díaz Rodríguez, Vicepresidente del Colegio de Notarios; la notaria Mildred Novelo Rivas, consejera del Colegio de Notarios.
Gracias también a funcionarias y funcionarios del INE, a representantes de partidos políticos y medios de comunicación que nos acompañan.
Para dar inicio escucharemos las palabras del maestro Marco Antonio Baños Martínez.
Consejero Electoral, Marco Antonio Baños Martínez: Muchas gracias, muy buenos días a todos. Saludo con mucho afecto al licenciado Marco Antonio Ruiz Aguirre, quien es Presidente del Colegio de Notarios de la Ciudad de México, al doctor Lorenzo Córdova, nuestro Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral.
Por supuesto, a don Alfonso Zermeño, me da mucho gusto verte Alfonso aquí en ésta tu casa. A nuestro Secretario Ejecutivo, el licenciado Edmundo Jacobo Molina. Señora notaria, señor notario, señor Contralor, compañeros de la Junta General Ejecutiva, sean bienvenidos a la casa de la democracia, la casa de todos los mexicanos.
La relación entre el IFE-INE y los notarios es tan añeja como productiva. En casi 29 años esta autoridad electoral se ha aplicado en la generación de condiciones máximas para garantizar la renovación de los cargos públicos en el marco estricto de la ley, con imparcialidad y con los mejores estándares de calidad técnica que hoy son un ejemplo en el mundo.
La demostración más reciente está en las jornadas de ayer donde logramos la instalación de todas las casillas, salvo una.
Gracias. Un aplauso para nuestra estructura, sin duda alguna. Y donde la precisión de nuestros conteos rápidos en las elecciones de gobernador en Baja California y Puebla fueron corroboradas por los Programas de Resultados Electorales que también fueron dados a conocer con mucha oportunidad. Uno por el Instituto Nacional Electoral, otro por el órgano electoral de Baja California.
Los cuerpos de notarios en cada entidad federativa y en el ámbito federal han estado ahí con nosotros certificando múltiples trámites y dando fe de muchas actuaciones que dan cuenta de cómo se organizan las elecciones en nuestro país.
Pero los notarios públicos igual juegan un papel trascendente en la sociedad mexicana, un rol fundamental apoyando a todas las personas que se acercan a ellos para dar autenticidad a los hechos y actos ocurridos en su presencia y para recibir e interpretar la voluntad de las partes. Dándoles forma legal al redactar los instrumentos públicos que emiten.
De ahí la importancia del convenio que hoy se suscribe para que el INE autentique los datos exhibidos por el ciudadano en la Credencial para Votar al realizar diversos trámites con los notarios de la Ciudad de México.
La que tiene el INE es la base de datos más depurada, actualizada y confiable sobre personas mayores de edad en México. Con corte al 24 de mayo tenemos 89.3 millones de ciudadanas y ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral y una Lista Nominal de 88.4 millones que tienen habilitada su credencial para ejercer el derecho a voto.
El 52 por ciento son mujeres y el 48 por ciento son hombres. Es el Registro Nacional de Electores y al mismo tiempo es, en los hechos, el Registro Nacional Ciudadano del Estado mexicano.
No hay otra base con la solvencia que tiene ésta y debemos fortalecerla, no duplicarla ni retirarla de una institución autónoma e independiente de los gobiernos en turno.
La Credencial para Votar con Fotografía es el instrumento que permite ejercer derechos políticos y es también el que garantiza el derecho a la identidad, porque desde 1990 que se creó el otrora IFE, se levantó un padrón electoral de base cero, con certeza y con confianza de que no votarían muertos o se rasurarían registros, según lo decidiera un gobierno específico, fue un ejercicio censal que desde entonces mantiene controles para depurar y actualizar la información de forma permanente y con la administración de un órgano autónomo.
El derecho a la identidad está reconocido en el artículo 4° de nuestra carta magna y el Instituto Nacional Electoral tiene por ello una doble responsabilidad que debe asumir y potenciar para beneficiar a la población en su relación con otras instituciones públicas y privadas.
La Credencial para Votar con Fotografía es el instrumento que, asociado con el padrón electoral, da siempre garantía y certeza a nuestro modelo de democracia y eso requiere candados de confianza auditables y procesos cada vez más acuciosos para fortalecer, no solo la actualización de registros sino también, la protección de datos personales.
Las notarías atienden día a día asuntos que requieren certeza e identificación plena de las personas que interviene en múltiples relaciones jurídicas de las que dan fe pública, por ello, este convenio permitirá verificar que los datos de las credenciales para votar que exhiban las ciudadanas y los ciudadanos, al momento de realizar sus trámites ante los notarios, coincidan con los registros del Instituto.
Incluso se podrá informar el porcentaje de coincidencia en huellas dactilares, pero siempre a través del Instituto Nacional Electoral y en ningún caso abriendo acceso directo a la base de datos que son internas, ni proporcionando los datos confidenciales.
En otras palabras, el Instituto Nacional Electoral validará al notariado los datos de las credenciales, pero sin proporcionar información contenida en ellas.
Cualquier trámite que sea parte de este protocolo de verificación está obligado a un aviso de privacidad y a solicitar de forma expresa e indubitable, el consentimiento de la persona para la verificación de sus datos, es un convenio que propone vigencia de cinco años con opción a refrendo.
Cíclicamente hay voces que piden transferir ese registro ciudadano y todos los datos asociados, los biométricos como las huellas dactilares, e incluso agregar el iris, a la Secretaria de Gobernación para cumplir con lo que originalmente prohibió la Ley General de Población vigente desde 1992, ahí se pedía crear una cédula de identidad ciudadana y en tanto eso ocurría, el derecho a la identidad se ejercería en los padrones electorales, según su artículo 4° transitorio.
La realidad es que nunca se levantó un registro ciudadano en Gobernación, ni se expidió la cédula. En contraste fue el padrón electoral y la credencial para votar del Instituto Nacional Electoral quienes ocuparon esa función pública, porque a diferencia de otras experiencias en el mundo aquí, sí es un tema de confianza mantener el documento de identidad que sirve para votar sin intervención o administración directa de los gobiernos.
Por eso la autoridad electoral ha sostenido una y otra vez, que ya existe un documento de identidad ciudadana y que ese documento es la credencial para votar con fotografía, asociada a datos biométricos que resguarda el padrón.
Es decir existe, ya un registro de mayores de edad, a cargo de una institución del Estado, que es el INE y que por ello, impulsar otra credencial distinta u otra base espejo, sin una ponderación racional, generaría riesgos considerables, no solo porque expertos y organismos responsables de protección de los datos recuerdan siempre que con biométricos, no es recomendable flexibilizar su consulta o tomar por varias vías un mismo registro.
También por el enorme gasto que implica la duplicidad de esfuerzos y de los padrones, así como, por ejemplo, la afectación en el número de personas que actualizarían su credencial para votar, si tuvieran que tramitar una cédula adicional para identificarse, sería un error poner a competir dos credenciales y gasto inútil construir, actualizar y depurar dos bases de datos ciudadanas distintas en manos del mismo Estado.
Si se optará porque fuera la misma base de datos, pero que ahora regresará a su actualización y depuración, como en 1988 a manos de la Secretaria de Gobernación, estaríamos generando un problema de confianza ya superado porque las listas de quién puede y quién no puede votar nuevamente seguirían a la órbita de los gobiernos en turno.
Hoy se demuestra con este convenio que es posible potenciar el uso de la base de datos en favor de la población y así lo hemos hecho en otras instancias.
Por ejemplo, para identificar a personas fallecidas. El INE tiene ya suscritos convenios como éste con 55 instituciones privadas y públicas.
Se realizar diariamente cerca de 144 mil 445 trámites de verificación. La intervención de los notarios públicos en los procesos electorales federales y en la integración de los Organismos Electorales, tiene, como ya lo dije, una larga data en la legislación electoral mexicana.
La ley electoral del 7 de enero de 1946, establecía en su artículo séptimo que la Comisión de Vigilancia Electoral tenía como secretario, al notario público más antiguo -te hubiera tocado mi querido Poncho-, de los autorizados para ejercer en la Ciudad de México y en caso de impedimento de éste, siendo certificado por la Comisión, fungía el que le siguiera en orden de antigüedad.
La Ley electoral del 4 de diciembre de 1951, dispuso que la Comisión Federal Electora se integraba de igual modo con un secretario que el cargo que correspondía al Notario Público que designaba la comisión, entre los notarios que tenían más de 10 años en el ejercicio de la ciudad.
Por eso, la participación el notariado mexicano durante los comicios federales, es también algo vital y ahora este convenio adiciona a esta histórica relación, un elemento adicional que es la verificación de datos para trámites diversos.
En hora buena por la firma del mismo. Gracias
Presentadora: A continuación, damos la palabra al licenciado Marco Antonio Ruiz Aguirre
Presidente del Consejo del Colegio de Notarios de la Ciudad de México, Marco Antonio Ruiz Aguirre: Gracias, buenos días.
Es para mí motivo de gran satisfacción estar nuevamente en este recinto, firmando un nuevo convenio.
Apenas el año pasado el Colegio de Notarios de la Ciudad de México firmó un convenio de colaboración con motivo de las elecciones federales, las cuales se tradujeron en un beneficio directo hacia la ciudadanía.
Yo estoy seguro de que este convenio que el día de hoy estamos firmando, también se traducirá en beneficios para la ciudadanía.
Doctor Lorenzo Córdova, Consejero Presidente de este Instituto; señor Consejero Marco Antonio Baños; Secretario Ejecutivo, Edmundo Jacobo; Notario Alfonso Zermeño Infante, presidente de la Comisión electoral del Colegio de Notarios, así como a los notarios y consejeros aquí presentes. Vicepresidente Homero Díaz Rodríguez y a la Vocal Milded Nobelo Rivas.
Agradezco profundamente la cálida recepción de que he sido objeto, en virtud de la institución que tengo el honor de representar: el Colegio de Notarios de la Ciudad de México. Una institución ciudadana, establecida en 1792 y, por tanto, con 227 años de labores ininterrumpidas.
Los notarios de esta Ciudad, nos sentimos muy distinguidos al establecer un convenio de colaboración, con el garante de la democracia en nuestro país, el Instituto Nacional Electoral.
La enorme confianza de la ciudadanía en el Instituto Nacional Electoral, sólo es superada por la trascendencia de sus tareas, las que son imprescindibles para aspirar a un país más justo, más equitativo, más participativo, más solidario y eso quedó demostrado nuevamente con la Jornada Electoral de ayer.
Muchas felicidades al Instituto y también debo decir que en toda la semana hubo presencia de notarios de la Ciudad de México, aquí en esta institución para hacer las pruebas preliminares y ayer también aquí estuvieron presentes.
Parte de esa confianza que el Instituto ha logrado construir entre la población, es el hecho de que la credencial de elector, es vista como un documento de identificación confiable.
La Credencial tiene tras de sí, una sólida base de datos que incluye elementos biométricos como son las huellas digitales, eso nos permite llegar al día de hoy para acordar un convenio que es de gran importancia para la población.
Como ustedes saben, el notario cumple una misión de eminente carácter social, al ser la persona en quien el Estado delega la responsabilidad de la fe pública, así somos quienes damos certeza y seguridad jurídica al patrimonio de las familias.
Lo que hacemos en estricto cumplimiento del marco de la ley y, sobre todo, comprometidos en mantener siempre, la confianza de la ciudadanía.
Así como el INE trabaja día a día, para mantener la confianza ciudadana en nuestra democracia; en lo que a los notarios nos compete, nosotros lo hacemos para mantener la confianza ciudadana en el Estado de Derecho y como he mencionado, en la seguridad patrimonial.
Por ello, el convenio que hoy firmamos, es una manera de seguir construyendo mediante el trabajo coordinado de dos instituciones creadas para fortalecer el Estado de Derecho.
La confianza social que es base de toda sociedad que aspire a progresar en beneficio de todos.
Trabajaremos pues, en plena coordinación para atacar un problema que día a día crece en tamaño, implicaciones y complejidad. La utilización de documentación falsa que se traduce con frecuencia en la suplantación de identidad.
La coordinación también con las autoridades de la Ciudad de México, la Consejería Jurídica y la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, también es muy importante y es una evidencia del interés compartido entre autoridades y notariado para prevenir el delito de la suplantación de identidad.
Este problema, se vive tanto en el ámbito financiero como en el ámbito inmobiliario.
Los notarios que ejercemos nuestra función en la Ciudad de México, cuando hemos detectado el uso de documentación apócrifa para realizar operaciones relacionadas con bienes inmuebles, lo hemos denunciado ante las autoridades.
Así, el que podamos confirmar si una Credencial de Elector corresponde a la persona que la presenta como su medio de identificación, es un gran avance para la prevención y el combate a dichos delitos.
Estimados señores. El notario refrenda su compromiso con la ley, con la protección al patrimonio familiar y con el combate a la ilegalidad.
Este convenio es una muestra que cuando dos instituciones ciudadanas como lo son el Instituto Nacional Electoral y el Colegio de Notarios de la Ciudad de México trabajan juntos con las mismas miras, se traduce en beneficios para la población.
Estamos seguros que estos primeros cinco años prorrogables, seguramente, de colaboración que están previstos en el convenio, habremos dado un avance importante para combatir delitos que con frecuencia afectan más a quienes menos tienen.
Y en ese camino, habremos avanzado hacia un país como el que todos queremos. Gracias por su atención.
(Firma del Convenio)
Presentadora: Para finalizar escucharemos el mensaje del doctor Lorenzo Córdova Vianello.
Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Muchas gracias.
Muy buenos días a todas y a todos.
Saludo con mucho afecto y mucho agradecimiento al Notario Marco Antonio Ruiz, Presidente del Colegio de Notarios de nuestra ciudad.
Por supuesto, al Notario Alfonso Zermeño, Presidente de la Comisión Electoral del Colegio de Notarios de la Ciudad de México, quien rápido suplió los cambios legales a los que hacía referencia el maestro Baños.
Ya no está en la Comisión Electoral, derivada de la ley del 46, pero está en la Comisión Electoral del Colegio de Notarios, así que es nuestro homólogo al interior de esta institución hermana y ciudadana, como decía el señor Presidente.
Saludo, también, con mucho gusto, a los notarios Homero Díaz y Mildred Novelo, integrantes del órgano de gobierno del Colegio de notarios.
Y por supuesto, a mis colegas del Instituto Nacional Electoral, al Consejero Marco Antonio Baños; al Secretario Ejecutivo, don Edmundo Jacobo; a nuestro Contralor Interno; a los miembros de la Junta; a los compañeros que nos acompañan el día de hoy; y por supuesto, a los amigos de los medios de comunicación.
Escuchando al Consejero Marco Antonio Baños y a Marco Antonio, empecé a tachar lo que, para no repetirme en mi convenio, pero me di cuenta que no iba a hablar, así que lo que escucharán ahora, déjenme decirlo así, son variaciones sobre un mismo tema con ciertos énfasis que me parecen vale la pena subrayar.
El día de ayer el Instituto Nacional Electoral estuvo involucrado en la organización de las elecciones locales de seis entidades, y hoy, cuando todavía los Programas de Resultados Electorales Preliminares están operando, aunque ya prácticamente, digamos, con la totalidad de las actas capturadas, estos programas siguen abiertos hasta esta noche, ya estamos firmando un convenio para que el notariado de la Ciudad de México pueda verificar la validez de las credenciales para votar que presenten ante ellos, las personas que solicitan un trámite notarial, y hay que decirlo, es un convenio, desde ahora lo menciono, que además, constituye o utiliza esta verificación como un punto de partida para la verificación y autenticación de, no sólo de las credenciales, sino también de otras, de las personas que, portando esas credenciales, realizan los trámites ante los notarios, trámites que ahora se verificarán in situ en las notarías, pero que en breve, gracias a, digamos los avances tecnológicos y a la exposición conjunta, podrán también permitir esta autenticación en el campo; es decir, cuando realicen sus actos de fe pública, incluso fuera de sus oficinas.
Esto se debe a que la recreación de las elecciones en México no sólo ha servido para darle legalidad a la renovación de los poderes públicos, sino porque el perfeccionamiento de la organización electoral ha sido, incluso, como podemos ver, un motor para la transformación de la vida pública y privada en nuestro país.
Uno de los mejores ejemplos del efecto multiplicador que han tenido las elecciones en el día a día de nuestro país es la utilidad de la credencial para votar, que nace como un mecanismo para generar certeza en el ámbito electoral, pero que también se ha traducido en una función social de las bases de datos que están resguardadas por el hoy Instituto Nacional Electoral, que sirven de sustento para dicho documento.
Hoy podríamos decirlo sin medias tintas, de identidad, no sólo electoral, sino en general.
La Credencial para Votar no sólo acredita en efecto la identidad de quien la porta, ciudadana o ciudadano, para que pueda ejercer sus derechos políticos, en los procesos electorales, sino también, se ha consolidado como el principal medio de identidad de las y los mexicanos mayores de 18 años.
La INE, la credencial del INE, facilita al titular de la misma el ejercicio de sus derechos frente a las instituciones pública y privadas, no sólo los derechos políticos, ya que proporciona información personal, fidedigna y confiable para realizar cualquier operación ante bancos e instituciones financieras, así como en escuelas, centros de salud, el mercado laboral, las instancias de transporte, etcétera.
Esto implica que no exista un solo ámbito de la vida pública o privada en el cual la Credencial para Votar no sea aceptada como medio de identificación oficial.
Me atrevo a decirlo así, es el único documento que expide el Estado Mexicano que tiene una aceptación como mecanismo de identidad absolutamente global, no hay una sola instancia pública o privada del país, que no la reconoce como tal, y es, en ese sentido, el único documento que goza, que tiene esta característica.
La incesante incorporación de innovaciones tecnológicas, de revisión de procedimientos y de actualización, verificación y depuración de los datos personales, llevado a cabo durante más de 25 años, es lo que ha posibilitado que el Estado Mexicano a través de la autoridad electoral, somos autónomos, pero no somos un órgano autárquico, sabemos que somos parte del Estado Mexicano, haya conformado la base datos multibiométrica más grande, más segura y más confiable que existe en nuestro país, de las y los mexicanos mayores de 18 años.
Para dar una idea de este trabajo reitero un par de datos, de los 89.3 millones del registro del Padrón Electoral, el 80.53 de ellos cuentan ya con 10 huellas dactilares por registros, y el 19.47por ciento, restante se cuenta con las huellas de los dedos índices de los ciudadanos inscritos.
Estamos en una ruta, pensamos, proyectamos que en más o menos un año y medio, el 100 por ciento de los registros contarán con una base decadactilar, esto por la caducidad que tienen, como ustedes saben, desde 2007 los registros cada 10 años.
Cada registro y movimiento de la base de datos del Padrón Electoral, por otra parte, tiene un soporte documental que ha sido digitalizado y consideramos que cada año promediamos de cada año un total de 17 millones de nuevos registros o bien de actualizaciones.
Es decir, la del Padrón Electoral no sólo es la base de datos más grande y más segura, personales, sino también es una base viva, todos los días, dependiendo de la jornada, entre 30 y 50 mil movimientos se realizan en nuestros módulos, cambiando en consecuencia la situación registral de otro tanto, de un número similar de ciudadanas y ciudadanos.
Más aún, para ejemplificar las contribuciones de la Credencial para Votar y de la base de datos del Padrón para la convivencia democrática, quisiera señalar tres casos que ya han sido mencionados: primero, dos de ellos, agrego otro.
La decisión de la Asociación de Bancos de México que, para combatir el robo de identidad obliga a todas las instituciones bancarias y financieras a consultar vía remota en un sistema creado por el INE, la huella dactilar de las personas que realiza trámites ante ellas.
Dos, la contribución del INE a la identificación de cadáveres desconocidos que realizan las diferentes instancias del gobierno federal con base en la información biométrica contenida en nuestras bases de datos.
Y tres, los convenios suscritos con el sistema bancario y con el Sistema de Administración Tributaria, con el sistema hacendario, perdón, y con el Sistema de Administración Tributaria para contribuir al combate de la corrupción, evitar la evasión fiscal y evitar el ingreso de dinero de fuentes no autorizadas a la competencia electoral.
Cada una de estas contribuciones a la vida pública y privada de las y los mexicanos, se desprende de convenios de colaboración, como el que hoy suscribimos con el Colegio de Notarios de la ciudad de México, y en breve estaremos suscribiéndolo con el Colegio Nacional.
Con el convenio que hoy firmamos, el INE pondrá a disposición del notariado de nuestra ciudad, el servicio de verificación de los datos contenidos en la Credencial para Votar de las personas que la presenten para realizar algún trámite en sus oficinas.
Este servicio de verificación garantizará rigurosa e invariablemente la integridad y el derecho a la protección de los datos personales de quienes han confiado su información al Instituto Nacional Electoral.
Y esto me importa subrayarlo, porque la discusión pública parece olvidarlo muchas veces. Las y los ciudadanos que han confiado al Instituto Nacional Electoral sus datos personales, incluyendo por supuesto los datos biométricos, la han confiado a esta institución y a ninguna otra.
Así lo establece desde que se promulgó la Ley de Protección de Datos Personales, los avisos de privacidad que al momento de realizar cualquier trámite las y los ciudadanos suscriben en los módulos del Instituto Nacional Electoral.
Esa información por mandato de ley está bajo el resguardo del Instituto Nacional Electoral y de nadie más. El INE, ni aunque quisiera, podría ponerla a disposición de otras personas, salvo la única excepción que está establecida en la ley, que es el mandato judicial.
Y que es, por supuesto, un mandato respecto a casos específicos sobre los que dicha instrucción versa, y nada más.
Este servicio de verificación, decía, garantizará la autenticación de aquellos que realizan, de aquellas personas que realicen sus trámites ante las instancias notariales de nuestra ciudad.
Cabe mencionar que el Instituto Nacional Electoral se compromete a capacitar al personal que determine el Colegio de Notarios para la operación del servicio de autenticación y éste, el Colegio, se compromete a utilizar dicho servicio única y exclusivamente para la validación de trámites que se realicen ante ellos.
Me importa subrayar, como lo he planteado cuando hemos suscrito otros convenios, y como lo ha hecho ahora el consejero Baños, que este instrumento jurídico no supone un acceso a la base de datos del Padrón Electoral, y que esta base es y será manejada, como ha venido ocurriendo, exclusivamente por el personal del INE acreditado para ello.
Las respuestas que con el Colegio de Notarios tendremos ante cada solicitud de autenticación son respuestas binarias, que nos permitirán decir si la información consultada por los notarios de nuestra ciudad corresponde o no, nada más, sí o no, con la que está resguardada en la base de datos que el INE protege.
Antes de concluir permítanme reiterar que para el Instituto Nacional Electoral la relación con el gremio de notarios, como ya se ha mencionado en esta mesa, representa, como ha venido ocurriendo, una alianza estratégica que ha contribuido a la certeza y legalidad de los procesos electorales, y hoy con este convenio también a la construcción y fortalecimiento de nuestro Estado de Derecho, como lo ha señalado Marco Antonio.
Estoy seguro que el rol social que juega el notariado del país y, por supuesto, esta capital, ha sido de gran utilidad en el proceso de construcción de confianza de nuestras elecciones, pero también de nuestro Estado de Derecho.
Concluyo con una reflexión, que es una reiteración, un énfasis, de lo ya mencionado por el consejero Baños, a propósito de un tema que se está debatiendo en los medios de comunicación vinculado justamente con el derecho a la identidad.
En México ya tenemos un mecanismo de identidad que abarca prácticamente a la totalidad de las y los mexicanos de 18 años y más, y para que el Estado mexicano cumpla con su responsabilidad de proporcionar un documento de identidad a las y los niños, y jóvenes de 17 años y menos, se pueden seguir dos rutas.
Una, la más costosa, que implica construir un nuevo mecanismo de identidad para todas las personas mexicanas menores de edad y no solo, y empezar un largo, largo tiempo de consolidación, además de muy costoso.
Y la segunda es optar por el camino sencillo y de bajo costo presupuestal que el INE ha puesto a disposición en pláticas con las instancias de gobierno.
Es decir, aprovechar la infraestructura tecnológica, material y humana y el prestigio público que se ha venido construyendo a lo largo de casi tres décadas de esta institución para dotar de un medio de identificación a las niñas, niños y adolescentes en los casi, mil módulos que el INE tiene distribuidos en todo el territorio nacional.
El costo de este mecanismo de identidad, sería marginal, es el costo del plástico y nada más, el INE como un órgano del Estado mexicano, asume, desde ahora, y lo digo públicamente como lo he dicho en conversaciones con distintas instancias gubernamentales, el compromiso de avanzar en esa ruta, si así se desea.
La otra, la de la cédula de identidad, vuelvo a insistir, ya la tenemos, funciona, funciona bien, es útil y todo mundo la conoce, 89.3 millones de mexicanas y mexicanos contamos con nuestra cédula de identidad que no es otra, sino la INE.
Confío que la toma de decisiones para consolidar el mecanismo de identidad de las y los mexicanos, siga la ruta de las sinergias como la que hoy estamos planteando con el Colegio de Notarios de nuestra ciudad, que implica hacer más con menos.
Son tiempos en los que hay que atender la venturosa decisión de destinar los recursos a atender los grandes problemas nacionales.
Hoy, el de la identidad de los mayores, no es un problema gracias a una decisión que desde hace 30 años cuajó y ha venido consolidándose. Y es la ruta que hemos venido impulsando desde el Instituto Nacional Electoral para fortalecer a nuestro sistema electoral y de manera especial, la función social que tiene la Credencial para Votar, en clave democrática.
Muchísimas gracias estimados amigos del Colegio de Notarios, por esta reiteración de una sinergia y de una alianza estratégica que durante décadas ha dado pasos y Estado de derecho a nuestro país.
Gracias.
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